domingo, octubre 31, 2010

Resistencia hondureña

Vida y tragedia de Miguel Hernández

La crisis general del Capital


Este trabajo busca demostrar la validez de la teoría marxista para analizar el capitalismo actual justamente por ser una teoría abierta, que permite ajustarse a los cambios de la realidad sin negarse a sí misma.
Este documento está basado sobre todo en la ley del capitalismo descubierta por Marx “Tendencia a la Caída de la Tasa de Lucro” presente en el libro 3 de “El Capital” y otros conceptos descritos por Marx en “El Capital”, como composición orgánica del capital, pero al inicio examina diversos temas elementales para poder alcanzar el objetivo sin que parezcan conceptos salidos de la manga de un mago, sino conceptos deducidos dialécticamente, siguiendo el hilo teórico conductor desarrollado por Marx y Engels, nuestros fundadores.

1. Introducción

La primera manifestación visible de la crisis general del capital fueron los acontecimientos de 1968 (1), como dejo claro donde describo - más adelante- la máquina típica de la época actual en los comienzos de los años 1960 con el surgimiento del órgano de control, el cuarto órgano de la máquina descrita por Marx con solo tres órganos (2), en el capítulo 7 de este trabajo titulado “La Máquina”.
Comprender esta afirmación significa también entender el proceso de formación de valor en el sistema capitalista, o aún en cualquiera régimen de clases.
Significa saber que sólo el trabajo humano genera valor. Justamente, esta afirmación está en el centro de las concepciones económicas de Marx y, por supuesto, de este trabajo. Entonces podemos entender en profundidad aquello que pasó para generar la crisis de 2008, o sea, una tentativa de sostener un sistema financiero no apoyado en el trabajo productivo, sino que solamente en la circulación financiera, lo que llevó a desmoronar toda esa economía, llevando al mundo al borde del colapso económico. Esto significaría la paralización de todos los sistemas financieros que, a largo plazo, será el fin de las finanzas en el capitalismo si no abolimos ese sistema y creamos otro que no se base en el mercado, o sea, que venga a abolir la explotación del hombre por el hombre y que pase a distribuir la riqueza producida buscando en primer lugar satisfacer las necesidades de todos en igualdad de condiciones.
Por lo tanto, nuestro objetivo aquí es demostrar que el capital no tiene condiciones de superar la crisis en la que está sumergido hace ya unos 45 años, empleando solamente los conceptos desarrollados por Karl Marx y mostrando así que esta teoría, el marxismo, está viva y es la que puede dar cuenta de los sucesos hasta el fin del capitalismo.

2. La base de la explotación del hombre por el hombre

La explotación del hombre que en el capitalismo trabaja por un sueldo está en la forma de remuneración del trabajo humano y que clase social la define. Desde el inicio de la existencia del capital, los trabajadores reciben salarios de acuerdo a un contrato tácito entre el trabajador y su patrón, el dueño de los medios de producción, frente al cual el trabajador no tiene, hasta hoy, voz activa para exigir recibir toda la riqueza que crea. Los trabajadores siempre dejan parte del valor que crean en manos de los capitalistas, dueños de los medios de producción, y ésa es la verdadera razón de la desigual repartición de las riquezas y la forma de someter la clase trabajadora a la clase burguesa.
A pesar de que en la sociedad las cosas no son tan tajantes como la presentada, y está claro que existen restos de las clases anteriores al capitalismo, desde esclavos hasta siervos de la gleba de la Edad Media, en lo esencial el régimen capitalista es definido por esas dos clases, asalariados (o proletarios) y capitalistas (o burgueses), ya que representan la inmensa mayoría de la sociedad. Pero aquí no se trata de mayoría o no, sino que de límites cuantitativos en la generación de valores y nadie discute que son fundamentalmente los asalariados quienes generan la mayor cantidad de valor en el seno de la sociedad capitalista y que los capitalistas solamente administran la generación del valor de la forma que más les interesa y administran el propio valor en sí. Por lo tanto, los asalariados, la clase dominada en el capitalismo, no tienen directamente voz activa en la producción y, por consiguiente, en su destino social, ya que es en el proceso productivo donde el hombre genera su vida. Es ese hecho el que crea la alienación social, tanto del asalariado como del capitalista.

3. Los regímenes sociales por los que pasó la humanidad

Los hombres surgen en completo desamparo en el seno de manadas de monos que lograron un desenvolvimiento superior a los demás. Esos hombres, desde su surgimiento, desarrollan un conocimiento del ambiente en que surgieron, la naturaleza terrestre, para alimentarse y protegerse mejor de las intemperies naturales.
Desde que surgen los hombres, hace 50 a 70 mil años, solamente hace unos 10 o 12 mil años que los hombres pasan a esclavizarse unos a otros. La esclavitud presupone otro hecho, y es que la producción humana pasa a generar excedentes, o sea, los hombres ya no consumen todo lo que producen durante su vida, de los que se apropia el señor de esclavos, apropiación ésta que es el origen de la plusvalía actual en el capitalismo.
Por lo tanto, tenemos que prestar atención a cómo caminó la humanidad hasta llegar a su estado actual, que viene a ser un desarrollo histórico de una sociedad primitiva, surgida de la animalidad y en lucha con la naturaleza y con sus semejantes, desenvolviéndose a duras penas hasta el estado en que nos encontramos.
El régimen esclavista estuvo vigente hasta el siglo V después de Cristo, con la destrucción del Imperio Romano que venía en crisis desde hacía algunos siglos, pues se habían agotado sus condiciones de generar más fuerzas productivas en su seno. En verdad, el Imperio Romano venía en crisis desde antes del nacimiento de Cristo, debido a las rebeliones de esclavos, la corrupción imperante en la aristocracia y las guerras con los bárbaros. Cayó el Imperio Romano y con él, la esclavitud. Así se generó el régimen feudal, régimen en que el señor podía cobrar al campesino el diezmo, o una parte de la producción agrícola del siervo, y éste tenía el derecho inalienable a residir y trabajar en la gleba donde nació y a ser protegido por el señor feudal, a pesar de que numerosas veces pudiera ser reclutado como guerrero por el señor para proteger sus tierras. Estas son las características esenciales del feudalismo dichas de forma muy rápida y superficial.
A partir del siglo X a XI, el feudalismo europeo comienza a degenerarse. Esta degeneración lleva al surgimiento de la centralización en los diferentes reinados. Esto era de interés de los burgueses que ya se desarrollaban, tanto en el comercio exterior como con la aparición de las empresas financieras, o sea, los bancos. La evolución de ese proceso condujo a la fundación de los diferentes estados nacionales por exigencia de la burguesía, que no quería pagar un impuesto al atravesar cada feudo con sus mercaderías, y sí pagar un impuesto único para atravesar un país.
Esa situación evoluciona hacia la democracia burguesa que vivimos hoy, aunque que aquellas revoluciones a nivel europeo tuvieron diversos aspectos, algunas fueron radicales y progresistas, como en Inglaterra y Francia, y otras conservadoras, como es el caso de los países ibéricos: Portugal y España, que pasaron a ser países dependientes de otras naciones europeas, llamadas países centrales del capitalismo.
Las revoluciones capitalistas generan el sistema colonial con las navegaciones de los europeos por el oriente y occidente. Colonizando en oriente a la India, China y otros países menores y casi todos los pueblos africanos; y en el occidente, a toda la América, generando además los EUA y Canadá --que en seguida pasan a integrar los países centrales--, y todos los países latino-americanos que como oriundos de países dependientes y conservadores heredan desde el inicio esa dependencia y conservadorismo, personificados en las oligarquías latinoamericanas.
Posteriormente, con el transcurrir de la historia, Inglaterra pierde su hegemonía para los Estados Unidos de América del Norte y nuestros países latino-americanos transitan del colonialismo al neocolonialismo y hasta hoy se debaten en esa situación, sin poder realizar su independencia económica y social.

4. Fases del Capitalismo

Para comprender cómo el capital arriba a la situación actual es necesario que analicemos rápidamente su evolución histórica.
Como ya vimos, cuando el feudalismo llega al fin de su desenvolvimiento histórico, cuando en su seno ya no puede desarrollar más fuerzas productivas, comienza a emerger el capital, todavía en pleno feudalismo. Ese desarrollo, en su primera fase se da en las ciudades estado italianas, principalmente en cuatro de ellas: Florencia, Venecia, Génova y Milán.
El capitalismo desarrollado en las ciudades estado italianas estuvo basado en la forma de producir artesanal. Esa forma primitiva de capitalismo todavía no conocía las máquinas modernas que solo aparecerían bastante más tarde. Las principales características del capitalismo de esa época son: los artesanos eran profesionales que conocían cabalmente su profesión y eran dueños de los medios de producción. Por ejemplo, un carpintero sabía ir al bosque a escoger un árbol, cortarlo, secarlo, aserrarlo en tablas y construir toda clase de muebles con esas tablas. Un artesano zapatero sabía abatir al animal, sacarle la piel, curtirla, preparar los moldes para un par de botas o zapatos, cortar el cuero, coser los pedazos y colocar suela, consiguiendo un calzado listo para el uso.
Pero, como lo demuestra la historia, la naciente burguesía no se contentó con ese proceso de producción artesanal. Era necesario desarrollar métodos y formas de producir que aumentasen la producción y dejaran mayor cantidad de lucro. Para tal efecto era necesario introducir otra forma de producción capitalista, la manufactura, que es nada más que la especialización de los trabajadores que ya no son más dueños de los medios de producción, y donde cada trabajador realiza siempre una y la misma operación, todavía con herramientas, sin máquinas. Entonces el capitalista reunía un gran número de trabajadores bajo el mismo techo, donde cada uno ejecutaba una operación, hasta que el producto salía terminado después de la última operación. Así, un trabajador en el sistema manufacturero era un maestro en una operación, pero, ya no conocía las demás operaciones para elaborar el producto completo.
A cada cambio en el modo de producir del capital, hasta la producción en serie, o fordista-taylorista, cambia la nación hegemónica. Cuando la artesanía dejó de ser el modo de producir prioritario del capital, la forma de producir pasó a ser la manufactura y Holanda fue el país que desarrolló ese método de producción y tomó la hegemonía del capital. Ese cambio se da alrededor del siglo XV y son los holandeses quienes desarrollan empresas protegidas y, hasta cierto punto, financiadas por el estado, muchísimo más complejas que las logradas hasta entonces por las ciudades estado italianas. Es a través de una de esas empresas que los holandeses invaden en diversas ocasiones las costas de Brasil, intentando establecer allí una colonia holandesa, sin conseguir su objetivo. Pero consiguen establecerse en las islas de Curazao, Bonaire y Aruba, al norte de Venezuela, que hasta hoy forman parte del reino holandés. También colonizan África del Sur, dejando a los boers como sus descendientes, mestizados con tribus sur africanas.
La manufactura entró en crisis al final del siglo XVI e inicios del siglo XVII. Para solucionar esa crisis fue necesario un cambio profundo en la forma de producir y en la organización de las empresas. Y esta vez le tocaba a los británicos encabezar los cambios en la producción. Así llegó el momento de desarrollar la forma de producir a la que Karl Marx llamó de gran industria, que también podría llamarse de industria mecanizada. En Inglaterra desarrollan máquinas para diferentes ramas industriales. Con eso, y una reforma profunda en la organización industrial, Gran Bretaña pasó a ser la nación hegemónica del capitalismo y, con su nueva forma de producir, vence a la hegemonía del feudalismo en Europa y el capitalismo pasa a ser la forma de producción hegemónica en el mundo. Este cambio se da en el siglo XVII y Gran Bretaña mantuvo esa hegemonía hasta el final de la segunda guerra mundial, o sea, 1945.
Al cabo de dos guerras mundiales, Gran Bretaña tenía su economía destruida y no tuvo cómo reaccionar para preservar su posición y así, los EUA suceden a Gran Bretaña en la hegemonía.
El desarrollo de los Estados Unidos de Norte América se venía procesando desde bastante tiempo, de mucho antes de su ascensión a la hegemonía mundial. El país se hizo de dimensiones continentales, arrebatándole cada vez más tierras a México, y comprando tierras a Francia, España y Rusia. Muchos inmigrantes de diversas partes del mundo fueron recibidos en el país, formando una nación de inmensa capacidad productiva y, al mismo tiempo, desarrollando un consumo cada vez de mayor volumen y sofisticación, mientras prácticamente toda la producción era realizada en el país. Ese hecho, aliado al inmenso territorio y a la variedad cultural e iniciativa de su pueblo, transformó los EUA en el país hegemónico del mundo, política, económica y militarmente, hasta los días actuales.
Para desarrollar una industria que pudiese alimentar el consumo de su población y el desarrollo de su complejo militar industrial que alimenta las necesidades de sucesivas guerras y ventas masivas de armas a muchos países, inclusive a Alemania nazi, los estadounidenses desarrollaron una nueva forma de producir que quedó reconocida como fordismo-taylorismo, y la organización de sus empresas adoptó la forma de corporación transnacional. Esa forma de producción combina las líneas de montaje del fordismo, desarrolladas en la industria automovilística con la especialización de los puestos de trabajo en la línea de producción concebida por Taylor. Esta forma de producir garantizó una productividad tal que el país no sólo era auto-suficiente en el consumo, sino que también tenía una gran capacidad de exportación.
Pero, como ya mencionamos en el inicio de este documento, al final de la década de 1960 el régimen capitalista muestra las primeras señales de su agotamiento total. Ya no puede contener más fuerzas productivas en su seno, a pesar de que en algunos espacios todavía cabría algún desarrollo, por ejemplo, en China. Pero, como un todo, el sistema capitalista ya no podía contener ningún aumento de sus fuerzas productivas.

5. El fin del fordismo-taylorismo y la automatización industrial

Con el desarrollo de la ciencia como fuerza productiva inmediata, la aparición de abundantes descubrimientos científicos y el desarrollo de innumerables campos de la ciencia y de la técnica durante el siglo XX, condujo a la irrupción de los equipos digitales hacia el final de la primera mitad del siglo. Esos aparatos evolucionaron rápidamente en máquinas programables, los computadores, y de estos emergieron los microcomputadores, que pasaron a ser producidos en masa.
Esas máquinas, naturalmente, fueron utilizadas en el control de otras máquinas, como tornos mecánicos, fresadoras y, por último, prácticamente en todas las maquinarias que se utilizan en la producción.
La gran ventaja, desde el punto de vista técnico, de las máquinas controladas por computador, o por red de computadores, por un lado es la precisión en los objetos que fabrican, que algunas veces pasa de decímetros a milímetros, y por otro, la velocidad altísima a que trabajan. Por ejemplo, un robot soldador, utilizado en la industria automotriz distingue entre dos puntos una distancia de 2mm y puede tener una jornada de trabajo de 24 horas 7 días por semana. Un ser humano no consigue una distancia homogénea entre las soldaduras, pudiendo errar en 20 o 30mm y más cuando está cansado, sin contar que tiene una jornada de trabajo muchísimo más reducida que el robot.
Pero desde el punto de vista económico, las ventajas para el capital son dos: la primera, la velocidad de producción que resulta muy superior a la máquina controlada manualmente y la segunda, que permite eliminar una inmensa cantidad de trabajo vivo. Esta última cualidad es responsable de la cesantía de más de 10% de los trabajadores del mundo y que continúa aumentando sin chances de disminuir mientras haya capitalismo, a pesar de lo que diga la propaganda del capital.
Por otro lado, la aplicación del control automático en la producción tiene un solo límite. El único límite que encuentra la automatización industrial es en el trabajo creativo. Ninguna de las máquina que hasta hoy desarrollaron los hombres es capaz de realizar el menor trabajo creativo, solamente puede ejecutar un programa previamente almacenado en su interior. Por lo tanto, podemos desarrollar máquinas para ejecutar todas las operaciones productivas después que sea desarrollado un prototipo del producto que funcione correctamente.
Sabemos que toda secuencia de operaciones puede ser reducida a un algoritmo o un diagrama de flujo, como es normalmente conocido. Ese algoritmo puede transformarse en un programa para computador y así comandar una máquina. También sabemos que sólo un acto creativo no puede ser reducido a un programa computacional, porque en realidad no sabemos qué vamos a encontrar más adelante en una creación. Entonces, la creación estaría solamente reservada al hombre, abandonando a las máquinas todo otro trabajo, pero esto sólo si nos libramos del régimen capitalista.
Si la sociedad viviera en un régimen social donde la producción no tuviera como objetivo el lucro, la automatización industrial liberaría al hombre de una inmensidad de trabajos cansadores y alienantes.

6. La Máquina

Marx abre así el capítulo XIII de “El Capital”, titulado “La maquinaría y la Industria Moderna” (3):
En su obra “Principles of Political Economy”, John Stuart Mill dice:
“Es dudoso que las invenciones mecánicas hechas hasta ahora hayan aliviado la labor diaria de algún ser humano”.
Y en una nota de pié de página, Marx afirma:
Mill debería haber dicho: De algún ser humano que no viva del trabajo ajeno. Las máquinas aumentaron el número de los abastecidos ociosos.
Y sigue: No es ése el objetivo del capital cuando emplea maquinaria. Ese empleo, como cualquiera otro desarrollo de la fuerza productiva del trabajo, tiene por fin abaratar las mercancías, acortar la parte del día de trabajo de la cual precisa el trabajador para sí mismo, para ampliar la otra parte que él da gratuitamente al capitalista. La maquinaria es un medio para producir plusvalía.
Por lo tanto, es primordial tener en mente este hecho cuando se estudia la máquina. En primer lugar, es un medio de producir plusvalía en nuestra sociedad actual.
Más adelante, en la nota de pie de página Nº 89, comentando la máquina de hilar de John Wyatt, Marx dice:
Antes de él, fueron empleadas máquinas para hilar, a pesar de ser muy imperfectas, e Italia fue probablemente el país donde primero aparecieron. Una historia crítica de la tecnología mostraría que difícilmente una invención del siglo XVIII pertenece a un único individuo. Hasta hoy no existe esa obra. Darwin nos interesó en la historia de la tecnología natural, en la formación de las plantas y de los animales como instrumentos de la producción necesaria a la vida de las plantas y de los animales. ¿No merece igual atención la historia de la formación de los órganos productivos del hombre social, que constituyen la base material de toda la organización social? ¿Y no sería más fácil reconstituirla, una vez que, como dice Vico, la historia humana se distingue de la historia natural, por haber hecho el hombre una y no haber hecho la otra? La tecnología revela el modo de proceder del hombre con la naturaleza, el proceso inmediato de la producción de su vida y así elucida las condiciones de su vida social y las concepciones mentales que de ellas discurren. Aún una historia de la religión que ponga a un lado esa base material, no es una historia crítica. En realidad, es mucho más fácil descubrir el tronco terreno de las nebulosas representaciones religiosas, analizándolas siguiendo el camino opuesto, descubrir, partiendo de las relaciones de la vida real, las formas celestiales correspondientes a esas relaciones. Las fallas del materialismo abstracto fundado sobre las ciencias naturales, excluyendo el proceso histórico, son luego percibidas cuando nos detenemos en las concepciones abstractas e ideológicas de sus portavoces, siempre que se aventuran a ultrapasar los límites de su especialidad.
De esta manera, abordamos incluso, el carácter de la ciencia en general, además de la necesidad de investigar y registrar de forma crítica la historia de nuestros medios de producción, pues expresa todo el carácter de clase de los mismos. (4)
Es en ese mismo capítulo donde Marx elabora la definición de máquina. Es interesante notar que, para Marx, la máquina representa un salto cualitativo, algo nuevo en relación a la herramienta, que permitió a la humanidad pasar a producir una existencia nueva para sí, a pesar de que esto no haya ocurrido hasta nuestros días. Marx critica la falta de criterio que tuvieron matemáticos, mecánicos y economistas de la época, al encontrar que la máquina era puramente una herramienta compleja, no una construcción cualitativamente nueva, antes inexistente, que resulta de la agrupación de numerosos instrumentos mecánicos.
Afirma Marx: Toda maquinaria desarrollada consiste en tres partes esencialmente distintas: el motor, la transmisión y la máquina herramienta. (5)
El Motor – Es el órgano encargado de entregar la energía a toda la máquina. Existen, históricamente, una infinidad de tipos de motores, pero todos transforman una forma dada de energía en energía mecánica para mover el mecanismo. En la época en que Marx vivió, la física todavía no había desarrollado el concepto de energía.
Podemos encontrar la rueda de agua que transforma la energía de una caída de agua en movimiento rotatorio, el molino de viento que transforma la energía eólica en movimiento rotatorio, el motor a vapor que transforma la presión del vapor de agua en movimiento de vaivén horizontal que una biela transforma en movimiento rotatorio, precursor del motor a explosión de los vehículos actuales. Existen máquinas movidas por fuerza animal –del burro, buey y otros-, como en las moliendas de caña de azúcar del Brasil colonial, y Marx habla de molinos en Alemania movidos por fuerza humana, hombres a quienes se uncía por el cuello a una rueda grande de madera para evitar que durante el trabajo llevasen el trigo molido a la boca. Pero con el advenimiento del motor eléctrico vino una serie de avances en la organización de la fábrica, pues, entre otras ventajas, la electricidad puede ser utilizada a muchos kilómetros de distancia de donde es generada. El motor es más compacto y puede estar alojado en el seno del mecanismo.
Transmisión – La transmisión está encargada de modificar y transmitir el movimiento rotatorio del motor de diferentes maneras y entregar la energía necesaria para mover la máquina herramienta. La transmisión puede modificar el movimiento rotatorio, transformándolo en horizontal o vertical, e invertir el sentido de rotación, producir movimientos periódicos con poleas excéntricas, generar movimientos de vaivén con bielas, etc. Los engranajes, ejes, poleas, correas, etc., forman parte de la transmisión.

Máquina Herramienta – Sobre la máquina herramienta Marx dijo:

Los aparatos e instrumentos con que trabaja el artesano y el trabajador manufacturero aparecen de modo general en la máquina, a pesar de que muchas veces, bajo forma muy modificada, no son más instrumentos del hombre pero sí herramientas de un mecanismo, instrumentos mecánicos.
Hoy, el serrucho del carpintero se tornó en sierra eléctrica. Y así pasó con casi todas las herramientas. Pero siempre la máquina herramienta será el objetivo, tanto del motor, que le entrega energía, como de la transmisión, que adapta el movimiento a las necesidades de la máquina herramienta. Es en esta máquina herramienta donde el objeto del trabajo resulta elaborado de la forma deseada. Sobre la máquina herramienta recae la responsabilidad de las transformaciones de los objetos del trabajo.
Una máquina herramienta particularmente interesante de examinar es un torno mecánico, donde el metal es aprehendido para dársele innumerables formas, de acuerdo al objetivo del operador de la máquina, desde una tuerca a un tornillo. El motor, así como la transmisión, son mecanismos altamente complejos como para dar versatilidad al torno. El motor posee un sistema de regulación de velocidades, la transmisión puede hacer girar diferentes ejes a diferentes velocidades para regular la efectividad de la herramienta de corte, dando el paso exacto, por ejemplo, de determinada rosca para ser abierta en el metal. Un buen operador de torno mecánico es un trabajador altamente especializado. Debe tener conocimientos de los materiales con los que trabaja, metales y aleaciones metálicas, y saber cómo escoger y afilar las diferentes herramientas de corte para cada material y cada tipo de trabajo que va a realizar, conocer las velocidades que debe emplear de acuerdo con el material y tipo de trabajo, sin contar que debe conocer a la perfección la máquina que opera y sus limitaciones.
Marx escribió reproches respecto a la ausencia de una historia crítica de los órganos de producción de la humanidad. Como él afirma, a partir de Darwin se perfecciona la historia del desarrollo de los órganos de los seres vivos, pero los órganos elaborados por los hombres para la producción durante su vida siguen sin una historia crítica donde se puedan estudiar ciertas particularidades de nuestras propias vidas.
Esta es la máquina de la época en que Marx escribió “El Capital” y que se desenvolvió por muchos años manteniendo el mismo carácter. A partir del inicio de la década de 1960 hubo un salto cualitativo en la construcción de máquinas que cambió su carácter. Este salto se dio en función del surgimiento de la máquina programable, que introdujo la aplicación en las máquinas de un cuarto órgano, el órgano de control.
La máquina programable por sí ya seria tema para diversos capítulos, pues es inmensa su importancia en el desenvolvimiento de la sociedad humana. Basta decir que la internet es una complejísima máquina programable que se extiende por todo el mundo y tiene sus motores en cada máquina digital conectada a ella. Pero por falta de espacio dejaremos de abundar mucho más a su respecto.
Lo fundamental, en relación a lo anterior, ya fue dicho: es capaz de ejecutar un programa, cualquiera que pueda ser resumido por un algoritmo y su mayor limitación es no poder crear ni una línea de nada, pues no dispone de conciencia. Muchos quieren ver en aquello que llaman inteligencia artificial cierto grado de creatividad, pero, por lo menos hasta hoy, lo que tenemos son directivas programadas de un cierto objetivo y programas de variación de determinados parámetros y cuando una variación hace aproximarse más los resultados del programa al objetivo descrito en tal programa, el nuevo parámetro o parámetros resultan adoptados, y en caso contrario son descartados.
Para Marx ya estaba claro que las máquinas desarrolladas por el capital fueron desarrolladas según sus necesidades para lograr maximizar la plusvalía, olvidándose del confort en el trabajo, la seguridad del trabajador y muchos otros detalles, como la economía máxima de energía, el mínimo de contaminación al medio ambiente, etc.
Solamente en nuestros días entraron a la discusión estos asuntos, al tornarse críticos, poniendo en peligro toda existencia de vida en la tierra y aún la misma Tierra como planeta del Sol.

7. Consecuencias del salto cualitativo de la máquina en La
sociedad

Las consecuencias de ese salto fueron muchas y en diferentes campos de la sociedad:
• Consecuencias sobre la plusvalía, o sea, sobre el capital (6):
Como comenta Marx en el libro 3 de “El Capital”:
“La relación entre la plusvalía m y el capital variable v, o sea, m/v, llamamos de tasa de plusvalía, designada por m’. Así m/v = m’,y por consiguiente m = m’v. Referida al capital total y no al capital variable, la plusvalía llamase lucro l, y la relación entre ella y el capital total C, o sea, m/C, tasa de lucro l’. Así l’ = m/C = m/c+v, y substituyendo m por su valor m’v, encontrado arriba, tenemos l’ = m’ v/C = m’ v/c+v que se puede exprimir por: l’ : m’ = v : C; la tasa de lucro está para la tasa de plusvalía así como el capital variable está para todo el capital.” (7)
La proporción l’ : m’ = v : C se puede escribir como: l’/m’ = v/C. Así se concluye que la tasa de lucro es siempre menor que la tasa de plusvalía, puesto que C que es igual a v+c es siempre menor que v.
Marx define otro concepto, el de Composición Orgánica del Capital como COC = c/v.
En el libro 3 de “El Capital” Marx después de extensa análisis de las fórmulas de tasa de plusvalía y tasa de lucro, haciendo variar uno de los factores por vez y manteniendo los demás fijos concluye:
“La tasa de lucro es determinada por dos factores principales: la tasa de plusvalía y la composición orgánica del capital…”. (8)
Por lo tanto, siendo la composición orgánica del capital igual al capital fijo, o sea, el conjunto de máquinas de determinada empresa productora más sus instalaciones, edificaciones, etc., dividido por el capital variable, o sea la masa de sueldos pagada por el capitalista; en la medida que los trabajadores van siendo substituidos por máquinas, ocurre que la composición orgánica del capital aumenta constantemente, esto quiere decir que al automatizar la producción la tasa de lucro disminuye constantemente, y significa despedir constantemente los trabajadores especialmente en los países más industrializados. Al despedir inmensas cantidades de trabajadores, el poder adquisitivo de la sociedad cae; como las máquinas no consumen lo que ellas mismas producen las mercancías no encuentran consumidores salvo a través del endeudamiento, tal cual sucede hoy en día.
Por otro lado, también en el libro 3 de “El Capital” en la parte tercera titulada “La Tendencia a Caer de la Tasa de Lucro” Marx dedica más de 30 páginas en describir esa ley del capitalismo y en seguida analiza 6 factores que se oponen a esa ley, que son:
1. Aumento del grado de explotación del trabajo;
2. Reducción de los sueldos;
3. Disminución del precio de los elementos de capital constante;
4. Superpoblación relativa;
5. Comercio exterior;
6. Aumento del capital en acciones.
En seguida se dedica en analizar las contradicciones internas de la ley.
Pero como todo en la naturaleza está pendiente de un límite, cuando la tasa de lucro baja a determinado punto diferente de cero, pero razonablemente bajo, en verdad, el capital ya no puede soportar, pues la reproducción ampliada se interrumpe y el sistema entra en crisis que no es cíclica, sino que es una crisis generalizada del sistema. Con esto queremos decir que el capitalismo está condenado a una decadencia constante e irreversible, tal como lo describe Marx en sus obras. Y el capital, como un todo, ya no consigue contener más fuerzas productivas en su seno.
Estas conclusiones que se pueden observar en nuestro cotidiano, como es el caso de la crisis financiera deflagrada en 2008 en los EUA, y que se extendió por Europa y prácticamente por todo el mundo. El ejemplo de esta crisis y de otras demuestra la vigencia del marxismo en nuestros días.

• Consecuencias sobre los estados nacionales y el imperialismo:

En el instante de la saturación del sistema, o sea, cuando el sistema ya no pudo contener más fuerzas productivas en su seno, la burguesía empezó a buscar medios de aumentar su tasa de lucro. Con la caída de las tasas de lucro, el imperialismo inmediatamente tomó medidas para frenar ese desplome.
Abriendo un paréntesis, podemos decir que la ciencia de la economía de la burguesía, si es que eso pueda llamarse ciencia, niega rotundamente que el valor sólo sea generado por el trabajo humano vivo. En el concepto de esa clase es la rotación del capital lo que genera riqueza, porque esa es la apariencia para quienes administran el capital. Para ellos, cuando los trabajadores ya no son necesarios, creen que sus lucros van aumentar despidiéndolos.
Cuando comenzaron a funcionar las máquinas modernas dotadas de órgano de control es claro que algunos capitalistas obtuvieron grandes lucros, pero después, con la difusión de la nueva tecnología, no sólo dejaron de tener grandes lucros, sino que los lucros cayeron de forma general, y continúan cayendo. Las crisis vinieron una seguida de otra y todas, hasta ahora, siempre fueron tratadas como meras crisis cíclicas, pero la diferencia entre una crisis cíclica --que es una crisis de crecimiento, que indica que la casa debe ser re-arreglada, y una crisis general, terminal o sistémica indica que el arreglo de la casa debe comenzar por cambiar el régimen social, dejando en claro la afirmativa de Marx que la transformación de los medios de producción hace cambiar el sistema, y es eso lo que la burguesía niega, lo que conduce al agravamiento de la crisis, como notamos en la última crisis que irrumpió en el seno del país hegemónico, los E.U.A.
Después de algunos ensayos sin éxito, el imperialismo resuelve cambiar la orientación de sus gobiernos, abandonando el keynesianismo y adoptando el neoliberalismo. Esta nueva forma de gobernar busca, sobretodo, acabar con cualquier derecho de los trabajadores, pero además, acabar con todos los derechos que el pueblo conquistó en duras luchas por siglos, al precio de innumerables vidas.

• Las consecuencias sobre los trabajadores:

Las verdaderas víctimas de la caída de las tasas de lucro son los trabajadores de todo el mundo. Eso porque el capital procura hasta hoy recuperar sus lucros disminuyendo, sobretodo, las conquistas de la clase trabajadora y expulsándolos del trabajo. Estos trabajadores, llamados entonces excedentes, en algunos lugares son tratados y algunos se convierten en delincuentes. Hay determinados círculos burgueses que abogan por el exterminio de las poblaciones excedentes, llamadas marginales.
Acaban con el derecho a la educación, a la salud pública. Además de eso, el imperio pasa a privatizar todos los servicios que se encontraban en manos del Estado, por ser nacionalmente estratégicos para la población, como empresas telefónicas, empresas de abastecimiento de agua y energía eléctrica, lo que representa altas pérdidas para la ciudadanía, ya que las compañías privadas que se apoderaron de esas empresas subieron exageradamente los precios de esos servicios, cuya calidad decayó en general.

7. Conclusiones

Con este documento podemos advertir que, mientras exista capitalismo, el marxismo será una insubstituible arma teórica de lucha contra el sufrimiento impuesto por ese régimen social que en su senilidad, al ver su acumulación amenazada, pasa a destruir vidas humanas, como lo hizo en larga escala en Irak, para citar un asesinato en gran medida, sin hablar de las muertes diarias por la miseria que impera en el seno de la sociedad, sobretodo en África.
Podemos entender claramente que la teoría no es algo concebido estáticamente y de una vez para siempre. Si quiere continuar viva, la teoría, debe acompañar la evolución de la propia vida. Creo que mientras no haya una profunda renovación teórica, en muchos aspectos muchos de los partidos marxistas acabarán también transformándose en restos del pasado, Esto no significa la negación pura y simple de la teoría marxista, sino justamente un desarrollo en su dirección inicial, manteniendo la combatividad y lucidez que imperan en los trabajos de sus fundadores, Karl Marx y Fredrich Engels.

Notas:
1) “O Poder da Ideologia” István Mészáros, Editorial Boitempo, 2004.
2) Karl Marx “O Capital” Crítica de la Economia Política. Livro Primeiro, Volume I – DIFEL. Difusão Editorial S.A. 1984, 9ª edição, tradução de Reginaldo Santana.
3) Karl Marx “O Capital” Crítica de la Economia Política. Livro Primeiro, Volume I – DIFEL. Difusão Editorial S.A. 1984, 9ª edição, tradução de Reginaldo Santana.
4) Subrayado mío Sergio Bacchi. Poner atención que nuestras máquinas cargan el carácter de la clase que las utiliza.
5) Página 425 de la obra ya citada.
6) Todas las fórmulas aquí presentes están en “El Capital de Karl Marx”.
7) O Capital – Crítica da Economia Política; Livro 3, Volume IV, III Relação entre Taxa de Lucro e de Mais-Valia página 54 Editora Difel 1983.
8) Idem página 76.

Sergio Bacchi

Voces contra la impunidad

Todos los testimonios forman parte de la colección The Spanish Civil War Memory Project de la Universida de California, San Diego

España: Voces contra la impunidad from Spanish Civil War Memory Project on Vimeo.

En el primer centenario del nacimiento de Miguel Hernández

Una respuesta de Miguel Hernández: la consistente columna vertebral de un poeta comunista

Tomo la información, que desconocía, del último libro de Antoni Batista [1].
Miguel Núñez, el recientemente malogrado dirigente del PSUC y del PCE, conoció a Miguel Hernández en el penal de Ocaña. Tenía el que sería años después responsable político del PSUC en Barcelona apenas 18 años. Había sido condenado a muerte. Como en el caso del poeta oriolano, le fue conmutada; en su caso por una pena de 30 años. Fue aquélla su primera estancia en las cárceles fascistas. Estuvo en ellas diecisiete años, se dice pronto, una quinta parte de su vida.
Núñez, recuerda Batista, destacó siempre que quería oírsele la sensibilidad extrema del poeta alicantino y recordó con detalle sus clases de literatura e historia a los presos republicanos, al igual que los poemas que les recitaba.
El dirigente comunista siempre recordó algo con especial intensidad. Un día, Ernesto Giménez Caballero, un, digamos, brillante intelectual del fascismo español, se desplazó a Ocaña para ofrecer al autor de las “Nanas de la cebolla” salir en libertad. Mejor: abandonar aquel infierno carcelario. Según parece, incluso sugirió a Hernández la posibilidad de convertirse en el poeta de la Falange.
Miguel Hernández no dudó. La traición no habitaba en su alma a pesar de su enfermedad y de la condena. Se negó claro está a esa infamia. Miguel Núñez recordó a lo largo de su vida las palabras de Hernández, su respuesta a la insidia de Giménez Caballero: “Mira, Ernesto, éstos son mis hermanos, vencidos de hoy, vencedores de mañana, y me quedo con ellos”.
Recuerdan, por qué no, unas palabras de Marcelino Camacho [2], alguien que abonó la misma tradición de honradez política y resistencia antifascista y anticapitalista del poeta oriolano: “Ni nos doblaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar”.
Apuntan ambas al mismo horizonte de dignidad. Fueron dichas por dos comunistas con una columna vertebral firme. Fueron en serio.
PS: Antoni Batista escribe en la página 28 de su ensayo: “[…] El Partido Comunista de España, y su socio, el Partit Socialista Unificat de Catalunya, habían lavado con creces su pasado totalitario luchando con valentía y sacrificio contra la dictadura y por las libertades políticas; una democracia sin ellos hubiera sido tan poco fiable como una democracia con su máximo enemigo personal ostentando cargos: CC (Comisario Creix, Antonio Juan Creix)”. Dejando aparte el uso de “socio” para referirse a la relación entre el PSUC y el PCE, ¿de qué pasado totalitario está hablando Batista? ¿De las actuaciones del PSUC y del PCE durante la guerra civil? Totalitarismo, ¿en qué? Por lo demás, el PSUC y el PCE no lucharon sólo por las libertades políticas sino también por el socialismo no burocrático y es sabido de todos que individuos de similar catadura poliética que el torturador de extrema derecha Antonio Juan Creix ocuparon durante años puestos de relevancia en las instituciones “democráticas” de la Monarquía borbónica.
No está probado, además, que la situación haya variado sustantivamente más allá de las desapariciones biológicas en determiados casos e instancias.

Notas:

[1] Antoni Batista, La carta. Historia de un comisario franquista. Madrid, Debate, 2010.
[2] Las ha recordado recientemente Mario Amorós: “La humanidad de Marcelino Camacho” (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=115745)
De él las he tomado.

Salvador López Arnal
Rebelión

K

"... los mismos nadies que salieron hace casi diez años a la calle a gritar “que se vayan todos” regresaron hoy para garantizar que se queden los que están. Lo cual no es una paradoja, sino una consecuencia." lavaca, 28 de octubre de 2010

Néstor Kirchner recicló el "que se vayan todos", que permitió su llegada accidental desde la Patagonia a la presidencia de Argentina en 2003 con sólo un 22 % de apoyo electoral, en una nueva institucionalidad. No tiene sentido criticarle por no haber sido lo que nunca pretendió ser, a menos que se parta de una visión idealizada de ese mutante que es el peronismo. Sus dos principales objetivos políticos fueron recuperar la legitimidad del Estado y (re)construir el viejo concepto de "burguesía nacional" frente a la transnacionalización inducida por la globalización neoliberal. En el primer punto tuvo bastante éxito, algo que hasta la derecha de su país se ve obligada a reconocer en voz baja aunque denuncie por conveniencia la falta de seguridad jurídica. Lo segundo se quedó en un capitalismo oligárquico (¿acaso hay otro?) en el que la especulación financiera que había salido por la ventana volvió por la puerta de atrás del agronegocio exportador. Un simpatizante como Mario Wainfeld escribía ayer en Página 12: "Kirchner deja el centro de la escena en un país gobernado y gobernable. Con una economía y una situación social sustentables, con previsibilidad política". Sólo si tenemos en cuenta la grave crisis política, económica y social que asoló el país en las postrimerías del menemismo, podrán entenderse muchas de las decisiones que tomó, empezando por la anulación de las leyes de punto final y de obediencia debida.
El 29 de mayo de 2006 pude ver en directo, por un canal argentino de televisión, una escena que nunca habría podido producirse en España. El presidente Néstor Kirchner se disponía a pronunciar un discurso en el Colegio Militar con motivo del Día del Ejército, frente a miles de militares. Días antes militares retirados habían organizado un acto conmemorativo en homenaje a las víctimas de la guerrilla de los años setenta y en el que se justificó la represión de la dictadura. Se esperaba por tanto que Kirchner adoptara un tono firme, pero acabó sorprendiendo por la dureza de su tono y por su desaire a la cúpula militar al abandonar luego el palco y no asistir al desfile. "Como Presidente de la Nación, no les tengo miedo". "No queremos al Ejército de los que mataron a sus hermanos". Ya en 2004 había ordenado a un teniente general, delante de la prensa, que retirara los retratos de los generales Videla y Bignoni. Kirchner repitiría luego el "no les tengo miedo" frente a empresarios y medios de comunicación.
Con esta retórica contundente se ganó el apoyo de muchos movimientos populares, como las organizaciones de derechos humanos, las asociaciones de Madres y de las Abuelas de Mayo. La condena de la dictadura formaba parte necesaria del rechazo a la devastadora política económica neoliberal que aquélla había inaugurado, pero la oficialización de la memoria también sirvió para ignorar otras violaciones de los derechos humanos. No hubo ruptura, pero sí un giro importante que hizo que hasta los funcionarios del Banco Central privilegiaran "la paz social" -lo que incluía restaurar controles a la entrada y salida de capitales, al control de los precios, algo que en Europa, pese a la crisis rampante, sigue siendo el objetivo principal del Banco Central Europeo. Ganarse a los movimientos, o cooptarlos, significaba pacificar la sociedad argentina y acabar con la autoorganización de los pobres incluyendo a sectores que hasta entonces habían estado en los márgenes del sistema. Ex piqueteros, ex montoneros, sindicalistas y hasta ambientalistas fueron ocupando puestos clave en la administración, para horror de parte de la burguesía porteña. Estábamos en presencia de una nueva gobernabilidad basada en la "razón populista", por usar la expresión de Ernesto Laclau, afín al kircherismo.
Kirchner -y su equipo de gobierno- tuvo el mérito de haber comprendido algunos de los cambios que se habían producido en su país, pero también en el contexto internacional, del que supo aprovecharse. Frente al declive de la presencia estadounidense, ocupado con dos guerras en Iraq y en Afganistán, hizo de la necesidad virtud: se arrimó a los nuevos gobiernos progresistas sudamericanos y con ellos intentó impulsar un nuevo tipo de integración regional, en parte por necesidad, como sucedía con la dependencia argentina del gas boliviano o de la financiación venezolana. Porque la patria grande cedía frente a la chica cuando aquélla amenazaba lo que quedaba de la industria local (importaciones brasileñas) o la estabilidad política interna (crisis de las papeleras con Uruguay). El momento estelar fue el nacimiento del Unasur, organización de la que acabó siendo secretario general.
Los cambios económicos con respecto a la etapa previa a 2001 incluyeron la congelación de las tarifas de los servicios públicos privatizados (en manos, sobre todo, de empresas españolas), la mayor reestructuración de deuda de la historia, la desvinculación del Fondo Monetario Internacional -previo pago de una deuda considerada por muchos como ilegítima u odiosa-, intervención estatal para controlar los precios en la cadena alimentaria o, ya con Cristina Fernández de Kirchner, la recuperación del control público de los fondos de pensiones y la asignación universal por hijo. La demanda internacional de productos como la soja y otros cereales transgénicos y el mantenimiento de un peso argentino devaluado favoreció la expansión de las exportaciones y tasas de crecimiento del PIB del 8% hasta el año 2008. Cierta redistribución del ingreso vino de la mano de incrementos salariales en numerosos sectores y planes sociales que permitieron reducir el porcentaje de población que vive bajo el umbral de la pobreza desde más del 50% hasta el 13% que ahora declaran las cifras oficiales (que se basan no en términos relativos como en Europa sino en función de una canasta básica), aunque otras organizaciones sitúan al 30% de la población por debajo de dicho umbral. Las desigualdades en el ingreso, aunque se redujeron ligeramente bajo el mandato de Néstor Kirchner, han continuado hasta hoy con una persistencia que les da un carácter estructural. Sea como fuere, esta política de impulso del crecimiento y de la demanda interna suscitó el aplauso de economistas como Mark Weisbrot, que prefieren ignorar las consecuencias sociales y ecológicas del extractivismo y la primarización en los que se basa dicho crecimiento.
La mejora de los datos económicos y la estabilización política del país, usando como parámetros el descalabro menemista o la memoria de la dictadura, acallaron muchas voces críticas en la izquierda o las colocaron en una difícil tesitura. Y no han faltado sombras que se han alargado hasta hoy. La muerte de Néstor Kirchner prácticamente coincide con el asesinato, hace una semana, del trabajador tercerizado Mariano Ferreyra a manos de una patota sindical vinculada al poder estatal. Para los miles de nadies que hoy dieron su adiós al ex presidente, en cambio, Néstor Kirchner no dejó de darles un espacio, una voz. Que, no lo olvidemos, se habían ganado antes.

Samuel
Fuente: http://www.javierortiz.net/voz/samuel/k

Uruguay: recital de los olimareños.

Vivir la utopia

Miguel Hernandez- Nanas de la cebolla / J.M. Serrat

sábado, octubre 30, 2010

Elecciones para eternizar el poder de los ricos


El martes 2 de noviembre se efectuarán las llamadas elecciones intermedias o de mitad del período presidencial en Estados Unidos. Se elegirán un tercio de los senadores y 435 miembros de la Cámara de Representantes para un mandato de dos años, y también dirigentes de gobiernos locales y estatales.
Cada vez que algo así ocurre se hace muy claro que el sistema electoral y político de Estados Unidos, y su tan cacareada democracia, tienen una enfermedad incurable.
Culpable de ello no es el pueblo estadounidense, sino los grupos oligopólicos (multimillonarios) y sus instrumentos políticos, militares, económicos, culturales y mediáticos que no renuncian a la ambición de eternizarse con sus fortunas, acumuladas con el saqueo, la explotación y la opresión dentro de Estados Unidos y en el mundo
Como regla, lo que caracteriza los procesos electorales en Estados Unidos son acciones de corrupción, políticas de odio, discriminación y aventuras, espurios intereses, fraude, rapiña, robo, abusos públicos, ausencia de la más elemental ética y moral. Y esto no es nuevo. Viene desde hace 175 años cuando se realizó el primer proceso electoral. Nuestro José Martí analizó, en diferentes artículos de sus Escenas Norteamericanas, los procesos electorales de 1880, 1884, 1888 y 1892, y como conclusión señalaba que estaban concebidos para “eternizar en el poder a una insaciable oligarquía” y, además, sentenciaba que los políticos participantes, a los que calificaba de criminales públicos y calumniadores de oficio, “malogran y envenenan todas las banderas del espíritu”.
El proceso electoral de estos días lo confirma. Algunos ejemplos: Leemos en la prensa que David Rivera, un candidato derechista del Partido Republicano en el sur de La Florida, es cuestionado por haber recibido ingresos ilegales para su campaña como representante a la Cámara. En Las Vegas, Nevada, la candidata Sharron Anglee, favorita del Tea Party, corriente política ultraconservadora de estos tiempos, ofende con sus spots de campaña a la población inmigrante hispana considerándola “violentas pandillas” y proponiendo una agenda política de persecución contra ellos. La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, parece encaminarse a ser electa en el cargo luego de que promulgó la ley antiinmigrante contra los mexicanos. En Madison, Wisconsin, la candidata republicana al Senado, Dan Deutsch, escribió en su cuenta de Twitter que “Hitler y Lincoln fueron líderes fuertes”.
Muchos medios norteamericanos se han hecho eco en estos días de un candidato republicano a representante, también apoyado por Tea Party y por Sarah Palin, que como infante de marina participó en el asesinato de dos civiles iraquíes en Fallujah hace solo unos años. Democracy Now resumió esa información en este despacho:
“Un candidato al Congreso respaldado por el movimiento conservador “Tea Party” de Carolina del Norte está siendo seguido de cerca por haber matado a dos iraquíes desarmados mientras servía en Iraq. Este candidato, HiIario Pantano, dijo que no se arrepiente de haber matado a balazos a estos dos hombres a quemarropa tras detenerlos cerca de Fallujah en abril de 2004. Los fiscales luego alegaron que Pantano intentó poner a estos hombres como ejemplo disparándoles 60 veces y colgando un cartel de su cuerpo que decía “No hay un mejor amigo ni un peor enemigo”. Pantano no negó haber colgado este cartel o haberle disparado a estos hombres reiteradas veces tras detener su vehículo en un puesto de control, por el contrario, admitió que vació una carga completa de municiones contra los iraquíes, luego recargó el arma y disparó 30 municiones más. A pesar de haber admitido esto, las Fuerzas Armadas lo absolvieron de todo delito en 2005. Ahora está en una competencia muy reñida con el demócrata Mike McIntyre, en el 7º distrito del Congreso de Carolina del Norte”.
¿No es un síntoma de descomposición y pudrición permitir que alguien con sus manos manchadas de sangre, que es el caso de Hilario Pantano, figure como candidato en un proceso electoral? Si se revisa lo que arguyó Pantano para prestar servicios como infante de marina en varias aventuras guerreristas de Estados Unidos en el Oriente Medio, vamos a descubrir que la motivación fundamental fue el odio hacia los musulmanes que, según él, provocaron los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001. En una entrevista con la BBC, en los días en que se le acusó del crimen en Fallujah, dijo: “Soy newyorkino…y el 9/11 fue un evento significativo para mí. Nuestro deber como infante de marina es, francamente, ejercer la violencia en los cuatro rincones del mundo para asegurar que no vuelva a haber otro 9/11.”
Este Pantano, que como único “mérito” tiene haber sido un soldado invasor de Iraq y haber cometido asesinatos, ya tenía gastado en su campaña electoral en Carolina del Norte casi un millón de dólares. ¿Quién se los facilitó? Los grupos oligopólicos que reclutan y convierten en figuras políticas “servidoras de la sociedad estadounidense” a cualquier canalla o cualquier inepto, y hasta logran que no pocos de ellos lleguen al Congreso de Washington.
Con tales vientos derechistas y truenos destructivos, en medio de una situación de frustración y decepción de la población estadounidense, lo que unido a una grave crisis económica y el incumplimiento del programa de cambio del Partido Demócrata que llevó hace dos años a Obama a la Casa Blanca, Estados Unidos, la más poderosa potencia del mundo, enfrenta el futuro que no es halagüeño para él ni para el mundo.
Hoy, Estados Unidos está más enfermo que nunca antes.

Juan Marrero

Homenaje a Miguel Hernández en el primer centenario de su nacimiento (30 octubre 1910)

Era pastor en Orihuela donde nació, en la vega del Segura, dentro de un paisaje de huertas frutales, palmeras y limoneros, una naturaleza exuberante germinada en el equilibrio de los elementos esenciales, agua, tierra y fuego solar. Su sensibilidad barroca hacia la belleza se alimentó en contacto directo con la espontánea fragancia de la tierra ubérrima donde creció. Ese ambiente huertano de su infancia le proporcionó una fantasía desbordante, materia prima para su labor artística con el lenguaje. Hijo de trabajadores campesinos, la pobreza y la humildad de su cuna libraron a su voluntad de vanos caprichos y superficiales deseos, aguzando su visión para lo fundamental. El trabajo temprano y el cuidado de los animales le enseñaron el valor del esfuerzo y la atención por los seres que viven junto al hombre.
Aprendió a leer y en la lectura descubrió mundos nuevos, diferentes y lejanos, inimaginables; pero sobre todo aprendió que las palabras podían transfigurar las cosas, transmutar las sensaciones cambiando el orden cotidiano, asociar las impresiones para despertar una realidad fabulosa que dormía dentro de la normalidad sencilla en sus rutinas diarias. Mientras las cabras de sus rebaños triscaban por los caminos y en las majadas, comprendió la alquimia del verbo y comenzó a usarla.
Leía a Góngora. Aprendió a descifrar el sentido de sus frases como en un jeroglífico antiguo; averiguó símbolos envejecidos por los siglos, y siempre nuevos como el fénix que nace de sus cenizas; exploró una fantasía colectiva que se había hecho cultura centenaria. Pero no sólo leía sus versos: se comunicaba espiritualmente con el poeta culterano. En su soledad animal rumiaba las rimas como las ovejas rumian la hierba, les sacaba su jugo de clorofila a los adjetivos, el azúcar de los nombres y los pronombres, machacaba las estructuras gramaticales de las fibrosas estrofas gongorinas, con unos inmensos molares que su alma poseía para deshacer imágenes y oraciones, y asimilaba la danza de las ideas y las metáforas en el acompasado ritmo de las palabras. La poesía de Góngora era un campo de verde y fresco alimento para su inteligencia despierta y hambrienta de conocimientos estéticos.
Leía mientras cuidaba el ganado por los campos durante días enteros en estío; en noches invernales leía a la pobre luz de su humilde casa hortelana, de barro mezclado con piedras en el barrio de los peones y los jornaleros. Y los versos y las palabras se quedaban prendidos en su mente mientras andaba de faena, madurando lentamente como los melocotones en verano. Y en esas noches y en esos días, su alma como un cisne sufrió metamorfosis, se convirtió en pájaro y cantó Perito en lunas. Él, que apenas fue a la universidad y que pisó fugazmente las aulas del Bachillerato, apareció de pronto con un título de graduado concedido por la musas, por el mismísimo Apolo olímpico, perito. ¿Perito, en qué? En lunas, en noches cuajadas de estrellas, en silencios nocturnos rotos por el ulular de la lechuza, en tiernas primaveras reventadas de flores, en formas vegetales y paisajes de verde exuberante, en belleza escondida en el monte, en oficio honrado de hombre de pueblo, en amor a los animales que confían en la paciencia del muchacho bueno.
Con habilidad increíble en un cabrero, puso sus versos en el papel, negro sobre blanco. Escribió como un clásico de la lengua castellana, poemas complicados de semántica retorcida por las figuras poéticas y sintaxis alterada por yuxtaposiciones rítmicas. Versos, donde el sentido imaginario se volatiliza en el aire como el humo de la hoguera, porque lo que importa es la sonoridad de los versos pulidos como estatuas marmóreas, la fantástica precisión de las imágenes que hacen de los actos cotidianos episodios legendarios. Sin propósito aparente, por mera inercia, por puro juego, su espíritu consiguió elevar los hechos humildes de la vida diaria hasta la sublimidad de las ideas eternas y los mitos originarios.

Estío, postre al canto: tierno drama

del blancor del mantel en menoscabo:

conforme con la luna más, se inflama,

en verde plenilunio desde el rabo.

Es la sandía. Más que versos, charadas; más que estrofas, laberintos de palabras, como enseñó el maestro barroco. Más que verbo, música de ritmo y rima por las sílabas. ¡Quién diría que la palabra ‘rabo’ fuera capaz de entrar tan dignamente en una rima! Impensable hazaña poética en un cabrero, prodigio de la cultura popular recrecida por el afán de lograr conocimiento. Tanto fue al asombro del mundo que se abrieron las puertas del cielo y el camino real, pero engañoso, de la fama le mostró su destino. Y allá fue con sus versos a conquistar fantasías y decir verdades: Madrid se rindió ante el asalto poético del muchacho campesino, sesudos doctores alabaron su cándida sencillez vestida de exquisitas metáforas y metonimias, delicados artistas de moda le prestaron atención y simpatía, el gran público recibió sus trovas con aplauso, y una hermosa ninfa le entregó los secretos apasionados de su cuerpo. Descubrió que su antiguo maestro era luminaria de los tiempos y todo un movimiento de brillantes intelectuales seguía como él sus pasos. ¡Fiesta de fortuna en las verbenas!, le adoptaron como un nuevo miembro recién llegado. La ‘Generación del 27’ se llamaba aquello, surrealismo el arte nuevo.
Mas, ¡ay! Recibido como vate genial y promesa poética, su espíritu no encajó con el bullicio y tráfico de la ciudad burguesa. Su sencillez armoniosa y campesina se retraía frente a la complejidad de los oropeles y los honores. Y entonces el pájaro alma cantó de nuevo El rayo que no cesa.

Umbrío por la pena, casi bruno,

porque la pena tizna cuando estalla,

donde yo no me hayo no se haya

hombre más apenado que ninguno.

Palabras que contienen un presentimiento, como si supiera lo que iba a venir, el futuro que le tocaba. La excusa para tanto sufrir, fue un amor incomprensible con una mujer desproporcionada, tan grande como la ciudad que le recibía, pintora surrealista de imágenes enigmáticas y bulliciosas, musa de artistas universales, seductora de noches sin sueño ni descanso. Maruja Mallo. Por ella pondría su corazón debajo de un zapato, y hasta se cambió de nombre: me llamo barro aunque Miguel me llame. El pastorcillo en plena gloria empezó a destilar tristeza, como si le molestara ese triunfo mundano. Toda una prueba de autenticidad. No sabemos si Maruja fue el símbolo o la causa de un oscuro desengaño: ahora mostraba dolor y tristeza, desilusión íntima por ese mundo culto de los placeres veniales, en el que no encajaba su yo cristalino, sus costumbres campestres, sus sanos deseos; el estrellato falso, vano y superficial, de las revistas de moda y los periódicos más vendidos, arte urbano que no entendía, críticos del arte vendidos por unas monedas de cobre.
Excusado es decir, que el dolor de un gran amor no es como para morir, y un joven vital y alegre hasta el colmo -como lo fue Miguel Hernández en aquellos años-, habría de recuperarse de ello a pesar de los mil contratiempos y dificultades que tiene la vida de la gente humilde. Era la República y eso hacía más fáciles las cosas para el muchachón oriolano…, pero ¡qué va!, en aquel año amargo también recibió la tarjeta de visita de la parca: en su pueblo, se le moría como el rayo Ramón Sijé, a quien tanto quería. Su compañero del alma era un joven de 22 años, cuando una enfermedad fulminante le arrebató la vida en unos días, septicemia. La elegía que escribió entonces, merece ser impresa en letras de oro sobre el corazón de un dios de la tristeza por las vidas truncadas de lo muertos jóvenes. Como, sin embargo, no hay mal que cien años dure, en su pueblo encontró una muchacha con quien casar y formar familia, las mieles del matrimonio, se suele decir. Y en preparando eso estaba, cuando estalló la guerra.
Los generales monárquicos se rebelaron contra la República y empezaron a matar gente, uno detrás de otro hasta sumar miles y decenas y cientos de miles. Había que luchar o morir, luchar y morir, y Miguel luchó. Con el V Regimiento, visitó varios frentes, diferentes trincheras, pozos de futuros cadáveres mal enterrados por las esquinas de una tierra empapada de sangre y fructificada de muerte. Estaba con su pueblo, entre su gente, que moría sin remedio ante el empuje de un ejército de criminales bendecido por la Iglesia. Se hizo comunista, representó a su país, el nuestro, ante los aliados soviéticos en la lejana Rusia. Volvió a su tierra y volvió a las trincheras, donde el pueblo seguía muriendo, y volvió a escribir y cantar himnos de resistencia. Su poesía cambió otra vez; abandonó las volutas culteranas, el lamento intimista adolescente, y se fundió con la voz del pueblo en el lenguaje sencillo y directo de los trabajadores, para contar la gloria de un pueblo que prefería morir de pie a vivir arrodillado.

Vientos del pueblo me llevan,

vientos del pueblo me arrastran

(…)

¿Quién habló de echar un yugo

sobre el cuello de esta raza?

Cantó la liberación de la miseria, la salvación de los pobres muchachos trabajando desde la infancia, por una revolución del pueblo que traería la justicia a este mundo traicionero. Pero ¡ay, cruel destino de aquellos héroes, que enfrentaron las balas con descubierto pecho! Nada pudieron contra el sadismo cruel de los verdugos impíos. Miguel animaba la lucha con sus cantos de libertad, Despierta toro: esgrime, desencadena, víbrate, pero como toro para el matadero, así el pueblo toreado por los criminales impíos. Burlando la noble resistencia con artes de matador, el engañoso truco de la muleta en rojo espantajo dispuesto, preparando la estocada que el corazón rompiera, vertiendo su sangre en la arena caliente de un tórrido suelo, espectáculo para nobles pervertidos, así fueron cayendo los pueblos peninsulares, sacrificados a la corona regia del ejército fascista en la fiesta nacional de los asesinos. Miguel habló de todo ello en El hombre acecha, describió el cisma civil con partidismo reconocido y una rabia incontenible que se desbordó en insultos poéticos a los funcionarios del Estado Nuevo de la España Eterna, seres de alma verrugicida, hijos de puta ansiosos de politiquerías. Leyéndole resulta incomprensible que esa congregación de gallardas jorobas, pudiera vencer a los ciudadanos de la III República, aquellos hombres capaces de volar bajo el suelo.
Todos conocen el trágico final de aquello, hechos memorables de un siglo atroz que amenaza con volver a repetirse. Echaron el yugo al pueblo, los criminales de siempre; picaron con lanzas de sangre al toro sublevado para someterlo a trabajos forzados; castraron sus viriles miembros a los leones rebelados; de un ejército de hombres libres crearon una legión de esclavos; con los hombres buenos, generosos y altivos, acabaron. Finiquitó sin remedio la resistencia al cabo, pero no terminó la matanza. En cárceles y campos de concentración peores que jaulas del zoológico, terminaron sus días miles de republicanos que habían querido vivir como personas honradas, pero no les dejaron; la corrupción es más fuerte en un mundo del diablo. En una de esas celdas murió el pastor poeta, de tuberculosis, tifus y bronquitis, todas juntas y aliadas contra un cuerpo debilitado por las penalidades y los malos tratos. Treinta y un años tenía, la flor de la edad, la madurez del verbo. Pero mientras tanto, entre rejas siguió escribiendo, versos tan bellos como diamantes, verdades tan claras como mañanas de soles luminosas. Cancionero y romancero de ausencias, con el hambre de la posguerra –hambre de pan y hambre de humanidad- a todos los trabajadores y sus familias, repartida.

La cebolla es escarcha

cerrada y pobre.

Escarcha de tus días

y de mis noches.

Hambre y cebolla,

hielo negro y escarcha

grande y redonda.

Nadie como Miguel Hernández supo expresar con palabras simples y directas, el dolor y la esperanza de ser humano, de amar y morir siendo hombre y pobre. Su acento sincero y hermoso a la vez, inspirado por la fecundidad impía de la tierra y el empuje fuerte de la vida y del pueblo, es la voz de los humildes que ha conquistado la dicción culta para decir sus verdades. Unido a la tradición más clásica de la lengua castellana, iba de la mano de la modernidad más avanzada en el arte y en la política –surrealismo y comunismo-. En su mano estuvo el empíreo de los dioses y prefirió la llamada de la tierra. Hijo y hermano de labradores, fiel a su clase social hasta la muerte, se encontró de frente la catástrofe social de una guerra civil sin cuartel ni perdón. Expresó ese dolor y supo también expresar la esperanza: para la libertad, sangro, lucho, pervivo, para la libertad. Y aunque murió tan joven, su voz siguen viva en los corazones de las gentes que ansían ser buenas, sus versos son un faro de luz para los que todavía creen en un mundo nuevo, mejor para los humanos. A los cien años de su nacimiento celebramos su gran lección de amor, belleza y heroísmo.

Miguel Manzanera Salavert
Rebelión

Las cenizas de Marcelino


No he podido por menos que sentir un cierto estupor ante el desfile de personajes delante del féretro de Marcelino Camacho. Parece que el que se ha muerto es el personaje que interpreto Héctor Alterio en aquella infumable película del “mejor” (sic) Garcí, Asignatura pendiente (1977), en la que el sindicalista dejaba paso a un buen hombre que quería estar con su familia, en la paz del hogar. Ahí están los sindicalistas para la foto, los mismos que han domesticado comisiones, y que se han doblegado ante todo, gente de la estirpe de Fidalgo, eso por no hablar de Rodríguez Rato cuyo lema verdadero es “todo para el capital”, o ese príncipe que paga con sus ahorros un famoso premio. Y acabo: o socialistas que igual se arrodillan ante un papa indeseable que elogian a un sindicalista (muerto)…
Nuestros tiempos, tiene ciertas ventajas. Quizás una de ellas es poder como en unas pocas décadas se cambian las perspectivas.
Cuando me llega la noticia de la muerte, me acordé de lo que me contó el camarada Jesús Albarraicín en una de las última veces que coincidí con él, cuando todavía la “Corriente Crítica” parecía que iba a ocupar el doloroso agujero que había sido dejado la “Izquierda Sindical”, y cuando le pregunté sobre Marcelino con todo el historial de los Pactos de la Moncloa, Jesús respondió que aquello quedaba ya lejos, que con el auge del neoliberalismo, Marcelino se había radicalizado, y que los del “aparato” (los que salen en las fotos institucional) ya no lo querían…
Ahora, cuando me llega la noticia de su muerte, repaso entre mis papeles, y me encuentro con un folleto “Documentos básicos de comisiones Obreras” editado en 1966, seguramente redactado por militantes de Madrid, justo en la época en la que hacíamos aquellas reuniones en la Iglesia de Sant Medir del barrio de Sants, en Barcelona, y en las que no sabía quien te podía estar esperando en la puerta, quizá algún brigada joven que acabaría haciendo carrera.
En dicho documento se define Comisiones como «una forma de oposición unida de todos los traba­jadores, sin distinción de creencias o compromisos religiosos o políticos», y se rechazaban «unas estructuras sindicales que no nos sirven». Comisiones había surgido «como una necesidad de defender nuestras reivindicaciones inmediatas y de preparar un mañana de libertad y unidad sindical». Por todo lo cual, Comisiones no era, «ni pretende serlo mañana, un sindicato y menos todavía una agrupación política». Su primer objetivo era «la conquista de unas libertades básicas que permitan a los trabajadores, reunidos en asambleas democráticas, decidir sobre su futuro, creando su propia organización sindical como lo estime conveniente la mayoría, con absoluto respeto a las minorías auténticamente representa­tivas de sectores de trabajadores».
Comisiones se presentaba como «un movimiento independiente, de la clase obrera», que rechazaba «cualquier clase de ‘verticalismo’ o de sometimiento, a las consignas de la Administración o de cualquier grupo político». Se regía por «el principio democrático (tanto para tomar decisiones como para elegir a nuestros representantes)», lo que se evidenciaba por los hechos, ya que quien «haya asistido a nuestras asambleas o reuniones ha podido participar ampliamente, sin cortapisas, con todo el peso de su voz y su voto, en las decisiones y en las discusiones. Practicamos hoy la democracia porque sabemos que en la auténtica democracia obrera está nuestro futuro». Se preparaban para un futuro de unidad obrera, ya que «seremos los propios trabajadores los que en su día tendremos que decidir sobre la forma del futuro sindicato español». Además, se abogaba por «la unidad sindical, siempre y cuando esta unidad esté basada en la libertad, la demo­cracia y el respeto a la diversidad de los grupos ideológicos participantes».
Me sentí especialmente identificado con el párrafo que decía: «La división sería un suicido de clase en la España de los monopolios cuando tenemos enfrente un capitalismo poderoso con sus orga­nizaciones patronales e industriales unitarias». Al repasar estas notas parece evidente que lo segundo sigue igual, mientras que lo primero se perdió por el camino. Ya entonces, en aquel documento inicial se advertía: «Parece claro que todos debemos velar para que bajo la capa de una libertad mal entendida no se nos arrebate y se dispersen en cien pedazos los medios e instrumentos sindicales que se han ido acumu­lando con nuestras cuotas y nuestros sacrificios hechos de jornadas de trabajo agotadoras, mantenidas constantemente, de privaciones sin cuento de nuestras familias». Confiados en que esto no iba a ocurrir, teníamos la gran ilusión de llegar e «incluso superar a otros movimientos sindicales extranjeros si acertamos a conjugar la auten­ticidad sindical con la posesión de los medios materiales acumulados en torno a la organización sindical oficial que hoy controlan el Estado y los patrones».
Ha llovido mucho desde entonces. La última huelga ha venido a demostrar que todavía queda un sustrato sindicalista de aquel entonces, y también que el tiempo de ese sindicalismo que ha permitido que la diferencia en las rentas, en los beneficios sociales entre los de arriba y los de abajo sean –desde los tiempos de Felipe- mayor que bajo el franquismo, ha acabado. No porque los funcionarios hayan dicho basta, sino porque el capitalismo ha radicalizado su apuesta por avanzar en la lucha de clases, la lucha de clase a su favor, claro está.
Diferencias aparte, nadie podrá negar a Marcelino que dio la cara cuando la policía te la podía partir, y que conoció las cárceles por los derechos de los trabajadores, esos derechos quieren pisotear, eso sí, en una negociación de buen talante…Cuando algunos jóvenes hablen de las indudables dificultades que presenta la lucha obrera en estos tiempos, tenemos que recordarle que peor lo tuvo Marcelino, y como ganó una batalla. Una victoria que, finalmente, ha acabado en una derrota. También de eso tenemos que aprender.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

viernes, octubre 29, 2010

EL PCU Y EL GOLPE DE JUNIO DE 1973

Osvaldo Bayer: “Ningún gobierno hizo la reforma agraria ni tocó a la Sociedad Rural”


El escritor, periodista e investigador Osvaldo Bayer, aseguró que ningún gobierno tocó jamás a la Sociedad Rural Argentina, que es “la misma que financió la campaña al Desierto” del general Roca. En un diálogo de más de dos horas con el programa La Palangana, Bayer habló del gobierno nacional (”no habrá democracia verdadera mientras haya villas miseria”, dijo); de la situación de Europa hoy, y -sobre todo- de su película Awca Liwen. Estas son algunas definiciones del autor de La Patagonia Rebelde.

El reparto de la tierra

Hay cosas que no nos enseñan en la escuela. Por ejemplo que esa matanza que hace el general Roca en la campaña al desierto fue financiada por la Sociedad Rural Argentina, la misma que existe actualmente. No se nos ha dicho tampoco que el presidente Avellaneda que es el verdadero responsable de esa campaña, hace luego el reparto de tierras a mil estancieros de la SRA. Les entrega 42 millones de hectáreas. Al presidente de la SRA –lo dice la documentación- José María Martínez de Hoz, bisabuelo directo del ministro de Economía de la dictadura de Videla- se le entregan dos millones 500 mil hectáreas. Son 2.500.000 manzanas. Y todos los demás están los campesinos de siempre: Pereyra Iraola, Anchorena, Unsué. Todos no menos de 500 mil hectáreas. Así se formaron los grandes latifundios argentinos. También se le da gran cantidad de tierras a todos los oficiales que intervinieron en la matanza de los pueblos originarios. Y a Roca se le dan 60 mil hectáreas de regalo en tierras que él mismo elige en Guamini. Funda la Estancia La Larga –que es propiedad de los bisnietos de Roca que son Alvear.

Roca reestablece la esclavitud

Aparece en la película los avisos de los diarios de la época. Hoy, entrega de indios a toda familia que lo requiera se le entregará un indio como peón, una china como sirvienta y un chinito como mandadero. En las plazas públicas de Buenos Aires se hizo la entrega pública de indios. Se reinstala la esclavitud que había sido abolida en la gloriosa asamblea del año 1813. Luego se envían mas de 8 mil indios prisioneros a trabajar en los cañaverales de azúcar de Tucumán, sobre todo en las plantaciones de los Pose, parientes de Roca. Hay una carta de Roca que le dice al gobernador de Tucumán que por favor no traiga más esos indios haraganes del Chaco. “Yo le voy a mandar Ranqueles y Mapuches que son muy trabajadores y pueden trabajar un montón de horas por día”. Esto es en lo que cayeron esos ideales de mayo.

De la Sociedad Restauradora a la SRA

Los que nunca se nos enseñó en la historia, es que la Sociedad Restauradora de apoyo a Juan Manuel de Rosas, estaba integrada por estancieros: Anzorena, Unsué, Pereyra de Iraola. Todos cuyos descendientes presiden la Sociedad Rural. Ellos fueron los que le apoyan a Rosas en su primera campaña al desierto. Rosas emite partes que dicen que fueron muertos mil salvajes y traídos otros tantos para trabajar en nuestros campos. A Rosas se le regala la isla de Choele Choel pero pide que le den la misma cantidad de hectáreas en tierras más cercanas a Buenos Aires así tiene tiempo de ir a visitarla. Esa sociedad Restauradora se diluye cuando cae Rosas, y pocos años después, en 1864, se funda la Sociedad Rural Argentina, que es la co financia la campaña al Desierto de Roca.

Nunca se los tocó

En la película también se ve el poder de los estancieros. Desde entonces hasta el voto no positivo de Cobos. Nunca se los tocó. Ningún gobierno hizo la reforma agraria ni tocó a la Sociedad Rural.

Sin apoyo

El INCAA no nos dio ni cinco centavos, mientras que para otras películas puso 350 mil pesos o mas. Y me da bronca porque es una película para iniciar el debate. Con pruebas históricas. Invito a los historiadores que miren la película Awka Liwen y que me digan si ven algo que es mentira. Finalmente, nos dieron un pequeñísimo apoyo para la publicidad de la película. La presidenta nos recibió de inmediato y nos dio el título: La presidencia de la nación apoya el film. Fue una cosa medio de palabra. No fue plata. Y gracias a Dios nos apoyaron dos fundaciones de partidos políticos alemanes: el partido Verde y el Partido Social Demócrata.

Belgrano y su defensa de los pueblos originarios

Hay que leer estos increíbles documentos de Manuel Belgrano sobre los pueblos originarios. Cómo los defiende, como retrata en sus escritos la esclavitud terrible que sufrieron bajo los españoles. La mita, la encomienda, el yanaconazgo, esas tres formas de esclavitud. Cuando él hace la expedición al Paraguay señala que se le van a devolver las tierras comunitarias, se les va a dar la libertad y terminar para siempre la esclavitud. Y dice que recurría a la Junta de Mayo para que se le den préstamos para la compra de elementos para la agricultura y la cría de ganado, dice Belgrano en Diciembre de 1810. Hay que ver también los textos de Bernardo de Monteagudo, Juan José Castelli y Mariano Moreno sobre la defensa de los pueblos originarios. En 1813 la asamblea termina con la esclavitud de los de acá y de los africanos que habían sido traídos por los españoles porque no les alcanzaba los que tenían.

De la zanja de Alsina a Roca

Los estancieros se quejaron ante el gobierno de Avellaneda de que los indios son ladrones y se roban las vacas. Entonces Avellaneda le dice a su ministro de Guerra, Alsina, que presente un plan para acabar con el robo. Alsina dice que los pueblos originarios no tienen sentido de la propiedad. Para ellos pertenece a la naturaleza. No pueden entender que una vaca pertenece al señor Martínez de Hoz. Entonces, propone hacer una zanja a lo ancho de todo el país. Desde el Océano a la Cordillera, de 5 metros de profundidad por 3 de ancho. Van a cruza, pero no van a poder hacer saltar a las vacas. Así los indios van a comprender que no pueden llevarse las vacas. Comienza la construcción. Se hicieron más de 300 kilómetros. Pero para mala suerte de los pueblos originarios Alsina se muere y viene Roca. Roca dice que hay que imitar a los Estados Unidos, que eliminaron a los pieles rojas y a los Siux con el Remington.

Atalivar

El general Roca pide que se compren 10 mil Remington. Sarmiento, muy pícaro, se pregunta por qué compró 10 mil si había 2 mil soldados. ¿Adónde se fueron los otros 8 mil? Por eso Sarmiento inventa el verbo atalivar, porque el que le manejaba los negocios –los negociados- a Roca fue su hermano mayor Atalivar Roca. Entonces Sarmiento siempre escribía: “El general Julio Argentino Roca hace sus negocios y su hermano Ataliva”. Punto. Que quería decir “cobra la coima”.

Estación y francesa propia

Roca terminó con su estancia La Larga en Guamini. 60 mil hectáreas en posesión de los bisnietos de Roca de apellido Alvear. Allí, cuando Roca hace el negocio con los británicos para hacer el Ferrocarril Sur que iba a General Roca, hizo ponerse una estación en su estación, porque él tenía ahí su querida francesa. Y entonces los sábados el señor presidente de la Nación se iba en el tren Sud y era el único pasajero que se bajaba en la estancia La Larga, y ahí caminaba 20 metros y lo esperaba su querida francesa en la mansión que le hizo hacer. Todo esto lo cuentan los diarios de la región.

Preso por Arbolito y Rauch

Arbolito le cortó la cabeza al coronel Rauch contratado por Rivadavia para exterminar a los indios Ranqueles. Le decía así porque tenía el pelo muy largo y de lejos parecía un arbolito. Rauch era un teniente coronel prusiano. Ese Rauch era un verdadero genocidio. Arbolito lo esperó en una hondonada, le volteó el caballo y enseguida le cortó la cabeza. Yo di una charla en la localidad bonaerense de Coronel Rauch en 1963. Me invitó la Biblioteca Pública. Yo hablé de Rauch y leí sus comunicados. El primero dice textualmente: “Hoy para ahorrar balas hemos degollado a 27 ranqueles”. No dice para qué degolló a los ranqueles. Lo importante era el ahorro de balas. Era un coronel occidental y cristiano. El otro comunicado era mas filosófico y dice: “Los ranqueles no tienen salvación porque no tienen sentido de la propiedad”. Y el tecero era un visionario: “Los ranqueles son anarquistas”. Tiene razón, si son anarquistas hay que terminar con ellos. Realmente hizo un genocidio con los ranqueles y este arbolito hizo justicia. Cuando terminé la charla le propuse a los vecinos que le pidan cambiar el nombre del pueblo de Rauch a Arabolito. Pero cuando hice ese pedido, todo el mundo rajó, salvo dos viejitos de primera fila que me aplaudieron pero sin sonido. Así me fue: estaba en el gobierno la dictadura que había derrocado a Fronidizi y estaba Guido. Y el ministro del Interior era el general Juan Enrique Rauch, bisnieto de aquel prusiano. Estuve 63 días presos. Y para humillarme me llevaron al cárcel de mujeres de Riobamba.

14 dictaduras

Yo he tenido una vida larga. Pasé 14 dictaduras militares. Nací en el año 27, el mismo año de Rodolfo Walsh y David Viñas. Las dictaduras, la muerte de los queridos amigos. No nos queda otra cosa que tratar de hablar de nuestras experiencias para ver si encaminamos a la sociedad.

Sin venganza

Ayer escuché a cuatro madres de chicos víctimas del gatillo fácil de la policía en Bariloche. Qué humildes y qué cosas interesantes dijeron. Que tienen mucho por luchar. No sólo por sus hijos sino por una sociedad menos violenta. También estaba presente la madre de Atahualpa, ese chico de Viedma que mataron hace tres años. Con una filosofía humilde, sencilla, pero directa. Sin deseo de venganza, pero si de un mundo mejor.

Civilizados

Alexander von Humboldt en su viaje por América habla del respeto que tienen los pueblos originarios por la naturaleza. Dice que no toman mas de lo necesario para vivir. Le pregunta por qué hacen eso: porque hay que pensar en las próximas generaciones, dicen los que nosotros llamamos los salvajes. Y los civilizados somos los que acabamos con la naturaleza.

No hay democracia con villas miserias

Con respecto al actual gobierno podemos decir que es el primer gobierno en la historia argentina que fue capaz de mandar a juicio a los militares golpistas que inventaron el sistema de la desaparición de personas, el robo de niños, tirar a gente viva al río y todas las barbaridades de la dictadura de Videla y sus militares. También destaco que ha sido capaz de terminar con la ley de medios de la dictadura militar. Es una vergüenza que los gobiernos democráticos de Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, respetaron una ley de la dictadura porque se metía contra los grandes monopolios del periodismo argentino, y eso no se podía atacar. Este gobierno lo hizo. Es algo justo. Otra cosa importante es devolver las jubilaciones al Estado y no a empresas privadas. Es increíble que se le haya dado el dinero nuestro a los privados. Pero falta mucho por hacer todavía. Mientras haya niños con hambre no podemos decir que haya democracia. Y no hay democracia mientras haya villa miseria. ¿Es democracia en Buenos Aires la villa 31 a 18 cuadras del cabildo con los documentos en los que se hablaba de libertad, libertad, libertad? ¿Qué le damos a esa gente? Villas miserias en Retiro y del otro lado los lujosos countries. Por lo menos la democracia le tiene que dar un techo digno a una familia. Eso es crear violencia. Este es nuestro país. Hay que seguir empujando para llegar a un principio bien democrático.

País de espigas de oro

Es increíble que en la Argentina a la que llegó el poeta Rubén Darío la describió como el país de las espigas de oro que puede alimentar al mundo entero. Y en los diarios de hoy aparece la noticia del gobernador de Misiones que habla de la muerte de 204 niños por hambre. Esos son los datos que tenemos que leer.

De Palacios a Macri

¿Qué escribió Macri sobre política, sobre economía? Nada. Su único antecedente es ser hijo de un empresario con mucho dinero y haber sido presidente de un club de fútbol. Yo repito siempre: 1903, Buenos Aires elige al primer diputado socialista de América: Alfredo Palacios. 100 años después elige a Macri. En Buenos Aires gana las elecciones el señor De Narváez. No porque sea colombiano. Pero su único antecedente es ser dueño de casa Tía. Para no hablar de otros candidatos que ganaron en otras provincias.

El límite del gobierno

Mi ideal es llegar a la igualdad en democracia, no a través de dictaduras. Pero hay que seguir empujando para llegar a que no hayan niños con hambre o villas miserias. Hay que luchar por eso. Los Kichner tienen algunas medidas de izquierda como el juzgamiento a los militares, o acabar con las grandes empresas. Pero en otras actitudes no son de izquierda. O al menos tienen temor de tomar medidas que traigan mas justicia social.

Una América Latina diferente

Es una América Latina diferente, con grandes esperanzas. Es increíble que en Bolivia haya triunfado un hombre de los pueblos originarios con el voto popular. Y es un hombre muy querido. También en Ecuador que para mi es el mejor gobierno de todos, por eso quiso ser corrido por la policía. En Chile hubo un paso atrás. Bachelete no se animó. La gente votó a un partido socialista pero de socialista nada. Dejó leyes de Pinochet como por ejemplo juzgar por terrorismo. Pero que en Uruguay haya sido elegido Mujica presidente, un guerrillero que estuvo más de 13 años presos, es un paso adelante en los votantes de este continente. Lo mismo Lula en Brasil. O el caso de Chavez, que un poco a veces se sale de contexto, pero está haciendo muchas cosas. Es tremenda la diferencia de esa sociedad entre la gente que vive abajo y la que vive arriba en las montañas. Creo que es justo haber elegido a Chavez. Y en otros países de Centroamérica también se ve una tendencia.

Obama es una caricatura

Lo único que le preocupa a EEUU es que no haya guerrilla o movimientos de izquierda. Se nota en el presupuesto lo que gastan en fuerzas de espionaje, armas y todo eso. El señor Obama es una caricatura. Sigue gobernando por encima y haciendo lo que dicen los poderes. Tendría que haber hecho una verdadera revolución como descendiente de esclavos. Pero los poderes son muy grandes. Ya se ha notado cuando ocurren las cosas: Kennedy estaba haciendo una democratización y así le fue.

Europa racista

Son la crisis habituales del capitalismo. Y cuando eso ocurre se le echa la culpa a los extranjeros. Esto se Sarkosy de expulsar a los gitanos. Imagínense Francia, 1789, Revolución francesa, libertad, igualdad, fraternidad, y ahora Sarkosy echando a los gitanos y aumentando la edad de jubilación. La culpa la tienen los franceses que es un ultra conservador que nunca ha tenido un programa. En Alemania igual: tiene 4 millones de desocupados, y eso que es el que mejor le va. La señora Merkel ha llamado la atención diciendo que no comprende a los trabajadores turcos que no han aprendido nada de la cultura alemana. Lo dijo en un discurso muy racista. Pero cuando los alemanes no quisieron hacer los trabajos de abajo, hicieron entrar a 6 millones de turcos para eso. Y ahora les echan la culpa. Este sistema es de una perversión increíble. España también tiene serios problemas y estamos viendo cómo están tratando a los turistas argentinos, o a las mujeres que van a visitar a los miles de argentinos que viven en España. Eso lo hacen para espantar. Creen que con ese sistema se acaba la desocupación. Y ni qué hablar de Estados Unidos con los latinos.

Arde Francia

Convocatoria a la unidad del Rodriguismo FPMR

La humanidad de Marcelino Camacho


Fallece el histórico dirigente de Comisiones Obreras y del PCE

Marcelino Camacho ha fallecido esta madrugada en Madrid a los 92 años. Hijo de un ferroviario de la UGT, Marcelino nació en 1918 en Osma La Rasa (Soria) y se afilió al Partido Comunista de España en 1935, en los tiempos en que nacía el Frente Popular. Fue uno de tantos miles de jóvenes antifascistas que sostuvieron a la República durante los tres años de la guerra civil y en marzo de 1939 tuvo que sufrir la ignominia de ser encarcelado en Madrid, como tantos comunistas, por la junta golpista del coronel Casado, que pactó la rendición de la capital.
Tras unos meses en la clandestinidad, fue detenido y condenado a reclusión en campos de trabajo forzado, el último de ellos en Tánger, de donde se fugó para dirigirse al exilio en Orán (Argelia). Volvió a España en 1957 y entró a trabajar como obrero metalúrgico en la mítica Perkins Hispania, desde donde participó en la fundación de las Comisiones Obreras, una forma de hacer sindicalismo moderna, de carácter sociopolítico, que unía la defensa de los derechos y aspiraciones de la clase obrera a la lucha por la democracia y el socialismo. La acertada estrategia de penetración en los sindicatos verticales franquistas para coparlos desde dentro y defender las reivindicaciones de los trabajadores se mostró acertada y muy pronto las siglas CCOO, como las del PCE, presentes en todos los tajos y todas las luchas, se convirtieron en sinónimo de la libertad.
En 1967, Marcelino fue detenido y pasó nueve años en la cárcel, condenado en el Proceso 1.001, en el que la dictadura juzgó de manera arbitraria a los principales dirigentes de Comisiones Obreras. A su salida, en 1976, Marcelino dijo: “Ni nos doblaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar”. Miembro del Comité Central del Partido Comunista de España, fue elegido diputado por Madrid en 1977 y 1979, pero abandonó su escaño en 1981 por sus diferencias con la dirección del PCE encabezada por Santiago Carrillo. Fue secretario general de CCOO hasta 1987, cuando le sucedió el hoy diputado socialista Antonio Gutiérrez, y ostentó el puesto honorífico de presidente de CCOO hasta el conflictivo Congreso de 1996, cuando el sector oficial de Gutiérrez forzó su destitución por sus críticas a la derechización del sindicato y la difuminación de su identidad clasista. Hasta el último día de su vida Marcelino ha tenido el carné nº 1 de CCOO y, por supuesto, el carné del Partido Comunista de España.
Hasta aquí la sucinta biografía de un hombre que consagró su vida a la defensa de la clase obrera. Pero quienes le conocimos a lo largo de su trayectoria sindical, en los años de cárcel o, como es mi caso, en reuniones y congresos del Partido, quienes compartimos con él la alegría de la Fiesta anual del PCE, quienes le escuchamos en diversas conferencias hablar, cómo no, de “la revolución científico-técnica”, evocamos hoy y evocaremos siempre también la humanidad de Marcelino, una humanidad ligada a los ideales más nobles que un ser humano puede abrazar, una humanidad enfundada en los jerseys que su esposa Josefina le ha tejido durante más de 60 años.
Si te encontrabas con Marcelino en el metro o la casualidad te sentaba en un tren en el que volvía de dar alguna charla y le saludabas, te brindaba la mejor de sus sonrisas, te estrechaba la mano con el calor sincero con el que los viejos luchadores saben animar a las jóvenes generaciones a reconocer y recorrer el camino que ellos trazaron, a través de sencillas palabras, "salud camarada, siempre adelante, siempre a la izquierda". En la gente común que le reconocía por las calles de Carabanchel, en el metro, apreciabas y te conmovía el reconocimiento sentido de las gentes más humildes a la trayectoria ejemplar de un ser humano honesto, valiente, coherente, austero, cuya vida se ha extinguido hace unas horas, pero cuyo recuerdo no se borrará jamás ni de la Historia, ni de la memoria del pueblo y de quienes somos sus camaradas. Porque “ni nos doblaron, ni nos doblegaron, ni nos van a domesticar”.

Mario Amorós