jueves, enero 30, 2014

Argentina: Devaluación es un saqueo a los bolsillos populares



Los trabajadores y el pueblo no vamos a pagar los platos rotos de una fiesta ajena.

La devaluación de la semana pasada completa una serie de medidas que responden a un contexto económico difícil, que marca las contradicciones que acumuló el modelo en los últimos años y en donde el gobierno nacional terminó haciendo lo que prometió que no haría. Sin duda, la devaluación del peso, con el precio del dólar oficial que saltó de 6 a 8 pesos en menos de un mes, tendrá un claro impacto regresivo para los sectores populares.
Una vez más, como en toda depreciación de la moneda nacional, quienes salen favorecidos son los grandes exportadores y el gran capital, vinculados a los sectores transnacionales, que venían demandando una devaluación. Mientras que los grandes perjudicados somos los trabajadores y el pueblo, que como siempre sufrimos con la disminución en el poder de compra de nuestros ingresos.
De esta forma, hoy se cristalizan las transformaciones estructurales siempre pendientes; sumándose esta fuerte devaluación del peso a una serie de medidas “pro-mercado” que el gobierno nacional tomó en los últimos meses, intentando evadir sin éxito las tormentas que le sugirieron distintos sectores políticos y empresariales.
Claro ejemplo de esta orientación es la búsqueda de un arreglo con Repsol por 5.000 millones de dólares (reconociéndole el pago de una indemnización después de haber saqueado durante años nuestros recursos); los acuerdos con cinco multinacionales en el marco del CIADI (tribunal internacional del saqueo que actúa como árbitro entre estados soberanos y empresas transnacionales), por lo cual nuestro país pagará cuantiosos montos en dólares, mermando la soberanía del Estado para juzgar en el propio territorio. En la misma línea, del baúl de los recuerdos salió el intento de acordar con los acreedores del Club de París, postergado desde 2008, con la expectativa de conseguir crédito internacional a costa de endeudar nuevamente al país.
En síntesis, el gobierno profundiza una inserción económica subordinada a los grandes grupos monopólicos, así como al CIADI, al Banco Mundial y al FMI, sumándose en estos días la discusión de un acuerdo de libre comercio entre el MERCOSUR y la Unión Europea, que de concretarse perjudicaría gravemente a los trabajadores y a la soberanía del Estado.
Sin embargo, estos no son los únicos compromisos del gobierno con el empresariado local e internacional. Otros se han venido tejiendo desde hace años y les han permitido “llevársela con pala”, como reconoció hace tiempo ya Cristina Fernández de Kirchner. No fueron acuerdos gratuitos, sino que se montaron sobre un escenario económico frágil y que fue sumando contradicciones, permitiendo cierta recuperación del nivel de empleo y los salarios, al tiempo que se concretó el pago de 173.000 millones de dólares de deuda externa (el famoso “desendeudamiento”), la cual no solo no ha evidenciado una reducción significativa y hoy asciende a us$200.000 millones, sino que con la vuelta al crédito internacional se espera que esta se expanda nuevamente.
Ante tamaña sangría de recursos, el gobierno se desespera ahora por obtener dólares, ya sea intentando volver al crédito internacional con los organismos multilaterales; inclinándose ante inversiones extranjeras con condiciones draconianas (y hasta secretas y potencialmente contaminantes como con Chrevron); procurando acuerdos con China (como el fallido intento de la construcción de dos represas) o intentado infructuosos blanqueos de capitales no declarados (posiblemente provenientes del lavado de dinero).
Sin embargo, los sectores empresariales concentrados quieren todavía más y apuestan a una devaluación aún mayor del peso para aumentar sus ganancias. Con tal de salvaguardar sus ingresos no dudan en incrementar los precios de los productos que ellos venden y nosotros producimos, alegando aumentos de insumos.
Es evidente que este panorama de devaluación no se reduce únicamente de una disputa entre los de arriba sino que se hará sentir por abajo. La precariedad ataca la vida de más de la mitad de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país, que contamos con ingresos por debajo de los 4.000 pesos para más del 50% de las y los laburantes (mientras el sector financiero ganó 34.000 millones de pesos sólo entre enero y noviembre de 2013).
Por su parte, los acuerdos de precios firmados por el Secretario de Comercio, Augusto Costa, el sucesor de Moreno, ya convalidaron precios altos de alimentos, a lo que se sumará el impacto de esta reciente devaluación que sin duda no va a pasar desapercibida en las góndolas de los supermercados.
Otra vez los de arriba van a querer que la clase trabajadora pague los platos rotos, con nuevos incrementos de tarifas, combustibles, alimentos y medicamentos, entre otros bienes de primera necesidad.
Por eso, las organizaciones abajo firmantes llamamos a poner en pie iniciativas que permitan sostener el nivel de ingresos de las y los trabajadores, impulsando la organización y la lucha desde las bases para impedir que las paritarias sean la variable de ajuste; defendiendo cada puesto de trabajo, reclamando salarios iguales a la canasta familiar, el incremento de los planes sociales, el control popular de precios y de los servicios públicos, y la aplicación de la Ley de Abastecimiento.
Asimismo, frente a la suba de la inflación reclamamos la eliminación del IVA a los productos de la canasta básica y a los medicamentos, así como la nacionalización del transporte, la energía y los combustibles bajo control de los trabajadores y el pueblo.
Para que la grave situación económica no golpee a los sectores de menos recursos, es fundamental que se impulsen medidas como la nacionalización del sistema financiero y el comercio exterior, que permitan cerrar la fuga de divisas sin castigar el bolsillo popular.
Por último, exhortamos al gobierno nacional a recuperar la soberanía, desconociendo al CIADI como tribunal con jurisdicción para los litigios con las multinacionales; y a no pagar la deuda externa que se ha comprobado que es ilegal, ilegítima y fraudulenta.
Porque queremos un país con soberanía alimentaria, energética y financiera.

¡Por una Argentina sin entrega ni explotación!

¡Por una alternativa política de los de abajo!

Primeras firmas:

COB La Brecha – Frente Popular Darío Santillán (FPDS) – Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS) – Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) – OP Fogoneros – Agrupación Domingo Menna – Organización de Trabajadores Revolucionarios (OTR)

Uruguay y la devaluación del peso argentino



Los analistas adjudican la disparada del dólar en Argentina durante los últimos días, tanto en el mercado paralelo como el oficial, como producto del enorme déficit fiscal que el gobierno ha ido cubriendo con emisión monetaria y con reservas del Banco Central.
Sólo durante el año pasado, las reservas cayeron en 13.000 millones de dólares -y 29.000 millones acumulado desde 2011-, fundamentalmente para hacer frente a los pagos de la deuda y cubrir la enorme hipoteca energética. La devaluación del peso y el aumento de tarifas es la salida que impulsa el oficialismo, con el acuerdo de la oposición, como intento de atenuar la tendencia a la cesación de pagos.

No es sólo Argentina

La devaluación del peso argentino rápidamente impulsó una salida de capitales y un desplome de las monedas de Turquía, Brasil, Sudáfrica, India y Rusia (los llamados “emergentes”) que provocó caídas de las bolsas en Wall Street y en Europa -en España la masiva fuga de capitales llego a 20.000 millones de euros (eleconomista.es, 24/01). Es que la situación argentina expresa un síntoma que recorre la economía internacional, y actúa como un catalizador de tendencias más profundas: el derrumbe capitalista internacional.
La crisis mundial, lejos de atemperarse ha entrado en una nueva fase. China, principal motor de la economía mundial -especialmente de América Latina- atraviesa una dura desacelaración del crecimiento económico y un fenomenal endeudamiento que alcanza un 215% del PBI, que ha llevado a algunos observadores a alertar sobre un posible default chino. Tan cierto es el riesgo que, incluso, en diversas provincias chinas superendeudadas, proliferan cuasimonedas -al estilo de los patacones en Buenos Aires en 2001. La solución que comienza a perfilarse es el “despalancamiento y el cierre del exceso de capacidad” es decir, cierre de fábricas y despidos masivos (The Financial Times, 20/01). El resultado ya comienza a palparse en la caída de los precios de algunas materias primas que Uruguay exporta (a China, principal destino de las exportaciones) como la soja, y que pretende exportar -mediante la instalación de la megaminería Aratirí- como el hierro de mineral.
Por otra parte, recientemente EEUU anunció el retiro progresivo de las compras de bonos (de 85.000 a 75.000 millones de dólares mensuales) y se prevé un posible aumento de las tasas de interés durante 2014, lo que en conjunción contribuye a una persistente y cada vez mayor emigración de capitales desde la periferia, apuntalando la crisis monetaria. El cambio en la política monetaria de EEUU realizada bajo el pretexto de que su economía necesita menos 'estímulos' esconde que los indicadores sociales continúan en niveles de catástrofe (desempleo, incremento de las desigualdad de ingresos, etc.)
La crisis en Argentina, el retroceso de China y el impacto de las medidas de EEUU golpean decididamente a Brasil que ya lleva cuatro meses de recesión (Folha do Sao Paulo, 23/01), con un crecimiento de default de los créditos al consumo y una progresiva bancarrota del sector automotriz, profundamente ligado al mercado argentino.

Uruguay, perspectivas

Con este panorama, el impacto de la devaluación del peso argentino es solamente la punta del iceberg de lo que se asoma para la economía uruguaya en la siguiente etapa. Las cámaras patronales uruguayas refuerzan el pedido de devaluación en este lado del Río de la Plata. El gobierno del Frente Amplio plantea 'compensar' la caída de las exportaciones y el turismo del vecino país con “el crecimiento de las exportaciones de los productos agroindustriales (...) la incorporación de nuevos proyectos como la regasificadora, y la puesta en funcionamiento de la planta de celulosa de Montes del Plata" (El País, 24/01).
En cualquier caso, esta salida implica profundizar el modelo neo-colonial, exportador de materias primas y depredador del ambiente, que se ha impuesto en la última década. Sin embargo, esta perspectiva se encuentra clausurada con el desenvolvimiento de la crisis mundial, con la previsible caída de los precios de los productos de exportación y la reversión de las condiciones de financiación de la economía. El encarecimiento del crédito revelerá, por fin, el desbocado proceso de endeudamiento -interno y externo- al que hemos asistido, fundamentalmente a partir de 2009.
Frente a esta perspectiva para los explotados se impone debatir un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, no los trabajadores.

Nicolás Marrero

Costa Rica: Un país desconcertado se asoma a las urnas este domingo

“Llegó la hora de la democracia… llegó la hora de la democracia…”, sonaba en los parlantes, mientras un grupo de muchachos hacía malabarismos con sus skates y bicicletas en el improvisado escenario de la avenida donde el principal partido político del país, el socialdemócrata Liberación Nacional (PLN), había organizado su actividad de cierre de campaña. A algunos kilómetros de allí, en el parque central de Heredia, Luis Guillermo Solís, candidato del Partido Acción Ciudadana (PAC,) cerraba la suya, en medio de las banderas rojiamarillas, con sus partidarios y sus mascotas, también convocadas para ese acto de cierre.
Dos días antes, José María Villalta, candidato del Frente Amplio había cerrado su campaña en el parque central de San José. Otto Guevara, candidato del Movimiento Libertario, concluyó su campaña sin realizar manifestación especial alguna.
Entre los cuatro se disputarán la presidencia de la República el próximo 2 de febrero en Costa Rica. Pero los candidatos son muchos más: 13.

¿Quiénes son? ¿Quiénes son estos cuatro candidatos y qué representan sus partidos?

El liberacionista Johnny Araya, durante más de 20 años alcalde de San José, aspira a un triplete socialdemócrata, después de los gobiernos de Oscar Arias (2006-10) y Laura Chinchilla (2010-14). Si lo consigue sería algo inédito, pues ningún partido en la historia reciente del país ha logrado ganar tres veces seguidas. Sin embargo, lo que parecía un triunfo probable al iniciarse la campaña en noviembre, se ha venido desdibujando, hasta generalizarse la idea de que no habrá triunfador en el primer turno este 2 de febrero. Para eso se necesita que algún candidato obtenga más de 40% de los votos lo, que, según todas las encuestas, parece improbable. De ser necesario, el segundo turno se realizará el 6 de abril.
En realidad, la campaña tomó vuelo y profundizó en el debate cuando un candidato inesperado surgió en la cabeza de las encuestas: José María Villalta, un abogado de 36 años, actual diputado del Frente Amplio. Su crecimiento desató una verdadera histeria entre los sectores más conservadores del país, que desempolvaron lo que en Costa Rica se conoce como la “campaña del miedo”. La misma con la que lograron imponer por un margen muy estrecho el tratado de libre comercio con Estados Unidos, hace siete años. Hay que crear miedo, dijo entonces el vicepresidente de la República de la administración de Arias. Y fue lo que hicieron para lograr finalmente aprobar el tratado con 51,6% de los votos.
En tercer lugar se ha mantenido el candidato libertario, Otto Guevara. En su cuarto intento, Guevara ha dado un giro desde las posiciones más neoliberales (como que la afiliación al Seguro Social debería ser voluntaria) a definirse como partidario de la doctrina social de la iglesia. Trata así de hacerse de los votos del tradicional Partido Socialcristiano, hecho pedazos desde que dos de sus principales líderes, los expresidentes Rafael Ángel Calderón y Miguel Ángel Rodríguez terminaron en la cárcel por corrupción y cuyo candidato, Rodolfo Piza, se mantiene con alrededor de 3% en las encuestas.
En cuarto lugar aparece Luis Guillermo Solís, un académico que dejó el PLN para afiliarse al Partido Acción Ciudadana (PAC), un partido relativamente reciente, que disputa apenas su tercera campaña electoral. Con la ética como bandera, el PAC agrupa a sectores políticos diversos. En todo caso, fue uno de los baluartes de la lucha contra el TLC, en 2007. Su candidato, sin embargo, eligió para acompañarlo en una de las vicepresidencias a una de las diputadas de tendencia socialcristiana más beligerantes a favor del TLC (después, Wikileaks reveló que había ido a la embajada norteamericana a pedir ayuda para combatir a los partidarios del “NO” al TLC), lo que provocó cierto desconcierto en el partido y entre los electores.

Encuestas

Transformadas en instrumento de la lucha política, las encuestas han dado sistemáticamente a Araya, Villalta, Guevara y Solís en los cuatro primeros lugares, generalmente en ese orden.
La última conocida, publicada la semana pasada por el Semanario “Universidad”, daba a los cuatro candidatos los siguientes porcentajes: 20,4%, 15,3%, 11,2% y 9,5%. Pero en realidad el primer lugar lo ocupaban los indecisos: 24,5%.
El periódico tituló: Johnny Araya frena caída y saca leve ventaja. Villalta frenó su ascenso, Guevara se estancó y Solís fue el que más creció. Así resumía las tendencias a 15 días de las elecciones.
Sin duda, uno de los resultados de las encuestas, con Villalta disputando el segundo lugar y, por lo tanto, con posibilidades de ir a una segunda vuelta, fue el aumento de los ataques en su contra: comunista, amigo de Chávez y Ortega, peligro para la democracia, no tiene equipo ni experiencia para gobernar, etc.
Hasta una semana antes de las elecciones la opinión pública parecía resistir bien esta “campaña del miedo” y Villalta mantenía sus expectativas de voto. ¿Continuará resistiendo o los ataques terminarán afectando la votación del FA? En todo caso, ya se anuncian nuevos ataques en los últimos días de campaña.
Sobre el candidato del PAC: ha costado que levante en las encuestas, aunque Solís siempre indicó que muchos de sus votos estaban “escondidos” en el alto porcentaje de indecisos, que solo se definen en la víspera, o en el día, de las elecciones.

País sin rumbo

Hay un cierto consenso entre los analistas en lo atípico de esta campaña. Uno de los aspectos más llamativos es el traslado de la campaña desde las calles al mundo digital. El tradicional embanderamiento del país ha desaparecido por completo en esta campaña, en la que apenas se ven símbolos o propaganda electoral en las calles.
Tampoco ha habido grandes concentraciones callejeras, o plazas públicas, formas también tradicionales de las campañas políticas en el país, ahora prácticamente desaparecidas.
En contraste, se realizaron más debates televisivos que nunca, el último el lunes 27, a solo seis días de las elecciones.
Pero es quizás la sensación de que predomina un cierto impasse en la vida política del país lo que causa más desconcierto. Después de la aprobación del TLC –que implicó también la privatización del negocio de las telecomunicaciones y los seguros, hasta entonces en manos exclusivas del Estado– se cumplió una etapa de unos 25 años en la que las privatizaciones avanzaron sobre todos los sectores de la economía.
Empezó a mediados de los años 80 con la banca (hasta entonces estatal) y siguió avanzando en la educación, la salud y las obras públicas. Pero, pese a esa ofensiva, el fuerte sector estatal de la economía no desapareció y, de algún modo, en todas estas áreas los avances privatizadores siguen enfrentando la resistencia del sector público.
El resultado es que también se ha ido creando una institucionalidad paralela, en la que chocan las dos visiones de la economía, generando una sensación de ingobernabilidad, de que el país marcha sin rumbo claro. El mismo hecho de que trece personas aspiren a la presidencia de la República muestra una cierta falta de liderazgo y una dispersión que va mucho más allá de las opciones políticas realmente existentes en el país.
En este contexto es Guevara, por la derecha; y Villalta, por la izquierda, quienes proponen un programa más incisivo hacia un lado u otro, mientras Araya y Solís se concentran en sugerir reformas en aquellas áreas donde el barco más claramente hace agua. Como en toda América latina, se incluye el tema de la inseguridad, el deterioro de la infraestructura (consecuencia de sonados casos de corrupción), los problemas de la educación y la salud públicas. Con una pobreza estancada en cerca de 20% de la población pero en una carrera acelerada hacia la desigualdad, que ha puesto a Costa Rica en los lugares más destacados de América Latina en esta materia, el país sigue sometido a un cierto empate político entre dos visiones de desarrollo que, probablemente, no se resolverá en estas elecciones.

Gilberto Lopes
Alai

El hombre que le puso música al compromiso norteamericano

Fallece Pete Seeger

Fue una figura clave de la música folk y del compromiso cívico en Estados Unidos. Creó el festival de Newport, marchó junto a Martin Luther King y se interesó por las causas sociales en América latina. Murió por causas naturales, tras una semana de internación.

Tenía 94 años y el tamaño de su leyenda iba de la mano con su culto a la vida simple y de bajo perfil. Hasta la semana pasada, todavía salía con su hacha por los bosques de Beacon a buscar madera para alimentar el hogar a leña de la cabaña que él mismo había construido. El lunes por la noche, en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, falleció por causas naturales Pete Seeger, figura clave del folk estadounidense y del compromiso cívico, tanto en su país como también en distintas latitudes del mundo. A lo largo de una carrera prolífica y constante, publicó cincuenta y dos álbumes de estudio entre 1953 y 2012, varios de ellos convertidos con el tiempo en piedras angulares de la música tradicional norteamericana.
Hijo de un musicólogo graduado en Harvard y una concertista de violín, Seeger nació en Manhattan a principios de mayo de 1919. A pesar de la formación académica de sus padres, se acercó a la música por interés propio, a causa de la vida itinerante de su familia, que le permitió ponerse en contacto con las canciones tradicionales de su país. En su aproximación al folk, Seeger entendió al género en su sentido más amplio: el de una tradición histórica que se transmite de una generación a otra, sostenida por el espíritu de la unión colectiva. Como escribió Jon Pareles en su obituario para The New York Times, en donde él veía comunión, también veía la posibilidad de acción política.
A través de su padre, Seeger conoció en 1940 a Alan Lomax, un archivista de la biblioteca del Congreso estadounidense, y trabajó con él en el Registro de Cultura Folk. Fue a partir de esta experiencia que se puso en contacto con el cancionero más profundo de su país y dio sus primeros pasos como intérprete, mientras también se acercaba a los movimientos de trabajadores norteamericanos, en lo que sería el nacimiento de un compromiso social que jamás abandonó. Al poco tiempo, convertido en un virtuoso del banjo de cinco cuerdas, fundó The Almanac Singers, uno de los bastiones más fuertes de la canción de protesta de su país.
En la década del 40, Seeger acrecentó su militancia. En 1942, se afilió al Partido Comunista de Estados Unidos, con el que tuvo una relación de idas y vueltas. Por un lado, su obra era acusada de subversiva y propagandista por los sectores más conservadores de su país; por el otro, sus compañeros de causa lo repudiaron por manifestarle su apoyo a Franklin Roosevelt con el álbum Dear Mr. President. A la par, Seeger reivindicó las fuerzas republicanas en España y grabó un disco con versiones del cancionero de la Guerra Civil. Fue en esta época en la que trabó amistad con Woody Guthrie, figura central del folk que apoyó a movimientos de trabajadores rurales y sectores oprimidos.
Ese vínculo fue el que lo llevó en los ’50 a focalizar su activismo en las causas de su propio país. Así como Guthrie había pintado su guitarra con la frase “Esta máquina mata fascistas”, Seeger reformuló la consigna y grabó en su banjo el slogan “Esta máquina rodea al odio y lo fuerza a rendirse”. Hacia fines de esa década, y tras una fuerte persecución por parte del Comité de Asuntos Antinorteamericanos comandado por el senador Joseph McCarthy, fue uno de los fundadores del Festival de Folk de Newport, una celebración de la música popular estadounidense. Fue sobre este escenario que Bob Dylan abandonó su faceta de cantautor de protesta para reformularse como un músico de rock en 1965. Según cuenta la leyenda, Seeger estaba tan espantado con el estruendo que generaban las guitarras eléctricas ante una audiencia indignada, que tuvieron que frenarlo para que no cortase con un hacha los cables de alimentación eléctrica del lugar. Tiempo después, en el documental No Direction Home, Seeger desmintió este incidente, y dijo que se trató de una mala interpretación de una expresión suya por lo mal equilibrado que estaba el sonido.
La llegada de los ’60 reformuló algunas de las convicciones de Seeger. Su distanciamiento del Partido Comunista le hizo replantear su propia fe. Hace algunos años declaró: “Solía decir que era un ateo, pero todo depende de cuál sea tu definición de Dios. Para mí, Dios está en todo. Cuando escucho algo o abro mis ojos para ver algo, ahí está El. Me pongo muy espiritual cuando camino por el bosque, porque me siento parte de la naturaleza”. Esto se reflejaría en uno de los más grandes éxitos que tuvo en su carrera, con la canción “Turn! Turn! Turn!”, cuya letra es una adaptación de los versos del Libro del Eclesiastés. A la par, Seeger se involucró con énfasis en la lucha por los derechos civiles de la comunidad negra en Estados Unidos, con la que acompañó a Martin Luther King en su histórica marcha por Washington en agosto de 1963. Ante una audiencia de 200 mil espectadores, Seeger entonó una canción tradicional que se volvería el himno de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos: “We Shall Overcome” (traducible como “Juntos venceremos”).

El amigo americano

La llegada de la crisis de los misiles en Cuba hizo que Seeger indagara en la música popular latinoamericana, con la intención de crear una obra que pudiera unir a los pueblos de las naciones en conflicto. Así fue como llegó a la versión que José Martí hizo de “Guantanamera” de Joseíto Fernández, y la adaptó alternando sus versos entre el español y el inglés. De esta manera, Seeger se volvió uno de los referentes para una nueva camada de cantautores, que se concentraba en el área del Greenwich Village neoyorquino. Al poco tiempo, mientras esta escena perdía protagonismo ante la masificación avasallante del rock (y mientras él todavía permanecía en varias listas negras de radio y televisión), Seeger optó por un perfil bajo, asociándose con causas en defensa del medio ambiente mientras disfrutaba de un éxito inusitado en Australia.
Su interés por el folklore latinoamericano se acrecentó con los años y lo llevó a incorporar a su repertorio canciones dedicadas a la resistencia nicaragüense contra el régimen somocista (“El Cristo de Palacagüina”), como también a participar del Festival de la Nueva Canción en Quito, en 1984. Allí, trabó amistad con León Gieco, quien se propuso traerlo a la Argentina, algo que finalmente ocurrió en 1989 (ver nota aparte). Sin más equipaje que su valija, su banjo y una guitarra, Seeger llegó en agosto de ese año para brindar tres shows a dúo con el autor de “La colina de la vida” en el Teatro Opera. En 2006, Página/12 publicó el registro de esas jornadas en los dos volúmenes de Concierto en vivo. Gieco y Seeger compartieron escenario con Sixto Palavecino, Leda Valladares y el grupo de música andina Mitimaes.
En su estadía porteña, Gieco llevó a Seeger a la Casa de las Madres de Plaza de Mayo a comer locro junto a Hebe de Bonafini. En un contexto económico desfavorable en plena hiperinflación, el músico estadounidense se negó a cobrar un cachet. Así recordó León la visita en 2006: “Creo que estuve acertado en hacer compartir a Pete con personas como Leda y Sixto Palavecino. Para mí el cierre perfecto del concierto fue cuando vi que Pete recogía una flor que habían tirado al escenario y se la entregaba a Sixto. Fue algo muy poderoso, un tipo que vive en Nueva York y siempre estuvo contra la política norteamericana y defendió las causas justas, junto con Sixto, que es un descendiente de indios quechuas. Me pareció que tenía mucho que ver”.

Homenaje en vida

Con los ’90 comenzaron a aparecer los reconocimientos en su propia tierra, mientras él más lejos se mantenía de la exposición masiva a la que siempre rechazó. Se lo introdujo al Salón de la Fama del Rock and Roll, ganó tres Grammy y recibió el Premio Kennedy, otorgado por el gobierno de Estados Unidos, el mismo país que lo censuró y persiguió cuatro décadas antes. Al poco tiempo, comenzaron a llegar los tributos en vida, entre ellos el de Bruce Springsteen. El autor de “Born in the U.S.A.” publicó en 2006 We Shall Overcome: The Seeger Sessions, un trabajo que repasa el repertorio de canciones tradicionales que el autor había incorporado a su obra. El éxito del álbum sirvió para acercar el trabajo de Seeger a una generación que prácticamente lo desconocía.
A dos años de su último trabajo en estudio, y a menos de dos meses de su última presentación en vivo (junto a Arlo Guthrie, el hijo de Woody), Pete Seeger falleció a los 94 años por causas naturales, y tras una semana de internación. En 2011, su figura había vuelto a cobrar peso: con nueve décadas a cuestas, salió a la calle para apoyar las manifestaciones de Occupy Wall Street. Su figura queda ligada a las causas cívicas y a la toma de conciencia por parte del pueblo, aunque él nunca quiso que sus canciones se aferraran a una interpretación única, como lo demostró en una entrevista con Rolling Stone en 1972: “Algunos dirán que estas canciones son sólo melodías pasatistas. Otros las encontrarán como incitaciones a la gran amenaza roja. ¿Y quién será quien diga que uno de los dos está equivocado? Yo no”.

Joaquín Vismara
Página 12

Elecciones históricas en El Salvador

2F: la extinción de los dinosaurios

La derecha, que por casi 50 años tuvo en la Fuerza Armada a un fiel defensor de sus intereses políticos, se vio obligada a organizarse y hacer política de forma directa.
Historia de Arena, relato de su página oficial www.arena.org.sv/historia

Era diciembre de 1981 y un hijo predilecto de la Escuela de las América fundaba un partido político: nacía la Alianza Republicana Nacionalista (Arena). Un militar salvadoreño de alto rango y un militar de Estados Unidos (salvadoreño de nacimiento), construyen las bases del partido que gobernará el país por más de 20 años.
Valdivieso y d’Abuisson, sientan las bases del partido desde la ‘clandestinidad’ en Guatemala y redactan 13 principios. Dejan en último lugar, el motor principal del nuevo partido: “Rechazamos todas aquellas doctrinas que pregonan la lucha de clases: defendemos nuestro Sistema Democrático, Republicano y Representativo ante la penetración ideológica y la agresión permanente del comunismo internacional”1.
Se vivía en El Salvador un conflicto armado que en 12 años arrebataría la vida de 80 mil personas, dejando desgarrado a un país de 21 mil kilómetros cuadrados. El país más pequeño de América se moría desangrado en una guerra con dos patas fundamentales: el telón de fondo fue la guerra Fría y la lucha directa contra la injusticia aguantada por décadas, con más de 50 años de militares en el poder y una desigualdad insoportable.
La marcha de Arena, que todavía se canta en cada elección cuando ganan en una mesa, es un himno de violencia abierta que vale la pena escuchar, para terminar de figurar al dinosaurio que se formo en la década de 1980: http://www.arena.org.sv/marcha-de-arena.html (“El Salvador será la tumba donde los rojos terminaran”). Sin duda, un himno al amor.
Ese fue el contexto del parto de Arena: sin argumentos brillantes la oligarquía del país decide que ya no debe dejar gobernar a los militares y toma el protagonismo político, sale de las sombras. Elige para eso a militares adoctrinados por Estados Unidos y llega al poder en 1989 con la candidatura de Alfredo Cristiani. Empujado por los deseos de su padrino del Norte, Arena propicia desde el poder el dialogo que ya estaba en marcha y pondría final al conflicto armado. Desde este momento y por 20 años Arena gobernó fiel a su marcha: haciendo, en tiempo de paz, de El Salvador la tumba de los rojos. No se trataba de asesinar a ‘los comunistas’ (ya había caído el bloque comunista), sino de la postura ideológica del partido que no se movió un ápice: defender el capital y reprimir la organización social, ese es el mandamiento de oro.
Pasaron 20 años y con ello la ola privatizadora, la dolarización, los 10 millones taiwaneses de Flores, el pisoteo continúo de la memoria en Izalco, y miles de etcéteras… Arena, ‘fiel a sus principios’, no se movió ni un centímetro. Y quizás, estos 20 años de derrotas consecutivas para el partido nacido en los Acuerdos de Paz de 1992, la caída reiterada de su líder histórico Shafick Handal2, le permitieron a la izquierda ‘moverse’ de las trincheras de la guerra: la candidatura de un periodista que no era ‘hueso rojo’, permite una victoria histórica para la izquierda en el país.
En marzo del 2009, ganaba la presidencia de El Salvador un hombre que visitaba el día de las elecciones la tumba de Monseñor Romero3 y prometía gobernar “bajo la opción preferencial por los pobres de Romero” (¡qué lejos estuvo de eso!). Este hecho, más que un verdadero cambio social, significo un terremoto político: se producía un golpe interno en la derecha ochentista (que mantenía un discurso claramente anti-comunista hasta en el año 2009, como lo revelan las propagandas de ‘yo no entrego a El Salvado’4). El nacimiento de GANA, simboliza en muchos sentidos el derrumbamiento de la derecha oligárquica que no se movería ni un metro de sus verdades fundacionales.
5 años de gobierno han hecho su trabajo: los dinosaurios de la década de 1980 se extinguen bajo el calor de un país que ‘no quiere volver al pasado’ y quiere ‘aprender de su historia’. Arena, con su núcleo de poder en Cristiani, son una especie primitiva y carnívora en peligro inminente de extinción: una victoria en primera vuelta del FMLN este dos de febrero seria el meteorito que extinguiría a los dinosaurios5.
Todavía hay mucha tela por cortar6, pero una cosa es clara y evidente: la democracia celebrará la extinción de dinosaurios en tiempos de los Derechos Humanos. Nos lo debemos, todos los que creemos en un mundo mejor.

PD: un ratoncito llamado Saca

Había una vez, dos veces y mil veces un barco pequeño cargado de 6 millones de personitas. El barco desde su construcción había navegado por aguas turbulentas: cuentan los abuelos que el barco lo había construido una multitud pero luego solo se embarcaron unas 14 familias, dejando a la deriva a los dueños de la libertad.
Pasaron los años, y los muchos cortaron el café que crecía por esos mares: hubo 30 mil ahogados en torno a Feliciano y el parque de Izalco (Sí, aunque usted no lo crea, una soga le quito el aliento a un pueblo del color de la tierra). Sobre esas tumbas los 14 embarcados ordenaron sembrar campos floridos y el agua se volvió tierra.
En ese pequeño rincón del mundo, los 14 se vistieron de verde camuflageado y decidieron mandar mandando. La noche duro 50 años, ni un solo amanecer rompió el silencio más oscuro. Y como no podía ser de otra manera, una bomba exploto: los muertos seguían siendo los mismos y los embarcados se escondían detrás del barco convertido en trinchera.
Y cuando ya no hubo cuerpos par ofrendar al mar, se terminó la guerra: el barco se escondió en ‘el templo profanado por la sangre del profeta’ y todos creyeron ver una paloma blanca dibujar una nueva historia. Desaparecida la barca, todos creían caminar por el mismo suelo, compartir la misma suerte, trabajar el mismo destino…
Pero la barca, solo estaba escondida, en el ‘santo de los santos’. Y por veinte años, se construyó el templo que guardaba el arca, se construyó sobre arena. En la barca ya no había familias ni animales, sino que se guardaban colones, costales de café, ropa de maquila, leche en polvo, medicinas…
A pesar de que la paloma de la paz volaba por el cielo, los muchos veían que la hemorragia no paraba y que el cielo no aclaraba aunque todo el tiempo se hablaba del sol. Olvidada la barca, hasta los muchos añoraban un amanecer… pero la noche pareció agudizarse: dos terremotos descargan ‘la furia del Creador’, haciendo más honda la noche. Todo parece perdido…
Y entre clamores y gemidos, la paloma de la paz no se resigna a seguir volando y con un grito anuncia lo que sus ojos ven: los terremotos han resquebrajado la cúpula del templo, y desde el cielo puede contemplarse que la barca no había desaparecido, que ahí está llena de riquezas para salvar el hambre de los muchos y que hasta el santo de América está presto a construir con su pueblo.
El llanto rego los campos, roto el velo del templo, las manos de los muchos comenzaron a desarmar (ahora si), la barca y a repartir lo que ahí se había atesorado. Y como dicen los abuelos, “cuando el barco se hunde, las primeras en huir son las ratas”. La barca no se hundió solita, pero igualmente las ratas comenzaron a alborotarse: unas ratas no daban crédito del barco hundiéndose y murieron ahogadas en el barco descuartizado, mientras que una rata oportunista, salto del barco con la bandera de la Unidad.
Al fin, sin barco, sin templo, el pueblo pudo usar sus manos para repartir los tesoros guardados, negados, arrebatados, escondidos… y fue el pueblo, del color de la tierra el que se puso de pie: ni rojo, ni naranja, ni tricolor.
Chin pum

Francisco Herman Bosch

Notas:

1 Las citas textuales del partido y el desarrollo de su historia están tomadas del ‘descarado’ relato propio que el partido hace en su página oficial.
2 Valiosísima para conocer algo de este gran personaje, la última entrevista dada por el al periódico digital El Faro, en http://www.elfaro.net/es/201401/platica/14586/
3 Vale la pena aclarar, para el que no lo sabe, que Romero fue asesinado en 1980 y la comisión de la verdad señalo a d’Abuisson, fundador de Arena, como autor intelectual.
4 https://www.youtube.com/watch?v=MlhKkE0ET4Y&list=UUc4I5SjLKncZKeKx7Ttf7_Q
5 El incentivo nefasto que está haciendo la derecha de la violencia en el contexto pre-electoral es un claro ejemplo de una oligarquía que quiere utilizar cualquier medio para ‘recuperar El Salvador’.
6 Habría que matizar la ‘terquedad’ del FMLN en su postura de ‘ofensiva final’ que coloca a Sanchez Ceren como candidato, pero eso no es el objetivo del artículo.

III Encuentro Nacional del MPMR: “Unidad para derrotar al neoliberalismo”

Este 18 y 19 de enero, el Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR) finalizó su VIII Encuentro Nacional, con la asistencia de militantes del norte, centro y sur del país. Entre las definiciones tras la discusión, se asumió que la actual crisis que vive el modelo neoliberal evidencia que la contradicción principal para el periodo sigue siendo “Neoliberalismo versus Soberanía popular”.

Para los rodriguistas, urge impulsar “la más amplia unidad de los sectores populares para enfrentar al próximo gobierno empresarial”. Es tremendamente necesario concretar “un espacio de convergencia popular”, junto a las fuerzas políticas y sociales que participaron tanto en el Movimiento Todos a la Moneda, el Partido Igualdad, y otros, y quienes se abstuvieron; especialmente, los movimientos sociales en lucha, “para construir una agenda común de movilización en el 2014 y en los años venideros”. El MPMR acordó impulsar el Encuentro por la Unidad de los Pueblos, que se realizará el 11 de marzo en el Teatro Caupolicán, y la “creación de una herramienta electoral propia”, entre otras definiciones. El VIII Encuentro Nacional se realizó durante los meses de diciembre y enero, con militantes de distintas estructuras del Movimiento. “Se discutió, básicamente, nuestra visión sobre la actualidad y el quehacer”, dice Leandro Torchio. “En términos generales -agrega-, para dónde nos encaminamos: Nos planteamos una unidad de carácter popular con los sectores en lucha que serán oposición real, concreta, en la calle y en movilización, al próximo gobierno empresarial que va a encabezar la señora Bachelet y el pacto Nueva Mayoría. En eso hay un acuerdo y es parte de nuestra política como elemento central: la unidad que se necesita en la calle, en la lucha, con los que votaron y los que no votaron, con todos aquellos que nos oponemos realmente al neoliberalismo. Junto con eso, nos planteamos la necesidad de que nuestra organización -humildemente y dentro de nuestras capacidades-, juegue un papel mayor, no solamente en la unidad, sino también en el desarrollo de distintos trabajos”. Por su parte, Valeska -dirigenta de la Región de Valparaíso-, señala: “Se discutió en el Encuentro, qué política vamos a llevar adelante, cómo nos vamos a posicionar frente a esta nueva situación: Tenemos a Bachelet lista para asumir un gobierno que va a significar la desmovilización de las organizaciones, porque está apoyado por el Partido Comunista (PC) que juega a manejar a sus anchas a los sindicatos y a la CUT… Nuestra política como Movimiento debe ser una manera de demostrarle al pueblo cuál es la situación real en la que estamos viviendo: Que es mentira que estamos en una democracia, que es mentira que habrán cambios. Nuestro deber como MPMR es desenmascarar a esta nueva derecha. No van a cambiar absolutamente nada. Va a ser un simple maquillaje”, dice.
Otras resoluciones del MPMR fueron potenciar el Encuentro Latinoamericano, donde se espera la visita de delegaciones de Bolivia, Venezuela y Ecuador, entre otras; y la necesidad de construir una nueva central sindical, que haga el trabajo que la CUT dejó de hacer hace tiempo. “Obviamente, las actuales estructuras sindicales no representan los reales intereses de los trabajadores. De hecho, la ausencia de la CUT respecto al paro de los portuarios es evidente. Ese es solo un ejemplo reciente. Se necesita que los trabajadores en lucha construyan su propia central clasista, que sea oposición al neoliberalismo”, señala Leandro Torchio.
También se discutió la posibilidad de levantar una red de Casas Bolívar, que le permita al Movimiento desarrollar actividades políticas y culturales a nivel territorial, y aportar, de esta forma, a la unidad de los pobladores. “Hoy existe la Federación Nacional de Pobladores, la Unión Nacional de Pobladores, y otras organizaciones… Nosotros creemos que al igual que se necesita una central sindical, urge la unidad de los pobladores en lucha. Pensamos que en torno a los distintos movimientos sociales en lucha hay que formar un ‘polo social’, que sea la oposición real y se plantee como alternativa de cambio”, dice Torchio.
El VIII Encuentro sirvió, además, para desarrollar varias discusiones que venían de hace tiempo. Se plantearon aspectos y decisiones que debían ser tomadas por el conjunto de la militancia.
Se realizaron reuniones en regiones para llegar con opiniones colectivas, en las estructuras de base estudiantiles, de trabajadores, y territoriales; también se recibió la opinión de militantes que están afuera del país. Se observaron inquietudes y distintas opiniones, por ejemplo, respecto a la unidad. “Todos están de acuerdo con la unidad, pero, ¿cuál es la frontera de esa unidad?, ¿qué expresión electoral podría tener? Lo que está claro es la importancia de la unidad de quienes luchan para enfrentarse al gobierno que viene. Si lo miramos en una perspectiva de mayor tiempo y cambio, hemos acuñado una hipótesis de conflicto, que es que tenemos que derrotar al neoliberalismo. Y para derrotarlo vemos una combinación de movilizaciones y votos. Eso significa que creemos que el neoliberalismo se puede derrotar con expresiones electorales, pero sobre todo que esas expresiones deben ser acompañadas de una movilización tan potente que ponga en crisis la gobernabilidad”, dice Leandro Torchio.
El MPMR rechaza tajantemente la vía institucional que plantea el pacto Nueva Mayoría. Señalan que esa vía lo único que va a hacer es “alargarle la vida al neoliberalismo”. Será “un cambio sin cambiar nada”, dicen los rodriguistas.
Para el Movimiento, terminar con el neoliberalismo tiene cuestiones muy precisas: echar abajo la institucionalidad a través de una Asamblea Constituyente; terminar con el monopolio de los grupos económicos; acabar con la dependencia cultural y militar del imperialismo norteamericano; derogar el Código Laboral y cambiarlo por uno a favor de los trabajadores; nacionalizar las riquezas básicas; entre otras. Según el MPMR, “realizar ese conjunto de cambios será terminar con el neoliberalismo, y reemplazarlo por una ‘sociedad de derechos’”. “Así le hemos llamado”, dice Leandro Torchio. “Pensamos –agrega-, que no se está frente una crisis capitalista, sino ante la crisis de un modelo determinado. Si terminamos con este modelo con movilizaciones y presencia popular, obviamente esa crisis podrá madurar también hacia lo que nosotros aspiramos: una crisis anticapitalista. Aspiramos no solamente a derrotar el neoliberalismo. Pensamos que es un momento necesario, y lo vemos ligado en función de cómo va a ser, con qué protagonismo popular se termine también con el capitalismo. Decimos: De la conciencia anti neoliberal, a la conciencia anticapitalista”.

EL TRABAJO

Valeska señala que en la V Región el Movimiento tiene “trabajo arraigado en la gente, con dirigentes sindicales, y posicionándonos en las provincias del interior”. Cuenta de la grave crisis del agua, que se ve como un problema de los agricultores, pero que “afecta a todos”. “Estamos realizando un trabajo social –agrega- también en sectores de Viña del Mar, que es la comuna con la mayor cantidad de campamentos, y donde se encuentra el campamento más grande del país… Por un lado, tenemos una alcaldesa que dice ser ‘animalista’, pero que no le manda agua a la gente en las tomas, y que se gasta millones de pesos en el Festival de Viña, arreglando la ‘cara visible’ del centro de la ciudad, mientras en los cerros la gente vive en la miseria más atroz. En Valparaíso ocurre lo mismo. La situación de las tomas es muy diferente a lo que sucede en la Región Metropolitana. Acá, rara vez se desaloja a los pobladores de una toma. Hay muchos problemas sociales y prácticamente no se construyen viviendas. ¿Qué sucede? Vivimos una especie de exilio, pues si te metes al SERVIU, te mandan a vivir a las comunas del interior, y eso significa que la gente rompe sus redes de apoyo y padece un profundo desarraigo. Por otro lado, los campamentos sufren el embate de los incendios, primero, porque no hay manera de que lleguen los bomberos, y además, porque las tomas no cuentan con agua. Cuando el alcalde está de muy buen ánimo manda el camión aljibe a llenarle los estanques a la gente, pero sucede que pasan dos o tres semanas y el camión no va. Eso mismo ocurre con la recolección de la basura. Cada vez más la ‘ciudad patrimonio’ se ve afectada por mayores problemas. Además, muchos incendios son provocados para que la gente se vaya y poder construir edificios, porque tenemos un plano regulador que promueve a las constructoras, tapando Valparaíso con edificios y dejando la pobreza detrás… Los jóvenes de las provincias deben viajar hasta dos horas para poder llegar a una universidad: No hay un sistema de locomoción expedito. Es grande el trabajo que hay que hacer. Valparaíso tiene una gran pobreza y cesantía completamente encubierta con vendedores ambulantes y ferias libres… No hay colegios. Intentan quebrar el Liceo Eduardo De la Barra, que es un bastión; un liceo de protesta y gran raigambre social. Instalaron el Liceo Bicentenario, que no alcanza tener doscientos alumnos; no muestra ningún logro y, más encima, hace una selección descarnada para nuestros jóvenes. ¿Qué sucede? Nos han convertido en una ciudad de servicios, donde la mayoría de los colegios son técnicos, para crear mano de obra barata y especializada, pero, con un técnico medio tampoco encuentras trabajo”, dice.
Para Valeska, las propuestas y el trabajo del MPMR deben estar en la organización social: “Hay que trabajar con las organizaciones sociales y poblacionales; no solamente desenmascarar lo que sucede… La gente muchas veces no asume o no se da cuenta de lo que le está sucediendo. Ven en la televisión que en Santiago desalojan con Carabineros a los pobladores de la tomas y como ellos no son desalojados, creen que no tienen el mismo problema… Nosotros estamos haciendo educación y trabajo social, creando conciencia. Hay que demandarle al Estado nuestras necesidades. Es el responsable de que la gente tenga sus servicios básicos cubiertos, como la salud, la vivienda y la educación, entre otros. Es eso lo que estamos haciendo, y otros trabajos culturales, como llevar la cultura a la gente de los cerros. En Valparaíso, la gente de los cerros no tiene acceso a cultura, pues la mayoría se presenta en el centro y para una elite. Bajar al centro, significa por persona gastar el equivalente a un kilo de pan. Así no puede haber cultura. También hemos hecho una defensa de los liceos y colegios públicos, que están intentando cerrar. En el Eduardo De la Barra quieren expulsar a los jóvenes que son críticos y quieren cambiar la situación. Ponen a directores que son castradores, evitando la discusión. Lo mismo sucede en las universidades. Buscan que los hijos de los obreros no lleguen a las universidades públicas, que se vayan a las privadas y centros de formación técnica e institutos que crecen como callampas, y que ofrecen mentiras. Miles de jóvenes estudian carreras que no tienen campo laboral. Los están engañando. No hay una política respecto a educación, vivienda, salud… Por eso estamos trabajando y participando, para despertar y elevar la conciencia de nuestro pueblo”, dice.
Por su parte, Álvaro -del Destacamento Lientur, de la VIII Región-, agrega: “Concluimos este VIII Encuentro Nacional ‘30 Años de lucha y Resistencia popular’, nuestra principal instancia como orgánica política para juntarnos en todas las regiones, unidades y destacamentos donde tenemos militantes. Estos encuentros los hacemos con cierta regularidad y definimos nuestra política, haciendo las adecuaciones tácticas para el período. Este encuentro estuvo cruzado por definiciones políticas de cuál va a ser la contradicción principal para este periodo, y lo que nosotros pensamos, la hipótesis de conflicto que vamos a resolver, tomando en cuenta que estamos ad portas de un gobierno que sabemos y estamos seguros no va a cambiar nada… Será un periodo de una gran lucha ideológica, donde el principal acento va a estar en la movilización social, exigiendo nuestra recuperación de los derechos y, en general, el cumplimiento del programa que apoyamos como Todos a la Moneda: Asamblea Constituyente; recuperación de los recursos; fin de las AFPs; educación gratuita y de calidad; etc.”.
Álvaro explica que el Destacamento Lientur, mantiene el nombre original de las primeras Unidades del Combate del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). “Desde el año 1991 continuamos funcionando como Destacamento en el MPMR. Hoy tenemos presencia en Concepción, Talcahuano, San Pedro de la Paz y Coronel… Llevamos bastante tiempo haciendo política y tratando de influir en los sectores populares… En la VIII Región más del 80% de la superficie está en manos de dos grandes consorcios madereros: CMPC y Arauco. .. Hay una importante exportación de madera, rubro que ha estado con bastantes problemas, pues sufre los vaivenes -según los empresarios-, del mercado internacional. La Región entrega materia prima, madera en bruto. Y también hay problemas en las manufacturas y en Huachipato, la principal siderúrgica del país, que continúa despidiendo personal. Hoy está entrando al país acero importado, por los costos de producción, dicen los empresarios. El año pasado, hubo una importante cantidad de despidos en Huachipato, que trató de esa forma de bajar sus costos. Al terminar el año, hubo un paro de los trabajadores de ASMAR. Los trabajadores se mantuvieron más de 40 días en huelga. También la industria pesquera ha sido bastante golpeada. La nueva ley de pesca favorece a los grandes empresarios y los recursos de la pesca artesanal han sido diezmados. Muchos trabajadores perdieron sus puestos de empleo o los van a perder. Como MPMR tenemos contacto con sectores de trabajadores y pobladores y hemos hecho trabajos en Coronel, en Talcahuano, después del terremoto y maremoto, que destapó las carencias de la región… Apoyamos a los pobladores con brigadas de solidaridad del Movimiento en Coronel y Talcahuano –en la población Santa Clara-, y otros lugares afectados… Con los años, hemos ido ligando lazos con distintos sectores, y podemos decir con un orgullo bastante humilde que hoy nuestra organización revolucionaria es escuchada. Obviamente, estamos en un trabajo de construcción haciendo lazos con otras fuerzas, para construir y presentar una alternativa posible”.
Catalina, militante del Destacamento Estudiantil Paulo Freire, expresa: “Analizamos en el Encuentro los ejes con los que vamos a trabajar este año y hacia el futuro… Hicimos un análisis sobre el sistema neoliberal y su avance y profundización a la que nos vamos a enfrentar ahora con el nuevo gobierno empresarial… Discutimos qué herramientas vamos a utilizar y cuáles vamos a reforzar… Seguimos avanzando y no vamos a hacer ningún énfasis especial, sino con las mismas fuerzas, simplemente estamos afinando los detalles y discutiendo e integrando cosas nuevas. Nuestra proyección como Destacamento Estudiantil en estos meses es reestructurarnos y reconformar los Cordones Secundarios, que fue nuestro trabajo en el último año. Queremos retomarlo porque hubo un momento donde la constancia no siguió… Ahora, esperamos reconformar integralmente los Cordones Secundarios para así poder enfrentar al gobierno y sus mentiras en la educación. Nuestras demandas siguen siendo educación gratuita y de calidad; y la desmunicipalización de la educación, que entierra a la educación pública y la tiene por los suelos… Vengo del Liceo Agustín Edwards y me he dado cuenta del desfalco de dinero en la municipalidad de Conchalí. Faltan cuatro mil millones de pesos. Por esa pérdida de dinero, los colegios están en el suelo, no hay profesores, hay horas de clases perdidas. Eso se replica en muchas comunas del país, por eso es importante luchar por nuestra educación”, dice.
Guillermo, agrega que al tenor de los 30 años de existencia del FPMR, el Movimiento se reunión para reflexionar sobre las políticas tanto tácticas como estratégicas con las cuales enfrentar los próximos cuatro años: “La discusión fue muy rica, con fuertes debates, en función de ver serán los escenarios que se plantean en estos cuatro años… Dentro de la política de continuidad del FPMR, hoy siguen siendo válidas todas las formas de lucha que se aplicaron, tratando de interpretar lo que son las condiciones objetivas que tiene la realidad. En ese sentido, hemos reflexionado en que el Movimiento hoy día tiene que tener la capacidad de ser parte de la lucha social, de estar en la primera vanguardia de esa lucha, pero además, ir generando elementos políticos que permitan interactuar por sobre la subjetividad de la gente, vale decir, creando y siendo parte también de una lucha, de una acumulación de fuerza política”.
Para Guillermo, es necesario estar en la lucha social, en la calle, pero también tener propuestas políticas. Que sean propuestas que la gente pueda conocer y que en algún momento puedan votar por ellas. “Si alguna lección deja las elecciones pasadas, es que la unidad de los sectores anticapitalistas debe materializarse con mayor madurez. La izquierda tiene un potencial discursivo, histórico, pero no puede enfrentar ningún proceso si lo hace desunida. Creo que esa es la primera lectura, por lo cual es absolutamente relevante que hoy todos los sectores que se plantean en contra del modelo neoliberal, en contra del capitalismo, quienes están por la construcción del socialismo, del comunismo, los que ‘no prestan el voto’ pero que sí tenemos convergencias; tenemos que hacer los esfuerzos necesarios que nos permitan acumular pequeñas luchas, ser capaces de confluir en una sola gran fuerza. La unidad es importantísima… Hemos visto que el modelo, el sistema, es capaz de reacomodarse, es capaz de ante un neoliberalismo que estaba en el suelo, recomponerlo… Es capaz de generar una imagen nueva, con un discurso nuevo, pero con los mismos de siempre, como es la Nueva Mayoría… Como Movimiento tenemos la misión y tarea estratégica de lograr la unidad de todos quienes queremos cambios profundos… Hoy, con lo limitado que son los medios de comunicación, que están en gran medida al servicio de las ideas dominantes, de las ideas neoliberales, es una tarea estratégica de la izquierda generar medios de comunicación alternativos, de todo tipo, escritos y también apuntar a lo que es lo más eficiente comunicacionalmente hoy, los medios audiovisuales y el trabajo en las redes sociales…
En este Encuentro participaron compañeros de diferentes regiones del país, con sus diferentes realidades, visiones, cansancios e impresiones, en una discusión franca y abierta, donde cada cual tuvo el derecho a opinar. Lo hicimos como lo hemos hecho siempre los rodriguistas: con fraternidad, con cariño, pero también con mucha convicción y con mucho derecho cuando tenemos que discutir y defender lo que consideramos son nuestras posiciones… Hoy el Movimiento y los rodriguistas tenemos una responsabilidad mayor, porque nosotros fuimos tal vez de los primeros que denunciamos que este sistema no iba a llegar a una verdadera democracia y a un verdadero bienestar del pueblo. A 24 años de la dictadura, creo que la historia nos ha dado la razón. Eso refuerza el ánimo de decir que la lucha debe continuar, para construir una democracia profunda y de verdad en nuestro país… Nuestro compromiso sigue”, concluye.

Arnaldo Pérez Guerra

miércoles, enero 29, 2014

Cultivos ilícitos: Un flagelo con raíces en la marginalidad rural



Es una problemática irresoluta por las equivocadas políticas impuestas a contracorriente de la tozuda realidad. Es necesario discutirla de cara a ella y al margen de concepciones ortodoxas supeditadas a intereses políticos y económicos.
Siendo el narcotráfico un problema de impacto mundial, no se justifica que unas élites internacionales impongan sus intereses a la comunidad de naciones, sobre todo a las más afectadas, mientras el fenómeno sigue en desarrollo y despliega su poder corruptor y de violencia. Surgió como muchos otros negocios y el prohibicionismo se ha establecido como ariete de acumulación. El procesamiento, el tráfico y la distribución tiene componentes violentos que lo hacen un negocio corruptor y depredador, más dañino que el mismo consumo.
Por ahora la idea es centrar el énfasis en qué pasa con el primer eslabón de esta cadena, el más marginal sobre el cual recae la explotación de la mano de obra y el peso de una guerra sin cuartel. Los campesinos productores de la hoja de coca, cannabis y amapola, por tradición y oficio son productores de alimentos, la miseria los condujo a sobrevivir de lo que el sistema opresor les ofreció a condición de su existencia.
La Mesa de Diálogo de Paz en La Habana avivó el debate del problema de la producción, tráfico y consumo de drogas ilícitas. Se han incorporado nuevos aportes académicos desde una perspectiva crítica al tratamiento que algunos Estados le dan a este asunto. Y es que pese a las grandes inversiones en la llamada guerra contra las drogas, liderada por los Estados Unidos, los resultados no compensan las inversiones, los sacrificios y las expectativas creadas. Este mundo académico, frente a la guerra contra las drogas, tiene el respaldo de una masa aún más crítica, la de los habitantes de territorios afectados, donde más impacta la llamada guerra contra las drogas, con grandes estragos socioambientales. Igualmente se respalda en las inobjetables verdades de un sistema político y económico cruzado por los dólares del narcotráfico.
Cualquier país subordinado a la política de drogas de los Estados Unidos presenta desafortunadas estadísticas de crecimiento de violencia, corrupción institucional, criminalización de las políticas de Estado, fortalecimiento de estructuras criminales ligadas a las mafias y al Establecimiento, lavado de activos, expansión de actividades económicas ligadas al narcotráfico, fortalecimiento de maquinarias políticas financiadas por los capos y, en el caso de Colombia, escalamiento del conflicto político y armado interno.
En Colombia, el impacto más grave de la "guerra contra las drogas" recae sobre los territorios, provoca el deterioro socio ambiental y grandes movilizaciones campesinas e indígenas. Estas movilizaciones pusieron al descubierto las miserables condiciones de vida de las comunidades rurales. No cuentan con una base material elemental de economía familiar, carecen de derechos económicos y sociales y cada día son más acosados por la judicialización y criminalización del Estado.
Una razón que hace que el mundo desconozca esa realidad es el cerco mediático que pretende justificar lo injustificable y ocultar un fenómeno socio histórico que tiene raíces en la dominación política de grupos económicos que se fortalecen en el despojo de tierras, las rentas por acumulación de tierras y la producción extractiva -especialmente la gran minería y programas agroforestales- que está haciendo devastaciones ambientales.
Con toda certeza, si no fuera por la condición miserable a que los gobiernos someten a las comunidades rurales, ellas jamás habrían tomado la decisión de desarrollar cultivos que se procesan para usos prohibidos. La política oficial jamás ha contemplado la economía campesina como fuente de desarrollo del país, hacerlo implicaría debatir sobre el carácter de la tenencia y uso de la tierra, esto no lo acepta el poder político de unos 15 mil propietarios que poseen algo más de 52 millones de hectáreas, la mayoría adquiridas por medio de la violencia.
Colombia llegó a tener una producción agrícola de economía campesina y familiar, en tan solo 3,7 millones de hectáreas de las 21 millones aptas para la agricultura, del 67% de la producción de alimentos. Muy superior a la participación de la producción capitalista de la tierra. El monopolio de la tenencia de la tierra es tan oneroso como el del mercado de los alimentos que, controlado por grupos empresariales, tiene márgenes de ganancia hasta de un 500% por la diferencia de precios establecidas entre el productor y el consumidor.
Los Tratados de Libre Comercio agravan aceleradamente la problemática rural. Para citar un ejemplo, las importaciones de leche se han más que triplicado, pasando de 9.727 toneladas en 2006 a 33.728 en el 2012, según cifras de la Dirección Nacional de Estadísticas, DANE. En 1994 existían 140.000 explotaciones lácteas y en el 2012 solo quedaban 23.000. El remplazo de la producción de alimentos por las importaciones genera un desplazamiento campesino hacia la economía de la coca, la amapola o la marihuana.
Otra problemática ignorada de la vida rural es el doble trabajo de la mujer y la niñez cuya participación en el trabajo no es remunerado. Así, el número de mujeres incorporadas a la producción familiar, no contabilizadas como trabajadoras, aumentó de 921.915 en 1988 a 1’119.854 en 1995. En ese periodo, unos 340.330 niños entre 6 y 9 años realizaban trabajos no domésticos, probablemente similares que realizan las mujeres en la parcela familiar [1]. Las tendencias económicas y sociales nos dan la certeza que la situación de género y de la niñez rural se torna más grave, aunque no tenga soporte estadístico por la falta de un censo agropecuario.
Estas referencias problemáticas deben ser un indicador que el hecho de no incorporar la economía campesina y familiar como activo importante en las estrategias económicas, es la causa de la marginalidad en el campo, de la precaria infraestructura rural y del origen de la producción de cultivos para usos prohibidos como la coca. Resulta obvio que en una economía capitalista que tiene como ley del mercado la oferta y la demanda, la producción se incline hacia los productos con mayor demanda que generen al menos un mínimo de renta a los productores. Es el caso de los cultivos para usos prohibidos como la coca.
Y como en todo negocio, los que tienen el monopolio del mercado se quedan con el grueso de las rentas. Razón por la cual los campesinos solo pueden lograr ingresos de supervivencia. Como valor agregado al abandono institucional tienen que soportar la llamada guerra contra las drogas, cuya esencia contrainsurgente se atraviesa en la senda de las transformaciones democráticas y de justicia social.

Rubén Zamora
http://www.pazfarc-ep.org

NOTAS:

[1] Dora Isabel Díaz Susa Doctora en Ciencias Sociales, Universidad Sorbona, París I
Bogotá, diciembre de 2002 Situación de la mujer rural colombiana. Perspectiva de género

Rubén Zamora es miembro de la Delegación de Paz de las FARC-EP en la Mesa de Diálogos de La Habana

Murió Pete Seeger



Había nacido en 1919 en Nueva York. Fue una figura clave entre los cantautores estadounidenses, modelo y mentor de figuras como Bob Dylan y Don McLean. Pese a haber publicado más de 100 discos, nunca se sintió una estrella. La guitarra de 12 cuerdas y el banjo eran sus instrumentos favoritos.
Tenía 94 años en un país tan joven como Estados Unidos y, a través de su música folk, representó como pocos la complejidad cultural e ideológica de una nación que hoy llora su muerte y vuelve a alabar su compromiso artístico y social. En lo musical, padre artístico de Bob Dylan y Don McLean, pasión tardía de Bruce Springsteen. En lo político, perseguido por el Comité de Actividades Antiamericanas, opositor de la Guerra de Vietnam y simpatizante de las Brigadas Internacionales. Y, en lo humano, quizá la muestra más coherente de lo que el término "folk" significa: música por y para el pueblo.
En la investidura de Barack Obama cantó el himno político "This Land is Your Land" ("Esta tierra es vuestra tierra"), más de medio siglo después de haber tenido sus más y sus menos con otro simbólico presidente demócrata, Franklin Delano Roosevelt. Seeger era a su vez piedra fundacional, testigo longevo y voz de la conciencia de un país que se convertía en la primera potencia mundial.
Fue coleccionista, restaurador y archivador impagable del legado folk estadounidense, género que siempre defendió y ayudó a difundir. Con las claves de un sonido profundamente estadounidense, sin ardores ni panfletos, suyas son muchas de las más célebres canciones protesta del siglo XX.
"We Shall Overcome" ("Venceremos"), que tomaba los versos de una canción gospel, se convirtió gracias a él en un símbolo de la reivindicación de los derechos civiles, que pasó por Woodstock en la voz de Joan Baez y que sirvió para dar título al álbum homenaje-descubrimiento que hizo sobre él Bruce Springsteen y que acabó ganando un Grammy.
Y "Where have all the Flowers Gone?" (¿Dónde han ido todas las flores?) se convirtió en un clásico antibélico. Cantó también a Sudáfrica en "Wimoweh" y a los soldados israelíes en "Tzena, Tzena, Tzena". Seeger fue un luchador conciliador, como demuestra el hecho de que hoy el conservador New York Post alaba a un antiguo comunista como él premiado en Cuba y le dedica un artículo titulado "Las cinco maneras en las que Pete Seeger cambió Estados Unidos", recordando cómo, por ejemplo, colaboró en la limpieza de las aguas del río Hudson, que baña la localidad donde vivió gran parte de su vida, Beacon (Nueva York).
Tras su muerte, el cineasta Michael Moore escribió en Twitter. "Qué decir. Él lo dijo, lo cantó y lo vivió todo". Y músicos tan distintos como Gilberto Gil, Brian May o Nina Hagen lamentaron su muerte también en las redes sociales.
Seeger había nacido el 3 de mayo de 1919 en Nueva York en el seno de una familia de músicos, aunque sus padres se divorciaron siendo él un niño. Empezó tocando el ukelele en su época escolar en Connecticut y cuando fue a Harvard, pues quería ser periodista, tomó las riendas del periódico más radical del campus. Pero se dio cuenta de que, quizá, su manera más eficaz de transmitir mensajes fuera la música.
Ya en los años cuarenta fue miembro de bandas como The Almanac Singers, con la que grabó el álbum "Historias del Batallón Lincoln" en apoyo a la Segunda República española, así como canciones de apoyo a las tropas estadounidenses, o The Weavers.
Volvió de la Segunda Guerra Mundial y fundó la compañía People's Songs, dedicada a composiciones musicales de izquierda, lo que desembocó de manera inevitable en la "caza de brujas" del furibundo senador Joe McCarthy por haber pertenecido al Partido Comunista, del que se desligaría años más tarde.
Fue condenado a 10 años de cárcel, aunque no llegó a ingresar en prisión. A cambio, desapareció de la escena pública pero no de la música que siguió practicando en pueblos e iglesias, para reaparecer en los sesenta como referente moral y musical de la nueva camada que inundó el Greenwich Village de Nueva York, como Bob Dylan, Don McLean o Joan Baez.
Cuando en 2009 se celebró un concierto homenaje por su 90 cumpleaños, la plana mayor de la música estadounidense estuvo ahí para festejar. El año pasado quedó viudo de su esposa Toshi, justo antes de cumplir 70 años casados.

Página 12

martes, enero 28, 2014

El Gobierno de EE.UU. y los gigantes de Internet llegan a un acuerdo sobre el espionaje



El Departamento de Justicia ha alcanzado acuerdos con Google, Microsoft, Yahoo, Facebook y LinkedIn, lo que, en teoría, resolverá los problemas jurídicos de esas empresas ante el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera. Las empresas habían pedido a los jueces que les permitieran revelar datos sobre las órdenes de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) recibidas en virtud de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera.

El secretario de Justicia, Eric Holder, y el director de la seguridad nacional, James Clapper, precisan que estos grandes grupos estarían autorizados a revelar "más datos que nunca", como por ejemplo la cantidad de cuentas de clientes vigiladas.
"Conforme a las directivas del presidente [Barack Obama] en su discurso del 17 de enero", estos nuevos métodos permiten hacer pública la cantidad de solicitudes que recibieron del Gobierno nacional, la cantidad de órdenes que salieron del tribunal secreto encargado de administrar las informaciones de la seguridad nacional y la cantidad de cuentas de usuarios que eran vigiladas, precisa Holder en una carta dirigida a los responsables jurídicos de las empresas en cuestión.
Las cinco empresas se mostraron satisfechas con el acuerdo, pero dijeron que aún queda mucho por hacer. "Estamos satisfechos con que el departamento de Justicia haya aceptado que nosotros y otros grupos podamos difundir estas informaciones", dijeron en un comunicado conjunto, precisando que "el público general tiene derecho de saber el volumen y el tipo de pedidos por parte de la seguridad nacional". "Aunque este procedimiento sea alentador, seguimos exhortando al Congreso a tomar medidas adicionales para aprobar las reformas que creemos necesarias", añaden.
No obstante, pese a que el acuerdo parece ser una victoria del Gobierno por la transparencia, muchos creen que en realidad apenas arrojará luz sobre la naturaleza o la extensión de las solicitudes del Gobierno de datos personales. "Es un aumento absurdamente pequeño en la transparencia", tuiteó Julián Sánchez, investigador del Instituto Cato, que se centra en las cuestiones de privacidad y las libertades civiles, según recoge la revista 'Mother Jones'. Las empresas de tecnología, explica, no sólo siguen excluidas de la posibilidad de presentar informes de las solicitudes que reciben en tiempo real —hay un retraso de seis meses—, sino que, además, la información que ahora se les permite revelar le dice poco a los estadounidenses sobre las peticiones del Gobierno.

lunes, enero 27, 2014

Coca-Cola es así



La marca que nos dice vender felicidad más bien reparte pesadillas

"Gracias por compartir felicidad", nos dice el último anuncio de Coca-Cola, pero mirando de cerca parece que Coca-Cola de felicidad más bien reparte poca. O sino que se lo pregunten a los trabajadores de las plantas que la multinacional pretende cerrar ahora en el Estado español o a los sindicalistas perseguidos, y algunos incluso secuestrados y torturados, en Colombia, Turquía, Pakistán, Rusia, Nicaragua o a las comunidades de la India que se han quedado sin agua tras el paso de la compañía. Por no hablar de la pésima calidad de sus ingredientes y el impacto en nuestra salud.
Cada segundo se consumen 18.500 latas o botellas de Coca-Cola en todo el mundo, según datos de la propia empresa. El Imperio Coca-Cola vende sus 500 marcas en más de 200 países. Quién se lo hubiese dicho a John S. Pemberton, cuando en 1886, diseñó tan exitoso brebaje en una pequeña farmacia de Atlanta. Hoy, en cambio, la multinacional ya no vende tan solo una bebida sino mucho más. A golpe de talonario y campañas multimillonarias de marketing, Coca-Cola nos vende algo tan preciado como “la felicidad”, “la chispa de la vida” o “una sonrisa”. Sin embargo, ni su Instituto Coca-Cola de la Felicidad es capaz de esconder todo el dolor que ocasiona la compañía. Su currículo de abusos sociales y laborales recorre, como sus refrescos, todo el planeta.
Ahora, le ha tocado el turno al Estado español. La compañía acaba de anunciar un Expediente de Regulación de Empleo que implica el cierre de cuatro de sus once plantas, el despido de 1.250 trabajadores y la recolocación de otros 500. Una medida que se toma, según la multinacional, “por causas organizativas y productivas”. Un comunicado de CCOO, en cambio, desmiente dicha afirmación, y señala que la empresa tiene enormes beneficios de alrededor de 900 millones de euros y una facturación de más de 3.000 millones.
Las malas prácticas de la empresa son tan globales como su marca. En Colombia, desde 1990, ocho trabajadores de Coca-Cola han sido asesinados por paramilitares y 65 más han recibido amenazas de muerte, según ‘El informe alternativo de Coca-Cola‘ de la organización War on Want. El sindicato colombiano Sinaltrainal ha denunciado que tras dichas acciones se encuentra la multinacional. En 2001, Sinaltrainal, a través del International Labor Rights Fund y la United Steel Workers Union, consiguió interponer en Estados Unidos una demanda contra la empresa por dichos casos. En 2003, la corte desestimó la petición alegando que los asesinatos tuvieron lugar fuera de Estados Unidos. La campaña de Sinaltrainal, de todos modos, había conseguido ya numerosos apoyos.
El rastro de abusos de Coca-Cola lo encontramos prácticamente en cada rincón del planeta donde tiene presencia. En Pakistán, en 2001, varios trabajadores de la planta de Punyab fueron despedidos por protestar y los intentos de sindicalización de sus trabajadores en Lahore, Faisal y Gujranwala chocaron con las trabas de la multinacional y la administración. En Turquía, sus empleados denunciaron, en 2005, a Coca-Cola por intimidación y torturas y por utilizar una rama especial de la policía para dichos fines. En Nicaragua, el mismo año, el Sindicato Único de Trabajadores (SUTEC) acusó a la multinacional de no permitir la organización sindical y amenazar con despidos. Y casos similares encontramos en Guatemala, Rusia, Perú, Chile, México, Brasil, Panamá. Uno de los principales intentos por coordinar una campaña de denuncia internacional contra Coca-Cola fue en 2002 cuando sindicatos de Colombia, Venezuela, Zimbabwe y Filipinas denunciaron conjuntamente la represión sufrida por sus sindicalistas en Coca-Cola y las amenazas de secuestros y asesinatos recibidas.
Aunque la compañía no es únicamente conocida por sus abusos laborales sino, también, por el impacto social y ecológico de sus prácticas. Como ella misma reconoce: “Coca-Cola es la empresa de la hidratación. Sin agua, no hay negocio”. Y ésta succiona hasta la última gota allá donde se instala. De hecho, para producir un litro de Coca-Cola, se requieren tres litros de agua. Y no sólo para su bebida sino para lavar botellas, maquinaria… Agua que a posteriori es desechada como agua contaminada, con el consiguiente perjuicio medioambiental. Para saciar su sed -una embotelladora de Coca-Cola puede llegar a consumir hasta un millón de litros de agua por día, la empresa toma unilateralmente el control de acuíferos que abastecen a comunidades locales dejándolas sin un bien tan esencial como el agua.
En la India, varios estados (Rajastán, Uttar Pradesh, Kerala, Maharastra) se encuentran en pie de guerra contra la multinacional. Varios documentos oficiales señalan la disminución drástica de los recursos hídricos allá donde ésta se ha instalado, acabando con el agua para el consumo, la higiene personal y la agricultura, sustento de muchas familias. En Kerala, en 2004, la planta de Plachimada de Coca-Cola fue obligada a cerrar después de que el ayuntamiento denegara la renovación de su licencia acusando a la compañía de agotar y contaminar su agua. Meses antes, el Tribunal Supremo de Kerala sentenció que la extracción masiva de agua por parte de Coca-Cola era ilegal. Su cierre fue una gran victoria para la comunidad.
Casos similares se han dado en el Salvador y Chiapas, entre otros. En el Salvador, la instalación de plantas de embotellamiento de Coca-Cola han agotado recursos hídricos tras décadas de extracción y han contaminado acuíferos al deshacerse de agua no tratada procedente de dichas plantas. La multinacional siempre ha rehusado hacerse cargo del impacto de sus prácticas. En México, la compañía ha privatizado numerosos acuíferos, dejando a comunidades locales sin acceso a los mismos, gracias al apoyo incondicional del Gobierno de Vicente Fox (2000-2006), antiguo presidente de Coca-Cola México.
El impacto de su fórmula secreta sobre nuestra salud está también extensamente documentado. Sus altas dosis de azúcar no nos benefician y nos convierten en “adictos” a su brebaje. Y el uso del aspartamo, edulcorante no calórico substitutivo del azúcar, en la Coca-Cola Zero, se ha demostrado, como señala la periodista Marie Monique Robin en su documental ‘Nuestro veneno cotidiano‘, que consumido en altas dosis puede resultar cancerígeno. En 2004, Coca-Cola en Gran Bretaña se vio obligada a retirar, tras su lanzamiento, el agua embotellada Dasani, después que se descubriera en su contenido niveles ilegales de bromuro, substancia que aumenta el riesgo de cáncer. La empresa tuvo que apartar medio millón de botellas, que había anunciado como “una de las aguas más puras del mercado”, a pesar de que un artículo en la revista The Grocer señalaba que su fuente era agua tratada del grifo de Londres.
Los tentáculos de Coca-Cola, asimismo, son tan alargados que, en 2012, una de sus directivas, Ángela López de Sá, alcanzó la dirección de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria. ¿Qué postura va a tener, por ejemplo, la Agencia ante el uso del aspartamo cuando la empresa que hasta hace dos días le pagaba el sueldo a su actual directora lo usa sistemáticamente? ¿Conflicto de intereses? Lo señalábamos ya antes con el caso de Vicente Fox.
La marca que nos dice vender felicidad más bien reparte pesadillas. Coca-Cola es así, dice el anuncio. Así es y así se lo hemos contado.

Esther Vivas
Público.es

domingo, enero 26, 2014

Venezuela: La necesidad de una revolución en la revolución



Cuando uno quiere hacer un cambio social tiene que tener claro qué modelo va a utilizar; porque sólo seguir administrando, aunque sea con espíritu patriótico y con honestidad, el modelo capitalista, eso es imposible. El modelo capitalista te termina tragando. Eso es como el diablo. No se puede ir a dar una misa en las cavernas del diablo, porque te traga.
Nicolás Maduro, 2005

Según las Cuentas Nacionales, explicitadas por el Banco Central de Venezuela (BCV), el PIB privado (el porcentaje de la actividad económica del país en manos directas del empresariado) corresponde al 71% del total (año 2010). En el año de 1999 el PIB privado era de 68%. Es decir que, a pesar de las nacionalizaciones, el PIB sigue siendo mayoritariamente privado, y comparado con países que nada tienen que ver con el comunismo –como Suecia, Francia e Italia, donde el PIB es mayoritariamente público (estatal)–, el estado venezolano no tiene en sus manos (salvo el petróleo) ningún resorte económico importante de la economía.
Manuel Sutherland, 2013.

Yo no soy un libertador. Los libertadores no existen. Son los pueblos quienes se liberan a sí mismos.
Ernesto Che Guevara

Unos años atrás, en el medio de la marea neoliberal que se expandía triunfal por todo el mundo festejando la extinción del campo socialista europeo, apareció la figura de Hugo Chávez. Con todas las limitaciones del caso y los reparos que se le puedan haber abierto desde la izquierda, lo suyo significó una enorme cuota de esperanza. Luego de la larga noche que habían representado las sangrientas dictaduras que enlutaron toda Latinoamérica y los planes de capitalismo salvaje que le siguieron, la aparición de este militar nacionalista, confusamente antiimperialista con un discurso anticorrupción y con el ofrecimiento de un nuevo socialismo renovado, prometía mucho.
A partir de su llegada al poder en Venezuela en el año 1998, mucha agua corrió bajo el puente. Quizá es muy prematuro hacer un balance del significado histórico de su actuación política de una década y media: para la derecha –vernácula e internacional– fue un demonio, un “castro-comunista” que volvió a atizar la por ella anatematizada y pretendidamente desaparecida lucha de clases. Para la izquierda, su obra nunca pasó de una práctica reformista y populista, alimentada más que generosamente por un capitalismo rentista basado en la monoproducción petrolera sin perspectiva de transformación revolucionaria.
Lo cierto es que la escena política venezolana, pero también la latinoamericana e incluso la internacional, se vieron tocadas por la influencia de este carismático líder y el siempre impreciso –pero al mismo tiempo muy prometedor y cargado de esperanza– “socialismo del siglo XXI”.
A principios del 2013 Hugo Chávez murió en la gloria. Su imagen en muy buena medida ya pasó a ser mítica, una verdadera leyenda. Denostado por la derecha, amado y endiosado por una amplia mayoría del pueblo venezolano, visto con simpatía por la izquierda siempre esperando su radicalización, no llegó a sufrir el desgaste del ejercicio del poder. Su muerte, un verdadero fenómeno mediático de significación global, lo dejó en la situación del comandante heroico del que, al menos de momento, la ausencia agiganta su figura más aún que su presencia.
Sin dudas los casi 15 años al frente de ese singular proceso que se dio en llamar Revolución Bolivariana (una experiencia de “socialismo rentista” plagado de contradicciones así como de esperanzas) no son fáciles de analizar. ¿Qué dejó todo ello? Sin dudas: luces y sombras. No fue una revolución socialista, al menos tal como históricamente se la concibió. Claramente fue un proceso que no se salió de los marcos capitalistas, pero al mismo tiempo generó una serie de cambios en la distribución de la riqueza nacional que ningún gobierno anterior, siempre capitalistas, había conseguido. La situación general de las clases populares venezolanas –por cierto, la mayoría de la población– mejoró sustantivamente.
Visto en perspectiva política, el proceso tenía límites muy precisos: en tanto no se planteó como una transformación radical de las condiciones estructurales, de la tenencia de los medios productivos, no podía pasar de un planteo capitalista con rostro humano. En los tiempos de capitalismo despiadado que corren desde la caída del Muro de Berlín, ese planteo ya tiene sabor de avance social. Visto con objetividad, no pasó de reformismo. Pero las promesas de socialismo, más aún en el medio de la ola neoliberal que barrió el mundo, despertaron genuinas esperanzas.
El tiempo fue pasando, con un Chávez de enorme habilidad política que podía jugar a aunar posiciones antitéticas en base a su monumental carisma, pero la revolución socialista, el preconizado nuevo “socialismo del siglo XXI”, nunca se profundizó. O si lo intentó (control obrero de algunas fábricas recuperadas, organización popular desde abajo), los marcos del Estado capitalista que siguió primando no permitieron su radicalización. Los planes redistributivos que implementó la administración bolivariana sin ningún lugar a dudas fueron una avanzada, pues los satisfactores básicos de la población mejoraron. No cabe ninguna duda que la renta petrolera llegó a muchísima más gente que con ningún gobierno anterior. Lo cual representa un paso importante; pero eso sólo no es socialismo.
No hay que dejar de reconocer que, luego de años de un capitalismo salvaje que hizo retroceder conquistas sociales históricas (las ocho horas de trabajo, la sindicalización, las leyes de protección al trabajador, un Estado de bienestar para las grandes mayorías), el hecho de plantearse un talante popular desde una administración ya puede tener sabor a “socializante”. Por supuesto, para la derecha representó una molestia (quizá no llegó a peligro) el hecho de tener un presidente díscolo que hablara nuevamente de “antiimperialismo” y “socialismo”, términos que habían salido de circulación luego de la extinción del campo socialista y el final de la Guerra Fría. Con Chávez hubo intentos de caminar hacia el socialismo, amagues, algunos avances interesantes; de todos modos, ni la gran propiedad se tocó ni la esperanza de poder popular efectivo se materializaron. Fue más el ruido que las nueces.
Pero hubo cambios, por supuesto. Y muchos. Por eso la derecha protesta tanto. Es cierto que no se tocaron los resortes últimos del sistema, pero en un mundo neoliberal a ultranza pensar que los históricamente excluidos puedan tener mejoras, es ya un sacrilegio para el pensamiento conservador. Y en la Venezuela bolivariana, con Chávez a la cabeza, hubo mejoras importantes. De hecho, el nivel general de pobreza se redujo ostensiblemente en los años que se viene llevando a cabo este proceso: de un 70.8% que alcanzó en 1996 llegó en el 2012 a un 20%, la reducción más grande en América Latina detrás de Ecuador y una de las más grandes en el mundo, según reconociera una prestigiosa institución internacional como la CEPAL. Los logros sociales de la Revolución Bolivariana, sin dudas, están a la vista. “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”, podría decirse sin temor a equivocarnos.
¿Por qué, entonces, abrir esta crítica y llamar a una revolución dentro de la revolución ahora? ¡Porque ello es imprescindible para que siga habiendo revolución!
El proceso bolivariano hace tiempo que está empantanado. Por supuesto que, desaparecido el comandante, la continuidad de la revolución en curso se ha tornado más difícil. Eso no es culpa del actual mandatario, Nicolás Maduro. Pensar que los problemas que sufre actualmente el rico y esperanzador proceso abierto años atrás se debe a la debilidad o impericia del nuevo presidente sería un garrafal desatino. O más bien: ¡sería peligrosísimo!, pues ello reduciría una revolución socialista a una administración política, al carisma de quien está sentado en el sillón presidencial. Y la revolución socialista es infinitamente más que eso. Más aún: ¡no es eso! Pero justamente los problemas actuales que sufre el “chavismo” deben llevar a una profunda, necesaria, imprescindible autocrítica. ¿Por qué “chavismo”? ¿Por qué ese culto a la personalidad? ¿Y el verdadero poder popular? ¿Qué socialismo se está construyendo?
Con las últimas elecciones presidenciales de abril, luego de la muerte de Hugo Chávez, se abrían tres escenarios posibles: 1) triunfo de la derecha visceral con Henrique Capriles Radonski (con un presumible retroceso de todos los avances de la revolución), 2) triunfo del PSUV con Maduro a la cabeza y profundización de la construcción del socialismo (añorado por la izquierda, pero sin dudas lo más difícil de materializar) y 3) triunfo del “heredero” de Chávez con creciente control del proceso político por la derecha bolivariana, la llamada “boliburguesía” enquistada en el aparato estatal (burócratas nuevos ricos que hablan con un lenguaje chavista pero con clara ideología conservadora). Lamentablemente para la causa popular, el tercer escenario parece ser el que se va dando.
Hace unos pocos años atrás Nicolás Maduro, siendo presidente de la Asamblea Nacional, decía: “Lo que nosotros hemos llamado "parlamentarismo social en la calle" no es otra cosa que el liderazgo social de lo que ahora se está viviendo en Venezuela. Es convertir la Asamblea Nacional –que es el órgano parlamentario del país– en un verdadero poder popular. Es decir: que no sea simplemente un Congreso de elites donde éstas deciden por el pueblo, donde sustituyen la voluntad popular, piensan y deciden por el pueblo, pero donde terminan articulándose con las elites del poder económico –nacional e internacional– para seguir manteniendo el status quo en materia de las leyes fundamentales que rigen la economía y la vida social de la nación. (…) El parlamentarismo de calle es un salto revolucionario en relación al parlamentarismo tradicional burgués basado en la democracia representativa. (…) ¿Qué puede sustituir a la vieja democracia colonial representativa y desgastada de los partidos políticos que existe en el continente? Pues una democracia popular, una democracia revolucionaria, participativa y protagónica, donde el pueblo, el ciudadano sea el principal actor.” Por supuesto escuchar algo así abre enormes esperanzas para el campo popular, para la posibilidad de un cambio revolucionario real. ¿Qué sucedió luego, o qué está sucediendo, que un siniestro personaje como José Sánchez Montiel, más conocido como Mazuco, asume como diputado en esa misma Asamblea Nacional ante la mirada atónita del pueblo, luego de una obvia decisión inconsulta y con algún arreglo bajo la mesa con la derecha recalcitrante? Mazuco, valga no olvidarlo, fue en el Estado Zulia –la tierra del ahora prófugo Manuel Rosales, ultraderechista apoyado por la CIA– el mejor alumno en el crimen y en el delito de Henry López Sisco, el más grande policía asesino que tuvo Venezuela, quien se jactaba de haber asesinado personalmente a más de 200 revolucionarios y luchadores populares en los años que activó en la DISIP. Mazuco, no olvidarlo nunca: un convicto criminal acusado de las peores violaciones, sindicado como homicida, ladrón y narcotraficante: ¿cómo es que ahora pasa a ser diputado? ¿Y el poder popular, compañeros? ¿Y el “parlamentarismo de calle”?
¿Y cómo entender la detención del nacionalista vasco Asier Guridi Zaloña, quien tenía años en el país, el pasado 1° de septiembre a manos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), con la colaboración de la Policía española y la Policía Judicial francesa, quienes operaron en el territorio nacional con beneplácito del gobierno violando la soberanía venezolana? ¿Era necesaria esa jugada política para congraciarse con alguien? ¿Qué aporta eso a la construcción del socialismo?
En ese orden de ideas que nos deben llevar a la imprescindible y crucial autocrítica: ¿cómo entender el enorme peligro electoral en ciernes para el próximo 8 de diciembre, en las futuras elecciones municipales, donde muchos precandidatos bolivarianos a alcalde decidieron lanzarse por su cuenta luego que fueran omitidas las elecciones internas y decididos los candidatos de manera arbitraria por la jerarquía del Partido Socialista Unido de Venezuela –PSUV–? ¿Qué socialismo nuevo se está construyendo así? ¿Qué modelo de socialismo es el que está en juego entonces?
Se podría llegar a decir que estos son aspectos puntuales, no relevantes, no definitorios de un proceso más amplio que es la Revolución Bolivariana en su conjunto. Pero no debe olvidarse que en la última elección presidencial, con toda la maquinaria electoral del PSUV y la apelación monotemática a la figura del extinto comandante, el candidato bolivariano venció por una mínima diferencia. Es cierto que la derecha actúa, y mucho, para conspirar contra el proceso en curso. Pero sin la autocrítica mínima e indispensable no puede haber socialismo. Como dijo Maduro algún tiempo atrás, sin “una democracia popular, una democracia revolucionaria, participativa y protagónica, donde el pueblo, el ciudadano sea el principal actor” inexorablemente no puede haber socialismo. Es por eso que aparecen esos tres epígrafes abriendo la presente reflexión: no se puede estar con dios y con el diablo al mismo tiempo. O se es socialista, o se es capitalista. Aunque sea lapidario y pueda pasar por esquemático, es así. Capitalismo con rostro humano no deja de ser, antes que nada, capitalismo. Si hay un proceso real de transformación, no puede entronizarse la figura de nadie. Eso, no lo olvidemos, está más cerca de la religión que del ideal socialista. Sin negar la importancia de los grandes conductores en la historia –y Chávez lo fue, sin lugar a dudas– es hora de abrirse sanas autocríticas al respecto (por eso es más que pertinente la cita del Che Guevara).
Es cierto que la derecha arremete feroz contra el proceso bolivariano. Pero ¡cuidado! Esa misma derecha tradicional está haciendo su gran festín económico y el gobierno revolucionario deja pasar. ¿O es cómplice? ¿Cómo entender el crecimiento imparable de la especulación parasitaria y del capital financiero?
No caben dudas que mucho de las dificultades económicas actuales se deben a procesos de desestabilización arteramente concebidos. El desabastecimiento crónico de productos de primera necesidad (el papel higiénico como infamante símbolo), un dólar paralelo 6 o 7 veces más caro que el oficial o un proceso inflacionario que no cesa, hacen que el panorama actual se complique. Pero no debe dejarse de tener en cuenta que muchas medidas del gobierno no contribuyen al afianzamiento de cambios revolucionarios: las impopulares devaluaciones (que siempre, en lo fundamental, paga el pobrerío), la siempre omnipresente dependencia del petróleo (¿se puede hablar seriamente de un “socialismo petrolero-rentista” o eso es un desatino peligroso?), el escaso desarrollo industrial nacional que fuerza a importar cerca de un 50% de los alimentos, a lo que se suma, no como males menores sino, quizá, con mayor fuerza en la percepción de las grandes masas populares, una generalizada y abrumadora corrupción de muchos cuadros bolivarianos: ¿son un camino al socialismo? ¿Cuáles son los antídotos que se están poniendo a todo esto?
Decretar una “Navidad temprana” a partir del 1° de noviembre (¿fomento del alocado consumismo navideño?, ¿festejo religioso en un gobierno que debería ser, como mínimo, laico?) o el lanzamiento de un cuestionable Viceministerio de la Suprema Felicidad (que sirvió, más que nada, a la burla por parte de la derecha), propiciar la entrada de un piloto venezolano a la Fórmula Uno Internacional, ¿son medidas socialistas? Esto hace recordar a la propuesta, algunos años atrás, de una gobernadora chavista que ideó una Misión específica para dotar de implantes de pechos de silicona a las mujeres de escasos recursos, moción que no prosperó pero que deja ver el talante en juego: ¿vamos hacia el socialismo con pilotos de carrera, pechos siliconados y festejos de la Navidad?
Nadie dijo que construir un nuevo modelo de sociedad fuera fácil. Tomar el poder –si se quiere: tomar la casa presidencial, para decirlo con una visión minimalista– es tremendamente difícil; pero mal o bien (así sea con un escaso margen de votos) eso sucedió en Venezuela. Pero tener la estructura del Estado capitalista no es, ni por cerca, tener el poder. Ahora bien: aquí empiezan los problemas. Cambiar una sociedad, transformar de cuajo algo para hacer surgir una cosa nueva, es infinitamente más que manejar una casa de gobierno. En muy buena medida, es revolucionar las cabezas, los modos de pensar, las actitudes seculares. “Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, dijo con mucha razón Einstein.
Lo que está sucediendo en Venezuela, aún con todos los errores y problemas propios del proceso en marcha, sigue siendo una esperanza abierta. Por eso mismo quienes seguimos apostando por transformaciones reales y no agachamos la cabeza, con o sin Chávez en la dirección seguimos viendo ahí una ventana de oportunidades. Y justamente por eso, porque vemos que se ese proceso cada vez más está secuestrado por un pensamiento reformista, socialdemócrata y burocrático, es que nos alarmamos por cómo van las cosas.
Felizmente hay importantes sectores dentro del aparato de Estado, dentro del PSUV, en la ciudadanía, en la calle, en las comunidades, en la militancia comprometida, que ven estos peligros. Este escrito, hecho por un no-venezolano y desde fuera del país, quizá no pase de quedar en el olvido, sin ninguna consecuencia práctica real. Pero no hay peor lucha que la que no se hace. Es por eso que apoyo, llamo y me sumo a las propuestas de profundización real de la Revolución Bolivariana. Ello implica ir frontalmente contra la derecha endógena que se ha adueñado del proceso, denunciarla, aislarla, devolver la vitalidad perdida a la revolución, llamar a la movilización genuina de las masas venezolanas, recuperar la vitalidad transformadora que se fue tapando con medidas populistas y reformistas. “Suprema felicidad” o “Navidad temprana” quizá no, por ambiguas, quizá risibles o cuestionables. Más modestamente: poder popular, control obrero y campesino de la producción, defensa real de la revolución con milicias populares. Es la única manera de mantener viva la esperanza. Lo demás, tiene sus días contados.

Marcelo Colussi

mmcolussi@gmai.com

https://www.facebook.com/marcelo.m.colussi