jueves, diciembre 31, 2015

El "sueño europeo" de mujeres y niñas refugiadas: explotación sexual y pobreza



El peligro para las mujeres y menores refugiadas durante el trayecto hacia Europa empieza desde el primer momento. El abuso sexual cotidiano y la explotación sexual se convierten en una terrible pesadilla para las mujeres que escapan de la guerra y la miseria de sus países.

Con la continua llegada de centenares de miles de personas desplazadas desde Oriente Próximo hasta las fronteras europeas huyendo de la guerra y la pobreza, la llamada "crisis migratoria" se convierte hoy en una catástrofe social y humanitaria de dimensiones sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Los datos recogidos en los informes de las organizaciones internacionales presentes en el terreno, como ACNUR o Save the Children apuntan a que el número de refugiados que han llegado a Europa durante este 2015 se acerca al millón. Más de 400.000 lo hicieron cruzando el mar, la mayoría a través de la frontera entre Turquía y Grecia, un trayecto enomermente arriesgado en el que perdieron la vida más de 3.257 personas.
Sin embargo, el riesgo empieza mucho antes, especialmente para mujeres y menores. Según la ONU una de cada cuatro personas desplazadas son mujeres, otros tantos son niños y adolescentes, que en muchas ocasiones se ven obligados a realizar una parte del trayecto, o todo el trayecto solos. Colectivos que se encuentran en claro riesgo.. La conocida como "prostitución de supervivencia" se ha convertido en un fenómeno cada vez más extendido, de dimensiones desconocidas todavía y que afecta a miles de mujeres y niños ante la mirada impasible de la Unión Europea, que bajo el falso pretexto de la "falta de recursos" contempla con cinismo su barbarie imperialista.
En los últimos informes recogidos por ACNUR se recopilan varios testimonios de mujeres y menores que afirman haberse visto en la necesidad de permanecer en situación de prostitución debido a la falta de recursos económicos. En muchos casos al no poder enfrentar el coste del viaje buscan la oferta más barata entre una amplia gama de traficantes. La deuda que pesa sobre sus espaldas, sumada a la imposibilidad de encontrar trabajo y la escasez de recursos durante el trayecto las acaba sometiendo a la explotación sexual.
En otros casos, los robos y saqueos que padecen durante el viaje son el desencadenante de este destino. La falta de infraestructuras e iluminación en los caminos, así como la saturación de los "campos de acogida" para refugiados, obligan a muchas mujeres, niños y niñas a buscar cobijo en zonas no adecuadas, dejándolas totalmente expuestas a mafias y proxenetas; lo que lleva a que muchos menores y mujeres sean captadas para la explotación sexual.
En otros casos, la necesidad de encontrar dinero rápido para poder enviarlo a su familia se convierte en una pesada carga que las lleva directamente a los brazos de sus prostituidores, que actúan como intermediarios prometiéndoles trabajo y dinero.
Estos mismos informes, dan cuenta de cómo muchas familias se ven forzadas a confiarles sus hijos e hijas a amigos o conocidos que unas veces los acaban abandonando, otras vendiéndolos a traficantes. Se estima que una gran parte de esos niños y niñas acaban desapareciendo y que probablemente se encuentran sometidos en redes de explotación sexual o de comercio de droga.
Sin duda, la crisis migratoria internacional está poniendo de relieve la contracara más horrible del capitalismo, que en estrecha alianza con el patriarcado obliga a miles de mujeres y menores a la prostitución como consecuencia de la pobreza. Las miles y miles de desplazadas se convierten en el mejor recurso para las corrientes del crimen organizado.
Pero mientras esto ocurre, políticos y dirigentes de la "Europa fortaleza" siguen imponiendo medidas cada vez más restrictivas. Una política profundamente reaccionaria que deja a miles de personas, a miles de mujeres y menores en el absoluto desamparo sin más alternativa que ser prostituidas. Una realidad que contradice de raíz el discurso humanitario de la Unión Europea y que tan solo se podrá revertir con la apertura de la totalidad de las fronteras para todas las personas desplazadas, así como la posibilidad de acceder a un trabajo, a una vivienda y a servicios sanitarios y educativos.
Tan solo la más amplia unión de la clase trabajadora, tomando como propia la demanda de los derechos de los miles de refugiados e inmigrantes podrá levantarse como única alternativa realista a la "crisis migratoria" internacional.

Marta Clar
Barcelona | @MartaClar1

De la República al Régimen

En escasas tres semanas el sistemático e incesante atropello del oficialismo a las normas, procedimientos y valores propios de una democracia precipitó la vertiginosa transición desde la república hacia una forma estatal diferente, que en la ciencia política se conoce bajo el nombre de régimen. Este se caracteriza por su desprecio por la legalidad, el autoritarismo en el ejercicio de las atribuciones presidenciales y la violación de las reglas del juego y de la cultura dialógica propias de la democracia. También por la supeditación de los otros poderes del estado a los designios del poder central y la esterilización de la voluntad popular resultante de la parálisis producida en el funcionamiento del congreso. Todo esto motivado por un afán incontenible de cancelar algunos de los más importantes logros del kirchnerismo, para lo cual no existen escrúpulos de ningún tipo y se apela a un torrente de decretos de necesidad y urgencia, cuando no existen ni la una ni la otra. O a “aprietes” para destituir a funcionarios que gozan de una designación vitalicia, como la Procuradora General Alejandra Gils Carbó; o cuyo mandato legalmente estipulado todavía no había expirado, como Alejandro Vanoli al frente del Banco Central. O recurrir a monstruosidades jurídicas e institucionales, como la disolución de una agencia del estado como la AFSCA, establecida por una ley del congreso que, además, había sido declarada constitucional por la Corte Suprema.
Una profunda restauración conservadora está en marcha, y cuando finalmente comience el período ordinario de sesiones del Congreso el próximo 1° de marzo el paisaje institucional y jurídico de la Argentina será casi por completo irreconocible. Si se trata de un régimen por sus formas, por su contenido clasista es una plutocracia que instaura un país “atendido por sus dueños”, una “CEOcracia” en donde los gerentes de las más grandes compañías en diversas ramas de la economía toman por asalto las estructuras del estado y ejercen -claro que por ahora, ya se verá por cuanto tiempo- un poder omnímodo y en beneficio de la riqueza. CEOcracia, además, que registra un número sin precedentes de individuos procesados o imputados en diferentes estrados judiciales. Un poder desnudo y carente de las mediaciones resultantes de las luchas democráticas, y completamente irresponsable ante el congreso (por lo menos durante los próximos dos meses) y ante la ciudadanía, atónita por un frenético despliegue de prepotencia institucional nunca visto desde la recuperación de la democracia.
No hace falta ser demasiado perspicaz para comprobar que este tránsito decadente constituye además una impostura que contrasta escandalosamente con los mensajes de “paz y amor” que el hoy presidente propalaba con estudiada beatitud durante su campaña así como su promesa de reconstruir la unión de la familia argentina mediante el diálogo y el acuerdo político, intención enfáticamente anunciada en su mensaje inaugural al congreso y groseramente desmentida en la práctica pocas horas después. Impostura, también, de aquellos supuestos vestales de la república y la democracia que ayer vociferaban sin pausa desde todos los megáfonos de la oligarquía mediática y que hoy, para su irremediable deshonra, guardan un cómplice e incalificable silencio ante la prepotencia del régimen.

Atilio A. Boron

El control de las armas de fuego en EE.UU. en comparación con el resto del mundo

Una sociedad armada hasta los dientes

En junio, los asesinatos de Charleston propiciaron una vez más los esporádicos debates acerca de si la existencia de un control de las armas de fuego habría evitado esta terrible tragedia. Cuatro meses después, la masacre en el Instituto Comunal Umpqua de Rosebourg, Oregon, dejó nueve muertos.
Una vez más, como había sucedido después del tiroteo de Charleston, el presidente Obama habló con franqueza sobre la frustración que le producía el que “este tipo de violencia indiscriminada no ocurre en otros países avanzados”.
El 1 de octubre, Obama lo expresó de esta manera: “Sabemos que otros países, en respuesta a un tiroteo indiscriminado, han sido capaces de aprobar leyes que prácticamente acabaron con ese problema. Amigos nuestros, aliados nuestros –Gran Bretaña, Australia, países como nosotros–, lo hicieron. Por lo tanto, sabemos que hay formas de prevenirlas [esas matanzas]. Hasta ahora, sin embargo, Estados Unidos no ha encontrado “la forma de prevenirlas”. Da la impresión de que la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) tiene tanto poder con los políticos que, aunque el 90 por ciento de los estadounidenses (incluyendo a una mayoría de los miembros de la NRA) después de la matanza en Newton de 2014 quieren que se adopte la verificación generalizada de antecedentes, no ha habido ninguna acción federal en este sentido. Ciertamente, el tipo de respuesta comprensible que ha sido eficaz en otros países es improbable que surja en Estados Unidos.
No obstante, el dominio ejercido por la NRA en el plano de la legislación contra el crimen es solo una parte del problema.
La fetichista cultura de idolatría por las armas, la supuesta capacidad mágica y protectora de las armas de fuego y el poder que de ellas emana al ser empuñadas contra supuestos enemigos –entre ellos el propio gobierno federal– representan un mensaje que resuena en las personas atribuladas, desde el asesino de Santa Barbara, que intentaba vengarse de las mujeres que no habían sido capaces de apreciar se grandeza, al matador múltiple de Charleston, que se hizo eco del mantra del Tea Party de “recuperar nuestro país”.
Durante los últimos 25 años he estado investigando sobre la cuestión de la violencia con armas de fuego en Estados Unidos y qué podemos hacer para prevenirla. El hecho es que si el argumento de la NRA acerca de la efectividad de las armas de fuego en la reducción del crimen fuese verdad, Estados Unidos debería tener la tasa más baja de homicidios entre los países industrializados [del mundo] en lugar del más alto (por un amplio margen).
Estados Unidos es, con mucho, el líder mundial en el número de armas de fuego en manos de civiles. Las más estrictas leyes sobre las armas de fuego de otros “países avanzados” han contenido la violencia, los suicidios y los accidentes con esas armas, incluso cuando en ciertos casos las leyes fueron aprobadas en contra de grandes manifestaciones de los ciudadanos partidarios de las armas.

El estado del control de las armas de fuego en Estados Unidos

Dieciocho estados de EE..UU y una cantidad de ciudades como Chicago, Nueva York y San Francisco han tratado de reducir el uso irrestricto de armas de fuego y de los accidentes vinculados con su uso mediante la adopción de leyes que obligan a tener las armas seguramente guardadas cuando no están en uso. El depósito seguro es una forma normal de regular las armas de fuego en los países con regulaciones más estrictas.
Durante años la NRA se ha opuesto con fuerza a ese tipo de leyes. Pero esa oposición ha recibido un golpe importante a principios de este diciembre cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos –con la ruidosa disconformidad de los jueces Thomas y Scalia– se negó a tratar la ley de San Francisco que obligaba a mantener guardadas con seguridad las armas de fuego mientras no estuviesen en uso. No hay la menor duda de que este fue un paso importante dado que cada año se roban cientos de miles de armas de fuego, y una buena política pública debe tratar de mantener las pistolas fuera del alcance de los delincuentes y los niños.
Sin embargo, los discrepantes estaban alarmados por la posibilidad de que un arma de fuego depositada en un lugar seguro no estuviese inmediatamente disponible para su uso, aunque no parecían tener conciencia de lo infrecuente que un arma de fuego pueda ser de utilidad cuando alguien es atacado.
Los jueces saben que solo una fracción mínima de las víctimas de crímenes violentos es capaz de usar un arma de fuego para defenderse. La base de datos elaborada por el Servicio Nacional de Víctimas del Delito (NCVS, por sus siglas en inglés) muestra que en el periodo 2007-2011, en el que cada año hubo alrededor de seis millones de delitos violentos sin muertos, el 92,2 por ciento de las víctimas de estos delitos no se defendieron con un arma de fuego; esto es, en un país con 300 millones de armas de fuego en poder de civiles.
De hecho, un estudio realizado con 198 casos de intrusión no deseada en viviendas unifamiliares de Atlanta, Georgia (no solo las nocturnas, cuando los residentes están durmiendo), halló que el intruso tenía el doble de posibilidades de hacerse con el revólver de la víctima de que esta disparara su arma para defenderse.
Un arma de fuego cargada y sin seguro en el hogar es como un agente de seguridad que no se hace presente en por lo menos el 95 por ciento de las veces que uno lo necesita, pero tiene el continuo potencial –sobre todo en el caso de pistolas y revólveres, que son los que con más facilidad manejan los niños y los más atractivos para su empleo en el delito– de herir a alguien de la casa o (vía hurto) del público en general.

Más pistolas no pararán la violencia con pistolas

El mantra que la NRA ha estado diciendo durante años que si los ciudadanos tienen permiso para llevar pistolas entre sus ropas se reduciría el crimen, ya que con esas pistolas se combate contra los criminales o los ahuyentan.
Algunos estudios hechos hace años incluso pretenden mostrar que las leyes que permiten el llamado derecho a portar [pistolas o revólveres] hacen justamente eso, pero un informe –de 2004– del Consejo Nacional de Investigación refuta este argumento (diciendo que no se apoya en “evidencia científica”), mientras continúa siendo incierto el verdadero impacto que han tenido las leyes referidas al derecho a portar armas de fuego.
Diez años de datos adicionales han permitido realizar nuevas investigaciones para tener una mejor estimación sobre la cuestión, que tiene su importancia ya que la NRA está trabajando para conseguir un fallo del Tribunal Supremo que permitiría que el derecho a portar armas fuera constitucional.
Lo último sobre el tema, fruto del trabajo de mi equipo de investigación en la Universidad Stanford, aporta la evidencia más convincente hasta este momento; señala que las leyes sobre el derecho a portar armas están asociadas con un importante incremento del crimen violento, sobre todo en relación con el asalto agravado. Si observamos los datos del Registro del Crimen de Uniformados [del FBI] desde 1979 a 2012, descubrimos que en promedio los 33 estados que en este periodo aprobaron leyes que permiten portar armas, después de 10 años tuvieron una tasa de crimen violento entre 4 y 19 por ciento más alta de la que hubiesen tenido de no haber sido aprobadas esas leyes.
Es muy difícil que estos datos sirvan para hacer que el derecho a portar armas se convierta en un derecho constitucional. Al menos queda claro que se necesita investigar más para estimar con mayor precisión en qué medida una decisión como esta daría rienda suelta al crimen violento en los estados que hasta hoy se han resistido a la aprobación –con el respaldo de la NRA– de leyes para regular el derecho a portar armas.
Mientras tanto, ¿hay algo que pueda hacer que los políticos estadounidenses escuchen a ese 90 por ciento de la población que se inclina por la sabia medida de aprobar la averiguación universal de antecedentes cuando se trata de la compra de armas de fuego?

El control de las armas de fuego en el mundo

Podría hacerse un ejercicio académico para hacer conjeturas sobre si la ley tendría un rol positivo en la reducción de la cantidad y la letalidad de los tiroteos indiscriminados.
Aparentemente, en muchos países avanzados se piensa que sí, ya que a alguien como el asesino de Charleston se lo ponen mucho más difícil en el caso que se proponga hacerse con una pistola Glock semiautomática o cualquier otro tipo de arma de fuego (la averiguación de antecedentes para todos los posibles compradores es algo normal en las regulaciones para el acceso a estas armas en el resto de países avanzados).
Alemania: Cualquier persona menor de 25 años que quiera comprar un arma de fuego debe someterse a una evaluación psiquiátrica (presumiblemente, Dylan Roof, de 21 años, no la habría superado).
Finlandia: A quienes se postulen para obtener una licencia de armas cortas solo se les concede si pueden acreditar que son miembros activos de un club de tiradores regulado por la ley. Antes de que puedan adquirir un arma, los interesados deben aprobar una prueba de aptitud, someterse a una entrevista con la policía y mostrar que tiene una apropiada unidad de guarda para el arma.
Italia: Para obtener una licencia de armas de fuego, se debe alegar una razón genuina pare tener acceso a ellas y superar una prueba de antecedentes que tenga en cuenta tanto los registros penales como los de salud mental (una vez más; presumiblemente, Dylan Roof, no la habría superado).
Francia: Los aspirantes a tener una licencia de armas de fuego no deben tener ningún antecedente delictivo, pasar por una entrevista para conocer las circunstancias que hacen necesaria la compra de este tipo de armas y evaluar los antecedentes penales, mentales y de salud del aspirante (es presumible que Dylan Roof, no habría superado esta prueba).
Reino Unido y Japón: Legalmente, los ciudadanos privados tienen prohibida la posesión de pistolas y revólveres.
Si bien tanto los tiroteos indiscriminados como los homicidios y suicidios con arma de fuego no son desconocidos en estos países, las tasas generales de Estados Unidos son sustancialmente más altas que en los países mencionados más arriba.
En tanto es frecuente que los seguidores de la NRA me cuestionen en relación con estas estadísticas con el argumento de que esto es así solo porque “los negros estadounidenses son muy violentos”, es importante destacar que el número de asesinos blancos en Estados Unidos duplica holgadamente el de los asesinos en cualquiera de los otros países mencionados.

Australia no ha tenido un tiroteo indiscriminado desde 1996

Vale la pena examinar la historia de Australia, donde hubo 13 matanzas a tiros en los 18 años que van desde 1979 a 1996, pero ninguno en los siguientes 19 años.
El punto de inflexión se produjo en 1996, cuando un hombre que portaba varias armas semiautomáticas mató a 35 personas en Port Arthur, Tasmania. En la estela de la masacre, el gobierno federal conservador tuvo éxito en la implementación de nuevas y estrictas leyes para el control de las armas de fuego en todo el país. Se prohibió una amplia selección de armas, entre ellas la pistola Glock semiautomática utilizada en la matanza de Charleston. El gobierno también puso en marcha una operación de compra obligatoria de armas de fuego en manos de civiles que redujo sustancialmente su posesión en Australia.
El resultado de estas medidas fue la disminución tanto de los suicidios como los homicidios por disparo (como también el número total de suicidios y homicidios). Además, la legislación de 1996 convirtió la defensa propia con armas de fuego en un acto pasible de ser perseguido penalmente.
Cuando menciono esto para rebatir la creencia de los seguidores de la NRA, estos insisten alegando que ahora el crimen debe ser algo desenfrenado en Australia. De hecho, la tasa de asesinatos en Australia ha descendido a 1 por cada 100.000 habitantes mientras que la de Estados Unidos –afortunadamente más baja que a principios de los noventa –está todavía en alrededor de 4,5 por cada 100.000 habitantes, más de cuatro veces por encima de aquella. Aun más, la tasa de robos de Australia llega más o menos a la mitad de la de Estados Unidos (58 por cada 100.000 habitantes en Australia, en 2012, contra 113,1 en Estados Unidos en el mismo año).
¿Cómo hizo esto Australia? Políticamente, fue necesaria la presencia de un osado primer ministro que no se amedrentara ante la ira de los australianos defensores de las armas de fuego.
En 1996, cuando John Howard anunció su propuesta sobre restricciones relacionadas con las armas de fuego, llevaba un chaleco antibalas. Un muñeco que representaba al viceprimer ministro fue ahorcado. Pero Australia no tenía una industria armamentística nacional que se opusiera a las nuevas medidas; de ese modo, los deseos del pueblo hicieron valer su peso. Hoy en día, el respaldo a la seguridad y las restricciones respecto de las armas de fuego es tan fuerte en Australia que la ciudadanía no toleraría una vuelta atrás.
Es probable que el hecho de que Australia no haya tenido un tiroteo indiscriminado desde 1996 se deba a algo más que a la reducción de esas armas en la sociedad; ciertamente, las armas de fuego no han desaparecido completamente.
Además, sospecho que en el lapso que va desde el impacto producido por la matanza de Port Arthur y la supresión de las armas de fuego el país ha experimentado un cambio cultural en la vida cotidiana, y las armas de fuego ya no están disponibles para la defensa propia; sencillamente, están menos presentes en todo el territorio del país. En otras palabras, las personas atribuladas por un problema ya no piensan continuamente que un arma de fuego es el instrumento al que se puede acudir para resolver los supuestos agravios en la medida que antes lo era, o continúa siendo en Estados Unidos.

La laxitud en el control de las armas en un país puede crear problemas en otro país

Por supuesto, unas normas estrictas respecto de las armas de fuego no pueden garantizar que el riesgo de tiroteos o matanzas masivas haya sido eliminado.
Noruega tiene un estricto control de las armas de fuego y un fuerte compromiso con los valores humanos. Sin embargo, no evitó que Anders Breivik abriera fuego indiscriminadamente en un campamento juvenil en la isla de Utoya en 2011. La limpieza de sus antecedentes penales y su licencia de caza le habían permitido hacerse con varios rifles semiautomáticos, pero la ley noruega no le permitió disponer de cargadores de alta eficiencia para esas armas. En su manifiesto, Breivik escribió sobre sus intentos legales de compra de armas de fuego, diciendo, “Envidio a nuestros hermanos estadounidenses; en comparación con las suyas, las leyes europeas son una mierda”.
De hecho, en el mismo manifiesto, en el apartado “Diciembre y enero: comprados accesorios para rifle y pistola”, Breivik escribió que lo había hecho a través de un proveedor de Estados Unidos a quien había comprado –y quien le había enviado por correo– 10 cargadores de 30 balas para el rifle que el utilizó en el ataque.
Para decirlo de otra forma, incluso si un país específico opta por ponérselo difícil a los potenciales asesinos a la hora de conseguir armas, esos esfuerzos pueden ser burlados por jurisdicciones ajenas a ellos. Por supuesto, en Estados Unidos, las medidas destinadas al control de la adquisición de armas de fuego en el nivel estatal y el municipal es frecuente que sean recortadas por un control más laxo en estados vecinos.

John Donohue
The Conversation/International Policy Digest

Traducido del inglés por Carlos Riba García

miércoles, diciembre 30, 2015

Sergio Esenin: la flor única entre las estrellas



Sólo dos apasionadas voces se alzaron fervorosas a modo de implacable homenaje del poeta, las de León Trotsky y Vladimir Maiacovski.

“Hemos perdido a Esenin, ese poeta admirable, de tanta frescura, de tanta sinceridad. ¡Y qué trágico fin! Se ha ido por voluntad propia, diciendo adiós con su sangre a un amigo desconocido, quizá, para todos nosotros. Sus últimas líneas sorprenden por su ternura y dulzura; ha dejado la vida sin clamar contra el ultraje, sin protestas vanidosas, sin dar un portazo, cerrando dulcemente la puerta con una mano por la que corría la sangre. Con este gesto, la imagen poética y humana de Esenin brota en un inolvidable resplandor de adiós”.
Con estas cálidas y tiernas palabras, León Trotsky despidió al poeta Sergio Esenin luego de su muerte. Cual sinfonía replicada hacia los confines de la ex Unión Soviética, bramaron estos términos a modo de homenaje al poeta que, por propia voluntad, puso fin a su vida en la habitación de un hotel en Leningrado. Sin reproches e impertinencias, un sentir noble e intenso como contrapartida a la descompostura de aquellos señores letrados y livianos en retórica que se burlaron del mujik y su lírica o bien, callaron odiosamente ante su partida. Para ellos el poeta borracho y camorrero, había muerto. Para Trotsky, la Humanidad había perdido al poeta que, a su manera, había expuesto una época realzándola “con sus cantos, que hablan de forma nueva del amor, del cielo azul caído en el río, de la luna que como un cordero pace en el cielo, y de la flor única, él mismo”. Lírica pura.
Vladimir Maiacovski también alzó la palabra. Y sonó la belleza pura del poeta agitador que defendió a un compañero de ruta de la superficialidad emanada por una cofradía de ilustrados que gustaba burlarse del otro que, cual espejo, tal vez, descarnaba sus propias debilidades. “Usted se fue, como suele decirse, al otro mundo. ¡Qué vacío...! Vuela usted hasta incrustarse en las estrellas. Ya no le ayuda ni el dinero ni las tabernas. ¡Sobriedad pura! No, Esenin, no me burlo. En la garganta, el dolor ajusta un nudo, y no es la risa...”. Así comenzó a desplegar su artillería para profundizarla a medida que avanzaban las métricas: “Es mejor morir de vodka que de aburrimiento. No revelarán la causa de esta pérdida, ni la cuerda ni el puñal suicida. Tal vez, si hubiese tinta en el hotel Anglaterre, no tendría razones para cortarse usted las venas. Los imitadores se alegraron: -¡Bis!- aplaudieron. Contra usted, casi un pelotón entero, parecía haber realizado un atentado. ¿Para qué aumentar el número de suicidas? Mejor aumentar la calidad de la tinta”. Escupir la bronca.
La época esplendorosa de Esenin transcurrió antes de la Revolución de Octubre. La base de su lírica estaba compuesta por el amor a su tierra natal, el campo, a la Rus como lo llamaba. Enunciaba sus versos, no para la muchedumbre con vida política y social de la ciudad y sus fábricas, sino para el campesino pobre, explotado y oprimido por los terratenientes y los ricos que no hacían más que mamar la sangre del mujik. Trotsky, afirmó y no a modo de condena, que Esenin no era revolucionario y “La prueba más indiscutible se encuentra no en sus poemas sobre la rebeldía popular, sino nuevamente en su lirismo” y ejemplifica con su poesía: “Tranquilo, en el matorral de enebros, junto al barranco. El otoño, yegua alazana, agita sus crines”. De todas maneras, la revolución no fue ajena al poeta: “Oh madre, patria mía, soy bolchevique!" sacudía en 1918, mientras más tarde palpitaba “Y ahora para los soviets, soy el más ardiente compañero de viaje”. Esenin no fue extraño a la revolución, no tenían la misma naturaleza, al decir de Trotsky: “Esenin era un ser tierno, lírico; la revolución es pública, épica, llena de desastres. Y un desastre fue lo que ha roto la corta vida del poeta”.
A Maicovski, el poeta que dio la voz a los 150.000.000 millones que no la tuvieron, tampoco le importó que Esenin no fuera del riñón de la Revolución: “Ahora, se han cerrado sus labios para siempre. Inoportuno y penoso es hablar de estos misterios. Al Pueblo, al creador del Idioma, se le ha muerto un sonoro cantor, vice maestro. Y llevan los viejos versos al velatorio, sacados de otros entierros, casi sin rehacer ni afilar las rimas. ¿Acaso es éste el homenaje que merece este poeta?”. La lírica era lo trascendental, pero aún difícil en una época “La basura, por desgracia, es lo que más abunda. Asuntos hay muchos, sólo nos falta el tiempo. Primero, hay que transformar la vida; una vez transformada, podremos cantarla”. Se dice que, cuando el cañón retumba, las musas callan. Sólo un respiro, una batalla para dar y ganar en pos de aniquilar las condiciones que hacen que existan las clases, y la lírica, entre otras cosas, resurgirá en toda su esencia para regocijo de la Humanidad.
Ya para el año 1925 el Estado Obrero estaba en pleno proceso de burocratización y mientras Stalin llamaba a construir el socialismo en un solo país, Trotsky había sido separado de la dirección del partido. Se profundizaban las tensiones generadas por la NEP (Nueva Política Económica) y la vida de Esenin ya se hacía carne como un “hooligan”, un inadaptado involuntario creado por las duras condiciones que le impuso el mundo y que decidió poner fin a su vida entre la noche del 27 y 28 de diciembre de ese mismo año. Sólo dos lo homenajearon. Vladimir Maiacovski, el poeta de la revolución que dio fin a sus días estrellando el barco del amor contra la vida cotidiana, “Y estamos a mano tú y yo. Entonces ¿para qué?” Y Leon Trotsky, asesinado en 1940 en Coyoacán por el agente de la policía secreta stalinista Ramón Mercader. Trotsky que dejó a sus herederos esparcidos por el mundo la misión de cumplir con el legado, más vigente que nunca, hacia la victoria de la Cuarta Internacional en pos de la liberación de la humanidad.
El poeta Maiacovski finalizó su resguardo al compañero de ruta, el poeta Esenin, en un bello canto. “¡Adelante…! Que el tiempo se nos quede atrás hecho jirones, y únicamente el viento despeine los mechones de pelo alborotado. Para la alegría, nuestro planeta está escasamente preparado. Debemos arrancar la alegría de los días venideros. En esta vida, morir es cosa fácil. Hacer la vida es mucho más difícil”.
El camarada Trotsky acobijó tiernas palabras al poeta de otro mundo, aún sin alabanzas ni reproches: “Preparemos el porvenir. Conquistemos para todos y todas, el derecho al pan y el derecho al canto. El poeta ha muerto, ¡Viva la poesía! Indefenso, un hijo de los hombres ha rodado en el abismo. Pero viva la vida creadora en la que hasta el último momento Sergio Esenin ha entrelazado los hilos preciosos de su poesía”.
Esenin se ha ido. El poeta ha muerto, ¡Viva la poesía!

Gabriela Rub Boyadjian
@gabyrub_

Milcíades Peña, a medio siglo de su muerte



A cincuenta años de su fallecimiento, resulta oportuno volver a recordar a Milcíades Peña, uno de los más importantes intelectuales marxistas de la Argentina durante el siglo XX.

Existe una suerte de disputa por los “usos de Peña”. No han faltado los que lo definieron como representante de una corriente crítica, trágica e inclasificable, distante de su adscripción marxista de origen, los que lo recuperaron como un ensayista neutro y descafeinado del cual podían utilizarse algunas categorías de análisis histórico-sociológico de uso académico sin conexión con el sentido general de su obra o, incluso, los que en tiempos más recientes pretendieron recuperarlo desde el campo de un nacional-populismo de izquierda afín al gobierno kirchnerista.

La experiencia de su militancia en el trotskismo

En muchos sentidos, el derrotero de Peña, nacido en la ciudad de La Plata en mayo de 1933, fue peculiar. No contó con estudios universitarios y, antes que un autodidacta libre, ejerció el papel de intelectual formado en la escuela del compromiso político. Desde muy joven se inició en la vida política, primero y fugazmente, en las filas del Partido Socialista. Hacia 1947, junto a un puñado de jóvenes de esa fuerza, ingresó a la organización trotskista liderada por Nahuel Moreno: el Grupo Obrero Marxista (GOM), luego convertido en Partido Obrero Revolucionario (POR). Allí colaboró con Moreno en el estudio de la teoría marxista y el análisis de la historia y la economía argentinas, intentando comprender los cambios ocurridos tras el advenimiento del peronismo. Si uno examina con detenimiento las ideas centrales de los textos programáticos del GOM-POR en esa etapa, elaborados por Moreno, encuentra allí una serie de ideas significativas, que luego reaparecen, sin duda, con elementos reformulados, en la obra de Peña. En especial, este es el caso de cuatro trabajos fundamentales: “Cuatro tesis sobre la colonización española y portuguesa”, “Tesis agraria”, “Tesis industrial” y “Tesis latinoamericana”, todos ellos escritos en 1948.
Los primeros textos del Peña aún adolescente fueron publicados en Frente Proletario, el periódico del GOM-POR, en los que él fundamentó la caracterización de su organización acerca del peronismo, al cual luego la corriente definió como un “bonapartismo sui géneris”, inconsecuente en sus reclamados objetivos antioligárquicos y antiimperialistas. Posteriormente, a partir de nuevos planteos de Moreno, readecuó su caracterización, destacando la base obrera del justicialismo y sus inevitables colisiones con el imperialismo. Bajo estos presupuestos, participó de la experiencia del Partido Socialista de la Revolución Nacional, desde su Federación Bonaerense y el periódico La Verdad, y desde allí se opuso al golpe militar de 1955 (tal como es explicado en su folleto “¿Quiénes supieron luchar contra la ‘Revolución Libertadora’ antes del 16 de septiembre de 1955”). En los años siguientes se insertó en el proceso de la Resistencia, siempre relacionado con el “morenismo”, apoyando y teorizando la estrategia que esta corriente emprendió de “entrismo” en el peronismo, desde el grupo Palabra Obrera.
En el último lustro de vida, Peña se distanció orgánicamente de esta organización, con la que había desarrollo un vínculo muy conflictivo, convirtiéndose en un intelectual marxista independiente. Su suicidio, en diciembre de 1965, cerró de manera inesperadamente temprana (tenía apenas 32 años) una vida ya reorientada a la experiencia de una solitaria elaboración como marxista sin partido y emancipado de vínculos con el movimiento social.

Las elaboraciones de Peña

Los aportes teóricos más importantes de Peña se ubicaron en dos dimensiones, estrechamente relacionadas. Una, la propuesta de una reconstrucción histórica global del país en base a ciertos ejes de análisis. La otra, el detenido estudio de los rasgos de la estructura económico-social del capitalismo argentino y de su clase dominante. El valor de esta obra sigue siendo muy destacable, incluso a pesar de las inevitables limitaciones que hoy pueden y deben advertirse en el diseño de semejante empresa, la cual reclama, entonces, una lectura necesariamente crítica y no apologética.
En el terreno de la investigación histórica, que Peña que encaró sobre todo entre 1955-1957, se sucedieron varios artículos y una serie de pequeños libros que muchos años después pudieron ser reunidos bajo el título pretendido por él mismo: Historia del pueblo argentino. Allí se propuso cubrir la totalidad de la historia nacional, desde la colonización española hasta la Revolución Libertadora. Su objetivo era proponer un conjunto de argumentaciones e hipótesis disruptivas, que hicieran inteligibles algunos de los clivajes esenciales del entramado social desde 1500 a 1955; en especial, intentando explicar las razones que históricamente impidieron a la Argentina salir de su condición atrasada y colonial. Auxiliado con la teoría de la revolución permanente, la ley del desarrollo desigual y combinado y otros aportes de la teoría marxista, Peña buscó desentrañar la estructura económico-social del país y las causas y lógicas con las que se desenvolvieron las confrontaciones entre sus clases.
Paradójicamente, son las clases dominantes, sobre todo, en sus limitaciones objetivas y subjetivas para comportarse como un factor avanzado de la historia, las que aparecen más atendidas (y enjuiciadas) en el análisis, antes que el pueblo argentino invocado en el título, sobre cuya comprensión apenas se adelantan algunos elementos. A pesar de su ubicación como historiador marxista y trotskista, el estudio del movimiento obrero no fue una temática sobre la que aportara significativamente. Y cuando reflexionó sobre ello, como en su artículo, El legado del bonapartismo: conservadorismo y quietismo en la clase obrera argentina, los resultados fueron más pobres e inadecuados.
El ángulo preponderantemente elegido por Peña para encarar su propuesta de reconstrucción histórica de la Argentina fue el de una impiadosa crítica historiográfica, escrita con su distintivo estilo punzante, en donde el uso descarnado de la mordacidad y la acidez se combinaban las referencias más eruditas. En particular, emprendió una faena de aniquilación de las visiones en ese entonces hegemónicas, que él definió como expresiones intelectuales de la burguesía y puras versiones mitológicas del pasado: la del liberalismo en buena medida mitrista, que había instaurado la línea Mayo-Caseros como evolución progresiva del país; y la del revisionismo histórico, que había impugnado a aquella, en reivindicación de los supuestamente derrotados (Rosas o caudillos provinciales). También impugnó a quienes introducían sólo variantes en ellas: los intelectuales vinculados al socialismo reformista y al comunismo estalinista, traductores pretendidamente “marxistas” del punto de vista liberal; y los nacional populistas de izquierda o de “izquierda nacional” (Rodolfo Puiggrós, Jorge Abelardo Ramos), incapaces para superar a la falsa opción liberal-revisionista.
En directa vinculación a estos empeños historiográficos estuvieron los estudios que Peña realizó sobre los rasgos que en la Argentina asumieron el capitalismo agrario, el subdesarrollo industrial y la dependencia con respecto al imperialismo y, a partir de ello, acerca de las características de la clase dominante argentina. Entre otras publicaciones, su libro, como todos, editado póstumamente bajo el título Industria, burguesía industrial y liberación nacional, es el más representativo de este tipo de elaboraciones, junto a algunos artículos aparecidos en la revista Fichas de investigación económica y social, que el propio Peña fundó en 1964 y dirigió hasta su muerte.
Peña no sólo desnudó el carácter atrasado y colonial de la economía capitalista local, sino que destruyó el modelo clásico y hegemónico que existía en el campo intelectual y político del país para definir a su burguesía. Tradicionalmente ella era entendida como escindida en dos grupos con intereses orgánicamente contradictorios: un sector terrateniente poderoso, arcaico, antiindustrial y cautivo de sus beneficios en la tierra; y otro industrial, más débil, subordinado e instrumento de los auténticos valores “nacionales” o “modernos”. Según este análisis, fue la pugna entre ambas alas la que habría caracterizado la evolución del país desde inicios del siglo XX. Y habría sido un Estado sirviente de los intereses rurales el garante del mantenimiento del modelo agroexportador y de la postergación del desarrollo industrial. Peña impugnó esta idea argumentando, a partir de una muy consistente base empírica, que lo que había existido desde siempre era una unidad y complementariedad de intereses entre ambos grupos burgueses, una suerte de fusión. Se trataba de la misma clase, diversificada en actividades diferenciadas. Esta idea es de enorme importancia y actualidad para mantener la independencia teórica y política de la clase obrera, al comprender que no existe un “campo burgués progresivo” a apoyar en contra de otro por parte del proletariado en algún tipo de alianza policlasista. Los dos conducían al mantenimiento del subdesarrollo, la dependencia y la explotación de los trabajadores. De este modo, quedaba en manos de la clase obrera, como caudillo de la nación y del conjunto de los oprimidos, la tarea histórica de romper con aquellas trabas y cadenas en un proceso de transformación que inevitablemente derivaría en una perspectiva socialista. Toda esta interpretación se hallaba informada por un intento de aplicación de la teoría de la revolución permanente elaborada por Trotsky.
En muchos sentidos, la de Peña fue una de las empresas intelectuales más portentosas, por su originalidad y radicalidad, desplegadas por el marxismo en el país. De ella aún queda mucho por examinar, para aprovechar sus puntos fuertes y detectar sus debilidades e inconsistencias. Al mismo tiempo, brinda algunos insumos para reflexionar sobre los vínculos históricamente ocurridos y potencialmente deseables entre intelectual revolucionario y partido, entre teoría y praxis.

Hernán Camarero
Historiador, docente de la Universidad de Buenos Aires, Investigador del CONICET.

España: Crisis política y dificultades para la configuración de un "gobierno estable"



A pocas semanas de la primera sesión de investidura, las formaciones políticas marcan sus hojas de ruta para las negociaciones. Pero a pesar de las diferencias, todas conducen al mismo punto muerto: crisis política y cada vez mayores dificultades para conseguir un gobierno estable que siga con las políticas capitalista.

Ha pasado más de un mes desde la celebración de las elecciones generales que certificaron la crisis del bipartidismo reinante en el Estado español desde 1978 y que configuraron un nuevo tablero político “a cuatro”.
La nueva aritmética parlamentaria en el Congreso de los Diputados que ha surgido de las urnas no sólo ha generado una crisis política, sino que presagia una difícil situación para los proyectos de regeneración democrática del régimen capitalista español, dificultad que con el paso de los días y ya en el ecuador entre las elecciones y la primera sesión de investidura, se confirma cada vez más.
El primer encargado de mover ficha en este complejo puzzle es Mariano Rajoy. Como líder de la lista más votada, el candidato del Partido Popular inició ayer lunes la segunda ronda de encuentros con los diferentes líderes políticos. El primer encuentro fue con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, un encuentro que se presumía, y se constató, vacío por el nulo acuerdo político entre ambas formaciones.
Más esperada por Mariano Rajoy fue la cita que mantuvo con Albert Rivera. No por el limitado peso político de Ciudadanos (C’s) tras los resultados electorales, sino por el rol que juega la formación naranja como mecanismo de presión a Pedro Sánchez y a los sectores más conservadores del Partido Socialista para un “acuerdo a tres”.
El tercer encuentro de Rivera con Rajoy distó mucho de ser, en términos de relaciones de fuerzas, similar a los dos anteriores. Si antes de las elecciones el joven líder de la formación de centro derecha se presentaba como avanzadilla en la lucha anti soberanista en Cataluña tras el 27S y ostentaba todos los sondeos para las elecciones generales a favor, esta tercera cita tuvo lugar en el marco del frenazo que el 20D supuso para (C’s) desde la más humilde posición de cuarta fuerza.
En la cita Rivera ha reiterado este lunes la decisión de Ciudadanos de no apoyar con un voto afirmativo su investidura como presidente, pero dejando clara su disposición a abstenerse en pos de un acuerdo por la “Estabilidad y certidumbre, claves para garantizar la unidad de España y la recuperación”, como resumió Rajoy en un tuit.
Pero esta política, como es obvio, sólo puede resultar exitosa con la participación del PSOE. De allí que el discurso del tándem PP-Ciudadanos se resuma en azuzar el fantasma de la inestabilidad y el desgobierno, o peor aún, la posibilidad de que en unas elecciones anticipadas la formación de Pablo Iglesias pueda erigirse como mayoría, para que el PSOE se abstenga en la votación de investidura y deje de coquetear con un posible acuerdo con Podemos.
Pero los ecos que llegan desde Ferraz no terminan de ser favorables para el candidato “popular”, a pesar de las luchas intestinas que recorren al viejo PSOE. El domingo Pedro Sánchez se reunió con los barones socialistas (entre quienes están sus principales detractores internos: García-Page, de Castilla la-Mancha; Fernández-Vara, de Extremadura, y la baronesa andaluza, Susana Díaz) para entregarles el documento que ayer se presentaba frente al comité federal.
En el encuentro, Sánchez logró apagar –al menos momentáneamente- algunos fuegos internos. El principal, la postergación del Congreso del partido, en el que los barones, encabezados por Díaz, pretenden que se elija un nuevo Secretario General y el candidato a unas hipotéticas elecciones anticipadas.
Pero aunque los barones no han cejado en su objetivo de “cortarle la cabeza” a Sánchez, las diferencias internas no pasan ni de lejos por cuestiones de programa o estrategia: todos los sectores del Comité Federal suscribieron la resolución política en la que se impone una condición “innegociable” para que Pedro Sánchez inicie algún tipo de negociación con Podemos: que Pablo Iglesias renuncie a defender un referéndum independentista para Catalunya.
El documento del comité señala que el PSOE antepondrá “el interés de España a cualquier otro objetivo”, por lo cual rechaza “de manera tajante, cualquier planteamiento que conduzca a romper con nuestro ordenamiento constitucional y que amenace así la convivencia lograda por los españoles durante estos últimos 37 años”.
El documento añade, además, que “La autodeterminación, el separatismo y las consultas que buscan el enfrentamiento solo traerán mayor fractura a una sociedad ya de por sí divida. Son innegociables para el Partido Socialista y la renuncia a esos planteamientos es una condición indispensable para que el PSOE inicie un diálogo con el resto de formaciones políticas”. Definiciones por demás lógicas viniendo de uno de los partidos arquitecto del Estado de las Autonomías, gran defensor de la “unidad de España” y pilar del bipartidismo español.
El “derecho a decidir” que enarbola Podemos -junto con una batería de medidas sociales y el fin de las llamadas puertas giratorias en política-, es la baza simbólica que la formación morada agita para distanciarse de la “vieja política” inmovilista del PP, PSOE y C’s.
Sin embargo, el giro “plurinacional” de Podemos en el último período de la campaña electoral –muy distinto al discurso y programa filo españolista que lo llevó al borde del fracaso en las pasadas elecciones catalanas-, sigue planteando la resolución de una de las principales demandas democráticas insatisfechas en el Estado español como una cuestión a resolverse dentro de los márgenes constitucionales, lo que en términos políticos, convierte el discurso de Iglesias en papel mojado.
El futuro político inmediato de la gobernabilidad en el Estado español es aún indeterminado. Un escenario en el que Podemos parece ser el mejor ubicado para aprovecharlo. De allí que la actitud política de Iglesias es como si la campaña electoral nunca hubiese terminado.
La formación reformista viene utilizando inteligentemente las “negociaciones” para seguir fortaleciéndose a costa de debilitar al Partido Socialista, lanzando propuestas, mostrando su apertura a “cualquier alternativa que permita que el PP no gobierne”, al mismo tiempo que establece “líneas rojas” inaceptables para el PSOE, su principal interlocutor.
Una ubicación que lejos de lo que muchos consideran una genialidad para seguir horadando los cimientos del Régimen del ‘78, responde a la voluntad de Pablo Iglesias, Iñigo Errejón y la cúpula de Podemos de convertirse en el protagonista de una nueva “regeneración” en clave reformista del régimen político y la democracia capitalista española.
El puzzle sigue sin resolverse y aunque las cuatro formaciones juegan con piezas muy similares, parecen no encontrar el encaje adecuado. Pero incluso de resolverse el entuerto y que se logre formar un nuevo gobierno sin nuevas elecciones, el esquema de fuerzas actuales en el Parlamento promete ser una crisis permanente de bloqueos políticos entre las distintas fuerzas tanto en el Parlamento como en el Senado (donde, recordemos, el PP tiene mayoría absoluta). En definitiva, un caos parlamentario que, en el marco de las profundas ilusiones reformistas de amplios sectores, puede ser el caldo de cultivo para que vuelva a emerger la lucha de clases.
Con la vista puesta en esta perspectiva, la construcción de una alternativa de clase, anticapitalista e internacionalista que rompa las reglas del juego se presenta como una tarea absolutamente necesaria, pero sobretodo posible, para avanzar en una salida obrera y popular a la crisis capitalista y del régimen político español.

Ivan Tamajón
Barcelona | @Ivan_Borvba

Se marcha 2015 sin despegar la economía mundial

Se marchó el año 2015, sin que se observaran atisbos de que pueda erigirse una pronta recuperación económica mundial, porque en sentido general ésta continuó estancada y con grandes probabilidades de volver a encaminar sus pasos hacia otra crisis parecida a la de 2008, la que aun no ha podido ser superada.
Siete años después de la crisis financiera que llevó al mundo al borde del desastre, el año 2015 no resultó beneficioso económicamente para muchos países de las diversas regiones del planeta, cuyos ejemplos más palpables fueron Europa del Este y el Oeste, Japón, Estados Unidos, China o América latina.

Extienden las Metas del Milenio

No se puede negar que pese a los grandes desafíos que aun subsisten a nivel mundial, los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) acordados en el año 2000 y que se extendieron hasta 2015, dieron sus resultados y también representaron una luz para que se comprendieran los graves problemas que se deben continuar enfrentando. En la Cumbre realizada en la sede de la ONU a la que asistieron más de 150 jefes de Estado y Gobierno del 25 al 27 de septiembre, se volvieron a cifrar las grandes esperanzas de los pueblos del mundo para avanzar en los principales aspectos del desarrollo equitativo mundial. Veremos si para 2030 la Agenda para el Desarrollo Sostenible Post-2015 pueda lograr los 17 objetivos que buscan el fin a la pobreza y del hambre, la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición, promover acciones contra el cambio climático, una agricultura sostenible y el bienestar social.

Migraciones dentro de la vieja Europa

Las guerras y el hambre han motivado olas de inmigrantes que huyen de esos flagelos. Refugiados de Libia, Siria, Afganistán, Somalia, Yemen y de otras naciones africanas perecen en largas travesías, mientras miles logran alcanzar las costas de Europa occidental donde son tratados en forma inhumana. Pero a esto se ha sumado por primera vez en muchos años, una migración dentro de la propia Europa en la que habitantes de países en crisis económica, de hambre y desempleo, atraviesan fronteras para tratar de obtener algún sustento para sus familiares.

América Latina a la baja

Las economías de América Latina y el Caribe tendrán un retroceso de -0,4% en promedio en 2015 y crecerán solo 0,2% el próximo año, impactadas por un complejo escenario externo, según nuevas proyecciones entregadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En el frente externo, se prevé que el crecimiento global se mantenga lento y llegue a 2,9 %. A la incertidumbre sobre la economía mundial se agrega el bajo crecimiento del comercio global (1,5 % en 2015 y 2,5 % estimado para 2016). Además, los precios de las materias primas que la región exporta se mantendrán bajos, con lo que América Latina y el Caribe volverían a mostrar en 2016 un deterioro en sus términos de intercambio, especialmente en países exportadores de hidrocarburos y minerales. A esto se une una ofensiva neoliberal en varios países que atentan contra la integración regional.

Cae y cae precio del Petróleo

La caída del precio del petróleo fue este año una constante para el sistema financiero mundial y una amenaza para los países productores que ven como se diluyen sus entradas de capitales. El crudo de la OPEP bajó de los 35 dólares por barril debido a varios factores en el escenario internacional como: la reducción de las importaciones en algunos importantes países consumidores como son Estados Unidos y China, así como de otras naciones en desarrollo, junto a una oferta de crudo en el mercado, un poco mayor que la demanda; el fracaso en la cumbre de la OPEP, cuando sus miembro no pudieron lograr un acuerdo para adoptar una reducción conjunta de la extracción que se mantiene en 31,5 millones de barriles diarios, y otro hecho fue que Estados Unidos ha apostado por convertirse no solo en productor sino también en exportador de crudo y para esto ha incrementado las extracciones de petróleo de esquisto y a la par reducido las importaciones. Países productores como Venezuela, Ecuador o Rusia han sufrido los embates de esa baja mientras los países no productores se han beneficiado al poderlo adquirir a un menor precio.

TPP para las transnacionales

El Tratado Transpacífico de Asociación Económica Estratégica (TPP), que reúne a 30 naciones del Atlántico y del Pacífico ha sido catalogado como el mayor convenio comercial internacional que se haya rubricado y los más beneficiados serán las grandes compañías transnacionales y Estados Unidos. Acordado en primera instancia en octubre pasado, fue conveniado durante cinco años en forma completamente secreta y pondrá fin a aranceles a 18 000 productos norteamericanos, entre estos, automóviles, maquinaria, tecnología de la información, productos de consumo, el acceso a internet, la protección a los inversionistas, la propiedad intelectual, los farmacéuticos y la producción digital . La gravedad del problema consiste en que las transnacionales obtendrían amplios poderes para desafiar las regulaciones, acciones y decisiones de gobiernos soberanos ante tribunales organizados por mecanismos internacionales controlados por el gran capital.

Petrocaribe no se detuvo

Petrocaribe se convirtió en protector de las pequeñas economías del Caribe y Centroamérica, e impulsor de políticas sociales más favorables para esos pueblos con el gran esfuerzo hecho por Venezuela para continuar entregando crudo a precios preferenciales. Este organismo de integración regional, surgido y formado por el líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías ha pasado en estos diez años del inicial intercambio petrolero hacia etapas superiores pues ha consolidado una zona de desarrollo económico y social entre sus afiliados.

Como argumentó el vicepresidente cubano Miguel Díaz Canel durante la IX cumbre del organismo, Petrocaribe permitió con programas económicos sociales, contrarrestar las secuelas que dejaron tantos siglos de colonialismo y neocolonialismo donde se crearon injustas asimetrías económicas y condenaron a las naciones del Caribe insular y ribereño a enmascarar las desigualdades con certificados de renta media.

El yuan y el dólar

El paso dado por el yuan chino al ser incluido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la lista de monedas de reserva, augura que el también llamado renminbi provocará un cambio trascendental para el desenvolvimiento de la economía mundial. La directora del Fondo, Christine Lagarde aseguró que la decisión de incluir el yuan en la cesta de divisas de reserva, que entrará en vigor el primero de octubre de 2016, es un logro importante a la hora de integrar a la economía china en el sistema financiero global y supone admitir el proceso que ha logrado el gigante asiático en los últimos años. A la par, y poco a poco, se ha ido convirtiendo en un contrincante importante al dólar, aunque como es lógico, Estados Unidos hará todo lo posible, con la anuencia de los organismos financieros internacionales, para mantener el billete verde como la principal moneda de reserva mundial

COP 21, un triunfo a medias

Pese a que muchos de los asistentes a la Cumbre de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21) efectuada a mediados de diciembre en París, aseguran que se lograron avances sustanciales, lo cierto es que aun faltan muchos cabos por atar para que sus conclusiones se hagan efectivas. El compromiso de que las naciones desarrolladas entreguen 100 000 millones de dólares anuales a los menos desarrollados para mitigar los efectos del cambio climático, está en bambalinas y pueden quedar solo en el papel. Decisiones políticas y económicas harán falta para que los países reduzcan las emisiones de gas de efecto invernadero y pueda ser salvada la humanidad de un futuro desastre ecológico.

BRICS hacia nuevo panorama

Los integrantes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) dieron luz verde este año a su Banco de Desarrollo que ayudará a financiar proyectos de infraestructura de los estados miembros y posteriormente apoyar a otros países del mundo. Las primeras inversiones del Banco están previstas para enero de 2016 las cuales serán una verdadera afrenta para el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que desde la fundación de ambos en 1944 han sido los dueños y señores de las finanzas internacionales, como es sabido, controlados desde Estados Unidos y la Unión Europea. Asimismo, para librarse de las ataduras del dólar y del euro los bancos centrales, acordaron mecanismos para impulsar el uso de las monedas nacionales en sus intercambios comerciales.

Hedelberto López Blanch

La escuela criolla

La élite económica y política bogotana hace educar a sus hijos en colegios de afiliación extranjera que quizás imagina como enclaves del mundo más civilizado en este pobre país atrasado.
En otras ciudades de Colombia sucede algo parecido, según entiendo, y seguramente también sucede en otras ciudades tercermundistas del planeta, pero hablo de lo que me es más familiar. Los más obscenamente ricos los matriculan en el colegio estadounidense, que de manera significativa lleva el nombre que tenían estas tierras cuando eran una colonia, y pagan el equivalente a varios salarios mínimos mensuales para acceder al beneficio de una educación pública de otro país. Para unos, la pertenencia a ese colegio significa la confirmación de sus viejos fueros, mientras que para otros es la corona de un ascenso social. Para unos y otros, se trata de la manifestación de un privilegio que se define, como todos los privilegios, por medio de la exclusión de los demás.
Están también el costoso colegio inglés, elegante como le parece a esta colonia todo lo inglés, que uniforma a sus estudiantes como los personajes de Harry Potter; el colegio suizo, que ofrece viajes a la nevada suiza; el colegio alemán, y el colegio italiano. Los miembros de la élite de izquierda, adalides de la educación pública, prefieren el colegio francés (les interesa la educación pública, pero en Francia), con la ilusión—desmentida por cualquier periódico de cualquier día— de que Francia no es casi reaccionaria. Todos estos colegios ofrecen, además de la oportunidad de hablar una lengua extranjera con el menor acento local posible, las ventajas de un club: desde pequeños, los colombianos privilegiados establecerán contactos de los que luego se servirán toda la vida. Desde pequeños, sabrán a qué círculo pertenecen, quiénes son los suyos y quiénes son los otros, junto a quiénes mandarán y a quienes han de mandar. Sabrán ubicarse en la sociedad.
La clase media, que en esta como en otras cosas suele imitar a la alta con la esperanza de un día llegar a pertenecer a ella y oprimir igual de fuerte, también da su dinero (el que no tiene) a colegios con nombres de comarcas extranjeras, si bien a veces tienen que transarse por territorios de menor renombre que los ya elegidos por la punta de la pirámide. Más baratos y menos famosos que los aludidos en el párrafo anterior, hay colegios con nombres de estados y pueblos de los Estados Unidos, con nombres de países europeos minúsculos y nada épicos, y con rimbombantes combinaciones binacionales. No me parecen más ridículos que los grandes colegios de la gran burguesía. Unos y otros educan a sujetos coloniales como el José Fernández que José Asunción Silva describió en De sobremesa, alelados con todo lo que no pueden ser, extraviados y convencidos de que tienen la vocación de gobernar sobre coetáneos a quienes no conocen y con quienes no quieren identificarse.
Hay también colegios privados que no hacen explícito en su título el anhelo de internacionalidad, pero que también adoptan sin crítica los modelos extranjeros y cuya aspiración sigue siendo pertenecer a asociaciones educativas de otros países. Están además los colegios de órdenes religiosas (que no educan para otro país, sino para el otro mundo), y los colegios privados castizos y tradicionales, que educan para ser damas y caballeros santafereños, por aparte. Luego están las universidades privadas, en las que se dictan en inglés cada vez más cursos del currículo, y cuya mayor aspiración es figurar en el ranking que sea, desde que sea mundial.
Al tiempo que se esmera en ubicarla socialmente, la sociedad desigual desubica geográfica y culturalmente a sus élites. Criados en la idea de que la educación es la aspiración a ser de otra parte, los estudiantes, que luego mandan y gobiernan (porque, en esta sociedad de escasa movilidad, serán ellos quienes manden y gobiernen), crecen ignorando y despreciando su país. Adicionalmente, aunque no se lo han dicho en su colegio, intuyen que en donde quiera que vayan —y a pesar de su dinero— serán sudacas, o rastacueros, como se decía en tiempos de José Asunción. Que la élite sea avergonzada al tiempo que despectiva constituye una mezcla peligrosa. No es de extrañar que los famosos colegios y universidades privados gradúen a tantos gobernantes y empresarios corruptos, pues, ¿qué tiene de malo robarle a un país que no existe? Ni siquiera el mismo ladrón existe, pues es colombiano pero no colombiano, simulador, desconocedor de su procedencia, ajeno a la fraternidad e incapaz de reconocer los vínculos con lo público: un no ciudadano.

Carolina Sanín, Escritora y profesora de Literatura de la Universidad de los Andes.

Latinoamérica frente al genocidio del pueblo tamil en Sri Lanka

La no injerencia como complicidad

Recientemente, en septiembre de 2015, se ha reunido en Ginebra la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Se trataron diversos temas, entre los que sobresalía entre otros la actitud a tomar frente a los crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad perpetrados durante el conflicto armado entre la minoría tamil de la isla y el gobierno de Sri Lanka, sobre todo hacia el final de la guerra, en mayo de 2009, cuando fueron masacradas más de cien mil personas en unas pocas semanas.
El gobierno de Sri Lanka lleva tiempo intentando convencer de que se trata de un asunto doméstico que puede manejar adecuadamente sin que la comunidad internacional se implique. Sin embargo en ese conflicto uno de los actores principales ha sido el ejército de Sri Lanka y su responsable, el gobierno. Es evidente que no es posible hacer justicia siendo juez y parte.
Estados Unidos y el Reino Unido planteaban una resolución de consenso en la que se permitiera que todo el proceso quede en manos del estado de Sri Lanka, el principal acusado de los execrables crímenes sufridos por la población tamil. Los países latinoamericanos invocando el principio de no-ingerencia han secundado la postura de los EEUU y el RU. Cabe suponer que en el imaginario latinoamericano la implicación en un conflicto dentro de las fronteras de un estado establecido evoca las numerosas intervenciones de su vecino del norte en Latinoamérica para desestabilizar y controlar la región. Sin embargo ese imaginado paralelismo no tiene ninguna base. Estamos frente a un hecho que el Tribunal Permanente de los Pueblos considera un genocidio y es un imperativo moral intervenir para garantizar justicia y detenerlo.
Desde su independencia el estado de Sri Lanka, un modelo heredero del colonialismo, fue el resultado de la apuesta del Imperio Británico por un estado unitario en la isla, en el que la nación mayoritaria, la cingalesa, ejercía el control absoluto de todas las estructuras de las isla. Esta estrategia británica para seguir controlando la que consideraba la perla de su imperio en el subcontinente indio es una de las causas del posterior conflicto.
El gobierno de Sri Lanka, jugando hábilmente a dos bandas, mantuvo relaciones cordiales con su antigua metrópoli y se hizo un hueco importante dentro del pujante movimiento de los no alineados, ganando prestigio entre países que también salían del colonialismo occidental. A pesar de llamarse aun oficialmente República Socialista de Sri Lanka el gobierno ha desarrollado políticas neoliberales y ajustes estructurales muy duros y ha hecho del budismo la religión del estado. Algunos intelectuales cingaleses aprecian un claro paralelismo entre el sistema político-social y religioso de la isla, y el nacionalcatolicismo de la España de Franco.
Desde la Independencia hasta nuestros días ha habido una política sistemática de eliminación tanto física como cultural del pueblo tamil, unos 3 millones de personas, alrededor del 15% de la población de la isla: represión de la disidencia, negación del idioma y la cultura tamil, destrucción de vestigios culturales, políticas de asentamiento de población cingalesa en las áreas tamiles, ocupación militar, masacres, pogromos, y políticas sistemáticas encaminadas a destruir física, culturalmente y socialmente al pueblo tamil.
Recientemente el Tribunal Permanente de los Pueblos, heredero del Tribunal Russell, realizó dos sesiones acerca del conflicto en Sri Lanka: una en 2010 en Dublin y otra en 2013 en Bremen. Tras un complicado y largo proceso quedo probada la existencia de un genocidio en Sri Lanka contra el pueblo tamil. Consideraba al Estado de Sri Lanka como ejecutor y acusaba de cómplices a los Estados Unidos y al Reino Unido. No hubo pruebas suficientes aun para asegurar la complicidad del Gobierno Indio, a pesar de tener la convicción de ser así.
Con pruebas tan evidentes, sentencias tan claras y declaraciones tan tajantes, defender la no injerencia podría ser considerada desde un punto de vista ético como una forma de complicidad. Los países latinoamericanos con gobiernos progresistas han tenido una postura muy digna y resuelta con otros pueblos que sufren la opresión y la negación de su mera existencia como el pueblo palestino, el kurdo o el saharaui. Denuncian sin ambages las masacres y violaciones de derechos humanos que han sufrido esos pueblos y les han mostrado su solidaridad, no sólo con carácter testimonial, si no apoyándolos diplomáticamente con firmeza en los foros internacionales y enfrentándose a los estados ocupantes y perpetradores de los crímenes. Igualmente han reconocido a esos pueblos, incluso aceptando embajadas y representaciones de sus gobiernos a pesar de no tener un estado propio.
Es incomprensible que en el caso del genocidio tamil la postura sea la opuesta. Mirar a otro lado en la cuestión tamil no es defender la autodeterminación de los pueblos invocando los derechos del estado de Sri Lanka. Es permitir, consentir y apoyar la opresión de un pueblo y la negación de sus derechos individuales y colectivos.
El pueblo tamil y sus víctimas apelan y reclaman a los pueblos y gobiernos de la Patria Grande de Bolivar que no les abandonen. Su única esperanza a corto plazo es impulsar un proceso internacional para el esclarecimiento de lo sucedido en la isla durante el conflicto armado, tras el final de éste y hasta el día de hoy que aun persiste la barbarie. Es urgente e imprescindible detenerla.
Desde la solidaridad internacional invocamos el entendimiento entre los pueblos y hacemos un llamado a los gobiernos latinoamericanos para que se desmarquen del consenso impulsado por Washington y Londres y comiencen a mostrar su solidaridad y a ayudar a las víctimas y al pueblo tamil.

Gontzal Martinez de la Hidalga

www.ptsrilanka.org

Gontzal Martinez de la Hidalga, Miembro de Komite Internazionalistak del País Vasco, Colaborador con el Tribunal Permanente de los Pueblos sobre el genocidio tamil en Sri Lanka.

martes, diciembre 29, 2015

Argentina: Una devaluación para aumentar la rentabilidad



Toda devaluación favorece a los grandes productores y exportadores, al mismo tiempo que afecta a los perceptores de ingresos fijos.
Desde esa lógica se alude a las devaluaciones como favorables para la competitividad de la producción local, ya que mejora de los precios de los bienes y servicios exportables, ganando así en competitividad.
Eso ocurriría si existiera una producción diversificada y en competencia con producciones de otros países. Como eso no ocurre para los principales productos de exportación de la Argentina, la realidad es que la devaluación se manifiesta como un mecanismo de capturar ganancias del complejo exportador, principalmente del agro-negocio.
Las exportaciones agropecuarias de la Argentina no se manejan competitivamente con las de otros países, sean por la abundante demanda externa, como por las condiciones internas de producción. El precio internacional no se define en el país, sino que resulta de las imposiciones del mercado mundial. Por eso es que se habla de commodities (maíz, trigo o soja).
Queremos enfatizar que la devaluación no se produjo para generar competitividad productiva, reactivar la producción y mejorar las condiciones macroeconómicas del país. La devaluación se materializó para incrementar la facturación del sector hegemónico del agro-negocio, o sea, las transnacionales de la alimentación y la biotecnología, los principales beneficiados por la política económica del gobierno Macri. Así, estos sectores, lograron una inmediata recomposición de la tasa de ganancia.
Por eso, la respuesta inmediata del sector agroexportador, principalmente sojero, fue la aceleración de la liquidación de cosechas almacenadas en silo-bolsas (el compromiso con el gobierno es por 400 millones de dólares diarios).
La facturación empresaria creció por la devaluación y la baja de las retenciones.
El impacto se expresa en una recomposición de reservas internacionales, que habían llegado a un piso de poco más de 24.000 millones de dólares y ahora empiezan a recuperarse.
La intencionalidad del gobierno Macri es recomponer reservas monetarias internacionales y para eso necesita que se continúe con la liquidación de los exportadores e ingresen nuevas y más divisas por préstamos externos e inversiones extranjeras.
Claro que los préstamos llegaran si se supera la traba de la demanda de pago por la sentencia judicial en EEUU sostenida desde los hold-outs o fondos buitres; lo que supone un mayor endeudamiento externo y suba de los compromisos futuros de pago, por lo menos, de intereses.

Palos y zanahorias

Y las inversiones se concretarán si se logra frenar las expectativas de actualizaciones salariales en paritarias. Un objetivo central del gobierno Macri es frenar o controlar el conflicto laboral y social.
Esta es la razón de la acción represiva ejercida en víspera navideña contra los trabajadores de Cresta Roja y la voluntad de instalar un protocolo de acción contra el conflicto social.
Con el caso Cresta Roja se marca el camino de la represión y el diálogo, de la coerción y búsqueda de consenso, con balas de goma y camiones hidrantes para desalojar la ruta y luego bolsones de mercadería y colaboración en dinero, incluso incrementando esos aportes monetarios para descomprimir la demanda de los trabajadores en lucha. Sobre la cuestión de fondo, esperan que se resuelva entre privados, que en la lógica oficial es dejar que el mercado decida y el Estado solo ser facilitador de negociaciones entre empresarios, los que buscan, principalmente, obtener ganancias.
La devaluación es el primer acto en la recomposición de la ganancia empresaria. El segundo acto es la lucha por ingresos populares compensatorios, y por eso las movilizaciones por bonos resarcitorios de fin de año.
Son bonos ya logrados en ciertos ámbitos del sector estatal y privado, con una diversidad de montos que fomenta una mayor dispersión de ingresos y dificulta acciones coordinadas para el logro exitoso de la demanda.
Valga como ejemplo el anuncio de una compensación mínima de 400 pesos para beneficiarios de planes sociales y jubilaciones mínimas, orientados a más de 7 millones de perceptores, para desarticular la que parecía una gran movilización en demanda del bono compensatorio. El arco social y político de la convocatoria del 22/12 pasado expresa una diversidad con potencialidad para constituir un arco de acción política para la etapa iniciada el 10/12 con nueva gestión de gobierno nacional.
El costo fiscal del bono es mínimo con relación al producido por la eliminación y reducción de las retenciones al agro y a la industria, evidenciando beneficiados y perjudicados de la política económica del gobierno Macri.
Por eso no debe sorprender que la política oficial se sustente con palos y zanahorias. Son mensajes para disciplinar el conflicto social y generar consenso político más allá del transitorio consenso electoral logrado para ser gobierno.
La combinación de represión y acción política compensatoria son mecanismos de manufacturación de consensos en un marco de ajuste que afecta a la mayoría de la población.
Esa construcción de consenso asocia una brutal transferencia de ingresos hacia el sector más concentrado de la economía y presencia oficial ante dramas sociales, caso de las inundaciones en el litoral por desborde del Río Uruguay, especialmente en Concordia.

Desafíos para la iniciativa popular

Más allá del accionar deliberado por convertir consenso electoral en político, el ajuste de precios y la inflación, aunque ahora el INDEC no mide, impacta sobre la mayoría de la sociedad empobrecida, base de conflictos sociales y laborales.
Los estatales convocan a paro nacional para el 29/12 y luchan por efectivizar un voluminoso empleo informal del Estado y contrarrestar iniciativas en curso para disminuir la planta de trabajadores. El gobierno anuncia la revisión de miles de contratos de los últimos tres años, y con el argumento de eliminar “ñoquis” o contratos de la política, se busca achicar el empleo público para reducir gasto y equilibrar las cuentas fiscales.
Por su parte, los privados denuncian acciones de las patronales, caso de la GM (planta cercana a Rosario) que extiende su parada técnica por tres semanas aduciendo dificultades de provisión de insumos desde Brasil; todo en espera de aumentos de precios de venta de los automotores al comienzo del 2016 y que abulte su cuenta de ganancias.
Los primeros días del gobierno Macri ponen de manifiesto el pragmatismo oficialista con medidas para recomponer rentabilidad de las grandes empresas (retenciones y devaluación), con fuerte impacto inflacionario que se difumina regresivamente entre la mayoría empobrecida de la población.
Desde el gobierno se especula con el tiempo de gracia que supone ser una gestión recién llegada y la incógnita persiste en la capacidad de aguante de los perjudicados de la iniciativa oficialista. La novedad política debe esperarse desde la iniciativa popular para frenar la ofensiva por el ajuste y restaurar condiciones de posibilidad para construir alternativa política.

Julio C. Gambina

Milcíades Peña: un derribador de mitos (a lo marxista)



Al hablar sobre la vida de Milcíades Peña se suele remitir a dos o tres datos: su vasta obra en relación a su corta vida, su “formación autodidacta”, y su militancia trotskista. Los tres son solo parcialmente ciertos y sería un grave error considerarlos por separado y absolutizarlos.

¿Fue Peña un autodidacta? Si esto significa que no fue formado por la academia es totalmente cierto. Pero basta leer cualquier fragmento de sus obras, para comprobar que su temprana militancia (Peña ingresa al Grupo Obrero Marxista (GOM), de orientación trotskista , dirigido por un Nahuel Moreno diez años mayor que él, a los 14 años), fue formadora de un historiador marxista. La obra de Peña no parte de cero. Parte de las principales elaboraciones teóricas del marxismo, que son las que le permiten entender la historia argentina con tanta originalidad en relación al revisionismo y el liberalismo reinante, a los que combatió fervientemente. Peña intenta captar, a través del concepto de desarrollo desigual y combinado, la especificidad del desarrollo histórico desde la colonia, la Revolución de Mayo, las guerras civiles, la lucha de unitarios y federales, la generación del ‘90, y así cada nudo de los debates historiográficos. El concepto de lucha de clases, es inseparable de su interpretación de los sujetos (burguesía comercial, oligarquía terrateniente) que eran o no capaces de realizar las tareas de la revolución burguesa en Argentina. La utilización del concepto leninista de imperialismo para ubicar a Argentina en el contexto mundial, y la dominación de la nación por los imperialismos europeos primero y estadounidense después, pasando de su existencia como colonia a semicolonia es el concepto articulador de su interpretación sobre los límites para el desarrollo de una burguesía local. Y el Bonapartismo el eje de su explicación del Peronismo. Es decir, sin esta formación marxista que otorga a Peña las herramientas básicas para su interpretación de la historia argentina, es imposible entender su obra y, por ende, su “auto formación” debe ser al menos matizada.
Pero no solo los conceptos analíticos del marxismo explican su obra. La lucha ideológica y política, en su tiempo presente (tiempo que ha sido descrito como una de las épocas de más abundante elaboración historiográfica en Argentina), con el revisionismo y el liberalismo, son el otro gran motor de su obra. La necesidad de desarticular las interpretaciones que abonaban mitos para trazar una historia de las clases dominantes (ya sea su vertiente liberal con el panteón mitrista, o su espejo revisionista con su otro panteón, pero rosista), explican en parte, la abundancia y la extensión temática de la obra de Peña (sus Fichas abarcan desde la época colonial hasta el Peronismo). Por lo tanto, su “extensa obra en su corta vida”, es perfectamente entendida si contemplamos el espíritu militante de toda la obra de Peña, y su persistencia en combatir los mitos de la historia argentina desde una historiografía marxista.
Esta bastedad además le valió una fuerte influencia en la historiografía posterior. Una gran diversidad de autores comenzaron a utilizar sus categorías. Por ejemplo Oscar Oszlak y Waldo Ansaldi recurrieron al concepto de “suboligarquía financiera” para pensar a las facciones internas de burguesía en el proceso de formación del Estado (también en O´Donnel y en su discípulo Shvartzer vemos esta deuda); David Rock y el francés Pierre Salama retoman a Peña en sus estudios sobre Latinoamérica; y en sus estudios sobre el peronismo, Miguel Murmis, Juan Carlos Portantiero y hasta Tulio Halperin Donghi retomaron sus tesis, en donde se caracterizaba al movimiento justicialista como “bonapartismo”.
Pero la obra de Peña, al ser es su gran parte una obra militante (en sus últimos años se aleja de la militancia orgánica y comienza a tener una visión pesimista sobre las posibilidades del movimiento obrero en el marco de la llamada “resistencia peronista”, sólo unos años antes del Cordobazo), aporta a una reivindicación del trotskismo en nuestro país ya que desmiente gran parte de toda la acusación tradicional que hace el populismo y ciertas corrientes sobre el trotskismo en nuestro país, su lugar en la historia de la clase obrera y en la historia nacional. Esa caracterización del trotskismo como una corriente antinacional, que no intenta comprender la historia de su propio lugar, es desmentida párrafo a párrafo por Peña, y en polémica con cualquier tipo de nacionalismo o chauvinismo.
En momentos en donde el fin del Kirchnerismo deja abierto un balance histórico sobre el rol del peronismo, (la falsa, o como diría Peña el “como si”) del “proyecto industrializador”, donde además se habla de la “batalla cultural”, y donde los “vientos de cambio” vaticinan una mayor conflictividad de clases, retomar a Peña se vuelve una gran herramienta para articular los nudos problemáticos del pasado y el presente de la historia argentina desde un punto de vista marxista, en donde la economía , política y cultura se enredan, no en torno a “los grandes hombres” sino al ritmo del conflicto entre las clases.

Gabriel Piro
Filosofía y Letras | UBA

Venezuela, el desafío de la guerra económica

El triunfo de la derecha venezolana obtenido en las elecciones del pasado 6 de diciembre que le dio mayoría en el Parlamento, se ha convertido en una seria amenaza para la Revolución Bolivariana que puede echar por la borda todos los avances sociales alcanzados por el pueblo en los últimos 16 años.
Pese a los grandes logros obtenidos desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 2000 y su continuación con Nicolás Maduro a partir de 2013, la ofensiva económica desestabilizadora de las fuerzas de la derecha nacional e internacional dirigidas desde Estados Unidos y Europa Occidental dieron resultado y capas populares dieron la espalda al gobierno con la ingenua creencia de que esas fuerzas integradas en el Movimiento de Unidad Democrática (MUD) le podrían resolver la actual pérdida de estabilidad alimentaria.
La Revolución Bolivariana ha sufrido desde el inicio, numerosos ataques que van desde intentos de golpes de Estado, atentados contra la producción petrolera, acaparamiento de alimentos y medicinas por parte de la oligarquía, contrabando de mercancías hacia las fronteras, violentas campañas de desinformación por los medios de información controlados por occidente.
Venezuela se convirtió en estos años en una verdadera amenaza para los poderes hegemónicos tradicionales controlados desde Washington pues cuenta con la mayor reserva petrolera del mundo y tras la nacionalización de esa industria sus ganancias se destinaron a mejorar las condiciones de vida del pueblo y no para llevárselas del país como ocurría antes.
El ejemplo de independencia y solidaridad que ofrece a todos los países del mundo es contradictorio con los intereses capitalistas pues ayudan a impedir crisis económicas en naciones latinoamericanas al ofrecerles combustibles a precios razonables, además de colaborar a fortalecer la integración y la unión en toda la región sin la intromisión del Norte.
En los 17 años transcurridos, el gobierno popular le ha salvado gratuitamente la visión a miles de ciudadanos; ofrece servicios de salud a toda la población; logró alfabetizar a millones de habitantes los que pueden continuar estudios hasta la universidad; ha entregado un millón de viviendas con equipos electrodomésticos a miles de familias que ya no viven en condiciones infrahumanas.
Son políticas económicas y sociales a favor del pueblo y no de las pequeñas minorías y eso, como se sabe, esta en plena contradicción con el neoliberalismo y el sistema capitalista.
La oligarquía criolla, al no poder derrocar por la fuerza y golpes de Estado a la Revolución, reforzó la guerra económica con la finalidad de crear condiciones de desabastecimiento y hambre entre la población y echarle la culpa al gobierno.
Como las grandes distribuidoras se encuentran en manos de la oligarquía se impulsó el contrabando de bienes de primera necesidad, de producción nacional o importada, hacia Colombia con la colaboración de narcotraficantes que operan en la frontera.
Los productos se comercializan en la frontera a precios 50 veces superiores a los que el gobierno coloca en el mercado venezolano y en muchas ocasiones son reexportados clandestinamente por esas mafias a Caracas para venderlos solo en dólares, lo que aumentó grandemente la demanda de billetes verdes e incrementó sus costos en el mercado negro.
Bienes de primera necesidad como papel higiénico, jabón, pasta de dientes, desodorantes, harina, arroz, frijoles y otros muchos desaparecen de los mercados y crea un enorme malestar donde las filas para obtenerlos se convierten en una verdadera condena. El poder de compra de los trabajadores y personas humildes se desvaneció y no hacen caso a las denuncias gubernamentales sobre el papel de las oligarquías, las mafias o de la guerra económica.
A esto se une el gran poder que tienen dentro del país los medios de comunicación (periódicos, emisoras de radio y televisión) cuyo 90-95 % esta bajo control de la ultraderecha que desarrolla una constante guerra psicológica, bien organizada contra las políticas gubernamentales. Existe una enorme disparidad informativa.
Al hacerse del mayoritario control dentro del Parlamento, las fuerzas del MUD se lanzarán ahora a tratar de derrocar legislaciones sociales sancionadas por el gobierno a favor de la población más necesitada como la Ley de Costos y Precios Justos que impondría nuevamente los parámetros del neoliberalismo económico y dejaría el destino de las familias a la suerte del llamado mercado libre.
La gestión de la derecha será buscar por todos los medios un indetenible malestar generalizado dentro de la población en contra del gobierno de Maduro para después impulsar un referéndum revocatorio contra el presidente y lo que es igual, contra la Revolución Bolivariana.
Son momentos duros en los cuales la oligarquía profundizará la guerra económica que solo podrá ser derrotada por la unión de todo el pueblo junto a la Revolución bolivariana y con una política inteligente y tenaz del gobierno.

Hedelberto López Blanch

Ku Klux Klan: La larga historia estadounidense de tolerancia de organizaciones terroristas blancas

Esta semana se conmemora el 150 aniversario de la fundación de la organización terrorista que más muertes ha causado en Estados Unidos, el Klu Klux Klan (KKK).
Desde el 11 de septiembre extremistas vinculados a diferentes ideologías de extrema derecha, incluidos el KKK y extremistas judíos, han asesinado a muchas más personas en Estados Unidos que los extremistas motivados por el Islam radical.
El tristemente célebre KKK es un ejemplo con siglos de antigüedad del doble rasero del gobierno estadounidense cuando se trata de terrorismo. El KKK ha aterrorizado y asesinado a muchas más personas estadounidenses que los terroristas islámicos y a pesar de ser la organización terrorista más antigua de Estados Unidos, el gobierno estadounidense nunca ha considerado oficialmente al KKK organización terrorista y se ha limitado a clasificarla como “grupo de odio”*.
Al clasificar las acciones del KKK como de odio en vez de terroristas, el gobierno permite a esta organización (a diferencia del ISIS) celebrar manifestaciones libremente, recaudar fondos e incluso aparecer en la televisión para promover su ideología. Recientemente Franc Ancona, un líder del KKK, apareció en la televisión nacional y amenazó que usaría “fuerza letal” contra los manifestantes negros.
El KKK se fundó unos pocos días después de que se aboliera la esclavitud en Estados Unidos y desde entonces el distintivo del KKK siempre ha sido los ataques con bomba, los linchamientos, el emplumar con alquitrán y otras formas violentas de terrorismo contra quienes desafíen la supremacía blanca. En su momento de apogeo durante la década de 1920 los miembros del KKK eran más de 8 millones de estadounidenses repartidos por todo el país.
El simple hecho de que hasta el momento el gobierno estadounidense se haya negado a calificar al KKK de organización terrorista nacional dice mucho acerca de la implicación de la nación en la lucha contra el terrorismo y la promoción de la igualdad racial.
El atentado terrorista más mortífero en suelo estadounidense antes del 11 de septiembre fue el atentado de Oklahoma, cuyo cerebro fue Timothy McVeigh, un hombre estrechamente vinculado con círculos militares nazis de extrema derecha. En 2011 Kevin Harpham, un veterano de guerra, puso una bomba en el recorrido del desfile del Día de Martin Luther King Jr. En 2012 Wade Michael Page asesinó a seis personas inocentes en un tiroteo en un templo Sijh en Wisconsin. Page era miembro de una banda de supremacistas blancos y estaba asociado al violento grupo neonazi los Hammerskins. Hace unos meses un Gran Mago Imperial del KKK de Kansas empezó a matar a cualquiera que se le puso por delante mientras gritaba “Heil Hitler”. Una de las víctimas fue un chico de catorce años.
A pesar de la cantidad cada vez mayor de tiroteos contra masas y de ataques terroristas por parte de la extrema derecha los medios de comunicación eligen poner el foco de atención casi exclusivamente en una amenaza menor del Islam radical. De forma rutinaria los expertos de los medios exigen a musulmanes moderados que condenen los actos de violencia perpetrados por musulmanes. ¿Cuándo fue la última vez que ha visto usted presionar a sacerdotes blancos para que acudan a la televisión a denunciar la violencia de supremacistas blancos con el fin de demostrar que “no todos los cristianos” son así? ¿Cuánto tiempo se permitiría a un grupo musulmán que tuviera un historial violento como el KKK actuar libremente antes de ser cerrado por el Departamento de Seguridad Nacional? Está claro que el racismo exacerba la guerra contra el terrorismo tanto como el petróleo.
En gran medida la amenaza del terrorismo islámico nacional se ha elaborado de manera que la llamada guerra contra el terrorismo puede promover un militarismo lucrativo en el extranjero y erosionar las libertades civiles dentro del país.
Catorce años después del 11 de septiembre al Qaeda no ha cometido otro atentado dentro de Estados Unidos. Según un reciente informe de la Universidad de Harvard llamado The Exaggerated Threat of Home Grown Terror [La exagerada amenaza de un terrorismo nacional], “[…] desde 2001, a pesar de las advertencias de los funcionarios públicos y de analistas del terrorismo, sigue habiendo pocas pruebas de que el peligro de ataques terroristas en Estados Unidos por parte de musulmanes estadounidenses sea especialmente grave o creciente”.
Entonces, ¿por qué Estados Unidos ha gastado más de 6 billones de dólares en la guerra contra el terrorismo?
Datos del FBI desde 1980 hasta 2005 demuestran que los terroristas judíos cometieron el 7% de los actos terroristas dentro de Estados Unidos, lo que es más que el 6% cometido por extremistas islamistas. El hecho de que el FBI reduzca drásticamente los casos de terrorismo perpetrados por extremistas judíos debido al doble rasero racial institucional da más notoriedad a los datos estadísticos. ¿Cuántos estadounidenses conocen el nombre de Jewish Defense League [Liga de Defensa Judía] o Jewish Armed Resistance [Resistencia Armada Judía], dos grupos terroristas que han cometido más actos terroristas que sus homólogos musulmanes?
La tristemente célebre Jewish Defense League lleva actuando en Estados Unidos más de medio siglo. Un informe del Departamento de Energía sobre amenazas a instalaciones nucleares señala que “[…] durante más de una década la Jewish Defense League ha sido uno de los grupos terroristas más activos en Estados Unidos”. Sin que muchos estadounidenses lo sepan, estos extremistas judíos han enviado cartas bomba a la policía, atacado embajadas estadounidenses y lanzado bombas incendiarias a civiles que asistían a un concierto de la Orquesta Sinfónica.
Si el gobierno estadounidense se toma en serio la lucha contra el terrorismo nacional y los tiroteos contra masas, las estadísticas del FBI sugieren que debería vigilar agresivamente a varones blancos. El simple hecho de que las fuerzas de seguridad estadounidenses no se haya infiltrado en comunidades cristianas o judías conservadoras ni las haya espiado para impedir el extremismo violento de extrema derecha confirma que los musulmanes en Estados Unidos saben por experiencia que rezar a Ala hace que una persona sea sospechosa.
Los musulmanes estadounidenses tiene cada vez más la sensación de vivir en un Estado policial totalitario en el que el acoso, la creación de perfiles [de delincuencia] y la vigilancia son cada vez peores. El investigador Arun Kundnani ha demostrado que el FBI tiene un espía antiterrorista por cada 94 musulmanes en Estados Unidos, lo cual se aproxima a la ratio de la tristemente célebre agencia de espionaje de Alemania Oriental Stasi de un espía por cada 66 ciudadanos.
Los cristianos y judíos blancos no tienen que preocuparse de que un agente o informante secreto se haya infiltrado en sus iglesias, grupos de estudiantes o clubes sociales.
Durante siglos se ha permitido a los terroristas blancos en Estados Unidos un amplio espacio para difundir su ideología y para planificar y organizar sus atentados, lo que explica tanto la mayor letalidad relativa del terrorismo supremacista blanco como la mucho menor tasa de personas blancas condenadas por atentados.
En Estados Unidos se considera por acto reflejo que las personas de piel oscura y negra son terroristas, matones y pandilleros que merecen el desdén de la sociedad, mientras que las personas blancas que cometen atentados terroristas son simplemente “perturbados mentales” solitarios que necesitaban de la ayuda de la sociedad.
La decisión de la sociedad de denominar “terrorismo” un acto de violencia particular indica que el acto pertenece a un modelo más extendido que exige una consideración que va más allá de la lucha normal contra el crimen. El denominar los tiroteos contra masas por parte de supremacistas blancos como meramente “odio” o asesinato en vez de terrorismo resta importancia al significativo papel de las motivaciones racistas del autor y evita preguntas difíciles acerca del predominio del racismo en la sociedad estadounidense.
Hace poco James Holmes disparó contra 80 personas en un cine pero las fuerzas de seguridad lo detuvieron con vida y los medios de comunicación no calificaron su acción de terrorismo sino que en vez de ello se centraron en retratar a Holmes como “torpe” y tierno “solitario”. De forma similar, el supremacista blanco Dylan Roof asesinó a nueve feligreses en Charlestown y no solo fue detenido con vida, sino que además en el momento de la detención la policía describió a Roof como “muy tranquilo, muy calmado … no problemático”. La policía llegó incluso a comprarle un almuerzo en Burger King momentos después de que hubiera desatado el terror entre los feligreses. Comparado con los innumerables linchamientos actuales cometidos por la policía de chicos y hombres negros inocentes y a menudo desarmados, es evidente que las fuerzas de seguridad estadounidenses son tan tolerantes con el terrorismo blanco como son institucionalmente racistas hasta la médula.
A todas luces existe una costosa e insana obsesión entre la sociedad y las fuerzas de seguridad estadounidenses con evitar la violencia perpetrada por musulmanes estadounidenses, una obsesión que ignora tanto la amenaza real del terrorismo blanco como el constante terrorismo de la policía respecto a los ciudadanos americanos negros.

Garikai Chengu
CounterPunch

* Según Wikipedia, un grupo de odio es “un grupo o movimiento organizado que defiende y practica el odio, la hostilidad o la violencia hacia miembros de una raza, etnia, nacionalidad, religión, sexo, identidad de género, orientación sexual o cualquier otro sector de la sociedad”. (N. de la t.)

Garikai Chengu es un investigador de la Universidad de Harvard. Su correo es garikai.chengu@gmail.com.

Washington y la crisis migratoria cubana

Desde hace más de un mes, miles de cubanos que desean viajar a Estados Unidos, cuya legislación favorece la emigración procedente de la isla, se encuentran varados en Costa Rica.

Cerca de 6.000 cubanos, candidatos a la emigración hacia Estados Unidos, se encuentran varados en Costa Rica sin posibilidades de proseguir su viaje hacia el Norte. Tras viajar a Ecuador, entonces único país de América Latina que no exigía visado a los cubanos, emprendieron un largo periplo a través del continente para ir a La Florida. Pero tuvieron que detenerse en Costa Rica. Los países de América Central, de Nicaragua a México, se niegan a dejar pasar a los migrantes, blancos de las redes criminales, y exigen una respuesta política de Washington, principal responsable de la situación [1].
En efecto, los cubanos que entran ilegalmente a Estados Unidos son acogidos con los brazos abiertos, mientras que los clandestinos de otras naciones son inmediatamente arrestados y expulsados a su país de origen. Esta especificidad se debe a la voluntad histórica de Estados Unidos de usar la problemática migratoria para socavar la Revolución Cuban [2].
Desde su llegada al poder en 1959 Estados Unidos manifestó su hostilidad hacia el Gobierno de Fidel Castro. Abrió las puertas a los herederos del antiguo régimen militar de Fulgencio Batista, incluso a las fuerzas de seguridad implicadas en crímenes de sangre. Washington también acogió a la élite económica del país y favoreció la salida del personal altamente cualificado con la meta de desestabilizar la sociedad.
El impacto fue duro para Cuba. En un sector tan vitad como la salud, cerca de la mitad de los médicos cubanos, o sea 3.000, escucharon la llamada de las sirenas estadounidenses que les prometían una vida mejor. Ese episodio hundió al país en una grave crisis sanitaria. Las autoridades estadounidenses también incitaron a otros profesionales altamente cualificados a abandonar la isla para ofrecerles oportunidades económicas más lucrativas en Florida [3].
En su guerra contra Cuba, Washington decidió usar la problemática migratoria para desestabilizar el país. En 1966 el Congreso adoptó la Ley de Ajuste Cubano, única en el mundo, que estipula que todo cubano que emigre legal o ilegalmente, pacíficamente o por la violencia, el 1 de enero de 1959 o después, obtiene automáticamente el estatuto de residente permanente al cabo de un año y un día, distintas ayudas sociales (vivienda, trabajo, cobertura médica, etc.) así como la posibilidad de conseguir la ciudadanía estadounidense al cabo de cinco años [4].
Se trata de una formidable herramienta de incitación a la emigración ilegal. Así, desde hace más de 50 años el país más rico del planeta abre sus puertas a la población de un pequeño país del Tercer Mundo, con recursos limitados y víctima además de sanciones económicas sumamente severas. La lógica exigiría que la embajada de Estados Unidos en La Habana concediera una visa a todo candidato a la emigración en virtud de esa ley. Pero no es el caso. Al contrario, Washington limita severamente el número de visas otorgadas cada año a los cubanos con el fin de estimular la emigración ilegal y peligrosa e instrumentalizar las crisis con fines políticos. Así, sin visa, los cubanos que desean emigrar a Estados Unidos tienen que arriesgar la vida a bordo de embarcaciones de fortuna, con la esperanza de no ser interceptado por los guardacostas, o realizar largos periplos a través del continente a merced de los traficantes de personas y bandas criminales de toda índole.
El New York Times lanzó un llamado a favor de la abrogación de la Ley de Ajuste Cubano:
“Es tiempo de acabar con esta política, una reliquia de la Guerra Fría, que constituye un obstáculo a la normalización de las relaciones entre Washington y La Habana […] Este sistema hace el negocio de los traficantes de personas en América Latina y ha creado graves problemas a los países de Ecuador a México […] La administración de Obama debe negociar un nuevo acuerdo con el Gobierno cubano para que la emigración ordenada sea la norma […] Las autoridades estadounidenses son incapaces de explicar el tratamiento especial reservado a los cubanos, el cual contrasta con la fuerza que usa Estados Unidos contra los centroamericanos, incluso menores, cuando muchos de ellos huyen de su país para preservar su vida” [5]
Por otra parte, desde hace cerca de 10 años, Washington aplica también una política destinada a saquear a Cuba –país reconocido mundialmente por la excelencia de su sistema de salud– de sus médicos. En 2006 la administración Bush adoptó el Programa Médico Cubano cuyo objetivo es favorecer la emigración de los profesionales de la salud cubanos a Estados Unidos, ofreciéndoles la posibilidad de ejercer allí su trabajo. Este programa se dirige particularmente a los 50.000 médicos cubanos y otro personal sanitario que ejercen su profesión en las regiones rurales de 60 países del Tercer Mundo, brindando ayuda a las poblaciones desheredadas. El presidente Obama, en el poder desde 2009, no ha eliminado dicho dispositivo, a pesar de sus declaraciones favorables a una normalización de las relaciones con Cuba [6].
La abrogación de la ley de Ajuste Cubano y del Programa Médico Cubano es indispensable para alcanzar una relación apaciguada entre Cuba y Estados Unidos. Washington no puede esperar un entendimiento cordial con La Habana manteniendo legislaciones hostiles que ponen en peligro la vida de ciudadanos cubanos.
Así, a un año del acercamiento histórico del 17 de diciembre de 2014 entre Cuba y Estados Unidos, quedan muchos puntos de discordia entre ambos países. A guisa de ejemplo, el presidente Obama, a pesar de sus declaraciones positivas, todavía no ha usado sus prerrogativas para poner término a las sanciones económicas. Éstas afectan a las categorías más vulnerables de la población cubana y constituyen el principal obstáculo al desarrollo de la isla.

Salim Lamrani

Notas:

[1] El Nuevo Herald , “Presidente de Costa Rica viajará a Cuba en medio de crisis por migrantes”, 19 de diciembre de 2015.
[2] U.S Citizenship and Immigration Services , “Cuban Adjustment Act”, 1996. http://www.uscis.gov/green-card/other-ways-get-green-card/green-card-cuban-native-or-citizen (sitio consultado el 25 de diciembre de 2015).
[3] Elizabeth Newhouse, «Disaster Medicine: U.S. Doctors Examine Cuba’s Approach», Center for International Policy, 9 de julio de 2012. http://www.ciponline.org/research/html/disaster-medicine-us-doctors-examine-cubas-approach (sitio consultado el 18 de julio de 2012).
[4] United States Congresse , “Cuban Adjustment Act”, 2 de noviembre de 1966. https://www.gpo.gov/fdsys/pkg/STATUTE-80/pdf/STATUTE-80-Pg1161.pdf (sitio consultado el 25 de diciembre de 2015).
[5] The New York Times , «A New Cuban Exodus», 21 de diciembre de 2015.
[6] United States Department of State , «Cuban Medical Professional Parole Program», 26 de enero de 2009. http://www.state.gov/p/wha/rls/fs/2009/115414.htm ( sitio consultado el 25 de diciembre de 2015 ).

Doctor en Estudios Ibéricos y latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba, parole à la défense !, Paris, Editions Estrella, 2015 (Prólogo de André Chassaigne). Contacto: [email protected] ; [email protected] Facebook : https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel