sábado, octubre 16, 2010

Si los pueblos prosiguen en rebelión contra el sistema, el golpe seguirá rondando


Nadie debe extrañarse ni rasgarse las vestiduras, ni darse por sorprendido, sobre los amagos, asonadas, motines, levantamientos, revestidos de reivindicaciones sectoriales de toda índole, incluido reclamos regionales de la derecha en nuestros países,pues son parte del libreto que siempre han utilizadolos EE.UU. como caldo de cultivo, para ensayar fuerzas y de acuerdo a las situaciones concretas, postergar o desencadenar el golpe fascista militar.
Siempre la táctica es la misma, cuando existen gobiernos que no son sus seguros servidores y sus pueblos están en permanente movilización exigiendo la profundización de esos procesos liberadores, sus embajadas a través de sus mecanismos de acción directa como USAID, CIA, DEA y una serie de o­nG´s creadas con el objetivo de penetrar sectores sociales, redoblan su trabajo y en una constante labor de zapa, se convierten en grandes desestabilizadores de estos procesos de cambios.
Cuando se trata de gobiernos de las clases dominantes que son “clientes” del gobierno norteamericano como los denomina certeramente el compañero Petras, siguen con el mismo libreto pero a la inversa, utilizando sus mecanismos de penetración, pero esta vez para apoyar todas las medidas de este tipo de gobiernos entreguistas favorable a sus intereses,y cuando los pueblos ya no resisten tantas políticas fondo monetaristas, manoseo de sus riquezas naturales, de su soberanía y se rebelan , sacan a los custodios de sus intereses de clase, con sus tanques a las calles y reprimen masacrando a los pueblos.
Ese mismo libreto se repite con resultados diferentes, nos referiremos solamente a lo ocurrido al respecto en este comienzo de siglo.
En Venezuela en abril del año 2002, la furia fascista se desató en las calles de Caracas y en son de conspiración, avanzó hacia el Palacio de Miraflores pidiendo la cabeza del Presidente Chávez, los contactos y el apoyo público del imperio a los grupos de poder y los militares venezolanos golpistas, y con la conocida labor de tergiversación de los hechos por parte de los medios de comunicación de la derecha. Lograron confundir por unas horas a la gran mayoría del pueblo chavista, que luego con furia revolucionaria salió a las calles en todo el país y consiguió hacer retroceder a los sediciosos y así mismo evitó que se consuma el golpe fascista, restituyendo a su Presidente, que se encontraba secuestrado camino a ser desaparecido en caso de un triunfo de los golpistas.
Otro ejemplo, fue el golpe llamado “cívico prefectural”, que la derecha boliviana desató en agosto y septiembre del año 2008 en el oriente boliviano, con actitudes separatistas, quemaron y desvalijaron más de una veintena de oficinas del estado, y en actos de racismo puro, apalearon a bolivianos por no ser originarios del lugar (Santa Cruz) y con una serie de actos vandálicos de destrozos del canal y radio del Estado, hechos que culminaron con la masacre de campesinos en el Departamento de Pando, en septiembre del mismo año. El pueblo movilizado alcanzó frenar este golpe contra el gobierno de Evo Morales.
Una vez más quedó demostrada la participación de la Embajada Norteamericana, en todos estos aprestos y hechos subversivos, que sin duda alguna ya tenia concertada la participación en dicho golpe de estado, de sus agentes nativos que aún perviven en los aparatos militares y policiales, pero les falló. La dirigencia del gobierno y el pueblo movilizado en las calles del país cumplió, con sus organizaciones de masas para defender sus libertades políticas y sus conquistas logradas en largos años de luchas.
Siguiendo el mismo libreto, con el apoyo y la participación comprobada de los EE.UU. desde su base militar que mantienen en ese país, los grupos de poder de Honduras en junio del año 2009, utilizando mecanismos “legales”, y pretextando incumplimiento de las leyes, los militares hondureños, obedeciendo “ordenes del poder civil” sometieron al Presidente Zelaya y lo expulsaron del país. El pueblo no falló ante la historia y salió a las calles y con su sangre hasta hoy día sigue escribiendo una hermosa historia de lucha, al continuar reclamando las libertades democráticas conculcadas y amañadas por un nuevo gobierno impuesto, por la timorata OEA y con el beneplácito de los EE.UU.
Aquí falló la dirigencia para rescatar en su debido tiempo las libertades y conseguir restituir el gobierno legalmente elegido, El Presidente Zelaya, por su condición y formación ideológica, le creyó más a los EE.UU., a la OEA, a Arias y no así al pueblo hondureño. Los errores de las direcciones políticas, los pueblos los pagan muy caro.
Y lo que aún está calientito, el frustrado golpe en el Ecuador, en días pasados, donde ya lo dijimos en otro documento, el Presidente Correa, en una actitud valiente debió arriesgar su vida, para demostrarle al pueblo que lo eligió, que estaba al frente en defensa de su gobierno y de las conquistas logradas hasta el momento y que no “daría un paso atrás” ante las presiones de los golpistas por intentar hacer revertir una Ley dictada por la Asamblea Nacional. Esta campanada de alerta al Presidente Correa de parte de los grupos de poder y sus agentes que atentaron en contra de su integridad física, no le debe sorprender nada. Cuando se tocan los intereses del capital, la guerra es a muerte, no hay medias tintas, o se está con y para el pueblo con las medidas para favorecerlo, o se quiere dejar contenta a las burguesías, poniendo el “guiñador” o “luz de cruce” hacia la izquierda, pero yendo hacia la derecha. Aquí también gracias al pueblo que se movilizó inmediatamente sin cálculo alguno, se logró frenar o postergar el golpe.
Todos estos conatos y golpes de estado fascista que se enumeran en esta década, al igual que todos golpes fascistas del pasado, han costado muchas vidas de seres humanos, especialmente entre aquellos que salen a defender sus derechos, las libertades ciudadanas y la soberanía nacional y por la construcción de una nueva sociedad de iguales, los trabajadores, los campesinos y el pueblo que quiere ser constructor y actor de su propio destino.
Lo que está por demás demostrado es que nadie se atreve a dar un golpe en contra de un gobierno de las mayorías nacionales, y que desarrolla una política de liberación nacional, y que es contestatario a la política de injerencia de los EE.UU., si es que no tiene el apoyo y el pláceme de la embajada Norteamericana.
La experiencia y la práctica nos demuestran fehacientemente, que donde residen o comienzan y quienes auspician y fomentan los golpes de estado, es en lugares donde existen gobiernos de mayorías que han decidido por voluntad de sus pueblos, marchar hacia la liberación nacional. Además conocemos quienes son los que salen a las calles a defender los procesos de cambios. Entonces, sí no se toman los recaudos que el caso aconseja, nada en el futuro nos deberá extrañar, los intereses del capitalismo global y sus fascistas por convicción o por necesidad, siempre estarán ahí al acecho en forma permanente, como decía un tradicional político boliviano, “es difícil que un militar o grupos fascistas, resistan un cañonazo de dólares”.
Estamos advertidos todos, pero es obligación principal de los que gobiernan de tomar una serie de medidas, y hacer todo lo posible por investigar y desmontar en su caso, todo el aparato de penetración de los gringos, en los ejércitos y policías y organismos de seguridad nacional y si no los hubiere de lo cual tengo dudas razonables, en hora buena por los revolucionarios y pueblos que han tenido la desgracia de caer en sus garras.
Un estricto control por parte de los ministerios correspondientes encargados de chequear, revisar o autorizar el ingreso de personal de las embajadas norteamericanas, alverificar la cantidad de personal “diplomático” en nuestros países. No es deseable que una embajada gringa en un país de poca incidencia, de relaciones económicas, tenga una cantidad inmensa de funcionarios, que lo único que hacen es labor de penetración, y si fuera necesario que justifiquen un alto número de funcionarios, y que se les exija una dedicación exclusiva a sus funciones especificas solicitadas por su embajada.
Hay que revisar y analizar los convenios sucritos con los EE.UU., respecto a “ayudas militares”, “cursos de comando”, ”adiestramiento militar”, etcétera, o sea todo lo que signifique adoctrinamiento y teorías en contra de los pueblos y a favor del capital, así de claro.
Ya se hace repetitivo que los gobiernos acusen permanentemente y se denuncie a algunas o­nGs con nombres y apellidos, de ser parte de conspiraciones y desestabilizaciones y hasta hoy día no se hace nada al respecto, ya es hora de poner freno a está situación, existen las leyes y sólo falta la voluntad política para hacerla cumplir.
Revisión por parte del primer poder del Estado el Parlamento Nacional, de los programas de estudio y demás normas de los institutos militares y policiales, como una eficaz manera de cambiar las doctrinas, basadas en la “seguridad nacional” y “anticomunista” a favor y defensa de las clases dominantes, impuestas por el imperio a nuestros organismos militares y policiales durante demasiado tiempo.
Y lo más importante de la experiencia de los afanes golpista fallidos y otros consumados, hay que gobernar sin tapujos y sin miedos a favor de las mayorías nacionales, y esto se logra solamente implementando y profundizando políticas liberadoras del sistema capitalista. Primero son los pobres, ellos son el sustento y defensa principal de cualquier proceso de liberación de las garras del imperio norteamericano.
Si los gobiernos hacen su parte, los partidos políticos, corrientes, tendencias y organizaciones revolucionarias, estarán presentes al llamado de la historia y juntos todos solidariamente, hacer lo posible en lograr que los demás pueblos del continente, avancen hacia sus conquistas económicas, sociales y políticas, por la unidad de nuestra América Latina. Mientras haya lucha de clases y se profundicen las contradicciones contra el sistema, el golpe nos seguirá rondando. La lucha y resistencia será permanente hasta vencer.

José Justiniano Lijerón, ex Dirigente de la Central Obrera Boliviana (COB)

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