lunes, noviembre 28, 2016

"Esta explosión social no va a tener fin"



Primera parte de la entrevista con Miguel Ángel Pérez Suárez, investigador de la Universidad Nova de Lisboa especializado en la historia del movimiento obrero portugués entre 1974 y 1980.

Contanos el proceso en líneas generales
Antes que nada deberíamos hablar de la dictadura portuguesa y la importancia que tiene el conflicto de las colonias africanas. Portugal venía de una dictadura larga que había sido implantada en 1926 y tiene una evolución hacia los sistemas fascistas europeos. Obviamente a lo largo de tanto tiempo sufre muchas variaciones y cuando llega al final es difícilmente identificable como fascista pero tiene matriz fascista y represiva. Las víctimas de la dictadura no son numéricamente muchas, pero Salazar crea un sistema represivo altamente eficaz que evita la participación de la movilización social de raíz y los pocos que se movilizan son reprimidos. Por otro lado, hay un alto grado de consenso que se rompe en los años ’60. Va surgiendo una sociedad cada vez más parecida al Occidente de Europa, con otras pretensiones y prioridades. Y es en los años ’60 que estalla la “guerra colonial”, que en África se llama de “liberación nacional” y la derecha portuguesa la nombra como “guerra de ultramar”. Este tema de la guerra es el que destruye totalmente los consensos de la dictadura en las clases medias, ya que la movilización para la guerra de toda la juventud deshace la base de apoyo social que tenía la dictadura. La guerra supone para la juventud de clase media portuguesa un servicio militar de cuatro años, con por lo menos dos de servicio activo en África, con todo lo que ello implica en la vida familiar. Esto va a generar todo un movimiento de sectores refractarios, porque básicamente la familia portuguesa pasa a tener motivos para estar contra el gobierno. La guerra colonial radicaliza al movimiento estudiantil, que es muy dinámico hacia la caída de la dictadura, el 24 de abril de 1974. Por otro lado, otra cosa importante de la guerra colonial es que Portugal no tiene medios para vencer ni capacidad militar ya que es un ejército regular luchando contra fuerzas guerrilleras en territorio hostil, lo que también coloca las finanzas del Estado en una situación crítica antes de la revolución. El gasto militar representa el 46 o 47% del presupuesto del Estado. En septiembre de 1973 hay una asamblea clandestina de oficiales de baja graduación que se reúne por motivos corporativos pero que en una serie de reuniones sucesivas toma conciencia política, llega a la conclusión de que la guerra colonial tiene que tener una solución política y que para que haya una solución política tiene que caer la dictadura, y en febrero de 1974 toma la decisión de hacer un golpe militar para tirar al gobierno. El golpe se realiza el 25 de abril aunque hay una tentativa fallida en marzo y es recibido con un entusiasmo popular desbordante que se va a transformar rápidamente en una explosión social del norte al sur de Portugal. El 1 de mayo del 74 se organizan manifestaciones para festejar el día del trabajo, que son tremendamente masivas y que suponen un plebiscito al golpe de Estado y reflejan el apoyo que tiene el nuevo régimen. A partir del golpe del 25 de abril institucionalmente el principal depositario del poder es el MFA que crea una junta de salvación nacional compuesta por 6 generales, esta junta nombra un gobierno provisional civil y existe desde este momento el pleno ejercicio de las libertades civiles y democráticas y el compromiso de construir un régimen democrático con la promesa de celebrar elecciones libres en el plazo de un año. El gobierno provisional tiene representantes de los partidos de la oposición y de otros sectores, liberales, pero en particular, el PC, PS y MDP que es un frente de fuerzas de oposición que viene de la época de la dictadura. Este gobierno se forma a mediados de mayo y una de las primeras medidas es una ley constitucional que crea las bases de un Estado social en Portugal, con educación pública, seguridad social, servicio de salud pública y crea un salario mínimo nacional que en la práctica supone un aumento salarial para más de la mitad de la población activa.
¿Cómo es la participación de la clase trabajadora en todo este proceso?
Esta ley de bases del Estado social, ya se promulga en medio de una oleada de huelgas sin precedentes en Portugal, es una oleada de huelgas muy vasta, empieza en Lisboa, se extiende a toda la capital y llega a todos los puntos industriales significativos del país. Son huelgas son en primer lugar reivindicativas. Se exigen mejores salarios y condiciones de trabajo, pero hay reivindicaciones políticas importantes, en aproximadamente un tercio de ellas se exige el “saneamiento” de los cuadros y empresarios más represivos y más identificados con la dictadura. A nivel organizativo, surge de estas huelgas, que son huelgas a nivel de empresas, una red muy extensa de Comisiones de Trabajadores electas en asambleas, que es una realidad muy magmática que es muy difícil de cuantificar pero que podrá haber sido de tres a cuatro mil comisiones de este tipo, posiblemente agrupando a la gran mayoría de la población activa asalariada. Este aspecto es importante porque existía un aparato sindical corporativo creado por la dictadura dentro del cual la oposición y en particular el PC habían hecho trabajo y habían conquistado la dirección de algunos sindicatos corporativos. De estos sindicatos ya en 1974 se había creado una coordinadora que después el 25 de abril aparece legalmente y encabeza la conquista del aparato sindical corporativo en su conjunto.
¿Cómo funcionaban estas comisiones de trabajadores?
Normalmente lo que ocurría en las empresas es que los trabajadores que tenían ideas de izquierdas organizan asambleas en las que se vota un cuaderno de reclamos y se elige una comisión representativa. Esto ocurría masivamente después del 25 de abril, se hacen asambleas y se votan comisiones provisionales. Se presentan los cuadernos reivindicativos a la patronal si acepta no hay huelga si no, hay huelga, en general los conflictos son cortos y terminan en victorias, con los cuadernos reivindicativos aceptados casi íntegramente.
¿Surgen otros movimientos populares?
Al lado de todas las huelgas surgen otros movimientos populares y sociales importantísimos en las áreas urbanas y en particular Lisboa y Oporto, empiezan a surgir comisiones de vecinos, que se enfrentan a los problemas de todo tipo que había en los barrios humildes de las ciudades. El de los vecinos es un movimiento que es muy importante porque va a ir a formas de acción directa enfrentando problemas muy graves de los barrios menos ricos de las grandes ciudades, falta de servicios sociales, falta de espacios de ocio y socialización, y van a asumir formas de lucha muy importantes.
También a partir del movimiento huelguista de la industria, este movimiento se proyecta a los campos de latifundios del sur de Portugal, que desata un proceso muy importante de movilización social que en junio/julio ocupa los principales latifundios del país. Una idea importante es que esta explosión social no va a tener fin. La guerra social acaba de empezar y se mantiene más o menos en avance hasta el final del proceso en otoño del 75.
¿Qué nivel de poder social y político lograron las comisiones y qué política tenían las organizaciones de izquierda?
Las comisiones de trabajadores, de vecinos (moradores) y otros órganos en el campo a otros niveles en mi opinión configuran lo que son órganos de dualidad de poderes. El gran problema en particular de las comisiones de trabajadores es que nunca se van a centralizar ni unificar y esto está totalmente relacionado con la línea política del PC que es el partido hegemónico del movimiento. El PC tiene una línea de tradición stalinista de dividir la revolución en dos fases y la no asunción de tareas socialistas en esta fase de la revolución. Como yo creo que la cuestión del partido es fundamental, este aborto del doble poder se debe a la falta de una línea de dirección política revolucionara. Es significativo que a nivel de la comisiones de vecinos rápidamente se alcancen niveles de organización a escala regional y nacional. Era un movimiento un poco más independiente del PC y no era movimiento obrero que era la parte más esencial del PC. Esto ocurre en las organizaciones de vecinos, mientras que en las de trabajadores hay una primera coordinación a finales de 1974 la comisión inter-empresas es una coordinadora hegemonizada por la izquierda revolucionaria: UDP, PC(R), la generalidad de los grupos de extrema izquierda, MES, PRP que eran partidos con implantación obrera, un partido maoísta MRPP, que si no la apoya explícitamente tiene militantes que participan en esta iniciativa, que consigue organizar una movilización de masas en febrero de 1975. Esta coordinadora se extingue por sí misma y ya en verano del 75 hay una coordinadora que se llama Cinturón Industrial de Lisboa que es organizada por el PC y que es lo que ahora sigue existiendo como sigla de la coordinadora de CT.
¿Cuáles son los elementos que permiten analizar estas comisiones como experiencias de dualidad de poderes?
La cuestión de si son órganos de doble poder o no, no es sencilla y es lo que comentaba antes, yo creo que para que haya un doble poder revolucionario tiene que haber un partido revolucionario no dando la línea de una forma autoritaria pero que establezca un diálogo con el movimiento de una forma global y que consiga que la línea revolucionaria sea de todo el movimiento. En la medida en que el PC no cumple este papel, este proceso de constitución de un doble poder aborta. Sí es verdad que durante el proceso revolucionario, sectores de la izquierda militar y algunos grupos de las izquierdas revolucionarias asimilan estas experiencias a un poder soviético o formas de doble poder e incluso en el seno del ejército surge una corriente de izquierda revolucionaria que se identifica con el Gral. Otelo Saraiva de Carvalho y llega a plantear en el verano del 75 una estructura de democracia directa y poder popular que se basa en estas comisiones. Esto es en agosto del ’75 pero son proyectos hechos desde arriba, burocráticos y no pasan del papel salvo una excepciones como la de Setúbal una ciudad industrial al sur de Lisboa, muy importante, donde las comisiones de vecinos y de trabajadores se coordinan de forma temprana y donde la izquierda más de izquierda tiene un papel muy influyente. Es importante porque en la ciudad de Setúbal hay varios fenómenos interesantes, la existencia de estas coordinadoras juntas, un periódico regional en autogestión y que se hace la voz del poder popular en la ciudad y retrospectivamente hay que señalar que en el año 76 cuando vienen las elecciones presidenciales y Otelo es candidato es el más votado en el distrito de Setubal, llega al 42% de los votos. Esta corriente de la izquierda militar se escinde en el verano del 75, surgen varias tendencias, una moderada que es el grupo de los 9, la de Vasco Goncalves próximo al PC y una más de “ultra izquierda” que es la que encabeza un poco Otelo y se identifica con grupos de extrema izquierda, en particular con un grupo guevarista PRP, un grupo pequeño pero que tiene alguna implantación obrera, sin dejar de ser un grupo pequeño en ningún momento.
También se dieron ocupaciones de fábricas, contanos un poco sobre eso....
La forma de lucha ocupación del lugar de trabajo aparece desde los primeros conflictos que ocurren desde el 25 de abril pero son ocupaciones como forma de lucha. La autogestión se empieza a multiplicar en otoño del 74 y responde a la amenazas directa de desempleo, falta de pago de salarios y la huida de patrones a España, Brasil u otros países. No hay un número acabado, pero se calcula que hay de 800 a 900 empresas en autogestión del ’74 al ’75, con situación legalizada ante el estado. Al lado de estas empresas hay unas 300 que son intervenidas por el Estado, con una norma legal que le permite cesar las comisiones administrativas de empresas privada y poner gestores del estado. Las autogestionadas en general son pequeñas empresas y las intervenidas son empresas estratégicas, con dimensión mediana o grande y que van a ocupar en la economía portuguesa el lugar de grandes empresas: una cadena de supermercados, empresas de construcción, el corcho, que tienen un significado económico por una cosa u otra, emplean muchos trabajadores o influyen en el ingreso de divisas. Al lado de esta realidad todo el sector financiero y sector industrial básico y transportes nacionalizados y dinámicas de participación de los trabajadores muy radicales dentro de las empresas. Sobre la autogestión, el proceso entrará en una inversión en los años finales de la década de los 70 en un contexto político de austeridad y de intervención del FMI en la economía portuguesa, en el 77 empieza la austeridad y la intervención del FMI en el 78.

Juan Dal Maso
juandalmaso@gmail.com

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