A partir de ahora habrá en el cuarto oscuro una sola boleta para cargos nacionales, encabezada por los 5 primeros candidatos de cada fuerza. El elector deberá marcar su voto por cada categoría nacional (presidente-vice, senadora/a, diputado/a) en esta única papeleta, que ensobrará e introducirá en la urna. A esto se reducirá el sistema “que los argentinos utilizaran para elegir sus representantes en los próximos 100 años”. Lo que cambia con la boleta única es que terminaría con el robo de boletas por parte de los punteros y con la ‘demora’ en que lleguen las boletas desde el Correo en perjuicio de alguna fuerza. La función de los fiscales se limitará a la contabilización de votos y registro de los resultados finales. Todavía, sin embargo, falta que ocurra lo mismo con la votación a cargos provinciales (gobernadores, senadores, diputados, intendentes y concejales), de lo contrario los punteros seguirán con su trabajo. La intención final de los propulsores de esta reforma es separar, en un futuro próximo, las elecciones nacionales de las provinciales en todos los distritos, algo que ya ocurre, entre otros, en Catamarca, Salta, Santa Fe.
La boleta única, con las candidaturas distribuidas por categorías, favorece la disociación entre el voto al Ejecutivo del voto al Legislativo, que en la actualidad requiere el corte de boletas. La variante de que el Ejecutivo no cuente con una mayoría parlamentaria (relativa), no constituye una parlamentarización del régimen político, que sigue siendo ultra presidencialista (incluido el gobierno por medio de DNUs). Esto ya ha venido ocurriendo como consecuencia de que la renovación parlamentaria (cada dos años) no es total sino por tercios. Estamos, en definitiva, frente a operaciones de laboratorio por parte de quienes sostienen que la crisis de los regímenes políticos es “de representación”, y no la expresión del agotamiento de un régimen de explotación social y de rivalidad capitalista internacional, con su secuela de guerras internacionales y barbaries. La separación del voto en categorías apunta a debilitar el efecto arrastre de un candidato ‘populista’, otra onda de moda de la tendencia ultraneoliberal, o mejor, ´liberticida´. Con el nuevo sistema, los punteros son reemplazados por “trolls” y mafias empresariales que controlan las redes sociales. El presupuesto económico para una campaña electoral se encarece, al servicio de las grandes compañías y fondos de inversión.
El nuevo sistema no elimina la vituperada ‘”lista sábana” – sólo la convierte en clandestina. Se publican los cinco primeros candidatos, el resto se esconde, precisamente, en la ‘sábana’. Las “listas completas” se pegarían en un afiche en las escuelas el día de la votación, para dejar plantada una coartada a este delito político. UxP hizo una cerrada defensa del sistema electoral vigente, y lo dejará en pie en la provincia de Buenos Aires. Los ‘trolls’ y los punteros se harán compañía. Pero dada la crisis del peronismo, este sistema mixto (boleta única nacional con boletas varias provinciales), podría romper la unidad monolítica de los intendentes con CFK y preparar, en un eventual 2027, la postulación de candidaturas enfrentadas.
Los diputados nacionales del FITU se abstuvieron señalando que la boleta única no es una prioridad en la agenda del pueblo y que “no modifica los problemas estructurales del sistema electoral”. El problema estructural del sistema electoral es, sin embargo, el régimen estatal burocrático opresor integrado a la explotación capitalista. El Chat GPT no ha evolucionado lo suficiente como para ofrecer estas caracterización, propia del socialismo militante.
Llamamos a los trabajadores a aprovechar las próximas elecciones para, precisamente, esto: desarrollar una campaña socialista militante que sirva para acelerar la partida de este gobierno y establecer un gobierno de trabajadores.
Emiliano Fabris
04/10/2024
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