domingo, marzo 09, 2025

Inundación en Bahía Blanca, no es un ¨desastre natural¨


En la madrugada de ayer, un diluvio cayó sobre la ciudad de Bahía Blanca. Luego de varias jornadas con calor récord, con temperaturas que superaron los 37° C, el ingreso de masas de aire frío desde el sur, en una época del año que es de transición entre el verano y el invierno, provocó lo que muchos meteorólogos ya venían advirtiendo, posibles tormentas MUY fuertes. Los fenómenos meteorológicos de este tipo son esperables en este período del año, al igual que en la intersección entre el invierno y el verano, de esas fuertes tormentas, en agosto-septiembre, la cultura popular ha identificado a una con el nombre de ¨Tormenta de Santa Rosa¨. En el marco del Cambio Climático que el planeta viene sufriendo, que se observó con el calor de esta semana, pero que vuelve a aparecer con estas lluvias, todos los fenómenos regulares conocidos por la ciencia meteorológica se exacerban, cambiando la calidad de los mismos y la mecánica de su comportamiento. Lo que todo esto significa es que cada uno de los elementos que se conjugaron en la tormenta y en las inundaciones de Bahía Blanca son perfectamente conocidos, esperables y abordables. Hablar, en este contexto de desarrollo del conocimiento de la ciencia y de la política del cambio climático, de ¨desastre natural¨, omite la responsabilidad del estado y en particular del gobierno liberticida de Milei, quien viene librando sistemáticamente a los trabajadores afectados por estos fenómenos a su propia suerte. 
 Hasta ahora, se habla de una acumulación de 300 mm de agua, caídos en media mañana. La inundación ha destruido centenares de casas y ya hay más de 1000 evacuados, incluyendo personas mayores y discapacitados. Se cuentan de momento 6 fallecidos. La lluvia ha obligado al municipio a activar el protocolo de desastres, cortando la luz de la ciudad. Los trabajadores de Bahía Blanca están soportando, en un estado de shock que traspasa la pantalla de la tele, la inundación, la pérdida y el apagón. El Hospital Penna, especializado en neonatología, se inundó, llegando el agua a más de un metro y obligando al traslado de pacientes y de la sala de neonatología a pisos superiores. Todo esto sin la menor aparición, hasta el momento, del gobierno nacional, que la semana pasada desmanteló el área de vivienda encargada del abordaje de desastres y atención de damnificados. El gobierno del negacionismo climático despidió también personal del Servicio Meteorológico Nacional, herramienta fundamental para planificar el abordaje de la inundación. Ese negacionismo es el que sustenta el planteo que rige toda la política del gobierno frente a estos fenómenos meteorológicos extremos: ¨yo se que ustedes se van a arreglar¨. El negacionismo climático, sustenta una política de desidia que redunda en grandes pérdidas para la clase obrera porque, de seguir así, saldremos de esta situación con una infraestructura de vivienda, barrios y hospitales más deteriorada que lo que estaba antes de la inundación. 
 Es fundamental organizarse frente a este desastre y reclamar la inversión del estado. Que se aborde a los damnificados con la correcta atención sanitaria y se garantice su hospedaje provisorio. Que se releven los daños y el estado se haga cargo de la reconstrucción. Reincorporación de todos los trabajadores del Estado despedidos y pase a planta permanente de todo el personal de las áreas relacionadas al abordaje de desastres naturales.

 Patricia Urones 
 08/03/2025

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