martes, mayo 20, 2025

Movilizaciones y huelga general en Panamá


En contra de la reforma jubilatoria, la injerencia militar yanqui y la minería a cielo abierto. 

 Desde el 23 de abril los docentes panameños de todo el país están en huelga contra la reforma previsional estipulada por la ley 462. El SUNTRACS (trabajadores de la construcción), los trabajadores de las fincas bananeras y las comunidades indígenas se han ido uniendo paulatinamente a la huelga por tiempo indefinido. 
 Los trabajadores de la salud y el movimiento estudiantil también se sumaron a las protestas que fueron convocadas por las centrales sindicales sólo cuando se mostraron imparables.
 Desde hace 20 días hay movilizaciones multitudinarias y más de 400 piquetes reclamando contra la reforma previsional, la reanudación de los trabajos en la minera Panamá y el Memorándum de entendimiento con Estados Unidos que le permite a éste asentar tropas en territorio panameño y le habilita el control de parte del territorio con inmunidad (impunidad) para cada uno de sus efectivos.
 En el caso de los bananeros de Boca de Toro, el reclamo en particular es por una reforma laboral que los afecta, y el gobierno inició las negociaciones para ceder y descomprimir, reglamentando la Ley 45, que es reclamo de los trabajadores. 
 En conferencia de prensa, los docentes y las comunidades indígenas llamaron a la resistencia y dejaron en claro que no están reclamando ninguna mesa de diálogo ya que la huelga sólo será levantada cuando deroguen la ley 462, que reemplaza el sistema de reparto por un sistema de fondos individuales, aumenta la cantidad de años de aportes para acceder a la jubilación y disminuye los haberes. A su reclamo también le sumaron el rechazo al acuerdo con Trump -que habilita su injerencia militar-, el rechazo a la minería a cielo abierto y al embalse del río Indio que inundaría a las poblaciones aledañas. 
 El año pasado las multitudinarias movilizaciones contra la mina de cobre a cielo abierto evitó su reapertura en Donoso, pero ahora el presidente Mulino vuelve a la carga a pesar de que en 2023 la justicia había declarado que la mina era una amenaza al derecho a la vida y a la salud -debido a su ubicación en el corredor biológico mesoamericano- y a pesar de que los habitantes de la zona habían reportado un aumento excesivo en enfermedades renales desde su puesta en marcha en 2013.
 La resistencia contra el Memorándum con Trump retoma el camino marcado por la memoria histórica que repudia el control del canal durante el siglo XX por Estados Unidos y la invasión yanqui en 1989. Las banderas reivindicando la soberanía nacional y en contra el imperialismo aparecen cada vez con mayor presencia en las movilizaciones, sobre todo por parte de los estudiantes. 
 Trump logró este acuerdo para desplegar tropas como parte de su plan para retomar el control del canal cuya ubicación es estratégica para el intercambio comercial y una posible contienda bélica.

 La represión 

Hay casi 200 detenidos con causas judiciales en marcha, entre los que se encuentran numerosos líderes sindicales e indígenas. 
 El gobierno reprimió las movilizaciones en todo el país con detenciones, balas de goma y gases lacrimógenos arrojados al cuerpo. También irrumpió en las viviendas con gases para perseguir a los manifestantes. Hay denuncias de tortura a los detenidos en Darién. También violó la autonomía universitaria entrando a la Universidad de Panamá para perseguir a los manifestantes. A los docentes en huelga les tienen retenido sus salarios de abril, pero a pesar de todos los esfuerzos represivos el movimiento crece, con familias enteras sosteniendo los piquetes y estudiantes secundarios que se suman a la lucha. 
 En algunas provincias los gobernadores impusieron el toque de queda, aunque fueron desautorizados por el centroderechista presidente Mulino por miedo a estar tirando más nafta al fuego. Mulino -quien asumió con el 34 % de los votos sobre poco más de un 70 % de participación en las urnas- no cuenta con ningún apoyo popular. 
 La huelga comenzó por los sindicatos de base. A pesar de que muchos de los sindicatos docentes son parte de La Alianza Pueblo Unido por la Vida, no hubo en un inicio una convocatoria de la Alianza ni de las centrales sindicales, quienes se sumaron con el llamado a huelga consumado y están pretendiendo ponerse a la cabeza.
 El paquete de reformas es lo que despertó la lucha por cada reivindicación particular, pero nítidamente, cada una de ellas, se ve como parte de un mismo plan imperial de una potencia en decadencia que pretende recuperar su patio trasero en el contexto de la guerra mundial. La necesidad de unir las reivindicaciones obreras y populares con la lucha por la soberanía abreva en las masas panameñas y es un obstáculo para los planes de Trump.

 Aldana González 
 19/05/2025

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