La salida de los cinco dirigentes de la derecha venezolana que se encontraban asilados en la embajada argentina en Caracas desató la euforia internacional de la derecha. El Secretario de Estado de Donald Trump, Marco Rubio, aseguró en su cuenta de X que se había procedido a una “operación de extracción” en la embajada argentina, cuyo detalle es “información clasificada”, según la vocera de la Casa Blanca.
El gobierno de Venezuela, a través de Diosdado Cabello, en cambio, aseguró en la televisión pública venezolana que la salida de los asilados -todos colaboradores del partido de Corina Machado, Vente Venezuela- fue resultado de una negociación con los Estados Unidos. Incluso aseguró que la madre de Machado abandonó el país, autorizada por el gobierno, desde el aeropuerto internacional Simón Bolívar. Como prueba de ello, Cabello exhibió el boleto de avión y el permiso para residir en un hogar para adultos mayores. Las declaraciones de Cabello han sido las únicas pruebas públicas presentadas no revelan en qué consistió esa negociación.
Luego de la revocatoria de los permisos para que Chevron explote la cuenca del Orinoco, las negociaciones entre el imperialismo y el gobierno venezolano nunca se interrumpieron. Richard Grenell, enviado especial de Trump y una persona de confianza del magnate, habría mantenido reuniones formales en el Palacio de Miraflores y obtenido la libertad de 5 presos estadounidenses, en un caso diferente al actual. Rubio y el enviado especial para América Latina, el gusano Claver-Carone, entre otros, ofrecieron la versión de una operación de rescate tipo CIA
Según Claver-Carone, el operativo demuestra la “debilidad” y “la crisis que atraviesa a la seguridad nacional y las fuerzas del régimen chavista”. Corina Machado se subió a este carro, luego del fracaso de la oposición para imponer el resultado electoral
Los asilados se encontraban fuertemente vigilados -las versiones aseguran que el madurismo compró las casas circundantes a la embajada para monitorear las 24 horas- no podrían haber escapado del país sin algún tipo de disposición interna.
Desde hace un año, Maduro ha reclamado dos condiciones para ofrecer un salvoconducto a los asilados de la embajada argentina: la liberación de una persona “políticamente cercana al chavismo presa en Argentina” -se sospecha que se refiere a Milagro Sala- y la liberación del exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, arrestado en la embajada mexicana cuando solicitaba asilo, en 2024. Mientras tanto, se continúan negociando en las sombras la reposición de las licencias para las operaciones de empresas petroleras norteamericanas y europeas en Venezuela.
El gobierno de Milei quiso subirse al barco de la operación, pero estas versiones fueron desacreditadas, indirectamente, por el propio Marco Rubio, quien declaró la participación excluyente de su país en las operaciones.
El gobierno de Maduro ha demostrado su apertura a negociar con el imperialismo, en un cuadro social de catástrofe humanitaria en su propio país.
Joaquín Antúnez
16/05/2025
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