Para garantizar la gobernabilidad y los negocios de los capitalistas en las provincias.
Los gobernadores Vidal, Torres, Llaryora, Pullaro,Sadir
Gobernadores de cinco provincias (Córdoba, Santa Cruz, Santa Fe, Jujuy y Chubut) han acordado un rejunte al que bautizaron "Grito Federal"; el término "grito" en Argentina ha estado ligado a movimientos de protesta, como el Grito de Córdoba que en 1918 dio lugar al nacimiento de la reforma universitaria que sacudió a toda América Latina, o el Grito de Alcorta como se conoció a la huelga agraria ocurrida en 1912 en la localidad de Alcorta, en Santa Fe cuando pequeños y medianos arrendatarios rurales se rebelaron contra las condiciones abusivas impuestas por los terratenientes. Este es todo lo contrario.
El Grito Federal es la reivindicación del ajuste a nivel nacional y el que los gobernadores firmantes (y todo el resto) ejecutaron contra los trabajadores en sus territorios. Lo reconocen explícitamente y lo declaran “innegociable” en su declaración fundacional: “Todos, el gobierno nacional y nuestros gobiernos provinciales, hemos hecho los ajustes necesarios para conseguir en la Nación y las Provincias el equilibrio fiscal imprescindible para avanzar en los cambios que necesitábamos en forma sustentable… Ese esfuerzo de todos los argentinos es innegociable”. De todo esto pueden dar fe los trabajadores de esas provincias: mientras se reunían en la Casa de Chubut en CABA –con el exgobernador Schiaretti también- los docentes de esa provincia estaban de paro, los de Santa Cruz cumplían el último de los 3 días de huelga, al igual que los de Jujuy; en todos el reclamo es el mismo: la miseria salarial, la destrucción de la educación, el derrumbe de la salud, conflictos que se viven en todas las provincias incluida la de Buenos Aires. En los hechos, estos gobernadores les han ordenado a sus diputados y senadores aprobar aspectos claves de la Ley Bases, el RIGI, y han apoyado muchas políticas antipopulares de Milei, las diferencias no son para mejorar los presupuestos de educación o salud, ni para enfrentar los recortes del gobierno nacional, sino para defender los negocios de los sojeros, de las mineras, de las petroleras y de los sectores concentrados del capital.
El “Grito Federal” lo que reclama es compartir el botín del ajuste, el objetivo es armar un acuerdo en el parlamento. El aspecto electoral del acuerdo es que van a pelear en octubre en sus provincias con listas separadas del mileísmo y del PJ; quieren ganar “voces” en las cámaras para hacer lobby y responder a los reclamos de los capitalistas locales. Por ejemplo Llaryora de Córdoba y Pullaro de Santa Fe en nombre del capital agrario se pusieron al frente de la campaña contra las retenciones, y es claro que la rebaja anunciada por Milei en la Sociedad Rural no satisfizo, quieren su eliminación –lo que seguramente al igual que la rebaja será compensada con más ajuste sobre los trabajadores.
A la hora de lo “concreto” señalaron que van a impedir un veto sobre las leyes votadas por el Senado referidas a los fondos para las provincias –ATN y el reparto del impuesto a los combustibles líquidos. Cuando a Torres le preguntaron si iban a actuar igual con el veto al aumento a los jubilados y la asistencia en discapacidad no dio respuesta.
Los alcances de este “Grito” están claros en su contenido de clase, es decir, de los intereses que defiende, pero no en su consistencia: a pesar de que se hayan jurado “cohesión y permanencia en el tiempo” la sola pretensión de obligar al gobierno a concesiones es una vía para la negociación que puede partir este acuerdo. La posibilidad de ampliar el acuerdo dependerá también de negociaciones, lo mismo que la reconfiguración de los bloques en el Congreso –que sería después del 10 de diciembre. .
Todo esto no quita que el agrupamiento es un síntoma de la crisis que envuelve al gobierno de Milei como resultado del fracaso de su “plan” económico. No es casual que los firmantes se propongan “contribuir a la gobernabilidad de la Argentina” (garantizando el ajuste).
En síntesis en engendro “opositor” para garantizar la esencia del ataque contra los trabajadores.
Eduardo Salas