martes, junio 25, 2024

La crisis del sistema imperial | con Claudio Katz

José “Pepe” Guerra: se apagó una voz de denuncia y protesta


El pasado jueves 13 de junio, a los 80 años, a causa de un cáncer, falleció un músico y cantante reconocido en el Uruguay. Artista que con su canción y su poesía acompañó importantes luchas del pueblo trabajador. 
 Nacido el 31 de octubre de 1943, en la ciudad de Treinta y Tres. A los 17 años crea, junto a Braulio López, el duo Los Olimareños. Nombre en homenaje al Río Olimar, que baña las orillas de su ciudad natal. 
 Así como Víctor Jara y los Quilapayún en Chile, el Cuarteto Zupay y Mercedes Sosa en la Argentina, Caetano Velloso y Chico Huarte en Brasil, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en Cuba, por nombrar algunos, Los Olimareños marcaron un antes y después en la música popular rioplatense. Mezclando Folklore, murga, tango y candombe expresaron la lucha del pueblo que se levanta contra los gobiernos del hambre, el ajuste, la miseria y la represión. 
 En su repertorio, que supera los cuarenta discos grabados, pueden reconocerse obras que han quedado internalizadas en el cancionero popular, como: 
 Angelitos Negros: relato del deceso de un niño de barriada humilde. Suceso, lamentablemente cotidiano, a causa de las políticas de barbarie, que descarga el Estado burgués, y el régimen capitalista por sobre el pueblo laburante. “Si sabes pintar tu tierra / Oye tu tierra / Si has de pintar tu cielo / Como el que tuesta blancos / Como el sol que suda negros / Aunque la virgen sea blanca / Píntame angelitos negros”. Este es Mi Pueblo: A ritmo de candombe, homenajea su fuerza de lucha. “Este es mi pueblo / El de siempre / El de toda la vida / El que ofrenda su vida / Y su sangre por la libertad”. 
 Y su más aclamada y emotiva Milonga del Fusilado. Canción, como lo dice su titulo, en homenaje a los todos los caídos en la lucha contra el ajuste y la represión, en la historia del movimiento obrero. Letra que nos lleva a los 30 mil compañeros detenidos desaparecidos en la dictadura cívico militar, a Darío y Maxi, masacrados en Avellaneda, en 2002, por el aparato represivo del Estado, a cargo de Eduardo Duhalde (PJ), y a Mariano Ferreyra. “Mi tumba no anden buscando / Porque no la encontrarán / Mis manos son las que van / En otras manos tirando / Mi voz, la está gritando / Mi sueño, el que sigue eterno / Sepan que solo muero / Si ustedes van aflojando / Porque el que murió peleando / Vive en cada compañero”.
 El 23 de febrero de 1973 se produce en Uruguay el golpe de Estado cívico militar (que dura hasta 1985) encabezado por Juan María Bordaberry. Al año siguiente, Los Olimareños son prohibidos, censurados y perseguidos, motivo que los obliga a exiliarse. Al igual que un conjunto de artistas, como Mario Benedetti, Daniel Viglietti, Alfredo Zitarrosa y Aníbal Sampayo, entre otros. En el ’76, el compañero musical de Guerra viaja a la Ciudad de Córdoba, donde es detenido por un año. En 1977, de forma obligada parten a Europa, donde continúan su canción. 
 Terminada la dictadura, el 18 de mayo de 1984, retornan al Uruguay. Seis años después el dúo se separa y cada cual continúa su carrera de forma solista. Con la llegada del siglo XXI, efectúan recitales juntos, pero solo para ocasiones especiales, como aniversarios del 23 de febrero, algunas ocasiones del 24 de marzo en Buenos Aires, y del festival Cosquín. 
 En tiempos de gobiernos ultraderechistas, de los dos lados del Río de la Plata, con sus fuertes medidas ajustadoras, anti derechos y represivas, en búsqueda del perdón a los genocidas, desarrollando un fuerte discurso negacionista, más que nunca, que siga sonando su música, y que fluya su poesía militante, en homenaje a “Pepe” Guerra, para “…que se mueran los lobos / Los que siempre decían “El peso lo arregla” / Los que mataban sin culpa / Al chico de la camisa / Y exprimían al obrero / Dejándolo seco de vida” (El Hombre del Mameluco).
 Se ha ido un hombre que la ha puesto voz y música a la lucha del pueblo uruguayo y latinoamericano, demostrando cómo el arte y la cultura son herramientas fundamentales en la construcción de la conciencia del pueblo trabajador. Impulsándolo a ganar las calles por sus derechos y reivindicaciones históricamente postergadas. 

 Maxi Robes

En tres meses, Milei destruyó más de 400 mil puestos de trabajo


Llevó la desocupación al 7,7% en el primer trimestre 2024. 

 Javier Milei logró que, en el transcurso de tres meses, la tasa de desocupación haya pasado del 5,7% al 7,7%. Sumado a los despidos en el Estado, las patronales hacen lo suyo descargando sobre sus trabajadores el peso de las políticas recesivas del gobierno. 
 El dato fue arrojado por el último informe del Indec sobre “Mercado de Trabajo”, correspondiente al primer trimestre 2024. Este salto en la desocupación, obedece, por un lado, al reguero de despidos en el sector público como parte del ajuste fondomonetarista, y, por otro, a las cesantías en el ámbito privado, con la recesión económica como telón de fondo. Según Cepa, entre el cuarto trimestre 2023 y el primer trimestre 2024, se destruyeron 404 mil puestos de trabajo. 
 Sucede que a través de la paralización de la obra pública, la apertura de importaciones y el retroceso del consumo (fruto del desplome salarial), el gobierno ha constituido un cuadro verdaderamente recesivo. Sin ir más lejos, según el propio Indec, en el primer trimestre del año el PBI cayó 5,1%, en términos interanuales. El producto bruto se derrumbó especialmente en el sector de la construcción (-19,7%) y de la industria manufacturera (-13,7). En ese sentido, la Formación bruta de capital fijo tuvo un descenso del 23,4%. 
 Los capitalistas le pasan la factura de la crisis a sus trabajadores, dejándolos sin empleo. En muchos casos, incluso, estamos hablando de empresarios que han amasado fortunas y tienen la espalda suficiente para preservar los puestos de trabajo. La reforma laboral recientemente aprobada en el Senado agravará la desocupación ya que abarata enormemente los despidos quitando sumas del cálculo de las indemnizaciones, legalizando el trabajo informal, extendiendo el período de prueba, estableciendo el fondo de cese laboral, etc. 
 Finalmente, la persecución por parte del gobierno al movimiento piquetero busca evitar que los nuevos contingentes de desocupados encuentren un canal para organizarse por trabajo genuino. 
 A su vez, entre el cuarto trimestre 2023 y el primer trimestre 2024, la tasa de población económicamente activa (personas que tienen empleo o están buscando uno) disminuyó 0,6 p.p. Como vemos, rige el famoso “efecto desaliento”, donde aumenta la desocupación pero algunos desisten de buscar trabajo ante la desesperanza de no encontrarlo. Al mismo tiempo, la presión sobre el mercado laboral, entre los desocupados y los ocupados que están buscando más trabajo porque no les alcanza el sueldo, aumentó del 27,4% al 29,5%. 
 También pasó del 2% al 9% el porcentaje de trabajadores que “no trabajaron en la semana”. Dicho fenómeno probablemente responda a la proliferación de suspensiones con reducción salarial en el conjunto de la industria. Es sumamente preocupante ya que las mismas suelen configurar la antesala de despidos masivos. 
 Necesitamos enfrentar los despidos y las suspensiones con el paro y la ocupación de planta. Derrotemos a este gobierno construyendo desde abajo la huelga general. Es Milei o los trabajadores.

 Sofía Hart

La responsabilidad estatal en la desaparición de Loan


Están involucrados un comisario, un capitán de la Marina y una funcionaria de La Libertad Avanza. 

 El país entero se encuentra conmocionado por la desaparición de Loan Danilo Peña, el niño correntino de cinco años que fue visto por última vez el 13 de junio, en un almuerzo familiar en la casa de su abuela paterna. Se sospecha que pudo haber sido secuestrado con fines de trata de personas y, gracias a la movilización popular, ya hay seis personas detenidas, entre ellas el comisario del pueblo, un militar retirado y una funcionaria local perteneciente a La Libertad Avanza. 
 Todo ocurrió en una zona rural de la comuna de 9 de Julio, provincia de Corrientes. En la foto tomada durante el almuerzo donde el niño fue visto por última vez aparecen Catalina Peña (abuela de Loan), José Peña (papá de Loan), Bernardino Antonio Benítez (tío de Loan), Daniel Ramírez y Mónica Millapi (matrimonio allegado a la familia), María Victoria Caillava (directora de Producción municipal ligada a Milei, ahora removida de su cargo) y su esposo, un capitán de la Armada retirado, Carlos Guido Pérez. Según las primeras versiones, alrededor de las 15 horas de aquel día, Loan, junto a otros niños, habrían ido a recolectar naranjas al paraje El Algarrobal -ubicado a pocos kilómetros de la casa de la abuela del pequeño- en compañía de Bernardino Benítez, Daniel Ramírez y Mónica Millapi. Regresaron todos menos Loan y los adultos adujeron haberlo perdido de vista, razón por la cual fueron posteriormente imputados por “el delito de abandono, por ser garantes del cuidado del menor”. Recién al quinto día, el juez de garantías Lucio López Lecube dictó la prisión preventiva para los tres.
 A partir de entonces, la Justicia y la policía además de demorar el inicio de la búsqueda, solo se dedicaron a perseguir la hipótesis de que el chico se habría extraviado en el monte, y, en ese sentido, rastrillaron 12 mil hectáreas sin dar con el paradero de la víctima. La investigación pegó un giro cuando, una semana después, un perro de las fuerzas federales detectó rastros de Loan en dos de los autos (un Ford K rojo y una Toyota Hilux blanca) pertenecientes a la ex funcionaria María Victoria Caillava y al marino retirado Carlos Pérez.
 A raíz de ese hallazgo, ambos fueron detenidos, al igual que el comisario de 9 de Julio, Walter Maciel, acusado de encubrimiento, ya que, 24 horas después de iniciada la búsqueda, había autorizado a esta pareja a salir de la provincia rumbo a Chaco con el pretexto de visitar a su hija que vive en Resistencia, sin siquiera tomarles indagatoria a pesar de haber compartido el último almuerzo con Loan antes de su desaparición -ambos se habían retirado antes de la reunión con la excusa de ir a ver el partido de River-. Dicho sea de paso, Maciel ya contaba con antecedentes de acoso sexual y maltrato laboral al interior de la fuerza. También está sospechado de implantar pruebas falsas en el monte -como un botín del niño- para abonar a la tesis de que Loan estaba perdido. 
 Recién a raíz de ese hecho comenzó a barajarse la hipótesis de tráfico de personas. En consecuencia, se abrió una causa en el fuero Federal, el cual dispuso los allanamientos a las viviendas de Pérez y Caillava, donde fueron incautadas armas con municiones, entre otros elementos. Se sospecha que Loan fue trasladado de Corrientes a Chaco en ese viaje, y, desde allí, podría haber sido entregado a Paraguay, donde se encuentra activada una alerta amarilla de Interpol. De hecho, “un hombre llamó al 911 y denunció haber visto al niño el día que desapareció en la ciudad chaqueña de Resistencia, dentro de una camioneta” (Página 12, 23/06).
 Conmovidos por el caso, crecen las manifestaciones callejeras en varias localidades correntinas, y hasta en la propia ciudad chaqueña de Resistencia, reclamando por la aparición con vida de Loan. Las mismas fueron claves para que lograr que la investigación avance y haya detenidos. Incluso, el pasado domingo hubo protestas frente a la Comisaría 6° de Goya, Corrientes, donde se encuentra detenido Carlos Pérez, quien, según trascendidos, habría intentado suicidarse en la celda, exclamando “Si yo caigo, no voy a caer solo”, lo cual constituye un fuerte indicio de culpabilidad. Cabe destacar que alrededor de 200 vecinos de 9 de Julio que participaron de estas marchas están siendo amedrentados por el gobierno provincial, con citaciones a declarar en el Juzgado de Goya.
 Todo parece indicar que estaríamos frente al accionar de una red de trata que, como todas, opera bajo la protección de las fuerzas policiales y entrelazada con el poder político. El sumario administrativo iniciado al comisario Maciel por parte de la Policía de Corrientes, al igual que la decisión del intendente de 9 de Julio, Hugo Sebastián Ynsaurralde, de remover a Caillava de su puesto de funcionaria son intentos de cortar las cadenas de responsabilidades para que no se investigue a fondo toda la trama de complicidad. 
 Bullrich y Milei son responsables por varios motivos. Por un lado, debido la demora de las fuerzas federales en arribar a la hipótesis de rapto, perdiendo así varios días de búsqueda asertiva. A su vez, porque la exfuncionaria imputada pertenece a la misma fuerza política que el presidente. Por otra parte, la posibilidad de que Loan se encuentre en Paraguay -y el anuncio de Bullrich de que viajará al país vecino- habla mucho de la connivencia que existe entre las fuerzas encargadas de proteger la frontera (Gendarmería) y las vías fluviales (Prefectura) con el negocio de la trata. Esto, sin mencionar que, en el primer trimestre 2024, el gobierno recortó un 94,5% real el presupuesto destinado a las actividades de Rescate y Acompañamiento de Víctimas de Trata, que dependen del Ministerio de Justicia, según un informe elaborado por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ). 
 Así las cosas, según la ONG Missing Children, en Argentina hay 112 niñas y niños desaparecidos por culpa de las mafias de la trata con fines de explotación sexual, trabajo forzoso, venta de órganos y adopciones (apropiaciones) ilegales. Proliferan al amparo estatal y no son desmanteladas por ningún gobierno ya que esta actividad ilícita nutre las cajas paralelas de policías, jueces, fiscales y funcionarios. Milei, al igual que muchos de los que lo precedieron en el Sillón de Rivadavia, premia a quienes trafican con los cuerpos de las mujeres y de las infancias concediéndoles un generoso blanqueo para que ingresen al país su dinero mal habido. 
 Hay que redoblar la movilización en todo el país para que Loan aparezca con vida. Cárcel común a cada uno de los culpables de que hoy falte en su casa un niño de cinco años. 

 Sofía Hart

El caso Loan y las redes de trata que actúan al amparo del poder


Los gobiernos, la Justicia y los capitalistas detrás del rapto y comercio de personas.

 El caso Loan destapó lo que podría ser una enorme red de trata de personas en la cual estarían involucrados funcionarios públicos, la policía, la Justicia y hasta el Estado paraguayo. Es la viva representación de la complicidad del poder político en el crimen organizado, lo que mantiene en permanente alza la cifra de víctimas de trata a nivel nacional, porque no solamente viabiliza este tipo de negocios espurios para quedarse con un vuelto sino que además garantiza el encubrimiento y la impunidad de los responsables. Nadie desaparece sin que el Estado sepa donde está. 
 Hoy los acusados por el secuestro de Loan son un capitán retirado de la Armada y su esposa que era funcionaria de la localidad correntina, con la complicidad del comisario a cargo del operativo y otros oficiales por maniobrar las pericias y desviar la búsqueda, e incluso el juez interviniente cuestionó a los fiscales del caso, y algunos familiares señalan que evitaron llevar adelante la investigación. Todos ellos retratan cómo estas redes delictivas actúan al amparo del Estado. 
 Trabajadoras y trabajadores de todo el mundo son sometidos forzosamente a la explotación laboral y sexual, esclavizados en campos, casas particulares o prostíbulos. Familias enteras superexplotadas en industrias legales, en el medio rural y en las ciudades. Niñas y niños sometidos a prostitución o a trabajo infantil. El abanico de escenarios y situaciones en las que se operan estas relaciones sociales es muy amplio y se presenta ante los ojos de quien quiera verlo. En Argentina una estimación de 2012 de la fundación La Alameda calculaba que 500.000 personas trabajaban en condiciones análogas a la esclavitud, principalmente en el sector rural y textil. 
 Según la Línea 145 del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a las Personas, en Argentina se recibe en promedio una llamada cada cinco horas denunciando trata en Argentina. Esto equivale a miles de personas atrapadas en situaciones de explotación sexual, laboral y otras formas de esclavitud. Ya en el año 2012 Argentina fue condenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso “Fornerón”, por la existencia de compra venta de niños -en ese caso con fines de adopción ilegal- y se recomendó la tipificación del delito de tráfico de niños. Más de diez años después, todavía no hay ley que penalice especialmente la compraventa de seres humanos en nuestro país.
 Gracias al ajuste que los distintos gobiernos descargan sobre las mayorías trabajadoras, los contingentes de seres humanos desprotegidos y hambrientos (en su mayoría mujeres y niños) que son plausibles de ser captados para la explotación en las cosechas, para la explotación sexual o como mano de obra esclava en granjas avícolas, en el campo o en el trabajo doméstico, tienden a incrementarse, sobre todo en un mundo en el que decrecen los ingresos de los sectores populares, se pierden conquistas laborales, cunde la desocupación e incrementan la precarización laboral los Estados y las patronales. Estas acciones están entrelazadas con la provisión de leyes acordes, en términos de protección en la ilegalidad y fomento de sus actividades, lo que explica que aún hoy no haya ley que sancione la venta de seres humanos. Sin ir más lejos, el paquete fiscal incluido por Milei en la Ley Bases premia a quienes trafican con los cuerpos de las mujeres y de las infancias concediéndoles un generoso blanqueo para que ingresen al país su dinero mal habido, como también lo hizo el gobierno de Macri y el gobierno kirchnerista. A su vez, beneficia a especuladores y bancos, principales favorecidos de todo este tipo de negocios espurios mientras ataca las condiciones de vida de la población. Este programa, lejos de tener por objetivo terminar con las redes de trata que operan en el país, incentiva su proliferación. 
 En tanto, el reforzamiento de la represión, y el consecuente poder otorgado a las fuerzas represivas, allana el terreno para que este tipo de negocios espurios operen con aval oficial. Los propios vecinos de los barrios más vulnerados, como fue en su momento la villa Las Antenas, un barrio controlado por el narcotráfico, denunciaban la connivencia policial en las operaciones que se llevaban día a día la vida de decenas de pibes. También lo hace el pueblo rosarino, una ciudad sitiada por el narcotráfico. 
 La Justicia oficia como títere del poder político, garantizando la impunidad de los principales cabecillas y de lo funcionarios responsables. Lo único que haga logrado que se condene a algunos de los principales jefes del negocio es la lucha de familiares, amigos, organizaciones políticas, contra la trata y de derechos humanos. Sin embargo, estas redes, como forman parte de todo un entramado político, sigue operando igual. Por ejemplo, en 2012, bajo el gobierno kirchnerista de José Alperovich (hoy condenado por abuso sexual) en la provincia de Tucumán, se sustanció un juicio por la desaparición de Marita Verón (2002) con trece imputadas e imputados, todos eslabones intermedios de una red que nunca se desmanteló. 
 Para enfrentar este enorme flagelo es necesaria una lucha independiente, que confronte al Estado capitalista y los partidos del régimen que garantizan la captación, explotación y encubrimiento en la trata de personas. 

 Camila García

lunes, junio 24, 2024

Milei ampara a los golpistas brasileños


Hace dos semanas, la justicia brasileña pidió informes al gobierno argentino sobre el paradero de 143 brasileños prófugos, condenados por el asalto a la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023. El mismo requerimiento fue planteado ante el portavoz Adorni casi diariamente sin obtener respuesta. 
 La canciller Mondino se tomó 10 días para contestar que 86 bolsonaristas son los que se encuentran en el país y que pidieron asilo político ante el Conare, que es el ente que se encarga de conceder o rechazar el estatus de refugiado.
 El gobierno nacional negó tener "un pacto de inmunidad" con el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, para conceder refugio a los golpistas. Obviamente, es una mentira. Bolsonaro es el aliado principal de Milei a nivel continental y se encuenttra procesado por tentativa de golpe de Estado y por delitos comunes, como apropiación de patrimonio estatal. 
 El gobierno argentino ya ha empezado su trabajo de impunidad, bajo el pretexto de derivar la decisión de extradición al Poder Judicial. Sin embargo, la Conare funciona en el ámbito del Ministerio del Interior, integrada por comisionados que son designados por el Ejecutivo. Hay dos veedores de organismos Internacionales que tienen voz sin voto. Esto le permite la dilatación permanente. Mientras denuncia, en Argentina, como golpistas a luchadores populares, Milei exime de cargos a golpistas brasileños efectivos, que no son más que bandas fascistas. 

 Los vínculos con Milei 

Los vínculos de Milei con Bolsonaro son públicos y manifiestos. El hijo del brasileño, el legislador paulista Eduardo Bolsonaro, brindó una conferencia el pasado 30 de mayo en el Salón de los Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados en Buenos Aires, donde solicitó “asilo político” en Argentina para el grupo de golpistas exiliados. El encuentro fue organizado por la diputada libertaria Maria Celeste Ponce. 
 Además, Fernando Cerimedo –asesor digital de Milei y dueño de la “Derecha a Diario”- está procesado en Brasilia por organizar las “milicias digitales” que colaboraron con el asalto del Palacio de Planalto. 
 El juez Moraes lo acusa a Cerimedo de dirigir una organización criminal que se encargó de diseminar desinformación sobre un presunto fraude en las presidenciales de 2022 en Brasil, para invalidar la ajustada victoria del presidente Lula da Silva ante Bolsonaro, y así “viabilizar y legitimar” una intervención militar que mantuviera al ultraderechista en el poder.

 Los golpistas 

Los 143 golpistas que se dieron a la fuga se hallaban con pulsera electrónica esperando el término del juicio en sus domicilios. Al momento de conocer la condena –en la cual les dieron de 10 a 17 años de prisión– se quitaron las tobilleras al unísono y salieron del país con la complicidad de la Policía Federal brasileña. Se sospecha que alrededor de 100 llegaron ilegalmente a la Argentina mientras que el resto se fugó a Uruguay y Paraguay. Un par fue visto dando notas televisivas, muy tranquilamente, en la Plaza de Mayo. 
 La sincronicidad, la complicidad de las fuerzas de seguridad brasileñas y argentinas y la logística para escaparse y asentarse en el país apuntan a un plan organizado centralizadamente. La internacional de derecha no solo se reúne para hacer simposios y llegar a puntos en común ideológicos, sino que realiza acuerdos prácticos. No es nuevo. El gobierno de Mauricio Macri colaboró con armas en el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia. Párrafo aparte merece lo actuado por el gobierno de Lula. Cuando se produjo el intento de golpe, había 34 campamentos bolsonaristas en las puertas de los cuarteles reclamando la actuación del ejército, que se mantuvo mayormente inmóvil, para un lado y para el otro. Esta inacción militar no fue debidamente condenada, como tampoco fueron arrestados in fraganti los golpistas que acampaban. 
 Las condenas y los arrestos corrieron por cuenta del ministro del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, quien es el único que parece tener alguna decisión política al respecto. 
 En ese sentido, mientras Lula solo atinó a reimplementar la “Bolsa Familia” para asistir a los más de 30 millones de indigentes que tiene Brasil, la mayor parte de las reformas estructurales llevadas a cabo por el Gobierno de Bolsonaro, como la reforma laboral, siguen en pie. 
 Si la derecha avanza es por gracia de la inacción de los populares y nacionales o la ayuda lisa y llana de los yuanes comunistas. 

 Luciana Diaz 
 24/06/2024

La desaparición de Loan pone al desnudo la colaboración del Estado y sus gobiernos con las redes de trata


La desaparición de Loan, un niño de cinco años de la provincia de Corrientes, mantiene en vilo al país desde hace 11 días. Cobró notoriedad desde el primer momento, pero el dramático giro de los acontecimientos ha proyectado una crisis política al poner de relieve la impunidad con la que actúan las organizaciones dedicadas a la trata de personas en todo el territorio argentino. 
 En una primera instancia el caso se presentó como un extravío. El niño, luego de almorzar en la casa de su abuela materna -quien reconoció que no mantenía vínculo con su nieto-, había ido a juntar naranjas con sus tíos, un conocido de estos y otros niños. Allí se habría separado del grupo, según la primera versión, en una zona que no conocía. Se montó un operativo de búsqueda por las zonas aledañas durante siete días. La policía, se sabe ahora, plantó pruebas -una zapatilla de Loan, supuestas huellas- para desviar la atención y evitar que se investiguen otras hipótesis. 
 La causa dio un giro cuando se conectó la desaparición de Loan con la presencia de una funcionaria de la Municipalidad de 9 de Julio, María Victoria Caillava, y su marido Carlos Pérez, un capitán de navío de la Armada retirado, en el almuerzo con Loan en la casa de su abuela. En dos vehículos de su propiedad se encontraron rastros de que el niño fue traslado en ellos. Mientras se desarrollaba la búsqueda desesperada de Loan, el comisario de la zona, Walter Maciel, en plena madrugada, difundió información falsa sobre la supuesta aparición del chico para despejar de controles la ruta. En su descargo, la funcionaria Caillava dijo que en esas horas tuvo que abandonar la localidad y viajar a la ciudad de Corrientes capital para un tratamiento médico. 
 La conclusión de los investigadores es que de allí habrían llevado a Loan hasta Chaco. A raíz de esto, quedaron implicados Caillava, su esposo y el comisario Maciel, quien tendría un historial de denuncias por abusos y atropellos de todo orden. Finalmente trascendió que el comisario presionaba a los vecinos de la zona para que no participaran en las marchas por Loan. La hipótesis más firme actualmente es que los tres actuaron en complicidad con la familia o parte de ella. La causa quedó caratulada finalmente como “captación de menores con fines de trata” y pasó al fuero federal.
 El caso ha puesto en evidencia la actuación de una red de trata con vasos comunicantes con el Estado. El propio intendente de 9 de Julio, en una entrevista anterior al cambio de carátula de la causa, dijo que el caso podría estar vinculado al narcotráfico o la trata de personas. En sus propias palabras: "Acá hay mucha mafia y porquería. Esto es la punta del ovillo, que vas tirando y va a saltar todo".
 Por su parte, el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, aliado de La Libertad Avanza, se mantuvo en silencio. Obligado por los hechos, a 11 días de la desaparición dio la primera conferencia de prensa. Prometió que se aplicará “todo el peso de la ley” a los involucrados, no importa el grado o cargo que puedan tener. Además de las personas ya detenidas, hay responsabilidad del poder judicial y ejecutivo. Distintas organizaciones que defienden los derechos de las infancias, como Missing Children Argentina, denuncian que no se activaron oportunamente los protocolos que corresponden para estos casos, dejando así abiertas todas las fronteras provinciales durante los primeros días de la búsqueda. Saltó a la luz también la política de Milei y el gobierno libertario de desfinanciamiento de los programas de lucha contra la trata. Alguien recordó incluso la posición del presidente durante la campaña favorable a la venta de niños para explicar el alto grado de negligencia del Gobierno. La cartera de Seguridad que encabeza Bullrich, tan presurosa al momento de reprimir protestas, demoró varios días en tomar medidas. 
 De las crónicas periodísticas surge que el pueblo de 9 de Julio desde un comienzo desconfió de la actuación estatal. Hubo numerosas marchas reclamando la aparición con vida de Loan. Las evidencias sobre la actuación de una red de trata ha provocado un repudio generalizado y se están convocando marchas en distintas localidades de Corrientes. En la capital de la provincia, se marchará a la casa de gobierno. 
 El caso de Loan ha desatado una crisis política porque puso de relieve, de manera candente, ´aquello que todo el mundo sabe´: la explotación de la miseria social y humana para que un niño sea entregado por sus familiares, el tráfico de personas para su explotación e incluso adopción ilegal, en el caso de los niños; la complicidad de la policía y del poder político, indispensables, para cubrir la ´logística´ de la captación y el traslado, por medio del control sobre el transporte y las fronteras. Se ha desatado una crisis. 
 Se impone la movilización popular por la aparición con vida de Loan y el castigo a todos los responsables, incluidos los políticos y sus encubridores.

Alejandra del Castillo
24/06/2024

domingo, junio 23, 2024

Fracasa Cumbre sobre Ucrania: cien apoyos menos que la condena en la ONU del bloqueo de EEUU a Cuba

Hoy en la Mesa Redonda: Frei Betto 80 años de una vida intensa

Israel escala la guerra en Medio Oriente


“El colapso del estado sionista” 

 La guerra del estado sionista contra el pueblo palestino ha ingresado en una etapa decisiva o incluso final. Luego de ocho meses de un asalto sin límites ni restricciones contra una población indefensa, la Fuerza de Defensa de Israel no ha podido ‘erradicar’ a Hamás ni liberar a los rehenes israelíes – el objetivo estratégico declarado de los invasores de la Franja de Gaza. “No es factible”, acaba de reconocer públicamente Daniel Hagari, el vocero del Ejército (La Nación, 22.6). Decir lo contrario es “una mentira” añadió. Para no dejar dudas en la sombra, reforzó: “Hamás es una idea. Hamás es un partido. Está arraigado en los corazones de la gente; quien piense que podemos eliminar a Hamás está equivocado”. A los militares sionistas les ha llevado algún tiempo descubrir que Hamás no podía ser clasificada como una “organización terrorista”. Gran parte de la pretendida izquierda internacional no tomó todavía registro de esto. Netanyahu tampoco. El ‘establishment’ sionista está quebrado.
 En términos menos conceptuales y más prácticos, esto ha llevado de todos modos a Netanyahu a disolver el Gabinete de Guerra. La llamada derecha de su Gobierno plantea abiertamente una limpieza étnica en Gaza y recolonizar ese territorio. Pero Hamás no desaparecerá “sin antes crear una alternativa” de gobierno en Gaza, sostuvo el vocero militar. En el terreno, por otro lado, ha aumentado el número de muertos en el ejército sionista; en cuanto el resto da muestras “de fatiga” por la falta de rotación de tropas. Por primera vez, Netanyahu estaría dispuesto a aceptar “una tregua” relativamente prolongada, con canje de rehenes por prisioneros palestinos en las cárceles sionistas, para ‘refrescar’ a las tropas de ocupación. Las divergencias entre el Estado Mayor y el Netanyahu, en cuanto al objetivo estratégico del asalto a la Franja, expresa, sin embargo, algo mucho mayor, que se ha manifestado en las marchas callejeras contra el Gobierno en todas las principales ciudades de Israel. Hay una fractura política en el conjunto de la población israelí. 
 En este escenario, o precisamente debido a este escenario, la misma Jefatura militar ha amenazado con atacar masivamente el sur del Líbano, que ha venido bombardeando en forma regular, e incluso llevar la guerra a Beirut, a la cual ha amenazado “en convertir en otra Gaza”. Los ataques de Hizbollah al norte de Israel ha forzado al alejamiento de más de cien mil pobladores israelíes, sin perspectiva de retorno a sus viviendas. La escalada que prepara el Ejército sionista no va a resultar tampoco barata, pues se atribuye a Hizbollah un stock de decenas de miles de misiles y de drones. El jefe de la milicia shiita-libanesa, Nasrallah, ha advertido que responderá con ataques fulminantes al archipiélago de Chipre “y otras partes del Mediterráneo” (La Nación), en razón de haberse convertido en una base militar del sionismo, además de socia de importantes contratos petroleros. El gobierno hutí de Yemen, mientras tanto, ha continuado hostilizando con misiles el transporte en el Mar Rojo, con fuertes efectos disruptivos en el comercio internacional. Estados Unidos ha instalado una flota de portaviones en el Mediterráneo para participar en forma directa la guerra. En caso de escalar la guerra al Líbano, se descuenta una respuesta de Irán, que ha exhibido, en el pasado reciente, capacidad para enviar drones y misiles a territorio israelí, que se encuentra a mil quinientos kilómetros de distancia, y también de valerse de bases pro-iraníes en Irak y Siria. Numerosos observadores señalan que un choque en esta escala neutralizaría el Escudo de Hierro que ha instalado Israel para su defensa anti-misiles.
 ¿Adónde va el sionismo? Este es el interrogante fundamental en el momento actual, cuando la escalada puede convertirse en otro frente de una guerra mundial. Es lo que se propone responder quien es probablemente el historiador de mayor envergadura en Palestina, Ilan Pappé, en un artículo de la revista The New Left Review, del viernes reciente, 21 de junio, bajo el título “El Colapso del Sionismo”. Son numerosos los marxistas que han abordado esta cuestión, en especial de origen judío, pero Pappé, también judío, lo hace metódicamente, con clara intención pedagógica. Fundamentalmente, ofrece sus conclusiones políticas. Para el autor, “la idea de imponer un Estado Judío en un país mesoriental, árabe y musulmán (…) probablemente culmine en la caída del Sionismo”. La consecuencia sería el “ingreso a una coyuntura particularmente peligrosa. Una vez que Israel descubra la magnitud de la crisis, desatará una fuerza feroz e ilimitada para tratar de contenerla”. Es lo que ocurriría, decimos nosotros, con el intento de afrontar el fracaso en Gaza con un ataque sin fronteras con gran parte de su vecindario. Pappé, sin embargo, no le da lugar en el escenario al imperialismo norteamericano y mundial, que se empeñaría en una guerra ilimitada si se pone en peligro su plaza fuerte en el Medio Oriente. 
 La dislocación del estado sionista se manifiesta, para Pappe, “en una fractura de la sociedad israelí-judía”, entre un campo liberal, que denomina Israel, y otro, Judea, en alusión a la milenaria quiebra entre las diez tribus de Israel, que desaparecieron del mapa, y las dos tribus de Judea, que se trasformó en el código genético del judíasmo en tiempo ulterior. Más de quinientos mil israelíes del primer campo, el liberal, abandonaron el país luego del asalto de Hamás al sur de Gaza – alrededor del 15% de la población. “La influencia del estado de Judea (o sea los colonos) en los escalones superiores del Ejército y de los Servicios de Seguridad de Israel ha crecido en forma exponencial”, advierte Pappé. A esta realidad se añade otra – una crisis económica espectacular, que es una expresión de la imposibilidad de tener un Tesoro en equilibrio en un régimen político en guerra permanente y sobre estoqueado en armas, incluidas las atómicas. De acuerdo a Pappé la economía se desplomó un 20% en el último trimestre de 2023. A pesar de la ayuda norteamericana – 14 mil millones de dólares – el daño se agravaría en caso de guerra contra Líbano y Hizbollah. El perjuicio económico ha llevado al sector tecnológico de Israel a apoyar las manifestaciones en defensa del Poder Judicial y a un comienzo de fuga de capitales; “quienes consideran la posibilidad de relocalizar sus inversiones (en el exterior) representan a un 20% de los israelíes que pagan el 80% de los impuestos”. Pappé señala como tercer indicador del “colapso” el aislamiento internacional de Israel, que se evidencia en la denuncia de crímenes de guerra por parte de la Corte Penal Internacional, en las manifestaciones masivas contra el sionismo en Europa y Estados Unidos, y en la desafección de un número creciente de judíos con la masacre en Gaza y con el propio estado sionista. “El cambio en la juventud judía (fuera de Israel) es colosal” (“sea-change”). Por último, a pesar de contar con armamento abundante y sofisticado y una reserva permanente, Pappé subraya “la debilidad del Ejército”, como quedó expuesto en la imprevisión y la reacción demorada ante el ataque de Hamás en octubre. El historiador observa que “numerosos israelíes sienten que los militares fueron muy afortunados” de que ese ataque no hubiera estado coordinado con una acción simultánea de Hizbollah.
 Para Pappé, el factor más promisorio en la crisis histórica del Estado de Israel es la emergencia de una “nueva generación de palestinos”. “Aparentemente”, dice Pappé, “favorecen la solución de un único Estado”, que Pappé viene defendiendo desde hace tiempo, “a la del modelo desacreditado de los dos estados”. “Esperemos….que cuando se produzca la destrucción del proyecto sionista en Palestina...haya un movimiento de liberación que pueda llenar el vacío”. En lugar de los fracasados “procesos de paz”, Pappé plantea impulsar un movimiento de “descolonización”, al que los israelíes deban responder, en función de “una Palestina post colonial y no sionista”. Para eso ofrece como modelos, una organización estatal como la de los Cantones de Suiza o Bélgica - la federación de flamencos y la población de habla francesa. “Los colonos tendrán que acompañar este proyecto y mostrar la voluntad de vivir como ciudadanos iguales en un Palestina liberada y descolonizada”. Es probable que ocurra todo lo contrario – una guerra civil, “una fuerza poderosa para contener” ese proyecto, como lo advierte al comienzo. De nuevo, de todos modos, no aparece el rol del imperialismo y la OTAN, que no abandonarían la fortaleza sionista sin guerra o que se suponga que se resignarían e incentivarían a una salida semejante, como una suerte de compromiso.
 Pappé no da una respuesta clara ni realista a las derivaciones del “colpaso” del estado sionista, probablemente por su formación en el Partido Comunista y la versión menchevique de la revolución por etapas (primero una revolución democrática – en este caso un “estado des-colonizador’, ‘no sionista’, primero, luego después la transformación social). Es llamativo que se salte la reivindicación fundamental del pueblo palestino: el derecho al retorno y la recuperación de sus tierras y propiedades. Sin este “retorno” no hay ‘descolonización’ ni “revolución democrática” o “liberadora”. Pappé esquiva esta reivindicación histórica del movimiento nacional palestino, luego de haber escrito numerosos libros valiosos que exponen su lugar histórico y su importancia política. En la historiografía palestina existen investigaciones que señalan la posibilidad de una realización no conflictiva o pacífica de esta reivindicación, o sea sin violentar el derecho de propiedad que se han otorgado a si mismos los expropiadores sionistas; se refieren una improbable abundancia de tierras permitiría una redistribución territorial de la propiedad. Dada la evolución histórica que ha sufrido Palestina desde la Nakba (1948) hasta el presente, el derecho al retorno y la recuperación del derecho sobre sus tierras, sólo podría ser realizado por un régimen socialista. La cuestión de la pequeña propiedad fundiaria se resolverá en el marco de una expropiación del gran capital, una economía planificada y un gobierno colectivo de los trabajadores. Sería el fruto de una revolución que no quedaría confinada a Palestina sino al conjunto de Medio Oriente y parte de Asia Central. Ningún programa democrático y descolonizador para Palestina puede desarrollarse, en cuanto a reivindicaciones y métodos políticos y tácticas de lucha, por fuera del marco internacional. 
 Pappé ofrece una salida democrática al “colapso del sionismo”. El ejemplo de Sudáfrica es suficiente prueba de que la “descolonización” por consenso deja en pie el viejo sistema de explotación, bajo formas políticas diferentes, de una élite negra cooptada por las grandes corporaciones; las condiciones sociales de las masas no han sufrido mejoras sino más perjuicios. En cuanto a la formación del estado belga, es la ocasión de señalar que ese estado ha sido una cuña del imperialismo inglés, a lo largo de todo el siglo XIX, desde las revoluciones francesas y la revolución alemana de la primavera del 48'. Ha servido, ulteriormente, para dividir al proletariado europeo. 
 Repetimos. Pappé ha presentado un texto claro y pedagógico acerca de la inviabilidad de un estado exclusivamente judío en un país árabe, musulmán y mesoriental, pero ha dejado de lado al imperialismo en la conformación del Estado sionista. Este estado es un resultado final de la balcanización del Imperio Otomano por parte del imperialismo europeo, luego de la Primera Guerra Mundial, que dió forma a gran parte de los estados del área de la Mesopotamia. Israel es un enclave del imperialismo. La guerra en desarrollo, el colapso del sionismo y el renacer del movimiento palestino son en definitiva, eslabones de una crisis mundial y de la cadena de rebeliones populares y revoluciones socialistas en estado preparatorio. 

 Jorge Altamira 
 22/06/2024

José Gervasio Artigas: independencia y reforma agraria


La experiencia política artiguista despierta rechazos y fervientes adhesiones como promotora del primer intento de reforma agraria latinoamericano. De eso nos ocuparemos en esta nota.

 Los sucesos de mayo de 1810 y más tarde la declaración de la independencia en 1816 inauguraron en el territorio del Río de la Plata un proceso de cambios profundos que, con todas sus limitaciones, condicionaron la futura configuración política de los grupos dominantes del país. Del Congreso de Tucumán, convocado el 9 de julio de 1816, no participarán las provincias que integraban el Litoral y la Banda Oriental alineadas al proyecto artiguista.

 Artigas, el “General en Jefe”

 La expansión del proceso iniciado en 1810 en Buenos Aires llega también al Litoral y provoca en la zona de la Banda Oriental importantes tensiones pues el centro del poder urbano (grandes hacendados y comerciantes) residente en Montevideo se había mantenido fiel al poder realista. En enero de 1811, el por entonces virrey Elío declara la guerra a Buenos Aires y dará lugar al “Grito de Asencio”, como se conoce a la resistencia criolla oriental. 
 Artigas, como capitán de la tropa de Blandengues, ofrece sus servicios a la Junta de Buenos Aires y convoca a sus compatriotas a seguirlo. Obtendrá los primeros éxitos sitiando la ciudad de Montevideo. Su figura gana influencia y protagonismo y el apoyo inicial que le brinda Buenos Aires, interesada en debilitar la resistencia realista, contribuye a reforzarlo. Sin embargo será un episodio pasajero pues ante la amenaza de invasión portuguesa a la Banda Oriental, ese mismo año, Buenos Aires se resiste a asumir los riesgos que provocaría el triunfo portugués en un momento en el que mantiene abierto el frente con el Alto Perú. El Primer Triunvirato pacta con Elío y deja aislado el levantamiento artiguista. Ante este escenario, Artigas y los sectores de la campaña que lo siguen rechazan el acuerdo y ya como su “General en Jefe” encabeza la retirada de la ciudad, conocida como el éxodo oriental en octubre de 1811, reafirmando su liderazgo popular e iniciando un camino de tensiones con la elite oriental y de Buenos Aires.

 Un nuevo poder 

 Los actores del campo artiguista se caracterizaron por su heterogeneidad social: desde vecinos emigrados de la ciudad, grupos propietarios [1], sectores populares (negros y zambos libres, gauchos y criollos pobres), ocupantes sin títulos de propiedad y originarios (como los guaraníes misioneros), todos vinculados mayoritariamente al mundo rural. La campaña se irá convirtiendo en el centro de un nuevo poder político en construcción, destacando liderazgos locales que, frente a los escenarios de guerra y las maniobras porteñas, contaban con recursos y condiciones para mantener y reclutar fuerzas para los ejércitos haciendo de los sectores rurales bajos su principal base de apoyo.[2] 

 El Reglamento Provisorio 

 Desde 1810 hasta 1815 el éxodo y las sucesivas guerras habían provocado en la campaña oriental no solo la ruina y desorganización de los circuitos y tierras productivas, sino que habían debilitado el poder de hacendados y comerciantes, los notables de Montevideo, que en función de conservar las prósperas relaciones comerciales con el mercado europeo ven la necesidad de poner fin a la inestabilidad regional.
 El artiguismo supo aprovechar la coyuntura heredada luego de años de sitio y ocupación de Montevideo por las tropas de Buenos Aires (1812-1814) para lograr imponer y conciliar con la elite montevideana no sólo su proyección política sino un serie de reformas de inclusión, dentro de una nueva economía “legal”, de todos aquellos excluidos por el viejo monopolio español (como los hacendados ocupantes que no poseían títulos de propiedad y jornaleros eventuales, muchos habituados al pillaje). 
 De este modo, hacia 1815 admitirán la necesidad de avanzar en la normalización del poder político, restablecer el orden y resolver la incerteza que rodeaba la propiedad de las tierras y los ganados (la principal mercancía era el cuero y la tierra el principal medio de producción), la normalización y control de los ingresos fiscales con los que se habían buscado fuentes alternativas de recursos. La urgencia económica y la confluencia de estos intereses serán las condiciones que permitirán la inestable convergencia entre el movimiento artiguista y las elites tradicionales y harán posible la promulgación del Reglamento Provisorio. En estos términos lo plantea Halperín Donghi: “La promulgación del reglamento se debe a una iniciativa del cabildo; en las primeras etapas de su preparación tuvo un papel dominante la opinión de los hacendados (impacientes porque no cesaban las exacciones arbitrarias de ganados por parte de las fuerzas militares artiguistas en la campaña”. Es decir, un intento de programa para la reconstrucción del orden social y productivo compartido por Artigas. 

 Reactivación productiva 

 El “Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental para el Fomento de la Campaña y Seguridad de sus Hacendados” cuenta con 29 artículos. Su objetivo estratégico era recomponer el orden, reconstruir una autoridad y administración civil y asegurar la vía más inmediata para la recuperación económica, a través de la reducción de la gran propiedad de tierra y el incremento de su rendimiento.
 Los primeros artículos apuntan a reconstruir y delimitar las atribuciones de los poderes políticos locales, dejando en el gobierno de Montevideo el mando de las decisiones finales. 
 Se necesitaba recomponer y disponer de fuerza de trabajo. Para ello los artículos 6 y 7 plantean que “el señor alcalde provincial y demás subalternos se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la campaña” y “para ello revisará cada uno, en sus respectivas jurisdicciones, los terrenos disponibles; y los sujetos dignos de esta gracia con prevención que los más infelices serán los más privilegiados. En consecuencia, los negros libres, los zambos de esta clase, los indios y los criollos pobres, todos podrán ser agraciados con suertes de estancia, si con su trabajo y hombría de bien propenden a su felicidad, y a la de la provincia”. 
 El artículo 27 en el mismo sentido planteaba que las autoridades deberán “velar sobre la aprehensión de los vagos”. Señalaba que era una tarea de los hacendados otorgar “papeletas a sus peones, y los que hallaren sin este requisito, y sin otro ejercicio que vagar, serán remitidos” o reclutados para los ejércitos. Se obligaba a formar “un rancho y dos corrales en el término de dos meses, los cuales eran extensibles a tres” a riesgo de perder sus terrenos. 
 Para obstaculizar la tradicional matanza de ganado salvaje y restablecer el stock perdido por los años de conflicto, el artículo 23 planteaba la prohibición de “las matanzas a los hacendados, si no acreditan ser ganados de su marca”. Del mismo modo, el ganado al que podían acceder provenía de las estancias europeas o de los “malos americanos”, como quedaba estipulado en el artículo 22. Los artículos 25, 27, 28 y 29 cerraban las disposiciones estableciendo las autoridades y atribuciones para resguardo de la propiedad y el orden. 

 Reforma agraria 

 El Reglamento cuenta con artículos y disposiciones económicas claves para asegurar la recuperación y rápida explotación de la tierra. De carácter provisorio como el mismo Reglamento, los artículos 12 y 13 promovían la distribución de la tierra para que “los más infelices sean los más privilegiados” (artículo 6) y representan las propuestas más populares al beneficiar a quienes más habían sufrido el empobrecimiento general que provocaron los años de guerra y la apertura comercial. 
 El artículo 12 planteaba que las tierras a distribuir serían obtenidas de “aquellos de emigrados, malos europeos y peores americanos que hasta la fecha no se hallan indultados por el jefe de la provincia para poseer sus antiguas propiedades”, es decir, aquellos sectores que habían abandonado su residencia en la región, rechazado la ruptura con la metrópoli y emigrado. O como señalaba el artículo 13, “serán igualmente repartibles todos aquellos terrenos que desde el año 1810 hasta el de 1815, en que entraron los orientales a la plaza de Montevideo, hayan sido vendidos o donados por ella”. 
 Es decir, la reforma agraria restringía la distribución de la tierra a las públicas y abandonadas. Por eso, al tiempo que realizaba esta distribución entre “los más infelices” o que nada tienen, preservaba la estructura de propiedad que concentraba extensas tierras entre pocos dueños. No era la expresión de un proceso popular revolucionario sino resultado de una combinación de intereses económicos y políticos que buscaban la reactivación de la economía rural y la consolidación del poder de Artigas como caudillo popular. Lejos estuvo del contenido revolucionario que se le atribuye, en el sentido de una reforma agraria radical de transformación de la propiedad de la tierra o de promover un nuevo orden productivo. Para completar el cuadro, se dejaba asentado el carácter provisorio de dicha distribución al explicitar en el artículo 19 su vigencia hasta el “arreglo formal de la provincia”. 
 El Reglamento de implementación relativa no cumplió sus objetivos. La elite montevideana lo abandonará rápidamente, e incluso algunos de los líderes artiguistas optaron por mantener las más redituables prácticas de la campaña en guerra. 

 Final

 La experiencia que promueve Artigas contiene elementos innovadores frente a las propuestas conservadoras y centralistas de las elites montevideana y la hegemonía porteña, para la que el proyecto artiguista de conjunto significaba no solo la resignación de tierras valiosas y recursos sino también reforzar la potencial amenaza que el puerto de Montevideo representaba para el circuito comercial del litoral. 
 El proyecto económico y político de Artigas no encontrará aliados duraderos, a excepción del Litoral cuyas oligarquías vieron en la solución artiguista una alternativa realista para alejarse del centralismo que Buenos Aires, la antigua capital del Virreinato, se negaba a abandonar, rechazando el establecimiento de nuevas condiciones para la distribución de los ingresos aduaneros, la libre navegación fluvial y los proyectos de centralización política. Será en el terreno político donde reside la real disidencia de la elite con el poder artiguista. Este movimiento venía acompañado de un alegato político sustentado en la “soberanía de los pueblos” (de la tradición hispánica) que si bien no significaba el ejercicio efectivo del poder popular ponía en cuestionamiento las jerarquías tradicionales y se traducía como una tensión amenazante, agitando el fantasma de la insubordinación. En el contexto de debilitamiento del poder estatal, la elite oriental deseosa desde 1810 de encontrar un nuevo equilibrio, sostuvo como prioridad asegurar el fin de la movilización, fuente del poder político artiguista. Ese momento llegará. La invasión luso-brasileña de 1816 le ofrecerá una oportunidad para cambiar esta relación de fuerzas y desterrar cualquier vestigio de la experiencia artiguista. 

Liliana O. Caló @LilianaOgCa 

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 1  Entre los hacendados orientales se encontraban los vinculados al monopolio español y aquellos que bregaban por el libre comercio, de los cuales un sector se sumará al exilio con Artigas, en el llamado éxodo oriental, mientras que otro permanecerá en la ciudad.
 2  Esta confluencia no estuvo exenta de conflictos. Más de una vez Artigas debió mediar entre sus comandantes y su Estado mayor, compuesto por intelectuales hacendados partidarios del libre comercio y en su mayoría poseedores de esclavos. Un registro censal del propio Artigas, durante el éxodo, refleja de un total de casi 900 familias, sin contabilizar la tropa que: 25 familias con muchos esclavos (más de cinco), bienes de 700 pesos por persona. Entre ellas estaba la propia familia Artigas liderada por don Martín que llevaba consigo 8 esclavos. Otra familia eran los Rivera que llevaban 16 esclavos; 130 familias con varios esclavos (hasta cinco) y bienes en promedio de 125 pesos por persona; 450 familias que poseían un carro propio con sus cosas, pero no tenían esclavos, bienes promedio de 50 pesos por persona. Estos representaban el sector mayoritario, eran los llamados ocupantes sin títulos de propiedad bajo el régimen colonial; 270 familias sin transportes, esclavos, ni bienes. Se contabilizan en total 500 esclavos. Artigas aclara que no contabiliza tropa, hombres sueltos, ni familias que acampan distantes, ni a "los que van llegando", como muchos esclavos que se sumaban a sus filas.

 Fuentes
 Tulio Halperín Donghi, Revolución y guerra: formación de una élite dirigente en la Argentina , Siglo Veintiuno Argentina, 2005. 
 Milciades Peña, Historia del pueblo argentino, Emece, 2012.

Martín Miguel de Güemes, el caudillo de la “guerra gaucha”


El 17 de junio se conmemora la muerte del general Martín Miguel de Güemes. Un caudillo popular que resistió las invasiones realistas sin renunciar a su pertenencia a la oligarquía del interior. Esta fecha conmemorativa de Martín Miguel de Güemes fue aprobada por el Senado en 2016 durante el gobierno de Mauricio Macri y se estableció como feriado nacional. El gobierno de Alberto Fernández imprimió su rostro en los billetes de $200. El de Javier Milei, lo ubicó en el salón de los próceres que reemplazó al de las mujeres en la casa de gobierno. Anteriormente, su figura fue reivindicada por Carlos Menem, Néstor y Cristina Kirchner. 
 En síntesis pasan los gobiernos pero en la Argentina se mantiene, con matices, lo esencial de la historia mitrista: el panteón de héroes. Construyeron un relato histórico basado en las grandes gestas de héroes, la mayoría militares o presidentes con la finalidad de instalar a figuras políticas por encima del contexto de los hechos y otorgarles distintas intencionalidades políticas. En el caso de Güemes, hay algo más. Su vinculación con la defensa del territorio, la resistencia a las tropas realistas y su ideal independentista contradice a todos los gobiernos que hablan en nombre de la “patria” y la “libertad” pero honran el pago de la deuda externa, la dependencia económica de la Argentina y la entrega de los recursos naturales del país. 
 Güemes fue un salteño que estudió desde los 14 años la carrera militar ingresando a Infantería, combatió en la primera invasión inglesa y durante 1815 y 1821 fue designado gobernador de Salta y Jujuy. En este período resistió los ataques de las tropas realistas que disputaban el territorio al norte del país. Su resistencia en el actual noroeste argentino se combinó con los logros de San Martín que derrotó a los realistas en Chile y Perú. La carrera militar de Güemes, no solo es reivindicada por distintos partidos políticos, sino también por la Escuela de Gendarmería que lleva su nombre y otras fuerzas, como la policía de Salta. 
 En 1817, Güemes descubrió las intenciones realistas del mariscal de la Serna de invadir con 5.000 hombres la ciudad de Salta. Ante la posibilidad de estos hechos, preparó la resistencia combinando la “guerra de guerrillas” en el norte del territorio con la resistencia del pueblo salteño cansado de guerras y penurias económicas.
 Durante el período independentista el pueblo salteño resistió a nueve invasiones españolas, no solo peleó contra los realistas sino también contra la oligarquía salteña que lo oprimía. Sufrió las consecuencias de una tierra devastada por las guerras de la independencia y por la interrupción del comercio con el Alto Perú, única vía para la obtención de recursos.
 Ésta fue la base que le permitió a Güemes construir un entramado de poder político regional como jefe o caudillo indiscutido del interior y también un ejército de gauchos y desposeídos que se sometieron a sus órdenes para subsistir. A cambio de incorporarlos a su ejército, Güemes le otorgó la quita del pago del tributo que muchos pagaban a la elite salteña. De esta manera, cimentó un poder basado en el arbitraje sobre los grupos oligárquicos y populares. La estrategia de utilizar la “guerrilla gaucha” solamente contra el avance realista fortaleció a la oligarquía criolla norteña a la que Güemes perteneció. El historiador marxista Milcíades Peña (2014) [1] definió a los caudillos y a Güemes como una “oligarquía con apoyo popular”: “Aunque educado y perteneciente a una clase notable de Salta, Martín Güemes manifestó siempre una tendencia a halagar las pasiones de las multitudes para conquistarse su afecto y dividirlas de las clases cultas de la sociedad, haciendo de ellas el pedestal de su elevación (Mitre, "Historia de Belgrano", 302). Pero de todo esto no se desprende nada en favor de la temeraria afirmación ‘apoyándose en las clases más bajas y oprimidas los caudillos montoneros atacaban a las clases dominantes de las sociedad’. Los caudillos pertenecían por origen o interés a éstas clases dominantes”. Si bien Güemes construyó su base de poder en el apoyo popular, resistiendo sin acompañamiento porteño a los ejércitos realistas, la elite burguesa gobernante de Buenos Aires no lo vio como un peligro. Güemes no tuvo intenciones de profundizar una reforma agraria u otorgar la participación política a los sectores populares. La preocupación del centralismo porteño se referenció en la oposición de José G. Artigas, por su control del Litoral y la Banda Oriental, la estrategia política de entrega de tierras y el modelo político federativo. 
 El año 1821, significó para Güemes un año difícil. El Cabildo de Salta, dominado por los sectores conservadores y terratenientes, decide deponerlo como gobernador con el apoyo de los realistas. Como respuesta, impulsó la “Guerra Gaucha” con un doble objetivo: derrotar a los realistas y recuperar el poder político, lo que logra. El general Olañeta envió desde Yavi 600 infantes a las órdenes del coronel José María Valdés (alias el Barbarucho), quien marchó a Purmamarca. Desde allí, por senderos desiertos rodeó la serranía de las Tres Cruces y del Nevado de Chañi, guiado por miembros de la familia realista Archondo. El 6 de junio tomó por sorpresa Salta, en donde una de sus partidas logró herir a Güemes. Herido se reúne con los oficiales, les traspasa el mando y da las indicaciones para lo que será el freno realista en el norte del actual territorio argentino. Murió 10 días después en la Cañada de la Horqueta. 

Hernán Perriere

[1Peña, M. (2014). Historia del pueblo argentino. Buenos Aires. Emecé.

El periodismo cómplice de la dictadura en el retrato de Luis María Castellanos


En el día del periodista, leemos “Estado de sospecha. Luis María Castellanos y el periodismo bajo la dictadura (1976-1983)”, del escritor Osvaldo Aguirre. Contradicciones y tensiones del periodismo en los años oscuros de la dictadura militar. 

 “Castellanos fue un periodista atípico, pero la historia de su vida no interesa por sus eventuales excesos ni por el anecdotario que lo congela en los rasgos de un cínico intratable, según la opinión mayoritaria, o en los de genio incomprendido, en el mejor de los casos. Se trata de advertir más bien los matices contradictorios que constituyen su figura y su carrera profesional, ocultos por la condena gremial e imposibles de observar desde una visión maniquea, y analizar de qué manera esas características singulares traman las tensiones de una época y los dilemas de un oficio.” (Osvaldo Aguirre, Estado de sospecha. Luis María Castellanos y el periodismo bajo la dictadura (1976-1983), Eduvim, 2023.)
 La cita es ya una síntesis de la propuesta que el escritor Osvaldo Aguirre, autor de obras como Francisco Urondo, la exigencia de lo imposible (Ediciones UNL) y Un periodismo literario. Conversaciones con Rodolfo Walsh (Mansalva) formula en Estado de sospecha. Luis María Castellanos y el periodismo bajo la dictadura (1976-1983). 
 Publicado por la editorial Eduvim en 2023, en Estado de sospecha… el autor sigue las huellas del periodista rosarino Luis María Castellanos (1943-2005). A lo largo de sus 225 páginas demuestra que aunque no se haya concebido como parte de su proyecto político, Castellanos fue hombre del ex almirante Emilio Eduardo Massera. Por fuera de esta definición, pocos sucesos en la trayectoria de este personaje son lineales y previsibles. Tampoco el relato de Aguirre es estrictamente cronológico o temático, el ritmo de su escritura va detrás del cruce de hechos y situaciones en los que la biografía de Castellanos se va desvaneciendo laberíntica, luego de ser denunciado ante la Conadep y durante el Juicio a las Juntas militares. 
 El libro reconstruye el perfil del periodista, su individualidad tensionada con el momento histórico y las decisiones profesionales y personales que tomó. La imagen de Rodolfo Walsh, como también observa Aguirre, inevitablemente aparece como antítesis. Aquel Walsh que aún partidario de la “Libertadora”, llegado el momento y confrontado con las fuentes decide investigar y escribe Operación masacre, el gran registro de la barbarie que fue José León Suarez. Su participación posterior en el diario de la CGT de los Argentinos revaloriza su escritura y su oficio al servicio de las causas populares. Creó toda una escuela de periodismo militante que marcó su vida hasta el último momento. El zigzagueo de Castellanos va en exacto sentido contrario.

 Reconstrucción 

Luis María Castellanos nació en Rosario en 1943. De joven se prueba como escritor próximo al círculo del poeta Aldo Oliva. “Mordaz y brillante” lo describen algunos testigos relevados por Aguirre, díscolo de las aulas y la institucionalidad académica a la que confrontaba con su talento literario en los pasillos de la facultad o en los bares cercanos. Hacia mediados de la década de 1960 durante su ingreso a la carrera de Letras, narra Aguirre, conoció a Víctor Eduardo Lapegna, quien será un compañero de ruta. Lapegna militaba por entonces en la Federación Juvenil Comunista y dirigente del FAUDI (Frente de Agrupaciones Universitarias de Izquierda), del Partido Comunista Revolucionario. Luego de estar preso en Villa Devoto, se enroló en las filas peronistas alineado con Alejandro Álvarez, el líder de Puerta de Hierro. Su admiración por Massera sobrevivió al conocimiento del accionar de las Juntas militares, los vuelos de la muerte y lo que ocurría en la ESMA. A diferencia de Castellanos reconoció sus vínculos con Massera, siendo su vocero público hasta que el Jefe de la Armada fue detenido en 1984 por los crímenes de Elena Holmberg, Fernando Branca y Héctor Hidalgo Solá. 
No representa ninguna novedad que la década del sesenta supuso para el amplio espectro de la cultura política e intelectual de la izquierda años de intensos debates con efectos en las organizaciones políticas y en las vivencias personales. El impacto de los movimientos independentistas que dieron por tierra al imperio colonial europeo de las viejas potencias se sumó al despertar antiimperialista que había provocado a nivel continental la revolución cubana. Castellanos, cuenta Aguirre, integró por entonces y por corto tiempo el Movimiento de Liberación Nacional, el Malena, especialmente atractivo entre los estudiantes universitarios, “un grupo de izquierda conformado en torno a Ramón Alcalde, los hermanos Ismael y David Viñas y otros intelectuales y profesores universitarios de Buenos Aires, Rosario y Santa Fe”. (p. 27). El Malena se disolvió frente al Cordobazo, cuando los obreros desafiaron el poder y a la dictadura de Onganía, dando lugar a expresiones radicalizadas como el Partido Revolucionario de los Trabajadores-ERP por cuyas filas pasó por breve tiempo Castellanos. Eran tiempos de compromiso y lucha.
 Castellanos ganó premios y reconocimientos como escritor. Se inició como redactor en el diario La Capital, trabajó en Hoy y en radio. En el mismo año del “Viborazo” se trasladó a Buenos Aires y junto a otros periodistas se incorporó a Radio El Mundo y a la corresponsalía de United Press Internacional (UPI). En junio de 1973 Perón retornaba al país después de 18 años en el exilio. Dando muestras de su versatilidad política, Castellanos trabajó como redactor general en la agencia oficial Télam y en la sección política de Noticias, el diario de la organización Montoneros, hasta la muerte de Perón. 
 Fracasado el intento del peronismo de contener el ascenso obrero, marzo de 1976 replanteó el escenario político. Si en la previa los sectores medios adoptaron el lenguaje de la rebeldía, a mitad de los años ‘70, cuando se fue configurando una situación aguda de la lucha de clases en la que la clase obrera no pudo imponer su propia salida revolucionaria, una fracción importante de estos sectores terminó avalando el golpe. En la trayectoria de Castellanos también se produce un corte. De ahora en más sus pasos son menos sinuosos y se mueven bajo las órdenes de su propio juego, anclado en la derecha política.
 La intervención de la dictadura en los medios lo llevan de regreso a Rosario pero por poco tiempo. Regresa a Buenos Aires y se reincorpora nuevamente a la UPI. Se aproxima al círculo de periodistas que establece contactos con el hijo mayor del almirante, el abogado Eduardo Nicolás Massera, quien les propone incorporarse al proyecto de prensa de la Armada, el diario Convicción dirigido por Hugo Ezequiel Lezama cuyo primer número apareció en agosto de 1978 y concluyó en agosto de 1983. Convicción estaba pensado como soporte periodístico del proyecto político del Almirante Cero, como se lo apodaba a Massera “en reconocimiento de su liderazgo en la represión ilegal”. La oficina de prensa del diario, creado bajo el régimen militar y financiado, según relatan Saborido y Borrelli en Voces y Silencios. La prensa argentina y la dictadura militar (1976-1983), por empresas como Olivetti, Macri y Fiat relacionadas con la logia P-2, se ubicaba en Cerrito 1126, allí detenidos desaparecidos elaboraban informes sometidos a trabajo esclavo. En su declaración durante el Juicio a las Juntas militares, Miriam Lewin sostuvo: “Luis María Castellanos trabajaba junto con los periodistas Guillermo Aronín y Víctor Lapegna en las oficinas de prensa de Massera”. Lewin más tarde agregaba a su testimonio detalles del engranaje que sostuvo aquella publicación, episodios de los que da cuenta el libro. 
 El proyecto de Massera y su partido (Partido para la Democracia Social) proponía volver a las fuentes del golpe de 1976, del que creía representar su versión más consecuente, con críticas hacia el plan de Martínez de Hoz y su liberalismo económico. El Almirante buscaba ubicar a la Armada como árbitro de las tensiones entre las facciones del Ejército, valiéndose del poder y la estructura que había construido en la ESMA, por el que pasaron cerca de 5.000 detenidos-desaparecidos. La revista Humor se dice retrató a un Massera descamisado. 
 Castellanos trabajó en el Ministerio de Bienestar Social y luego en varias publicaciones como el periódico quincenal Cambio para una democracia social, editado entre 1981 y 1982, asociado a Massera. Y en 1982 en la revista La Semana, la misma que frente a la guerra de Malvinas adoptó un tono crítico hacia la dictadura pero en 1980 se había sumado a la réplica contra la “campaña antiargentina” cuestionando la “adoctrinada opinión pública europea” que creía en la existencia de campos de concentración” (p. 102). En ese medio dio cobertura a la campaña electoral de 1983 de Italo Lúder. Desde la detención de Massera, la imagen del rosarino estuvo asociada a la del “colaborador”. Trabajó en el Informador Público, famoso por sus fuentes en los servicios de inteligencia; luego en Usted, un semanario alineado a Menem en la interna contra Cafiero y después en El Otro, respaldando en 1989 su candidatura presidencial.

 Dictadura, periodismo y prensa “canalla” 

El libro deja expuesta otra faceta del periodismo bajo la dictadura, la de la prensa “canalla” como la definió Eduardo Varela Cid en uno de los trabajos pioneros sobre el tema. Estado de sospecha… nos hace reconsiderar no sólo la colaboración de las empresas periodísticas más importantes con el proyecto del golpe militar de 1976 sino la trama de complicidades, silencios y compromisos que una parte, cuesta dimensionar su alcance capilar, de la comunidad periodística en el país construyó durante aquellos años; sus vínculos con agencias de inteligencia, los grupos de tareas y la represión. 
 Osvaldo Aguirre trabaja en la arqueología de la cruzada que este sector del periodismo encaró para sostener en la opinión pública la legalidad y legitimidad del accionar del régimen militar. Una cruzada militante que desde marzo de 1976, en nombre de los valores de la sociedad cristiana y occidental, respaldó la “lucha contra la subversión” para legitimar el accionar contra el ascenso obrero y popular, en convergencia de intereses económicos e ideológicos con los grupos periodísticos voceros de la Junta militar. Un periodismo que se mantuvo y recicló hasta bien avanzada la transición y que solo las condiciones de impunidad les ha permitido rehabilitarse. De ese modo no pocos continuaron en programas televisivos y empresas periodísticas radiales y gráficas. Solo basta ver a Samuel “Chiche” Gelblung, ex director de Gente de la apologética editorial Atlántida, en horario prime time de la televisión o a Juan Bautista Yofre propiciando spots oficialistas que reivindican el genocidio bajo el significante “memoria completa”
Aunque la censura había comenzado antes del golpe militar, el régimen renovó con su propio manual de censura los procedimientos a los que debían atarse los medios de comunicación masivos, que indudablemente supuso límites al oficio de periodistas, trabajadores de prensa y reporteros junto a las amenazas, el miedo y la prohibición o cierre de publicaciones. Sin embargo el silencio siempre puede desafiarse. Una vez más aparece la valentía de Walsh y la de tantos otros periodistas que resistían en aquellas duras condiciones en la clandestinidad. 
 A dos meses del golpe, a partir de junio de 1976 Walsh puso en marcha la cadena Agencia de Noticias Clandestina y Cadena Informativa, desde donde circulaban notas y artículos bajo el llamado a reproducir la información: “hágala circular por los medios a su alcance: a mano, a máquina, a mimeógrafo, oralmente. Mande copias a sus amigos: nueve de cada diez las estarán esperando. Millones quieren ser informados. El terror se basa en la incomunicación. Rompa el aislamiento. Vuelva a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad. Derrote el terror. Haga circular esta información”. Afortunadamente este material no fue robado ni extraviado y una buena parte fue recopilado por Horacio Vetbistky en Walsh y la prensa clandestina 1976-1978. 
 La relación del periodismo con los militares no tuvo la densidad ni fue tema en la agenda pública desde la restauración democrática, como tampoco lo fueron la colaboración de los partidos políticos, la justicia ni la responsabilidad empresarial. Las listas y archivos del golpe se mantienen silenciados. El Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado de la Secretaría de Derechos Humanos reconoció en 2019 la cifra de 223 trabajadores de prensa, periodistas y obreros gráficos desaparecidos, aunque sigue siendo una nómina en construcción. 
 Estado de sospecha… deja planteada la tensión entre política y el rol del periodismo y nos permite repensar antiguas querellas sobre cómo derribar los límites y la censura mediática construyendo alternativas informativas o mejor, cómo dar pasos desde el presente para construir un periodismo comprometido con la lucha y la transformación social en los contextos más difíciles. 

 Liliana O. Caló 
@LilianaOgCa 
 Viernes 7 de junio | 00:56

Una riña de gallos al interior del capital financiero.


 Los discursos insultantes de Milei entre los lunáticos que lo condecoraron en Europa dejaron en un segundo plano al “maldito socialismo”. Esta vez, los ataques se dirigieron centralmente a los “liberales de copetín”, es decir, al interior de sus propias filas. Aunque Milei no lo dijo, la pelea no tiene que ver con los neoliberales que vienen criticándolo desde hace meses, sino con el mismísimo FMI. El organismo internacional acaba de colocar en capilla al planteo económico de Milei-Caputo, a quienes reclamó un “ajuste de calidad”. El Fondo delató el carácter ficticio de los "logros" de la administración liberticida. El superávit fiscal de los primeros cinco meses está asociado a la pulverización de salarios y jubilaciones -algo que el FMI saluda- pero, por otro lado, a la postergación de pagos -y, por lo tanto, a la acumulación de deudas a cortísimo plazo, como ocurre por ejemplo con el sistema eléctrico. La “recomposición” de reservas es otro fraude, pues tiene como contrapartida la acumulación de otra deuda -en dólares- con los importadores. El “fin” del financiamiento del Banco Central al Tesoro ha sido reemplazado por la emisión incesante de deuda del propio Tesoro, a razón de 10.000 millones de dólares mensuales. En cualquier caso, los pases y letras que debe continuar renovando el Central obligan a redoblar la emisión monetaria, que Milei en España amenazó en caratularla como un delito penal. Según uno de los “liberales de copetín”, el menemista Carlos Rodriguez, esa emisión, sólo en el mes de mayo, implicó una expansión del 30% de la base monetaria previa. 
 En su reporte, el FMI deja entrever que el “dibujo” de Milei-Caputo se encuentra agotado. El superávit fiscal dejará de ser tal en junio, por el peso de los intereses de deuda y las menores reducciones de subsidios a los servicios públicos. Lo mismo ocurre con el balance de divisas, cuando ekl Banco Central se torna vendedor de dólares nada menos que en el ápice de la cosecha gruesa. La recuperación parcial de la cotización de la deuda argentina -el único logro que exhibía Caputo en los primeros meses de gobierno- ha revertido la curva hacia abajo. En estas condiciones, el FMI reclama una devaluación del 30% del dólar oficial, la aceleración de los tarifazos y la aprobación sin condiciones del paquete fiscal que está en el Congreso -principalmente, la restitución de “ganancias” sobre el salario. Francos ya anunció que Diputados deberá refrendar el paquete original votado hace un mes, y desairar a las rectificaciones de los Senadores.

 La banca “normal” y la banca “en las sombras” 

Pero las exigencias del Fondo son más amplias: reclama también tasas de interés “positivas”, o sea, revertir las reducciones que vino implementando el gobierno en los últimos meses. Es un reclamo que viene “atado” a la cuestión cambiaria, pues apunta a sostener las colocaciones en moneda nacional en caso de una devaluación. Pero la cuestión de la tasa de interés se cuela en otra pelea que divide al capital financiero, y en la cual Milei-Caputo han tomado partido. En efecto: el informe del FMI reclama “igualdad de condiciones” entre los bancos establecidos y las llamadas “billeteras virtuales”, el negocio que en Argentina se encuentra dominado por Mercado Pago-Galperin, un íntimo integrante de la camarilla de intereses que rodea a los Milei. La “billetera” de Galperin está en una abierta puja con los bancos privados en relación a la captación de recursos y el otorgamiento de créditos. La baja de la tasa de interés en el sistema bancario ha agravado esa situación, pues Galperin, que cuenta con ventajas impositivas excepcionales, está ofreciendo rendimientos superiores a los de la banca formal ( El diario “Cronista” relata esta situación con un título sugestivo: “Adiós plazo fijo” (EC, 22/6). En Argentina y el mundo, la camarilla libertaria es una agente indisimulada de la “banca en las sombras”. En su informe, el FMI ha salido en defensa de la banca extranjera radicada en Argentina, que acaba de demandar legamente a Galperín. 
 Milei reivindica lo que llama la “dolarización endógena” de la economía, o sea, el alineamiento de precios y tarifas a valores internacionales en el marco de la licuación del gasto público -jubilaciones- y salarios. Pero el FMI sostiene que esa apreciación forzada del peso conduce a término a un estallido cambiario, porque carece de las divisas para sustentarlo. Reclama, casi irónicamente, una verdadera “·competencia de monedas”, es decir, el final del cepo y la unificación cambiaria. 

 Crisis de gabinete

 La divergencia que se abre paso en estas horas ha dado lugar a una crisis de gabinete peculiar en el gabinete económico del gobierno. Por un lado, el secretario de Finanzas Cottani, ligado a Cavallo, renunció a su cargo. De un modo general, Cavallo acompaña los planteos devaluatorios del FMI. Asimismo, Milei demoró el ingreso de Sturzenegger al gabinete. Aunque Sturze ingresaría con el programa de la “desregulación del estado” (privatizaciones y ajustes), ha trascendido que es partidario de acompañar las medidas cambiarias reclamadas por el Fondo. Caputo, en este cuadro, debió salir a twittear para desmentir una devaluación. Aunque el viaje por Europa ha postergado la crisis del gabinete, no impidió que Milei ventile sus causas cada vez que algún miembro de la secta austríaca cuelga una medalla en su solapa. 
 Una devaluación volvería a redoblar la escalada inflacionaria, la cual, de todos modos, deberá trepar como resultado de la reanudación de los tarifazos (El FMI reclama acelerar su ritmo). La “recomendación” cambiaria del FMI soliviantará todavía más al capital agrario, reforzando la política de retención de la cosecha. Este cuadro de conjunto ensombrece las expectativas que, para el gobierno, despertaba la aprobación de la ley Bases. El factor más dinámico de la crisis política es el agotamiento del capítulo Caputo, y la lucha de intereses que se ha desatado en el riñón de los intereses sociales que bancan a Milei. 

Marcelo Ramal 
 22/06/2024

sábado, junio 22, 2024

La sobreexposición a las pantallas nos convierte en seres dispersos y poco empáticos


Está usted leyendo un libro. De pronto suena una notificación en su móvil. O quizá no suena nada, simplemente lleva ya 15 minutos leyendo. Necesita una distracción, una autodistracción. ¿Cuántos minutos tardará en recuperar la atención? Uno podría pensar que solo se pierde un par de minutos mientras se lee el mensaje y uno vuelve a su tarea. Esto si no nos distraemos con otra cosa por el camino. Sin embargo, aunque solo dediquemos unos segundos para ver la notificación, el tiempo perdido es mucho mayor: 23 minutos. Nada menos que 23 minutos se tarda en recuperar el estado de atención previo a la interrupción. 
Es mucho tiempo. Sobre todo si tenemos en cuenta que recibimos muchas notificaciones al día. La interrupción constante nos impide tener las riendas de nuestro tiempo. Nos puede convertir en seres troceados en múltiples pedazos que no guardan relación entre sí. 
 Esta atomización de las tareas deteriora nuestra identidad diacrónica, es decir, la historia de nuestro yo, que debería ser una historia coherente que refleje un proyecto vital. Podemos preguntarnos al cabo de los días, de los meses, de los años, ¿qué ha sido de mi tiempo? ¿Lo he dedicado realmente a lo que quería?

 Inmersos en la multitarea 

 Para justificar la distracción constante se emplea el término “multitarea”. Un término inventado cuando se produjeron las primeras máquinas con dos procesadores con capacidad para hacer dos o más cosas a la vez. Según el neurocientífico estadounidense Earl Miller, el ser humano no es capaz de eso. No hace varias cosas a la vez, sino que alterna. Así, a una tarea le sucede otra. Y la alternancia excesiva de tareas a la que nos hemos habituado deteriora la atención. 
 La interrupción cercena nuestra atención sostenida y borra parte de nuestra memoria de trabajo. Nuestra atención sostenida puede llevar a los llamados “estados de flujo”. Estos estados son los de atención más profunda, y están muy vinculados a la felicidad. Son aquellos estados en los que el objeto (el libro que leemos, por ejemplo) nos absorbe por completo. 
 Muchos recordamos momentos así en nuestra vida y son especialmente satisfactorios. Quedamos totalmente inmersos en la tarea. Precisamente, la pantalla (aún sin internet ni notificaciones) posee un escaso flujo. No ayuda a cultivar la atención. Ya solo por eso, deberíamos repensar su uso. 
 Pero si hablamos de los niños la cosa es mucho más grave. Prescindir de las pantallas es especialmente necesario para los niños. Sin embargo, muchos colegios se han entregado a ellas y a las grandes empresas tecnológicas que las comercializan. Un día le dije a mi hijo de cuatro años que soy profesor y me respondió: “¿Tú eres el que maneja la pantalla?”. Es lo que veía en el colegio. 

 Los niños necesitan educar la atención

 Los niños necesitan educar la atención, el gusto y la relación con ellos mismos. Esto no es posible si están habituados a estímulos constantes. Una educación de estímulos hace que todo les aburra. Se sienten incómodos con todo, incluso con ellos mismos. Necesitan dosis cada vez más altas de estímulos. La educación se convierte en subir la apuesta de los estímulos. Se trata de ludificar la educación hasta que ya no se distingue una clase de un videojuego.
 Sin embargo, el cultivo de la atención y del gusto exige aburrirse. La persona, una vez cultivada, ya no se aburre de estar sola, ni de un buen libro, ni de una conversación. La persona cultivada disfruta de esas cosas. Pero el niño educado con pantallas no se cultiva, sino que caza. 
 Es un cazador de estímulos o, como mucho, de información. 
Los niños necesitan acostumbrarse a la lectura, al silencio o, simplemente, a no hacer nada exteriormente. Sobre todo, los niños necesitan usar su imaginación para jugar. Todas estas cosas ayudan a cultivar la atención, la relación con uno mismo y le preparan para la vida social. 
 Los comerciales que presentaron el Chromebook (el portátil de Google) como una buena herramienta para el estudio olvidaron mencionar estas pequeñeces a los colegios españoles. 
 No nos sorprendamos después si los niños están llenos de ansiedad o tienen una identidad débil y dependiente de la aprobación ajena. Simplemente no han tenido tiempo de saber quiénes son y de forjar un yo sólido. No han tenido tiempo de hablar con ellos mismos, de encontrarse y de iniciar un diálogo interior. 
 Muchos niños ya no tienen tiempo para desarrollar su identidad. El activismo, la tecnología y el deseo de éxito llevan a sus padres a organizar su tiempo como algo que hay que explotar y hacer rendir. Los colegios hacen lo mismo. 

 Problemas de empatía 

 Los problemas para empatizar con el otro, según la psicóloga Sherry Turkle, surgen hoy en día porque no se ha cultivado la soledad. El tú es otro yo. Si no hay un yo, si no me conozco, ¿cómo sabré reconocer al otro? Paradójicamente, Turkle muestra que solo si se cultivan tiempos de soledad se puede tener una auténtica empatía y amistad con los otros. La formación del yo y la relación con los otros están íntimamente relacionadas.
 Ahí se ve cómo la actividad permanente deteriora las relaciones. Hay que cultivar la soledad reflexiva precisamente para lograr relaciones sólidas con los otros. 

 Alfonso Ballesteros Soriano. 
Profesor Permanente Laboral de Filosofía del Derecho, Universidad Miguel Hernández Fuente. https://theconversation.c

Nuevo fallo en Londres contra la Argentina por el cupón PBI


La Justicia británica volvió a fallar la semana pasada en contra de la Argentina en el juicio por 1.500 millones de dólares que los fondos buitres reclaman por la manipulación del cupón PBI durante el gobierno de Cristina Kirchner. 
 La deuda originaria es la de US$95.000 millones que se defolteó en 2001 y que fue comprada por los fondos buitres a precio de remate. En 2005, Nestor Kirchner y Lavagna –como ministro de Economía– negociaron una quita del 40 %, que en realidad, significó un reconocimiento de una deuda que no valía nada por hallarse en default. Para que entraran en el canje, además de conceder una tasa de interés en dólares superior al 10 % –que duplicaba la internacional– Kirchner puso como zanahoria el cupón PBI, el cual gatillaba un beneficio extra si el PBI del país crecía más del 3,5 %. Esto a la Argentina le significó un desangre extra de 1.200 millones de dólares al año en concepto de intereses por los bonos ajustados al incremento del PBI, debido a que hasta el 2008 tuvo un crecimiento de más del 8 % -en parte por una situación internacional favorable a la compra de soja y en parte porque el parámetro de comparación para considerar la magnitud del crecimiento era muy bajo, el año 1993–. 
 En 2014, durante el gobierno de Cristina, el ministro de Economía Axel Kicillof cambió la fórmula de cálculo del PBI –se empezó a usar como parámetro el año 2004– de manera que el crecimiento real quedaba por debajo del 3,5 % necesario para que se gatillara el pago del cupón. 
 Los fondos buitres iniciaron demandas internacionales en Estados Unidos -donde la justicia falló a favor de Argentina– y Reino Unido –donde falló en contra-. 
 El año pasado, en el país europeo, el juez Simon Picken dictaminó que la Argentina debía pagar 1.300 millones de dólares a los demandantes. En abril de este año la corte de operaciones británica aceptó que se presente la apelación, -pero a cambio del pago de más de 300 millones de euros en concepto de caución– y solo para ratificar el fallo de primera instancia contra la Argentina. 
 A esto se suma el fallo por la nacionalización de YPF qué condena al estado argentino. Los fondos buitres –quienes también compraron los derechos de este juicio a precio de remate– están reclamando acciones de la empresa en compensación o, en su defecto, bonos de deuda emitidos por el tesoro argentino con las reservas de Vaca Muerta. 
 Como parece que el escarmiento nunca es suficiente, en la Ley Bases, que espera todavía la ratificación de diputados, se reconoce al CIADI –que depende del Banco Mundial– como tribunal internacional para posibles reclamos de los inversionistas.
 En todos los casos, el reconocimiento de los tribunales internacionales, significa una carga adicional a la piedra de Sísifo que representa la deuda externa y que el gobierno de Milei sigue aumentando, a pesar de cumplir con todos los pagos, por estar gran parte de los bonos indexados por inflación y porque se suman los nuevos bonos que el gobierno creó para pagarle a importadores y a los generadores de energía. 
 Todos los caminos conducen a un default mayúsculo.

 Luciana Diaz 
 21/06/2024