viernes, mayo 02, 2025

Aniversario. Bull Rockett y Oesterheld: un científico atómico aventurero y un apasionado por la escritura de ficción


El 27 de abril del 1977 Héctor Germán Oesterheld fue secuestrado por los militares en La Plata y continúa desaparecido. Recordamos a su personaje Bull Rockett, un tipo de héroe de ciencia ficción, el comienzo de la construcción del concepto de grupo como protagonista que se volvería emblemático en su legado literario, en la historieta argentina y de El Eternauta. ¿Lo leíste ya? 

 Oesterheld, antes de convertirse en el genio del guion de historietas que todos conocemos (creador del El Eternauta, nada menos), tenía una formación oportuna para la imaginación: era licenciado en Ciencias Naturales con especialización en Geología. Además, trabajó escribiendo libros de divulgación científica.
 Para la literatura de ciencia ficción, especialmente en Argentina, Bull Rockett significó una obra pionera y fundamental en la trayectoria de Héctor Germán Oesterheld, uno de sus primeros personajes importantes y un gran éxito de ventas en la "edad de oro" de la historieta local. La saga de Bull Rockett arranca en 1952. Surgió de un encargo de Cesare Civita, el director de Editorial Abril, que quería una historieta de aventuras modernas con un "piloto de pruebas". Pero Oesterheld, fiel a su estilo, le dio una vuelta de tuerca al personaje. Bull Rockett no es solo un piloto; es también un científico atómico, campeón de box y aventurero. Una mezcla explosiva.
 En la piel del científico aventurero, el escritor argentino creo guiones que reflejan esos imaginarios científico-técnicos que circulaban en la Argentina de los años 50. Era como si quisiera difundir la ciencia con el gusto de la aventura y darle a la aventura ese aire de "modernidad" que venía del conocimiento científico de vanguardia. Bull Rockett no es un superhéroe con poderes fantásticos, ni esos "héroes atómicos" de la Guerra Fría que usaban trajes especiales o pilas atómicas devastadoras. Es un héroe completamente humano. Sus soluciones no vienen de superpoderes, sus aventuras se mueven dentro de lo verosímil, lo que él llamaba la "ciencia posible" de su tiempo. En un momento donde la ficción yanqui estaba empapada de paranoia anticomunista, Bull Rockett ofrecía un camino distinto, un realismo humanista que era toda una novedad en el género. 
 Narrativamente, Oesterheld ya estaba experimentando cosas que usaría después. Una fue el relato en primera persona. El narrador es Bob Gordon, un periodista deportivo, un tipo común, que se convierte en testigo y ayudante del héroe. Su entrada en la Aventura, que le cambia la vida, coincide con que conoce al Héroe. Y fíjate qué particularidad: un "bautismo" que se repite en Oesterheld es el de conocerse a trompadas, una pelea física que sella la unión. 
 Bull Rockett no está solo, tiene a su mecánico Pic y al narrador Bob Gordon como laderos. No son solo ayudantes, son parte de un "sistema del héroe". Cada uno tiene su función, y esto rompió con los típicos dúos o héroes solitarios ideologizados de la época. Oesterheld incluso metía toques humanos con rivalidades y celos dentro de la amistad incondicional del grupo. Esa idea del grupo, del "nos salvamos entre todos". Los villanos, si bien son un poco esquemáticos y a veces solo sirven como excusa para que arranque la trama, a menudo usan alguna terrible novedad científica perversamente. El foco de la acción muchas veces está en resolver el enigma científico que plantea el malo. Bull Rockett y sus amigos, aunque operan desde el centro del poder occidental (Pentágono, FBI), buscan preservar un orden sin cuestionarlo fundamentalmente. 
 La serie, que se publicó en revistas como Misterix y Super Misterix, y hasta tuvo adaptaciones noveladas, fue promocionada como "la historieta científica". Y eso ya te da una pista de por dónde venía la mano. Los dibujos arrancaron con el italiano Paul Campani (inspirado en Burt Lancaster) y después pasó a manos del joven Francisco Solano López. El estilo de Solano para la serie se adaptó al de Campani. 
 La ciencia ficción, a través de sus narrativas especulativas y futuristas, se convierte en un terreno fértil para explorar, cuestionar y criticar sistemas políticos, estructuras sociales y los mecanismos de poder y control. La figura de Héctor Germán Oesterheld, desaparecido durante la dictadura militar en 1977 y militante activo en Montoneros, está indisolublemente ligada a su obra El Eternauta. Apasionado de aventurar, de imaginar, suponer, proponer con riesgo, en su arte y en su vida. En el prólogo a Crónicas Marciana, Jorge Luis Borges señala que la ciencia ficción usa el futuro o el espacio como "metáfora de lo humano", habla sobre la experiencia y la condición humana. ¿Qué nos dicen Bull y sus amigos de aventuras?...tendremos que leerlo ( o releerlo) para descubrirlo.

 Liliana Vera Ibáñez 
Redacción LID 
@liluzlisam / IG: @Pisotomia 
 Lunes 28 de abril 08:16

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