martes, julio 16, 2024

La desaparición de Loan y el celular de Carlos Pérez, o la Armada Argentina como una cueva de pedófilos


María Victoria Caillava y Carlos Pérez. 

Sobre el resultado de las pericias en el celular del capitán de navío detenido en la causa. 

 Los resultados preliminares de las pericias encontraron en el celular de Carlos Pérez, el capitán de la Armada implicado en la desaparición de Loan, visitas a sitios web donde se difunden materiales de representación sexual de niñas, niños y adolescentes (mal llamada pornografía infantil). Este hallazgo refuerza la hipótesis de que el niño fue secuestrado con fines de explotación sexual, y al mismo tiempo da cuenta de la impunidad con la que operan las redes de pedofilia en el país. 
 Los peritos constataron que Pérez había ingresado a esos contenidos inmediatamente después de la desaparición de Loan. Además, aparecieron audios y mensajes borrados. Ahora bien, no es el primer caso donde un miembro de la Armada Argentina aparece involucrado en esta clase de delitos; por el contrario, la producción, comercialización y consumo del abuso sexual contra las infancias en representaciones digitales es una práctica extendida en dicha institución. 
 Precisamente la Base Naval Puerto Belgrano, ubicada en Bahía Blanca, donde Carlos Pérez ocupó el cargo de Jefe de Contrainteligencia de la Marina, fue allanada en tres oportunidades por este motivo. La primera vez, en diciembre 2021 bajo una orden judicial caratulada “S/producción, distribución, comercialización, etc. de representaciones sexuales de menores de 18 años”. El segundo allanamiento se produjo en noviembre de 2022 sobre el domicilio de un marino radicado en esa unidad militar por haber descargado y compartido material de abuso y explotación sexual contra niños, niñas y adolescentes. El último ocurrió en abril del 2023 en la biblioteca de la base naval por una causa de grooming. 
 No es casualidad que todos estos hechos provengan del mismo lugar. Sin embargo, ningún uniformado está preso por ello y menos aún se investigó la posibilidad de que en la Base Naval Puerto Belgrano exista una red de pedofilia. Se trata de un negociado que crece al amparo estatal y el encubrimiento es mayor cuando los implicados pertenecen a alguna fuerza represiva. A lo sumo montan allanamientos esporádicos para fingir preocupación en el asunto. 
 En ese sentido, cabe preguntarse cómo puede ser que la Justicia no haya relacionado esos antecedentes con la desaparición de Loan, siendo Carlos Pérez coautor de ese hecho. Finalmente, desde el poder intentaron en todo momento desviar la investigación para eludir la hipótesis de trata, en función de preservar los intereses del crimen organizado y las ganancias millonarias que reportan esas actividades delictivas.
 Los vínculos de la Armada con la explotación sexual de las infancias no concluye ahí. En 2016, en el barrio de La Boca, detuvieron a un suboficial de la Marina por producir y distribuir imágenes donde abusaba de su hijastra menor de edad. En 2010, otro suboficial que trabajaba en el Ministerio de Defensa y vivía en Gregorio Laferrere enfrentó un juicio oral por publicar imágenes y videos pedófilos en internet. 
 Si quedaban dudas que la Base Naval Puerto Belgrano es un reducto de violadores, recordemos que en mayo 2023 detuvieron a uno de sus efectivos por abuso sexual; en abril de ese mismo año condenaron a otro marino por violar a dos niñas de cuatro años y 12 años, respectivamente. En junio 2023 también apresaron a un oficial de la base por haber abusado de su hijastra desde los 6 a los 11 años; un hecho similar había salido a la luz en 2019. Incluso, en junio de 2022 un capitán de navío retirado fue condenado por abuso sexual contra una suboficial. 
 No son casos aislados, sino que obedecen a una matriz que educa a los militares en el sometimiento y la humillación de los más débiles, para lo cual utilizan múltiples herramientas y el abuso sexual contra las infancias es una de ellas. Se saben tan impunes, que hacen de la pedofilia un terreno de comercialización. Estas mafias son las que Milei y Villarruel quieren reponer en las tareas de seguridad interior, a los fines de reprimir todavía más al pueblo que lucha. 
 Lo anterior, sumado a complicidad de la Policía de Corrientes en el secuestro de Loan -que llevó a la renuncia del ministro de Seguridad provincial, Buenaventura Duarte- ilustra cuán entrelazadas están las fuerzas represivas en su conjunto con el tráfico de niños. Una de las razones para rechazar su reforzamiento y redoblar los esfuerzos en transformar este sistema fundado en la barbarie.

 Sofía Hart

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