Después de haber imitado a Trump en la consecución de estafas piramidales con cripto-monedas, Javier Milei ha decidido ir un poco más lejos. Así como el magnate americano, en su momento, moldeó a la Corte Suprema yanqui con el nombramiento de tres jueces adictos, Milei acaba de designar por decreto a Ariel Lijo y García Mansilla en el máximo tribunal de Argentina.
La decisión abrió un conflicto político. Un comunicado presidencial justifica el decretazo por la mora del Senado en resolver los nombramientos. El “pliego” de Lijo había conseguido las firmas necesarias para su tratamiento, incluyendo a varios senadores kirchneristas. El de García Mansilla, un reconocido clerical antiabortista, no. Ahora, el gobierno ha nombrado a los dos por decreto, en comisión por un año, con opción a otro año. En el interín, la Corte por decreto podría avanzar en la cuestión de la coparticipación de la Ciudad; los fondos para la seguridad bonaerense y las deudas a las provincias por las cajas previsionales no transferidas. Nos permitimos agregar una cuestión de las últimas horas: la futura Corte deberá dictaminar en el litigio en torno de la compra de Telecom por parte de Telefónica-Clarín. Aunque Milei se declara “pro-monopolio” en sus libros plagiados, no se priva de atacar a la “concentración” cuando una operación de compra bloquea el ingreso de los capitales norteamericanos que rondan sobre la telefonía digital local. Fuera de lo estrictamente económico, la Corte que viene deberá decidir el futuro penal de Cristina Kirchner y, eventualmente, de Mauricio Macri, o de los propios libertarios con la estafa del criptogate, la licitación de la Hidrovía y los defectuosos aviones caza daneses.
Las designaciones por decreto desataron un debate “institucional”. Si el Senado tiene o no condiciones para rechazar estos decretos. En el gobierno, aseguran que los nombramientos pueden durar un año, con independencia de lo que decida el Senado. La oposición, por el contrario, reclama la “competencia del Congreso”. El mileísmo aduce que el decreto, por su carácter “administrativo”, no requiere ser tratado en la cámara alta. Los senadores, sin embargo, tienen la carta de rechazar los pliegos de los dos jueces en el recinto. En ese caso, se desataría un conflicto de poderes. Lijo tampoco quiere renunciar a su actual cargo de juez federal, por si la designación para la Corte fracasara. Los magistrados se muestran “efectivos” para convalidar despidos de obreros o pérdidas de conquistas laborales, pero no sus puestos de privilegio Para el caso en que la Corte rechace su licencia y no se niegue a tomarle juramento, la pandilla libertaria guarda una carta final: juraría ante el propio presidente.
El golpe de mano de Milei es, en lo político, un esquema piramidal; el valor de sus actos depende de que sean respaldados por Trump y el FMI, y que no sean afectados por la crisis financiera internacional y la guerra. Milei construye su Corte adicta gastando “a cuenta de”. El Congreso ya ha demostrado que no está para incomodar a Milei sino para acomodarlo. Los opositores que “trinan” por Lijo y García Mansilla, comparten el objetivo antiobrero estratégico de los ‘libertarios’. El “conflicto de poderes” podría terminar del mismo modo que el DNU 70 o los vetos presidenciales. Por lo pronto, en el bloque de senadores de Unión por la Patria “ratificaron este martes que están "abiertos al diálogo", donde se supone que seguirán negociando la sentencia final contra CFK por Vialidad, luego de haber obtenido el aplazamiento de ‘ficha limpia’. Por eso “confirmaron la intención de avanzar en gran mayor, que incluya no sólo los cargos de la Corte sino también el procurador general y el defensor del pueblo” (Clarín, 26/2). La misma nota señala que Cristina Kirchner incluyó en ese paquete una ampliación de la Corte a 7 o 9 miembros y los nombramientos de juzgados vacantes. En ese cuadro, la decisión de “vaciar la Asamblea Legislativa” de este sábado, por parte del kirchnerismo, sería como los ‘paros’ de la CGT.
Los dimes y diretes en torno de la Corte por decreto ponen de manifiesto la voluntad de la oposición patronal de ‘aguantar’ a Milei “hasta que las velas no ardan”. Como ya dijo CFK, “hasta 2027”.
Marcelo Ramal
26/02/2025
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