La resolución que establece el nuevo reglamento (el anterior data de 2004) se enmarca en la reforma educativa que anunciara en 2024 el gobierno de Macri con el nombre de “Plan Estratégico Buenos Aires Aprende.” Al contenido reaccionario en materia de degradación educativa y de despidos docentes, se agrega ahora un régimen de represión interna que procura el disciplinamiento de docentes y alumnos.
El capítulo referido como “Prohibiciones del personal docente” es propio de un régimen de dictadura. Entre otros puntos, prohíbe: “Expresar durante el desarrollo de las clases, opiniones o adoptar conductas de manera intencionada que pudieran influir, confundir y/o afectar a los menores en temas relacionados con religión, sexualidad, género, etnia, política partidaria u otros de similar relevancia. En caso de que estos surjan durante la clase por iniciativa de un estudiante, el docente deberá informar al equipo de conducción para que los equipos especializados (!) puedan intervenir y brindar el acompañamiento necesario al estudiante y su familia en cada situación”.
Con la figuración de una psiquis del adolescente como una tábula rasa, permeable acríticamente a cualquier idea que se le presente, todo conocimiento que se presente en forma crítica por el docente, se presenta como una manipulación ideológica que tiene como fin alterar el desarrollo psíquico del joven. Es la narrativa de Milei de que lo que llama “ideología de género” constituye abuso infantil. El recurso discursivo a la “libertad individual” habilita al liberticidio educativo y cultural.
El agregado del adjetivo “partidaria” al sustantivo “política”, busca legitimar la prohibición de todo debate sobre la realidad social y política en general. Cualquier simple opinión puede interpretarse como propia de un “partido”, en la medida en que un partido expresa un conjunto de ideas, programa, etc. sobre la realidad social y política; de modo que cualquier mención a ésta habilita la intervención de la conducción escolar y sus “equipos especializados”. Figura, esta última que no existe en el actual sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Se afirma con esto la constitución de un cuerpo de control ideológico? Por último, señalemos en este punto la mención a la familia en el “acompañamiento” al estudiante “frente a estas situaciones”; punto que incentiva un régimen de hostigamiento de la labor docente y de denuncias con consecuencias laborales.
Dentro del mismo artículo referido como “Prohibiciones del personal docente”, se establece dentro del reglamento escolar un punto ya presente en la ley nacional de esencialidad educativa, que tiene media sanción en Diputados: “Desarrollar toda conducta, acción, o actividad que implique la interrupción del servicio o apertura regular del establecimiento, afectando con ello el Derecho a la Educación Superior de los Niños, Niñas y Adolescentes, reconocidos en la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los Tratados Internacionales, bajo apercibimiento de ser pasibles de sanciones disciplinarias, en el marco del procedimiento sumarial correspondiente.” ¡La normativa escolar de CABA se reserva para si la potestad de anular el derecho a huelga anticipándose al Estado Nacional!
Una tendencia internacional reaccionaria que debe ser enfrentada por la organización de los docentes y estudiantes en las escuelas.
El reglamento que impulsan Macri y su ministra Mercedes Miguel, tiene su antecedente en la decisión del gobierno de CABA de dar de baja los contenidos sobre Educación Sexual Integral del del portal virtual Educ.ar (productos audiovisuales con contenidos sobre grooming, anticoncepción y prevención de VIH). En dicha oportunidad, Jorge Macri había sostenido que “Todos los documentos, imágenes, videos, cursos, actividades y bibliografía de esta materia serán objeto de un estudio neutral”; la misma línea argumental que sostiene el reglamento escolar sobre (aquellas opiniones o conductas que) “de manera intencionada pudieran influir, confundir y/o afectar a los menores en temas relacionados con religión, sexualidad (...)”
El argumento en el decreto de Milei que incorpora en la Reglamentación de la Ley 26.061 de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes es el siguiente apartado: “La imposición de una manera de pensar y/o actuar política partidaria, especialmente en el ámbito educativo, vulnera el derecho a la dignidad y la integridad personal de los niños, niñas y adolescentes, constituyendo un trato que afecta su integridad personal”.
La política educativa de Jorge Macri se alinea con la corriente internacional reaccionaria de Trump, Meloni y Milei (ver Política Obrera 23/01/2025). Enfrentemos estos intentos fascistizantes con la organización de docentes y estudiantes en las escuelas por la defensa de una educación crítica y emancipadora.
Alejandro Barton
13/02/2025
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