El cierre del 81º festival internacional de cine de Venecia quedó marcado por el discurso de la directora estadounidense Sarah Friedland, de origen judío, quien fuese premiada a mejor dirección en la sección Horizontes, mientras que su largometraje “Familiar Touch” recibió una estatuilla por mejor ópera prima (Premio León del Futuro Luigi de Laurentis).
Desde su atril, el palacio del cine en el Lidio de Venecia, la creadora cinéfila afirmó que “Como artista judeoestadounidense que trabaja en un medio basado en el tiempo, debo señalar que acepto este premio en el día 336 del genocidio de Israel en Gaza, en el año 76 de ocupación. Creo que es nuestra responsabilidad como trabajadores del cine utilizar las plataformas institucionales, a través de la cuales trabajamos, para abordar la impunidad de Israel en el escenario global. Me solidarizo con el pueblo de Palestina y su lucha por la liberación”.
Breve discurso aplaudido por un nutrido público, compuesto por actores, directores, guionistas y productores de todas partes del mundo. Sumado al posterior apoyo en las redes sociales.
La joven directora norteamericana inició su carrera en 2016, produciendo video clips musicales. Los siguientes ocho años los dedicó a realizar documentales sociales, con una fuerte carga experimental. Así lo explicaba, cuatro años atrás, en una entrevista brindada a la revista “Desistfilm” (28/08/2020) como parte de la presentación de “Crowds” (Multitudes): “Parte de cómo sucedió este corte fue escuchar los discursos sobre la vida colectiva, la vida social, los espacios públicos, etc., en los últimos años, y ubicar en el lenguaje de las personas una invocación al movimiento, a la coreografía. Por ejemplo: ¿Qué movimiento y acción física se invoca cuando se usa la palabra ‘disturbios’ frente a una ‘protesta’? (…) Hay mucho que decir sobre lo que puede hacer un espacio escénico, pero realmente me atrae cómo leemos el movimiento corporal en la puesta en escena especifica que permite la película”.
“Familiar Touch” (Toque Familiar) es su primer largometraje, donde narra la historia de una anciana que sufre demencia senil, y lo que significa, para ella y sus allegados, el ingreso a un geriátrico.
El discurso de Friedland se suma a un conjunto de artistas que se han expresado en apoyo a la lucha del pueblo palestino, en defensa de sus territorios, como así también las multitudinarias movilizaciones en las principales ciudades del mundo.
Por una Palestina única, laica, libre y socialista. Viva la resistencia palestina.
Maxi Robes
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