martes, octubre 22, 2024

Otra cena de la vergüenza en Olivos


Aceptaron el convite los gobernadores de Misiones, Catamarca, Tucumán y Salta. Pactaron el voto al Presupuesto 2025. 

Es el caso de la cena ocurrida anoche en la quinta de Olivos entre Milei y cuatro gobernadores de las provincias más pobres del país: Passalaqua de Misiones, Sáenz de Salta, Jalil de Catamarca y Jaldo de Tucumán. 
 El cuarteto y sus diputados vienen siendo pieza clave para sostener el ajuste más grande de la historia contra los trabajadores. Fueron claves a la hora de aprobar la Ley Bases y de sostener a fondo la aprobación del RIGI con beneficios extraordinarios para las mineras. 
 Luego bancaron el veto a los jubilados y más recientemente el veto al financiamiento universitario. Esto, aunque algunos como Sáenz o Jalil intentaron disimular mandando a un par de sus diputados a votar en contra, pero ambos gobernadores fueron claves porque hicieron ausentar a la diputadas Vega y Ávila para que el veto quede firme. 
 En todos los casos se justifican en nombre de que deben administrar sus provincias y necesitan los fondos nacionales pero los acuerdos firmados por todos ellos para reanudar obra pública parada no se han cumplido. Así lo reconocen ellos mismos. Lo que sí se siente en las provincias es la consecuencia del impacto del ajuste nacional, los salarios de los empleados públicos han perdido entre un 30 y un 40% promedio contra la inflación, la obra pública está parada. En el caso de Sáenz, para terminar unas 1000 viviendas del FONAVI apeló a un sistema de ahorro previo que dejó fuera de la oferta a la mayoría de los inscriptos (hay que aportar unos 40 millones para entrar). 
 Lo que explica la conducta servil de estos cuatro gobernadores no es que sean víctimas de un Milei que los extorsiona sentado en la caja del Estado nacional, sino su acuerdo estratégico con el paquete antiobrero que respaldan con todo los dueños de los ingenios, las mineras, las tabacaleras… en fin, todo el gran capital instalado en las provincias. 

 Siga, siga 

Se ha hecho público que el temario de la cena fue renovar el pacto con Milei. Esta vez es el compromiso de votar en favor del presupuesto y de colaborar con el veto en caso de que se sancione una ley que modifique la reglamentación que viene de la época de CFK y establece que el veto queda firme si no lo rechazan ambas cámaras. 
 Antes de entrar a Olivos anoche, Sáenz ya anticipó que votaría el presupuesto “si es que se incluyen las obras públicas para Salta”. La impostura no puede ser mayor porque el articulo 1° del proyecto establece que todas las partidas del presupuesto, incluida la de obra, están condicionadas al pago de la deuda. Es decir, que todas las partidas se financian “con lo que sobre” y se reducirán todo lo que haga falta (son un dibujo, especialmente si se tiene en cuenta que el gobierno hasta ahora no tiene los recursos para pagar los vencimientos de la deuda). 
 El presupuesto que va a votar el cuarteto es un plan de guerra. Los jubilados de la mínima, que en Salta son 100.000, el año que viene serán aún más pobres que ahora porque se congela el bono, 9 de cada diez mujeres y 7 de cada 10 hombres no podrán jubilarse porque desaparece la moratoria, solo por poner algunos ejemplos de sus efectos devastadores para los trabajadores de las provincias. 
 Hay que agregar, claro, que estos gobernadores cómplices de Milei están, sin disimulo, en la interna del PJ. Los presidentes de las cámaras de diputados de Salta y Tucumán con Quintela. Los que mantienen en las formas, sus votos de oposición e integran los bloques de UXP en el Congreso y van en la lista de CFK, pero en sus provincias sostienen a los gobernadores, es el caso de Corpacci en Catamarca, Yedlin en Tucumán o Estrada en Salta.
 La cena de anoche pone blanco sobre negro que estamos frente a un régimen incorregible, rabiosamente antiobrero y antipopular, que tiene una de sus patas en los gobernadores del Norte. Milei se tiene que ir y sus cómplices también.

 Claudio Del Plá

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