El asesinato del máximo jefe militar y político de Hamas en la Franja de Gaza, Yahva Sinwar, por parte de las tropas israelíes, desató el júbilo del imperialismo y el sionismo.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó -con burdo maniqueísmo- que “el mal (sic) ha sufrido un golpe”. El premier, responsable de la muerte de más de 40 mil palestinos en un año y el bombardeo cotidiano de escuelas, hospitales y centros de refugiados sería, supuestamente, “el bien”. Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, confundió los intereses del imperialismo con los del planeta en su totalidad. “Es un buen día para Israel, para Estados Unidos y para el mundo entero”, dijo. Vale señalar que, el mismo “buen día” que fue abatido Sinwar, 28 palestinos murieron en el enésimo ataque contra una escuela en Jabaliya.
La información difundida por el ejército israelí y por Hamas permite reconstruir que Sinwar murió en áspero combate con las fuerzas sionistas, atrincherado en un edificio de algún lugar no identificado del enclave costero que los soldados israelíes demolieron con disparos de tanques de guerra. Lo encontraron por casualidad, ya que no fue un operativo específicamente planificado para acabar con su vida. Un video filtrado por Israel muestra a un hombre enmascarado, que sería el propio Sinwar, lanzando un palazo a un dron que monitoreaba el lugar. Al difundir estas imágenes como un trofeo, Tel Aviv no reparó en que en el mundo árabe ha terminado de configurar una leyenda.
Sinwar se unió en los ‘80 a Hamas, organización islámica que nació en 1987, el mismo año de la primera Intifada, levantamiento popular palestino contra las fuerzas de ocupación israelíes. Estuvo detenido durante más de dos décadas en Israel debido al secuestro y muerte de dos soldados israelíes, y allí se transformó en uno de los referentes de los presos políticos palestinos. En 2011, fue liberado junto a otros 1.026 detenidos, como parte de un intercambio por un soldado israelí apresado. Israel lo considera el ideólogo y ejecutor de la incursión y captura de rehenes por parte de las organizaciones de la resistencia palestina el 7 de octubre de 2023.
La muerte de Sinwar, que había asumido también la jefatura política de Hamas en agosto, tras el asesinato, en Irán, de Ismael Haniyah, es un golpe severo a la resistencia palestina, que ha perdido dirigentes muy importantes en las últimas semanas, del mismo modo que Hezbollah perdió a su líder histórico, Hassan Nasrallah. A raíz de ello, desde la Casa Blanca y desde algunos sectores políticos israelíes se especula con la posibilidad de que Hamas se vea forzado a aceptar un acuerdo desfavorable, que incluya la liberación de los 100 rehenes en poder de la milicia y la permanencia militar de Israel en el enclave.
De todos modos, el análisis se confunde aquí con el deseo. Netanyahu dijo que las operaciones contra Gaza y Líbano continuarán. La escalada creciente del sionismo, que aún tiene pendiente, además, un prometido ataque clave contra Irán, podría producir también el efecto contrario, es decir, una mayor radicalización en su contra en la región.
Aún es pronto para hacer conjeturas. Por el momento, Hamas ratificó, en su primera declaración posterior a la muerte de Sinwar, el planteo que había llevado a la mesa de negociaciones patrocinada por Egipto y Qatar: el retiro de las tropas israelíes de Gaza, dice, es la condición para la liberación de rehenes y un cese al fuego.
La situación en la región, mientras tanto, es cada vez más dramática como fruto de la invasión de Gaza, Líbano y los bombardeos contra Siria y Yemen (nuevamente atacado por Washington en las últimas horas). En el enclave costero, según denuncias de la ONU, hay días enteros que no ingresa un solo camión con asistencia humanitaria. Están matando de hambre al pueblo gazatí. En Líbano, hay más de un millón de desplazados en pocas semanas, y Netanyahu amenaza con una nueva Gaza en la tierra de los cedros.
Esta barbarie exige la movilización solidaria de los pueblos del mundo. Abajo el genocidio. No a la invasión de Gaza y Líbano, fuera las tropas israelíes. Viva la lucha del pueblo palestino y libanés. Por una Palestina única, laica y socialista, como parte de una federación socialista de Medio Oriente.
Gustavo Montenegro
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