Un 3 de septiembre pero de 1920 nacía el artista argentino León Ferrari.
Le preguntamos a la especialista en artes visuales Carmela Torres, integrante de Contraimagen, qué cita elegiría a propósito de esta fecha y esto nos contaba.
Elegí para recordar a este gran artista argentino el libro “El caso Ferrari. Arte, censura y libertad de expresión en la retrospectiva de León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta, 2004-2005”, editado en 2008, que da cuenta de un hecho excepcional. Contando con una gran documentación, reflexiones y ensayos, el libro describe detalladamente los importantes debates generados por la retrospectiva de León Ferrari en la sociedad argentina. Debates, cuyos actores siguen vigentes: la Iglesia, las operaciones de la derecha, el potencial crítico del arte y la libertad.
Fue en 2004, hace casi 20 años en la sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta (CCR) de Buenos Aires que se llevó a cabo una retrospectiva del artista que recorría desde sus primeras obras abstractas de los años 50 hasta sus producciones más recientes. La retrospectiva venía a saldar una deuda con Ferrari que contaba con 50 años de trayectoria y un trabajo que era reconocido local e internacionalmente; cuyas obras habían sido premiadas en infinidad de instancias. Su arte cobró una gran relevancia en los años 60 a partir del envío al Premio del Instituto Di Tella en 1965 de la pieza “La civilización occidental y cristiana”, ubicando su producción artística dentro de la tradición crítica del arte argentino. Esta obra y otras tantas series que cuestionaban las instituciones se encontraban presentes en la retrospectiva.
Desde el momento del montaje y días previos a la inauguración comenzaron a llegar emails al CCR con mensajes de repudio a la muestra pidiendo su cancelación. Los mensajes iban desde acusar a la obra de “arte erótico”, fundamentaciones jurídicas de carácter moral sosteniendo que la exposición agraviaba a Dios, a Jesús, a la Virgen María, a los santos y quienes profesaban la fe católica, hasta amenazas abiertas con imágenes de Hitler.
Sin embargo, innumerables personalidades y artistas mostraron su apoyo a la realización de la exhibición. Finalmente la misma se inauguró en diciembre; el dramaturgo Tato Pavlovsky escribía al respecto en Página12: “(...) Es un alarde a la imaginación creadora. A la libertad imaginativa como arma revolucionaria. Pero no de mensaje. Sino de convulsionarse por la visión de lo transgresivo hecho belleza. De la monstruosidad hecha belleza. De la impostura hecha belleza. De la función crítica del intelectual. Es un arte monstruosamente visceral e intensamente inteligente”.
Una vez comenzada la muestra, la Iglesia formalizó sus ataques. El párroco Rómulo Puiggari de la Iglesia del Pilar, que se encuentra al lado del CCR; le pidió a sus fieles que enviaran mensajes contra la muestra al gobierno de la Ciudad. El entonces cardenal Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, el 1° de diciembre escribió una carta que fue pegada en las paredes de la Iglesia, que decía: “Hoy me dirijo a ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos”. Acusando al artista de blasfemo, convocó al 7 de diciembre en víspera de la Inmaculada Concepción, a realizar un día de “ayuno y oración”.
La noticia pasó a estar en los noticieros y en la televisión, generando controversias ante el ataque de la Iglesia. Desde los sectores militantes de la Iglesia llamar a usuarios y clientes de las empresas que sponsoreaban la muestra a un boicot activo, no comprar más sus productos. Al día siguiente había radicada una denuncia en la justicia hacia León Ferrari, la directora del CCR Nora Hochbaum, Gustavo Lopez, el secretario de Cultura porteño y Aníbal Ibarra. Más adelante, las empresas Movicom BellSouth, Bodegas Bianchi, Fundación Andreani, Sanyo y Knauf solicitan a las autoridades del CCR que retirasen su auspicio de la exhibición.
En la tarde del 3 de diciembre al grito de “Vivo Cristo Rey” un grupito de personas rompen más de diez botellas de la obra 1492-1992 Quinto centenario de la Conquista. Tiran volantes firmados por Agrupación Custodia convocando a concentrarse en la catedral: “No permitamos que se ofenda a la fe católica, movilicémonos en defensa de los derechos de dios. Procesión en desagravio a María Santísima, y en repudio a los constantes ataques a la fe católica. ¡Concurra! Católico es el origen, la raíz y la esencia del ser argentino: no te dejes robar tu identidad”. El resultado, una mujer herida, detenidos por daños y lesiones. Es irónico que sectores militantes de la Iglesia hablen de derechos e identidad, mientras pedían censura y violentaron la obra del artista.
Es el mismo artista quien ante la violencia de la Iglesia solicita el cierre momentáneo de la exposición. Vía email León le solicitaba a la directora del CCR “Dado que la Iglesia ha convocado a diversos actos contra la retrospectiva de mi obra que se está realizando en ese Centro, le solicito tenga bien cerrar la muestra los días martes 7 y miércoles 8, con el fin de evitar que se repitan las agresiones que grupos violentos realizaron los últimos días”.
La muestra fue reabierta y una semana después es clausurada por la justicia de forma preventiva a pedido de la “Asociación Cristo Sacerdote”, con el argumento de que “constituye una injerencia arbitraria en la vida privada de los ciudadanos”. Esta situación es apelada por el gobierno de la Ciudad. Por la tarde artistas se autoconvocaron a un abrazo simbólico en apoyo a la libertad de expresión. De esta manera se realizaron infinidad acciones en apoyo al artista, en contra de la censura y por la libertad de las que participaron grandes referentes del arte y la cultura, organizaciones de derechos humanos y la izquierda.
Una gran solicitada de artistas publicada en los diarios Clarín y Página12 “No a la censura” comenzó a circular en apoyo a León. El artista plástico Luis Felipe Noé firmaba “adhiero a la libertad de expresión y ante todo al maestro León Ferrari”, junto a él 2.800 firmas más. Finalmente para fines de diciembre la justicia revocó la clausura de la muestra.
Por todo lo acontecido, lo inédito de la exposición radica en haber generado un hecho artístico colectivo alrededor de la retrospectiva de uno de los artistas nacionales más destacados. Más de 70 mil espectadores, manifestaciones a favor y en contra, censura, cientos de artículos en diarios y revistas, entrevistas, y una gran “literatura jurídica”, hicieron del arte un centro de discusión que no sólo era político, sino también una discusión legal sobre la relación entre el estado, la religión y la libertad de expresión. Mientras que la violencia contra las obras y la exposición nunca fueron repudiadas por la Iglesia, León Ferrari decía: “La diferencia que yo tengo con Bergoglio es que él considera que la gente que no piensa como él deber ser castigada, condenada, mientras yo pienso que nadie, ni siquiera él, debe ser castigado (Clarín 28/12/04)”.
León Ferrari.
20 años después seguimos discutiendo sobre la violencia y la libertad, el gobierno de derecha de Javier Milei viene atacando al pueblo y también a la cultura. No sólo un ataque discursivo desde lo ideológico, también intento de cierre del Fondo Nacional de las Artes y el Instituto Nacional del Teatro, desguace del Instituto de Cine y un abierto desfinanciamiento a la cultura. Todo esto se da en el marco de un ajuste brutal mientras los diputados de La Libertad Avanza visitan a genocidas condenados por delitos de lesa humanidad, demostrando cómo es necesario enfrenar la política y los discursos negacionistas del gobierno actual.
El libro citado con su exhaustiva documentación, cuenta centralmente con la cronología de los hechos muy detallada, contando que paso día a día: artículos de prensa y columnas de opinión, los textos jurídicos, transcripción de los emails, transcripción de los mensajes en el libro de firmas (contando a favor y en contra), fotografías e interesantes testimonios. También estadísticas de la retrospectiva que muestra las ocupaciones de los asistentes, sus edades, el conocimiento o no de la obra y opiniones sobre la obra de Ferrari y la libertad de expresión que dan cuenta de la absoluta mayoría a favor del artista. Un acercamiento al universo del artista y sus pensamientos, a la tensión constante entre lo poético y lo político. Además abre debates vigentes sobre el rol del arte: ¿Hubiese generado tanta controversia la obra del artista que había sido expuesta en otras ocasiones, si el lugar hubiera sido privado? ¿Es responsabilidad del estado garantizar espacios de arte? ¿Es posible la libertad en el arte en los límites de un estado como el actual?
El año pasado, después de su muerte León Ferrari tuvo su retrospectiva en el Museo Nacional de Bellas Artes, si bien no hubo ninguna manifestación en su contra, mostró una vez más la importancia del sentido crítico del arte y el cuestionamiento de las instituciones. Un artista para volver siempre.
LID Historia
Martes 3 de septiembre 22:24
Acerca de la autora
Carmela Torres nació en Gran Buenos Aires en 1987. Militante del PTS y miembro de Contraimagen. Licenciada en Artes Visuales de la UNA y maestranda en Artes Electrónicas de la UNTREF.