lunes, octubre 28, 2013

La más amplia coalición política en la historia de EEUU se manifiesta en Washington



Una coalición integrada por al menos 100 agrupaciones y empresas organizó la marcha. Foto: Reuters

Dejen de vigilarnos fue la consigna de miles de manifestantes en Washington en la mayor protesta popular hasta la fecha ante revelaciones de los planes secretos de monitoreo de las comunicaciones electrónicas de millones aquí y otras partes del mundo por agencias de inteligencia estadounidenses.
Algunas pancartas expresaban: Gracias, Edward Snowden, al ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), cuyas filtraciones dieron a conocer las dimensiones de los programas de vigilancia de comunicaciones tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
De hecho, Snowden, en un comunicado inusual desde que comenzó su exilio en Rusia, endosó la manifestación desde el jueves. Declaró: En los últimos cuatro meses hemos aprendido mucho sobre nuestro gobierno. Hemos aprendido que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos construyó secretamente un sistema de vigilancia penetrante. Hoy día de ningún teléfono en el país se puede hacer una llamada sin dejar registro en la NSA. Hoy día ninguna transacción por Internet entra o sale sin pasar por las manos de la NSA. Nuestros representantes en el Congreso dicen que esto no es vigilancia. Están equivocados. Agregó: Es hora de que el gobierno aprenda de nosotros, e instó a que la gente se sume a la protesta para enviar el mensaje: dejen de vigilarnos.

Una sociedad libre y abierta

Jesselyn Radack, directora de Seguridad Nacional para el Government Accountability Project, una de las agrupaciones que organizó el acto, dio lectura al mensaje de Snowden, quien agregó que el asunto no era de los partidos políticos ni sobre el terrorismo, sino que se trata de poder vivir en una sociedad libre y abierta. Afirmó que los funcionarios supuestamente son servidores públicos, no investigadores privados. Al concluir su lectura, Radack apuntó hacia el Capitolio y dijo en nombre de los participantes: Nosotros los estamos vigilando.
Entre los manifestantes que llegaron frente al Capitolio había algunos ex oficiales de las agencias de inteligencia, como Thomas Drake, quien trabajaba en la NSA, que han denunciado el espionaje masivo. También participaron el ex gobernador de Nuevo México Gary Johnson y el cofundador de Reddit y algunos ex legisladores. Drake, quien fue perseguido por el gobierno bajo acusaciones de que había violado la ley de espionaje, declaró ante el público: Es hora de que el gobierno de Estados Unidos deje de vigilarnos.
La banda punk Yacht tocó su canción Party at the NSA (Pachanga en la NSA).
El acto fue organizado por la nueva coalición Dejen de Vigilarnos, integrada por más de 100 agrupaciones y empresas, incluidas la Unión Americana de Libertades Civiles y la Electronic Frontier Foundation, algunas empresas de comunicación cibernética, entre ellas Reddit, y la fundación Mozilla y Tor. Además, la Asociación Americana de Bibliotecas, medios digitales –Daily Kos y Firedoglake–, Greenpeace Estados Unidos, asociaciones de abogados, el PEN America Center y agrupaciones conservadoras que rechazan la intrusión del gobierno en la vida de las personas, como el Partido Libertario.
Este esfuerzo también es impulsado por una amplia gama de figuras públicas, como los actores John Cusack, Mark Ruffalo y Maggie Gyllenhaal, el director Oliver Stone y el filtrador denunciante más famoso antes de Snowden: Daniel Ellsberg (los Papeles del Pentágono). De igual forma, los ahora muy famosos periodistas Glenn Greenwald y Laura Poitras, a quienes Snowden entregó gran parte de su material, y Tim Berners-Lee, nada menos que el inventor de la mayor red de Internet: el World Wide Web.
Estamos llamando a que el Congreso tome acción inmediata para frenar la vigilancia y rinda cuentas sobre los programas de recaudación de datos por el NSA y el FBI, afirmó la coalición en una carta abierta a los legisladores. También demanda una reforma de la Ley Patriota, que hoy cumplió su 12 aniversario, ya que esa norma, promulgada en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001, autoriza gran parte de los programas secretos ahora en disputa.
Una petición firmada por más de medio millón de ciudadanos también fue entregada al Congreso por los manifestantes.
Es notable la diversidad política dentro de la coalición, algo que The Atlantic calificó de tal vez la colección más diversa de organizaciones en la historia moderna de la política estadunidense.
Oliver Stone, en un video de algunos promotores del esfuerzo, dice: La historia recuerda que tenemos que vigilar a los vigilantes.

David Brooks

Existen hombres y mujeres como Alfonso Sastre, luego existimos



Si existiera justicia literaria en este mundo, Alfonso Sastre recibiría, al menos en lengua castellana, todos los premios, reconocimientos y difusión que hasta hoy se le han negado.
Pero Alfonso Sastre tiene un defecto muy grave: ha sido coherente. Cuando en 1989 cayó el Muro de Berlín, y muchos se apresuraron a cambiar de bando, este gigante del teatro y el pensamiento se ratificó en sus dichos y militancia. Considerado por muchos un clásico vivo del teatro en lengua castellana, es un intelectual total pero sus columnas de opinión fueron pasando de El País a El mundo para terminar en el diario vasco Gara, en la misma medida en que la gran prensa española fue abandonando todo vestigio de pluralidad. Él no hizo concesiones, en 2007 pronunció en Bilbao una conferencia con el impublicable título de “Por qué sigo siendo comunista”
Narrador, poeta, ensayista y dramaturgo, el silencio de las editoriales que desde la península ibérica dictan el canon de lo que debe leerse en lengua española, obligó a su esposa, la valiente e incansable Eva Forest, a fundar una editorial para que los libros de Alfonso pudieran ver la luz. Así nació Hiru que, además de a Alfonso, tiene en su catálogo a autores como Howard Zinn y Noam Chomsky, entre muchos otros malpensantes.
En 2003, cuando en Miami levantaban carteles diciendo “Iraq now, Cuba after” y en el poderoso Grupo PRISA pasaban lista para cercar a la isla, Alfonso Sastre alzó su voz a contracorriente para decir lo que otros callaron.
De paso por el País Vasco, visité a Alfonso en su casa de Hondarribia, hablamos de Cuba, de Venezuela, del 15M, de Fidel y de Chávez ,y de los desafíos que implica Internet. Lúcido y vital a sus 86 años. Él me obsequió su más reciente libro y me contó de lo que está escribiendo ahora mismo.
Autor de una obra inmensa, Alfonso es más conocido y reconocido en Latinoamérica que en la España que le vio nacer. Invisibilizado por la industria cultural que reparte premios y hace listas de éxitos literarios, su incomodante definición del intelectual “bienpensante”, su rigor creativo, su negativa a complacer los estereotipos de moda y su coherencia ética lo hacen insoportable para quienes pastan entre el rebaño mediático afín al capital.
Conocerlo es admirarlo. Saliendo de Hondarribia vinieron a mi mente las palabras que, tras leer los versos de Alfonso que rezan “Existe Cuba, amigos/Luego existo”, pronunció la teatróloga cubana Vivian Martínez Tabares cuando la Universidad de las Artes de La Habana le otorgó a este gigante, a quien ni la censura ni el mercado han podido doblegar, el título de Doctor Honoris Causa: “Por hombres y mujeres como usted, Alfonso Sastre, también seguimos existiendo.”

Iroel Sánchez

Alfonso Sastre Salvador (Madrid, 20 de febrero de 1926), de 87 años años de edad, es un escritor, dramaturgo, ensayista, guionista cinematográfico español, uno de los principales exponentes de la llamada Generación de 1955 o del medio siglo. Su trayectoria personal se ha caracterizado por su compromiso político y social y la denuncia del régimen franquista hasta el fin de la dictadura.


Libia y el “social imperialismo”: dos años después

Lenin llamó social-imperialistas a los socialdemócratas alemanes que en su rechazo hacia el zar de Rusia defendieron la guerra del 1914; Mao adulteró el término en sí peyorativo para referirse a la Unión Soviética y así justiciar su alianza con EEUU, el imperialismo “decadente”. Hoy, aquel término puede transmitir la hipocresía de las “intervenciones/guerras humanitarias” y la imposible unión entre dos ideas contrarias.
Dos años después del ataque indiscriminado de la OTAN contra el Estado libio que acabó con la vida de miles de personas —¡para liberarlos de Gadafi!—,destruyó buena parte del país y acabó con Libia como Estado, se van conociendo las falsedades vertidas por los enemigos extranjeros del país (Ver Complot contra Libia). Obama y Cameron, en su propaganda de guerra, acusaron a Gadafi de cometer “genocidio” (aniquilación sistemática de un grupo étnico, racial o religioso” sucedido en Ruanda, Congo o Darfur) contra su pueblo, término escogido cuidadosamente que permitía a la OTAN intervenir en Libia aplicando la doctrina de los huevos de oro de la Responsabilidad de Proteger (R2P) de la ONU —¡que no se ha aplicado a la población de Gaza o de Bahréin. Poco importó que el propio Robert Gates, secretario de Defensa de EEUU, confesara que no habían podido confirmar tal hecho. Luego, exageraron con “la muerte de decenas de miles de civiles”, a la vez que Amnistía Internacional desmentía a personajes como el fiscal jefe de la Corte Penal Internacional Luis Moreno-Ocampo la “violación de mujeres libias” por los soldados que encima llevaban viagra en sus bolsillos.
Así, la OTAN se lanzó a salvar el pueblo libio, mientras sus barcos dejaban morir en alta mar a los que huían de la guerra, denunció The Gardian.
El colmo de la hipocresía fue acoger al ex jefe de la inteligencia de Gadafi y a Abdul Jalil, ministro de justicia del régimen, que en vez de ser enviados a la Corte Penal Internacional por ser integrantes de la dictadura, se les ofreció colaborar con aquella alianza militar. ¡Que la bandera negra de Al Qaeda fuera izada en el Palacio de Justicia de Bengasi tras asesinar a Gadafi y que Jalili fuera designado por los occidentales a liderar la transición libia hacia la “democracia” fueron la guinda del desparpajo sin rubor!
EEUU, sus socios europeos e Israel, en la aplicación de la política del “control de daños” ya habían canalizado las rebeliones espontáneas en Egipto y Túnez, las habían contenido en Irak, Yemen, Arabia Saudí y Bahréin, y ahora en Libia se quitaban la hoja de parra, exhibiendo su poderío.

Derrocar a un aliado

Libia, el país del milenario pueblo Libu, habitado por un centenar de tribus árabes y bereberes, de religión musulmana sunita, experimentó un giro radical en su política a partir del fin de la Guerra Fría. Muamar Gadafi, un dictador y un férreo anti comunista, empezó a coquetear con Occidente: en 2002 pagó unos 2.940 millones de euros a las víctimas de Lockerbie (a la vez que negaba su implicación en el atentado) y aceptó “la legalidad internacional, pese a que esté falseada e impuesta por EEUU”. El nombre de su país estaba incrustado en la lista del Eje del mal y en el ataque devastador angloamericano a Irak en 2003, hacía pedagogía del terror. Aceptó desarmarse —por las presiones de Israel, país con armas nucleares, biológicas y químicas—, para pasar a ser comprador de armas a los mismos países que años después bombardearían su indefenso país. [Pasa lo mismo con Siria. Ningún dictador es mínimamente inteligente, sino no sería dictador]. Entre 2005 y 2009 Europa le vendió 834,54 millones de euros en armas (España, 2.000 millones). Colaboró con la “guerra contra el terror” de la CIA llenando sus cárceles con personas sin ningún derecho a defenderse. Los bancos occidentales, que le recibían con la alfombra roja e implantaban su haima en los palacios, estaban haciendo su agosto con los depósitos de Libia. Para colmo, el líder de la república “socialista” libia financió al candidato de la extrema derecha francesa, Nicolás Sarkozy.
Cierto. Estamos ante un personaje complejo que, por desgracia para los analistas maniqueos, abundan en el Sur. Dictadores autoritarios o totalitarios y nacionalistas —que se encuentran fuera de la órbita de EEUU—, pero comparten la cama con otros imperialistas: Reino Unido, Alemania o Francia.
Aun así, EEUU decidió matarlo (recordad el “Vini vidi vinci” de Hillary Clinton) porque:
1. Occidente tenía más miedo a un Gadafi capaz de usar el “poder blando” que al Gadafi “loco”.
2. Aplastar la futura Primavera Libia, antes de que se complicara la situación, como sucedió en Egipto. En Libia, EEUU no tenía ninguna influencia sobre el ejército y no podía recurrir a un golpe de estado.
3. Gadafi no se convirtió en un títere. Además, su carácter imprevisible generaba inseguridad para sus planes militares y económicos en África. Dijo Marco Rubio, el senador republicano estadounidense que su “ interés nacional pide la eliminación de Gadafi del poder”. Había bloqueado las oportunidades de EEUU en Libia. Bechtel (gigante en ingeniería) y Caterpillar (fabricante de equipos de construcción) habían sido excluidas en favor de las compañías rusas, chinas y alemanas. Ya en septiembre de 2011, el embajador de EEUU, Gene Cretz, anunciaba que un centenar de empresas de su país planeaban hacer negocios en Libia post Gadafi. También, el secretario de Defensa británico Philip Hammond, nada más asesinar al líder africano, invitó a los empresarios a ir a reconstruir lo que la OTAN destruyó: eso se llama “capitalismo buitre” o “destrucción creativa”. La compañía General Electric sueña con ganar hasta 10.000 millones de dólares invirtiendo en el devastado país.
4. Proclamaba una África con una identidad política integrada, no dividida entre una “África blanca, civilizada mediterránea” y otra “negra bárbara”. Defendió su autosuficiencia, desligada de las instituciones financieras occidentales.
5. Contener el incremento del poder e influencia del propio Gadafi en el continente, que impedía la libre circulación del capital occidental por la región. Libia, bajo su liderazgo, tenía unos 150.000 millones dólares invertidos en África.
6. Fue visto por Washington como el principal obstáculo para el dominio militar de EEUU en África. 45 países se habían negado a ser sede de Africom. Ahora, Libia es una candidata para albergar el comando militar de EEUU. Además, la OTAN puede hacerse con el levante mediterráneo: sólo queda eliminar al sirio Bashar Al Asad para “atlantizar” la cuenca de este mar.
7. Se convirtió en el principal aliado de los BRICS, sobre todo de China. Los contratos de unas 70 empresas chinas cuyo valor ascendía a 18.000 millones dólares fueron congelados tras la guerra.
Rusia también perdió unos 4.000 millones de dólares en contratos de armas (ver Libia: un negocio de guerra redondo)

El especial papel de Israel

Lo primero que la futura Nueva Libia recibía de los israelíes fue las smart-bomba lanzadas desde la aviación de la OTAN en 2011. Mientras Mossad y otros servicio aliados iban detrás de un Gadafi anti-israelí, los rebeldes negociaban el intercambio de embajadores con los hebreos.
Tel Aviv, tras acabar con Irak como Estado rival —a través del “papá EEUU”— y mientras seguía debilitando a Irán, canalizando la rebelión popular contra Mubarak en Egipto, incitó y participó activamente en acabar con la poderosa Libia y su líder. En 2007, Goldman Sachs, una de las instituciones financieras del lobby judío, se quedó con la totalidad de los 1.500 millones de dólares invertidos por Gadafi, quien no pensaba perdonárselo.
El papel del lobby pro israelí en la ONU y en los medios de comunicación (entre ellos Al Jazira) fue determinante para demonizar al jefe del Estado libio ante la opinión pública.
Israel, en su avance por África, la divide por el color de la piel de sus gentes, las creencias religiosas y grupos etnolingüísticos, apoyando la “África negra” contra la “árabe-musulmana” (ver El bombardeo de Sudan por Israel).
El chovinismo del régimen israelí, dirigido por los europeos ashkenazíes, alcanzó en la década de los 90 a los mizrahíes, judíos “impuros” del norte de África y Medio Oriente: sometió a cientos de mujeres judías etíopes solicitantes de emigración a una esterilización oculta y forzosa antes de admitirlas.
Hoy, y tras perder a su firme aliado Husni Mubarak, Netanyahu intentará convertir a la “nueva” libia en un apoyo estratégico.

¿Qué pasó con el petróleo libio?

Dueña de la primera reserva de hidrocarburo de África y además de alta calidad, Libia exportó 379.5 millones de barriles de petróleo en 2012.
A pesar de EEUU y la UE, la Libia de hoy manda más petróleo a China que en la era de Gadafi: si en 2010 el 30% de su Oro Negro iba Italia, el 16% a Francia y el 11% a China, un año después China ocupaba el lugar de los franceses, comprando hasta 100.000 barriles al día. El trato de favor lo recibe Eni, la compañía de la vieja metrópoli. Las compañías Shell y BP no han ganado el concurso de licitación para explotar el petróleo: curiosa paradoja.
La producción del crudo ha caído de 1,4 millones de barriles al día en 2010 a unos 500.000 a causa de la marcha de los técnicos de las compañías extranjeras, del sabotaje en los oleoductos por los grupos opositores y la venta de fuel en el mercado negro por las mafias armadas. Ni los 18.000 vigilantes contratados por el gobierno han conseguido que el aceite fluya con seguridad: muchos de ellos son contrarios a los dignatarios de Trípoli. Situación que, si por un lado ha induciendo al coma a una economía dependiente de la venta de hidrocarburo, por otro obliga a los clientes como Turquía a recurrir a la energía nuclear. Ankara está construyendo una planta en Akköy, ubicado en una región sísmica.

A la deriva

Destruir Libia es otro de los logros de Barak Obama. Este hijo traicionero de África, que apoya a los dictadores del continente, ha balcanizado a Sudan, ha desestabilizado Somalia y ha desviado las “primaveras árabes” respaldando a los militares o al sector más reaccionario de los islamistas.
La ola de violencia contra la población negra del país, el personal diplomático y los organismos internacionales no cesa: empezó con la matanza de miles de ciudadanos negros y/o defensores de Gadafi y continuó con el asesinato del embajador de EEUU, el ataque al cónsul italiano, el atentado contra las embajadas de Francia, de Rusia y las edificios de la ONU, y está terminando en una guerra civil y la desintegración del país. Aún puede ir a peor.

Nazanín Armanian
Publico

La 69º Asamblea de la SIP, al servicio de Estados Unidos y la mentira

Los dueños de diarios se reunieron en Denver

La Sociedad Interamericana de Prensa es fraudulenta pues sugiere agrupar a periodistas. Es una organización empresarial de 1.300 dueños de periódicos, que no es lo mismo. Sus intereses patronales están anclados en el mundo de los negocios y no en el de la información. La distinción entre los negocios y el periodismo es necesaria. Y también esta aclaración política: la SIP funciona en sintonía fina con el Departamento de Estado, como se confirma al analizar su 69º Asamblea anual reunida en Denver, Colorado, entre el 18 y el 22 de octubre pasado.
Allí se puso sordina al mega escándalo de espionaje de la administración Obama sobre el mundo, incluso sobre gobiernos amigos y 35 presidentes. Antes Dilma Rousseff y luego Angela Merkel protestaron ante el presidente norteamericano, como lo reflejaron periódicos afiliados a la SIP.
Sin embargo, en el lujoso 5 estrellas, el Hotel Brown Palace de Denver, no estuvo como asunto central el megaespionaje norteamericano. Era la noticia mundial. Sin embargo, a lo sumo hubo una teleconferencia del periodista Glenn Greenwald, quien vive en Brasil y publicó en The Guardian y O Globo parte de las filtraciones de Edward Snowden, ex topo de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA).
¿Por qué no lo invitaron a Greenwald a Denver? El poco espacio que le dieron fue como si la noticia central del día la hubieran publicado en la página 46, sin foto. Merecía la tapa y un título catástrofe...

“Querida Casa Blanca”

Las preferencias para con las autoridades estadounidenses se notaron en la única referencia de Denver: redacción muy respetuosa, breve, con tono de solicitud y no de denuncia. Ni siquiera hubo un título especial dedicado a EE UU, como sí los hubo con Argentina, Ecuador y Venezuela, considerados los más peligrosos para la “libertad de prensa”.
Lo único que faltaba en la cuidadosa petición a Washington es que comenzara diciendo “Querida Casa Blanca”. Allí se lee: “alentar al Departamento de Justicia de EE UU a que adopte en forma vigorosa y cumpla con las normas actualizadas que fueron recomendadas en 2013. Hacer un llamado al Senado y la Cámara de Representantes para que apruebe leyes que incluyan un escudo de protección sólido para los periodistas”.
Esos popes de los medios en ningún momento menearon ante el gobierno de Obama su espionaje, revelado por Snowden, ni la persecución contra WikiLeaks y su fundador Julian Assange, asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde agosto de 2012. Sobre estos tópicos, la SIP guardó un ominoso silencio, de complicidad. La única módica queja de la entidad fue que “EE UU incautó en 2012 en secreto los archivos de 21 líneas telefónicas de reporteros de The Associated Press, en violación de la Primera Enmienda de la Constitución”. Esto fue dicho bajito, como para defender a la AP sin enojar a la Casa Blanca. Sólo fue mencionado el Departamento de Justicia.

Argentina la peor del grado

A tenor de las cantidades y contenido de las resoluciones votadas en Denver, parece que el gobierno argentino es el peor del hemisferio occidental. A Cristina Fernández de Kirchner le dedicaron dos misiles, mientras que a otros gobiernos progresistas les arrojaron uno a cada uno. A Obama le tiraron confites.
Una moción contra CFK se refirió al llamado “cepo publicitario” en contra de Clarín y “La Nación”, al disponerse que no habría más publicidades comerciales de los supermercados. Esa pérdida de avisos comerciales tendría casi igual o mayor importancia que los crímenes contra periodistas, cometidos en otras latitudes y no en Buenos Aires, La Habana ni Caracas.
El otro clamor de Denver fue para criticar la ley de medios de la democracia. La cloaca mediática de Miami, tronó: “Reiterar a los tres poderes del Estado argentino que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual entraña supuestos de censura indirecta en los términos del Pacto de San José de Costa Rica, ya que afecta la sustentabilidad de los medios privados; restringe sin razón técnica alguna el funcionamiento de medios que no utilizan espectro radioeléctrico, como el cable y las señales audiovisuales; favorece a las voces oficiales en desmedro de las restantes; y discrimina arbitrariamente entre distintos medios”.
Las conclusiones de la SIP, al referirse al país, cifró sus mejores esperanzas en la Corte Suprema para que enmiende y/o mutile la ley 26.522. Dijo: “Otra herramienta restrictiva en Argentina, la ley de medios, está a la espera de un fallo de la Corte Suprema de Justicia que puede receptar los principios internacionales en la materia”. Fue un aviso esperanzado en Ricardo Lorenzetti y sus supremos, descartando a Eugenio R. Zaffaroni.

SIP perezosa

Aparte de reaccionaria, el apéndice del Departamento de Estado es muy perezosa. Las dos resoluciones contra Argentina parecen “copy-paste” de las mismas que ya habían aprobado en la 68º Asamblea, en marzo de este año en Puebla, México. No se tomaron la molestia de investigar o agregar algunos elementos sino que repitieron como el loro las acusaciones.
Ni siquiera cambiaron de informante. Quien leyó las acusaciones contra el gobierno argentino fue el mismo miembro de la Comisión de Libertad de Expresión: Daniel Dessein, director de la Gaceta de Tucumán. El órgano de prensa no se distinguió precisamente por sus denuncias contra el genocida general Antonio D. Bussi en su represión ilegal en los años de la dictadura en esa provincia de la que después fue gobernador por Fuerza Republicana. Los bussistas deben haber seguido publicando su pauta en La Gaceta y las buenas relaciones continuaron en democracia.
Además de holgazana, la SIP hace de sus asambleas oportunidades para el turismo. Esta edición fue promocionada porque Denver es “una ciudad joven y vibrante en el centro del 'Old West Cowboy'”. La propaganda a los asistentes añadía: “El lado social y los tours; Habrá un completo plan de actividades sociales y recepciones. El sábado está programado una visita al Cherry Creek Mall donde hallarán tiendas de lujo y galerías de arte. El domingo nos trasladaremos al galardonado The Fort, uno de los establecimientos más reconocidos de la nación y famoso por sus filetes de búfalo”.
De trabajo periodístico, poco y nada. Muchas tiendas de lujo y filetes de búfalo.

Mentiras de la SIP

Como la realidad se cuela incluso en los salones VIP, en sus Conclusiones “la SIP condenó el asesinato de 14 periodistas; 3 en México, 2 en Brasil, 2 en Colombia, 2 en Guatemala, 2 en Haití y 1 respectivamente en Ecuador, Honduras y Paraguay. Expresó también su total rechazo a la prescripción de 17 casos de asesinatos de periodistas (5 en Colombia y 12 en México) por considerar que la impunidad y la acción de poderes judiciales débiles o sometidos son los motores generadores de la violencia. También durante este período tres periodistas debieron de abandonar Colombia y Honduras por amenazas”.
Este cuadro sobre los asesinatos resulta una guía, dolorosa pero útil, para saber de dónde provienen los mayores peligros para el ejercicio del periodismo. Se desenmascara la mentira de sentar en el banquillo a Raúl Castro, Nicolás Maduro, Rafael Correa, Evo Morales y otros mandatarios del ALBA.
Es que en los recién nombrados no hubo crímenes, salvo uno en Ecuador que por supuesto no fue de la responsabilidad de Correa. La mayor cantidad de crímenes luego seguidos de impunidad se produce en Colombia y México. Son los socios privilegiados de Washington en el Tratado de Libre Comercio y el “Plan Colombia”, en un caso, y del NAFTA en el otro. Ambos están alineados con Obama en la Alianza del Pacífico, junto con Chile, Perú y Panamá, en la corriente pronorteamericana anti ALBA y anti CELAC.
Hablando de CELAC, en sus anteriores asambleas la SIP condenó el hecho de que esa comunidad latinoamericana y caribeña hubiera designado presidente pro-témpore a Raúl Castro, de Cuba. Esa queja fue una exteriorización de los dos países excluidos de la CELAC: EE UU y Canadá. La SIP es su virtual secretaría de prensa.
Mientras los países donde se asesinan a tantos hombres y mujeres de los medios se benefician del blindaje mediático de la entidad con sede en Miami, otros gobiernos díscolos con el imperio son linchados en cada asamblea. En Denver hubo, además de las dos resoluciones contra Argentina, otras muy duras y explícitas contra la Venezuela de Maduro y el Ecuador de Correa, al que acusaron de censurar a la prensa con la ley Orgánica de Comunicación a partir del 25 de junio pasado.
De Cuba hablaron pestes: “la libertad de prensa se ha visto agravada por una represión constante y detenciones arbitrarias de periodistas”. Esta mentira fue sostenida por la informante Yoani Sánchez, la gusana promovida a vice-presidenta de la SIP para América Central y el Caribe. ¿Quisieron con eso el 22 de octubre amortiguar la brillante victoria que obtendrá Cuba sobre EE UU una semana después en la ONU en la votación contra el bloqueo? El 29 de octubre 188 países condenarán el bloqueo a la isla e indirectamente dirán que la SIP falta a la verdad sobre ese país.

Emilio Marín
La Arena

Edward Said: la muerte de un intelectual público

Hace 10 años (y un mes) –25 de septiembre– murió en Nueva York Edward W. Said (1935-2003). Prolífico académico palestino, uno de los fundadores del poscolonialismo, un intelectual público par excellence, crítico literario y musical, militante por la causa de su pueblo y por la justicia para todos los desposeídos, el principal representante del mundo árabe en las entrañas del imperio.
Preocupado por vincular la teoría con la práctica y la cultura con la política, en su opus magnum, Orientalismo (1978), haciendo conexiones entre estos ámbitos explicaba cómo mediante las técnicas narrativas el Occidente produjo al Oriente para poder someterlo. En Cultura e imperialismo (1993) extendía su argumento a otras partes del mundo. En todos los casos condenaba a los colonizadores y celebraba la resistencia de los colonizados.
Después de los atentados del 9/11, cuando la pereza intelectual y la miseria de la teoría (el choque de las civilizaciones, etcétera) se aliaron con el poder en una nueva ola belicista y colonial, su postura fue un oasis de la razón. Se oponía a las malinterpretaciones de Medio Oriente y a la erosión de la democracia con la guerra al terror. Su independencia e insumisión se reflejaban mejor en la compleja cuestión palestina: cuando creyó que Yasser Arafat –a quien acompañó por décadas– traicionó a su propio pueblo al firmar los acuerdos de paz de Oslo (1993) no dudó en denunciarlo y condenar el Versalles palestino.
Se negó a formar parte de la nueva élite política y administrativa que tachó de corrupta y autoritaria. Apoyó las intifadas, de las que la segunda también fue en contra de las autoridades palestinas. Sus libros fueron vedados en los territorios autónomos: mostraban la realidad de la imparable colonización israelí, criticaban a nuestro Papa Doc (¡sic!).
Sea desde la cátedra o desde la calle, Said cuestionaba los discursos dominantes y provocaba discordias. Instintivamente estaba del otro lado del poder, junto al débil y no representado. Cómo uno de sus grandes mentores, Theodor W. Adorno, odiaba igualmente a todos los sistemas. Se consideraba el único verdadero seguidor de Adorno, e incluso el último intelectual judío –¡sic!– ( Ha’aretz, 18/9/00).
Parecía incansable –batallaba con leucemia durante 12 años– y siempre optimista: el trabajo intelectual y político no tendría sentido si uno fuera pesimista ( Electronic Intifada, 10/3/03), pero después de la invasión a Irak, decidió retirarse y dedicarse a otro de sus amores: la música (era un dotado pianista).
Junto con su amigo, el conductor argentino-israelí Daniel Barenboim, se centró en la West-Eastern Divan Orchestra, un foro de encuentro para los músicos árabes e israelíes, un proyecto que les valió en 2002 el Premio Príncipe de Asturias.
Para él, la música siempre era un poco subversiva y él actuaba como un verdadero intelectual de disonancia.
Barenboim anotaba que Said era un alma musical en el sentido más profundo: le gustaba formular ideas y conclusiones mediante la música y ver ésta como un reflejo de ideas que tenía sobre otras cosas ( Music quickens time, 2009).
Cuando lo encontró la muerte escribía su siguiente libro – Sobre el estilo tardío (2003), editado y publicado póstumamente– donde, como solía, tejía conexiones entre música, literatura y política.
Tomando prestado el término el estilo tardío ( Spätstil) de Adorno y su análisis de la última época de Beethoven (la Novena Sinfonía, Missa Solemnis, seis cuartetos para cuerdas, etcétera), ofrecía una mirada original de la obra y vida de Strauss, Mozart, Genet, Mann, Britten, Visconti o Lampedusa.
Dejaba también pistas para comprender su propia postura: frente a Jean-Paul Sartre (uno de sus maestros), que nunca dijo nada sobre los derechos de los palestinos temiendo las acusaciones de antisemitismo, evocaba a Jean Genet, una de las pocas figuras públicas que en los años 70 y 80 se atrevieron a apoyar la lucha palestina (subrayando de paso que este compromiso estuvo vinculado con su orientación sexual y consciencia de marginalidad que le generaba la empatía con los oprimidos, véase también: La homosexualidad y su potencial político, en: La Jornada, 30/8/13).
Un intelectual público –como Genet que en su época tardía también se convirtió en uno– no puede tener miedo, y Said no temía a nada y a nadie.
Así, Enzo Traverso, con razón, en el comienzo de su nuevo libro – ¿Dónde están los intelectuales? (2013)– lo pone como ejemplo de valentía y congruencia, recordando la famosa foto del profesor palestino aventando piedras a los soldados israelíes (3/7/00).
Según Traverso, una de las razones del ocaso de los intelectuales públicos (siendo Said uno de los últimos de su especie) es el poder de los medios que confiscaron el debate intelectual.
En el mismo sentido va Henry Giroux, apuntando al poder concentrado del dinero que destruye los espacios públicos; para él, Said era también un ejemplo de lucha por la educación desvinculada del mercado, un proponente de la pedagogía pública de estar despierto –una metáfora central de Said– que fomentaba la consciencia y revelaba los mecanismos del poder ( The disappearance of public intellectuals, en: Counterpunch, 8/10/12).
Suena Beethoven, los cuartetos de cuerdas tardíos ( The late string quartets, Deutsche Grammophon, 2003).
En Polonia ya es la mitad del otoño, todo está cubierto de hojas caídas, amarillentas y amarronadas que el viento se lleva por donde quiera; debajo de los árboles se apilan las castañas, símbolo de la estación (como en la portada del disco).
Edward W. Said se iba en el mismo tiempo y escenario, también ya en el otoño de su vida creativa, pero como bien apunta Michael Wood –editor de su último libro– lejos aún de la verdadera época tardía.
En el décimo aniversario de su muerte, qué mejor homenaje que la música: sirve para soñar, pero también para mantenerse despierto. Cavatina se convierte en Fuga y llega al Finale.

Maciek Wisniewski
La Jornada

domingo, octubre 27, 2013

Ring Lardner Jr o la dignidad de la causa



Me odiaría cada mañana (*), es el testimonio de Ring Lardner Jr, periodista, escritor y guionista victima del maccarthismo se negó a traicionar sus ideas. Al negarse a ello, fue digno de las causas que siempre defendió.
Lardner tenía una fuerte ideología de izquierdas, que demostró ayudando a recaudar fondos para el bando republicano durante la guerra del pueblo español contra el ejé4rcito fascista, donde un hermano suyo, James, combatió en primera fila en las Brigadas Internacionales. Se piensa que quizás el último voluntario norteamericano muerto en la guerra, tras caer prisionero en la Sierra de Pandols, que cantaba Teresa Rebull, en septiembre de 1938, durante la desigual batalla del Ebro.
Ring Lardner Jr (Chicago, 1915-2000), era hijo del famoso escritor y humorista del mismo nombre, estudió en la Phillips Academy (Andover), y en Princenton, tras lo cual se convirtió en un reputado redactor para el New York Daily Mirror, una experiencia que le sirvió para, una vez instalado en Hollywood, escribir La mujeres del año (uno de los mayores éxitos de la pareja formada por Spencer Tracy y Katherine Hepburn), película que le valió el Oscar al mejor guión original en 1942. En esta época, Ring ya era conocido por su defensa de la República española traicionada, y por su ardua militancia antifascista. También escribió otros guiones tan apreciados como el de Laura (1942), la célebre obra maestra de Otto Preminger con unos impagables Gene Tierney y Clifton Webb.
Tras la II Guerra Mundial, la derecha del Partido Republicano consiguió el control del congreso, y se dispuso echar para atrás toda la época izquierdista de Hollywood, indiciada en 1931 como respuesta a la “Gran Depresión”. A tal efecto, crearon una Comisión llamada de Actividades Antiaméricanas (HUAC), y colocaron al rente a un auténtico fascista llamado Joseph McCarthy, que no habría sido nada de no estar al servicio de de la “democracia” de los grandes negocios. Esta comisión comenzó una investigación en Hollywood, estableciendo la sospecha de que existían infiltrados comunitas entre sus trabajadores. En septiembre de 1947, el HUAC entrevistó a 41 personas que trabajaban en Hollywood y que se prestaron a testificar voluntariamente, por lo que fueron conocidos como friendly witnesses ("testigos amigos"). Durante estas entrevistas, numerosas personas fueron acusadas de defender ideologías izquierdistas, entre ellos Ring Lardner Jr, uno de los que tenía todos los números. Lard­ner afirmó por entonces: "Nuestras ideas políticas no eran menos americanas que las de nuestros inquisidores".
El escritor, al igual que su amigo Dalton Trumbo, fue de los primeros en enfrentarse al maccarthismo. El precio que tuvo que pagar fue la cárcel pregunta: "Es usted o ha sido jamás miembro del partido comunista". Ring Lardner siguió la estela marcada años atrás por Bulgákov cuando interrogado por los sicarios del GPU en la Lubianka moscovita que le instaban a delatar a otros intelectuales, el autor de El maestro y Margarita les respondió: "Me nie­go por principios éticos". No fue menos contundente al contestar la pregunta formulada por el presidente del comité J. Parnell Thomas: "Podría responder a su pregunta señor, pero si lo hiciera me odiaría cada mañana". Una réplica que ha quedado acuñada como símbolo de gallarda inte­gridad. Pero resulta grotesco y diverti­do al tiempo que tres años después el guionista se encontrara de nuevo con quien le envió a la cárcel, precisamente en la Prisión Federal de Danbury, Con llegó a ser el último superviviente con los años- no le parecía tan heroica: "Sólo ha­bía una actitud posible salvo que estu­viéramos dispuestos a comportarnos co­mo unos perfectos hijos de puta".
Ring se había presentado ante el HUAC (30-10-1947), pero al igual que hicieron Alvah Bessie (brigadista en España), Herbert Biberman (director de La sal de la tierra), Albert Matz, Adrian Scott, Dalton Trumbo, Lester Cole, Edward Dmytryck (que acabó traicionando), Samuel Omitz y John Howartd Lawson (los llamados "Diez de Hollywood")… Lardner fue sentenciado a 12 meses de prisión en la Penitenciaría de Danbury. Marginado de los estudios de Hollywood, Lardner trabajó durante años como novelista, y no fue hasta mucho tiempo que, ya en 1965, incluyeron su nombre como guionista en los créditos de la película The Cincinnati Kid (El rey del juego), una película con un guión formidable pero fallida por la incapacidad de su director, Nortman Jewison. Luego, Ring ganó el Oscar por su trabajo en MASH (1970), una sátira antimilitarista, y escribió The Greatest (El más grande, USA, 1977), dedicado a Cassius Clay, el boxeador “black panther”
De todo esto y de más nos habla este libro, repleto de mordacidad y sar­casmo vitriólico, que trata de disimular su amargura y su desencanto ante la traición, con un humor un punto amargo. Durante años, este demócrata radical que fue comunista a su manera, vivió como un apestado.
Luego, con la prueba del honor, su nombre figura entre los primeros que se enfrenta­ron y resistieron al maccarthismo antes incluso de que sicario del Gran Dinero fuera nombrado sena­dor ocupara su escaño de enloquecido represor en aquel circo siniestro de la re­acción desatada. Ring Lardner y Dalton Trumbo, a quien el autor describe como "un tipo fascinante cuya amistad valora­ba yo como un auténtico privilegio", fue­ron probablemente los miembros más famosos de aquel colectivo que sufrie­ron prisión por negarse a contestar la mesa era cumplía nueve meses de reclusión "por incluir a trabajadores inexistentes en la nómina de la administración y apropiar­se luego de salarios", cuenta Lardner con cierta sorna y sin una pizca de ren­cor. Un sentimiento que no tendrá lugar tampoco ni con el compañero y amigo que le reclutó para el Partido, y que tiem­po después, presionado por la HUAC, lle­garía a delatarle.
A la hora de la verdad, hubo gente se desvivió por ellos, unos pocos para expresar su apoyo, y la mayoría pa­ra evitar su presencia, ironiza. Lo cierto es que los sindicatos profesionales que habían ayudado a organizar se negaron a respaldarlos y aprobaron nuevas nor­mas que facilitaban la imposición de la lista negra. Años duros y trabajos de ba­jo salario con nombres falsos pero, pese a todo, el escritor afirma que la resisten­cia en su momento frente a la HUAC lle­vada a cabo por los Diez -de los que llegó
Lardner cuenta que le mandó a su amigo Paul Jarrico un burlón pagaré que decía "te de­bo una profesión", en agradecimiento por haberle recomendado para el pro­yecto La mujer del año cuando la MGM lo compró. Jarrico se lo devolvió diez años más tarde al enterarse que iba a ser encarcelado con una nota: "Deuda cancelada". Si bien Ring Lard­ner, Jr. saldó su deuda con la vida con amplio balance a su favor, habrá mu­chos que siempre se sentirán deudores por el disfrute de su creatividad. Y si quedara alguna duda, ahí están estas brillantes memorias de un hombre ho­nesto que eligió no odiarse nunca cada mañana. Y es que hay mucha gente, aquí lo sabemos muy bien, personajes como Narcís Serra por citar un ejemplo entre mil, que fue antifranquista y que se llamó ”socialista”, que para poder mirarse al espejo cada mañana, tienen que dejar la conciencia en el despacho.

(*) Traducción de José Moreno Torres, Editorial BARATARÍA 248 PÁGINAS

Pepe Gutiérrez-Álvarez

“La historia me absolverá” cumple 60 años



¡Cuba, que sería de ti si hubieras dejado morir a tu Apóstol!

-Fidel-

En 1953, un grupo de jóvenes de la llamada Generación del Centenario se empeñó en evitar la muerte del Apóstol, objetivo que, no exento de sangre y sufrimiento, fue finalmente conseguido. Había cumplido José Martí -el 28 de enero de aquel año- un siglo de existencia y, dado el vacío ético tan alarmante que se vivía en Cuba, se corría el grave riesgo de que, muerto físicamente en 1895 -el 19 de mayo, en Dos Ríos-, también se extinguiera para siempre su memoria. Y es que era mucha la afrenta que soportaba el pueblo gobernado por el golpista y entreguista Fulgencio Batista.
El 26 de julio del citado 1953, un suceso de suma importancia acontecido en la parte oriental de la Isla frenó en picado la caída, produciéndose, a partir de entonces, un ascenso moral y cultural de amplio alcance social: el asalto a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo. Esta audaz acción supuso la respuesta necesaria al golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, perpetrado por Batista con el apoyo de CIA. Además, la heroicidad de los combatientes repercutió de manera decisiva en la situación política y social de toda la Isla.
Los asaltantes no obtuvieron la victoria militar, pero sí, sin duda, una victoria política muy importante -Martí fue el autor intelectual-, ya que con la gesta surgió un movimiento cuya trascendencia ética y política fue incuestionable. Prueba de ello es que cinco años, cinco meses y cinco días después triunfó la Revolución, próxima a cumplir 55 años de digna e imprescindible existencia.
Durante el asalto y en días posteriores murieron setenta personas a manos de la tiranía. Las detenciones se produjeron por doquier. Fidel fue capturado el primero de agosto en las estribaciones de la Gran Piedra y conducido al Vivac santiaguero, donde estuvo setenta y seis días incomunicado.
Llegó el juicio farsa que, al decir de Haydeé Santamaría y Melba Hernández -dos asaltantes del Moncada-, no supuso la determinación del porvenir de un puñado de jóvenes, sino el porvenir de todo un pueblo. Fidel fue separado del resto de sus compañeros y juzgado en una pequeña sala del Hospital Saturnino Lora, habilitada para la ocasión. Era 16 de octubre de 1953 y, en la autodefensa, pronunció su alegato final conocido como “La historia me absolverá”. Este histórico documento fue reconstruido por el propio Fidel en la prisión de Isla de Pinos y, puesto hoja por hoja en manos de Melba y Haydeé, fue editado y distribuido clandestinamente por estas y otros compañeros en 1954.
El citado alegato, que hoy cumple sesenta años, reivindicó el derecho a la rebelión que les asistía ante la ilegalidad del gobierno golpista, y fue, en esencia, el programa del Partido Revolucionario Cubano, creado en 1892 por Martí y otros compañeros. Tras el triunfo de la Revolución, se puso en marcha con fuerza y valor. Al entrar en vigor la Ley de Reforma Urbana, el 14 de octubre de 1960, no es que el programa del Moncada quedó cumplido, sino que se sobrepasó con creces en solo veintidós meses.
Aquel 16 de octubre de 1953, Fidel expresó en el último párrafo de su alegato: “En cuanto a mí, sé que la cárcel será dura como no lo ha sido nunca para nadie, preñada de amenazas, de ruin y cobarde ensañamiento, pero no la temo, como no temo la furia del tirano miserable que arrancó la vida a setenta hermanos míos. Condenadme, no importa, la historia me absolverá”.
Al igual que sus compañeros, Fidel permaneció en la cárcel hasta el 15 de mayo de 1955, pero siempre estuvo absuelto. El jefe del asalto al Moncada y posterior Revolución fue condenado por el gobierno ilegítimo de Batista y el imperialismo yanqui, nunca por los jueces de la historia ni de su pueblo.

http://baragua.wordpress.com/2013/10/15/la-historia-me-absolvera-cumple-60-anos/

30 años de la invasión yanqui a la isla de Granada



El 13 de marzo de 1979, militantes armados del Movimiento Nueva Joya, fundado en los años 60 y dirigido por Maurice Bishop, ocuparon el cuartel militar y la radio local. Así tomaron el poder y acabaron con la dictadura de Eric Gairy -amigo de Pinochet y aliado de los gobiernos de EE.UU y Gran Bretaña-, e iniciaron lo que vino a denominarse la “revolución del pueblo”.
Bishop acudió a Cuba en busca del apoyo que, en aras del internacionalismo que siempre ha practicado, el gobierno cubano no tardó en proporcionárselo. 784 cubanos -médicos, proyectistas, constructores etc.- cooperaban con Granada cuando se produjo la invasión yanqui.
La principal fuente de ingresos en divisas para Granada era el turismo. Pero carecía del necesario aeropuerto que permitiera recibir a los grandes aviones de las aerolíneas internacionales, de modo que Cuba envió constructores y equipos para su construcción, destinando para tal fin 60 millones de dólares. Por supuesto que todo quedaría como propiedad de Granada. De manera adicional, Cuba donó productos cubanos equivalentes a 50 dólares por cada uno de los más de 100.000 habitantes granadinos que residían en sus 344.5 kilómetros cuadrados.
Es obvio que esta revolución con ideología marxista-leninista no fue del agrado de los imperialistas yanquis, de modo que los deshumanizados “dueños del mundo” pronto se dieron a la tarea de atacarla duramente, con la única y perversa intención de borrarla del mapa.
El gobierno estadounidense consiguió congelar todos los créditos internacionales, y envolvió a Granada de un mundo financiero hostil. Tampoco fue ajeno a la constitución del frente interno de opositores contrarevolucionarios, y, mientras más complicaban la vida a los granadinos, menos ocultaban su intención de invadir la isla. Esta era su intención y, como no existían, se inventaron los pretextos. 19 mentiras fueron expuestas por el gobierno de los Estados Unidos, de las cuales 13 salieron de la boca del por aquel entonces presidente Ronald Reagan.
Cuando, a fuerza de repetirlas por sus poderosos medios de comunicación, tamañas mentiras fueron convertidas en “verdades”, en las propias filas revolucionarias surgió el divisionismo. Un grupo liderado por Bernard Coard acusó a Bishop de abandonar el marxismo-leninismo, así como de practicar el culto a la personalidad. Algo totalmente incierto, porque como dijera Fidel, que conocía muy bien al revolucionario granadino, “Nada más absurdo a nuestro juicio que atribuir a Bishop tales tendencias. Era imposible imaginar a nadie más noble, modesto y desinteresado. Su culpa no fue jamás el autoritarismo, y si acaso se le quisiera imputar como un defecto, fue su exceso de tolerancia y confianza.”
Como los conspiradores habían alcanzado una mayoría dentro de la dirección revolucionaria, el 13 de octubre Bishop fue destituido, y un día después arrestado en su domicilio. El 19 Bishop fue liberado por el pueblo que claramente expresaba: “Queremos a Bishop, no a Coard”. Pero ese día, bajo la orden del grupo de Coard, el ejército disparó contra el pueblo y asesinó a Bishop, Jacqueline Creft, Whiteman y otros dirigentes revolucionarios. Por supuesto que el gobierno cubano condenó duramente los hechos del 19 de octubre, y que las relaciones con los nuevos gobernantes se tornaron pésimas y tensas.
El golpe de Coard solo sirvió a los intereses del imperialismo y a sus enormes deseos de destruir a la Revolución granadina. De modo que el gobierno yanqui aprovechó la coyuntura y, a las 5 de la mañana del 25 de octubre, comenzó la conocida invasión que, ridículos, como siempre, denominaron “Operación Furia Urgente”.
Como viene siendo habitual en otros países donde presta su ayuda, Cuba siempre fue respetuosa con el gobierno y pueblo de Granada, y nunca trató de influir en su política; tan solo opinó sobre temas diversos cuando su opinión fue solicitada.
La invasión era un secreto a gritos, por eso Bishop entregó armas a los constructores cubanos para su defensa en caso de agresión extranjera. Pero, depuesto y asesinado Bishop, el nuevo gobierno de Granada, desligado por completo del pueblo, era moral y militarmente indefendible. Así que los cubanos decidieron combatir solo en caso de ser atacados por los agresores imperialistas, lo que sucedió desde el primer día.
En el transcurso de la invasión, Estados Unidos utilizó 7.000 marines y contó con el apoyo de 300 soldados de la Organización de Estados del Caribe Oriental -OECS-. El Pentágono pensaba culminar la invasión en unas pocas horas, ya que no contaba con la resistencia de los colaboradores cubanos y de un grupo de soldados granadinos.
El gobierno yanqui trató de hacer ver a sus gobernados y al resto del mundo que la invasión había sido una gran victoria militar. Pero como dijera Fidel el 14 de noviembre de 1983, en La Habana y durante el acto en homenaje a los cubanos caídos en Granada, “¿dónde está la proeza de luchar contra un puñado de obreros y colaboradores civiles, cuya heroica resistencia, a pesar de la sorpresa, la escasez de parque, la desventaja del terreno, de las armas y el número, frente a las fuerzas de aire, mar y tierra del país imperialista más poderoso del mundo, lo obligo a lanzar la 82 División Aerotransportada, cuando el último reducto era defendido al amanecer del 26 de octubre por apenas 50 combatientes?”.
Durante la invasión, las fuerzas de Estados Unidos sufrieron 54 víctimas mortales. Granada encajó la pérdida de 45 militares y al menos 24 civiles. En cuanto a los cubanos se refiere, los caídos fueron 25.
Se debe recordar que la ONU condenó la invasión -de manera estéril, como siempre- con 108 votos en contra de la misma y solo nueve a favor. Pero, desde su fundación, Naciones Unidas siempre ha estado dominada por el imperio a su pleno antojo, y dentro de la misma goza de injusta e insultante impunidad.
Independizada del Reino Unido el 7 de febrero de 1974 y treinta años después de la esperanza truncada, Granada es una nación de la Mancomunidad Británica de Naciones, y su Jefa de Estado la reina Isabel II, representada en la isla por un Gobernador General. No hace falta esforzarse demasiado para llegar a la conclusión de que el pueblo granadino sigue ninguneado por actores foráneos y oligarcas isleños. En cuanto al gobierno yanqui se refiere, fiel a su deshumanizada condición, sigue torturando a buena parte del mundo.

Paco Azanza Telletxiki

"Cada vez que el gobierno de EE.UU. ofrece alguna justificación, a los pocos días se producen nuevas revelaciones que lo desmienten”

Entrevista a Kristinn Hrafsson, portavoz de Wikileaks

El gobierno de Estados Unidos no encuentra salida del lío en el que se encuentra debido a la cosecha de secretos que ha revelado al mundo el ex analista informático de la CIA Edward Snowden, actualmente asilado en Moscú. Se trata, según Le Monde, de “un sismo planetario”. Y en medio del remolino, “el presidente Barack Obama se está viendo realmente mal”, asegura el vocero de Wikileaks, el periodista islandés Kristinn Hrafsson, en entrevista con La Jornada.
“No ha logrado ofrecer una sola explicación mínimamente creíble, ni para sus propios ciudadanos ni para los gobiernos aliados que han sido sujetos a estas operaciones de monitoreo. Y cuando ofrece alguna justificación mediante su jefe de Inteligencia James Clapper –a quien yo lo llamo el jefe del espionaje-- a los pocos días se producen nuevas revelaciones que lo desmienten”.
Hrafsson reconoce que hoy, en el esplendor de la “saga de Snowden”, el clima social y mediático ha sido más benigno para las labores de denuncia de los whistleblowers –esa elocuente palabra inglesa sin traducción precisa, pero que puede leerse como “reveladores de secretos” o “denunciantes de abusos”—que el que tuvieron que capotear él y sus compañeros en 2010, cuando salieron a la luz de las primeras filtraciones de Wikileaks. En 2010, después del primer impacto y la visibilidad que les dio el haber compartido los archivos del cablegate con los cinco medios impresos de mayor peso del mundo, el equipo enfrentó el desdén de los mismos periódicos que se beneficiaron de los cables secretos, la autocensura y la descalificación de muchos otros medios y una causa penal en curso en Estados Unidos que orilló a su director, Julián Assange, a pedir asilo en la embajada de Ecuador en Londres.
En el “capítulo dos” de esta historia de transparencia informativa, admite Hrafsson, “el mundo y los medios han cambiado su percepción sobre el trabajo de quienes revelan información confidencial”. Hace menos de cinco meses Snowden lanzó a la luz pública –principalmente a través de los periodistas Glen Greenwald y Laura Poitras-- los archivos de la Agencia Nacional de Seguridad con información masiva recolectada ilegalmente a gobiernos amigos y enemigos y a ciudadanos estadunidenses y extranjeros. Aun no se alcanza a ver la magnitud de esta metadata. Pero el descontento por este espionaje sin límites ha sido generalizado.
“Hoy se comprende mejor el sentido de nuestro trabajo y hay mayor aprobación de las audiencias y lectores, lo que no deja de sorprenderme. Millones, en todo el mundo, han aprendido a descifrar lo que quiere ocultar el gran aparato de propaganda de Washington y pueden ver más allá de las mentiras y la desinformación de la gran prensa corporativa. De 2010 a 2013 la opinión pública mundial ha madurado”.
Kristinn Hrafsson es un reportero multipremiado. Su nombre en islandés significa “hijo de cuervo”. Era gran figura de la televisión de Reikiavik hasta hace algunos años. Hace cuatro años dio el salto del periodismo convencional a la plataforma Wikileaks cuando vio el video titulado “Asesinato colateral”, sobre el ataque del ejército estadunidense a civiles iraquíes en una calle de Bagdad en 2007. La grabación, que muestra cómo dos helicópteros del ejército ametrallan a civiles desarmados, fue divulgada por Wikileaks en abril de 2010.
“Me cimbró tener en las manos la evidencia de un asesinato a sangre fría”. Viajó a la capital de Irak y buscó a los dos niños sobrevivientes del ametrallamiento aéreo. Entre los civiles muertos estaba su padre. Entonces resolvió sumarse al equipo de Assange, a quien había conocido poco antes. “Los dos venimos de dos ambientes muy distintos. Yo vengo de un medio periodístico muy convencional en Islandia, Julian formaba parte de un grupo de jóvenes locos por el ciberespacio en Melbourne, chicos que se guiaban por códigos éticos muy claros. Pero nos identificamos de inmediato, compartimos los mismos ideales”.

El gran reacomodo de la prensa mundial

--¿Qué hay diferente en la forma como ha reaccionado el mundo ahora, en 2013, a como fueron recibidas las primeras grandes revelaciones de Wikileaks, los archivos de Afganistán, Irak, el Cablegate hace tres años?
--Creo que el periodismo vivió un reacomodo muy profundo. Washington nos trató desde el primer momento como traidores. A pesar de que la prensa corporativa, la de las grandes empresas, se comportó de una manera notablemente mezquina, autocensurando la información de Wikileaks, regateando la verdad y prestándose al aparato de propaganda de Washington que nos quiso presentar como terroristas, la información logró llegar a la gente. A Snowden también lo tachan de traidor y es perseguido judicialmente. Pero las sociedades en todo el mundo, que se sienten agraviadas por ser objeto de espionaje sin justificación alguna, están dando cuenta de una gran madurez.
--¿Qué cambió entre 2010 y 2013?
--En marzo de 2011, cuando estábamos en pleno torbellino de las filtraciones de Wikilieaks, la trasnacional de encuestas IPSOS Mori hizo un sondeo en 25 países sobre Wikileaks. La mayoría, en todos los países excepto uno, respondió que estábamos haciendo algo correcto. El promedio global fue de 75 por ciento de una opinión favorable, pero en algunos países era abrumador el apoyo. En Sudáfrica 95 por ciento, en la India 76 por ciento. Sólo en Estados Unidos la opinión favorable fue menos del 20 por ciento.
“Quedé estupefacto. ¿Cómo era posible que hubiera tan buena opinión sobre nosotros, si el propio vicepresidente de Estados Unidos John Biden nos había calificado de terroristas? La mayoría supo entender quién es el bueno de la película. Es esperanzador saber que la gente, a pesar de tantas mentiras, a pesar de Fox News y similares, sigue conservando su capacidad crítica.
“Pero va más allá: hoy en día son pocos los que ignoran que la prensa estadunidense ha sido complaciente con las mentiras de su gobierno. Han ocultado historias y después no han podido negarlo.
--¿Ejemplos?
--Uno, que para mí es más grave. The Washington Post literalmente se sentó sobre el video de “Asesinato Colateral” en Bagdad por nueve meses. Y nunca salió a la luz hasta que nosotros lo sacamos. La nota la tenía David Finkel; él mismo lo confiesa en su libro, El buen soldado, sobre su trabajo como periodista encamado en Irak en 2003. Es un libro curioso, Finkel da la impresión de que pasó muchos días en misión con las unidades militares pero yo entrevisté personalmente a muchos de los soldados que él cita. Y casi todos me dicen lo mismo: ah, ese cuate que casi nunca salió del complejo de la base militar y que nos entrevistaba cuando regresábamos de alguna operación.
Y otro: el programa de televisión 60 Minutes tuvo en su poder las fotografías de las torturas de prisioneros iraquíes en Abu Ghraib a manos de militares estadunidenses un año antes de que salieran a la luz pública. El gobierno de George Bush pidió que no las sacaran, porque era malo para su imagen. Y la única razón por la que decidieron desbloquear la censura es porque supieron que Symour Hersh, de The New Yorker, tenía ya una copia y estaba a punto de publicar un reportaje sobre la violación de derechos humanos por parte del ejército estadunidense en esa prisión.

Mentiras que caen por su propio peso

Recientemente funcionarios de Washington aseguraron que ellos “jamás” habían monitoreado información privada de la poderosa canciller alemana Angela Merkel. Pero el miércoles pasado, Obama recibió en la oficina oval una llamada furiosa desde Berlín. Merkel quería saber si –como revelaban los archivos de Snowden—su celular oficial había sido “pinchado” por los agentes de la NSA. Un día antes, el jefe de la diplomacia estadunidense John Kerry llegó en visita oficial a París. El ministro de Relaciones Exteriores Fabius Laurent, malencarado, lo recibió en Quay d´Orsay. Justo ese día Le Monde publicaba evidencias de que, entre el 10 de diciembre de 2012 al 8 de enero de 2013, había 73 millones de “entradas” a su sistema, de teléfonos de ciudadanos franceses comunes y corrientes, intervenidos por la NSA. Además de que las actividades diplomáticas francesas en diversos países habían sido espiadas sistemáticamente.
“Nada. A todo esto no hay una sola explicación viable y sí muchas mentiras que caen por su propio peso. Un caso concreto: Washington aseguró que nunca ha realizado espionaje económico y comercial. No tardó ni un mes en aparecer la evidencia del espionaje a Petrobras para obtener ventajas en negociaciones comerciales con Brasil”, dice Kristinn Hrafsson, quien estuvo en días recientes en México.
Y más. Se refiere a las declaraciones que hizo hace algunas semanas el general Keith Alexander, jefe de la NSA, quien aseguró que con las operaciones de espionaje –en el lenguaje oficial usan el eufemismo “recolección de inteligencia”-- se habían conjurado 52 planes terroristas. Después corrigió, durante una audiencia en el Congreso, donde fue interrogado de manera mucho más específica, que habían desarticulado sólo ocho “complots”, todos de carácter doméstico, según él.
“No precisó más, nadie sabe de qué tipo de amenazas se trata. Podían ser unos cuantos lunáticos intercambiando mensajes sobre planes delirantes o si hubo algún plan serio para volar un edificio o algo así. Lo importante es que Obama no ha podido comprobar que estas actividades de espionaje han tenido algún resultado realmente útil. Con la presión que tienen encima ya hubieran presentado alguna prueba, si la tuvieran”, asienta el vocero de Wikileaks.

Sarah Harrison entra a escena

--Cuando irrumpe la saga de Snowden, como le llamas, el proyecto Wikileaks estaba bajo una presión tremenda. ¿Las revelaciones de la NSA les quitan a ustedes un poco el peso?
-Por una parte sí, ya que la atención de nuestros críticos y de los que nos quieren perseguir tiene que dividirse, tienen que ir también detrás de su nuevo enemigo. Pero nosotros también nos involucramos en la defensa de Snowden. Desde el primer momento entendimos que era nuestro deber. Él estaba ahí, solo, con ese montón de secretos y sin que nadie lo apoyara. Por eso viajó nuestra compañera Sarah Harrison a Hong Kong, para estar con él.
--¿Cuál fue el papel de Sarah? ¿Quién es ella?
--Es una periodista joven, muy brillante y bastante conocedora de las leyes de asilo y de las formas de superar los obstáculos para conseguir protección. Con el caso de Julian nos volvimos medio expertos en el tema. Su gesto muy valiente, por cierto, al viajar a Hong Kong para auxiliar a Snowden en un momento en el que él estaba prácticamente incomunicado, conociendo –él mejor que nadie—los peligros del internet en sus condiciones.
--¿Cuál es su situación migratoria actual? ¿Está asilada, como Snowden?
--Más bien una especie de autoexilio. Si algo explica sus riesgos es justamente lo que le pasó a David Miranda, el brasileño compañero de Glen Greenwald cuando fue detenido en Londres en su paso de Berlín a Río de Janeiro, bajo el pretexto de una ley terrorista. Su país, Gran Bretaña, podría actuar con ella de manera parecida. Ella va a necesitar algún tipo de protección, ya que es parte de nuestra organización, que es perseguida.
--A propósito de Gran Bretaña, hay una imagen que es más expresiva que mil palabras, la fotografía de las computadoras del diario de The Guardian destruidas a martillazos por los servicios antiterroristas ingleses…--
--Cierto, es todo un símbolo contemporáneo de la situación de la prensa, hoy en día. Antes que nada, es una estupidez. ¿Para qué destruir una máquina en perfecto estado cuando es obvio que la información que contenía está resguardada y debidamente encriptada en algún otro lugar? Fue un acto brutal de poder, una forma de decirle al periodista: no estás seguro, donde quiera que te encuentres. Pero lo que más me sorprendió es que el editor de The Guardian no dijera nada de lo sucedido sino hasta un mes después.
--¿Por qué lo hizo?
--Ellos dicen que estaban esperando el mejor momento. Para mi es una explicación inaceptable. Pisotearon los principios básicos del periodismo y no denunciaron de inmediato. Es un escándalo.
--¿Crees que los periodistas de Estados Unidos han cambiado su forma de cubrir las guerras desde Vietnam, en los años sesenta, cuando fue precisamente Hersh quien desde Estados Unidos, no desde Saigón, descubrió y reveló la matanza de Mai Lai?
--Hace poco hablaba de esto con John Pilger, el periodista australiano, autor del libro Basta de Mentiras. Me decía cómo los grandes reporteros, como Wilfred Burchet, que reveló lo de la bomba de Hiroshima, o el propio Hersh, los que sacan a la luz esas exclusivas históricas siempre nadaban a contracorriente del poder. Es desde su visión de disidentes que desenmascaran los mitos de la guerra.
--Tres australianos –Pilger, Burchett, Julian Assange--¿tienen algo en común?
--Por lo menos, son tres periodistas extremadamente tercos. Y tienen un profundo sentido de la justicia. Y no les importa ir contra la corriente, si es que están convencidos de ello.
Wikileaks tiene futuro, pese a todo
--El editor de The New York Times que recibió los cables del Cablegate hace tres años dijo entonces que un golpe mediático de este tipo no se volvería a dar en la historia porque las filtraciones de Wikileaks justamente provocarían que se crearan los antídotos para este tipo de filtraciones. Decía que realmente nada había cambiado en el periodismo.
--Sí, una afirmación suena como de Bill Kelly. Pero…ahora está Snowden.
--¿Wikileaks tiene futuro?
--Estoy seguro de ello. Hace tres años no lo habría podido afirmar con esta seguridad. Pero han sucedido cosas que hace tres años nadie hubiera podido prever… como el desmoronamiento de la economía global, el Tea Party estadunidense arrodillando a la Casa Blanca. ¿Cómo estará el mundo? ¿Cómo estará Wikileaks en ese contexto?
Tenemos que ser totalmente sinceros. La información confidencial ha seguido fluyendo, hay muchos informantes que siguen confiando en nosotros. Pero nuestra capacidad de acción está seriamente afectada por el bloqueo económico. Sería irresponsable de nuestra parte volver a abrir la plataforma que tenemos para recibir información, si no tenemos los recursos y el equipo para analizarlo como se debe, para procesarlo. Es tanta la información que se necesitaría un enorme equipo…que simplemente no tenemos ahora.
Hay que decirlo abiertamente. En 2010 y 2011 agotamos todos nuestros recursos para la divulgación de nuestros materiales y para defendernos de los procesos judiciales. Como sigue el bloqueo de los bancos y la persecución, tenemos que bajar el ritmo y la intensidad de nuestro trabajo. Por ahora volamos bajo el radar.
--¿Cómo va la investigación criminal contra Assange y Wikileaks en Estados Unidos?
--Sigue. Eric Holden, el procurador general de Estados Unidos, ha admitido la existencia del caso. Sabemos que han recopilado centenares de miles de folios. Hemos sabido que la investigación criminal va contra seis personas, Julian Assange y otros cinco.
--¿Tu nombre está en esa lista?
--No lo han hecho público. Hasta ahora.
Hrafsson pone en la mesa el caballito de tequila que ha degustado en la última hora de entrevista. En la terraza al aire libre el frío aprieta. Kristinn se pone de pie, cuan largo es, y se despide con esa afabilidad suya, de nórdico que nunca se altera.

Blanche Petrich
La Jornada

sábado, octubre 26, 2013

Granada: el sueño truncado del Caribe



Se cumplen 30 años de la descomunal operación “Furia Urgente”, cuando siete mil marines estadounidenses invadieron la minúscula isla de Granada para darle la estocada final a una inédita experiencia revolucionaria en el Caribe.

A las cinco de la madrugada del 25 de octubre de 1983, una pequeña nación insular caribeña de apenas 344 kilómetros cuadrados y menos de 100 mil habitantes pagaba caro el pecado de haber soñado una revolución. La ciudad de Saint George, capital de Granada, era bombardeada desde aviones, helicópteros y buques de guerra norteamericanos y luego invadida por más de siete mil soldados.
La operación “Furia Urgente”, ideada por Ronald Reagan y acompañada por los gobiernos vecinos de Barbados, Jamaica y Dominica, arrancaba de cuajo los cimientos de un original proceso de transformación social iniciado cuatro años antes, aprovechando el torbellino que atravesaba el proceso tras las fuertes disputas internas y el asesinato de su líder, Maurice Bishop, seis días antes.
Precisamente el 19 de octubre había significado el principio del fin. Días antes, un sector del Gobierno Popular Revolucionario, encabezado por el vice primer ministro Bernhard Coard, impulsó un golpe palaciego, tomó el control del gobierno y metió preso a Bishop.
La maniobra y la detención del hasta entonces primer ministro desencadenó una revuelta popular: los estudiantes abandonaron las aulas al grito de “No Bishop, no school” y los obreros portuarios iniciaron una huelga. En la noche de ese 19 de octubre, una multitud agitó carteles con la consigna “Queremos a Bishop, no a Coard” y Bishop fue liberado. Pero lo trasladaron al Cuartel del Ejército, donde horas más tarde fue ejecutado junto a su pareja y ministra de Educación, Jacqueline Creft, y otros miembros del Ejecutivo. Minutos después, Radio Free Granada informó que un consejo militar tomó el poder y decretó el toque de queda.

La conquista del Tío Sam

La CIA estaba al tanto de la crisis interna y ya tenía preparado el zarpazo. Los pretextos de la invasión seguían el libreto de siempre: una supuesta fabricación de cohetes (nunca aparecidos), el peligro (inexistente) que corrían los estudiantes norteamericanos en la isla y, sobre todo, la construcción de un aeropuerto para potenciar el turismo de la que participaban activamente obreros y técnicos cubanos y que, para EEUU, sería utilizada como base militar soviética. Una vez más, el cuco de la expansión comunista.
En su primera gran operación desde la Guerra de Vietnam, EEUU abusó de una grotesca desproporción militar: apenas encontró la débil resistencia de un ejército de 800 soldados (en rigor, muchos menos por la gran deserción tras el asesinato de Bishop), con armas viejas y rudimentarias. El saldo: al menos 94 personas asesinadas, entre ellos 25 cubanos, más de 500 heridos y unos tres mil detenidos. Posteriormente, un consejo asesor administró el país hasta que en 1984 se celebraron elecciones generales.
EEUU había procurado abonar el terreno para fomentar la crisis que justificara la invasión, congelando todos los créditos internacionales, rodeando a Granada de un mundo financiero hostil e impulsando una feroz campaña mediática contra “el régimen procubano”.

El experimento socialista granadino

Desde 1951 cuando fue designado primer ministro, Eric Gairy manejó Granada a su gusto. Se hizo amigo del dictador chileno Augusto Pinochet y tejió fuertes lazos con Washington y Londres.
Pero en los '60 se fundó un movimiento opositor, el New Jewel Movement, dirigido por Maurice Bishop, un abogado que había nacido en la isla de Aruba. El 13 de marzo de 1979, este movimiento de liberación ocupó el cuartel del ejército y la radio local, logró derrocar la dictadura de Gairy y dio inicio a la “People’s Revolution”, la revolución del pueblo.
El Gobierno Popular Revolucionario intentó avanzar en transformaciones sociales con perspectivas socialistas. El impulso de las manifestaciones culturales locales contra las condicionalidades externas, el establecimiento de la educación gratuita bajo métodos pedagógicos liberadores, un nuevo sistema de atención médica apoyado por Cuba y la reducción del desempleo del 49% al 12%, fueron algunos de los logros de este proceso que, junto a la revolución sandinista, marcaba una nueva época en la región.
Hasta que la bota estadounidense puso la mira y aplastó este pequeño germen de rebeldía y resistencia que estaba dando un ejemplo enorme.
30 años después, Granada sigue perteneciendo a la Mancomunidad Británica de Naciones y la autoridad máxima es la reina de Inglaterra, quien va designando al gobernador títere de turno. El país perdió toda significación geopolítica y, como dice el abogado Peter David, protagonista de aquella gesta, “volvió a ser una pequeña isla entre muchas en el Caribe”. Mientras, la mayor parte de su población vive en la pobreza.
Hoy, todavía resuena la conclusión de Ronald Reagan sobre esta página de la historia: “Según nos decían, Granada era una isla amiga y un paraíso turístico. Pero no. Era una colonia soviético-cubana que se estaba preparando como bastión militar para explotar el terror y debilitar la democracia. Llegamos ahí justo a tiempo”.

Gerardo Szalkowicz

Cuba desarrolla nuevas vacunas contra el cólera



En el marco del XX Congreso Latinoamericano de Farmacología y Terapéutica que se lleva a cabo en La Habana, Cuba, científicos de la isla presentaron avances en el desarrollo de dos vacunas contra el cólera, enfermedad que causa la muerte de entre 100 mil y 120 mil personas todos los años.

Cada año se enferman de cólera en el mundo entre tres y cinco millones de personas. Sobre ese número mueren, en el mismo periodo de tiempo, entre 100 mil y 120 mil según datos de la Organización Panamericana de la Salud. En este marco es que Cuba viene desarrollando hace una década dos nuevos tipos de vacunas contra esta enfermedad.
El Doctor Reinaldo Acevedo Grogues, subdirector de Investigaciones Aplicadas del Instituto Finlay de La Habana informó que actualmente están trabajando para obtener una vacuna atenuada y otra inactivada para combatir el cólera.
La vacuna atenuada implica un compuesto conformado por el organismo vivo de la enfermedad pero al que se le extraen los factores de virulencia. De esta forma “cuando la bacteria entra en el organismo provoca una respuesta inmune, sin enfermar al paciente”, explicó Grogues y agregó: “Ese microrganismo vivo se sigue reproduciendo en el paciente. El sistema inmune responde como si se tratase de varias dosis, y no es necesario inmunizar una y otra vez como pasa con algunas vacunas muertas ya inactivadas que se utilizan a nivel internacional”.
La vacuna se aplica de forma oral, simulando la infección natural y en comparación con las que existen en el mundo, tiene la ventaja de que se administra en una sola dosis eliminando el virus en menos de 72 horas. “La atenuada es resultado de un proyecto de más de diez años, en estrecha colaboración con el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC)”, explicó el investigador al periódico cubano Juventud Rebelde.
Este proyecto aún en fase de desarrollo, se ha evaluado en Cuba y Mozambique, con muy buenos registros de seguridad e inmunogenicidad. Pero, aunque “se encuentra en una fase de ensayos clínicos avanzados”, todavía “no puede afirmarse que Cuba dispone de una vacuna contra esta enfermedad. No podemos crear falsas expectativas”, aclaró el subdirector del Finlay.
La otra vacuna que desarrolla el instituto cubano es la que se denomina “inactivada”. La diferencia con la atenuada es que está compuesta por microrganismos muertos y que su producción resulta mucho más barata. Así lo explicó Sonsire Fernández Castillo, subdirectora de Desarrollo Productivo del Instituto Finlay: “El candidato inactivado es una vacuna más sencilla. Las vacunas vivas por lo general demandan para su producción de cuantiosos recursos, tecnologías, logística”.
El desarrollo de este otro tipo de vacuna no sólo tiene que ver con una cuestión de costos sino con la posibilidad de llegar a más pacientes. “Existe el temor de que las vacunas atenuadas puedan afectar a pacientes inmunocomprometidos, como los que padecen sida. Muchos creen que administrarles un principio activo vivo puede provocarles algún tipo de problema. Con la vacuna inactivada tendrían una alternativa”, argumentó Fernández Castillo. La aplicación también sería por vía oral y se administraría en dos dosis en vez de una.
El cólera es una enfermedad diarreica aguda que afecta principalmente a los países subdesarrollados que recientemente ha reaparecido en Cuba (cuando se suponía erradicada) y llegó a través de Haití. Puntualmente este último está sufriendo una epidemia de cólera que ya contagió a 680.820 desde el brote de la enfermedad en 2010, con un saldo de 8.307 muertes según los datos del propio gobierno haitiano.
Haití ha demandado a las Naciones Unidas ya que imputa la llegada de la enfermedad a los cascos azules que se encuentran ocupando el país hace varios años. Puntualmente a las tropas nepalesas ya que la cepa de la enfermedad que afecta actualmente a la población es la misma que la del país asiático.
De esta forma, el desarrollo biotecnológico cubano podría ayudar a combatir este flagelo en diversos lugares del mundo. Así la vacuna contra el cólera se suma a los importantes logros de la isla en este campo como las recientemente difundidas vacunas contra el cáncer de pulmón y la meningitis.

Una nueva conciencia: elemento primordial para la construcción del socialismo

En su discurso durante el Seminario de Solidaridad Afroasiática realizado en Argel el 24 de febrero de 1965 exponía el Comandante Ernesto Che Guevara que “no puede existir socialismo si en las conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad en que se construye o está construido el socialismo como de índole mundial en relación a todos los pueblos que sufren la explotación imperialista”.
En consecuencia, los cambios que deben producirse en una sociedad regimentada por el sistema capitalista para acceder a otra de signo socialista no podrían restringirse exclusivamente al ámbito político o económico si ello no va acompañado -simultáneamente- con la promoción de unos nuevos valores culturales, éticos y morales que caractericen en lo adelante esa nueva conciencia, adoptando esa “nueva actitud fraternal frente a la humanidad” que ya nos planteara el Che..
Sin embargo, aún faltará algo más qué abordar en este aspecto tan importante. Es preciso que se entienda que tales cambios deben tener una repercusión determinante en la vida cotidiana (incluyendo la familia), en las convicciones de cada quien (en especial, de los revolucionarios), en la concepción tradicionalmente aceptada de lo que es el trabajo (básicamente, en lo que respecta a las relaciones de producción existentes) y el orden cultural en general. Es decir, se impone crear una concepción desalienada de lo que es y debiera ser el sistema-mundo actualmente imperante, lo cual implica libra una batalla más ardua y a largo plazo que no se puede posponer bajo ninguna circunstancia, creyéndose en muchas ocasiones que ella es innecesaria. No hay que obviar que la sociedad de consumo vigente ha sido moldeada por quienes mejor se aprovechan de su existencia: los dueños del capital. Por consiguiente, el germen de la alienación capitalista siempre estará latente, en condiciones de resurgir y de hacer tropezar y sucumbir cualquier proceso revolucionario decidido a construir el socialismo.
Sin duda, esta es una situación exigente, no solamente para los revolucionarios como tales sino para todos los sectores populares que luchan por alcanzar su emancipación integral. De ahí que deba interpretarse la revolución socialista de un modo completo y radical, de lo contrario, todo lo hecho pudiera convertirse en simples reformas que, a la larga, restaurarían el viejo orden que se aspira erradicar, tal como ocurriera con la extinta Unión Soviética. Debe establecerse, por tanto, una interacción de la política con la ética, la economía y la educación (entendiéndola como punta de lanza de la concienciación del nuevo modelo de sociedad), de forma que cada cambio revolucionario tenga una base firme, sustentado -sobre todo- por la participación y el protagonismo firmes y decisivos de los sectores populares revolucionarios. En este sentido, es fundamental que estos sectores populares revolucionarios se movilicen, se organicen, se radicalicen y se formen teóricamente, haciéndose entonces irreversible la construcción colectiva del socialismo.

Homar Garcés

Apuntes para la comprensión del proceso político uruguayo

“(...) el demócrata, que representa a la pequeña burguesía, esto es, a una clase en transición, donde se juntan y se embisten los intereses de dos clases, piensa estar por encima de la lucha de clases en general.”

Carlos Marx. El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte

Cómo flor en primavera, el socialdemócrata florece en las fases de auge del capital. Se asume dueño de ideas avanzadas y progresistas, aunque no sospecha que de todas las formas políticas, es la única que construye su épica creyendo inocentemente en la fábula burguesa de la ilustración y la democracia republicana y liberal. Habla de la importancia de los consensos, de políticas de Estado que trasciendan los gobiernos y, en su formato periférico, sueña con la construcción de un capitalismo nórdico. La historia política uruguaya de los últimos diez años lo tiene como actor central bajo el seudónimo de progresista.
Con frecuencia, el análisis del proceso político se centra en las formas y manifestaciones (candidatos, agrupaciones partidarias, equipos de asesores, etc), olvidando que la política es la expresión del movimiento de la lucha de clases. Hacía ese nivel debemos llevar el foco: pensar la representación política en el marco de la lucha de clases y el proceso de acumulación de capital. Lo importante no es tanto como se van desarrollando y resolviendo las diferentes peleas inter-partidarias por el control del gobierno, sino como se va desarrollando la lucha de clases, específicamente, cómo se reproduce y qué forma asume el bloque de poder. ¿El Frente Amplio (FA) en el gobierno, qué nos dice sobre el desarrollo de la lucha de clases en Uruguay?
La conquista del gobierno por parte del FA es al mismo tiempo una necesidad del capital como una imposición al mismo, que resulta de un doble proceso: a) la pérdida de legitimidad política de los gestores estatales que tradicionalmente se encargaron de la representación política de la burguesía en Uruguay (Partido Nacional y principalmente Partido Colorado) lo que dificultó seriamente la capacidad de la clase dominante para mantener el orden social por medio de esas formas políticas; b) el paulatino ascenso de una nueva forma política que abarcaba sectores obreros y trabajadores, sectores pequeño burgueses y facciones descontentas de la burguesía. El sentido estratégico síntesis de este bloque se condensaba en un frente anti-neoliberal y en términos ideológicos asumía fundamentalmente la forma progresista o socialdemócrata, sin desmedro de que sus sectores relativamente más avanzados alcanzaran a diagramar una perspectiva neo-desarrollista. El punto de inflexión que reunió los dos procesos fue la crisis neoliberal del 2002 y la posterior elección nacional de 2004. El triunfo del FA y su ascenso al gobierno nacional fue la manifestación visible de ese movimiento.
El carácter contradictorio de la llegada del FA al gobierno se mant uvo durante la gestión y su presencia en el mismo. Si por un lado la gestión del FA le imponía ciertos límites a la burguesía (consejos de salarios, mayor cumplimiento relativo de las leyes laborales, tibía reforma tributaria, uso de excedentes para la aplicación de políticas sociales, etc.) y colocaba en el gobierno a un nuevo elenco burocrático que no venía del riñón de la burguesía y por tanto no respondía a ésta de forma incondicional; al mismo tiempo redundaba en una mayor estabilidad política vía contención de los ánimos políticos más combativos de los sectores populares y ampliaba la base social del bloque interesado en la estabilización del proceso de acumulación capitalista. En la fase de crecimiento y “renacimiento” de vastos sectores de la economía uruguaya, se revitalizan las bases materiales para los consensos, tanto inter-burgueses, como entre sectores burgueses y pequeño burgueses, incluso con los sectores populares. Dicho en otras palabras, en la fase expansiva de la economía uruguaya de los últimos 10 años, la burguesía pudo permitirse convidar a los sectores pequeño burgueses y trabajadores de alta calificación, a ser usuarios de segunda del gran festín del crecimiento y con esto la base social del orden se ensanchaba, abriendo las condiciones para la relegitimación del capitalismo de mercado y la democracia liberal como ejes centrales del horizonte histórico posible.
Siguiendo esta lógica, las políticas sociales de combate a la miseria y la pobreza, por citar un fenómeno relevante de la gestión progresista, son al mismo tiempo una conquista y una necesidad para recuperar la humanidad de los sectores más pobres, como un requisito del propio proceso de acumulación capitalista que precisa “reconstruir” los enormes contingentes de superpoblación relativa que había generado el neoliberalismo para que puedan ser incorporados como fuerza de trabajo en el nuevo ciclo de acumulación de capital, en otras palabras, restaurar el ejército industrial de reserva.
Visto desde la perspectiva de la manutención del orden, la gestión del FA se percibe como lo que Gramsci llamó Revolución Pasiva, esto es, una “revolución” desde arriba tendiente a restaurar la dominación neutralizando otras salidas posibles de mayor radicalidad. El FA resultó en la salida de la burguesía para su crisis de hegemonía. El crecimiento económico sobre el cual descansó su gestión gubernamental permitió el desarrollo de una democracia de cooptación, reconstruyendo el bloque hegemónico, ahora amplificado tras la incorporación de nuevos agentes.
La pequeña burguesía, como gestora principal del gobierno progresista del FA, lo que hace es comandar el tránsito político por la frontera de lo tolerable para la burguesía. Pero como toda frontera es inestable y está amenazada por los propios sectores burgueses. De ahí que los pequeños burgueses permanentemente extorsionen a los sectores trabajadoras con la necesidad de su defensa política ante la burguesía. Esto no es mera retórica, la amenaza es verdadera. Cuando las contradicciones se aceleran (por cambios en la coyuntura internacional, baja de los ritmos de acumulación, etc), la pequeña burguesía tiene dos opciones: o se asume definitivamente como gestora del proyecto del gran capital, lo que la obliga a distanciarse cada vez más de los sectores populares, enemistándose con éstos y perdiéndolos como base electoral y fuerza de choque (guardaspaldas políticos en el campo de la lucha de masas), o asume el enfrentamiento con los sectores burgueses, que en definitiva son su verdadera “base” social y que ante la desobediencia no dudarán en expulsarlos de la política gubernamental. Ante estos escenarios críticos, que pueden coincidir con la reversión de un ciclo económico o el inicio de un proceso de achicamiento relativo de la plusvalía global generada, la pequeña burguesía no es capaz de sostenerse como tal, esto es, encarnando un proyecto orientado en torno al ideario socialdemócrata. Esto obedece, en última instancia, a que la pequeña burguesía nunca tuvo ni tendrá el poder, sino apenas la gestión, donde en una coyuntura particular de relativa bonanza, hace malabares para conciliar los intereses contrapuestos de las dos grandes clases. El destino inexorable de la expresión política pequeño burguesa es quedar entranpada en el fuego cruzado de la lucha de clases.
El Fa en el gobierno se consolida y se presenta como una forma política más del orden burgués. Paradojalmente, lo que aparecía como el punto alto de su historia con la conquista del gobierno nacional, es también la irrupción de su propia crisis como pretendida alternativa histórica al servicio de las grandes mayorías del Uruguay. Luego de su triunfo electoral, el FA se posiciona claramente a contramano del rubo histórico de los cambios estructurales, y, en la medida que se consolida como expresión de la gestión pequeño burguesa de una fase específica del Estado burgués, deberá ser superado como forma política en el camino de los sectores populares hacía la revolución.

Rodrigo Alonso

Obama refuerza el bloqueo a las telecomunicaciones de Cuba



El 23 de octubre se cumplieron veintiún años de que fuera sancionada en el Congreso norteamericano la Ley Torricelli, promulgada por el ex presidente George Bush (padre), y una de las expresiones más acabadas de la línea agresiva del imperio contra la Revolución cubana, al articular toda una retórica eufemística que enarbola conceptos como democracia, derechos humanos, economía de mercado, y, por supuesto, un reforzamiento del bloqueo impuesto desde inicios de la Revolución. Al mismo tiempo se pronunció a favor de “comunicaciones adecuadas entre ambos países”, en el interés de “promover cambios políticos en Cuba”.
La administración de Barack Obama continúa la línea de sus antecesores y refuerza el injusto bloqueo económico y comercial contra Cuba. En el caso de las telecomunicaciones, el 13 de abril de 2009, emitió un memorando con “permisos” a los proveedores de servicios de Estados Unidos para:
“Autorizar a las empresas de redes de telecomunicaciones a establecer acuerdos encaminados a crear las instalaciones de telecomunicaciones por satélite y fibra óptica que enlacen a EE.UU. y Cuba.
“Autorizar a las empresas de servicio de telecomunicaciones a iniciar las negociaciones y operar conforme a acuerdos de servicio roaming con las empresas de servicio de telecomunicaciones por la parte cubana.
“Autorizar a las empresas de servicio de televisión y radio por satélite a comenzar las transacciones necesarias para ofrecer el servicio a los clientes en Cuba”.
Mientras anunciaron minúsculas medidas que no han implementado en lo más mínimo debido a las restricciones regulatorias en vigor en el vecino país norteño, no permitieron que las empresas estadounidenses participen en la modernización de la red nacional de telecomunicaciones de Cuba y que se adquieran medios de comunicaciones en EE.UU., teniendo que comprar los mismos en países lejanos a un precio mayor. Solo en el último año las afectaciones se valoran en 44,2 millones de dólares.
Continúan confiscando activos de empresas cubanas y mantienen retenidos en bancos norteamericanos unos 200 millones de dólares pertenecientes a empresas de telecomunicaciones de Cuba.
En el período de la Administración Obama se produce una escalada en la emisión de señales de televisión y radio hacia Cuba desde territorio norteamericano, que alcanza más de 2 000 horas semanales de programación anticubana por unas 30 frecuencias, interfiriendo varios canales y violando el espectro radioelectrónico del país.
Varios sitios y servicios en Internet están bloqueados para los usuarios que residen en Cuba. Porejemplo, la mayoría de los equipos de imágenes médicas son controlados o incluyen en su composición ordenadores basados en el sistema operativo Windows XP de 64 bits, que requiere ser activado con Microsoft antes de los 30 días después de instalado. La activación se puede realizar automáticamente por Internet, mediante la conexión directa del ordenador a los servidores de Microsoft o manualmente llamando por teléfono a alguna de las oficinas de dicha compañía en el mundo. Ninguna de las dos opciones está disponible para Cuba, al no tener Microsoft representación en la Isla y rechazarse la activación automática por el servidor de la compañía, debido a que proviene de Cuba.
Por otro lado, las entidades económicas y científicas cubanas tampoco pueden utilizar el sitio sourceforge.net, una central de desarrollo de software libre que actúa como repositorio de códigos fuente para las descargas de programas.
El colmo es que ejercen presiones sobre empresas de países “aliados” ; tal es el caso de la española Telefónica, que fue requerida en noviembre del 2011 por la Comisión del Mercado de Valores estadounidense (SEC, por sus siglas en inglés), por supuestos negocios y contactos con la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, ETECSA.
En el presente año el gobierno yanqui incluyó nuevamente a Cuba en el listado de países que según ellos patrocinan el terrorismo, propiciando que amparada en ese enunciado, cualquier persona jurídica o natural en Estados Unidos pueda solicitar que se le indemnice, utilizando dinero cubano depositado en cuentas en ese país, y además que determinados jueces fallen a favor de utilizar los fondos cubanos, como ya se ha hecho.
El bloqueo contra Cuba ha fracasado en todos los órdenes, y se demostrará cuando el próximo 29 de octubre una vez más, la gran mayoría de los países del planeta, voten en la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de la Resolución titulada, “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Omar Pérez Salomón
La pupila insomne

La unificación monetaria en Cuba debe eliminar las desigualdades

Para Raúl Castro “la dualidad monetaria constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación”

La Habana acaba de anunciar la próxima supresión de la doble moneda en Cuba, con el fin de reducir las desigualdades y las distorsiones económicas.
En 1993, ante la grave crisis económica que golpeó la isla tras la desintegración de la Unión Soviética, las autoridades de La Habana decidieron legalizar la circulación del dólar estadounidense en el país. Era necesario encontrar las divisas indispensables al funcionamiento de la economía y del comercio y subvenir a las necesidades de la población, particularmente en el sector alimentario. Así, dos monedas circulaban en el país: el dólar y el peso cubano (CUP).
En 1994, además del peso cubano y del dólar, el Banco Central de Cuba creó el peso convertible (CUC) con un valor igual al dólar, lo que hace de Cuba el único país del mundo que imprime una doble moneda. El CUC se usa particularmente en el sector del turismo y para adquirir productos de importación. Así, de 1994 a 2004 circularon tres monedas en Cuba, hasta la desaparición del dólar en 2004, tras las nuevas sanciones económicas que impuso la administración Bush. Ahora, el peso cubano circula con el peso convertible con una notable diferencia de valor: hacen falta 25 CUP para conseguir 1 CUC.
Esta doble moneda es entonces fuente de desigualdad en la nación en la medida en que la inmensa mayoría de la población activa recibe su salario en CUP. Una pequeña categoría de cubanos, particularmente los empleados de la industria turística y quienes reciben remesas familiares del exterior, tienen acceso al CUC. Esta dualidad monetaria tiene como consecuencia llevar a un número sustancial de personal cualificado –académicos, médicos, arquitectos, ingenieros – a abandonar su profesión en beneficio de una actividad más lucrativa como taxista, camarero o portero de hotel.
Por otra parte, este sistema de doble moneda afecta a la contabilidad nacional y causa numerosas distorsiones que complican toda medida económica. Tiene un impacto directo en la política económica del Estado y perjudica gravemente el desarrollo del país.
El Presidente Raúl Castro, consciente de esta realidad, decidió actuar en consecuencia. Según él, “el fenómeno de la dualidad monetaria constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación”. Ha dado como objetivo a los principales economistas cubanos elaborar una estrategia económica y financiera para conseguir la unificación monetaria a la mayor brevedad.
El 22 de octubre de 2013, conforme al proyecto de actualización del modelo económico que adoptó el VI Congreso del Partido Comunista Cubano en abril de 2011, el gobierno de La Habana anunció el lanzamiento de un proceso de unificación monetaria. No obstante, las autoridades no han indicado las modalidades precisas de este cambio y tampoco han dado un plazo. Estos cambios concernirán en un primer tiempo las empresas y las instituciones, antes de extenderse luego a todo el país.
El carácter parsimonioso de las informaciones que proporcionaron las autoridades cubanas se explica por la complejidad del proceso de unificación monetaria. Para poder subir los salarios resulta imprescindible aumentar a la vez la productividad y la producción. También hace falta elaborar una estrategia de sustitución de importaciones, particularmente en el campo alimenticio en un país que depende en más del 80% de las materias primas agrícolas producidas en el exterior.
Si la unificación monetaria se realiza en buenas condiciones, a saber con un alza de la producción, de la productividad y de los salarios, será posible eliminar la fuente de desigualdad que representa la dualidad CUP/CUC. También acabará con las numerosas distorsiones de orden económico que engendra una doble contabilidad. Pero, obviamente, esta reforma monetaria no será fácil de realizar.

Salim Lamrani