domingo, enero 31, 2010

Cuba, para la reflexión


Estos son tiempos para la reflexión en economía. Tras algunas décadas de predominio neoliberal patrocinado por la escuela de Chicago, la economía mundial se encuentra frente a una crisis de consecuencias imprevisibles, pero en cualquier caso gravísimas.
Lo mínimo que se podría pedir al espíritu científico es cambiar los paradigmas, invertir las evidencias, reaccionar, en suma, ante esta bancarrota intelectual que impidió diagnosticar y prever la catástrofe que se avecinaba. ¿Es eso lo que se está haciendo?
Hemos conocido distintas versiones más o menos destructivas del capitalismo, lo mismo que del socialismo. Pero, respecto a la lógica interna que distingue a uno del otro, hay algo que debería hoy interesarnos vivamente. El socialismo puede dejar de crecer, el capitalismo no. El socialismo puede ralentizar la marcha, el capitalismo no.
Pensemos en el ejemplo de Cuba. Al hundirse la URSS, Cuba perdió repentinamente el 85% de su comercio exterior. Su producto interior bruto decreció nada menos que un 33% en términos absolutos. Uno puede hacerse una idea de la catástrofe si se piensa que en Europa nos echamos a temblar ante la perspectiva de perder un punto en el crecimiento previsto. Y a ello se unió un endurecimiento del bloqueo estadounidense. Sin embargo, la gente no murió de hambre en Cuba, no perdió sus zapatos, ni su educación, ni su seguridad social, ni tampoco su dignidad. Lo pasaron muy mal, pero no se enfrentaron al fin del mundo como habría ocurrido con semejantes indicadores en los países capitalistas.
En medio de la actual sacudida, cuando el capitalismo destruye cuerpos en África y puestos de trabajo en España, cuando erosiona sin remedio las condiciones de habitabilidad del hogar humano, cuando para ello tiene al mismo tiempo que recurrir al lubricante de las mafias, al estímulo de los integrismos religiosos, a la restricción de los derechos laborales y al recorte de las libertades, en ese momento, todas las miradas se dirigen, en efecto, hacia Cuba… pero para condenarla y hostigarla. ¿Por qué? ¿Qué pasa allí? ¿El récord de muertos en un solo día? En México. ¿El de sindicalistas y periodistas asesinados? En Colombia. ¿El de pogromos racistas contra inmigrantes? En Italia. ¿Homofobia? En Polonia. ¿Xenofobia institucionalizada y leyes raciales? En Israel. ¿Fanatismo religioso y machismo criminal? En Arabia Saudí. ¿Control de las comunicaciones, suspensión del habeas corpus, tortura, secuestros, asesinatos de civiles? En EEUU. ¿Malos tratos a detenidos, periodistas e intelectuales procesados, periódicos cerrados, corrupción galopante, inmigrantes en centros de internamiento? En España.
Bien, aceptemos que, en este cuadro dantesco, Cuba es apenas un “mal menor”. El que desde Europa y desde España se preste tanta atención negativa al país con menos problemas del planeta –como ha hecho el diputado Luis Yáñez (Público, 9-1-10)– demuestra de sobra, en todo caso, que no es lo malo de Cuba lo que se censura, sino lo que en Cuba se opone a esta lógica dantesca y a sus efectos; es decir, lo que tiene precisamente de bueno.
Los economistas Jacques Bidet y Gérard Duménil recuerdan que lo que salvó al capitalismo en las primeras décadas del siglo pasado fue la organización; es decir, la misma planificación que los liberales identifican horrorizados con el socialismo. Gobiernos e instituciones planificaron sin parar, como siguen planificando ahora, aunque lo hicieron para conservar y aumentar los beneficios y no para conservar la vida y aumentar el bienestar humano. Pero la planificación es ya, como quería Marx, un hecho. Basta sólo cambiarla de signo. En los últimos 60 años, la minoría organizada que gestiona el capitalismo global se ha visto apoyada, a una escala sin precedentes, por toda una serie de instituciones internacionales (el FMI, el Banco Mundial, la OMC, el G-8, el G-20 etc.) que han concebido en libertad, y aplicado contra todos los obstáculos, políticas de liberalización y privatización de la economía mundial. El resultado salta a la vista.
¿Y si planificásemos al revés? ¿Y si prestásemos un poco de atención positiva a Cuba? Esto no lo hemos probado aún, pero lo que intuimos en la actualidad es más bien esperanzador: a partir de una historia semejante de colonialismo y subdesarrollo, el socialismo ha hecho mucho más por Cuba que el capitalismo por Haití o el Congo. ¿Qué pasaría si la ONU decidiese aplicar su carta de DDHH y de Derechos Sociales? ¿Si la FAO la dirigiese un socialista cubano? ¿Si el modelo de intercambio comercial fuera el ALBA y no la OMC? ¿Si el Banco del Sur fuese tan potente como el FMI? ¿Si todas las instituciones internacionales impusiesen a los díscolos capitalistas programas de ajuste estructural orientados a aumentar el gasto público, nacionalizar los recursos básicos y proteger los derechos sociales y laborales? ¿Si seis bancos centrales de Estados poderosos interviniesen masivamente para garantizar las ventajas del socialismo, amenazadas por un huracán?
Podemos decir que la minoría organizada que gestiona el capitalismo no lo permitirá, pero no podemos decir que no funcionaría. Según una reciente encuesta de GlobeSpan, la mayoría que lo padece (hasta un 74%) apuesta ya por otra cosa.
En su artículo, el diputado Yáñez decía amar a Cuba. Por eso, le deseaba lo mejor: incorporarse al capitalismo, justo cuando este ha demostrado su fracaso y su incompatibilidad, al mismo tiempo, con el bienestar humano y con la democracia, con la dignidad material y con el derecho. Nosotros no amamos a Cuba: respetamos a sus hombres y mujeres por lo que han hecho y por lo que siguen haciendo. Quizás a Yáñez le tranquilice pensar en Colombia o en Arabia Saudí. A nosotros nos tranquiliza pensar en Cuba, esa isla donde incluso los límites, los problemas, los errores de la revolución señalan inflexiblemente, desde hace 51 años, la posibilidad histórica de una superación del capitalismo y de una alternativa a la barbarie.

Santiago Alba Rico, escritor

Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía (UCM)

Belén Gopegu, escritora

Pascual Serrano, periodista

Zinn, rebelde que invitaba a hacer historia


A juicio de Noam Chomsky, su colega y amigo rescataba las raíces de las luchas colectivas

El historiador rebelde Howard Zinn, quien falleció ayer a los 87 años, dedicó su vida a narrar, nutrir y provocar los milagros que rescatan a la humanidad del cinismo, la opresión y la injusticia.
Con su libro A People’s History of the United States (publicado por primera vez en 1980, y que cuenta ya con varias ediciones actualizadas), que suma millones de lectores, cambió la narrativa de este país. En lugar de la historia oficial de presidentes y poderosos, Zinn relató otra en que los protagonistas son los sindicalistas radicales, los esclavos en rebelión, los indígenas, las mujeres, los activistas de los derechos civiles y contra las guerras. Con este libro y otros 20, además de cientos de artículos y discursos, Zinn rescata la memoria de las luchas colectivas y sus héroes, derrotando así la política oficial de promover la amnesia nacional.
La obra de Zinn fue inseparable de su manera de vivir, declaró hoy Noam Chomsky, en entrevista con La Jornada. Agregó que su proyecto básico consistía en "sacar desde lo profundo a incontables personas desconocidas, cuyas acciones son las raíces de los grandes hechos que se registran en los libros de historia. Su visión era que si uno suprime las raíces, tal como se hace convencionalmente, no sólo fracasa en entender qué ocurrió, sino también anula el poder de las personas, ya que no se les permite alcanzar el entendimiento de que son ellas las que pueden cambiar las cosas".
Chomsky subrayó que "ese trabajo está ligado a su propia vida, eso hacía", y recordó la participación directa de Zinn en los movimientos de derechos civiles, antibélicos y laborales. "No puedo decir cuántas veces estuvimos juntos en manifestaciones, cuántas veces nos arrestaron a ambos", rememoró su colega y amigo.
"Hasta sus últimos días, continuó trabajando, viajando, siempre muy optimista", cuenta Chomsky, y eso a pesar de graves problemas físicos que tuvo al final. "Fue encantador. Un ser humano único, no creo que haya muchos como él", concluyó.
Como maestro universitario –primero en Spelman College, en Atlanta, y después en Boston University– e intelectual, Zinn se dedicaba a generar el cuestionamiento del poder. "Yo deseaba que mis estudiantes se fueran de mis clases no sólo mejor informados, sino más preparados para abandonar la seguridad del silencio, más preparados para responder en voz alta, para actuar contra la injusticia donde ésta se presentara. Esto, claro, era una receta para atraer problemas", escribió.
Sus alumnos, tanto los que asistieron a sus clases como los que leyeron sus libros o lo escuchaban en conferencias, foros, acciones de protesta y congresos, están por todo el mundo. El deseo de Zinn era que se volvieran parte de la historia de rebeldía contra la injusticia, la guerra y la opresión. Es decir, el historiador rebelde los invitaba a hacer historia.
Entre quienes se cuentan como sus discípulos hay figuras famosas, como la escritora Alice Walker (El color púrpura, alumna de Zinn en Spelman College), quien hoy, en entrevista con el noticiario Democracy Now habló de la enorme vitalidad de su maestro y de su valentía no sólo en las aulas sino en acciones callejeras con sus estudiantes. Además, dijo, "mi profesor era una de las personas más graciosas que jamás he conocido, y solía decir las cosas más extraordinarias en los momentos más sorprendentes".
Otros que lo consideran "su maestro", y quienes participaron en proyectos con él, incluyen al actor Matt Damon (creció como su vecino), Bruce Springsteen (dicen que su disco Nebraska fue influido por los escritos de Zinn), Tom Morello, el cantautor Steve Earle, y actores como Sean Penn, Danny Glover, Tim Robbins, Morgan Freeman y Marisa Tomei, entre otros. Pero tiene millones de admiradores más que no son famosos, algunos que han descubierto otra historia, contada desde abajo por primera vez, a través de su obra; otros que han aceptado su invitación a la disidencia, la resistencia y la rebeldía. A sus 87 años, Zinn era uno de los pocos intelectuales que gozaban de la confianza y respeto de los jóvenes en este país.
Hijo de trabajadores europeos judíos inmigrantes, Zinn fue criado en colonias proletarias de Brooklyn, y después de casarse vivió en el Lower East Side de Manhattan. Trabajador en el puerto de Nueva York, en los astilleros y como cargador en almacenes, son algunos de los oficios que ejerció mientras estudiaba en las universidades de Nueva York y Columbia (donde recibió su doctorado en historia, con una tesis sobre el político progresista Fiorello LaGuardia).
Se sumó a la guerra contra el fascismo y fue bombardero durante la Segunda Guerra Mundial. Pero al visitar los lugares que atacaron desde los cielos, especialmente después de enterarse de las terroríficas consecuencias de la bomba atómica en Japón, Zinn decidió que toda guerra es injustificable, y por el resto de su vida se dedicó a esta causa. Junto con Chomsky, fue uno de los primeros intelectuales en sumarse al movimiento contra la guerra en Vietnam.
Zinn cuenta que conoció a Chomsky en 1964 cuando ambos viajaron a Missisipi para protestar contra la detención de activistas de derechos civiles, y que después el movimiento antiguerra los acerco más y desde entonces habían sido amigos.
En 1967, el dramaturgo e historiador pubicó Vietnam: la lógica del retiro, el primer libro sobre el tema en hacer un llamado a un retiro inmediato e incondicional de tropas. Junto con el famoso sacerdote católico radical Daniel Berrigan, viajaron a Vietnam del Norte en 1968 para recibir a los primeros tres prisioneros de guerra entregados por las fuerzas de liberación. Fue en la casa de Zinn donde Daniel Ellsberg, el funcionario del Departamento de Defensa que se volteó contra la guerra, escondió los que serían llamados los Pentagon Papers antes de ser publicados en los medios de comunicación nacionales, documentos secretos oficiales que demostraban el fracaso de la guerra cuya publicación fue un paso decisivo para marcar el principio del fin de ese conflicto bélico.
En sus últimos años gozó en crear otras maneras de hacer contemporáneas las voces disidentes y rebeldes del pasado a través de películas, obras en vivo y por televisión y el universo cibernético.
Realizó una serie de "lecturas" en voz alta por el país con reconocidos actores, poetas y músicos. Se tomaban turnos para leer, declamar o cantar selecciones de figuras rebeldes conocidas y desconocidas de la historia de Estados Unidos, todo esto introducido por Zinn. Discursos, cartas, ensayos y canciones de lucha, ira, denuncia y gritos por la justicia y contra las guerras a lo largo de la historia de este país resonaban ahí. Así, convocó a los héroes populares del pasado para guiar, apoyar y alentar a los héroes del presente en el movimiento de resistencia en Estados Unidos.
Un documental que registra este esfuerzo acaba de salir a la venta, The People Speak. La película fue presentada el año pasado en el festival de Sundance, y después en la ciudad de Nueva York, antes de ser trasmitido a escala nacional en diciembre por la televisora History Channel.
En uno de estos encuentros, en Nueva York hace un par de años, Zinn introdujo el espectáculo así: “Éstas son las voces no de la historia oficial, sino de los que han resistido, de los disidentes, gente trabajadora, socialistas, anarquistas, los que se opusieron al establishment en nombre de la paz y la justicia para todos. Ellos son voz de los desafiadores, porque esa es la que necesitamos. Tenemos que alentar a la gente a desafiar este sistema, tenemos que hacer algo, esto es más bien un llamado a la acción.

David Brooks
La Jornada

Se suma la ONU al reclamo de cancelar la deuda externa de Haití


La agencia de desarrollo de Naciones Unidas se sumó el viernes a los llamados para cancelar la deuda externa de Haití de 1.000 millones de dólares, en respuesta al devastador terremoto que azotó al país este mes.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés) aplaudió los llamados del Fondo Monetario Internacional a un esfuerzo internacional de financiamiento que siga los lineamientos del plan Marshall, que ayudó a reconstruir Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
"UNCTAD cree que esta tarea debe comenzar por la inmediata y total cancelación de las obligaciones de deuda existentes de Haití”, dijo en un informe sobre política.
UNCTAD indicó que un estudio de los efectos de 21 desastres naturales en países de bajos ingresos entre 1980 y el 2008 mostró que agregaron 24 puntos porcentuales a la proporción de deuda del país afectado en el Producto Interno Bruto (PIB) en los tres años subsiguientes.
“Seísmos en tal escala pueden llevar a un círculo vicioso de aflicción económica, a más préstamos externos, agobiante revisión de deuda e inversión insuficiente para mitigar futuras sacudidas”, expresó.
Haití perdió el 60 por ciento de su PIB en el desastre, dijo el lunes el primer ministro Jean-Max Bellerive, haciendo referencia a la concentración económica en la capital Puerto Príncipe, ubicada cerca del epicentro del terremoto del 12 de enero.
UNCTAD citó estimaciones conservadoras de que el terremoto de magnitud 7,0 costó un 15 por ciento del PIB de Haití, pero en cualquier caso la capacidad del Estado caribeño de responder a su deuda externa estaría severamente debilitada.
El organismo dijo que los acreedores deben declarar una moratoria sobre el pago de la deuda de Haití, seguida por una cancelación lo antes posible.

Honduras ha cambiado para siempre


Discurso de Juan Barahona en los actos de traspaso de poder desde el Presidente José Manuel Zelaya Rosales hacia el pueblo hondureño representado en el Frente Nacional de Resistencia Popular.

Honduras ha cambiado para siempre. Nuestro pueblo, hoy alzado contra la dictadura del enemigo oligárquico e imperialista, se ha convertido en un gigante de la dignidad, el sacrificio y la conciencia. Nunca antes en nuestra historia estuvimos más unidos los sectores populares, nunca antes se tuvo tanta conciencia de los derechos de los hombres y mujeres pobres, nunca antes se mostró tan claramente la naturaleza explotadora, totalitaria y asesina de los que han sido dueños de este país y que hoy tiemblan ante la fuerza arrolladora de la Resistencia Popular.
Hoy, a pesar de decirlo en el fragor de la lucha y en el mismo momento en que las fuerzas del atraso juramentan a su nuevo testaferro, podemos afirmar con todo orgullo que hemos despertado y somos capaces de construir nuestro futuro.
Antes de continuar, permítanme un acto solemne e imperativo: recordemos a las mujeres y los hombres que han ofrendado su vida en esta lucha, asesinados de manera cobarde y traicionera por las fuerzas de terror del régimen de facto. Con ellas y ellos recorrimos juntos las calles, respiramos los mismos gases envenenados, recibimos la misma metralla, la misma cárcel, la misma humillación. Pero también, con ellas y ellos escribimos los pasajes más hermosos de lucha y resistencia que tuvo nuestra patria.
¡El día que su corazón se detuvo, murieron para vivir eternamente en nuestros corazones y en nuestra lucha!
¡Viva el ejemplo de los héroes del Pueblo!
¡Sangre de mártires! …¡Semilla de Libertad!
Por ellos y ellas juramos que no habrá descanso, que no negociaremos los principios jamás, que no perdonaremos la traición y que vamos a transformar este país para que sea libre, democrático, justo y verdaderamente independiente.
Luchamos por la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente Popular que sea revolucionaria y vaya más allá de reformas tibias que dejarían intacto el sistema de privilegios mediante el cual los poderosos viven con infinitos lujos a costa de la explotación del trabajo de los pobres y el robo de los bienes públicos y la extracción inmisericorde los recursos naturales.
Nos planteamos una sociedad nueva, un ser humano nuevo, que no exalte el egoísmo como valor supremo, sino que pretenda el desarrollo integral de la colectividad. Aspiramos a forjar personas solidarias, que sientan como propias las miserias de los demás y que luchen por eliminar las desigualdades sociales que provocan el capitalismo, el patriarcado y el racismo.
Peleamos por una patria libre de injerencias externas, sin bases militares que sirvan para dañar a nuestros hermanos centroamericanos, sin transnacionales que roben nuestras riquezas impunemente, sin clases políticas que reciban órdenes desde el imperio. Luchamos por la integración de los pueblos latinoamericanos y la unión de Centroamérica.
Así lo soñaron José Cecilio del Valle, Cabañas, Visitación Padilla, Graciela García, José Martí, Juan Pablo Wainwrigh, Manuel Cálix Herrera, Sandino, Farabundo. Nuestros próceres y los grandes líderes históricos del Pueblo Hondureño y de los pueblos centroamericanos. Ese fue el ejemplo de Morazán, nuestro máximo referente, quien a pesar de haber vivido hace doscientos años, nos dejó un legado de dignidad y entereza que aún hoy es una afrenta para los enemigos del progreso.
Francisco Morazán fue asesinado hace 168 años por una oligarquía retrógrada y cobarde, confabulada con el imperio de su tiempo, tal como hace la oligarquía hondureña de hoy. Si Morazán viviera en este tiempo, sus enemigos estarían en el COHEP y en la ANDI, sus enemigos llevarían los nombres de Goriletti, Elvin Santos, Pepe Lobo, Carlos Flores, Adolfo Facussé, Rafael Callejas, Rafael Ferrari y otros cuya larga lista da nauseas mencionar.
Si Morazán viviera hoy, la clase política que usurpa los poderes del Estado, mandaría contra él al ejército y a la policía, tal como la mandan contra nosotros, que somos los continuadores de las luchas por la soberanía y la libertad de nuestro pueblo.
¡Qué gran diferencia con el Ejercito Defensor de la Ley que él comandó en contra de los oligarcas de su tiempo!
¿Qué sentiría el General Morazán si viera a los militares y policías disparando contra compatriotas desarmados, moliendo a toletazos a niños y ancianos, violando y ultrajando a mujeres y niñas indefensas, y torturando a nuestros jóvenes? El insigne General, se moriría de la vergüenza.
Aunque siempre lo hemos sabido, nunca como hoy queda tan claro que la cúpula de las Fuerzas Armadas no sirve para ganar guerras, sólo sirven para dar Golpes de Estado con los que derrocan gobiernos legítimamente electos, cuando así se los ordena su amo del norte o la minoritaria oligarquía, explotadora y corrupta.
No está lejano el día en que esos Generales pagarán sus delitos acompañando también a los empresarios y políticos golpistas en las cárceles de la Nueva Honduras.
Pero también ha quedado claro que detrás de los enemigos locales del Pueblo hondureño, se encuentra el enemigo numero uno de todos los pueblos: el imperio norteamericano. Si no hubiera contado con su apoyo, esta oligarquía cobarde nunca se habría atrevido a dar este Golpe, desafiando a la mayoría de la nación y mucho menos al mundo.
Los funcionarios norteamericanos son tan cínicos que, tras haber preparado detalladamente el Golpe con sus siervos locales, fingieron después estar en contra, ocultando su verdadero propósito de legitimar la dictadura mediante la tramposa negociación de San José y mediante unas elecciones fraudulentas.
Ahora, con número inflados, los golpistas y su hipócrita amo del Norte, tratan de engañar a los pueblos y gobiernos del mundo haciéndoles creer que aquí hubo “elecciones democráticas”.
¿Hubo elecciones democráticas, compañeros? NO, lo que hubo fue una FARSA. Al pueblo hondureño no lo engañan, porque aquí nos conocemos y sabemos que cuatro gatos fueron a votar.
Aún así, quieren engañar al mundo. Con lo que no contaban es que el mundo ha cambiado y si antes casi todos agachaban la cabeza, hoy muchos pueblos tienen gobiernos dignos que no se arrodillan ante el dólar.
Por eso a esa toma de posesión espuria no viene la mayoría de gobiernos del mundo. Vienen unos cuantos, los más serviles. Este rechazo del mundo es un triunfo de nuestra lucha compañeros. Gracias a esta batalla no han podido hacer un Golpe para la exportación.
De todos modos, los golpistas siguen con el guion preparado por el imperio.
El siguiente paso es intentar arrebatarnos las conquistas que logramos durante el gobierno del Presidente Manuel Zelaya. Los golpistas usan los medios de comunicación a su disposición, los púlpitos tarifados de las cúpulas de las iglesias conservadoras y la ONGs vendidas, para promocionar un “Plan de País” que es sólo la continuación del modelo neoliberal, que sumió en la pobreza a una gran cantidad de personas y que hipotecó el futuro de varias generaciones de hondureños y hondureñas.
En el fondo lo que pretenden es cumplir la agenda del Golpe de Estado. Su objetivo es destruir el Estatuto del Docente, aprobar un nuevo Paquetazo para sacarnos más impuestos, dejar estancado el salario mínimo o bajarlo si pudieran, subir los precios de los combustibles y las ganancias de las transnacionales, llevarse nuestros recursos minerales, privatizar el agua, saquear nuestras finanzas, entre otras pestes. ¡Pues para eso dieron el Golpe estos canallas!
¿Por qué habríamos de creer en las promesas de una clase explotadora que tuvo 30 años para demostrar que su sistema neoliberal funciona? ¿Cómo pretenden que el pueblo se fíe de un gobierno integrado por golpistas, represores, ladrones, fantoches y farsantes?
No puede depositarse ninguna confianza en el régimen que se impone a punta de bayonetas. La mentira y el engaño es su norma. Basta ver cómo se hacen “juicios” de mentiras entre ellos para ser “sobreseídos” de sus pecados y hacerle creer a los incautos que aquí no paso nada. Luego le dicen al mundo que aquí todo es “armonía” y “reconciliación”, a pesar que nos siguen matando compañeros y compañeras, a pesar que muchos van al exilio y otros son amenazados a muerte todos los días. Llegan al ridículo de hacer un show para fingir que el dictadorzuelo de Goriletti se aparta del camino.
¡Y así quieren que nos prestemos a participar en su “diálogo”!
La Resistencia Popular no participará en esa farsa del dialogo de la oligarquía y mucho menos en su gobierno espurio.
Los golpistas no tienen ninguna posibilidad de engañar más a este pueblo que alcanzó niveles de conciencia superiores a cualquier momento anterior. La gran mayoría de hondureños y hondureñas sabe que Pepe Lobo es la continuación de la dictadura, es la continuación del neoliberalismo, es la garantía del imperio para usar a Honduras como base de operaciones militares y su apuesta para detener los procesos de cambio en América latina.
Pepe Lobo NO ES NUESTRO PRESIDENTE, como Goriletti tampoco lo fue. Es el “presidente” de los Kaffati, Hándal, Facussé, Ferrari, Maduro, Callejas, entre otros; es el “presidente” de los traidores, de los corruptos, de los entreguistas.
Por eso, hoy la Banda Presidencial legítima no pasa al Lobo; quien la recibe es el pueblo luchador, el pueblo digno. Hoy la Banda Presidencial la recibe, en nombre la mayoría de la población, ¡el Frente Nacional de Resistencia Popular!
Es, por supuesto, un honor que como Resistencia se nos haga este traspaso de las manos del legítimo Presidente Manuel Zelaya, el único que fuera electo por la voluntad mayoritaria del Pueblo.
Compañeros y compañeras,
La Resistencia no recibe esta banda como un trofeo o un simple reconocimiento a su esfuerzo. Sino que lo recibe como una altísima responsabilidad: la de representar al Pueblo y lograr que prevalezca la verdadera Democracia participativa y popular.
Ahora bien, el camino frente a nosotros se presenta lleno de desafíos, el Frente Nacional de Resistencia Popular es ya una fuerza nacional con impresionantes capacidades de movilización y una arrolladora simpatía, pero hacer falta dar pasos importantes hacia su consolidación.
Desde ahora la consigna es ¡Organización! ¡Movilización! ¡Formación!
Estos tres ejes de trabajo deben ser asumidos por los núcleos de Resistencia en cada barrio, en cada comunidad rural, en cada centro de trabajo, y en cada uno de ellos debe primar la democracia interna. El FNRP debe canalizar las necesidades de grupos de Campesinos, obreros, indígenas, negros, grupos LGTB, artistas, pobladores urbano- marginales, micro pequeños y medianos empresarios, movimientos ambientalistas, mujeres, organizaciones estudiantiles, fuerzas políticas progresistas y democráticas, maestros, profesionales, grupos de derechos humanos, jóvenes, iglesias populares, y otras organizaciones. Es decir, de todos los sectores explotados, oprimidos y marginados de nuestra nación, sin excepción alguna.
El abanico de ideologías que integran el Frente debe asumir una actitud de debate sincero y maduro, la unidad dentro de la diversidad es la característica más valiosa que hasta hoy tenemos y es necesario fortalecerla. En ese sentido es necesario reconocer el liderazgo y actitud de nuestro presidente Manuel Zelaya Rosales, quien ha llegado al extremo de sacrificarse y arriesgar su vida para luchar por la democratización de nuestra Patria.
Hoy el Presidente Zelaya ha vencido los inútiles intentos de quebrar su voluntad y opacar su ejemplo. Es también una manera digna de cerrar un ciclo en el que por primera vez desde que se reiniciaron las elecciones en nuestro país, un presidente se acerco a las necesidades del pueblo, que se enfrentó a la clases más conservadoras del país, y fue capaz de asumir la agenda de los sectores populares.
¡Qué pequeños se ven sus enemigos! ¡Cuán cobardes se han mostrado!
Compañero Presidente. Sepa que la Resistencia lo aprecia como un líder incuestionable, A su regreso encontrará un pueblo en lucha, indetenible, y con más valor y más ganas de derrotar la dictadura. También una Resistencia Popular mejor organizada y más consciente.
El Pueblo Hondureño inicia a partir de este momento, una etapa distinta en la lucha por la construcción de un país nuevo.
El Frente Nacional de Resistencia Popular, tiene claridad del reto asumido y como lo dice literalmente su plan estratégico, deberá “Fortalecerse como instrumento de poder popular, para la conquista del poder, construyendo una nueva institucionalidad hacía la refundación de la República, para el surgimiento de una nueva democracia popular en la que participemos todos y todas y seamos protagonistas de un Estado de justicia social, para garantizar la solidaridad, la libertad y la independencia, a través de una Asamblea Nacional Constituyente que formule y apruebe la primera constitución Política hecha por el pueblo, con una visión latinoamericanista.”
El camino no será fácil, estará lleno de obstáculos y sacrificios, pero tenemos la certeza de que al final triunfaremos frente a la oligarquía y sus amos imperiales.
De nuestro lado tenemos el respaldo del pueblo, la experiencia de la lucha popular y la conciencia de lo justo de nuestras aspiraciones.
Sabremos responder a la responsabilidad que hoy asumimos.

¡Viva el pueblo heroico de Morazán!
¡Viva el Presidente Manuel Zelaya Rosales!
¡Viva el Frente Nacional de Resistencia Popular!
¡Viva la Asamblea Nacional Constituyente Popular!
¡Resistimos y Venceremos!

FRENTE NACIONAL DE RESISTENCIA POPULAR
Tegucigalpa, M.D.C., 27 de enero de 2010

sábado, enero 30, 2010

Unidos en el espanto


En estos últimos días se han producido dos hechos que unen la memoria de dos países que marcaron mi vida: Argentina y Alemania. A los dos, por desgracia, los une el espanto. Recordar ese espanto es sufrir el peor de los dolores y las vergüenzas. Dos países, dos sociedades que tienen manchas en su pasado por las cuales ha sido protagonista el horror. El horror más cruel y despiadado. Uno, las cámaras de gas; el otro, la desaparición. Es como para salir a caminar por estas calles plenas de nieve y preguntarse, sin jamás poder obtener una respuesta: ¿por qué?, ¿por qué tanta crueldad?, ¿por qué tanta insensibilidad? Lo atroz. El ser humano convertido en bestia, una bestia perversa. Uno, las cámaras de gas, el otro, la desaparición de personas, después de las más bestiales torturas, volverlas anónimas y arrojarlas vivas desde aviones al mar.
Sí, en estos días resonó la voz de la Justicia. Nuremberg, otra vez, en esta ocasión para los criminales uniformados argentinos. La Justicia alemana pide la extradición de Videla, el general argentino. Su rostro apareció en todos los diarios. El verdadero retrato de la Muerte. Los artistas plásticos ya tienen un modelo para inspirarse cuando dibujen esa muerte como símbolo. Al anunciarse aquí, en Alemania, el pedido de extradición, compré todos los diarios para mirarlo: el rostro de la Muerte. No nace otra sensación. Y por esas fantasías que tiene la realidad, en la misma página apareció el juicio que se lleva a cabo en Nuremberg al torturador nazi John Demjanjuk, de 89 años, el mejor torturador de Auschwitz. Que entra a la sala de juicio en camilla, se hace el enfermo para originar compasión. Con los ojos cerrados, aunque abre las pestañas, a veces, para cerciorarse de que engaña a los presentes. Demjanjuk, el brutal torturador, la bestia humana y, más arriba de la página del diario, el retrato de la Muerte, Videla, la muerte argentina.
Entre los miles de desaparecidos en la Argentina durante la dictadura hay 76 alemanes, todos jóvenes. Una de ellas, Elisabeth, la estudiante que fue a Buenos Aires para hacer labor solidaria en las villas miseria. Secuestro, torturas, campo de concentración “El Olimpo” y asesinato a balazos en un simulacro de tiroteo. Con la televisión alemana y bajo la dirección de Frieder Wagner hicimos un film sobre ella. Hija del pastor evangélico Ernst Käsemann, uno de los más brillantes ensayistas de Europa, sobre ética. En Alemania, el film Elisabeth fue mostrado por el principal canal televisivo nacional. En la Argentina, ningún canal quiso mostrar ese film testimonio.
Es que todo tiene su explicación. Nada es casual. Como justo ahora, en momentos en que Alemania pide la extradición del desaparecedor Jorge Rafael Videla, los diarios publicaron las declaraciones del político argentino Eduardo Duhalde, en El Salvador, donde pide que se deje tranquilos a los militares argentinos. Lo sabemos, es para crear el clima de manera que la Justicia argentina deniegue la extradición de Videla. Aunque la reacción de la verdadera democracia argentina no se hizo rogar. Y fueron justo militares los que salieron a definir lo que es la ética profunda. Por supuesto, se trata de los militares agrupados en Cemida, el Centro de Militares Democráticos Argentinos. Mientras el político Duhalde dejaba escapar ante el periodismo aquello de “no humillar a las Fuerzas Armadas”, los del Cemida le respondieron que ellos consideran “muy favorable que al fin se esclarezca quiénes fueron culpables de delitos aberrantes, y que ésos reciban las sanciones que las leyes determinan y así el resto de los militares queden libres de toda sospecha y hayan recuperado la admiración y respeto de la ciudadanía a las fuerzas que San Martín instruyó aferradas a su ejemplar código de conducta”. Firman el comunicado los coroneles Horacio Ballester y José Luis García.
Cuando uno lee esto se pregunta cómo si hay militares que defienden la democracia hubo políticos que usaron de todos los subterfugios para que todo se olvidara y los criminales de la desaparición y la tortura quedaran libres. Para recordar: las leyes de obediencia debida y punto final de Alfonsín y el indulto para los comandantes, firmado por Carlos Saúl Menem.
Cuando se formó el Cemida con los militares que pidieron una verdadera democratización del Ejército, escribimos que era hora de que esos oficiales fueran los que dieran los lineamientos para el futuro de las Fuerzas Armadas argentinas. Siguiendo el ejemplo del gobierno de la nueva Alemania posnazista, que justamente eligió a los pocos oficiales que se habían jugado contra Hitler, para dar las bases de lo que iba ser la actual Bundeswehr. Pero ni Alfonsín ni Menem recurrieron a ellos. Al contrario, se los aisló; los medios de prensa apenas si los mencionaban, a pesar de que dieron conferencias de alto valor donde se resaltaba la ética que debía tener un nuevo ejército en la democracia. Y ocurrió lo increíble, doy un ejemplo: en el gobierno de Alfonsín se ascendió a “general de la Nación” al coronel Gorleri, el quemador de libros de 1976, que se explicó diciendo que lo hacía “por Dios, Patria y Hogar”.
Y ahora Duhalde tiene como palabra de propaganda la consigna “no humillar a las Fuerzas Armadas” y quiere que ellas se encarguen de la reeducación de nuestra juventud en los cuarteles militares. No, señor Duhalde: la juventud se educa a través de la docencia y de crearle una sociedad justa, con porvenir, con trabajo, y no con la violencia de la desocupación, del alcohol o de las villas miseria.
Si aquí, en Alemania, un político de cualquier color propusiera la eliminación de la inseguridad dándoles a las fuerzas armadas y sus cuarteles un papel preponderante, tendría que irse del país por el repudio general. Justamente Alemania hizo esa experiencia durante los años del nazismo, la militarización de la juventud, y ya vimos el resultado. La juventud deja la violencia con las herramientas de un oficio, en el aula ante la ciencia y las artes, en el trabajo, con un techo digno y una naturaleza plena de colores y sensaciones. Y no con el cuerpo a tierra, ni el paso de ganso. Y los oficiales que se merecen una verdadera democracia no surgen de un instituto donde se aprende a obedecer y a mandar sino donde todos sus docentes hayan sido probados defensores de la democracia y de los derechos humanos durante su vida, y que sean capaces de enseñar los ideales de aquel glorioso Mayo, totalmente pisoteado por los generales de la desaparición y la tortura.
Duhalde, un politiquero digno de ésos de la escuela del famoso Barceló de la Avellaneda de los años ’30, supone crear un ambiente más democrático dándoles más importancia a los militares. Y aquí, justamente, los militares democráticos del Cemida le recuerdan: “¿El declarante no se estará curando en salud, ya que aún no se han terminado de investigar sus responsabilidades en los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, ocurridos durante su presidencia?”. Hechos. Esperamos aquí la respuesta del doctor Duhalde. Porque fue un crimen que conmovió al pueblo, en plena democracia. Tiene la palabra.
Volvamos a Alemania. Esta semana asistí en Berlín al estreno de la pieza teatral Elsa, del dramaturgo alemán Jürgen Berger. Es una historia que une las dos tragedias vividas por ambos pueblos. Es la vida de Elsa, que cuando joven debe huir con sus padres, por persecución racial, de la tierra donde había nacido: Alemania. El destino llevará a esa familia a la Argentina. Allí Elsa se educará, se casará y tendrá hijos. Una de ellas, Lilli, apenas salida de la adolescencia, será secuestrada por los militares argentinos acusada de actividades subversivas. La madre, Elsa –ya actriz de teatro–, luchará por su vida. Pero Lilli no volverá más, pasará a ser desaparecida. Dejará un bebé que criará Elsa. Una historia que se repitió muchas veces en esos años de la dictadura militar. La protagonista es justamente Ellen Wolf, en persona, que encarna a Elsa. Es su verdadera vida. Ahí está todo el dolor, la inmensa pena ante la injusticia, primero, de haber tenido que dejar su tierra natal, perseguida por algo tan irracional como el racismo; y luego, en el país que le dio refugio, ser protagonista como víctima de la desaparición de su hija.
La sala del Teatro Gorki de Berlín se llenó de emoción. Un destino y dos países donde se desarrollaron la irracionalidad y la muerte. La emoción aumentó más sabiendo que Ellen Wolf, de 83 años, que encarnaba a Elsa, se interpretaba a ella misma y su destino. Haber vivido en la Alemania de los años ’30 y luego en la Argentina de los ’70. La misma persona. Que ahora lo decía todo, desesperación, pero lucha; muerte, pero sí a la vida. El público, más que emocionado, ovacionó a la actriz.
Al día siguiente leí en los diarios las declaraciones de Duhalde. Me pregunté: ¿es que los argentinos, mejor dicho, los que se dicen nuestros pensadores políticos, no han aprendido nada?
Aunque siempre los enfrentaremos con la palabra, en la polémica, en el diálogo. Pero, por sobre todo, con la Justicia. Demjanjuk y Videla mataron. Para ellos la justicia, que debe apuntar siempre a la vida. La justicia es el arma principal de una verdadera democracia.

Osvaldo Bayer
Desde Bonn, Alemania

Crítica Marxista a las medidas: Devaluación, Sustitución de Importaciones y la Venezuela Exportadora. Propuestas para NO empeorar a la Clase Obrera.


Con todo el afecto que merecen quienes desde las bases han expresado confianza en el resultado de las medidas, me permito argumentar mediante una breve evidencia estadística y en base al socialismo científico, mi pleno desacuerdo con la serie planes dichos en enero de 2010, que encarnan una continuación de las políticas económicas del “Reimpulso Productivo, La Inversión es Venezuela” que se lanzó en junio de 2008, y que ya hemos criticado otro ensayo[i]. A mi juicio, se ha optado por beneficiar a un sujeto histórico inexistente como la burguesía exportadora y a un parasitario sistema financiero, en perjuicio de la clase trabajadora. En dicho escenario, se augura un doloroso fracaso de la continuación de una serie de medidas que obedecen a la crisis nacional y a la negación de adoptar con voluntad política la transformación estructural de la sociedad capitalista. Se pudieron tomar otras decisiones, pero, se naufragó, de nuevo, en la miseria de lo posible.

¿Qué pasa con la crisis mundial? ¿Tuvo Venezuela peores resultados que el promedio mundial?

La depresión capitalista de 2008 (dentro de la crisis sistémica del capital) fue la más grande de los últimos 80 años, y es a nuestro criterio, causada por: la sobreproducción y la anarquía en la producción. Esto a su vez es sustentado por las dos contradicciones cardinales del sistema:
1.La producción cada vez más socializada de mercancías, versus la apropiación privada más concentrada del resultado de la venta de las mercancías.
2.La depauperación relativa y absoluta de la clase trabajadora (y a la vez consumidores en masa) de las mercancías que ya no se pueden vender. Esto arruina a las empresas y atiza el desempleo.
Prueba de lo anterior es que al apenas estallar los inicios de la depresión en 2008, vemos que la producción industrial mundial decreció en 20%, la venta de autos bajó un 25% y la de acero en un 30%[ii]. Salvo WorldCom que quebró en el 2002, en el año 2008 se han dado las 3 quiebras más grandes de la historia de Estados Unidos: Lehman Brothers (2008), Washington Mutual (2008), y General Motors (2008)[iii]. La bancarrota de CIT (2009) se unió a este clan para ser la quinta quiebra más grande de la historia, evidenciando lo cada vez más profundo del ciclo depresivo dentro del caos capitalista.
Todo lo anterior, es usado para importar la culpa del desastroso año 2009 para Venezuela. Pero eso no es del todo cierto, debido a que la economía venezolana cayó 2,9% en 2009, pero la economía mundial sólo lo hizo en 1,1% y la latinoamericana en 1,8%. Venezuela tuvo resultados económicos peores en promedio, que el mundo y sus vecinos, lo que evidencia errores garrafales de política económica luego del año de más alta bonanza petrolera en la historia. Ello prueba, que aún cuando el petróleo llegue a 300 dólares, será imposible llevar bienestar a la nación, si no se transforma de raíz el sistema capitalista.

La Crisis Económica en Venezuela y el derrumbe del Salario Real no una ficción “mediática”

El año 2009 fue muy negativo, por ello, tomando en cuenta los números oficiales, considero imposible la reducción de pobreza que afirma el INE. En el año 2009, la inflación llegó a 25,9% (la más alta de AL), que no fue mayor por una estrepitosa caída del consumo en el 2010 de 6%. De hecho, el mensaje del BCV a fin de año (2009) nos señala que: El sector no petrolero registró un decrecimiento de 1,9%, la manufactura -7,2%, comercio y servicios de reparación -8,2%, transporte y almacenamiento -8,5%. Por su parte, la formación bruta de capital fijo se contrajo en -7,6%, el saldo en la Balanza de Pagos fue de USD -11.027 millones (5,5% del PIB). El saldo en Cuenta Corriente fue USD 12.416 millones, sin embargo este resultado, fue 66,8% más bajo que el año 2008”[iv]
La extrañamente baja cifra de desempleo que ronda el 7%, se contrarresta con una altísima tasa de informalidad laboral de 45% (en precariedad laboral) y se relaciona con el tipo de encuesta que realiza el inefable INE, que siguiendo estándares liberales, considera empleado a TODO aquel que dice haber trabajado con o sin remuneración, por lo menos una hora, durante la semana anterior[v]. Bajo ese criterio, un ayudante familiar o un recogelata es considerado “empleado”, lo cuál es absurdo. Por ello, las cifras de “empleo” ocultan un tremendo desempleo encubierto que ni siquiera indica si esa persona devenga el mínimo suficiente como para reponer al día su Fuerza de Trabajo (comida, vestido y vivienda). Urge, un cambio que sincere esa “estimación” ridícula del empleo y reconsidere el estado real de la clase obrera en el país.
El año 2009, la caída del Salario Real fue tremenda. Es particularmente fantasiosa la cifra de 25,9 % de inflación, sin embargo, son los números oficiales, aunque, el BCV, también ofrece el “Núcleo Inflacionario”, medida que representa mejor la inflación verdadera. Ese índice excluye factores estacionales y bienes regulados que distorsionan la real evolución de los precios. Así, el NI nos arroja la cifra de 29%, lo cuál si lo comparamos con el aumento del salario nominal, nos evidencia que el desplome del Salario Real, fue de al menos 8,5%, lo cual significa un grave descenso del poder adquisitivo del salario, una depauperación real. Por ello, afirmamos que dentro del capitalismo, las debacles cíclicas ahondan la miseria de la clase trabajadora, sin importar el importe de los planes asistencialistas que pueda implementar gobierno alguno.

¿La catástrofe es culpa de la caída de los precios del petróleo? ¿O es el capitalismo criollo?

Los cristianos no pueden aplaudir a los leones mientras los dos figuren en el libreto a interpretar en el coliseo.

Anwar Shaikh

Los espantosos resultados económicos son fruto del natural desenvolvimiento del capitalismo basado en la renta petrolera que lleva años ahogando en la pobreza a Venezuela. La guía de ese capitalismo está en manos de dirigentes que insisten en la necesidad de contar con un empresariado criollo, que pueda invertir y acompañar las obras sociales del gobierno. Esa ideología la resume Fernando Dorado en: “Debemos neutralizar y/o ganarnos a empresarios medios estimulándolos a construir Patria Grande con nosotros” Eso es lo que está fallando, es la orientación política-económica que exhorta a mantener las viejas estructuras de explotación y que apuesta por reformas que ayuden a los empresarios a hacer lo nunca han podido, llevar bienestar al pueblo.
Los malos resultados no son culpa del bajo precio del petróleo, su precio promedio en 2009 fue apenas 10% más bajo que el inicialmente presupuestado para el año 2009 por la AN (60 dólares). Tampoco es un secreto que mediante restricciones administrativas con el control de cambio, se redujo en 20% las Importaciones y con todo ello, la regresión de la producción fue grande. Lo cuál indica el techo del modelo rentístico que cree poder construirlo todo con el provento que deviene del “oro negro”, que no es más que la liquidación de un activo no renovable, que se vende como una materia prima. Así no hay desarrollo y mucho menos construcción de socialismo.
La pérdida de valor de la moneda evidencia una gran debilidad económica, que radica en no haber hecho las tareas básicas de industrializar al país, ni generar una poderosa agroindustria que financiada con 10 años de renta petrolera, haya podido edificar grandes redes productivas. Eso no se ha hecho, ni se hará, mientras se siga evitando la urgente necesidad de nacionalizar (sin indemnización, el petróleo no da para comprarlo TODO) lo primordial de los medios de producción, que nos permita satisfacer necesidades sociales y no, las ansias de lucro de una camarilla empresarial.

¿Qué medidas se tomaron? ¿Eran “inevitables”, no se podía hacer más nada?

“el Gobierno debería, si se proclama socialista como lo ha hecho, atender con preferencia los derechos de la Clase trabajadora…que es el objetos y sujeto del socialismo”[vi]

Domingo Maza Zavala (ex presidente del Banco Central de Venezuela)

El viernes 8 de enero el Presidente anunció que se iba a instalar un tipo de cambio dual (que en realidad es múltiple, contando el dólar permuta). Ahí, se anunció que habrían 2 tipos de cambio, uno que aumentaba 20% (2,60 Bs. Por USD) y otro que incrementaría en 100%, cuyo valor nuevo será 4,30 Bs. por USD. Se anunció, adicionalmente, que el gobierno iba a intervenir abiertamente en el mercado paralelo de dólares, mediante ventas de bonos convertibles a dólares, para así bajar el tipo de cambio permuta que es 200% más alto que el oficial, y que representa una fuente fabulosa de ganancia especulativa para la burguesía, quien es la que tiene privilegiado acceso a esos bonos.
Se aprobó la creación de un Fondo Productivo Bicentenario de 2600 millones de Bs. F, para impulsar proyectos industriales dirigidos a sustituir los productos que hoy se importan[vii]. De esta forma, se creará un espacio para alimentar con créditos baratos y demás facilidades a la burguesía “exportadora” o la que sustituya importaciones. Acciones, que abiertamente buscan favorecer a un ala de la burguesía que trata de relanzar un proceso de acumulación, basado en las facilidades para explotar la fuerza de trabajo y en antiecológicos subsidios, como el de llenar un tanque de gasolina por 1,20 USD, 5,16Bs.F.
Estas medidas no son una “novedad”, hace un año predijimos la devaluación: “…el gobierno probablemente “considere” devaluar el bolívar en los próximos meses…Dicha acción sería la “indicada” para rebajar drásticamente el salario real, rendir los dólares que ingresan vía petróleo y ajustar las cuentas fiscales. De suceder así, el castigo económico para la clase obrera será devastador.[viii] Devaluar era necesario…pero para seguir dentro del estrecho esquema de acumulación capitalista, dentro de una economía cuyo PIB privado alcanza el 70% y cuyas tasas de explotación han ido en aumento. De haber Planificación Centralizada de la producción y distribución de los bienes en el país, la devaluación jamás hubiera sucedido. En el socialismo no se devalúa. Como dijo el socialdemócrata de Maza Zavala: La devaluación es una calamidad.

Vuelve la ideología de la miseria de lo posible y se encadenan con otras medidas inicuas para la clase obrera ¿A quién Benefician?

“Devaluación de la moneda es un buen paso para Venezuela”

FMI, Washington[ix]

"El ajuste cambiario protege a la mayoría del pueblo venezolano",

Miguel Pérez Abad, Presidente de FEDINDUSTRIA [x]

Las medidas tomadas son parte de un ajuste económico pro-capitalista. Si se toman en su conjunto, representan un derroche de dinero que en nada ayuda a la economía. De los “estímulos” a la producción destacan: la flexibilización para realizar importaciones, la asignación de auxilios financieros a la burguesía, aumento del 33% del IVA, ampliación el endeudamiento público, "revisión y adaptación" hacia abajo de los contratos colectivos (caso del Metro C.A., y la acusación de aburguesados a trabajadores que reclaman mejoras salariales) y la reducción en términos reales el gasto público
Todo ello, en un cuadro de aumentos de impuestos profundamente regresivos (IVA), de un desangre nacional como lo es la Deuda Pública, que se ha incrementado en 1206%, desde 1998 hasta 2008 y que sólo beneficia a una caterva de banqueros que devengan altos beneficios sin producir nada; sólo le prestan al gobierno el dinero que depositan los trabajadores en sus bancos.
¿Por qué la burguesía y lo más reaccionario del mundo aplauden la devaluación? Fácil, porque es una forma de abaratar el costo de la Fuerza de Trabajo y aumentar sus beneficios. Así, las transnacionales que explotan (o mejor dicho, realizan un ecosidio) en la Faja del Orinoco, van a gastar sólo la mitad de los dólares que usaban antes para pagar a los obreros en el país, repatriando mucho más beneficio a su casa matriz en el extranjero. Asimismo, con la devaluación, los tenedores de activos fijos los verán revalorizarse (o licuar sus deudas en Bolívares) y a los que no tienen activos, les será mucho más costoso adquirirlos. Cuando los empresarios trasladen la devaluación a los precios de venta, podrán exigir más trabajo por los mismos medios de subsistencia (cristalizados en salario), lo que ahonda la explotación. La devaluación es un favor que la burguesía exigía a gritos.

El regreso al Desarrollismo, Cepalismo y el Espejismo de la Sustitución de Importaciones (SI)

Es la pasión insaciable de ganancia, la auri sacra farnes, la que impulsa siempre al capitalista

Mac Culloch

Los fantasmas del pasado han sido reciclados en un nuevo intento de sustituir de manera capitalista las importaciones. Dicha política ha sido implementada en Venezuela en la época de postguerra y en el boom petrolero post-nacionalización de los hidrocarburos (1975). La SI consiste grosso modo en sostener un tipo de cambio sobrevaluado que permita la importación dirigida por el estado, de maquinarias y equipos para que estos se distribuyan entre las empresas y les facilite la adopción de técnicas productivas superiores, que puedan hacer que la burguesía nacional se fortalezca produciendo bienes que otrora se importaban. Dicha política tuvo un auge que llevó a producir ciertas cosas, más que todo en afinidad a transnacionales que usaban a nuestro país con ensambladora (GM, FORD etc.).
La SI estaba acompañada de una serie de barreras arancelarias, que hacían más caro los productos importados que se querían sustituir, cargando en las espaldas de la clase obrera:
1. La ineficiencia de la burguesía, por tener que sufrir precios nacionales más altos.
2. Por tener que desviar renta petrolera para que la burguesía se enriquezca explotando a la clase obrera, hasta que su ineficiencia los haga quebrar.
Ese tipo de industrialización capitalista, ha resultado ser un Fracaso Estrepitoso, no ha servido sino para drenar dinero petrolero a las arcas de un empresariado que luego quebaría.
En Venezuela, el subdesarrollo industrial no se debe a la “falta de equipos”, sino al modo de producción capitalista que en su variable rentística (ojo, sino hubiera renta petrolera estaríamos peor), impide el florecimiento de un industria competitiva. Así, Asdrúbal Baptista nos dice: “en Venezuela entre 1936 y 1976la relación capital/trabajo, tomando como capital al acervo de maquinarias y equipos, creció en 3,1% anual, en tanto que en EEUU entre 1929 y 1991, fue sólo del 1,1%”[xi] Es decir, el modelo rentístico colapsa en su auge, porque la importación de maquinaria tiene una fuente Exógena (la renta petrolera) que no se corresponde con el crecimiento del mercado nacional y por ende de los salarios. Así, al traer maquinaria y producir mercancías, sucede una sobreacumulucación, en la cual se producen mercancías no hallan salida, por la estreches del mercado interno y por la baja productividad y eficiencia en la producción que le impide exportar, lo cuál los precipita a la debacle.
El Ministro de Economía, Jorge Giordani, convierte la devaluación en un llamado amoroso a la burguesía a que por favor, nos desarrollen: “Es una oportunidad de oro para los empresarios, más no para los especuladores, ¡para la economía interna[xii]” Es una fantasía pretender que por devaluar, salgan de sus cuevas miles de empresarios con fábricas dispuestas a producir. En la actualidad será imposible construir una industria (capitalista) que pueda competir con China, India, Alemania etc. Si una devaluación convierta a los países en exportadores, todos devaluarían y triunfarían en el mercado mundial. María Cecilia Valecillos reza: “¿Qué pasa en Venezuela?...Pasa que no hay una cultura de producción y de esfuerzo racional, sostenido y con visión a largo plazo[xiii]” ¿Qué es esfuerzo, visión? Son un conjunto de valores morales que mutan en prejuicios ajenos a la realidad (im)productiva nacional, que no se corrige con más capitalismo y ayudas a los empresarios, como cree Giordani.
Como nos cuenta Sartelli, la devaluación: “…favorece la supervivencia de capitales que no alcanzan la productividad suficiente ni tienen costos salariales lo suficientemente bajos como para competir en forma exitosa en el mercado mundial…(problemas por productividad, y altos costos laborales) la inflación generada hará menos competitiva a la economía”[xiv] La inflación en ascenso hará más complejo competir y llevará a los capitales a áreas de especulación (finanzas y comercio), haciendo más difícil el desarrollo capitalista. La única forma de industrializar al país, es con Planificación Socialista; industrialización con la más alta tecnología, que se produzca no para competir, sino para satisfacer las necesidades de los trabajadores.
Ahora el Comercio mundial es “bueno” o el delirio Neoliberal de la Venezuela Exportadora (VE) de “otras” mercancías

El comercio no servirá para eliminar la desigualdad sino para perpetuarla

Anwar Shaikh

El delirio de la (SI) se coaliga con la quimera de la VE. La imposibilidad de exportar, no radica en el tipo de cambio sobrevaluado. Si Giordani “argumenta” que se importa casi todo, es evidente que el mercado interno esta desabastecido y que la producción debe empezar por satisfacer necesidades de consumo interno. Maza Zavala lo resume así: “En el país no hay ninguna capacidad excedente, sino que, por el contrario, existe una capacidad deficitaria notable en la producción, y, en consecuencia, esto [la devaluación] en lugar de favorecer esa capacidad lo que va a hacer es golpearla más todavía”[xv] La devaluación sólo puede tener un efecto nimio y temporal en la mejora de la balanza comercial, SI existe un excedente de mercancías producido en condiciones competitivas que permitan ganar mercados. ¿Puede Venezuela devaluando ser exportadora de carros, computadoras etc.? NO. Giordani insulta la inteligencia del pueblo con utopías.
El tema de la exportación radica en la base productiva. En la actualidad Venezuela arrastra una atrofia industrial desde hace décadas, y que se corresponde no a malas políticas (que las hubo) de la oprobiosa IV República, sino al comportamiento del mercado mundial y el rezago competitivo de nuestra industria. El economista marxista Anwar Shaikh nos dice:“…las únicas exportaciones posibles del país subdesarrollado serán precisamente mercancías que se pueden producir a menor valor y/o mercancías que sólo dicho país posee…estas mercancías reflejarán ventajas locales específicas lo bastantes grandes como para sobreponerse al menor nivel de eficiencia general”[xvi] Venezuela lo único que puede exportar es Petróleo (el 95% de sus explotaciones son hidrocarburos), debido a que tenemos ventajas competitivas por la disposición natural del mismo. Nos cuesta menos horas de trabajo extraerlo, que a los obreros de Alaska. Sin embargo, aún con esa ventaja, las exportaciones petroleras estuvieron compuestas en un 76,9% de petróleo crudo, es decir, que en el capitalismo, ni siquiera se ha podido desarrollar niveles de refinación aceptables, para la inmensa ventaja que tenemos.
En Venezuela, no hubo un pasado industrial. Esa pretendida vuelta a un ayer inexistente, es otra de las farsas con las que quieren convertir una devaluación en un “ajuste socialista”. Uno de estos palabreros es Raúl Bracho, quien dice: “Venezuela fue el país líder en producción de caucho antes que reventara el primer pozo petrolero y que podríamos, si nos lo proponemos, volver a serlo.[xvii]” Una ficción del tamaño del Sol, que no puede tapar con la inmensa carcajada que produce. En el año 2008, la exportación de cauchos fue el 0,00036775% de sus exportaciones, parece “difícil” que logre ser líder mundial.
La industrialización es de reciente data y floreció bajo la sombra del auge rentístico. Falleció, a la hora de cortar los subsidios y por la imposibilidad de absorber internamente lo producido. Baptista nos cuenta: “La evolución del peso de la manufactura en el PIB, 1960 8%, 1970 10%, 1980 15%, 1990 18%, 2009 16%,”[xviii]. En nuestro país las exportaciones no petroleras (4%) continúan concentradas en productos básicos, ya que 4 categorías de estos productos conforman el 58% de estas exportaciones (hierro, acero, aluminio, química básica). Ello evidencia que (pido disculpas al lector por machacar una explicación tan obvia) sólo las mercancías con Grandes ventajas competitivas se pueden exportar, y en nuestro país son las materias primas de extracción ventajosa por su posición y abundancia. Las exportaciones que escaparon a esos rubros en el año 2008, sólo alcanzan el 2%. ¿Quién puede creer que se va a devaluar para mejorar el 2% de nuestra exportación? Escuchar a Giordani y a otros apologistas devaluacionistas, es un acto infamante.
Por cierto, la burguesía que tanto defienden como posible exportadora, exportó (2008) valores por 4085 millones dólares e importó 38.682 millones de dólares[xix].
Algunas Propuestas Socialistas que la falta de voluntad política y el reformismo ahogaron
La lealtad no es la aceptación acrítica de todo lo que conlleva un proyecto. Por eso, es triste ver como personas, de buena fe, u otras (la alta burocracia) para salvaguardar sus altos salarios y prebendas, apoyan como única solución la devaluación. La lealtad consiste en el máximo compromiso con ideal de construcción y transformación, que cuenta con diversos operadores que son efectivos o no, de acuerdo al avance objetivo de sus logros. Eso requiere la crítica y autocrítica más severa en relación a las acciones que dentro de su bandera, se realicen. Así, es atroz que por ejemplo, compañeros digan: “Vamos a defender las medidas que ayuden y fortalezcan la economía, por lo que hacemos un llamado a los comerciantes responsables a seguir en la defensa de la economía del país[xx]”, demostrando que NO han hecho un examen sistemático de los verdaderos resultados de las medidas y de las alternativas posibles.
Marx, en los Grundrisse dice: “La sociedad no consiste en individuos, sino que expresa la suma de relaciones y condiciones en las que esos individuos se encuentran recíprocamente situados.[xxi] Nuestra sociedad está transversalizada por incontrovertibles antagonismos de clase. Lo que ayuda a los empresarios, necesariamente perjudica a la clase trabajadora. No es verdad lo que dice Reagan: “lo que es bueno para GM es bueno para EEUU”. Por ello, la forma en que la burguesía podría ser un poco más competitiva es aumentando la explotación del obrero. De allí, su profunda negación a la urgente reducción de la jornada de trabajo a 30 horas semanales, lo que traería una mejora al pueblo trabajador.
A medida que el capitalismo crece, la clase obrera empeora. Incluso, si hay crecientes ganancias la depauperación relativa se hará tangible y la clase obrera desmejora. Por ello, en el año de los máximos ingresos petroleros (2008), se mostró una distribución del ingreso entre burguesía y obreros más desigual que en el año (1998), “en 2008 la remuneración a empleados y obreros (incluyendo el ingreso mixto) recibió 37,9% del total producido en el sector, mientras que la participación del excedente de explotación ascendió a 62,1%. “[xxii] Los menos de 400 mil patrones (INE) reciben el 62,1% de todas las riquezas de un país de casi 29 millones de personas.
Se pudieron haber tomado otras medidas menos antiobreras, sin ser revolucionarias. Aunque es evidentemente que la Revolución Socialista es la única vía para empezar a solucionar los problemas estructurales de la población. Vemos:
1.Lo que a diario recalca Luís Britto Garcia es que anualmente las transnacionales eluden impuestos, debido a la firma de Tratados Para Evitar la doble Tributación. Lo que hace que la explotación a nuestros obreros y la renta petrolera, se esfume del país y vaya a las arcas de transnacionales, con la excusa de no pagar ISLR en su país de origen y en Venezuela. Se calcula moderadamente, que lo que eluden las Transnacionales llega a unos USD 17.875 millones[xxiii], lo que equivale a la mitad de la renta[xxiv] petrolera del año de mayores ingresos en la historia. Eliminar esos tratados, es un acto de dignidad mínimo.
2.Según la CEPAL, Venezuela es después de Guatemala, uno de los países con menor presión tributaría de América (ISLR 33%). Reformar la ley de ISLR que nos dejó el Falangista de Rafael Caldera podría aumentar los ingresos. Hay países que tienen tasas tributarias de más de 60%.
3.Igualmente, eliminar el IVA que castiga a los que menos tienen a favor de los que más poseen sería imprescindible. Retrotraer el Impuesto a las Transacciones Financieras o el Impuestos a los Activos Empresariales que el Chavismo le eliminó a la burguesía hace poco, sería otra fuente de ingresos. Un impuesto al lujo, sería ideal.
4.Construir una Central De Importaciones, donde todas las empresas concurran a hacer sus pedidos de compras, permitiría al Estado reducir las importaciones que de 2003 a 2008 crecieron en más de 320%, a costa de importar basuras, cajas vacías y un sin fin de trampas para especular con los dólares en el mercado permuta. Con esta Central, se podrían hacer compras al mayor para su posterior distribución, controlando en cierta medida importaciones que tenían evidentes sobreprecios. Mejor sería que la Central, tuviese tiendas donde vendería esos artículos, colocándoles márgenes de ganancia que reinvertiría en tecnología e industrias Estatales de gran tamaño que puedan en el futuro sustituir esas compras.
5.El PVP, imponer el precio de venta al público, que incluso los nefastos y multiplicadores de miseria Adecos y Copeyanos impusieron en el país, era un mecanismo, para que desde la puerta de la fábrica la mercancía tuviera un precio marcado, al cual era obligatorio tener como techo a la hora de vender. Eso podría disminuir un poco los grotescos diferenciales de precio.
6.El terriblemente negativo saldo comercial con Colombia de USD -5886,6 millones (antes no era así), se debe fundamentalmente a la atrofia de la producción de alimentos y manufacturas. Eso, hace necesario la construcción de una Central Agroindustrial que implemente políticas agro-silvo-pastoril a gran escala, que permita la utilización de tecnología de punta y abarate el costo de los alimentos creando un inmenso agro-proletariado que se olvide de ridiculeces pre-esclavistas como el “trueque”, el Conuco, el minifundio etc.
El problema con estas medidas, u otras más interesantes como: la duplicación del salario (que afectaría menos los precios que lo que dicen los monetaristas), la creación de Consejos de Trabajadores que revisen y gestionen empresas; son prácticamente imposibles, con el grado de descomposición del Estado Burgués que el Gobierno insiste en arrastrar desde hace 11 años. Los grados de corrupción y las superestructuras delictivas del Estado criollo, llevan al fracaso iniciativas obreras al menos progresistas. Por ello, siempre llegamos a la necesidad de organizarnos para la Revolución Socialista.

¿Qué nos queda en el panorama y que podemos construir o destruir (El Estado Burgués)?

Marx decía, que las revoluciones (si son tales) no pueden heredar y usar las estructuras del Estado capitalista, para mejorar las condiciones sociales del pueblo. De las lecciones que extrae Marx del “intento del cielo por asalto”, La Comuna de París, es que el Estado de la Burguesía no se podía tomar; había que destruirlo de raíz, en un acto profundo que niegue su estructura, y donde surja otra que SI sea útil para construir el Comunismo. Aquí hace falta esa revolución comunista.
Por todo ello, cuando el Presidente Chávez dice: “yo recuerdo una frase de Lenin: “El Estado burgués se extinguirá...” Creo que eso es lo adecuado, al menos hasta donde la vista nos alcanza a nosotros. El Estado burgués debe seguirse extinguiendo[xxv]” no está en lo correcto. Citando textualmente a Lenin, en el Estado y la Revolución leemos: “Hablar de “extinción” del Estado, en un sentido corriente, generalizado, de masas, si cabe decirlo así, equivale indudablemente a esfumar, si no a negar, la revolución. Engels habla [en el Anti-Dühring] de la “destrucción” del Estado de la burguesía por la revolución proletaria, mientras que las palabras relativas a la extinción del Estado se refieren a los restos del Estado proletario después de la revolución socialista. El Estado burgués no se “extingue”, según Engels, sino que “es destruido “por el proletariado en la revolución. El que se extingue, después de esta revolución, es el Estado o semi-Estado proletario.”[xxvi]
No lo dice un marxista desconocido y expulsado por sus ideas políticas de la Universidad Bolivariana de Venezuela como yo, lo indicaron Engels y Lenin…que algo deben saber de eso.

Urge la Revolución Socialista que empiece a construir el Socialismo.

Los ricos en Venezuela deben darle gracias a la Revolución Bolivariana, que llegó de manera democrática al poder, porque si no se hubiesen suscitado muchas rebeliones[xxvii]

Presidente Hugo Chávez Frías

Aunque hay países cuya amplitud del mercado interno, baratura de la fuerza de trabajo y capacidad para producir a gran escala le han permitido, cierto desarrollo industrial (México y Brasil), la realidad es que la pobreza que impera allí es impresionante y las brechas de desigualdad son enormes. Por el capitalismo, andino o bolivariano no hay solución alguna a nuestros problemas. Sólo hay espacios para que la burguesía más reaccionaria tome fuerzas para aplastar a los movimientos honestos que en estos países germina (caso Chile).
A nosotros nos gustaría que fuera distinto, pero no lo es. Como dice Juan Kornblihtt: “No hay ninguna salida posible al desarrollo económico argentino [más difícil para Venezuela] a menos que se dé en otras relaciones sociales y en otro espacio económico: los Estados Unidos Socialistas de América Latina”[xxviii] Lo cuál amerita la revolución socialista que barra en un acto revolucionario con el poder económico de las clases dominantes, que deriva en su poder político y mediático. Hace falta reorganizar drásticamente la forma de cómo, cuando y donde trabajar. Sin todo eso, no hay Planificación alguna y navegaremos en los ciclos de depresiones y auges más dramáticos del capitalismo, empeorando nuestro nivel de vida. El petróleo no es eterno, estamos desperdiciando una oportunidad de oro, que no tuvieron otros países. Nuestra derrota puede causar 100 años de mayores penumbras y retrocesos.

Manuel Sutherland

Ccs. 27/01/2010

Asociación Latinoamericana de Economía Política Marxista (ALEM)

manuel1871@gmail.com y www.alemistas.org

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[i] Manuel Sutherland, Crítica a la Nueva Política Económica (NEP) de Chávez, la alianza estratégica con el Empresariado…Artículo de 2008, disponible en: http://www.kaosenlared.net/noticia/critica-nueva-politica-economica-nep-chavez-alianza-estrategica-empres
[ii] Los Datos de la crisis sistémica son extraídos de Stefan Engel en su último trabajo, Economía Política Burguesa ante lso escombros,Edición Verlag Neuer Weg, (2009) Pág. 6 y 38.
[iii] Véase la continuación del análisis en La gran depresión de 1929, el caos (2009) dentro de la Crisis Sistémica del Capital y la absurda teoría de la conspiración (Zeitgeist y variantes). Artículo (noviembre, 2009), disponible en http://www.kaosenlared.net/noticia/depresion-1929-caos-2009-dentro-crisis-capital-tonta-teoria-conspiraci
[iv] Mensaje de Fin de Año del Presidente del BCV (Adelanto, de Informe Económico del BCV, 2009) Disponible en http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/mfa2009.pdf Informe BCV 2009
[v] Lean la definición completa en http://www.ine.gov.ve/hogares/PoblacionOcupada.htm La itálicas son mías.
[vi] Entrevista a D.M. Zavala, Salario Real Caerá en 30%, Diario La Razón, Año XV Nº 783, Pág. 8.
[vii] El monto del Fondo Bicentario fue extraído de http://www.abn.info.ve/noticia.php?articulo=215534&lee=3
[viii] Manuel Sutherland, ¿Petróleo, variaciones en el precio, que es rentismo? La crisis y las luchas de la clase obrera en el intento de socialismo Artículo (Enero de 2009), disponible en http://www.kaosenlared.net/noticia/petroleo-variaciones-precio-rentismo-crisis-luchas-clase-intento-socia
[ix] Declaración a favor de la devaluación de enero 2010, disponible en http://www.eluniversal.com/2010/01/13/eco_ava_fmi:-devaluacion-de_13A3285373.shtml
[x] Declaraciones de la burguesía a favor de la Devaluación disponibles en: http://www.elinformador.com.ve/noticias/venezuela/economia/fedeindustria-fedeporcina-apoyan-ajuste-cambiario/10011
[xi] Asdrúbal Baptista, Teoría Económica del Capitalismo Rentístico, Ediciones IESA, (1997). Venezuela. Pág. 145.
[xii] Otra vez Jorge Giordani, http://www.notiactual.com/jorge-giordani-manifesto-que-la-lucha-contra-la-especulacion-no-es-exclusiva-del-gobierno/
[xiii] María Cecilia Valecillos, elabora esta frase que está en al cabeza el 99,1 % de los latinoamericanos. El comentario completo está en: http://www.kaosenlared.net/noticia/venezuela-viernes-rojo-somos-no-revolucion-respuesta-prof-vladimir-aco
[xiv] Eduardo Sartelli (Director de la Compilación), Patrones en la ruta, Ediciones RyR, (2008), Argentina, Página 123.
[xv] Ibíd. Nota VI.
[xvi] Anwar Shaikh, Valor, acumulación y crisis, Segunda Edición RyR, 2006. Pág. 219
[xvii] Raúl Bracho, Viernes Rojo en Venezuela: Dólar socialista Vs. Dólar capitalista. Artículo disponible en: http://www.kaosenlared.net/noticia/viernes-rojo-venezuela-dolar-socialista-vs-dolar-capitalista
[xviii] Ibíd. Nota XI.
[xix] Informe Económico de 2008 del BCV. Disponible en http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/infoeco2008.pdf
[xx] Entrevista para ABN a Vocero del PSUV-Zulia, Medidas anunciadas por Chávez estimulan y fortalecen economía del país, disponible en http://abn.info.ve/noticia.php?articulo=214763&lee=2
[xxi] Carlos Marx, Elementos Fundamentales para la Crítica de la Economía Política (Grundrisse), Tomo I, Editorial Siglo XXI Editores, Edición XX (2007) México. Pág.
[xxii] Ibíd. Nota XIX
[xxiii] Luis Britto García, Año nuevo, Matavotos nuevo, Artículo disponible en http://www.aporrea.org/ddhh/a93115.html
[xxiv] El Cálculo de renta pura, o beneficio neto, por la actividad petrolera es un cálculo propio, que ronda cercanamente el doble de lo que eluden las Transnacionales.
[xxv] Informe de Gestión del año 2009 y perspectivas para el 2010. Transcripción del mensaje anual a la nación por parte del presidente Hugo Chávez Fecha de publicación: 16/01/10 http://www.aporrea.org/actualidad/n148882.html
[xxvi] Lenin, El estado y la revolución, Petrogrado, 30 de noviembre de 1917. Las negritas son mías
[xxvii] Esta frase la extraje del artículo de: Simón Rodríguez Porras, Del pacto Chávez-Cisneros al viernes negro del siglo XXI, Disponible en http://www.aporrea.org/actualidad/n111274.html
[xxviii] Juan Kornblihtt, Más de lo mismo…Respuesta a la nota “Sobre la vulgaridad. R(y)Réquiem” del PO - Juan Kornblihtt Artículo Disponible en http://razonyre2.razonyrevolucion.org/index.php?option=com_content&view=article&id=608:mas-de-lo-mismorespuesta-a-la-nota-sobre-la-vulgaridad-ryrequiem-del-po-juan-kornblihtt

viernes, enero 29, 2010

Vladimir Illych Lenin en el aniversario de su muerte - La relevancia de sus ideas hoy


Hace ochenta años, el 21 de enero de 1924, Vladimir Illych Ulianov, el dirigente del estado soviético ruso y de la Internacional Comunista, murió después de una prolongada enfermedad. Tenía entonces cincuenta y tres años de edad. Su vida cubre años de profunda agitación, crisis y transformación social (la última cuarta parte del siglo XIX y la primera del siglo XX) coronados por la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa de 1917. Conocido simplemente como Lenin, un pseudónimo para su trabajo clandestino, sin duda fue el revolucionario más grande de su época, un gigante cuyos actos cambiaron el curso de la historia del siglo XX.

Este artículo no pretende hacer un relato detallado de la vida de Lenin, esa tarea requeriría más de un volumen. Invitamos a los lectores a leer el libro de Alan Woods, Bolchevismo: el camino a la revolución y el de Ted Grant, Rusia: de la revolución a la contrarrevolución. En el aniversario de su muerte la intención de este artículo es resumir brevemente las ideas y el papel histórico de este gran marxista revolucionario. Lógicamente, es una defensa de Lenin (el revolucionario) frente a todos los ataques y difamaciones que han lanzado sobre su nombre, tanto en vida como después de su muerte. No es simplemente un elogio a un héroe revolucionario, también tiene la pretensión de ayudarnos a comprender al verdadero Lenin, su contribución revolucionaria, así como las tareas que tenemos ante nosotros en esta época actual de revolución y contrarrevolución. Sobre todo, su intención es servir de inspiración y conocimiento para las batallas actuales.
Haciendo referencia a Marx, Lenin advirtió sobre todos aquellos que después de su muerte distorsionarían su mensaje revolucionario: “En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras los someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrina con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para ‘consolar’ y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando el filo revolucionario de ésta, envileciéndola”. (Lenin. El estado y la revolución. Madrid. Fundación Federico Engels. 1997. p. 21)
También ha ocurrido esto con Lenin, sus ideas en manos de la reacción estalinista fueron cínicamente distorsionadas para justificar la política contrarrevolucionaria de la burocracia soviética. Para mayor deleite de la burguesía mundial, los apologistas del estalinismo mutilaron vergonzosamente la esencia revolucionaria de Lenin, convirtiéndola en su contrario, para encubrir sus crímenes contra la clase obrera. Así los historiadores burgueses siempre han intentado equiparar, falsamente, el estalinismo con el leninismo o el comunismo, con la intención de ennegrecer el nombre de Lenin.
Vladimir Illych Ulianov nació el 10 de abril de 1870 en Simbrisk, en la región del Volga. Era el tercero de seis hijos nacidos en el seno de una familia acomodada. En esta época la Rusia zarista estaba atravesando enormes transformaciones. La ley del desarrollo desigual y combinado se reveló de forma clara en una Rusia semifeudal que copiaba los modelos capitalistas más avanzados ya instaurados en Gran Bretaña, Alemania y Francia. En 1861 se abolió la servidumbre y las nuevas influencias occidentales comenzaron a provocar fermento dentro de la intelectualidad rusa que desde hacía mucho sufría la asfixia de la opresión zarista. La familia Ulianov cayó en medio del remolino y fue arrastrada por este despertar. Era el período del Naródnaya Volya o La Voluntad del Pueblo, un movimiento revolucionario idealista que quería derrocar al zarismo a través del terrorismo individual. En 1881 finalmente consiguieron asesinar al zar Alejandro II, este acto también marcó el final de La Voluntad del Pueblo debido a la salvaje represión que desencadenó el atentado.
El hermano mayor de Lenin, Alejandro, se unió a Naródnaya Volya y participó directamente en el intento de asesinato del zar Alejandro III. Fue arrestado y ahorcado junto a otros cuatro miembros de esa organización en mayo de 1887. Esta tragedia personal tuvo un impacto importante en el joven Lenin que entonces tenía diecisiete años. En otoño de ese mismo año entró en la universidad de Kazan para estudiar leyes. Poco tiempo después fue expulsado por unirse a un movimiento de protesta contra las autoridades, este fue el inicio de su vida revolucionaria.
Aunque Lenin simpatizaba con las ideas de su hermano, decidió unirse a un círculo marxista de Kazan, allí estudió El Capital y el Anti Dühring, entre otras cosas.
“Gracias a la emigración provocada por el zarismo, la Rusia revolucionaria de la segunda mitad del siglo XIX contaba con una riqueza de relaciones internacionales y con un conocimiento tan excelente de todas las formas y teorías del movimiento revolucionario mundial como ningún otro país”. (Lenin. La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo. Madrid. Fundación Federico Engels. 1998. p. 34)
En aquella época Lenin todavía no era un marxista en todo el sentido de la palabra. Su compromiso con el marxismo no llegó tan fácilmente. No fue hasta 1891, después de un intenso y detallado estudio de la literatura marxista, cuando se convirtió en un marxista convencido, dedicándose a partir de ese momento a la revolución socialista. Adoptó una nueva vocación, la convirtió en el centro de su vida, subordinando todo lo demás a este objetivo. Se alejó de su entorno privilegiado y se pasó con entusiasmo al campo del proletariado. La experiencia en el movimiento revolucionario cambió toda la vida de Lenin.
Las nuevas ideas revolucionarias del marxismo se enfrentaban a toda una serie de tendencias confusas procedentes de los remanentes de los narodnikis (más tarde se convirtieron en social revolucionarios) que idealizaban al campesinado, negando la necesidad de un desarrollo capitalista en Rusia y veían en la comuna rural la base del socialismo. Los narodnikis justificaban el terrorismo individual como un método para erradicar la opresión. Por su parte, el marxismo defendía que el inevitable desarrollo capitalista de Rusia conllevaba el surgimiento de su propio sepulturero, en forma de clase obrera. Frente al terrorismo individual los marxistas defendían la lucha de clases como el único arma revolucionaria capaz de derrocar a la autocracia y de llevar a cabo la revolución socialista. “El capitalismo está siguiendo su camino”, escribía el padre del marxismo ruso Plejánov, “está privando a los productores independientes de sus escasas posesiones y creando en Rusia un ejército de trabajadores siguiendo el mismo método probado que ya se ha puesto en práctica en occidente”. Sin embargo, incluso los marxistas se dividieron con la aparición de un modelo legalista no revolucionario (marxismo legal) encabezado por Struve, que defendía el análisis económico de Marx del capitalismo pero que no sacaba sus conclusiones revolucionarias.
Jorge Plejánov, considerado el fundador del marxismo ruso, originalmente era un militante activo de los narodnikis. Desilusionado con el movimiento entró en contacto con Federico Engels y desde entonces se convirtió en un marxista convencido. Plejánov fundó en 1883 en Ginebra la primera organización marxista rusa (el Grupo Emancipación del Trabajo) y emprendió la lucha no sólo contra los narodnikis, también contra el revisionismo de Bernstein y el conocido como marxismo “legal”, en este proceso escribió muchos clásicos marxistas, fundamentalmente sobre filosofía.
Lenin también se embarcó en esta lucha. Dentro de Rusia en 1895 el consistente trabajo dio sus frutos con la creación de la Liga de Lucha por la Emancipación de la Clase Obrera, precursora del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. Sin embargo, fue arrestado por las autoridades y después de un año de prisión se exilió en Siberia durante otros tres años. En estas condiciones de clandestinidad terminó su obra clásica: El desarrollo del capitalismo en Rusia. Nadia Krupskaya, que era un cuadro político clave en la organización petersburguesa, se unió a él en el exilio. Desde ese momento, y hasta la muerte de Lenin en 1924, trabajaron estrechamente como compañeros y camaradas. “En conjunto”, recuerda Krupskaya, “nuestro exilio no fue tan malo. Fueron años de estudio riguroso”.
En 1898 se formó el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (POSDR) y celebró su primer congreso en Minsk, aunque Lenin todavía se encontraba en el exilio. En cualquier caso, el congreso duró bastante poco debido a una redada en la que arrestaron a casi todos los participantes.
En esa época surgió una tendencia revisionista dentro de la Segunda Internacional aglutinada alrededor de la figura del socialdemócrata alemán Eduard Bernstein. Éste intentaba revisar el marxismo diciendo que sus teorías estaban caducas y que necesitaban adaptarse a la nueva situación. Aunque Bernstein cayó derrotado políticamente, esta tendencia revisionista surgió también dentro de Rusia con el disfraz de “economicismo”. Esta tendencia sostenía que la política era algo demasiado elevado para las mentes de los trabajadores y que el movimiento socialdemócrata necesitaba concentrarse en la economía, en las reivindicaciones cotidianas. Esta idea implicaba el abandono del campo político y dejar la lucha contra la autocracia a la naciente burguesía, dejando a la clase obrera detrás con el único papel de seguir su estela.
Lenin empezó a luchar contra el “economicismo” escribiendo una serie de artículos que finalmente fueron publicados como libro en 1902 con el título de ¿Qué hacer? Este libro no sólo era un debate contra los economicistas, también fue utilizado por Lenin para desarrollar sus ideas sobre la organización del partido, especialmente la necesidad de construir un partido basado en revolucionarios profesionales con un periódico central para toda Rusia que debería jugar el papel de “organizador y agitador colectivo”. El POSDR tenía que ser un partido disciplinado basado en el centralismo democrático, en realidad su modelo era el SPD alemán. Aunque el libro contenía el error de que la clase obrera sólo era capaz de conseguir conciencia sindical, en realidad fue un error de Kautsky (más tarde repudiado por Lenin), sirvió para formar a toda una generación de activistas del partido y preparar el terreno para la construcción de la socialdemocracia rusa.
En particular Lenin insistía mucho en la necesidad de la teoría dentro del partido. “Los obreros alemanes tienen dos ventajas esenciales sobre los obreros del resto de Europa. La primera es que pertenecen al pueblo más teórico de Europa y han conservado en sí ese sentido teórico, casi completamente perdido por las clases llamadas ‘cultas’ de Alemania. Sin la filosofía alemana que le ha precedido, sobre todo sin la filosofía de Hegel, jamás se habría creado el socialismo científico alemán, el único socialismo científico que ha existido alguna vez. De haber carecido los obreros de sentido teórico, este socialismo científico nunca hubiera sido, en la medida que lo es hoy, carne de su carne y sangre de su sangre. Y demuestra cuán inmensa es dicha ventaja, de un lado, la indiferencia por toda teoría, que es una de las causas principales de que el movimiento obrero inglés avance con tanta lentitud, a pesar de la excelente organización de algunos oficios individuales...” (Lenin. ¿Qué hacer?)
Desde diciembre de 1900 en adelante, debido a la represión existente en Rusia, el desarrollo del periódico del partido se llevó a cabo en el extranjero y culminó con la publicación de Iskra (La chispa). A los treinta años de edad Lenin se trasladó a Munich para colaborar con Plejánov y otros en la elaboración del periódico. En 1902 se hizo muy difícil publicar Iskra en Alemania y la mayoría del comité de redacción se trasladó a Londres. Lenin y Krupskaya llegaron a Londres en abril para unirse a Martov, Vera Zasulich y Potresov. Plejánov y Axelrod, los otros editores, permanecieron en Suiza, pero viajaban a Londres a las reuniones. Desde el número 22 al 38 fueron editados en Clerkenwell Green, donde Lenin compartía oficina con Henry Quelch, uno de los dirigentes de la Federación Socialdemócrata Británica. El joven León Trotsky, que tenía el apodo de “la pluma” por su elocuente estilo, también llegó en octubre a Londres para unirse a los emigrantes. En la primera edición (1930) de sus memorias (posteriormente eliminado por los estalinistas), Krupskaya recuerda que Lenin dio una bienvenida afectuosa a Trotsky e insistió en que se convirtiera en uno de los colaboradores de Iskra. A los pocos meses, en marzo de 1903, le propuso entrar en el comité de redacción.
En esta época se estaban haciendo los preparativos para el segundo congreso del POSDR que se iba a celebrar en 1903. En realidad iba a ser el congreso fundacional del partido y Lenin se encargó de la redacción de su programa. Este congreso se reunió al principio en Bruselas, pero acosados por la policía tuvieron que celebrarlo finalmente en Londres. De los cuarenta y cuatro delegados que representaban a veintiséis organizaciones, sólo cuatro eran realmente trabajadores. Al final, los seguidores de Iskra superaron en número a los “economicistas” y a los separatistas del Bund judío.
En el primer congreso el Bund se constituyó como una sección autónoma del POSDR. En el segundo querían soltar aún más sus lazos. Como explicaba Krupskaya: “La cuestión en juego era si el país tenía que tener un partido obrero unido y fuerte, que aglutinase sólidamente a los trabajadores de todas las nacionalidades que vivían bajo el territorio ruso, o si debía haber varios partidos obreros constituidos por separado según cada nacionalidad. Era una cuestión de conseguir la solidaridad internacional dentro del país. El comité de redacción de Iskra defendía la consolidación internacional de la clase obrera. El Bund defendía el separatismo nacional y simplemente mantener relaciones contractuales amistosas entre los partidos obreros nacionales de Rusia”. (Krupskaya. Recuerdos de Lenin). En esta cuestión Iskra consiguió una sonora victoria a favor de la unidad de todos los trabajadores en un único partido.
Sin embargo, al final del congreso surgió una división dentro de Iskra. La división entre los bolcheviques (mayoría) encabezados por Lenin y los mencheviques (minoría) encabezados por Martov, ¡la diferencia estaba en una cláusula de los estatutos y la composición de los órganos de dirección! El párrafo propuesto por Lenin proponía que sólo podían ser considerados militantes del partido aquellos que “reconocen el programa y apoyan al partido, no sólo económicamente, también con su participación personal en una de sus organizaciones”. Martov quería sustituir “participación personal” por la idea más “elástica” de “cooperación regular” con el partido, “bajo el control” de una de sus organizaciones. Lenin también quería reducir el comité de redacción de Iskra a tres miembros: Lenin, Martov y Plejánov. A pesar de obtener la mayoría, la división dejó a Lenin aislado dentro de la dirección después de que Plejánov se posicionase junto a Martov. Debido a este intento fallido de profesionalizar el partido Lenin dimitió del comité de redacción de Iskra y debido a la enorme tensión estuvo cerca de sufrir una crisis nerviosa.
Se han creado muchos mitos relacionados con el segundo congreso y la famosa división. En primer lugar, se dice que el bolchevismo surgió formado completamente de este congreso y, en segundo lugar, que desde entonces el monolítico Partido Bolchevique marchó hacia adelante bajo la dirección exitosa de Lenin hasta la conquista victoriosa del poder en octubre de 1917. En realidad, no hay nada más alejado de la realidad. La división de 1903 no estaba motivada por cuestiones de principios o fundamentales, sino por cuestiones organizativas de carácter secundario. Estas últimas diferencias entre las dos tendencias en 1903 todavía no estaban absolutamente claras, su forma final no surgiría hasta algún tiempo después y debido al impacto de los acontecimientos. La diferencia política crucial entre el bolchevismo y el menchevismo (la actitud hacia la burguesía liberal) salió a la luz en 1904, pero no fue hasta la revolución de 1905 cuando quedaron claras estas líneas.
Para los mencheviques la revolución a la que se enfrentaba Rusia era la eliminación de los remanentes del feudalismo y la creación de las condiciones para el desarrollo del capitalismo. Era una revolución democrático burguesa como la que se había desarrollado hacía mucho tiempo en occidente. Las condiciones para la revolución socialista estaban completamente ausentes en Rusia y, por lo tanto, la tarea de la naciente clase obrera era subordinarse a la burguesía que debía dirigir la venidera revolución democrático burguesa.
Lenin, reconociendo la naturaleza democrático burguesa de la revolución en Rusia, sacó conclusiones totalmente diferentes. Para él, la burguesía liberal rusa había llegado demasiado tarde a la escena histórica y estaba atada orgánicamente a la autocracia. Consecuentemente, el único papel que podía jugar tenía un carácter contrarrevolucionario. La única fuerza capaz de dirigir la revolución era una alianza entre el proletariado y el campesinado pobre, dirigiendo la creación de una “dictadura democrática del proletariado y el campesinado”. Además, el destino de la revolución rusa estaba unido a la revolución socialista en occidente, que a su vez daría un impulso a la revolución en la propia Rusia.
Las diferencias políticas reales surgieron allí donde los mencheviques se convirtieron en promotores de la colaboración de clase apoyándose en la burguesía frente a las masas revolucionarias. En realidad, la división de 1903 fue un anticipo de las futuras diferencias políticas. Finalmente, estas diferencias se convertirían en una división entre el socialismo revolucionario y el reformismo.
Trotsky al final votó con los mencheviques en las cuestiones organizativas. Más tarde admitió honestamente su error. No había comprendido la esencia real de la disputa y lo que Lenin estaba intentando hacer. A pesar de esto, en las cuestiones políticos Trotsky estaba de acuerdo en todo lo fundamental con Lenin frente a los mencheviques. La realidad es que Trotsky tenía incluso aún más clara que Lenin la idea de qué fuerzas sociales estaban implicadas en la revolución. Ambos estaban de acuerdo en que la única clase revolucionaria capaz de dirigir la revolución, a pesar de ser democrático burguesa, era el proletariado aliado con el campesinado pobre. Sin embargo, y aquí está la diferencia con Lenin, después de llegar al poder la clase obrera no se detendría en el cumplimiento de las tareas democrático burguesas, debería seguir adelante con las tareas socialistas como una parte de la revolución socialista mundial.
Antes de 1917 Lenin tenía la perspectiva de que la revolución rusa permanecería dentro de los límites de la revolución burguesa. Vinculaba el destino de la revolución rusa al de la revolución socialista en occidente. Sin embargo, Trotsky creía que el proletariado ruso podría llegar al poder antes que sus hermanos y hermanas de occidente. Que eso sería el inicio de la revolución socialista mundial, y es exactamente lo que ocurrió en 1917. Esta teoría comenzó a ser conocida como la teoría de la revolución permanente de Trotsky. En 1917 Lenin no tuvo ningún problema en aceptar la realidad de la situación y en vista de como se estaban desarrollando las cosas en Rusia comprendió que la única perspectiva era la revolución socialista.
La masacre del 9 de enero en Petersburgo sirvió de detonante para la revolución de 1905 en Rusia. Los acontecimientos revolucionarios de ese año confirmaron el carácter contrarrevolucionario de la burguesía liberal y corroboraron firmemente el papel revolucionario independiente de la joven clase obrera. Durante el curso de la revolución los trabajadores espontáneamente crearon sus propios órganos de lucha en forma de soviets o consejos obreros, el embrión del poder obrero. En el transcurso de doce meses el movimiento abarcó el espectro entero de la lucha: desde la petición de huelga, a la huelga general y la insurrección. Trotsky jugó tal papel en los acontecimientos que fue elegido presidente del soviet de Petrogrado, que dirigió la huelga general de octubre. Sin embargo, después de caer derrotada la insurrección de diciembre de Moscú, el movimiento revolucionario entró en declive y el gobierno impuso brutalmente su autoridad. Lenin calificó la revolución de 1905 de “ensayo general”. Sin esta experiencia con toda probabilidad no habría sido posible la Revolución de Octubre de 1917.
En pocos años se desencadenó una reacción sangrienta. Lenin, que había regresado a Rusia en noviembre de 1905, de nuevo tuvo que exiliarse en 1907. El período de reacción conllevó muchas dificultades, muchos luchadores revolucionarios tuvieron que pasar a la clandestinidad, cayeron en el desánimo y se alejaron del movimiento. “Había muchas dificultades”, decía Krupskaya. “En Rusia las organizaciones quedaron hechas trizas”. Mientras los mencheviques defendían la “liquidación” del partido clandestino y concentrar todos su esfuerzos en el trabajo legal, que debido a la reacción reinante suponía rechazar la actividad revolucionaria, los bolcheviques estaban afectados por tendencias ultraizquierdistas y sectarias que defendían el boicot a cualquier camino legal, esto hubiera significado también el abandono del trabajo revolucionario. Otros cayeron víctimas del idealismo filosófico al que respondió Lenin con una defensa brillante del materialmente dialéctico en su libro Materialismo y empirocriticismo (1908), que sigue siendo un clásico filosófico.
De nuevo Lenin tuvo que basarse en un pequeño grupo de personas en el exilio y se vio obligado a luchar contra el “liquidacionismo”, tanto de derecha como de izquierda. Incluso entonces, el trabajo parecía estar dominado por las pequeñas disputas y peleas de la vida emigrante. Poco después de la derrota de 1905 la organización bolchevique dentro de Rusia quedó reducida a un pequeño núcleo. No tenían alternativa sino colaborar con los mencheviques, publicando conjuntamente un periódico llamado Sotsial Demokrat con Martov como editor, pero no duró mucho.
“En 1910”, recuerda Trotsky, “en todo el país sólo había unas pequeñas docenas de personas. Algunas estaban en Siberia. Pero no estaban organizadas. Las personas a las que podía llegar Lenin con la correspondencia o a través de un agente como mucho eran 30 o 40”.
Durante el período de reacción Lenin intentó mantener a los bolcheviques en el camino correcto combatiendo las distintas tendencias ultraizquierdistas que aparecieron en su seno. Esta firmeza inevitablemente provocó escisiones, especialmente con los oztovistas (defensores del boicot). En un sentido amplio, el método de Lenin siempre fue flexible en las tácticas y las cuestiones organizativas, pero implacable en los principios.
A finales de 1910 comenzó una nueva oleada revolucionaria en Rusia que duraría hasta el estallido de la guerra mundial en agosto de 1914. En 1912 la división entre mencheviques y bolcheviques adquirió el carácter de ruptura abierta con la creación de dos partidos separados. En esta época los bolcheviques lanzaron un nuevo periódico diario llamado Pravda, en dos años, y después de un trabajo consistente, consiguieron ganar a cuatro quintas partes de los trabajadores organizados. En las elecciones amañadas a la Duma consiguieron seis diputados, que cuando estalló la guerra fueron todos detenidos.
La guerra mundial de 1914-18 fue un punto de inflexión. Demostró que el capitalismo se había agotado y que sus contradicciones habían alcanzado niveles explosivos. El desarrollo de las fuerzas productivas estaba estrangulado dentro de la camisa de fuerza de la propiedad privada y el estado nacional. La prueba de la guerra, no puede haber una prueba mayor, encontró a los dirigentes de la Segunda Internacional totalmente desprevenidos. En agosto de 1914 traicionaron a la clase obrera y desacreditaron el socialismo internacional al ponerse al lado de sus propios capitalistas. Cuando los dirigentes socialdemócratas votaron a favor de su propia clase dominante en la cuestión de los créditos de guerra, les pidieron a los trabajadores que fueran a una carnicería en nombre de la “justicia”. A pesar de su primera oposición a la guerra, cuando llegó el momento capitularon. Los trabajadores estaban conmocionados. ¡Incluso Lenin llegó a pensar que la declaración de apoyo a la guerra publicada en el periódico socialdemócrata alemán era una falsificación! En realidad, la Segunda Internacional había sufrido un colapso ignominioso. En palabras de Rosa Luxemburgo, se había convertido en “un cadáver maloliente”.
Sólo los partidos ruso y serbio defendieron el internacionalismo socialista. Los diputados bolcheviques en la Duma votaron en contra de los créditos y fueron deportados a Siberia. En diciembre de 1914 Karl Liebkneckt votó contra los créditos de guerra en Alemania. Sólo quedó un minúsculo grupo de internacionalistas en todo el mundo, perseguidos y aislados, pero se convirtieron en la dirección de la reconstrucción de las fuerzas del socialismo internacional.
Desde su exilio en Suiza, Lenin se dirigió a los trabajadores con conciencia de clase desorientados por la gran traición. Caracterizó la guerra mundial como una guerra imperialista reaccionaria que estaba dirigida por las principales potencias imperialistas y el capital financieros para el saqueo de los mercados, esferas de influencia y beneficios mundiales. En esta explicación Lenin distinguía entre aquellas guerras progresistas de liberación nacional y social protagonizadas por las clases y naciones oprimidas que contaban con el apoyo de los socialistas. Para Lenin esta guerra imperialista tenía un carácter fundamentalmente diferente y requería que la clase obrera “transformara la guerra imperialista en una guerra civil”, en una guerra para derrocar al capitalismo y por la victoria del socialismo. Como decía Marx, los trabajadores no tienen patria. La prueba de una lucha sincera contra el imperialismo era la lucha contra el gobierno imperialista propio. Lenin vinculó este análisis con una llamada valiente para crear una nueva Internacional que mantuviese limpia la bandera del socialismo internacional. Las reuniones internacionales de Zimmerwald (1915) y Kienthal (1916) se convirtieron en un punto de referencia para los internacionalistas de izquierda que finalmente consiguieron fundar la Tercera Internacional (comunista) en marzo de 1919.
Durante los años de guerra Lenin gastó una gran cantidad de tiempo estudiando la teoría marxista. En particular reunió material sobre cuestiones económicas que fue utilizado para escribir su clásica obra, El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916). También realizó un estudio riguroso del materialismo dialéctico y la filosofía, era una continuación de sus estudios de 1908-9. Sobre todo, estudió la Lógica de Hegel que sirvió para elaborar el método dialéctico de Marx. El dominio del materialismo dialéctico y la perspectiva marxista del mundo, eran esenciales para la comprensión del complejo desarrollo de los acontecimientos. “Lo decisivo en el marxismo”, decía Lenin, “es su dialéctica revolucionaria”.
Lenin comprendía que la experiencia de la guerra estaba preparando inevitablemente nuevas oleadas revolucionarias. La crisis finalmente estalló en Rusia en febrero de 1917, el “eslabón más débil” de la cadena del capitalismo mundial. El Día Internacional de la Mujer Trabajadora las obreras de Petrogrado abandonaron el trabajo y se manifestaron en las calles con las consignas: “¡Abajo la guerra! ¡Abajo el zarismo! y ¡Dadnos pan!” Estas protestas y huelgas se convirtieron en una revolución que derrumbó el edificio milenario del zarismo. Como ocurrió en 1905, aparecieron los soviets al lado del gobierno provisional, constituyendo un régimen de “doble poder”, pero al principio estaban dominados por los partidos reformistas, los mencheviques y los social revolucionarios. Estos últimos partidos no tenían la perspectiva de arrebatar el poder a la burguesía. La revolución había puesto el poder en manos de aquellos que habían realizado la revolución, los trabajadores y los soldados, pero éstos no eran conscientes de este poder y lo entregaron a los dirigentes reformistas, éstos a su vez se lo entregaron al gobierno burgués del príncipe Lvov. Esta situación de “doble poder” no podía durar indefinidamente: o los soviets asumían el control completo o se consumaría la contrarrevolución.
Pocos meses después de abandonar su exilio en Zurich, Lenin se había convertido en “el hombre más odiado y amado de la Tierra”. Ocho meses después de la primera revolución, con giros profundos y un desarrollo rápido de la lucha de clases que iba de la revolución a la contrarrevolución, finalmente los trabajadores fueron conscientes de su fuerza, tomaron el poder y organizaron la república soviética bajo la dirección de los bolcheviques.
Por supuesto no era una tarea fácil. Cuando Lenin llegó a la estación Finlandia de Petrogrado el 3 de abril, saludó a la multitud con las palabras: “¡Larga vida a la revolución socialista mundial!” No confiaba en el gobierno provisional, en cambio los editores de Pravda (Kámenev y Stalin) sí le habían otorgado esa confianza. Los reprendió y se dispuso a conquistar su propio partido para la perspectiva inmediata de la revolución socialista. En sus famosas Cartas desde lejos, escritas en aquella época, ya definía las tareas clave:
“(1) Hallar el camino más seguro hacia la siguiente etapa de la revolución, o hacia la segunda revolución, la cual (2) debe transferir el poder del Estado de manos del gobierno de los terratenientes y los capitalistas (los Guchkov, los Lvov, los Miliukov, los Kerensky) a manos de un gobierno de los obreros y los campesinos más pobres. (3) Este último gobierno debe estar organizado conforme el modelo de los soviets de diputados obreros y campesinos”. (Lenin. Cartas desde lejos)
Lenin tuvo que llevar a cabo una amarga lucha para superar la resistencia inicial existente entre los “viejos bolcheviques” y encauzar al Partido Bolchevique para que consiguiera ganar a las masas y se encaminara correctamente hacia la segunda revolución. Mientras que los bolcheviques estaban en minoría, su principal tarea era “explicar pacientemente” su política a las masas de trabajadores. Finalmente, sobre la base de los acontecimientos, consiguieron ganar la mayoría con la consigna: “Pan, tierra y paz”. Los escritos de Lenin de este período constituyen un conjunto de conocimientos para los marxistas sobre la dirección en medio de la revolución y el arte de la insurrección. En medio de estos acontecimientos históricos, completó uno de sus trabajos teóricos más importantes: El estado y la revolución, clarificando la cuestión vital de la diferencia entre reformismo y revolución.
A principios de septiembre los bolcheviques habían ganado la mayoría en los soviets de Petrogrado y Moscú. El 25 de octubre el viejo régimen fue barrido a un lado y se estableció un gobierno soviético, formado por bolcheviques y social revolucionarios de izquierda, Lenin era el presidente y Trotsky el ministro de relaciones exteriores, o por utilizar la nueva terminología, eran comisarios del pueblo. La historia del mundo comenzó a cambiar dramáticamente.
El papel individual de Lenin en 1917 fue crucial y sirve para ilustrar el papel vital, en determinadas circunstancias, del individuo en la historia. En los acontecimientos históricos en el amplio sentido del término, los individuos en general juegan un papel secundario. Sin embargo, hay momentos cruciales, especialmente cuando la situación está en el filo de la navaja, donde los individuos pueden jugar un papel decisivo para bien o para mal. Lenin demostró ser indispensable. Se integró en los acontecimientos, comprendiendo sus leyes subyacentes y las fuerzas sociales que estaban protagonizando la revolución. Trotsky resumió esta experiencia cuando revisó su propio papel en 1917: “En interés de la claridad lo pondría de esta manera. Si yo no hubiera estado presente en 1917 en Petersburgo, la Revolución de Octubre habría tenido lugar, con la condición de que Lenin hubiera estado presente y al mando. Si no hubiéramos estado presentes ni Lenin ni yo en Petersburgo, no habría habido Revolución de Octubre: la dirección del Partido Bolchevique habría impedido que esto ocurriera, ¡de esto no tengo la menor duda!” (Diario en el exilio, 1935).
Sin duda esto era verdad. La resistencia del partido a emprender un nuevo rumbo era demasiado fuerte. Sin Lenin habría sido infinitamente más fuerte. Trotsky creía que él personalmente habría carecido de la autoridad necesaria para cambiar la situación. En estas circunstancias el Partido Bolchevique no habría conseguido adoptar el camino correcto hacia el poder. Esto posiblemente habría permitido a la burguesía entregar Petrogrado a los alemanes, aplastar la insurrección del proletariado e instalar un régimen bonapartista-militar. Todo el curso de la historia habría sido diferente, con ¡futuros historiadores ridiculizando las payasadas utópicas de los bolcheviques!
Trotsky, que había permanecido fuera tanto de los campos menchevique como bolchevique, finalmente reconoció su error cuando intentó unificar a ambas fracciones. En su regreso a Rusia en 1917 se unió a los bolcheviques y fue elegido para la dirección. Después del triunfo de la revolución Lenin escribía lo siguiente cuando remontaba la vista dos años atrás: “En el momento que se tomó el poder y se creó la república soviética, el bolchevismo atrajo a todos los mejores elementos de las corrientes del pensamiento socialista que estaban cerca de él”. Sin duda hacía referencia a Trotsky que, como jefe del soviet de Petrogrado y del Comité Revolucionario Militar, estuvo al mando de los preparativos técnicos y militares de la victoriosa Revolución de Octubre. En realidad en estos años la dependencia de Lenin sobre Trotsky, el codirigente de la revolución, era enorme. En esta época los nombres de Lenin y Trotsky eran inseparables. “¿Si tu y yo fuéramos asesinados”, en una ocasión le preguntó Lenin a Trotsky, “piensas que Bujarin y Sverdlov se las arreglarían?” No se trataba de una preocupación pasajera cuando el destino de la revolución con frecuencia estaba en equilibrio.
Al principio de la guerra civil los social revolucionarios se pasaron al lado de la contrarrevolución e intentaron asesinar a los dirigentes bolcheviques. El 30 de agosto de 1918 Lenin fue herido por la bala de un social revolucionario de izquierda. Aunque consiguió recuperarse y reanudar su trabajo, esta herida en gran medida fue la responsable de su prematura muerte cinco años después. Las bombas también alcanzaron al tren rojo de Trotsky pero éste consiguió escapar ileso.
La victoria de la Revolución de Octubre transformó la situación mundial. Por primera vez en la historia la clase obrera había conquistado el poder y establecido un gobierno proletario. Las tareas a las que se enfrentaban Lenin y el régimen soviético eran conseguir la paz, consolidar el régimen y extender la revolución socialista a todo el mundo. La república soviética se enfrentó sin embargo a peligros aún mayores. La burguesía internacional inmediatamente se dispuso a destruir el régimen bolchevique con la ayuda de la contrarrevolución interna y con el despliegue de veintiún ejércitos imperialistas de intervención. Bajo el mando de Trotsky se construyó el poderoso Ejército Rojo, formado por cinco millones de personas, para repeler la invasión extranjera y derrotar a los Ejércitos Blancos internos.
Durante los transcendentales años de 1917-1923, Lenin se concentró enteramente en la cuestión de la defensa y la revolución mundial. El trabajo de Lenin en esta época supera a cualquier biografía. Abarca el campo de la política mundial, la guerra civil, el nuevo orden económico, la construcción de la Internacional Comunista y la lucha contra la burocracia. Junto a la larga serie de discursos y artículos que escribió, también encontró tiempo para escribir clásicos del marxismo como El izquierdismo, enfermedad infantil del comunismo y La revolución proletaria y el renegado Kautsky.
A finales de 1920, con la derrota del ejército blanco de Wrangel, las fuerzas contrarrevolucionarias e intervencionistas quedaron completamente derrotadas. El estado soviético había conseguido un respiro pero a un costo terrible. Este respiro abrió el camino a un “equilibrio” temporal entre las potencias, que fue utilizado por los bolcheviques para preparar internacionalmente a la clase obrera para la nueva oleada revolucionaria. “Se ha conseguido un equilibrio”, decía Lenin, “muy inestable pero ciertamente un equilibrio. ¿Cuánto durará? No lo sé, ni creo que nadie sea capaz de decirlo. Por lo tanto, debemos mostrar la mayor cautela posible”.
Desgraciadamente, con la economía rusa destrozada y la revolución mundial atrasada, el estado soviético sufrió una degeneración interna caracterizada por el crecimiento de un cáncer burocrático dentro del estado y el partido. Con cada derrota y revés desmoralizador para las exhaustas masas rusas, los burócratas apartaban a un lado a los trabajadores y cada vez conseguían ellos más control. Inevitablemente esta reacción burocrática salió a la superficie dentro del propio Partido Bolchevique y se reflejó en la figura de Stalin. Después de la muerte de Lenin este crecimiento parasitario en las espaldas del estado obrero finalmente llevó a la desposesión política de la clase obrera y a la creación de un régimen totalitario bajo Stalin.
Desde finales de 1922 en adelante, la última lucha a vida o muerte de Lenin fue contra esta degeneración burocrática. Desgraciadamente el primer ataque le llegó a Lenin en la primavera de 1922, provocándole una parálisis en la pierna y el brazo derechos. En diciembre le sobrevino el segundo ataque, esta vez más severo. Desde su lecho de muerte Lenin estaba preparando un golpe contra Stalin y sus aliados, que estaban ocupados intrigando contra Trotsky. “Vladimir Ilyich está preparando una bomba contra Stalin en el congreso”, esto es lo que relataba su secretaria Fotiyeva. Lenin formó un bloque secreto con Trotsky contra Stalin en relación a la cuestión georgiana y otros temas clave. Finalmente, en el Testamento de Lenin escrito el 24/25 de diciembre, añadió una posdata el 4 de enero de 1923, Lenin pedía la destitución de Stalin como secretario general del partido. Dos meses más tarde rompe todas las relaciones personales con Stalin y publica su famoso artículo, Más vale poco pero bueno, que contiene un vitriólico ataque contra el Inspectorado de Trabajadores y Campesinos (Rabkrin) dirigido por Stalin. “Tenemos burocratismo no sólo en las instituciones soviéticas, también en el partido”, estas eran las palabras de Lenin. Mientras esperaban una respuesta a una nota de Stalin, Lenin sufrió su tercer ataque mortal y perdió la capacidad de hablar. A pesar de una pequeña mejoría, finalmente murió de una hemorragia cerebral en enero de 1924.
Stalin ocultó el Testamento de Lenin. Detrás de bambalinas había desarrollado un poderoso aparato del partido. Ayudado por la muerte de Lenin y el aislamiento de la revolución, Stalin se dedicó a concentrar el poder en sus manos. Parte esencial de este proceso fue la expulsión de la Oposición de Izquierda de Trotsky. Bajo el dominio de Stalin en la Unión Soviética se desarrolló, a mediados de los años treinta, una contrarrevolución política basada en los derechos de propiedad nacionalizada. Las Purgas constituyeron un río de sangre que separó los regímenes de Stalin y Lenin.
Como mejor se puede resumir la verdadera relación de Trotsky con Lenin es en una carta enviada por Krupskaya la semana después de la muerte de Lenin:
“Estimado León Davidovich: Le escribo para decirle que aproximadamente un mes antes de la muerte de Vladimir Ilyich, mirando en su libro se detuvo en el lugar donde usted ofrece una caracterización de Marx y Lenin, me pidió que la releyera, escuchó muy atentamente y después se la volví a leer. Y esto es que quiero decir: la relación que se formó entre Vladimir Ilyich y usted, cuando llegamos a Londres desde Siberia, permaneció igual hasta el mismo día de su muerte. Le deseo, León Davidovich, fuerza y salud. Un abrazo. N. Krupskaya”
En 1926 Krupskaya dijo en una reunión de la Oposición de Izquierda: “Si Ilyich estuviera vivo probablemente ya estaría en prisión”. Más tarde la burocracia estalinista conquistaría mucho más que la Oposición, conquistaría el Partido Bolchevique. Derrotaría al programa de Lenin.
Lenin, sin duda, fue un gigante político. Fue el revolucionario más excepcional del siglo XX. Imbuido con la confianza en la victoria final de la clase obrera, era un revolucionario y un marxista hasta la médula. Sin embargo, Lenin no nació con estas cualidades, se convirtió en lo que fue a través de una combinación de aprendizaje y experiencia, de teoría y práctica. A los 23 años de edad, todas las características fundamentales de la personalidad de Lenin, su perspectiva de la vida y su forma de actuar, ya estaban modeladas. Vivía y respiraba por la revolución. A través de estas grandes tareas históricas y la determinación de conseguirlas, se realizó a sí mismo completa y absolutamente. A través de años de estudio de las ideas fundamentales del marxismo, combinados con la dura práctica, se convirtió en Lenin, el gran hombre y maestro que conocemos.
Después de la muerte de Marx y Engels la defensa del verdadero marxismo recayó sobre Vladimir Ilyich Lenin. A través de su ilimitado trabajo y confianza, preparó el camino para la primera revolución socialista triunfante y cambió el curso de la historia mundial.
“Sólo la revolución proletaria socialista puede sacar a la humanidad del callejón sin salida creado por el imperialismo y las guerras imperialistas”, esto es lo que decía Lenin. “Cualesquiera que fueran las dificultades, los reveses temporales posibles y las oleadas contrarrevolucionarias, la revolución triunfará, la victoria final del proletariado está asegurada”.
Los individuos de la altura de Lenin son raros en el movimiento revolucionario. Este artículo no tiene la intención de desafiarnos a convertirnos en un Lenin o un Marx. Debemos ser nosotros mismos. Sin embargo, sí es un desafío para que cambiemos, para desarrollarnos teórica y políticamente, para jugar el papel que nos espera en el futuro. Estamos orgullosos de basarnos en los grandes marxistas que nos precedieron. Debemos imbuirnos, como ellos, con el sentido de la historia y la fe en el futuro de una humanidad sin clases.
Con la muerte de Lenin, la defensa y la continuidad del marxismo cae sobre los hombros de León Trotsky que luchó contra los epígonos estalinistas. Hoy, esa continuidad recae sobre la generación actual de marxistas, en unas condiciones de profundización de la crisis e inestabilidad mundial, nuestra tarea es llevar adelante esta lucha por una nueva era para la humanidad, hasta la victoria final, que fue el triunfo que Lenin inauguró pero que no vivió para completarlo.

Rob Sewell