sábado, febrero 28, 2009

La Revolución perdida: Alemania 1918-1919


Es el caso de la revolución alemana de 1918-1919, una revolución absolutamente central y el destino de la cual ha marcado toda la historia del siglo XX. Alemania era uno de los estados más adelantados del momento, era la segunda economía industrial del mundo después de EEUU. La derrota de la revolución alemana trajo el aislamiento de la Rusia revolucionaria. Engendró el fascismo que 14 años más tarde se haría con el poder en Alemania, con Hitler al frente.
La Revolución alemana no fue un hecho aislado. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, el 1914, una marea patriótica arrastró al conjunto de la izquierda, con pequeñas excepciones, a apoyar a sus respectivos gobiernos frente a los países supuestamente enemigos. Aun así, a medida que iba transcurriendo la barbarie bélica los centenares de miles de soldados muertos y la miseria que se iba acumulando en la sociedad generaba más y más descontento. Si los gobiernos no querían acabar con la guerra, el único camino era acabar con los gobiernos. Si los recursos de la sociedad eran absorbidos por el conflicto, los trabajadores debían movilizarse y organizarse para exigir su subsistencia.
Es así como desde finales de la Gran Guerra hasta entrados los años 20, uno detrás del otro, los diferentes países europeos estallaron en revuelta. Rusia en 1917, con una revolución que acabó primero con el Zarismo y que creó después un nuevo estado revolucionario fundamentado en los soviets. En el Estado español se vivió el “trienio Bolchevique” con una gran agitación huelguística entre 1918 y 1921. Un movimiento con huelgas de masas recorría Gran Bretaña a principios de 1919, con situaciones insurreccionales en algunas ciudades. En Budapest se proclamaba una república soviética en marzo del mismo año. Los consejos de trabajadores se extendieron por las ciudades industriales de Italia entre 1919 y 1920 con ocupaciones de fábricas.
Se trata de una situación que Lloyd George, primer ministro británico, describía así a principios de 1919: “Toda Europa está invadida por el espíritu de la revolución. Hay un sentimiento profundo, no de descontento, sino de furia y revuelta entre los obreros contra las condiciones existentes antes de la guerra. Todo el orden político, social y económico se está poniendo en entredicho por las masas de la población de un extremo al otro de Europa”. Alemania era el eslabón clave en esta situación revolucionaria internacional.

El impacto de la guerra

Pocos años antes de 1918 nada hacía pensar que pudiera haber una revolución en Alemania. El último estallido revolucionario había sido 70 años antes, en 1848. La expansión económica y un modelo político de compromiso habían traído a la incorporación dentro el sistema del movimiento obrero, con un Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) todopoderoso, con centenares de miles de afiliados, que si bien se autoproclamaba marxista y canalizaba las aspiraciones de prácticamente todos los obreros, cada vez estaba más instalado en el parlamentarismo. El nivel de huelgas era bajo, con una clase trabajadora acostumbrada a reformas que les hacían vivir cada vez mejor. Los revolucionarios espartaquistas, si bien contaban con figuras como Rosa Luxemburgo o Karl Liebcknecht, eran tan solo una pequeña minoría desorganizada dentro del SPD.
Cuando en 1914 se desencadenó la guerra todo empeoró con un giro patriótico hacia la derecha. Incluso el SPD, que había declarado “ni una gota de sangre de ningún soldado alemán debe ser sacrificada”, votó el 4 de agosto en el parlamento a favor de los créditos de guerra que pedía el gobierno. No sería hasta tres meses más tarde que un diputado del SPD en solitario, Liebcknecht, votaría en contra de nuevos créditos.
Pero poco a poco la guerra iba teniendo un impacto brutal a nivel económico y social. Durante 1915 y 1916 empiezan a haber manifestaciones pidiendo la paz, en un principio pequeñas pero cada vez más fuertes y contundentes. La presión fue creciendo y se empezó a movilizar a la izquierda dentro del SPD con una posición antiguerra. La dirección del partido no lo permitió y, a principios de 1917, expulsa los disidentes, que constituyen el Partido Socialdemócrata Independiente (USPD). El nuevo partido estará mucho más próximo al ambiente de lucha, pero sin romper con las concepciones de cambio gradual y parlamentario.
En noviembre de 1917, la Rusia revolucionaria aparece como un foco internacional. El gobierno soviético reclama un armisticio y empieza a hacer los primeros pasos para extender la revolución por todas partes, editando un diario, “La antorcha” que se distribuye con medio millón de copias entre los soldados alemanes.
En enero de 1918 una serie de huelgas recorre el Imperio austrohúngaro. En Viena se llegan a formar consejos de trabajadores.
Aprovechando esta coyuntura, los espartaquistas -los revolucionarios alemanes que también habían salido del SPD para formar el USPD- hacen un llamamiento para seguir el 28 de enero el ejemplo de los trabajadores vieneses. La huelga en Alemania tiene un enorme éxito, con 500.000 trabajadores implicados y una reunión de delegados de 414 fábricas. El gobierno no se puede permitir este desafío y a través del estado de asedio y la represión militar consigue decapitar el movimiento: se arresta a los líderes obreros y el 10% de los trabajadores de Berlín es enviado al frente.
La oposición a la guerra parece haber sido frenada. Pero el verano de 1918, una gran ofensiva alemana en el frente oeste empieza a sufrir serias derrotas ante la contraofensiva aliada. Ante el hecho de que toda la línea alemana está a punto de colapsar y la guerra empieza a parecer perdida, el Kaiser busca más apoyos a su gobierno creando una coalición en la que entra el SPD y que hará concesiones a los trabajadores y aliados, pero tan sólo para preservar la monarquía imperial.
En octubre, en un intento desesperado de continuar la ofensiva militar, el alto mando militar alemán manda a la flota a enfrentarse en Gran Bretaña. El 29 de octubre los marineros se niegan a ir a una muerte segura y rehúsan seguir las órdenes. Los marineros de Kiel se arman y recorren la ciudad, entran en contacto con los huelguistas del puerto y en un mitin masivo de 20.000 personas escogen un consejo de marineros que toma el control de la ciudad. Ha empezado la revolución.

La revolución de noviembre

Con sólo 7 días, la monarquía prusiana, que había existido durante 400 años, el imperio alemán, que se había mantenido durante 40 años, el efectivo ejército prusiano, que había garantizado el régimen durante 200 años... colapsan totalmente. El ejemplo de Kiel sirve de inspiración y se extiende como un reguero de pólvora, con grandes manifestaciones de soldados y trabajadores, huelgas y, lo más importante, la constitución de un poder desde abajo, los consejos.
En Hamburgo, la ciudad más grande del país, el 5 de noviembre una manifestación de 40.000 vota por una república de consejos de trabajadores.
Los marineros del norte van de ciudad en ciudad contagiando la epidemia revolucionaria.
Si el 7 de noviembre ya hay 18 ciudades bajo control de consejos de trabajadores y soldados, al día siguiente son una treintena, entre ellas las principales del país. Pero la capital, Berlín, permanece todavía tranquila.
El SPD de Berlín pretende que el Kaiser se resigne pacíficamente intentando evitar un estallido revolucionario. Como su líder Erbert dice: “A no ser que el Kaiser abdique, una revolución es inevitable. Pero no deseo ninguna. La odio como un pecado”. Al mismo tiempo, el USPD se resiste a convocar alguna movilización para no romper la unidad con el SPD. Pero entre los obreros va creciendo la impaciencia. Finalmente, el 8 de noviembre, delegados sindicales revolucionarios y miembros del USPD deciden sacar una octavilla con un llamamiento a la huelga general. Esta es seguida el 9 de noviembre en todas las fábricas al mismo tiempo que una enorme multitud toma las calles; por todas partes banderas rojas y grupos de soldados armados. La movilización está liderada por los delegados revolucionarios, miembros del USPD y espartaquistas, pero el SPD, aunque se oponga al movimiento, no se puede quedar al margen. El dirigente socialdemócrata Erbert intenta, a regañadientes, canalizar el ambiente dirigiéndose a las masas desde el balcón del parlamento y nombrándose nuevo primer ministro. Pero hasta que no proclama la república no consigue una ovación de la multitud.
Mientras esto sucede, en una escena paralela en la otra punta de la ciudad, el revolucionario Liebknecht, desde el palacio imperial realiza un discurso con un contenido muy diferente: “El día de la libertad está amaneciendo. Proclamo la libre república socialista de todos los alemanes. Todos los que queráis la revolución mundial, levantad vuestras manos”. Miles de manos se levantaron.
El 9 de noviembre el imperio ha caído. El poder efectivo de Alemania son los consejos de trabajadores y soldados. Aun así, los discursos de Erbert y de Liebknecht, simultáneos pero con intenciones muy diferentes, muestran que la revolución está lejos de ser finalizada y que apenas empiezan los problemas. La dicotomía entre “República” o República “socialista” está en marcha.

La erosión de la revolución

Una situación revolucionaria cambia radicalmente el mapa político. Aquello que en el pasado parecía ilusorio, se hace posible en un estrecho margen de tiempo. Aun así, hay elementos de continuidad con la situación anterior que llevan a contradicciones. De una parte, las masas movilizadas, entrando en política por primera vez en sus vidas, tienden a ver como un referente político a la organización que representaba mejor la oposición al régimen en el escenario anterior, esto es el SPD, aunque éste fuera absolutamente contrario a una revolución. Por la otra, la mayoría de los trabajadores y soldados movilizados creían posible combinar el nuevo poder de los consejos con las antiguas instituciones parlamentarias. Un estado obrero era para ellos posible sin destruir el estado existente. Ciertamente, no se trataba de un posicionamiento definitivo, la conciencia podía avanzar hacia una orientación nítidamente revolucionaria, pero era una cosa que requería tiempo, debates y, sobre todo, lucha.
La socialdemocracia se convirtió en la fuerza hegemónica dentro del movimiento revolucionario tras el 9 de noviembre. El 10 de noviembre se creó —imitando el ejemplo soviético nominalmente pero no en contenido— un “consejo de comisarios del pueblo” con una representación de 3 miembros del SPD y 3 de el USPD, si bien los primeros tenían de facto el control. Al mismo tiempo se convocó una asamblea con un delegado por cada 1.000 trabajadores o soldados. El SPD puso toda su maquinaria en funcionamiento para asegurar dominar la asamblea. Cuando esta se reunió, con 1.500 delegados, el mensaje de unidad fue utilizado como ariete contra las posiciones revolucionarías. El espartaquista Liebknecht, cuando avisó de que la revolución no había llegado a su meta y que había un peligro real de contrarrevolución, fue abucheado por una parte de la audiencia. La asamblea escogió la ejecutiva de los consejos de Berlín, donde dominaban los socialdemócratas: ¡aquellos que temían a la revolución estaban encabezando sus órganos!
Desde estos nuevos órganos revolucionarios el SPD se dedicó a ir erosionando la propia revolución, desmovilizando, frenando el poder y las atribuciones de los consejos, y abogando por llevar a cabo unas nuevas elecciones que “normalizaran” la situación. Como dejó claro el socialdemócrata Scheidemann: “Estoy completamente convencido de que la instauración permanente de consejos de obreros y de soldados significaría la caída más absoluta y segura del Reich”. Como dice el escritor alemán Sebastian Haffner, la socialdemocracia “con sus palabras seguían siendo revolucionarios (...). Con los hechos eran contrarrevolucionarios. En dos meses, el doble juego de Ebert y del SPD acabó en guerra civil”.
El punto clave para garantizar el orden establecido era conseguir restablecer las fuerzas militares y policiales. El socialdemócrata Erbert, con la ayuda del USPD presionó para conseguir poner otra vez las tropas bajo el mando de los oficiales y restringir los consejos de soldados a un rol consultivo y figurativo.
En diciembre las malas intenciones del SPD hicieron un paso más. Jugaron a mantener el orden establecido pactando con el Alto Mando militar: dos de los máximos dirigentes de este partido, Erbert y Groener, apoyaron la idea de enviar divisiones del ejército fuera de Berlín. A principios de diciembre diez divisiones, consideradas seguras y que habían conseguido mantener la disciplina, fueron enviadas a Berlín para acabar con el poder de los consejos antes del día 16, que fue cuando se había convocado el primer congreso de consejos de todo el país. Pero un golpe del ejército empezó a entrar en la capital. No pasó nada, los soldados estaban hartos de la disciplina y querían volver a casa. Además, si bien podían creerse parte de la propaganda “antibolchevique” contra los elementos subversivos, muy diferente era combatir para volver al régimen anterior cuando ellos habían votado por abolir todas las marcas de rango dentro del ejército y para volver a reescoger nuevos consejos de soldados. Así es como un ejército aparentemente sólido se deshizo como un terrón de azúcar en el agua. En quince días, ¡de 10 divisiones sólo quedaban 800 hombres!
El 16 de diciembre el congreso de consejos se pudo reunir. Pero el ambiente del congreso distaba mucho de la efervescencia vivida tras el 9 de noviembre. Se trataba de una asamblea muy ordenada, dominada por la gente del SPD y que recordaba incluso a sus congresos. El congreso de consejos marcó un nuevo paso para rebajar el peso del movimiento desde abajo. Adelantó las elecciones e impidió que tanto los consejos asumieran el máximo poder legislativo y ejecutivo como que el consejo central que se había escogido pudiera legislar provisionalmente hasta las elecciones. Aún así, las decisiones del congreso de mantener la república y supeditar al Alto Mando a los comisarios del pueblo, resultaba demasiado ofensiva para los oficiales del ejército y los poderosos del Imperio caído.
Ante el total desmoronamiento del ejército, el Alto Mando empezó un plan para recobrar una fuerza militar que le sirviera para acabar con la revolución: empezó en las afueras de Berlín el reclutamiento de Freikorps, unidades de combate disciplinadas y convencidas de su propósito.
La cabeza militar de Berlín, el socialdemócrata Otto Wells, a su vez empezó a trabajar par disolver la División Popular de Marina, la única división que se había mantenido sólida... pero que justamente estaba situada en el campo revolucionario. Wells retuvo los salarios. Y alrededor de esta cuestión empezó un pulso en el que se jugaba la propia existencia de la División Popular de Marina. Los marineros, ante la falta de la paga ocuparon todas las salidas de la cancillería y la central de teléfonos. En este punto los dirigentes socialdemócratas enviaron tropas desde Postdam y Babelsberg, fuertemente armadas y con artillería, para disolver la División de los marineros revolucionarios. A primera hora de la mañana del 24 de diciembre, las tropas regulares, claramente superiores, atacaban el palacio ocupado por los marineros. Cuando una multitud de trabajadores, mujeres y niños se acercó al lugar de batalla tuvo lugar un fuerte efecto desmoralizador para las tropas del gobierno. A lo largo de las horas algunos soldados se pasaron al bando revolucionario, al que también se añadieron trabajadores armados. Finalmente, las tropas abandonaron el combate. La reacción contrarrevolucionaria había vuelto a fracasar. A partir de aquí la única esperanza para Erbert y Scheidemann y la derecha eran los cuerpos de voluntarios, los Freikorps.
El choque en las calles tuvo consecuencias políticas. La actuación represora de la dirección del SPD empezó a ser cada vez más puesta en entredicho por los trabajadores, aun cuando la mayoría de estos continuaban sintiéndose socialdemócratas. El USPD, a su vez, rompió la coalición que mantenía, dimitiendo del Consejo de comisarios del pueblo. El 30 de diciembre, los espartaquistas, liderado por Liebknecht y Luxemburgo, hicieron el salto definitivo dejando un USPD que no llegaba a apostar por un movimiento de masas revolucionario y crearon el KPD, el partido comunista. Aún así el joven KPD sufría de falta de cohesión y de pocas fuerzas con sólo 3.000 miembros (y faltó sobretodo una importante capa de delegados obreros revolucionarios), lo que impedía estar a la altura de los desafíos que se acercaban.

El segundo estallido

El destino de la revolución alemana se decidió en una semana decisiva, la del 5 al 12 de enero.
La dirección socialdemócrata puso en marcha un nuevo pulso. Este golpe, fue la destitución de Eichhorn, la cabeza de la policía de Berlín, miembro del USPD y afín a los consejos de trabajadores y soldados. Esta destitución era una provocación para detonar un alzamiento apresurado del movimiento que pudiera ser decapitado.
Una simple manifestación convocada el domingo 5 de enero por los delegados obreros revolucionarios, USPD y los espartaquistas contra la destitución de Eichhorn conllevó un nuevo e imprevisto estallido revolucionario. Los trabajadores y soldados hartos de las maniobras de los dirigentes del SPD, respondieron con una enorme movilización. Ya desde primera hora de la mañana, una multitud tomaba las calles, con muchos de los participantes trayendo armas. Recuperando el espíritu del 9 de noviembre, la gente se empezó a organizar y pasaron a la acción espontáneamente: se ocuparon las sedes de las grandes redacciones de los diarios y las principales estaciones de trenes. Al atardecer se reunió de urgencia una representación de delegados revolucionarios, miembros del USPD, representantes de los soldados y del KPD. Llevados por la euforia del momento, constituyeron un Comité revolucionario y decidieron “emprender la lucha contra el gobierno hasta su derribe”. Al mismo tiempo convocaron una huelga al día siguiente gritando unirse a “la lucha para el poder del proletariado revolucionario”.
El lunes la huelga tiene un seguimiento enorme. La manifestación saca una multitud armada de 200.000. Aun así, la jornada acaba sin que suceda nada.
El Comité revolucionario era muy poco representativo, demasiado heterogéneo y amplio (con 53 miembros), e incapaz de dirigir una acción clara y rápida. Mientras los trabajadores y soldados ocupaban las calles, el Comité estaba reunido deliberando, una hora tras otra, hasta que al final del día las masas empezaron a devolver decepcionadas a casa. Se produjo un fuerte efecto desmoralizador. El Comité había sido incapaz de dar dirección a las movilizaciones, unas movilizaciones, que por su parte podían defender los consejos pero que tampoco estaban maduras para tomar el poder de forma definitiva y constituir un nuevo Estado revolucionario.
El papel de los espartaquistas o KPD había estado al mismo tiempo limitado y no coordinado, sin fuerza real para dar dirección al movimiento. Su influencia dentro del Comité revolucionario se reducía a dos miembros, uno de ellos Liebknecht. Por otra parte, Libeknecht había defendido la toma del gobierno en las reuniones del Comité al margen del partido. En cambio Rosa Luxemburgo se había opuesto al intento insurreccional.
Aun el fracaso de la jornada del lunes, todavía habría sido posible redefinir las movilizaciones y mostrar una posición de firmeza ante el gobierno que permitiera retroceder un paso sin peligro. En lugar de eso la desorientación reinó durante días.
Si bien la actuación de los KPD había sido menor, rápidamente el gobierno aprovechó para denunciar el alzamiento por espartaquista y emprender la acción necesaria para liquidar de una vez por todas a los revolucionarios que veía como una amenaza potencial muy grande. Como ya habían alertado los jacobinos “todo el que hace una revolución a medias cava su propia tumba”. Así es como el jueves 9 Erbert dio la orden de acabar con la revolución. Se enviaron nuevas tropas, entre ellas los Freikorps de extrema derecha, que empezaron a tomar militarmente día tras día más zonas de la ciudad hasta imponerse el 12 de enero. La contrarrevolución no tuvo los miramientos que había tenido la revolución. Se detuvo y maltrató a centenares de marineros y fusilaron a 12.
Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht permanecieron en Berlín, sin cesar su activismo, aun poniendo en peligro sus vidas. De forma premonitoria Liebknecht escribía el día 15: “Vivamos todavía nosotros o no, cuando se consiga, nuestro programa vivirá: será el reino de la humanidad liberada”. El 16 de enero Luxemburgo y Liebknecht fueron detenidos por el gobierno y asesinados, dándoles un golpe de culata en la cabeza y finalmene disparándolos.
La contrarrevolución había conseguido romper el movimiento revolucionario en Berlín cuando este estaba empezando apenas a desarrollarse. Durante las siguientes semanas una violenta represión se extendió por todo el país emulando lo que había pasado a la capital. El orden burgués volvía a reinar. Cuatro años más tarde, en 1923, un nuevo estallido revolucionario volvería a sacudir el país, pero se saldaría en una nueva derrota.

90 años después

El fracaso de la Revolución alemana dejó a la Rusia soviética aislada y precipitó su deterioro con el ascenso de Stalin. Como dijo Lenin el enero de 1918 “Es una verdad absoluta que sin una revolución en Alemania estamos condenados”.
La contrarrevolución del enero de 1919 a manos de los Freikorps marcó a su vez la ascenso de la extrema derecha, creando un sustrato del que se iría desarrollando hasta el partido Nazi. Toda la historia contemporánea de Europa habría sido muy diferente si la revolución alemana hubiera triunfado. Pero las derrotas, a veces más que las victorias, muestran lecciones de las que se puede aprender.
En primer lugar, la experiencia alemana mostró que la revolución era posible en uno de los países más desarrollados económicamente del planeta y con un juego parlamentario fuertemente instalado. En segundo lugar, una situación social establecida no se mantiene indefinidamente; las contradicciones del sistema acaban aflorando y lo pueden hacer de forma explosiva. La moderada Alemania de 1910 o 1913 hacía difícil predecir la revolución del noviembre de 1918. En tercer lugar, los hechos de 1918-1919 visualizan que no es posible mantener un poder de democracia directa con consejos de trabajadores y al mismo tiempo dejar funcionando al estado existente con sus instituciones. Uno y otro son incompatibles. Y el viejo orden utilizará todas las armas a su alcance para destruir el movimiento.
Por último, está la lección sobre la necesidad de contar con una fuerte organización revolucionaria. Que aquellas fuerzas políticas de izquierdas que abogan por mantener el sistema o aquellas que quedan indecisas sobre un cambio radical pongan todos sus esfuerzos en intentar moderar el movimiento es algo que siempre sucederá. Pero que exista una fuerza política que desafíe dentro el movimiento a estos partidos y empuje la revolución no es un hecho que se dé espontáneamente; una organización revolucionaria se debe construir y enraizar en el movimiento. Los espartaquistas se constituyeron en un Partido diferenciado el 30 de diciembre, tan solo 6 días antes del estallido de enero, sin ninguna base sólida para afrontar los acontecimientos. En comparación, el Partido Bolchevique de Lenin, había estado desarrollándose como una corriente propia durante 15 años antes de 1917.
En el mundo actual en crisis, en el que empezarán a ser muy posibles fuertes convulsiones políticas y sociales, la ausencia o existencia de organizaciones revolucionarías que puedan empujar los movimientos hacia una transformación real, aportando el aprendizaje del pasado, puede marcar la diferencia.

Joel Sans |
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Desde que los médicos cubanos llegaron al pueblo... Nadie recuerda la última vez que murió un niño


Historias de comunas haitianas donde la gente moría por no saber cómo vivir

Nadie recuerda la última vez que enterraron a un niño en Baie de Henne. Sus pobladores padecen de una extraña amnesia desde que los doctores cubanos llegaron a ese intrincado pueblito y crearon una nueva costumbre: acudir al médico.
En la escuela, los niños se disputan la respuesta. Hoy muestran las uñas cortadas que antes traían largas y sucias.
Y no fue fácil habituar a los haitianos del noroeste de Gonaive, donde solo el pescado y el carbón eran imprescindibles porque les daba el dinero que les disminuía el hambre. Comer era el proyecto del día, el de vida ni siquiera existía.
Pero las cosas cambiaron cuando el doctor Erick y la enfermera Beatriz ocuparon una casa cercana a la iglesia que cada domingo reúne a los pobladores. Luego, el hogar cubano de Baie de Henne fue habitado por el galeno Osvel González Domínguez y la máster en enfermería Rosa Zaldívar Zaldívar, quienes hoy continúan enseñando a vivir.
Hasta la única escuela llegan en las mañanas. Allí preguntan por los buenos y malos hábitos y los niños hablan del agua del pozo que quita la sed, pero da fiebre tifoidea; de no bañarse en los pantanos; de cortarse las uñas; de lavar los alimentos. Todos contestan con facilidad. Para ellos, lo realmente difícil es entregar mensualmente 1 600 gourdes (dinero haitiano). Y aunque el esfuerzo viene de sus progenitores, muchos como Kiki, Magson y Wonsly saben que por ir al colegio duermen hambrientos.
Por eso las montañas de Baie de Henne son cada vez más amarillas. De ellas salen los más de 10 sacos de carbón que le permiten a cada padre, en caso de tener un solo hijo, pagar la escuela ese mes.
Osvel y Rosa intentan, de algún modo, hacer más provechoso ese costo y a través del profesor Jean Elías Nelson, quien además colabora con ellos en el programa Yo sí puedo, "convierten" el colegio en un centro de prevención.
Fuera de él, la labor se repite: "Al inicio las matronas hacían los partos y dejaban el cordón umbilical demasiado largo, por lo cual se infectaba. Les orientamos cortarlo más y ya, cuando no acuden a nosotros, el parto se realiza sin grandes complicaciones infecciosas. Antes dábamos antibióticos, ahora nos preocupamos más por enseñarles. Ya casi ningún niño muere de causas prevenibles, comenta Osvel.
Hablamos con el pastor de la iglesia, reunimos a los ancianos y hemos conformado hasta un círculo de abuelos, reconoce Rosa. "Nosotros aquí no dejamos de brindar asistencia médica, pero sobre todo de prepararlos y dotarlos de conocimientos", añade.

Entre marido y mujer...

El doctor Lázaro Rodríguez es un guajiro que no anda con contemplaciones. Tan resuelto como en sus días de trabajo en el hospitalito rural de El Santo, en el municipio villaclareño de Encrucijada, este médico cubano hizo a un lado el popular refrán "entre marido y mujer, nadie se debe meter" y puso las cosas en orden allá en Drouin, un asentamiento en las márgenes del río Artibonite que da nombre a ese estado haitiano.
"Aquí hay que meterse en los problemas, si no las cosas demoran siglos en tomar su lugar". Después de curar las heridas a una pareja que había discutido violentamente, intervine en la repartición de intereses. Ella dejaba al hijo de pocos días de nacido porque la casa era del esposo y allí el niño estaría más seguro. Cuando le dije que sin la lactancia materna podía morir, cambiaron las cosas. Incluso, la percepción del padre fue otra. Ya pensaba darle cualquier cosa al bebé. ¡Imagínate!, que aquí acostumbran a comer con mucho picante, alerta Lázaro.
"La situación del agua es complicada. Todos se bañan en un canal muy contaminado; ahí contraen los parásitos. Cargarla hasta la casa para hervirla resulta muy trabajoso. He logrado que no la tomen, pero queda mucho por enseñarles."
En iguales o peores realidades se ha visto Iroel Portal Cabrera. "El día que una señora joven me preguntó si era cierto que por tener SIDA le daban dinero, me quedé perplejo. Muchas hasta conciben más hijos porque existen organizaciones no gubernamentales que financian ciertos gastos y entregan comida, cuenta el doctor.
"Por tal de obtener esas ventajas paren o intentan contagiarse". No saben que el SIDA las mata; y las que sí, garantizan los alimentos del día y solo postergan su muerte.
A esa crudeza, Iroel y otros tantos colaboradores dispersos en todo el país han tenido que enfrentarse. Sin embargo, él recuerda especialmente la revuelta del primer día de clínica ambulante (que no es más que recorrer unos cuantos kilómetros y ofrecer consulta debajo de un árbol), allá en su comuna de Verretey.
"Cuando examino al primer paciente y pregunto, me dice que le habían cobrado 50 gourdes porque yo lo atendiera. Algunos pobladores quisieron montar un negocio y pidieron dinero al saber que iría; supuestamente era lo que yo exigía por mis servicios."
Me levanté para irme y la gente armó una manifestación. Devolvieron el dinero y desde entonces, los mismos que pensaban lucrar apoyan mi visita a esa comunidad, refiere Iroel. "Más que un trasfondo económico, el asunto dejaba entrever el poco valor que le daban a la medicina. Veían un lucro, no una necesidad".

Cada día somos más

En la geografía haitiana suceden cientos de historias cubanas. En ella, más de 400 cooperantes de la Salud intentan transformar una realidad que a ratos se torna imposible. Cómo eliminar la desnutrición sin alimentos; cómo impedir la malaria donde pululan enjambres de mosquitos; cómo curar la tuberculosis si muchos viven hacinados y el contagio es inminente¼ No ha sido ni será sencillo, pero muchos hablan ya de un cambio notable.
Los haitianos responden con sonrisa e incredulidad ante cada mejoría y en este país de profundas costumbres religiosas, no son pocos los que alegan que "después de Dios, están los médicos cubanos".

Katia Siberia García Enviada especial

En la estafa de Stanford, “cayeron muchos ricos de Carrasco, de Pocitos, de todos los que han acumulado fortunas en una forma cuestionable”.

Entrevista a James Petras realizada por Efraín Chury Iribarne en Mañanas de radio el lunes 23 de febrero de 2009-

Chury: Bien oyentes, estamos como todos los lunes aquí aguardando la comunicación con James Petras en Estados Unidos para iniciar nuestra cobertura internacional.
Las noticias económicas han dominado el escenario pero también decíamos el otro día ante diversas consultas, cuánto quedaba de la promesa electoral y los 40 días iniciales de Barack Obama en torno no a la concreción porque ningún gobierno puede concretar cosas en 40 días. Pero si eso sirve para al menos avizorar señales de cuál va a ser el rumbo de un gobierno.
Debemos aceptar que muchas veces cuando hablamos con Petras, no estuvo desacertado en las cosas que conversó con nosotros, dio por adelantado muchas señales que hoy parecen ser la futura concreción de muchas acciones del nuevo gobierno de EE.UU.
Por eso queríamos centralizar en eso un poco hoy y la visión de James Petras a quien tenemos por allí en la línea.
Buen día Petras ¿cómo estás?
Petras: Estamos bien, aquí esperando la llamada para comentar sobre varios asuntos.
Chury: Muy bien Petras. Tú sabes que inclusive por curiosidades manifestadas frente a nosotros por las cosas que tú comentaste cuando la campaña electoral en EE.UU., nos han pedido una especie de respuestas en torno a cuáles son las señales que ha dado el gobierno de Obama en estos primeros 40 días de gobierno y si eso se compadece con lo que fue la campaña, particularmente en lo que refiere a muchos de los temas que en este momento afligen a Estados Unidos y al mundo.
Petras: Bueno, en algunas cosas yo creo que Obama ha cumplido, por ejemplo, ha aumentado las tropas que va a enviar a Afganistán y todavía no han anunciado el retiro de las tropas, hay incertidumbre.
Segundo han cumplido con los Bancos y han alcanzado a presentar un programa de 850 mil millones que la mitad va hacia los grandes banqueros que causaron el problema.
Ha nombrado a todos los conservadores más rancios en los puestos claves de la economía, no han anunciado ningún plan para los que han perdido las casas, más allá de postergar las expulsiones. Es la parte conservadora de todo lo que anunció en la campaña, particularmente en los últimos meses. Ahora, la parte popular del programa todavía no se ve. Incluso ha aumentado mucho el desempleo, las bancarrotas, las hipotecas canceladas, algunos esfuerzos por acercarse a los países en conflicto. Cumplió con Israel en Gaza, todavía no han anunciado ningún equipo para tratar de negociar con Irán. Han perdido mucha fuerza en Europa con su anuncio de exigir más tropas para Afganistán porque ningún país en Europa responde a esta política guerrerista. Y creo que lo peor en este sentido es el aumento de los ataques a Pakistán. Han extendido el programa de Bush tirando misiles y bombas contra las aldeas en Pakistán.
Creo que más o menos podríamos decir que Obama cumple la parte más conservadora de su programa y la parte más popular queda descartada o por lo menos, postergada.
Chury: Petras, en cuanto a los inmigrantes y a los hispanos, parece ser que lo único que se conoce hasta el momento es su facilidad de ingreso a las Fuerzas armadas ¿no?
Petras: Sí, bueno, eso hace mucho tiempo. Es una continuación de la política anterior de Bush y otros presidentes que buscan mercenarios en cualquier parte del mundo. No sólo los inmigrantes sino que buscan mercenarios en cualquier parte del mundo. Están en reclutamiento en Centro América y México, prometiendo la nacionalidad.
Lo que uno tiene que reconocer es que las razzias que los oficiales de migración y la policía están haciendo, sigue siendo el factor más negativo de toda la política. Han entrado a casas, han entrado a fábricas, han parado a personas con apariencia de latinos en las calles y las expulsiones siguen siendo un castigo muy serio para los inmigrantes. Siguen escondiéndose, actuando con mucha discreción para evitar cualquier lugar en los que la "migra" como la llaman aquí, pueda recogerlos. No hay ninguna iniciativa por parte del régimen de Obama para legalizar los inmigrantes de larga duración en este país. Incluso hay presiones para apretar las fronteras porque han tenido algunos incidentes incluso de raptos en Arizona y otros Estados en la frontera con México y la derecha ha utilizando estos incidentes para presionar por más políticas represivas.
Chury: La situación del desempleo, tú la mencionabas, es un hecho fuerte y serio en los EE.UU. ¿Eso está lejos de estallidos sociales que puedan producirse a futuro?
Petras: Una de las cosas más graves en este país es que cada día una gran empresa: Caterpillar, John Deere, General Motors, Toyota, cualquier empresa que funcione está despidiendo miles y miles de obreros cada mes. El promedio de los últimos 3 meses es de 500 mil individuos que perdieron su trabajo. No sólo obreros, sino empleados, profesionales, empleados públicos. Todos están afectados. El único sector menos afectado es en salud, en medicina, pero están amenazando cerrar más hospitales y limitar los gastos o los pagos a los médicos y los servicios de los médicos.
Ahora en esta semana Obama va a anunciar algo sobre los programas sociales y las indicaciones son que va a llamar a lo que él llama "sacrificios", que es limitar los pagos de pensiones a los empleados públicos y a los que cobran en el plan nacional de pensiones.
Otra cosa que van a anunciar como "sacrificio" es afectar el pago para los pobres y los viejos en el servicio médico. Yo creo que estamos ahora en plena depresión. No hay que tomar en serio las cifras oficiales. Dicen que estamos a 7,6 por ciento de desocupados pero yo creo que con los sub ocupados, con los que quieren trabajar más de la mitad de tiempo, podríamos fácilmente podríamos subir a que uno de cada 6 ó 7 obreros y obreras están afuera del trabajo. Y no sólo eso: hay mucha gente que está perdiendo sus pensiones por la bancarrota de las empresas que abandonan los pagos de pensiones. Y más, tengo las cifras para los jóvenes de entre 20 y 32 años que están en el mercado de trabajo que no tienen ninguna cobertura de salud o porque el empleo no ofrece o porque es demasiado costoso y ellos se piensan que pueden aguantar y van a mantenerse con buena salud. Pero si entran al hospital, cuesta cada día cada cama casi mil dólares. Quedarse dos días en el hospital te puede costar más de 2 mil dólares y es la principal causa para la declaración de bancarrota para los individuos y las familias.
Es una depresión en todo sentido aunque se sigue debatiendo si es recesión o depresión. Y con estas nubes negras de las que estamos hablando, hay cosas que podríamos decir son positivas: algunos de los más grandes estafadores están cayendo. Y con la caída por ejemplo de Stanford -no sé si en Uruguay tenía...
Chury: Sí, la noticia llegó sí, no el análisis.
Petras: Lo interesante es que él ofreció su servicio, su empresa, con certificado de depósito sólo con que muestres el pasaporte, sin ninguna otra pregunta prometió canalizar el dinero offshore, es decir a partir de las islas en el Caribe con sus leyes secretas y cayeron muchos ricos de Carrasco, de Pocitos, de todos los que han acumulado fortunas en una forma cuestionable. Y también en Venezuela perdieron 10 mil de los más oligarcas, los más anti chavistas que para no pagar impuestos y evitar los controles de capitales canalizaron 3 mil millones de dólares entonces para evitar un impuesto del 10 por ciento pagándole al gobierno de Chávez, perdieron el ciento por ciento en la estafa de Stanford
Debe aprender la oligarquía que sus ilusiones sobre el capitalismo anglo-sajón es una gran estafa y perdieron fortunas enteras.
Lo que hay que ver es que también Stanford tenía sucursal en México y es sospechado de lavar dinero para los carteles allá y también tenía sucursal en Medellín, el gran centro de los narco capitalistas.
Entonces podríamos decir que si con la crisis se caen los estafadores, con la caída de los estafadores caen muchos de los oligarcas evasionistas de impuestos entonces como decía irónicamente, la crisis está golpeando a las oligarquías en América Latina, a partir de sus actos ilegales con los más grandes peces de ellos los grandes estafadores.
Chury: Petras, en realidad la visita de Hillary Clinton a Corea del Sur la puso en línea con lo que era la secretaria de estado anterior en torno a las declaraciones que hizo con respecto a Corea del Norte y algunas cosas más ¿no?
Petras: Sí, eso había que esperarlo, no es ninguna sorpresa. Lo que es más interesante en la visita de Asia, es algo del realismo del régimen reconociendo su tremenda dependencia de China, la búsqueda de apoyo económico de China. Como sabes, China es dueña de 1.6 trillones de bonos del Tesoro norteamericano y si China empieza a vender o a no comprar los bonos del Tesoro, la devaluación del dólar va a ser tremenda, va a acelerar la quiebra total, digo total, de la economía. Entonces fue allá con una política muy conciliadora con China. Dejó la demagogia sobre derechos humanos y toda la politiquería del pasado. No porque China no viola los derechos humanos, eso es cierto, más que nada de los obreros. Pero los EE.UU. nunca tuvieron la autoridad moral por tantas masacres que ha cometido de presentar a China con una lista de violaciones. Pero en este caso la señora Clinton declaró la importancia de coordinar las políticas económicas con China y dejar la postura confrontacional que tenía durante un período la política de Bush. En ese sentido sigue la línea de Paulson de alguna forma de enganchar la economía norteamericana más cerca a la dinámica de los chinos. Pero aparentemente China también tiene sus problemas: se están cayendo mucho las exportaciones, más del 20 % y mayor aun las importaciones que cayeron un 40 % en el último bimestre entonces China no está en condiciones de seguir siendo la reserva económica para EE.UU. No es que va a vender los bonos pero obviamente el excedente de China va a bajar a tal grado que no creo que vaya a tener tanto exceso como espera EE.UU. para refinanciar los déficits fiscales de Estados Unidos.
Chury: Petras, en Israel es Netanyahu, el hombre crecido en EE.UU. quien seguramente va a conducir el gobierno ¿si?
Petras: Si, es un factor muy inestable para el Medio Oriente por sus amenazas de atacar Irán y eso podría ser la última clave en el rumbo de la política para Medio Oriente de los EE.UU. Lo que me causa risa es cómo la prensa tanto en Uruguay como en el mundo habla de Netanyahu como conservador. Es abiertamente racista, un político guerrerista, masacrador, no es conservador, no quiere conservar nada. Es un ultra derechista con tintes fascistas y en coalición con Liberman, que es abiertamente fascista, quiere expulsar a millones de palestinos, no quiere reconocer los mínimos derechos internacionales, nacionales, incluso violando las mismas leyes israelitas entonces hablar de Netanyahu-Liberman como una coalición conservadora o si quieres, derechista, es subestimar el extremismo que está pasando Israel y no digo simplemente en la cúpula porque muchos izquierdistas quieren hablar de la cúpula israelita como la derecha pero es toda la sociedad, el 80 % o más, el 90 % del público de Israel apoyó el genocidio en Gaza, más que la gran mayoría de judíos apoya la política de esta coalición de la ultra derecha entonces está implicado el pueblo judío de Israel con los líderes en esta política que pone en peligro toda la estabilidad mundial tanto en el Medio Oriente como en otras partes.
Las campañas publicitarias especialmente en los medios, esconden el hecho de que la gran mayoría de los pueblos de Europa, América Latina, África y Asia, ven a Israel como el principal peligro a la paz. A eso los sionistas en todas partes, incluso en Uruguay, lo caracterizan como antisemitismo. Reconocer el militarismo de Israel y tacharlos como militaristas y amenazas, ahora según los sionistas es antisemitismo.
Han abusado tanto de la frase antisemita que mucha gente lo toma como una medalla de honor porque indica que alguien está levantando la mano contra el terrorismo israelita. No tiene el mismo impacto que hace 4 años cuando yo empecé con alguna otra gente poniendo énfasis sobre el peligro en la quinta columna sionista como instrumento del estado de Israel. Ahora hay mucha más gente en todas partes del mundo atacando a Israel sin miedo, sin sentido de culpa. Hay incluso sectores minoritarios pero importantes de judíos; personalidades como Eric Husband, el fallido dramaturgo Winter, y otros que atacan abiertamente a Israel y entre ellos a los sionistas en sus países. Y creo que el extremismo que ha pasado Israel y sus seguidores, el ciego apoyo a todos los crímenes de Israel, ha desprestigiado a muchos judíos que antes podían usar su riqueza, su influencia etc. para propagandear para Israel y ya no tienen carta blanca para hacerlo y ya la acusación de antisemita no tiene el mismo peso.
Pero a pesar de eso tengo que decirte que se siguen multiplicando los casos donde los sionistas intervienen en varias profesiones, particularmente en las Universidades, para terminar contratos con académicos críticos a Israel. El macartismo sionista es muy fuerte, está muy bien financiado y muy metido en las purgas que hemos tenido en muchos lugares.
Chury: Bien Petras, te agradezco muchísimo todo este valioso análisis y nos reencontramos el lunes como siempre.
Petras: Sí, como siempre. Un abrazo a los caddis, los taxistas y los que están tomando vacaciones allá en ese país glorioso que se llama Uruguay.
Chury: Muy bien, muchas gracias. Un abrazo muy grande.

viernes, febrero 27, 2009

La CIA, en acción

El viernes 20 de febrero, una sorprendente denuncia del presidente Evo Morales, conmocionó a la población boliviana, aunque los medios de comunicación opuestos a su gobierno, prefirieron ignorar y no darle la importancia que se merecía.
Morales se encontraba en la región tropical de Cochabamba, conocida como El Chapare, desde donde denunció la infiltración de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), como parte de sus operativos para derrocar su gobierno.
“Lamentablemente, ha habido presencia de la CIA en YPFB y algunos de nuestros compañeros han sido atrapados por esa infiltración externa”, dijo Morales al referirse a los recientes acontecimientos que involucran a Santos Ramirez, uno sus más cercanos colaboradores dentro del gobierno y que es procesado por presunta corrupción.
Desde su llegada al gobierno, la embajada norteamericana, no descansa en su afán por terminar con el gobierno del primer indígena sudamericano que pretende ejecutar una política antiimperialista.
Hasta ahora, los organismos de inteligencia norteamericanos coaligados con la oposición política y los sectores gamonales de Bolivia, fracasaron primero en impedir la llegada de Morales al gobierno mediante el voto, luego, el propio embajador Philip Goldberg, se involucró en un golpe civil-militar y tras su expulsión, la CIA comenzó a actuar de manera más contundente.
El nombre de un primer sospechoso de ser agente al servicio del organismo norteamericano, salió como consecuencia del escándalo en YPFB. Se trata del exgerente Rodrigo Carrasco, a quien se ha identificado como un expolicía al servicio de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) y luego del Centro de Operaciones Policiales Especiales (COPES), otro organismo financiado por la embajada norteamericana.
Las investigaciones de los organismos nacionales, permitirán que en poco tiempo se conozcan detalles sobre el accionar de la CIA en Bolivia, actividades que en anteriores ocasiones ya fueron descubiertas, incluso durante el gobierno del ultraderechista Hugo Banzer.
En esa ocasión, el italiano Marino Diodato, casado con una sobrina del dictador, pretendió congraciarse con Banzer y descubrió que en Palacio de Gobierno, existían más de 35 micrófonos encubiertos que permitían a la embajada tener detalles de cuanto se hablaba allí. Este incidente, provocó la ira norteamericana que terminó con el desprestigio del terrorista italiano y su final desaparición.

Dólares para conspirar

Hace poco, la abogada venezolana-estadounidense, Eva Golinger (1), estuvo en el Programa La Hojilla de VTV, donde mostró la forma cómo se utilizaron a organismos estadounidenses como la Fundación Nacional para la Democracia (NED) y la Agencia para El Desarrollo Internacional (USAID), además de otros, para organizar “programas de ayuda” y transferir fondos a organizaciones no gubernamentales y grupos de la oposición de Bolivia. Golinger aseguró que Estados Unidos, ha transferido más de 120 millones de dólares anuales a los opositores de Evo Morales.
Si esto es así, se puede explicar claramente la vehemencia empleada por todos los sectores opositores, tanto de políticos, como de organizaciones cívicas, medios de comunicación y hasta organismos sindicales, adecuadamente estipendiados por esos dineros.
Golinger, demostró cómo desde el año 2005, el aspirante presidencial, Evo Morales ya era una preocupación para Estados Unidos, razón por la que se entregaban 120 millones de dólares a organizaciones que eran parte del conflicto político nacional. Esos dineros llegaron abiertamente bajo el argumento de estar destinados a la lucha contra el narcotráfico. Eran las épocas en que Morales era tipificado como líder cocalero
En marzo de 2004, USAID abrió una “Oficina para las Iniciativas de Transición (OTI), presuntamente para reducir las tensiones en zonas de conflicto y apoyar con la preparación de los eventos electorales. En realidad, tales iniciativas estaban dirigidas a financiar y apoyar económicamente a los partidos de derecha que intentaban detener la llegada de Morales al gobierno.
USAID contrató a la empresa norteamericana, Casals & Associates Inc, para manejar los millones de dólares destinados a los opositores. Esta consultora es presidida por la cubana Beatriz C. Casals, ligada a la mafia de los denominados gusanos cubanos asentados en Miami.
Esta empresa es la encargada de repartir el dinero para la conspiración. Desde 2004, por lo menos 450 organizaciones trabajaron para combatir al actual gobierno, fueron financiadas a través de la Casals.
Golinger, acusó a USAID y su Oficina para Iniciativas de Transición de apoyar abiertamente a las regiones que impulsaron el separatismo de la denominada “media luna”, bajo el pretexto de “autonomía” y que en septiembre de 2008, conspiraron para derrocar a Morales y su gobierno indígena. En esa ocasión el propio embajador Goldberg, comandó a los comités cívicos y los prefectos rebeldes, pero tras fracasar, fue expulsado con ignominia del país.

Nuevo comandante opositor… La CIA

Philip Goldberg, fue enviado a Bolivia para trabajar en la división de Bolivia, tal como hizo con éxito en Yugoslavia, pero fracasó rotundamente, lo que le valió el repudio nacional y su salida del país, por la puerta de la expulsión.
La oposición quedó desarticulada, sin financiamiento y sin comandante que les guíe por la senda de la conspiración.
Pero eso es aparentemente cosa del pasado. Opositores y separatistas, parecen haber encontrado un nuevo comandante en la tenebrosa organización de espionaje que es la CIA y cuyo propósito es intervenir violentamente en cualquier parte del mundo o inmiscuirse en los asuntos internos de los países que intentan liberarse de la opresión estadounidense.
Para ese propósito, canaliza grandes cantidades de dinero para financiar la manipulación de las noticias, esparcir rumores, provocar revueltas y cambiar las razones de las protestas que en algunos casos pueden ser legítimas. La CIA no escatima gastos a la hora de “comprar” a quienes deseen venderse en los medios de comunicación o en las organizaciones sindicales y sociales.
Los agentes de la CIA han cambiado en cierto modo su forma de acción. En la actualidad, el agente sirve menos como fuente de información y es utilizado más como provocador de acciones políticas.(2)

Las hermanas de la CIA

La CIA no es aparentemente la única que está actuando en Bolivia. El Pentágono estadounidense, dispone de su propia agencia de información. Se trata de la Defense Intelligence Agency (DIA), el Departamento de Estado que tiene a la “Intelligence and Research Service, dedicada a las informaciones políticas y económicas. Y la National Security Agency (NSA), que según algunos es más importante que la propia CIA. (3).
En todo caso, la especialidad privativa de los “golpes bajos” o “golpes sucios” corre a cargo de la tenebrosa CIA, razón por la que siempre estuvo en medio de críticas y polémicas por su labor descarada. Siempre ha negado su participación en los golpes que prepara y comanda en base a su teoría de la “negación creíble”.
Como es costumbre, la Embajada ya salió a la luz pública negando todo. ¿Qué más podría hacer?.O¿Esperamos que confirme que sus espías efectivamente están trabajando como hormiguitas?.

Instrumento de los poderosos

La CIA es sin duda un organismo profundamente antidemocrático, que en todo caso es el instrumento represor de los intereses económicos más poderosos que el gobierno mismo de Estados Unidos. La CIA tiene su propio ejército, organizado bajo la protección del asesinado John Kennedy, se trata de los famosos Boinas Verdes. Fue Kenney, quien les asignó la misión de ser en América Latina y fuera de ella, los guardianes de los intereses norteamericanos y quien les proporcionó los medios para ejecutar esa misión. Por esta razón, “mientras existan intereses económicos basados en el imperialismo y la explotación de los autóctonos, será necesaria la CIA”. (4)
No debe extrañar, que después de los acontecimientos de septiembre y sobre todo, después de la masacre de Pando, los grupos que persisten en teorizar sobre la existencia de dos Bolivias, anuncien la reorganización del Conalde y persistan en aplicar sus propios “estatutos autonómicos” en franca provocación. No es raro que los grupos políticos, se hayan tornado nuevamente violentos y provocadores.
Tampoco debe extrañar la presencia de por lo menos mil cubanos, solo en la ciudad de Santa Cruz. Pero, no se trata de revolucionarios, se trata de cubanos que se desplazaron desde Miami, son los “gusanos cubanos” que están llegando para participar de los nuevos intentos de golpe para derrocar al actual gobierno.
Existe el financiamiento adecuado, hay suficiente dinero para impedir la aplicación de la nueva Constitución Política del Estado, pero sobre todo para impedir la reelección de Evo Morales, el próximo 6 de diciembre.
La CIA y sus hermanas se encuentran en acción, razón por la que el gobierno, no tiene el derecho a mantener en reserva, los nombres de quienes están involucrados. Evo Morales, anunció que dará a conocer los nombres de quienes están al servicio de organismos de inteligencia de Estados Unidos. Es hora de exigir, cumpla su palabra.

Notas:
1) Eva Golinger: EE.UU. ha transferido más de 120 millones de dólares anuales a oposición boliviana. Por Luigino Bracci Roa.

2) CIA: Del Servicio Secreto al gobierno invisible. Pilles Perrault.

3) Idem

4) Idem


Fortunato Esquivel
Argenpress

Posibilidades abiertas por la crisis del Foro Social Mundial - Sobre lo comunal y sobre el comunismo

1.En este breve texto solamente vamos a analizar una de las vías de mejora del socialismo y de la praxis revolucionaria abierta en el reciente Foro Social Mundial celebrado en Belém. Nos referimos al conjunto de debates celebrado en el área dedicada a la crisis de la civilización burguesa y a las cuestiones discutidas por las naciones y pueblos oprimidos, entre las que ahora queremos destacar lo relacionado con la actualización de lo que se oculta dentro de ese amplio mundo de lo común, lo comunal, lo colectivo y lo comunista. O sea, lo que fue propiedad colectiva de la comunidad, lo que fue propiedad común y ha terminado siendo propiedad privada de una minoría explotadora. O sea, la esencia del comunismo: el problema de la propiedad privada de las fuerzas productivas.
2. No es casualidad que tal problema volviera a plantearse en un área que, en apariencia, tiene poco o nada que ver con los sesudos debates académicos de la casta intelectual eurocéntrica sobre la “viabilidad del comunismo”. ¿Qué cosas nuevas y mejores podíamos decir los grupos asistentes cuando era sabido que la inmensa mayoría pertenecíamos a naciones oprimidas, sin Estados ni “tradición teórica”, e incluso muchos de ellos pertenecían a pueblos originarios cuyas lenguas y culturas orales apenas han empezado a ser pasadas a la cultura escrita? ¿Qué podíamos añadir ahora cuando en los foros anteriores apenas se había dedicado algún segundo, y con suerte, a oír las opiniones de los pueblos oprimidos? Pero antes de responder a estas y otras preguntas tenemos que explicar un poco la historia del FSM, su trayectoria, sus debilidades internas y, pese a esto, lo que podemos hacer las naciones oprimidas en su interior.

3. Si vamos a la hemeroteca y releemos muchos textos escritos al comienzo no sólo del FSM sino también de lo que palpitaba en los inicios de las diversas reuniones internacionales que empezaron a realizarse entre diversas fuerzas hace una década, vemos que ya desde ese mismo instante surgieron, como mínimo y sin extendernos ahora, dos corrientes diferenciadas que aceptando la importancia de actuar dentro del torbellino de foros y foritos, mantenían posturas totalmente enfrentadas sobre qué se podía hacer, por qué, para qué y cómo hacerlo.

4. Una decía que los foros y en especial el FSM era la nueva y definitiva forma organizativa mundial por fin descubierta que iba a resolver todos los problemas pendientes, sin necesidad de volver a la derrotada y fracasada “teoría leninista de la organización”. Otra decía que si bien los foros y el FSM expresaban una realidad innegable surgida de la incapacidad del capitalismo mundial para resolver las crisis que ya se agudizaban entonces, sin embargo estos foritos y foros corrían el peligro de caer en las manos del reformismo duro, de la tercera vía, de la socialdemocracia interesada por controlar y manipular esta dinámica para sus propios intereses. Por tanto, decía esta segunda visión, había que trabajar en su interior -pero también en su exterior- para impulsar sus contenidos revolucionarios, ayudar en su organización y en el proceso colectivo de crear alternativas radicales al capitalismo.

5. Desde luego que estamos simplificando al máximo las posturas enfrentadas; que existían muchas otras alternativas intermedias que mezclaban partes de las dos extremas presentadas aquí. También es cierto que, desde un principio, hubo fuerzas revolucionarias que rechazaron toda implicación en los foros y foritos, insistiendo en la necesidad de denunciar sus contenidos reformistas y la imposibilidad de cambiar desde dentro sus tendencias fuertes. Es igualmente cierto que durante bastante tiempo, la postura dominante fue la primera que hemos resumido, y precisamente en su forma menos inquietante para un capitalismo que a comienzos del siglo XXI podía ocultar con suma eficacia sus contradicciones internas en medio de una serie creciente de modas ideológicas conservadoras y reaccionarias.

6. Las grandes manifestaciones de masas contra la inhumana agresión imperialista a Iraq, muchas de ellas, la mayoría, realizadas de alguna forma alrededor del mito inflado de la capacidad de movilización activa del FSM, esta demostración relativa y pasajera de fuerza sirvió en gran medida para reforzar el poder interno de la postura dominante en el Foro Social Mundial. Los enfrentamientos con las fuerzas represivas en Génova y el asesinato del joven Giuliano, así otros enfrentamientos en otros actos de rechazo a las reuniones imperialistas, indicaban la existencia de un malestar social apreciable. Pero como sucede cuando el malestar social carece de vertebración organizativa interna, bien pronto la interacción de cuatro factores acabó por debilitar su potencia. Éstos fueron: una, la criminalización represiva burguesa; otra, la acción interna de la socialdemocracia y del reformismo blando para asegurar su poder en los órganos directores; tres, la deriva hacia posturas de reformismo duro al “realismo político” y al rechazo de toda autodefensa de las manifestaciones, y cuatro, la incapacidad última de las izquierdas revolucionarias para llegar a unos puntos mínimos de unidad dentro de los foros, pese a las reuniones habidas.

7. Aunque la crisis de fondo del capitalismo a comienzos del siglo XXI era una realidad, como hemos dicho, empero el creciente impacto propagandístico del mitos como “la nueva economía”, la “economía intangible y del conocimiento”, etc., así como la muy rápida financiarización del capitalismo mundial abriendo una fase espuria de crecimiento envenenado que llegó al cenit a finales de 2006 para sufrir su primera crisis mundial -había habido otras regionales con anterioridad- en verano de 2007, este impacto propagandístico facilitó también a las posturas dominantes en el FSM que divagaban sobre una supuesta “sociedad civil mundial” enfrentada por medios pacíficos y parlamentarios a una “globalización” nacida a raíz de un supuesto cambio cualitativo en el capitalismo que había superado su fase histórica de crisis sistémicas y había entrado en una dinámica autorreguladora que iría siendo permeable a las peticiones democráticas de la “ciudadanía mundial”.

8. En estas condiciones, el grueso de las reuniones del FSM se caracterizaron por marginar solapada o abiertamente a cinco grandes bloques sociales que no encontraban apenas o nada, bajo ninguna forma, una representación suficiente en los foros, y menos todavía un medio de coordinación de acciones de resistencia mundial al imperialismo. Y varios de ellos siguen sin encontrarlo. Fueron y son los siguientes: uno, la ausencia casi completa de las organizaciones y representantes de las luchas de África, Asia, Oceanía y de grandes áreas de los EEUU y de Canadá. Es decir, de extensas zonas de planeta en las que se libran soterradas luchas que serán decisivas en las décadas que se avecinan. Un fundamental papel juegan aquí los cientos de millones de campesinas y campesinos, de trabajadores mixtos que simultaneas el campo con el trabajo asalariado, de los cientos de millones de asalariados precarizados y explotados hasta lo inhumano que malviven en las inmensas conurbaciones de estas áreas, etc.

9. Un segundo bloque ausente es el de los movimientos denominados “indigenistas”, de los pueblos y naciones originarias, autóctonas o aborígenes, que han resistido de algún modo las agresiones capitalistas y eurocéntricas desde finales del siglo XV en adelante, especialmente en Amerindia. Inicialmente se volcaron en los foros, pero se decepcionaron pronto debido al paternalismo despectivo inherente al eurocentrismo dominante en el FSM, a su palabrería impotente y a su pasividad ante el incontenible ataque a sus condiciones de vida, a sus reservas naturales y a sus culturas, ataque realizado por transnacionales capitalistas con el consentimiento activo o pasivo de los gobiernos “progresistas” que apoyaban oficialmente al FSM.

10. Un tercero era y es el bloque compuesto por las naciones oprimidas dentro del imperialismo, ya que la posición dominante en el FSM se caracterizaba por un disimulado o público nacionalismo de los grandes Estados imperialistas, llegándose a lo insoportable en el caso de los Estados español y francés. El nacionalismo español ha hecho lo imposible por dinamitar la presencia de las naciones que oprime, por denigrar en el FSM sus reivindicaciones y, a la vez, por ocultar la realidad antidemocrática de la constitución del reino de España. No hace falta decir que el nacionalismo español ha tenido la ayuda del nacionalismo del resto de las fuerzas estatalistas europeas presentes en el FSM.

11. Un cuarto bloque ausente es el de las clases trabajadoras del capitalismo imperialista y sobre todos sus fracciones más explotadas, las formadas por las mujeres, las y los emigrantes, la juventud precarizada, el paro estructural, etc. En los foros era y es muy difícil encontrar a organizaciones asentadas en estas capas del proletariado del capitalismo imperialista, y era aún más difícil, por no decir imposible, elaborar alternativas prácticas de lucha. Mientras que, al contrario, abundan toda serie de grupitos y o­nGs que van a los foros en primer lugar para sacar dinero, en segundo lugar para cumplir los proyectos por los que cobran las subvenciones que les mantienen con vida y que vienen del poder político y económico, y en tercer lugar, para conocer países diferentes, es decir, de turismo subvencionado.

12. Un quinto y último bloque ausente es el de las organizaciones que se niegan a caer en la trampa del pacifismo, en el agujero negro del institucionalismo burgués, a renegar de un derecho humano elemental como es el derecho a la autodefensa, y cedérselo en exclusiva a las clases explotadoras para que lo tergiversen y lo apliquen en forma de “monopolio de la violencia” contra la humanidad trabajadora. Sin entrar ahora al debate sobre su el pacifismo confeso de la corriente dominante en el FSM es válido o no en el capitalismo imperialista, sí se puede decir que no es de recibo exigir al resto de movimientos, organizaciones y colectivos que actúan en el planeta entero que admitan como principio apodíctico, incuestionable y excluyente ese dogma pacifista que la corriente dominante en el FSM aplica en la capitalismo imperialista.

13. Los cinco bloques aquí citados, que se han reducido en parte en este último Foro al haberse desarrollado un área de debate en el que han participado muchas naciones oprimidas que antes no podían hacerlo o encontraban muchas dificultades, muestran no sólo las limitaciones geográficas del FSM, sino también sus límites políticos y sociales marcados tanto por su eurocentrismo como por el reformismo de la corriente que domina el su seno. Además de esto, lo grave también es que estas ausencias tan escandalosas debilitan la fuerza de las corrientes revolucionarias en el seno del FSM y refuerzan las tesis de la “ciudadanía global”, de la política entendida como “conjunto de demandas de la sociedad civil”, cuando no como espectáculo parlamentario.

14. Ahora bien, el FSM es sólo una parte de la totalidad de fuerzas políticas que existen en el mundo, y al igual que el resto también está sometido a las fases de auge y retroceso de la lucha de clases mundial, de las crisis económicas parciales que van confluyendo en una crisis sistémica, etc. Tenemos que tener en cuenta el cambio de fase global que se ha acelerado en la última década para comprender por qué se han agudizado las contradicciones dentro del FSM hasta aparecer varias posturas diferentes que muy probablemente se agudicen según aumente la crisis capitalista mundial y con ella aumenten las luchas antiimperialistas de todo tipo, presionando así desde fuera y desde dentro del FSM.

15. Es todavía pronto para hacer una descripción rigurosa de los debates que tenderán a agudizarse dentro del FSM. En la medida en que aumenten las luchas y en que las masas explotadas se autoorganicen y apoyen a las organizaciones revolucionarias, elaborando mutuamente programas concretos, en esta medida los foros y foritos, el FSM, etc., serán presionados desde dentro y desde fuera; pero en la medida en que, como reacción contraria, la corriente reformista ahora dominante multiplique sus malas artes manipuladoras, sus manejos por la espalda y sus poder burocrático, en esta medida opuesta las tensiones pueden agravarse. De cualquier modo, será la interacción entre la lucha exterior y la lucha interior la que nos indique el camino de las peleas en el FSM.

16. De lo que sí podemos hablar ya es de la razón que explica por qué se ha creado por fin un área específica de debate entre las naciones y pueblos oprimidos, por qué es ahora cuando el nacionalismo estatalista eurocéntrico e imperialista ha tenido que plegarse a una exigencia democrática tan incuestionable y obvia como ésta. La fracción dominante en el FSM no ha tenido más remedio que plegarse ante una tendencia en aumento: son los pueblos oprimidos por el imperialismo mundial, con o sin Estado propio, los que llevan sobre sus espaldas el peso mayor de la emancipación de la humanidad trabajadora. Seguir negándolo u ocultándolo carece ya de sentido. Si el FSM quiere hacer honor a su nombre ha de analizar la dinámica mundial de la lucha contra el imperialismo y, al hacerlo, se topa con la dialéctica entre liberación nacional, liberación de clase, antipatriarcal, ecologista y medioambiental. No ha tenido otra alternativa.

17. Los grupos y organizaciones, y hasta personas a título individual, que han asistido y participado en el área de análisis de la crisis de la civilización burguesa, están orgullosos por haber logrado, al fin, esta área o carpa oficial de debate, y poder reflexionar sobre múltiples cuestiones, destacando de entre ellas algunas decisivas para su futuro como veremos. Además, entienden que esta conquista es el producto de los años dedicados dentro del Foro a impedir la invisibilización de su problemática, en primer lugar, y luego y fundamentalmente, a conseguir abrir un debate permanente y oficial en el FSM. Conocen las dificultades que han tenido que ir superando dentro y fuera, y son conscientes de que esta conquista no está asegurada definitivamente porque el nacionalismo estatalista e imperialista eurocéntrico no se resiste a perder su influencia en el FSM.

18. El enmarque conceptual que daba sentido y significado a las áreas fundamentales de debate era el de la denominada “Crisis de Civilización”. Hay tantas definiciones de “civilización” como se desee, aunque aquí utilizaremos aquella que la entiende como la síntesis social de un modo de producción. Quiere esto decir que no existe una “civilización cristiana” en el sentido estricto, por ejemplo, sino que diversas formas sucesivas de cristianismo se van adaptando a las civilizaciones tributarias, esclavistas, feudal y burguesa o capitalista, sin mayores precisiones ahora. Lo decisivo por tanto no es el cristianismo, una mera ideología que las clases dominantes modifican según sus necesidades bajo las presiones objetivas de las transiciones de un modo de producción a otro, sino que lo decisivo a la hora de definir las civilizaciones son las características esenciales de cada modo de producción.

19. Un ejemplo de esto lo tenemos en el debate sobre el boicot al Estado terrorista de Israel que se celebró en esa carpa o área oficial del FSM. Si definimos la civilización según el idealismo y la metafísica creemos que la actual Israel es la continuidad de una “civilización” que giraba alrededor de los “textos sagrados” antiguos y que ha impregnado de manera indeleble a la “civilización occidental” al fusionarse con la “civilización greco-romana” y con un cristianismo abstracto y a-histórico, dando así cuerpo a la “civilización” por excelencia. Pero si aplicamos el criterio materialista vemos que Israel el una potencia terrorista mantenida por el imperialismo norteamericano y europeo para asegurar su control en una zona geoestratégica para el capitalismo.

20. La civilización burguesa ha integrado aquellos componentes reaccionarios de la tradición del pueblo hebreo, de lo que muy tardíamente se definió como “civilización griega” y de las partes conservadoras del cristianismo. Ha integrado, ha subsumido estos componentes dentro de la lógica mercantil y de la acumulación de capital tal cual se generó en la Europa de los siglos XVI-XVII. Luego, en la medida en que la acumulación necesitaba expandirse y reforzarse, integró de diversas formas en su síntesis social a otros componentes ideológicos precapitalistas, como el budismo, el islamismo y, por no extendernos, hasta restos de las ideologías político-religiosas de otras culturas que habían pertenecido en su tiempo a civilizaciones precapitalistas y hasta preclasistas no eurocéntricas, como algunas andinas y mesoamericanas, etc.

21. En la medida en que el capitalismo arrasa al mundo impelido por su ciega necesidad de acumulación ampliada, debe destruir otros modos de producción anteriores y sus civilizaciones respectivas, y debe en algunos casos absorber partes de sus restos para facilitar su propia dinámica expansiva. La civilización del capital, la síntesis social burguesa está por tanto en permanente destrucción y a la vez en permanente absorción. Pero cuando la acumulación entra en crisis sistémica, como ahora, entonces su capacidad destructora y a la vez de autorefuerzo también entra en crisis. Dicho muy brevemente, según sea la gravedad de la crisis de acumulación será la gravedad de la crisis de civilización, aunque ésta segunda tiene una autonomía relativa bastante considerable que le permite resistir mucho más tiempo una vez que ha infectado la subjetividad social.

22. La civilización burguesa es la primera que ha llevado al máximo la destrucción de lo colectivo, de lo comunal, para facilitar así la producción generalizada de mercancías, de valores de cambio. Las civilizaciones anteriores mantenían en diversos niveles más o menos espacios comunales en lo material y en lo simbólico, y es en este sentido crucial que el modo capitalista de producción no ha querido en modo alguno integrar en su síntesis social ningún resto de lo comunal, intentando desesperadamente destruirlos todos hasta la raíz. La obsesión represiva del Vaticano contra la Teología de la Liberación, por ejemplo, nace del hecho de que ésta Teología ha intentado recuperar los muy debilitados restos comunalistas supervivientes a la expurgación represora realizada por el cristianismo paulino, como lo hicieron otros movimientos heréticos, milenaristas y redentoristas anteriores.

23. Bien mirada, la globalización no es otra cosa que la destrucción masiva de los pocos espacios de propiedad comunal y colectiva, estatal en los países que se llamaron “socialistas”, además de otras formas de propiedad privada precapitalista, que resistían mal que bien a la expansión de la propiedad burguesa a escala mundial. Desde esta visión radical porque va a la raíz, el derecho de autodeterminación de los pueblos es su derecho a recuperarse a sí mismos como propietarios-de-sí, a recuperar lo que es suyo, lo que le es común a ellos. El debate sobre globalización y autodeterminación realizado en la carpa dejó claro que, en el fondo, lo que estaba en cuestión era si el imperialismo y el nacionalismo opresor aceptaban que los pueblos deben y pueden ser propietarios de sí mismos, soberanos e independientes, o propiedad de los Estados opresores, imperialistas.

24. No debe resultarnos sorprendente que un debate crítico sobre la globalización y un debate constructivo sobre el derecho de autodeterminación en el capitalismo actual llevara, al poco tiempo, a otro debate sobre qué instituciones internacionales alternativas a las actuales necesitan los pueblos y naciones oprimidas para defenderse del imperialismo. ¿Pueden servir aparatos creados por los EEUU como el FMI y el Banco Mundial, el fenecido GATT reavivado en OMC, u otros muchos no tan conocidos o incluso desconocidos para la inmensa mayoría de la humanidad, pero decisivos para la explotación capitalista? Mientras que el reformismo duro, la tercera vía y otras opciones que buscan desarrollar lo “bueno” del capitalismo superando lo “malo”, sólo plantear cambios de maquillaje de estos aparatos imperialistas, por el contrario, la totalidad de las organizaciones asistentes daban por hecho la urgencia de avanzar hacia otras instituciones internacionales muy diferentes, aunque no se concretó mucho en esta cuestión porque justo se había iniciado el debate al respecto.

25. Otro ejemplo lo tenemos en los debates sobre la muy compleja relación entre tierra, territorio e identidad, en la que intervinieron colectivos de diversos continentes. Se trata, obviamente, de una cuestión básica para toda nación, pueblo, etnia, tribu, comunidad o grupo oprimido, carente de Estado propio y sujeto a los mandatos exteriores, ocupantes. Abrir un debate internacional sobre estas cuestiones ha sido y es un éxito crucial porque la perdedora fue la concepción estatalista inherente al capitalismo y su ideología eurocéntrica. Al margen de las diferencias inevitables entre las tesis expuestas, lo que les unía e identificaba era el rechazo radical del capitalismo y la defensa radical de los pueblos y naciones, de otro concepto de tierra y de territorio incompatible con la mercanlización, y una defensa de las identidades colectivas como exigencia democrática indubitable.

26. Muy en resumen, cada modo de producción define de una manera adecuada a sus formas de reproducción qué es el territorio, qué es la tierra, qué es la identidad y qué relaciones se establecen entre estos tres componentes, y entre otros más. Para las tribus nómadas, para las denominadas “naciones móviles”, el territorio y la tierra tiene un sentido diferente que para las sociedades sedentarias, agrícolas y de ganadería estabulada; y otro tanto sucede con el criterio de identidad común del grupo. Para la sociedad tributaria y su variante incaica, el territorio, la tierra y la identidad giran alrededor de la propiedad real y de los restos de la común, todo ello simbolizado materialmente en el templo, en el palacio. En el modo germánico la tierra común también compite con los repartos de su uso privado. Incluso en las sociedades esclavistas y feudales europeas subsisten restos más o menos amplios de tierra y territorio común, y las identidades reflejan las contradicciones entre lo común y la creciente propiedad privada.

27. Lo que caracteriza a estos modos de producción es que mantienen zonas comunales, propiedades colectivas de usos y repartos muy diversos, o mixtas entre la propiedad común y la propiedad sacerdotal o real, o incluso, más tarde, de propiedad privada de las castas comerciales y militares que empiezan a crecer en estrecha unión con las familias reales. Se trata de un largo proceso histórico que no se desarrolló de forma pacífica, lineal y mecánica, sino cargado de tensiones y conflictos que han dejado su huella en la historia cultural humana, y que tuvo altibajos y hasta recuperaciones de lo comunal por el pueblo. Sin embargo, el capitalismo, como hemos dicho, arrasa con todo ello. El capitalismo necesita reducir a las clases trabajadoras y a los pueblos a simple fuerza de trabajo expropiada de cualquier recurso económico que les permita poder vivir sin venderse por un salario.

28. Los problemas del territorio, de la tierra y de la defensa de las identidades estuvieron siempre presentes por lo bajo, y a viva voz con mucha frecuencia, cuando el día siguiente se avanzó por pura lógica al debate sobre el Estado. De entre los colectivos asistentes, solo una muy reducida minoría rechazó explícitamente la necesidad de que las naciones oprimidas creasen su propio Estado, aduciendo razones más mitológicas y románticas que históricas, político-económicas y culturales. También hubo una postura desde el público que si bien no rechazaba la necesidad del Estado sí insistía en que éste ha de ser un simple instrumento táctico y temporal, porque lo definitivo es superar históricamente este instrumento de dominación. En cuanto al bloque masivamente mayoritario, una postura defendía la creación de Estados plurinacionales en las Américas, y otra la necesidad de Estados nacionales unitarios; pero las diferencias, al menos en el debate, fueron secundarias ya que lo que les unía, la necesidad del Estado, no era cuestionado.

29. Especial mención hay que hacer de un momento de la discusión colectiva en el que tanto desde asistentes en el panel como desde el público se respondió casi de forma unánime a una intervención desde el panel en la que se defendía de manera algo imprecisa y confusa la necesidad de lo que en Europa se define como “interculturalidad”, como “mestizaje cultural e identitario”. La tesis del “mestizaje cultural”, expuesta desde los criterios de la progresía eurocéntrica, fue criticada sin compasión por la mayoría de las respuestas, excepto por una sola. Para la mayoría de las respuestas, lo decisivo y urgente es no sólo defender las identidades de los pueblos amenazados de extinción sino, precisamente por ello, recuperarlas y adecuarlas a las nuevas situaciones para combatir más eficazmente el uniformismo capitalista.

30. Intervenciones posteriores sentaron las bases para consensuar las diferencias. Sostenían que el Foro Social es Mundial, y que por tanto debe desarrollar una visión mundial en la que lo común a los pueblos oprimidos integre y supere a lo específico a cada uno de ellos, sin anularlo, y que por tanto debe respetarse el derecho de cada pueblo a decidir si quiere un Estado único o uno plurinacional, según las circunstancias concretas. También se llegó a una especie de síntesis sobre lo que une e identifica en lo básico a las reivindicaciones del los pueblos y naciones sin Estado, oprimidas por otras potencias: 1) La defensa de la propiedad comunal, de lo colectivo sea material o simbólico, como exigencia y necesidad del los pueblos; 2) La defensa de sus complejos lingüístico-culturales, de sus referentes identitarios y de sus memorias comunes, impidiendo su destrucción, su mercantilización capitalista y su desnaturalización por la dictadura lingüístico-cultural y tecnocientífica imperialista; y 3) El derecho a la autodefensa de los pueblos, a las formas de resistencia que cada uno de ellos decida practicar ante las agresiones invasoras.

31. Dentro de este panorama general de debate abierto y constructivo, se profundizó en la unidad entre la lucha de clases y la lucha por la independencia de las naciones a las que se les niega el derecho a disponer de su Estado propio, al margen de la forma que quieran darle, de sus relaciones con otros Estados, sean plurinacionales para integrar culturas, etnias y pueblos diferentes pero unidos en el mismo proyecto histórico, o sean uninacionales. La unidad dialéctica entre lucha de clases y lucha nacional se constató en la certidumbre teórica de que el capitalismo es el enemigo mortal de los pueblos y naciones, de etnias y culturas aborígenes que ven cómo el “progreso” destroza sus tierras, sus territorios y sus identidades.

32. Por falta de tiempo, no pudieron concluirse los debates muy interesantes sobre la valía para la lucha socialista del concepto de “Buen Vivir” que tienen naciones y pueblos andinos, y que consiste en una serie de normas de comportamiento interno al colectivo, externo hacia la naturaleza, y externo respecto a otros colectivos. En realidad, las distintas exposiciones trataron sobre problemas candentes que superan al concepto de “Buen Vivir” expuesto por dos colectivos originarios, aunque por lo allí oído no tenían por qué cuestionar sus bases de fondo: respeto a la propiedad colectiva, respeto a la naturaleza como totalidad y respeto a los pueblos. Fue una pena que no se pudiera acabar este debate porque el tema del “Buen Vivir” se inscribe de lleno en las formas sociales de lo que podemos definir como “modo de producción asiático”, o “incaico” o, sin precisiones ahora, “tributario”.

33. El debate que no pudo realizarse, aunque se rozó una y otra vez, trata sobre cómo utilizar lo bueno que conserva el “Buen Vivir” dentro de la construcción de una sociedad socialista en la que la propiedad colectiva sea la base sobre la que se yergue o el centro alrededor del cual gira la sociedad en su conjunto. Sin embargo, surgieron en las pocas intervenciones que pudieron hacerse advertencias muy claras sobre las precauciones que se deben tomar en el momento de intentar aplicar el “Buen Vivir”, tal como lo definieron los dos colectivos allí presentes, con sus diferencias de matiz entre ellos, a las condiciones capitalistas. Por ejemplo, a las barriadas, fabelas y bidonvilles que crecen en las conurbaciones de muchos países empobrecidos y explotados por el imperialismo. Por ejemplo, cómo relacionar las formas comunitarias de relaciones sociales andinas a las formas comunitarias en las luchas obreras y vecinales, en las “ollas colectivas”, en los movimientos populares y sociales, en cualquier lucha autoorganizada, etc.

34. Muy interesante por lo que sacó a la luz, fue también el breve encontronazo sobre la nueva ideología reformista del decrecimiento como alternativa a la crisis ecológica, medioambiental y alimentaria, y las tesis críticas de la respuesta a esta intervención, según la cual el decrecimiento no toca los problemas decisivos y estructurales, los que se refieren a la propiedad de las fuerzas productivas. No dio tiempo a profundizar en esta cuestión que va a ir en aumento porque la ideología del decrecimiento es muy útil en estos momentos a determinados reformismos interesados en desviar el debate y la acción sobre la propiedad pública o privada de las fuerzas productivas, de las fábricas, de las tierras, bosques y desiertos, de los océanos y de los vientos, para reducirlo a mera palabrería sustentada en datos ciertos pero desconectados y separados de toda contextualización social e histórica.

35. En definitiva, lo que ocurrió en estos y otros debates derivados fue que, tal vez sin quererlo por la mayoría de los asistentes, reapareció en viejo choque entre, por un lado, la visión marxista de la historia abierta, dialéctica y concreta, que depende de los resultados de las luchas, y por el lado opuesto, la historia mecánica, cerrada y abstracta, eurocéntrica -y “rusocéntrica” en su tiempo- que quiso imponer un solo modelo de acción a todos los pueblos del mundo. O en otras palabras, un fantasma llamado Mariategi estaba más vivo que nunca recorriendo la carpa de debates sobre la crisis de la civilización burguesa, aunque la mayoría de las personas asistentes no lo supieran. Parafraseando al Marx del primer volumen de El Capital: “No lo saben, pero recuperan a Mariategi”.

36. Como se aprecia, dentro del FSM se ha producido una especie de “anomalía” que ha abierto la posibilidad de vías de avance revolucionario no deseadas por el grupo dominante. Es cierto que se trata del primer paso, que éste puede quedarse reducido a un peligroso síntoma controlado por la efectividad burocrática interna, que incluso aunque supere estos y otros obstáculos este paso inicial tampoco tiene asegurado su futuro porque todavía carece de suficiente experiencia y solidez interna, corriendo el riesgo de la disgregación. Todo esto es cierto. Pero el que se haya debatido de una forma tan directa sobre el proceso histórico que va desde lo comunal en las sociedades preclasistas y precapitalistas hasta el comunismo postcapitalista, desde una visión radicalmente enfrentada al imperialismo y recuperando reflexiones clásicas de lo que podríamos definir como el marxismo dialéctico, esta experiencia es ya en sí misma un avance enorme.

37. Correspondería luego a cada clase explotada, a cada nación oprimida, a cada lucha de las mujeres, etc., debatir y aclarar qué pueden extraer de positivo para sus propias acciones de toda esta riqueza teórica que puede empezar a surgir si se estabiliza y se concreta este avance. La trasplantación mecánica de un debate tan general y básico como el realizado a las complejas diferencias que existen en la realidad mundial, este error, cometido frecuentemente en el pasado y en el presente, acarreará funestas consecuencias si vuelve a repetirse. Pero existe un error más dañino: el de despreciar las lecciones de la historia y seguir creyendo que el capitalismo imperialista ha dejado de ser la fiera irracional y asesina que siempre ha sido.

38. Aun así, queda mucho por hacer. Entre otras cosas lograr que el FSM se articule como un Foro de debates que culminen en una propuesta práctica de objetivos materiales que se presente a la humanidad trabajadora, con plazos y con sistema de valoración crítica y autocrítica. Son muchos los intereses políticos que se niegan a pasar de la interpretación a la transformación, pero todo indica que existen cada vez más condiciones para lograr que la transformación de la realidad pase a ser una urgencia asumida por cada vez más sectores críticos dentro del FSM y fuera de él. Pero el resultado de este conflicto no se decidirá en el interior de la cocina burocrática del FSM sino a partir de la marcha de las luchas revolucionarias, en primer lugar; de los efectos de éstas dentro del Foro en segundo lugar y, por último, gracias a los acuerdos entre fuerzas políticas de izquierda dentro y fuera del FSM para acelerar su transformación.

Iñaki Gil de San Vicente | Para Kaos en la Red

90º aniversario de la formación de la Tercera Internacional


Del 2 al 6 de marzo de 1919 se llevó a cabo el Primer Congreso de la Internacional Comunista o III Internacional. El estallido de la Revolución Rusa en octubre de 1917 había significado un punto de inflexión para la historia de los explotados a nivel mundial.
Los bolcheviques habían demostrado por la vía de los hechos que en esos momentos ellos eran los genuinos herederos de las tradiciones revolucionarias socialistas del siglo XIX.

Antecedentes

Marx y Engels habían comprendido a la lucha por el socialismo como sinónimo de la lucha internacional. Esto era debido al carácter cada vez más dominante de la economía mundial que moldeaba cada una de las economías nacionales a las necesidades del desarrollo del mercado mundial capitalista.
Una estrategia de lucha internacional era indispensable, de otra manera los revolucionarios caerían presa de las agresiones de los países capitalistas vecinos; la experiencia de la derrota de la Comuna de París, producto de la colaboración de las tropas alemanas con las francesas, lo demostraba.
No sólo eso, una revolución socialista sólo puede aspirar a consolidarse creando un sistema económico superior al capitalismo, partiendo de la base del intercambio mundial que el capitalismo ha llevado a sus últimas consecuencias. Marx y Engels no inventaron el internacionalismo, sino que aplicaron de manera consecuente las conclusiones que la lucha revolucionaria continental de 1848 les dejó. Las tendencias de organización internacional llevaron a la creación de la Primera Internacional, la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), en 1864 en Londres.
La vida de esta organización fue breve pero de vital importancia, ella permitió la difusión de las ideas socialistas entre los trabajadores organizados de Europa y los Estados Unidos. Dos fueron los factores que permitieron su desaparición; el primero fue el desgaste provocado por la polémica con los anarquistas de Bakunin, los cuales estaban preparando congresos al margen de la AIT con el objeto de autoproclamarse como la auténtica organización. En sí mismo este peligro hubiera sido superado de no ser porque la derrota de la Comuna de París en 1871 significó un periodo de profunda reacción en todo el continente. Disolver la AIT permitía proteger ante las futuras generaciones su verdadero significado y por el otro, dejar patente históricamente que la escisión anarquista no era en realidad más que una fracción que reclamaba el nombre de la vieja AIT.
Los hechos demostraron que Marx tenía razón, la AIT anarquista apenas subsistió penosamente en la forma de pequeñas sectas aventureristas sin ninguna representatividad. Mientras que los marxistas se avocaron a reconstruir el movimiento desde abajo, forjando partidos de masas.
Marx y Engels participaron políticamente en la creación de los partidos obreros de casi toda Europa, no obstante, en 1883 la muerte sorprendió al fundador del socialismo científico, no sin antes advertir sobre la necesidad de defender las conquistas teóricas del movimiento, su crítica al programa de Gotha es todo un testamento político de marxismo revolucionario.
Para 1889 el movimiento estaba lo suficientemente maduro para que se creara una nueva Internacional sobre la base de partidos de masas, especialmente europeos, pero con importantes grupos en Asia y América.

La génesis de la III Internacional

El partido dominante de la II Internacional era el alemán, prácticamente todos los nuevos grupos intentaban seguir el ejemplo teórico y organizativo de los alemanes. Uno de ellos fue el grupo ruso "Emancipación del Trabajo" dirigido por Jorge Plejanov e integrado tanto por ex -militantes del movimiento populista narodniki (cercano al anarquismo) como por jóvenes como Julius Martov y Vladimir Ilich Lenin, dirigentes de los grupos socialdemócratas de San Petesburgo.
Particularmente Lenin era un seguidor entusiasta de las enseñanzas de Karl Kautsky, el teórico del partido alemán; incluso Trotsky nunca dejó de expresar su admiración por las viejas figuras de la socialdemocracia alemana como August Bebel.
El desarrollo de la Segunda Internacional significó un inmenso paso adelante, dado que no sólo Rusia, sino todo el mundo se nutría de los nuevos grupos marxistas. Periódicamente se celebraban congresos internacionales que marcaban pautas programáticas y de lucha de los temas más importantes. Entre ellos la lucha contra el reformismo, la huelga general, la guerra, etc. No obstante en el seno de las organizaciones más importantes europeas se estaba verificando una especie de convivencia tácita entre las burocracias parlamentarias y sindicales con los distintos gobiernos burgueses, esto era particularmente evidente en Bélgica, Francia y Alemania.
Un periodo de auge económico de cerca de 20 años y un progresivo avance parlamentario hacía creer a muchos dirigentes de la II Internacional que las contradicciones fundamentales del capitalismo no eran deseables y que se podía luchar por mejoras a la clase obrera en los marcos del sistema. A la larga esta política provocó que muchos dirigentes de la II Internacional se convirtieran en defensores del sistema capitalista cuando la revolución pasó de ser un problema teórico a una lucha de vida o muerte.
Rosa Luxemburgo se dio cuenta de ello cuando enfrentó al reformismo alemán en los primeros años del siglo XX. La dirección de la socialdemocracia optó por fórmulas de compromiso en lugar de expulsar a los reformistas. Otro tanto sucedió cuando la huelga general revolucionaria apareció en la escena de la historia por medio de la revolución rusa de 1905; la dirección de la II Internacional aceptó la táctica de la huelga general deseando nunca tener que emplearla.
Los revolucionarios rusos, al no enfrentar directamente los debates internos no tenían una dimensión exacta del grado de descomposición al que se estaba llegando en la II Internacional. Cuando desde su exilio en Suiza, Lenin recibió la noticia de que el Partido Socialdemócrata Alemán había votado los créditos de guerra, supuso que se trataba de una mentira.

La guerra y la revolución Rusa

En 1912 el Congreso Extraordinario de la II Internacional en Basilea, decretó la guerra de clases como medio para enfrentar la guerra mundial, y la necesidad de impulsar la revolución social en caso de que la guerra estallase. No obstante cuando la guerra estalló, cada partido importante no dudó en apoyar los esfuerzos belicistas de las burguesías de sus propios países. La situación de los auténticos internacionalistas era de un aislamiento tremendo, no obstante no vacilaron en tratar de reorganizar las fuerzas revolucionarias.
En septiembre de 1915 se reúne una conferencia en Zimmerwald [1], de grupos opuestos a la guerra, la realidad es que dicha asamblea era de un carácter muy ambiguo, dado que-si bien participaban los grupos como los encabezados por Lenin, Trotsky y Rosa Luxemurgo-, en ella intervino una mayoría de organizaciones de un carácter más bien pacifista que revolucionario. Otra conferencia tuvo lugar en Keintal en abril del siguiente año pero sus acciones no pasaron de simples proclamas.
Para los auténticos revolucionarios las cosas parecían dificultarse, una ola de detenciones en 1916 en Rusia y Alemania inmovilizó a los cuadros más activos tanto de bolcheviques como de la izquierda de la socialdemocracia alemana. Solamente los grupos socialdemócratas de los Balcanes, cuya figura principal era Christian Rakovsky mantenían una febril actividad, la cual fue frenada cuando el propio Rakovsky fue detenido por el gobierno rumano.
El verdadero impulsor del surgimiento de la III Internacional fue el estallido revolucionario de febrero de 1917 en Rusia, que culminó con la toma del poder de la clase obrera rusa bajo la dirección del Partido Bolchevique, al cual se habían sumado revolucionarios de las diversas nacionalidades que vivían bajo la opresión del imperio zarista.
Las masas, empezando por las mujeres, se rebelaron y en un lapso de una semana hicieron derrumbarse como un castillo de naipes al viejo impero de los zares. Si se revisa la Revolución Rusa de 1917 es fundamentalmente igual a cualquier otra revolución de los siglos XVIII al XX; las masas se alzan y derriban al antiguo régimen dejando en el poder a elementos titubeantes cuyo mayor deseo es que el tiempo pase y las aguas vuelvan a su cauce. Su esperanza es que cuando eso suceda puedan ser recordados por los dueños del poder económico y político como "los salvadores de la patria ante el caos revolucionario".
La razón de que los aventureros y oportunistas de toda calaña aprovechan las primeras etapas de la revolución para montarse en ella y descarrilarla es la ausencia se una firme dirección revolucionaria, organizada y preparada para acompañar a las masas en su camino a la revolución social. Las masas lo único que necesitan es que una organización demuestre en los hechos que la transformación social es una tarea inmediata y que esa organización prepare seriamente los medios para neutralizar a la contrarrevolución.
En Rusia, esa organización era el Partido Bolchevique, que en su lucha contra el zarismo había forjado cuadros revolucionarios de talla universal; no sólo Lenin y Trotsky, sus indiscutibles líderes, sino también Rakovsky, Zinoviev, Kamenev, Smilga, Smirnov, Bujarin, Piakatov, Preobrajenski, entre otros muchos.
Los bolcheviques, firmes seguidores de las ideas de Marx, no entendían a la revolución rusa sino como un paso de la revolución mundial, sabían que en las condiciones de atraso económico de los territorios del imperio zarista sería imposible construir un auténtico socialismo en Rusia; era indispensable el triunfo de la revolución en occidente, principalmente, si no querían que la revolución fuese estrangulada económica y militarmente. Aún en el plano estratégico de la revolución mundial, Rusia para Lenin era sacrificable. Lo importante para los revolucionarios rusos era dejar claras las orientaciones generales, aún bajo el riesgo de ser derrotados, y la orientación general era la revolución mundial.
Con el triunfo de la revolución en octubre todas las izquierdas de los partidos socialistas fijaron su atención y esperanzas en la Rusia Soviética, no obstante las dificultades para que establecieran contacto con el partido ruso eran colosales.
El ejército se estaba desmoronando ante la ofensiva alemana, la cual amenazaba incluso con arribar a Moscú y San Petersburgo, los dos centros de la revolución. Luego de un intenso debate la Unión Soviética aceptó firmar la paz por separado con Alemania. No obstante, eso no significó un punto de respiro, inmediatamente se iniciaron una serie de rebeliones apoyadas por los distintos gobiernos "democráticos" que aspiraban repartirse los despojos del antiguo imperio ruso.
Para mediados del año de 1918, el territorio dominado totalmente por el gobierno soviético no abarcaba más que las regiones cercanas a Moscú y San Petersburgo. No se podía suponer un escenario más complicado, no obstante los revolucionarios rusos lanzaron en la segunda mitad de 1918 dos iniciativas notables: la construcción de un ejército rojo y el llamado a constituir la Internacional Comunista.
Respecto a la formación del Ejército Rojo, éste se creó primeramente con los cuadros obreros dispuestos a dar la batalla hasta la última gota de sangre y posteriormente, se fue nutriendo de los contingentes campesinos que se sumaron a la lucha luego de comprobar que los ejércitos blancos eran representantes de lo más reaccionario del antiguo régimen.
En seis meses, es decir, para principios de febrero de 1919, la reorganización militar impulsada por Trotsky había logrado reconquistar 16 ciudades importantes, extendiendo el área de operaciones militares a un frente de 8 mil kilómetros, el más grande que la historia militar mundial tenga memoria.

Primer Congreso de la Internacional Comunista

Al mismo tiempo, sorteando todo tipo de dificultades llegaba la invitación al I Congreso de la Internacional Comunista que, entre otras cosas, señalaba: "el periodo actual es el de la descomposición y hundimiento de todo el sistema capitalista mundial, y será el del hundimiento de la civilización europea en general si el capitalismo, con sus contradicciones insuperables no es vencido"
Y más adelante señala que: " la socialización ( por ello se entiende la abolición de la propiedad privada, que es remitida al Estado proletario y a la administración socialista de la clase obrera) de la gran industria y de los bancos, sus centros de organización; la confiscación de las tierras de los grandes terratenientes y la socialización de la producción agrícola capitalista; la monopolización del comercio; la socialización de los grandes inmuebles de las ciudades y de las propiedades rurales; la introducción de la administración obrera y la centralización de las funciones económicas en manos de los organismos que emanan de la dictadura proletaria; he aquí los problemas esenciales del momento"
Además, destaca: "La situación mundial exige ahora el contacto más estrecho entre las diferentes partes del proletariado revolucionario y la completa unión de los países en los cuales ha triunfado la revolución"( Primer Congreso de la Internacional Comunista, Ed. Grijalbo, México 1975, Pág. 18-19)
Lenin y Trotsky firmaban el llamamiento por parte del Partido Comunista Ruso, lo que demuestra la clara afinidad de las dos principales figuras de la revolución rusa, que mas tarde intentaría de ser ocultada por los usurpadores estalinistas. En el marco de la guerra civil y de los acontecimientos revolucionarios y contrarrevolucionarios en Alemania, tuvo lugar el Primer Congreso, iniciándose formalmente el 2 de marzo.
Rosa Luxemburgo había señalado dudas respecto a la pertinencia de fundar en esos momentos la Tercera Internacional, ello no por oponerse a su creación, sino porque consideraba importante la maduración de los distintos partidos comunistas con el objeto de evitar que, tal y como había sucedido con la II Internacional, la influencia dominante de un partido le restara fuerza a la nueva organización. Era una consideración táctica importante pero discutible.
La mayoría de los asistentes se declaraba a favor de la denominación de Internacional Comunista, no obstante, el joven partido alemán mantuvo la opinión de Rosa que había sido asesinada tan sólo unos días antes. Bajo estas circunstancias la asamblea adoptó inicialmente llamarse Conferencia Comunista Internacional. El orden del día que se acordó fue:

1. - Constitución

2. - Informes

3. - Plataforma de la CCI

4.- Democracia Burguesa y Democracia socialista

5.- La conferencia de Berna y la posición frente a las corrientes socialistas

6.- La situación internacional y política de alianzas

7.- Manifiesto

8.- El terror blanco

9.- Elección del buró y varios

Los informes

En una época de revolución y contrarrevolución, como en la que se desarrollaba el Congreso, tenían que destacarse los informes relacionados tanto por el Partido Bolchevique, como por los de los países que se encontraban inmersos el la ola de sucesos. Albert de Alemania, reseñó los entonces recientes acontecimientos que llevaron desde el levantamiento de marineros en Kiel hasta la brutal represión que los socialdemócratas de derecha estaban aplicando para sofocar la revolución en Berlín.
Zinoviev y Trotsky explicaron dos distintos pasos tanto en el frente económico y militar para extender la revolución soviética a todos los confines del antiguo Imperio Ruso.
Sidrola de Finlandia, reseñaba el levantamiento revolucionario que llevó temporalmente a los obreros escandinavos al poder y que luego, con el apoyo de tropas alemanas fue sofocado sangrientamente. Tanto los ejemplos de Alemania y Finlandia demostraban como los reformistas, con su hipócrita discurso de no violencia, sólo preparaban condiciones para una carnicería que sólo sería superada años después por las ordas fascistas de Hitler.
También en Hungría la revolución estaba en marcha, la influencia del joven movimiento comunista crecía como las espuma, pese a los intentos represivos del régimen monárquico. Lamentablemente en esos momentos, la guerra civil en Rusia aislaba a las dos revoluciones pero no había nada escrito y un triunfo revolucionario en algún país europeo parecía casi un hecho.
Los demás informes daban cuenta de cómo, a pesar de la feroz campaña de difamaciones por parte de la burguesía, los obreros del mundo incrementaban su entusiasmo por la joven república soviética.

El programa

Tocó a Albert y a Bujarin exponer los planteamientos programáticos de la nueva Internacional. En ese entonces, era evidente que la Internacional Comunista nacía como una iniciativa de la URSS, pero como un esfuerzo teórico y político internacional. El peso de los comunistas alemanes era tan importante como original. No cabe duda de que de no ser por las pérdidas de sus principales teóricos (Luxemburgo, Mehring, Joiches, Liebknecht, etc), el movimiento obrero en Alemania hubiera jugado un papel tan importante o mayor que el ruso.
El informe de programa hacia un análisis de la situación internacional y señalaba las tareas de los revoluciones en dicho periodo. En general se retomaban los planteamientos de Marx respecto a la teoría del Estado y con base en ellos, se hacía una caracterización de la democracia burguesa, como una forma de dictadura del capital. Se hacía énfasis en las enormes dificultades y contradicciones de la burguesía en crisis y la necesidad de emprender la lucha por la revolución socialista y al mismo tiempo, desenmascarar a los reformistas que en esos tiempos estaban jugando el papel de cancerberos de una burguesía, en muchos casos incapaz ya de dar una respuesta organizada a la revolución.
Los reformistas preparaban la represión, a pesar de que ellos mismo serían victimas de la misma, una vez que la burguesía estuviera nuevamente confiada en poder tomar las riendas del poder directamente.
Luego de la aprobación de la plataforma, se pasó al punto de la democracia burguesa y democracia obrera. Tocó a Lenin efectuar la introducción en la cual señaló los aspectos más importantes de un Estado revolucionario y proletario en la época del imperialismo, al mismo tiempo destacó la hipocresía de elementos como Kautsky, quienes sometidos a una supuesta ortodoxia, reclamaban a los revolucionarios rusos el defenderse de la contrarrevolución. Apelaban a una democracia en abstracto para exigir a la revolución rusa caer en la misma lógica que estaba llevando a la destrucción de la revolución alemana.
La construcción de la Unión Soviética debía ser estudiada así como Marx estudió la Comuna de París, para obtener las conclusiones necesarias sobre una base evidentemente superior. Lenin explicaba los aspectos más importantes de ese trabajo de edificación y al mismo tiempo hacia énfasis en que dicho proceso no podía entenderse y llevarse a cabo, más que como parte de un proceso de revolución mundial que ya se había desatado. En ese contexto se explicaba la necesidad de reconstituir las fuerzas del movimiento revolucionario a nivel mundial sobre las bases de Marx y Engels. Dando la espalda a supuestos voceros como Kautsky, sólo de esa manera sería posible la victoria lo mas pronto posible con el menor numero de tragedias para el proletariado.

La actitud frente a reformistas y centristas

Las siguientes sesiones se enfocaron a trabajar respecto a la actitud respecto a las organizaciones socialdemócratas y a los grupos centristas, es decir, aquellos que estaban entrando en un proceso de transición hacia una posición revolucionaria pero aún no lo habían hecho, ya sea por las maniobras de sus dirigentes o por la falta de un convencimiento de la necesidad de una III Internacional.
Era muy importante en esa primera sesión dejar claras las diferencias entre la socialdemocracia de la III Internacional y la nueva corriente revolucionaria, por ello, al final se retomó la propuesta de dar por constituida la III Internacional, lo cual fue aceptado por todos con excepción de los alemanes, por las razones que ya hemos mencionado.
Las sesiones se cerraron el 6 de marzo, de este modo fue posible que todos los delegados regresaran a sus países con la noticia de que había una nueva organización internacional, inspirada en la ola revolucionaria europea cuya principal expresión era la revolución rusa de 1917.
Muchos aspectos quedaron pendientes, los jóvenes partidos comunistas estaban muy entusiasmados por seguir los pasos de la revolución bolchevique pero no tenían ni su organización ni su experiencia. Los meses siguientes fueron testigos de intentos honestos pero con muy mala fortuna de los comunistas en Hungría y Alemania para extender la revolución en sus países. En otros casos se vivió una relativa estabilización de los países capitalistas más importantes como Francia e Inglaterra.
El papel de la Internacional Comunista se orientó a dotar de armas teóricas y políticas a esos esfuerzos, por ello mientras Lenin vivió, cada año se celebró un congreso en el que se analizaban las experiencias recientes y se establecían medidas para tratar de empatar las posibilidades revolucionarias con las capacidades de los distintos partidos.
En esas circunstancias, Lenin planteó la necesidad de establecer puentes hacia las masas evitando tanto tácticas oportunistas como sectarias. Se constituyeron partidos comunistas en casi todo el mundo y gracias a las tácticas leninistas, empezaban a crecer y convertirse en la fuerza dominante del movimiento obrero en sus respectivos países.
Al frente de la Internacional Comunista, fue electo Zinoviev a propuesta del Partido Comunista Ruso. En realidad este cargo representaba más una responsabilidad que un titulo honorifico. Lenin que dirigía el Consejo de Comisarios del Pueblo, junto con Trotsky, que dirigía al Ejército Rojo en la guerra civil, eran en realidad los principales inspiradores políticos de la nueva Internacional y fueron los que redactaron en lo fundamental los textos de los cuatro primeros congresos.
Cuando en diciembre de 1922, se celebró el IV Congreso, Lenin ya estaba muy enfermo y la influencia de la burocracia ya se empezaba a sentir. Ése fue el último congreso genuino de la Internacional Comunista, no obstante su influencia positiva se dejó sentir todavía por algunos años. Tocó a Trotsky dar la batalla por rescatar los auténticos principios de la Internacional Comunista, que junto con Lenin, dirigió al fundar la Oposición de Izquierda Internacional.
La historia no es una sucesión de hechos sin conexión unos de otros, tampoco es un devenir de eventos fatalmente establecidos. Marx, Engels, Lenin y Trotsky entendían que había que dar la batalla, porque ese era el camino necesario para ahorrar a la humanidad décadas de horror sin fin, que al final, eso es el capitalismo. En esa perspectiva lanzaron iniciativas para convertir en realidad la transformación socialista de la sociedad; hoy casi 100 años después podemos decir que esas iniciativas fueron absolutamente correctas y que históricamente tenían todas las posibilidades de vencer. A pesar de que su objetivo aún no se cumple, los padres del socialismo científico y del bolchevismo nos han legado a las generaciones futuras un cúmulo de enseñanzas indispensables para el próximo triunfo. Como decía Víctor Serge: "otros llegarán y completaran la tarea".
Hoy en día, los revolucionarios recordamos la fundación de la Internacional Comunista como un gran acontecimiento al que debemos dar continuidad.

¡Viva la Internacional Comunista de Lenin y Trotsky!

[1] http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Conferencia_de_Zimmerwald&action=edit&redlink=1

Rubén Rivera (Militante - México)