jueves, marzo 30, 2023

Francia, una semana clave en la lucha de clases


Sigue la lucha contra la reforma jubilatoria

 La lucha de clases en Francia ha tomado un ritmo vertiginoso. Se caracteriza de más en más como un combate del movimiento obrero, de la juventud y de la población contra el gobierno de Emmanuel Macron. Las movilizaciones siguen siendo firmes y masivas; la represión se hace sentir fuertemente. Comienzan a cristalizar las tentativas de conciliación para ahogar la marcha de la huelga política: el dirigente de la CFDT, Laurent Berger, pide una mediación, al tiempo que la propia Intersindical anuncia una nueva jornada de movilización para el jueves 6 de abril. Macron afirma que no tiene nada que discutir con los sindicatos sobre la jubilación y días después la primer ministro anuncia que los va a recibir con agenda abierta. 

 Una semana ejemplar

 El martes 28 fue la décima jornada de movilización llamada por la Intersindical. Reunió menos protagonistas que las anteriores pero de todas maneras marcharon un millón de personas distribuidas en toda Francia, con más jóvenes y la misma determinación que las jornadas anteriores. La movilización más aguerrida se había producido el jueves 23. Fue enorme y se prolongó durante la noche, con una dura represión. La burguesía encendió las luces amarillas sobre Macron. El esclarecido diario Le Monde titula el sábado: “Jubilación: Macron aislado, la mayoría inquieta”, esto es, la burguesía inquieta. Macron está jugando el rol autoritario que le asigna el bonapartismo de la 5a. República; el poder se encarna en un solo hombre, que decide sobre todo y que subordina todas las instituciones del Estado. Ahora se está viviendo en Francia la otra cara del bonapartismo: los oprimidos se rebelan, el régimen político se fisura y el antagonismo se concentra en el presidente; la clase dominante no logra salir del conflicto, si lo logra, sin costos más o menos graves. 

 La lucha obrera 

La rebelión popular se concentra en la tentativa de aumentar la edad jubilatoria de 62 a 64 años y se exacerba cuando el proyecto de ley es aprobado el jueves 16 sin votación, gracias a un artificio antidemocrático de la Constitución bonapartista de 1958 -el artículo 49-3. Es notable que la reacción popular a la utilización de este subterfugio se haya dado en la misma noche del jueves, con una manifestación masiva en la Place de la Concorde, llamada por diversos agrupamientos sindicales y con una intervención notable de la juventud. La lucha social por la jubilación se conjuga con la rebelión contra el régimen político.El “Fuera Macron” resuena en las calles y plazas parisinas y de todas las ciudades y pueblos, con las movilizaciones convocadas por la Intersindical. Al tiempo que se extiende la agitación callejera del Fuera Macron, el movimiento de huelga no logra generalizarse. Tiene algunos puntos fuertes, como la huelga reconductible, en Energía, Puertos, los basureros de París, los ferroviarios y otros, pero son limitados. Con la sanción del 49-3, Francia entra en una crisis política y la clase obrera interviene masivamente en defensa de sus intereses, sin una expresión política independiente y sin un movimiento de huelga masivo. La jornada del jueves 23 es ejemplar en este sentido, con más de 2 millones de obreros y jóvenes en las calles contra el proyecto de jubilación y la utilización del 49-3.

 La burguesía se pregunta: ¿qué camino seguir? 

El gobierno pierde toda iniciativa política y se recuesta cada vez más en la represión y la policía, al tiempo que la burguesía desconfía cada vez más de la capacidad del pequeño Napoleón de salir airoso de la crisis. La humillación se hace patente con la anulación de la visita del rey Carlos III de Inglaterra, una venganza póstuma y actualizada de los sans culottes parisinos contra la City londoniana. El gobierno de Macron está en crisis. Es minoritario en el Congreso e incapaz de establecer acuerdos políticos sólidos con las otras fuerzas burguesas que le aseguran una mayoría. Renuncia a sus proyectos y sólo atina a presentarse como el “gobierno del orden”. 
 La clase burguesa, los empresarios y los turiferarios ya no creen en Macron, sus discursos, sus golpes de mentón, en su desprecio por todo lo popular, el pueblo, la multitud, las organizaciones sindicales y políticas. En un largo reportaje, el presidente de la entidad empresaria Medef apunta a que “las próximas reformas deberán apoyarse en un método diferente y ser más discutidas y negociadas previamente con las organizaciones sociales implicadas”. El diario burgués Le Figaro, algo así como La Nación en Argentina, presenta sus editoriales de estos últimos días con títulos tales como “El gran desbarajuste” y “En el Eliseo, el monarca republicano más sólo que nunca”. Para utilizar una fórmula muy útil para los revolucionarios: “los de arriba no pueden continuar gobernando como antes”. Se ha abierto una fisura por la que irrumpen la indignación y la actividad de las masas. La normalidad se ha desvanecido en el aire.

 La conciliación se abre paso

 Luego de la jornada del 23 de marzo, sus huelgas y sus enormes manifestaciones, el dirigente de la CFDT, pilar de la Intersindical y su polo conciliador, Laurent Berger, hizo por primera vez la proposición de una “pausa”, sin exigir el retiro inmediato del proyecto de ley sobre jubilaciones. Los dirigentes obreros conciliadores pasan a ser los protagonistas abiertos de una posible solución política; la intervención de la clase obrera y la juventud es masiva, con núcleos militantes y estructuras sindicales y políticas, con la ocupación callejera, con los piquetes, con los bloqueos, pero sin una organización revolucionaria centralizada, respetada y candidata a una dirección alternativa a la de la Intersindical. Esta Intersindical reúne a las ocho centrales obreras y de los cuadros medios con un pivote en el núcleo CFDT conciliadora y CGT, caución de izquierda.
 Hasta ahora, este agrupamiento procedió en forma unitaria al llamado a las 10 movilizaciones, y esta unidad representaba su fuerza, con una posición ambigua sobre las huelgas -no las promovía ni las condenaba. Ahora se ha abierto una fisura notable con la proposición de “pausa” y de “mediación” de la CFDT. La respuesta de la CGT se acomodará a esta maniobra, bien que su Congreso, que se reúne en plena crisis desde el lunes 27 hasta el viernes 31 viene de sancionar por la izquierda a la dirección actual de Philippe Martinez, el otro pilar de la “unidad sindical”. Martinez no podrá continuar a jugar su rol con toda impunidad.
 En todo caso, está presente la necesidad de exigir que la Intersindical continúe llamando a la movilización y la huelga, que los sindicatos y las centrales sean defensores de los intereses de la clase obrera y de sus movilizaciones inmediatas. Con esta orientación elemental de “lucha de clases” se puede agrupar a sindicatos y estructuras de la CGT, de FO, de Solidaires y de la FSU. La cuestión que está a la orden del día es tratar de asegurar la continuidad y extensión de las huelgas, lo que sólo puede ser decidido por los propios trabajadores. Hay que insistir en la propaganda y organización de asambleas de los trabajadores y de coordinadoras locales y regionales, que den mandato para la continuidad y extensión de la huelga y las movilizaciones. 
 El movimiento estudiantil renueva la práctica de agruparse en “coordinadoras”, locales y hasta nacionales. Es un formidable paso adelante que favorece la agitación política y la intervención militante. La lucha contra la represión, que se ha descargado el fin de semana contra una movilización ecologista, estará cada vez a la orden del día. El bonapartismo decadente va a apoyarse en los cuerpos represivos. Hay que afirmar y generalizar el Fuera Macron con la agitación callejera, la huelga, la movilización. El proletariado y la juventud de Francia están escribiendo una página histórica. La última palabra no está dicha. Hay que aprovechar la crisis burguesa con una intervención independiente de las masas. La construcción de un centro militante y un partido revolucionario puede dar un salto cualitativo. 

Marcelo Gramar 
París, 29 de mayo

18 millones de personas en la pobreza, los gobiernos capitalistas son los responsables


El ajuste del gobierno y el FMI generó más de un millón de pobres en seis meses y una indigencia del 8,1%. 

El Indec publicó los datos correspondientes a los índices de pobreza e indigencia del segundo semestre del 2022, con un salto del 36,5 al 39,2% de pobres y una consolidación de 8,1% de indigentes. Las políticas de ajuste del gobierno y el FMI sumaron más de un millón de pobres en seis meses, ascendiendo a un total de 18 millones y 3,7 millones de indigentes.
 El incremento de la población que reviste la condición de pobre se explica rápidamente por el salto de las canastas que miden umbral de la pobreza y la indigencia, en relación a la inflación promedio del IPC y a los ingresos salariales y populares.
 La Canasta Básica Total (pobreza) escaló en el último año 111,3% llegando a $177.063 para el mes de febrero; la Canasta Básica Alimentaria (indigencia) ascendió un 115,1% alcanzando los $80.483; el IPC promedio, en cambio, se ubicó en un alza interanual del 102,5%; mientras que la variación interanual del Índice de Salario que mide el Indec subió solo un 90,4% (sin ningún sector que supere la inflación), el salario mínimo un 78,47% (a marzo 2023) y las jubilaciones un 79,7% (marzo 2023).
 El informe del Indec sobre “Incidencia de la pobreza y la indigencia (EPH), segundo semestre 2022” refleja que los ingresos promedio familiares aumentaron para el periodo un 37,3%, contra aumentos de las canastas regionales promedio de 43,5% (CBA) y 44,4% (CBT). El ingreso total familiar promedio de los hogares pobres fue de $83.758. También que el 54% (uno de cada dos) de los niños de entre 0 y 14 años es pobre. 
 Esta resultante tiene un fundamento concreto en las políticas aplicadas por el gobierno del Frente de Todos, ordenadas por el FMI. La disparada de los precios, principalmente de los alimentos y los bienes y servicios de consumo masivo, es resultado de la liberación de precios (combustibles, telecomunicaciones, salud, etc.) y tarifas (luz, gas, agua, transporte) impulsadas por el gobierno, en sintonía con el ajuste fiscal en curso. A lo que se suma la suba de las tasas de interés que encarecen el crédito, entre otras medidas.
 Esto viene siendo combinado con un ataque a los ingresos y condiciones de vida de los trabajadores. El gobierno nacional comenzó el año con el planteo de una pauta salarial de techo a las negociaciones paritarias del 60%, contra una inflación que viene de quebrar el 100% y que todo apunta a seguir en la misma tónica. Además, el gobierno ataca a los gremios que desafían dicha pauta salarial o que desenvuelven sus reclamos, como ocurrió con la lucha del Sutna, o como ocurre con los gobernadores que atacan a los docentes y estatales, con descuentos de los días de paro, que lo alcanzan a la canasta de pobreza. 
 En 2022 los salarios privados culminaron un punto porcentual (93,8%) por debajo de la inflación anual, pero más lejos aún de las canastas de pobreza e indigencia, que para diciembre del 2022 cerraron en un aumento del 100,3 y 103,8%, respectivamente. Para el caso de los trabajadores en la informalidad el aumento anual fue tan solo del 65%, contra el 94,8% del promedio de los precios. 
 Otro dato significativo de la política oficial es el ajuste sobre el salario mínimo, que viene de ser “actualizado” con un aumento del 26% en tres cuotas, permitiendo que el ingreso salarial base supere a la canasta alimentaria de febrero recién en el mes de mayo, para llegar a junio a escasos $87.962. 
 El agravamiento de la pobreza es un dato que expone a orientación que desenvuelve el gobierno a través de sus ministerios, como el de Desarrollo Social que conduce la ministra Victoria Tolosa Paz, quien viene justificando el recorte de 85.000 programas sociales, alimentos y herramientas para los trabajadores pobres e indigentes que quieren salir de la miseria social. 
 Esta política se expresa en el ajuste de las partidas presupuestarias para el gasto social en tónica con las demandas del FMI. Aquí es cuando el discurso oficial se doblega ante una realidad insoslayable. 
 El crecimiento de la pobreza es consecuencia directa de la aplicación del programa fondomonetarista y la resultante del régimen de hambre y miseria al cual nos llevaron los sucesivos gobierno capitalistas y sus políticos, con una pobreza estructural que no baja del 25% de la población durante las últimas décadas.
 La salida a este sistema de pobreza y barbarie es la ruptura con el FMI y con la continuidad social de los negocios capitalistas, que engendra cada vez más miseria y hambre, con una sociedad sobre nuevas bases, donde se desenvuelvan las reivindicaciones de los trabajadores –trabajo genuino, salario superior a la canasta familiar, obras públicas, industrialización, etc.- bajo control de los trabajadores. Un planteo que desarrolla el Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad, en medio de la actual crisis política y social. 

 Marcelo Mache

El bloqueo a la educación sexual integral es funcional a la pedofilia


El caso de Lucas Benvenuto reafirma la necesidad de luchar por la ESI.

 La ESI es una herramienta para prevenir abusos sexuales en la infancia. Las denuncias de Lucas Benvenuto dan cuenta, por un lado, de que las redes de pedofilia operan bajo el manto de impunidad que les proporcionan los dueños del poder, y, por otro, que el sinfín de vulneraciones que les toca atravesar a las infancias en este régimen social las deja completamente expuestas al accionar de los pederastas y explotadores de niños y niñas. 
 Dentro de las privaciones que dejan indefensas a las niñeces, se encuentra la falta de información adecuada para poder detectar e incluso prevenir abusos sexuales en la infancia. El propio Lucas expresa en sus testimonios que pudo identificar que había sido víctima de corrupción de menores tiempo después de producidos los hechos. Sucede que los pedófilos utilizan mecanismos perversos de manipulación para conseguir el silencio de sus víctimas y el Estado no proporciona ninguna herramienta para que le niñe inmersx en esa situación pueda expresar lo que le está ocurriendo. 
 Todos los gobiernos, al empoderar a las iglesias, bloquean la aplicación efectiva de la ESI desde el nivel inicial, cuyos contenidos ayudarían a reconocer situaciones de violencia sexual en las infancias. Se les enseñaría a lxs más pequeñxs a nombrar adecuadamente sus partes íntimas, a comprender por qué otras personas no pueden acceder a ellas y que sepan que están habilitadxs a negarse a cualquier interacción que tenga que ver con su cuerpo. A su vez, la ESI trabaja sobre el autoestima y la afectividad de niñxs y adolescentes, algo fundamental dado que los abusadores se suelen aprovechar de la falta de cuidado que padecen esos menores para lograr acercarse a ellxs.
 Es un instrumento de gran potencialidad. Según el Ministerio Público Tutelar (MPT) de la Ciudad de Buenos Aires, en 2019 el 80% de lxs niñxs y adolescentes que denunció abuso sexual lo hizo luego de haber tenido una clase de ESI, que les permitió resignificar conductas abusivas. Ahora bien, son muy pocos los establecimientos educativos donde la educación sexual se imparte adecuadamente, puesto que la propia ley sancionada en 2006 (nro. 26.150), en su artículo 5, permite que los contenidos se adecuen al ideario de cada institución, habilitando la injerencia oscurantista dentro de los mismos. 
 Además, al no ser una normativa de orden público, los gobernadores de las provincias no están obligados a implementarla, dando como resultado que en aquellas con mayor ascendente de las instituciones religiosas no exista educación sexual laica y científica. A su vez, los diseños curriculares de las carreras de formación docente contienen poco y nada de capacitación en ESI y las ofertas para formarse de manera gratuita en la temática son sumamente escasas. 
 Así las cosas, según una encuesta de la Fundación Huésped, el 80% de lxs alumnxs de todo el país considera que la ESI “no se aplica de forma adecuada en las escuelas”. Entre otros problemas, los materiales que provee el Ministerio de Educación no hablan del derecho al aborto, invisibilizan a la diversidad sexual y de género, y, en lugar de abordar las múltiples dimensiones de la sexualidad, tienen un sesgo biologicista. Esto, sumado al ajuste presupuestario y a que rara vez se ponen a disposición espacios curriculares específicos de ESI en nivel inicial, primario y secundario.
 Por eso, desde el Frente de Izquierda hemos impulsado proyectos en los parlamentos por la derogación del artículo 5 de la ESI, en función de que sea laica, científica, desprovista de prejuicios religiosos y respetuosa de la diversidad sexual y de género. Al mismo tiempo, planteamos que los contenidos curriculares de la ESI deben ser elaborados por los sindicatos docentes, centros de estudiantes y organizaciones de mujeres y diversidades. 
 Ante la ausencia de una educación sexual que pretenda echar luz sobre las aberraciones que sufren las infancias, se imponen los preceptos reaccionarios que promueve este sistema en alianza con el clero. Principios basados en la violencia adultista que invalida la palabra de las niñeces, en naturalizar que los más débiles sean sojuzgados y en el ocultamiento de cualquier vejamen que se produzca al interior de la familia. Todo para preservar dicha institución, que es la principal unidad de reproducción del capitalismo, y, como tal, no escapa a su decadencia histórica. 
 Finalmente, el Estado protege a los pedófilos y desampara a las víctimas porque el abuso sexual en la infancia es ante todo un mecanismo de disciplinamiento social, que busca crear sujetxs sometidxs. Lo anterior explica la falta de control estatal sobre las escuelas confesionales, donde proliferan los abusos eclesiásticos, como ocurrió con el cura Raúl Sidders en el colegio San Vicente Pauls de La Plata o con el jesuita César Fretes del colegio San Salvador de Avellaneda. 
 Como resultado, las cifras son alarmantes. En Argentina, según un informe de Unicef, 1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 13 varones han declarado haber sufrido abusos sexuales durante su infancia. A su vez, reina la impunidad: los datos del Ministerio Público Fiscal arrojan que, en Argentina, por cada 1.000 casos de abuso sexual 100 son denunciados y tan sólo uno de ellos recibe condena judicial. Por otra parte, de las denuncias radicadas, el 75% de los abusadores es de la familia y en el 60% es el padre o el padrastro de la víctima. El 90% de los abusadores pertenece al género masculino y la mayoría de las víctimas son niñas y adolescentes mujeres.
 La pelea contra esta barbarie es patrimonio del movimiento de mujeres y diversidades, que tiene dentro de su acervo de lucha haber acogido a las madres protectoras perseguidas por el Poder Judicial, a la irrupción del #MiráCómoNosPonemos, donde muchxs se atrevieron a hablar a partir de la denuncia de Thelma Fardin, y a las pibas y pibes secundarios que tomaron sus colegios por el derecho a la educación sexual. Recogiendo esa tradición, debemos volcarnos nuevamente a las calles en defensa de las infancias, para que puedan librarse de la multiplicidad de violencias que les depara este sistema descompuesto. Nada podemos esperar de los gobiernos capitalistas, cuyas políticas causan estragos en las niñeces. 

 Sofía Hart

miércoles, marzo 29, 2023

Francia: no es sino el comienzo


De acuerdo a los cables de noticias, el número de manifestantes y de huelgas se redujo ayer, en una nueva Jornada de movilización en Francia. De cualquier modo, dos millones de personas salieron a las calles, a nivel nacional, y 400 mil en París. La corresponsal de La Nación describe la “gran novedad de esta décima jornada – la gran cantidad de jóvenes que participaron, unos 400 mil, según cifras oficiales y sindicales”. La lucha contra la reforma previsional de Macron no ha aflojado en absoluto. Las huelgas “reconductibles” se hicieron efectivas en las refinerías y en numerosas líneas ferroviarias. 
 El desarrollo de la crisis política se está haciendo más nítido. La burocracia de la Intersindical ha decidido ofrecer una semana de tregua al gobierno, al demorar la convocatoria a una nueva Jornada para el 6 de abril próximo. La CGT ha levantado la huelga de los recolectores de basura. El Congreso de la CGT, que debe reunirse por estos días, está abocado a la cuestión de la sucesión en la secretaría general, comandada por Philippe Martínez, no por la profundización de la lucha y la generalización de las huelgas. Todo en función de lo que la burocracia llama una “mediación”: que el gobierno acepte negociar los términos de la ley impuesta por decreto, ante la ausencia de una mayoría parlamentaria. Laurent Berger y el cegetista Martínez han decidido pedir por carta una reunión con la primera ministra, Elizabeth Borne. Por estos días, Borne y el gabinete anunciarán un aumento de miles de millones de euros en el Presupuesto del Estado, para enviar armas a la guerra de la Otan contra Rusia. 
 Esta tentativa de enfriar una lucha nacional multitudinaria, conoce otra instancia – la apelación contra el decreto de reforma ante el Consejo Constitucional. Los medios admiten la posibilidad de que el Consejo viabilice el pedido de convocatoria a un referendo, que podría tener lugar en septiembre-octubre. En ese caso, la aplicación de la reforma quedaría suspendida; es previsible que el Consejo atienda primero a los resultados de la “mediación” que la burocracia sindical reclama a Macron. En los mentideros circula la versión de que un sector del gabinete plantea arribar a un compromiso. Jean-Luc Mélenchon, el jefe de la Francia Insumisa, un movimiento de centroizquierda, ha insinuado, incluso por escrito, la disposición a avalar un cambio de gabinete que sería apoyado en la Asamblea Nacional. 
 En los círculos de la burguesía imperialista de Francia hay una conciencia de que Macron no reúne las condiciones para seguir gobernando como lo venía haciendo, hasta las elecciones de 2027. La lucha contra la reforma previsional ha quebrado al gobierno y al régimen político. La burocracia sindical y el centroizquierdismo esperan una señal política para justificar un fin a la movilización popular. La cuestión de la crisis del régimen es, a la vez, un reconocimiento de que han cambiado las condiciones de dominación del capital y un pretexto para reagrupar fuerzas contra las masas. Nada que no se haya visto, con particularidades cambiantes, en todos los procesos revolucionarios. Además de seguir con la agitación a favor de una huelga general hasta el retiro del decreto de reforma previsional, es necesario ofrecer una alternativa estratégica a la maniobra de la burocracia de los sindicatos y del centroizquierda y sus laderos. 
 Naturalmente, en un cuadro de crisis de poder y de acción de masas, y por lo tanto de la guerra internacional entre la Otan y Rusia, se plantea la cuestión del programa. La necesidad del programa se pone de manifiesto también por el creciente estado deliberativo de los trabajadores y de la juventud trabajadora. El ‘establishment’ francés, de derecha e izquierda, apoya la guerra de la Otan – en el caso de la izquierda bajo el subterfugio de la independencia nacional de Ucrania. El encierro de Macron en una dictadura presidencial, como un aperturismo que abra el campo de la colaboración de clases a los aparatos sindicales y de la izquierda; ambas alternativas conducen, bajo formas y ritmos diferentes, a situaciones revolucionarias. 

 Jorge Altamira 
 29/03/2023

PTS: “Ancla´o en París”

Sin el menor sentido del ridículo, Izquierda Diario asegura que la Izquierda argentina se enfrenta “a la prueba de la lucha de clases en Francia”. La primera impresión que causa el exabrupto es que sería una respuesta a las reiteradas acusaciones del aparato del PO oficial de que el PTS no “se planta”, que no estaría jugando ningún rol en la lucha de clases en Argentina y que da sistemáticamente la espalda al “movimiento piquetero”. La réplica de ID sería: ¡cómo que no luchamos, miren a París! 
 Es verdad que el PTS ha saboteado la construcción del movimiento piquetero desde mucho antes que se transformara en “organizaciones sociales”, administrando planes y pseudo-cooperativas de producción. En 2001/2, cuando la asistencia estatal a los desocupados era nula, los editores de ID desarrollaron una sistemática hostilidad hacia el movimiento piquetero que, como es conocido, jugó un papel eminente en el Argentinazo. El PTS excluía a los trabajadores desempleados del conjunto de la clase obrera “industrial”, convirtiéndolos en una tierra de nadie en cuanto a la carencia de una “subjetividad” proletaria. Luego pasaría a reivindicar las “empresas recuperadas” como forma superadora de organización social. Identifica la “fábrica sin patrones” con la organización socialista de la sociedad. La afirmación fantasiosa de que la Izquierda de Argentina juega su destino político en Francia suena como un recurso adicional de la pelea facciosa en el FIT-U acerca de quién merecería encabezar las listas para las próximas elecciones. El FIT-U se ha roto en los comicios adelantados en Salta y algo parecido ocurre en Mendoza, donde va a unas Paso en medio de descalificaciones recíprocas de mayor voltaje que las habituales. Para agregar agua a lo mojado, en Salta se ha formado una alianza MST-PO oficial contra el PTS, mientras en Mendoza los términos se invierten – el PTS forma lista con el MST contra la del PO oficial. 
 En cuanto a “la lucha de clases en Francia”, el papel del PTS no podría haber sido más contrario a los intereses históricos de la clase obrera. Su grupo en Francia se instaló en el Nuevo Partido Anticapitalista para defender la construcción de “partidos amplios”. El NPA había nacido de la bancarrota política del trotskismo francés, que había renunciado a la estrategia de una revolución socialista. Con la incorporación de ecologistas, feministas, guevaristas, animalistas y cuanta rama identitaria estuviera dando vuelta por el Boulevard Saint-Germain, los promotores del NPA pretendían superar los límites electorales que adjudicaban al trotskismo – la Liga Comunista Revolucionaria y Lucha Obrera. Resultado: el NPA nunca obtuvo más del 25% de los votos que la LCR y LO habían obtenido en 2002 – el 10% del electorado. El PTS intentó replicar el engendro galo en Argentina en 2018, cuando convocó a ‘tutti quanti’ en la Izquierda a formar un “partido amplio” para las elecciones de 2019. 
 Este ‘racconto’ tiene mucho que ver con la rebelión popular en Francia, porque sin un partido revolucionario la acción histórica de las masas enfrenta una dificultad fundamental para dotarse de una dirección adecuada a los acontecimientos. Pero ese partido no nace de la inmaculada concepción – su desarrollo debe ser metódico. El NPA y los “partidos amplios” han sido una adaptación estratégica a lo que caracterizaban como un agotamiento de las perspectivas de una acción histórica independiente de la clase obrera. Durante su desarrollo, el NPA integró listas regionales con el partido Francia Insumisa – el mismo partido que hoy está totalmente jugado a la derrota de la rebelión popular. El PTS había hecho campaña furiosa a favor de candidatos del NPA, como Philippe Poutou, que enseguida pasarían a integrar esas listas de colaboración de clases. Poutou sirvió para un gran autobombo, como vuelve a ocurrir ahora. Para decirlo ‘tout court’, la rebelión y las huelgas actuales prueban que el PTS no ha pasado “la prueba de la lucha de clases en Francia”. 
 El teorema de “la prueba de la lucha de clases en Francia” es débil por demás. En muchos aspectos decisivos, la potencialidad de una situación revolucionaria es mayor en Argentina que en Francia. Argentina, a diferencia de Francia, es un país capitalista quebrado, al borde de la hiperinflación y en cesación de pagos. El PTS y el FIT-U, que es un “partido amplio” sin reglas estatutarias, no han demostrado la capacidad para “pasar la prueba de la lucha de clases” en Argentina. No debemos olvidar el voto a favor de la declaración de Netanyahu-Trump sobre el sionismo, o los quórums a Capitanich para que pague la deuda pública y la privatización de tierras. También han apoyado y votado proyectos de formación de las organizaciones del estado, en “la perspectiva de género”, incluyendo a la policía y al poder judicial. Se trata de una estafa política que embellece al estado capitalista. Tampoco hay olvidar el planteo de “la presencialidad segura”, para respaldar la presión patronal y del Estado para que los obreros fueran a trabajar en servicios no esenciales durante la pandemia. El programa del FIT-U, como lo hemos demostrado en varios documentos, es una variante del kirchnerismo – como la “soberanía alimentaria” (retenciones a la soja) y el apoyo a las Pymes. En la última elección no se presentaron como socialistas revolucionarios sino como “tercera fuerza”. Los acontecimientos franceses son utilizados por ID como una cortina de humo.
 Como hemos señalado en anteriores artículos acerca de la rebelión popular en Francia, son varios los grupos, algunos con larga instalación en la historia del movimiento obrero, que esgrimen planteos para generalizar las huelgas y fomentar los comités de acción. Más allá de sus planteos, no tienen inserción. En el caso de los ex “healistas”, el partido de la Igualdad Socialista, promueve la adhesión a su “red internacional” de comités auto-organizados, que conocen sólo unos pocos. Pero sabotean cualquier acción dentro de los sindicatos, a los que consideran “burgueses”. Esta el caso de los lambertistas, el partido Obrero Democrático Independiente, que plantean lo mismo, pero sin chocar con los sindicatos ni la burocracia – “en la unidad”. Por lo que cuenta ID, se encuentra en este campo menor también el grupo del PTS, que promueve una red de comités. Los lambertistas reclaman que la Intersindical llame a una huelga general; las otras dos llaman a “generalizar” las huelgas. Dada la condición de estos grupos, que se rechazan entre ellos incluso para una acción práctica común, los planteos no pasan del propagandismo. 
 Aun con estos límites, es positivo y valorable que se impulse la huelga general y la generalización de las huelgas, y el desarrollo de comités de base. Lo curioso, dicho así para no usar expresiones más rotundas, es que ID diga que Política Obrera es históricamente adversaria a “la auto-organización”. Hemos sido miembros fundadores de la Asamblea nacional de trabajadores ocupados y desocupados, que el PTS ha repudiado, y desarrollamos una intensa agitación a favor de huelgas autoconvocadas, en tanto que el PTS y el FIT-U insisten en “reclamar” que Baradel o la CGT llame a “un plan de lucha” – o sea a paros parciales. Es probable que ID entienda por “auto-organización” a las “fábricas sin patrones”, un viejo planteo autogestionario, que reemplaza el poder obrero y la planificación de la economía. 
 Pero usar la militancia que se propone generalizar las huelgas o por la huelga general, o por comités de base, para hacer autobombo, no es revolucionario. La reivindicación de la militancia en función del autobombo deja de ser militancia, para convertirse, por sus fines, en una actividad de aparato. Política Obrera tuvo una participación extraordinaria y excepcional en el Cordobazo o en la huelga general de 1975 o en la lucha contra la dictadura o en el desarrollo del movimiento piquetero, pero nunca dijimos que habíamos “pasado la prueba” de nada, ni se nos ocurrió algo semejante. Adjudicarse trofeos en la larguísima lucha contra la explotación, es sencillamente anti-revolucionario. 
 Por último. La conducta del PTS no es improvisada: el autobombo es característico de toda la historia del morenismo. En 1955, Nahuel Moreno se presentó como “la única corriente” que había “luchado” contra el golpe militar, ofreciendo la prueba de un volante. Machacó con este relato durante una década. Más tarde, ‘Cacho’ Magri, de Política Obrera, demostró que Nahuel Moreno había llamado a aceptar la renuncia presentada por Perón, a finales de agosto del 55, o sea que dio un apoyo adelantado al golpe, con el pretexto de que asumiera el gobierno un dirigente obrero del peronismo. Esto es algo que deben conocer las nuevas generaciones. El autobombo y la autoreferencia llegaron a su punto culminante en el Congreso del MAS, en 1989, cuando votaron “el Comité Central para la toma del poder en Argentina”. Meses más tarde el MAS implosionó en 17 tendencias. La primera en salir fue precisamente el futuro PTS. 
 El artículo de ID acerca de “la prueba de la lucha de clases en Francia” (explotando un plagio a Marx) fue precedido por algunas decenas de tuits contra Política Obrera, siguiendo el método de Nahuel Moreno. Ha sido una campaña orquestada para disimular la inconclusa disgregación del FIT-U, comandado por el PTS, y una tentativa final para salvar un sello electoral. Parece lo único que obsesiona al PTS en medio de una crisis histórica sin precedentes en Argentina y una guerra que escala a nivel mundial. 

 Jorge Altamira 
 29/03/2023

Macri se acomoda a los intereses del “círculo rojo”


Un ‘renunciamiento’ pactado con la banca.

 La mayoría de los medios ha sopesado la renuncia de Mauricio Macri a una candidatura presidencial en relación a la interna o las internas que se barajan al interior de Juntos por el Cambio. Dejan de lado, en cambio, un enfoque de conjunto, que ubique al proceso electoral en el horizonte de la cesación de pagos, una hiperinflación en puertas y la tendencia subterránea a la rebelión popular que, a esta altura, asoma como una impronta internacional.
 Cuando Macri todavía se perfilaba como candidato, era el abanderado de la tendencia política que prometía una salida “rápida y drástica” a la crisis, a través de un gobierno que, perentoriamente, declarara la guerra al mundo del trabajo. Deslizaba incluso una ´autocrítica´ por el llamado “gradualismo” de su gobierno contra el salario o los gastos sociales. El endeudamiento macrista tuvo lugar en medio de un “sobrecumplimiento” de las metas fiscales. No es entonces el déficit el que crea la deuda sino la deuda la que busca un déficit para aplicar el dinero. El aumento exponencial de la deuda bajo el macrismo y bajo el segundo kirchnerismo no obedeció al “gasto” sino al propósito de crear un “mercado de capitales” local, que dé salida al dinero que no encuentra inversión. 
 Dejando de lado lo accesorio, entonces, la salida de Macri de la carrera electoral es un reconocimiento de que la política de shock es por lo menos peligrosa y seguramente inviable. En definitiva, Macri resolvió no hacerse cargo del ´paquete´ que lo tiene como principal mentor, y que ahora ha delegado en Bullrich y Jorge Macri, su primo. Esto, si ganan las internas de JxC. Martín Redrado, asesor “estratégico” de Larreta, le dijo a Clarín que el propósito es aplicar un “plan integral” que deberá pasar por el Congreso. La Nación, en cambio, donde Macri tiene intereses propietarios, sostuvo en un editorial que todo debía hacerse en un mes por medio de una cadena de decretos de necesidad y urgencia. Melconian hizo saber su posición, elogiando el canje de deuda local, hace un mes, que fuera denunciado por la Bullrich en una reunión con banqueros. 

 La cuestión de la deuda 

Nada retrata mejor el cuadro político que la “agenda” que ocupa los días de los bloques políticos en presencia. Los candidatos discuten sobre el valor de los títulos de deuda, en pesos o en dólares; su valor nominal y de mercado, su riesgo y expectativa de pago. Hay una fuerte pugna de intereses. En la mencionada reunión con los popes de la asociación de bancos locales -ABA- Bullrich se negó a dar seguridades de que no defaultearía la deuda pública en pesos. Quería que esa “bomba” explotara en el curso de la campaña electoral, no después. El ´círculo rojo´ le advirtió a Macri que su pupila tomaba un camino peligroso. 

 Del otro lado, Massa

 La baja de Macri revela el impasse de la “salida de shock”. Massa eligió contener la hiperinflación mediante el zarpazo a los bonos en dólares de Anses. Un ´shock´ nacional y popular: aumenta la deuda en dólares del sector privado, a cambio de papelitos de colores pesificados para los organismos públicos. La Anses tiene también en su cartera un porcentaje importante de las acciones en grandes corporaciones privadas -Techint y otras. La degradación del “Fondo de Sustentabilidad” es la premisa -
o la excusa- de una nueva reforma jubilatoria, con el aumento compulsivo de la edad de retiro. 
 La defección de Macri obedece a la certeza de que no puede ganar una elección anunciando un ´shock´ como lo hace Milei. Pero pone una gran piedra en el pavimento: la exigencia de que JxC le entregue CABA, la joya del negocio inmobiliario, a su primo. Si esto no prospera, Macri volverá al potrero. La convergencia al centro -Massa o Scioli, de un lado, Larreta y Lousteau, del otro- tiene un pedregoso camino por delante. Necesitará el respaldo total de la embajada norteamericana, del Tesoro de Estados Unidos y del FMI. 

 Marcelo Ramal 
 28/03/2023

La “democracia sionista” no puede desprenderse de la teocracia


Luego de las extraordinarias movilizaciones del sábado último contra la ´reforma judicial´ y el pedido del ministro de defensa, Yoav Gallant, de retrasar en la Knesset —el parlamento— el tratamiento de ese paquete de leyes, el gobierno ultraderechista amagó con un golpe de fuerza. Netanyahu destituyó a Gallant, un hombre del riñón de su partido, el Likud.
 El tiro le salió por la culata. El Likud reaccionó partiéndose por la mitad y, lo más importante, el domingo la calle volvió a agitarse. “Fue la apoteosis de la crisis” (Amós Harel, Haaretz, 28/3). La Histadrut, la CGT sionista, anunció “una huelga laboral de proporciones históricas a menos que el primer ministro Benjamin Netanyahu suspendiera de inmediato la reforma judicial de su gobierno” (íd, 26/3). Se trató en verdad de una medida obrero-patronal: se lanzó en conjunto con “múltiples representantes de la comunidad empresarial y en un hecho que Bar-David (el jefe de la CGT) enfatizó que aquí ´hay directores ejecutivos, ex miembros del Shin Bet (el servicio de inteligencia) y generales de las reservas´” (íd.). 
 Simultáneamente “McDonald's anunció que todas sus sucursales en Israel cerrarían al mediodía, mientras que Big, una de las cadenas comerciales más grandes de Israel, anunció que también se unirá a la medida…Los líderes de la protesta de la industria de alta tecnología anunciaron el cierre total de la industria tecnológica del país, mientras que el líder del sindicato de Aeropuertos de Israel, un influyente miembro del partido Likud, ordenó a los trabajadores del aeropuerto a cerrar el Aeropuerto Ben-Gurion…” (íd.). 
 En un último intento por sacar músculo, Netanyahu llamó a los partidarios del gobierno a salir a la calle, mientras los fascistoides del sionismo religioso instigaron a actos vandálicos contra los manifestantes. 
 El lunes por la noche tras la paralización total del país ´BIbi´ tiró finalmente la toalla e hizo lo que Gallant había pedido. La Histadrut levantó entonces la huelga. Para contener al ministro de Seguridad, el fascista Ben Gvir, que había anunciado que si se detenía el tratamiento de la reforma en la Knesset renunciaría, “llegó a un acuerdo más tarde ese mismo día para aceptar el aplazamiento a cambio del establecimiento de una guardia nacional bajo su control” (íd.) - una milicia armada privada. Tal vez para julio, cuando se reabrirá el período de sesiones de la Knesset, Netanyahu podrá ser asistido por esta milicia para reprimir manifestaciones, en lugar de depender del cuerpo de policía cuya lealtad fue muy discutida. 
 De modo que el recule de Netanyahu está “lejos de ser una bandera blanca” (íd.). Los líderes de la oposición al gobierno, que cabalgaron sobre la movilización popular, saludaron el gesto de Netanyahu, con seguridad llamarán a cesar con las protestas e iniciarán ´conversaciones´ con el gobierno en busca de algún tipo de consenso. Para Netanyahu, ´postergar´ el tratamiento del paquete de medidas es sólo una pausa, sobre todo, para desmontar el movimiento popular. Por lo pronto “Netanyahu puede haber abierto una brecha entre el presidente del Partido de Unidad Nacional, Benny Gantz, y otros partidos de oposición” (íd.). 
 “Hace dos días, el director general del Ministerio de Defensa, mayor general, Eyal Zamir, aterrizó en Washington para un viaje de negocios de rutina. Cuando se enteró de que Netanyahu había despedido a su jefe, Zamir se disculpó con sus anfitriones, se dio la vuelta y regresó a casa. Israel, digámoslo de nuevo, se está comportando como una república bananera de la peor clase … No es de extrañar que sus amigos en Washington estén preocupados” (íd.). Las FF.AA. estarían buscando restaurar en su cargo a Gallant.
 La cosa es simple. El ‘establishment’ empresario y militar de Israel, por más movilizaciones que active en defensa de la autonomía judicial, no puede prescindir de la colonización de los territorios ocupados, y por lo tanto de los colonos, en su mayoría de la pequeña burguesía fundamentalista y teocrática.. La línea divisoria entre unos y otros es la siguiente: la derecha procura cooptar a una minoría de la clase media palestina con ventajas económicas; la izquierda quiere sumarle concesiones de semi-autonomía, como una red de rutas interna en la zona de ocupación, bajo supervisión militar, para conciliar con el sentimiento nacional palestino según la visión de los opresores. 

 Norberto Malaj 
 29/03/2023

martes, marzo 28, 2023

"Las joyas de la abuela, para los banqueros". Editorial de Marcelo Ramal

La Protesta de los 13

Ucrania a las puertas de la primavera


El invierno en Ucrania está en sus últimos días. Estamos de nuevo en la temporada de barro, y cuando esta termine el suelo se endurecerá y las condiciones serán ideales para operaciones militares ofensivas a gran escala. 
 Como ya escribimos, la campaña de invierno daba la oportunidad a ambos bandos de mejorar su situación táctica en cada frente y preparar las condiciones para ofensivas mayores en la primavera. Durante el invierno los rusos aprovecharon para lanzar ofensivas localizadas en todos los frentes, con resultados variados. En donde las líneas ucranianas fueron cediendo, los rusos fueron explotando la situación. 
 En el frente de Zaporiyia ni los rusos ni los ucranianos lograron avanzar. Los rusos aprovecharon el invierno para reforzar un esquema de defensa en profundidad, construyendo múltiples líneas de trincheras y fortificaciones. Al igual que el año pasado, es en esta zona donde los rusos corren más peligro, ya que de tener éxito una ofensiva ucraniana en dirección norte-sur hacia las ciudades de Tokmak, Melitopol o Mariupol, lograrían cortar la conexión terrestre entre Rusia y Crimea. Kiev declaró repetidas veces que retomar Crimea es el objetivo militar máximo de la guerra (Asia Times, 4/3). Los rusos hicieron varios intentos fallidos de tomar la ciudad de Vuhledar, al este de la línea de Zaporiyia. 
 Hacia el norte en Lugansk, en la línea de Svatove los rusos revirtieron la situación que había hacia finales del año pasado. En ese entonces, los ucranianos estaban presionando a esta línea para tomar la ciudad con el mismo nombre y también Kremmina (donde termina la línea hacia el sur) y avanzar hacia Starobilsk, que es un nodo logístico clave de los rusos en la región de Lugansk y desde ahí rodear la ciudad capital. Ya en las últimas semanas del año pasado se podía ver que los ucranianos habían agotado su potencial ofensivo en este frente y los rusos contraatacaron. En estos días se acercan desde el noreste hacia Kupyansk y empujando a los ucranianos en dirección este-oeste cada vez más lejos de Svatove y Kremmina, preparando las condiciones para una nueva ofensiva en la ciudad de Liman, la cual tienen que tomar si esperan volver a atacar al conglomerado de Slavianks-Kramatorsk al otro lado (sur) del Río Donetsk. Sería la tercera batalla por Liman, que cambió de manos varias veces. 
 En las últimas semanas los rusos lograron un avance sorpresivo hacia la ciudad de Avdivka, que se encuentra a pocos kilómetros al noroeste de la ciudad de Donetsk. Esta ciudad es de las pocas fortalezas que los ucranianos conservan en la primera línea original del Donbass y desde allí de manera rutinaria han bombardeado a Donetsk. Los rusos estuvieron desde el principio de la guerra intentando tomar esta ciudad, pero sin éxito, dado el extenso trabajo de líneas defensivas, trincheras y búnkeres construidos por los ucranianos durante ocho años. La situación creada en torno a Bajmut obligó a los ucranianos a desplazar allí gran cantidad de sus fuerzas disponibles, dejando a Avdivka sin oportunidad de refuerzos. Los rusos vieron la oportunidad y desarrollaron una ruptura en las líneas ucranianas y ahora mismo rodean la ciudad desde el norte, este y sur, formando una suerte de medialuna a su alrededor y cortando sistemáticamente las rutas de aprovisionamiento de los defensores. 
 Sin lugar a dudas, la batalla por Bajmut se ha convertido con diferencia en la más grande en lo que va de la guerra. Desde la brecha que los rusos abrieron en la línea Bajmut-Sirversk con la toma de Soledar en enero, la situación en todo el frente ha estado empeorando progresivamente para los ucranianos, una suerte de colapso en cámara lenta. Ahora mismo los rusos rodean la ciudad desde el norte, este y sur. Las líneas rusas sobrepasan el perímetro de la ciudad hacia el noroeste y suroeste por varios kilómetros. En otras palabras, las únicas tres rutas que los ucranianos pueden usar para aprovisionar o retirar personal de Bajmut están en una suerte de pasillo hacia el oeste, hasta Chasiv Yar, de unos 4-5km de ancho. Si bien estas tres rutas no están físicamente cortadas por los rusos, se encuentran bajo ´control de fuego´, todo vehículo y personal desplazándose puede ser avistado y atacado con artillería. Al día de hoy los rusos, cuyas fuerzas en la región se componen principalmente de unidades de mercenarios del Wagner Group, han logrado apoderarse del 70 porciento de la ciudad en sí e intentan abrirse paso hacia el centro y oeste de la misma. 
 El nivel de destrucción y bajas que hay en Bajmut es pasmoso. Ya desde enero un oficial del ejército australiano, que sirve como asesor de comandantes ucranianos, pintaba un panorama infernal. Lo que el testimonio de este oficial confirmaba es que la relación de bajas entre rusos y ucranianos en y alrededor de Bajmut era completamente desproporcionada, sólo de manera excepcional los segundos lograban equilibrar un poco las cifras. La propia unidad a la que este oficial estaba asignado, la 24ta Brigada Mecanizada, había sufrido un 80 por ciento de bajas entre su personal, razón por la cual tuvo que ser rotada para reconstituirse. Si bien los números de soldados en ambos bandos en la región son comparables (alrededor de 80.000 ucranianos y 50.000-60.000 rusos), los rusos gozan de supremacía aérea y una ventaja aplastante de 10 a 1 en artillería y municiones (El País, 1/3). La tasa de bajas es tan grande que el mando ucraniano comenzó a enviar tropas con apenas dos semanas de entrenamiento a la ciudad (Kyiv Independent, 5/3) en un intento de preservar a las unidades con más entrenamiento y experiencia. Entre los soldados ucranianos circula la versión de que la expectativa de vida en las posiciones de combate es de unas escasas cuatro horas (Newsweek, 20/2). 
 Esta situación encendió las alarmas en el mando militar norteamericano: el desgaste de personal, equipo y municiones por mantener Bajmut es lo suficientemente importante como para poner en duda la capacidad de acumularlo en volúmenes necesarios para lanzar ofensivas importantes en la primavera (New York Times, 16/3). En otras palabras, los estadounidenses estuvieron emplazando a los ucranianos a ceder Bajmut en favor de ofensivas futuras. Como respuesta, los militares ucranianos primero argumentaron que aferrarse a Bajmut les permite agotar a los rusos mientras hacen tiempo necesario hasta la primavera. Desde entonces, Zelensky ha hecho múltiples reuniones públicas con el mando militar en las que se comprometieron no sólo a no retirarse de Bajmut sino también a realizar los esfuerzos necesarios para desbloquear la ciudad, lo cual demandará cuantiosas unidades y recursos. De acuerdo al Gral. Oleksander Sirskyi (comandante de la zona de Bajmut), perder la ciudad tendría consecuencias adversas en todo el Donbass, dado su lugar de relevancia en todo el esquema defensivo. No mucho antes Prigozhin, el CEO de Wagner, explicó que su objetivo estratégico para con la ciudad consistía precisamente en atraer, retener y desgastar la mayor cantidad posible de fuerzas ucranianas.
 Independientemente de lo que suceda en Bajmut, los preparativos para una gran escalada en la primavera no cesan. La OTAN ha comprometido la transferencia de varios cientos de blindados y comprar colectivamente un millón de municiones de artillería para Ucrania que serán entregadas durante el año, aunque la cantidad total de tanques occidentales modernos no será tan importante como lo anunciada previamente con toda pompa (Ukrainska Pravda, 15/2). Lo esperable es que los ucranianos lancen una cantidad enorme de fuerzas en Zaporiyia al mismo tiempo que desarrollen ofensivas en otros frentes con el objetivo de impedir que los rusos transfieran fuerzas de un frente a otro. Hace pocos días, Gran Bretaña anunció que junto a los 14 tanques Challenger 2, transferirá también municiones para éstos compuestas de uranio empobrecido (New York Times, 22/3). El amplio uso de uranio empobrecido por parte de EEUU y Gran Bretaña en el Medio Oriente y Yugoslavia está relacionado a una gran cantidad de reportes de contaminación radioactiva del suelo y problemas de salud de la población afectada, explosión de enfermedades cancerígenas y malformaciones en fetos. Los rusos se han comprometido a responder a este movimiento comenzando a usar ellos también munición de uranio en suelo ucraniano y/o también desplegando armas nucleares en Bielorusia. 
 Esta ofensiva de primavera será toda una apuesta para Kiev, ya que, de fracasar, se pondrá en duda la capacidad de Ucrania de proseguir el esfuerzo de guerra en general. Luego de un año de combate intenso a Ucrania se le están terminando las tropas bien entrenadas y especializadas (Washington Post, 13/3) y al mismo tiempo encuentra problemas crecientes para seguir movilizando nuevos contingentes, los hombres sanos en edad militar restantes suelen ser menos entusiastas y tienden más a intentar eludir la conscripción (Washington Post, 23/3). En otras palabras, Ucrania bien puede estar jugándose a todo o nada en una campaña decisiva y potencialmente suicida. Los rusos parecen tener un cálculo muy similar. Con su movilización anunciada en septiembre, lograron estabilizar los frentes y recuperar la iniciativa local en varios de ellos, pero es dudoso que la cantidad de tropas que lograron sean adecuadas para intentar una ofensiva a gran escala. Para ello, muy probablemente tengan que convocar otra oleada de movilización, que tomaría meses traducir en nueva generación de fuerza. Entonces, pareciera que eligieron recibir la ofensiva ucraniana de la primavera con la expectativa de derrotarla y lanzar su propia contraofensiva más tarde en el verano o el otoño. 
 Hay una sensación de apuro y presión en la OTAN para que Ucrania lance su ofensiva sobre Zaporiyia. Stoltenberg repetidamente se refiere a que el consumo actual de material en Ucrania excede largamente la capacidad de producción occidental (Financial Times, 13/2). Por otro lado, intentar militarizar la economía y ampliar esa capacidad presenta enormes desafíos. Primero porque los recursos que deben ser vertidos en la industria son enormes. El escenario francés – la rebelión popular - se extendería a todo el continente si los diferentes gobiernos tuvieran que reorientar las economías en favor de la industria militar. Segundo, porque aún de contar con los recursos, expandir la capacidad industrial bélica es un proceso que tomaría largos meses sino años. Por lo tanto, las transferencias de armas a Ucrania seguirán consistiendo de donaciones de los propios stocks existentes de la OTAN, que tampoco son particularmente numerosos (a excepción del norteamericano). Por ejemplo, en el caso británico, ellos estarán donando unos escasos 14 tanques de una flota de 150 considerados activos, pero buena parte de estos necesitaría por lo menos un mes de reparaciones antes de ser considerados funcionales. Encontrar un fin militar rápido a la guerra también está en el interés de la industria militar europea: cuanto más se extienda la guerra, más se vaciarán los arsenales europeos. Lo que podría a primera vista ser buenas noticias para la industria militar, en realidad es un problema: su capacidad de producción es una sombra de lo que fue durante la guerra fría y la demanda, cuanto más grande y urgente, necesitará comenzar a comprar material de productores no europeos (Político, 20/3). Los rusos conocen esta situación y evalúan que una guerra de desgaste extendida en última instancia los beneficia. Por un lado, lograron poner en pié de guerra a su industria y ampliar la capacidad de producción significativamente sorteando los cuellos de botella en la provisión de insumos de alta tecnología que la OTAN les intento negar mediante sanciones y guerra económica. De acuerdo a Medvedev, quien está a cargo de toda la producción de material bélico, para este año proyectan producir 1.500 tanques (Sputnik News, 23/3), cifra que multiplica varias veces la cantidad de tanques occidentales que recibirá Ucrania. Por otro lado, de acuerdo a la propia inteligencia de la OTAN, los stocks de municiones existentes por sí mismos le permitirían a los rusos continuar con la misma intensidad de operaciones por al menos otros dos años (Reuters, 9/3).

 Leib Erlej 
 25/03/2023

La Francia obrera desencadenada


Después del paro de 24 horas y las manifestaciones del jueves pasado, la Intersindical de las Centrales francesas ha convocado a una nueva jornada para el martes próximo. La sanción de la reforma previsional por decreto sólo sirvió para atizar la rebelión popular. A la movilización de alrededor de tres millones de trabajadores y del paro en todo el país, siguió un fin de semana de acciones directas y piquetes y una escalada de enfrentamientos con la policía, cebada en una represión que ha sido cuestionada incluso por un relator de Naciones Unidas.
 Macron no acepta ninguno de los recules que le proponen aliados, adversarios y la burocracia de los sindicatos, por razones muy claras. No solamente ha empeñado su mandato en imponer el aumento de la edad jubilatoria, sino también en un proyecto de ley contra la inmigración y el retaceo del derecho de asilo. El viernes pasado, el anuncio de una caída del 14% en las acciones del Deustche Bank y del Commerzbank, fue acompañado por un derrumbe de Société Générale y Paribas; Macron necesita extraer recursos de los trabajadores para socorrer a los bancos franceses. Por sobre todo esto se encuentra la guerra: una caída de Macron o incluso el retiro de la reforma previsional dejaría al desnudo la quiebra política de los regímenes que han organizado la guerra de la Otan. Macron se apresta a viajar a China para salvar la tajada del mercado asiático para los monopolios franceses, pero también como parte de la negociación que la Unión Europea quiere entablar acerca del “plan de paz” propuesto por XI Jingping. Los bloques en choque están discutiendo un nuevo reparto de la dominación mundial que dejará abiertos nuevos escenarios de guerra. 
 La unidad de cuestiones políticas estratégicas que ha expuesto la movilización de las masas de Francia, motiva también planteos de recambio, a partir de una certeza de que Macron puede ser derrotado por los trabajadores. Laurent Berger, el secretario general de la CFDT, “se mostró preocupado por la espiral de violencia….en los márgenes de las movilizaciones”. Se airea la necesidad de establecer una “Sexta República” en reemplazo de la V° que se encuentra en vigencia. Los cambios, de todos modos, no serían significativos, al punto que muchos proponen que la iniciativa de cambiar la Constitución la tome el mismo Macron. Un columnista del Financial Times caracterizó esta semana a la V° República como “una dictadura electoral”. Impuesta por un golpe de estado, en 1958, otorga poderes de monarca a la Presidencia de la Nación. Dentro de la coalición oficial se reclama la sustitución de la primera ministra y la formación de un nuevo gobierno. Hay propuestas de reestablecer un sistema parlamentario ‘aggiornado’ a la crisis. La Corte Constitucional, otra creación de la V° República, que otorga a una oligarquía vitalicia la responsabilidad última por las leyes, debe pronunciarse dentro de un mes sobre la legalidad del decreto que impone la reforma previsional. Hay claramente una crisis de poder ‘por arriba’. De acuerdo a las últimas encuestas el mayor beneficiario de la crisis sería el partido Renovación Nacional, la derecha, que sube cinco módicos puntos en la intención de voto, desde otro módico piso del 19 por ciento. RN ha votado contra el aumento de la edad para jubilarse. Macron está perfectamente al tanto de que varios sectores internacionales ‘anglosajones’ tienen un fuerte interés en moverle el piso.
 En Francia se ha impuesto desde hace mucho el método de “huelgas reconducibles”, que consiste en votar paros limitados que se reconvocan a partir de nuevas asambleas. Ha sido la modalidad preferida para coartar las luchas, o sea desgastarlas, en especial en los grandes movimientos, como ha ocurrido en las huelgas ferroviarias contra las privatizaciones del transporte. Ahora ocurre lo mismo, aunque en los recolectores de basura y buena parte de refinerías se ha convertido en una huelga general. La Federación de la Industria Química de la CGT ha instalado piquetes en esas instalaciones. Estas fracturas en la principal Central sindical de la burocracia es una expresión del ímpetu de la lucha. Otra modalidad antigua es la reinstalación de la Intersindical, entre las burocracias que rivalizan sin tregua en ‘tiempos normales’. Para la burocracia de la CGT la Intersindical sirve como coartada oportuna: ‘no podemos ir a una huelga general indefinida porque se rompería la unidad del movimiento obrero’. 
 Las movilizaciones y las huelgas, que pueden ser caracterizadas como “huelgas políticas de masas” (Luxemburgo, Trotsky), chocan con el desgastado muro de contención de los aparatos sindicales, fundamentalmente, y también de la izquierda ‘trotskista” – sus organizaciones principales son NPA y Lutte Ouvriere. Por adaptación y oportunismo, o por un declarado espíritu conservador, respectivamente, van a la cola de los acontecimientos. Otro puñado de grupos de izquierda plantea la huelga general y algunos hasta el derrocamiento de Macrón. (“Abajo el gobierno de Macron” o “Que se vaya” (por Macron). Proponen y se empeñan en montar comités de bases o interseccionales, pero con la característica propia de estos grupos – cada uno quiere formar el suyo. En Francia, como ocurre en todas las rebeliones populares de la última década, chocan el futuro con el pasado. El futuro que imponen las nuevas generaciones, actuando con resolución y combatividad, y el pasado de organizaciones que han quedado esclerotizadas en la adaptación sistemática, el esquematismo y la fórmula vacía. Por otra parte, no hay signo más claro de parasitismo que el autobombo. 
 La invocación a “la guillotina”, en la Place de la "Discorde", en alusión a las cabezas de monárquicos y reaccionarios hace dos siglos; o a las ocupaciones de fábrica de 1936 y 1968, muestran que los acontecimientos franceses no pueden ser encasillados en ‘sindicales’. En pocas semanas sabremos si Europa ha entrado en una etapa revolucionaria. 

 Jorge Altamira 
 26/03/2023

Macri: en la FIFA se está mejor que en Argentina


Los asesores de marketing político logran hazañas retóricas extraordinarias. Es el caso del video donde Mauricio Macri, más guionado que nunca, anuncia su apartamiento de la disputa presidencial. En pocos minutos, el ex presidente logró comparar al macrismo con la selección de Messi, y presentó a las fracturas en Juntos por el Cambio como expresión de la “competencia sana” y el “trabajo en equipo”. Los medios "amigos", en su mayoría, salieron a desparramar que “se ordena” la oposición, mientras exaltaban la figura del renunciante. Una mirada más severa, sin embargo, dice otra cosa: el PASO al costado del jefe del PRO es una manifestación de la crisis que envuelve a la coalición opositora, e incluso puede agravarla. 
 Según revelan ahora los diarios, las semanas previas al "renunciamiento" vinieron acompañadas de una fuerte presión de sectores capitalistas para que Macri asuma la candidatura presidencial de JxC. Más allá de los “elogios” que le prodigaron algunos empresarios nacionales o internacionales, especulaban con que su candidatura podría abatir o al menos atenuar las disputas en el frente macrista-radical. Pero según el editorialista Kirchbaum, de Clarín, ocurrió al revés: esas divisiones terminaron alimentando su renuncia. “El enfrentamiento interno -dice Clarín- impide avanzar en cualquier proyecto conjunto de gobierno, convencidos como están de que esta vez recibirán una herencia mucho peor de la que dejaron Cristina y Macri”. En buen romance, Macri se “borró” ante la perspectiva de pilotear un colapso económico y una nueva cesación de pagos al frente de un gobierno dividido. Por otra parte, el “renunciante” cargaba con la hipoteca de un fuerte rechazo en las encuestas, razón para que algún otro macrista –y seguramente uno o varios radicales- se atrevieran a desafiarlo en las PASO. Por estos mismos motivos, después de la decisión de Macri nadie puede asegurar “ordenamiento” alguno en JxC, el cual, según el mismo Clarín, está “tan cerca de gobernar como de romperse” (26/3). 

 Bullrich

 Otros analistas consideran que la decisión de Macri le pavimenta el camino a Patricia Bullrich, con cuya orientación política se identificaría el ex presidente. Si ello es así, es claro que Macri no ha querido colocar su propio pellejo al frente de esa política, que plantea llevar adelante una contrarrevolución social y laboral apelando si es necesario a los métodos de un estado de excepción. Los “trumpistas” argentinos parlotean sobre la política de shock sin hacerse cargo del fantasma que sobrevuela sobre el conjunto de la crisis política: el de la rebelión popular, por parte de una clase obrera y un pueblo explotado que soporta un 40 % de pobreza y, para quien trabaja, niveles intolerables de sobrexplotación laboral. El principal columnista de La Nación, Carlos Pagni, acaba de publicar un libro referido al conurbano bonaerense, al que caracteriza como un volcán social a punto de erupción.
 La renuncia de Macri, en este cuadro, es un retrato del impasse mortal del régimen que lo tiene como a uno de sus principales protagonistas: mientras que los “nacionales y populares” tienen al barco que manejan bordeando el default y la hiperinflación, sus antagonistas no se quieren hacer cargo del cimbronazo social ajustador que pregonan en palabras. 
 A su manera y en su “campo”, Cristina Kirchner recorrió el mismo camino meses atrás, cuando se dio de baja de la carrera presidencial aduciendo la persecución judicial. Desde entonces, masculla su retórica política en foros y conferencias, mientras sostiene férreamente la confiscación histórica a trabajadores y jubilados que Massa perpetra a cuenta del FMI. La transformación de los dos mayores protagonistas del régimen imperante de la última década en “charlistas de video” es una manifestación poderosa de la crisis de dominación política del capital. 

 Marcelo Ramal
 27/03/2023

domingo, marzo 26, 2023

Abajo la reforma jubilatoria. Fuera Macron


Que la Intersindical convoque a la huelga general “ilimitada” hasta derrotar al gobierno. La fuerza de los trabajadores está en las calles, no en las maniobras parlamentarias. 

 La situación en Francia se acerca al punto de ebullición. Huelgas masivas, piquetes de ruta, barricadas en las calles de ciudades y pueblos a lo largo y ancho del país. El reclamo contra la reforma jubilatoria se extiende a sus responsables políticos. El gobierno del presidente Emmanuel Macron cruje y, junto a él, el régimen político francés de la llamada V° República. La izquierda que se reclama revolucionaria tiene la responsabilidad de utilizar todos los medios disponibles para extender y llevar al triunfo al movimiento huelguístico y de lucha y transformar esta situación en una lucha por el poder para los trabajadores. 

 Los de arriba no pueden

 El régimen utilizó todo el peso de sus instituciones para contener a la clase obrera, pero fracasó. Las luchas en las calles rebalsaron el control de la burocracia sindical. Del grito contra la reforma jubilatoria se pasó al reclamo por mejoras salariales y a la exigencia de renuncia del gobierno.
 La tratativa parlamentaria tampoco zanjó la crisis. El gobierno rechazó la oferta de componenda de la oposición -el Nupes de Jean-Luc Mélenchon, el Partido Comunista, etc.- que adaptaba el articulado de ley a una reforma “con rostro humano”. Sin los votos necesarios para su aprobación, y recurriendo al decreto presidencial (el llamado “artículo 49.3”), Macron avivó las llamas de la rebelión. 
 En respuesta, el lunes 20 fueron presentadas dos mociones de censura en el parlamento con el fin de hacer caer el gobierno. El bloque encabezado por Nupes estuvo a 9 votos de lograrlo. Además de propios y aliados, sumó a un sector de la derecha liberal que está tomando distancia de Macron, y a la ultra derecha de Marine Le Pen, cuya moción de censura conquistó menos apoyos. Esta votación debe ser anotada como un planteo de rescate del régimen, delineando un armado frentepopulista sin límites a la derecha. También, el plebiscito lanzado por Nupes que, como el del 68, busca desviar la pelea al terreno institucional. 

 Los de abajo, ¿quieren?

 Las jornadas vienen mostrando una tendencia a la radicalización y a la maduración política. El centro de la actividad está decididamente en las calles. Existen sectores sindicales que están virtualmente en paro indefinido. Los piqueteros franceses tomaron las icónicas avenidas de París y bloquearon las rutas que conectan a los aeropuertos y a las principales ciudades. Los activistas de “primera línea” montaron barricadas contra la represión de las brigadas de la CRS y otras fuerzas policiales. Cada día cobran más fuerza las consignas por la huelga “ilimitada” (huelga general indefinida) y por la caída del gobierno.
 Para que la lucha se defina en las calles, y no en el recinto cerrado del parlamento burgués, es necesario plantear que la Intersindical, que concentra la representación del movimiento obrero, convoque sin dilaciones a la huelga general “ilimitada” –indefinida- para que se retire el proyecto de jubilaciones y, con él, que se vaya el gobierno de Emmanuel Macron, responsable de la aplicación de las políticas de austeridad de la “troika europea” (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). La Intersindical está bloqueando esta perspectiva atada a la política de la oposición parlamentaria y viene dilatando en el tiempo las medidas de fuerza.
 En este contexto, es necesario impulsar a fondo todas las instancias de autoconvocatorias y coordinación de los sectores en huelga, que será la forma de imponerle la huelga general a la Intersindical o en su defecto erigirse como la fuerza dirigente del movimiento, en tanto la Intersindical se mantenga en su posición contemporizadora. 
 El reclamo de huelga general dirigido a la Intersindical -y el impulso, en ese marco, de las iniciativas de lucha de los sectores más aguerridos del movimiento obrero- no puede ser reemplazado por autoproclamaciones de una pequeña nómina de delegados combativos, como defienden algunos sectores de la izquierda. La tendencia a encapsularse sobre sí mismos al igual que la negativa a plantear el “Fuera Macron” esconde la aprensión ante un proceso de alcances históricos, aunque con una dirección (la Intersindical) totalmente ajena y hostil a una estrategia de independencia de clase.
 Eludir estos debates le regala un terreno de demagogia a las variantes de recambio burgués, que hacen del eje contra Macron su fuerza aglutinadora. El retiro del proyecto de jubilaciones y el Fuera Macron debe ir acompañado de una delimitación con las variantes burguesas y el impulso de los reclamos reivindicativos transicionales más sentidos. Son los trabajadores en lucha y sus organizaciones de clase -no los políticos capitalistas- quienes están llamados a suceder a Macron. 

 Ecos del 68 

 La intervención masiva de la clase obrera de Francia, haciendo uso de sus organizaciones históricas, está imponiendo una huelga general en los hechos. Con su iniciativa, amalgama detrás suyo a las clases explotadas de la nación, como se registra en los apoyos de los sectores más precarizados –al estilo Chalecos Amarillos- o en la juventud. 
 La acción directa de los trabajadores mostró la caducidad del régimen de la V° República Francesa y pone en tela de juicio la pretensión de Macron de relanzar el imperialismo francés en momentos de declinación histórica del capital. Pero también está indicando cómo combatir a la ultraderecha y a los fachos, que no logran levantar cabeza ante el ascenso de las luchas. 
 Como en las barricadas del Mayo Francés de 1968, que también incluían el reclamo contra el aumento de la edad jubilatoria, la defensa de las conquistas reivindicativas está desenvolviendo el problema del poder. Y, por lo tanto, el del partido revolucionario. 
 Con huelgas generales también en Reino Unido y en Grecia, y acciones de masas en España, Bélgica y Alemania, la clase obrera francesa puede encender la chispa en toda Europa.

 Luciano Arienti

Las horas más oscuras de la crisis bancaria


La pregunta hoy es quién será el próximo en caer.

 La ola de pánico en los mercados desatada por la quiebra del Sillicon Valey Bank, un importante banco de Estados Unidos, no se detiene. Al contrario, por su duración se asemeja más a una maratón bancaria antes que a una corrida. Luego de sufrir la bancarrota más importante desde 2008, los operadores bursátiles empezaron a revivir los recuerdos de otros momentos catastróficos a sabiendas de que el banco californiano fue la primera pieza caída en un escenario extremadamente frágil, antes que un caso aislado. Sus certezas no tardaron en ratificarse. Pocos días después de la nacionalización de los depósitos del SVB realizado para contener el contagio y a pesar de que los propios bancos se ofrecieran a inyectar liquidez en el First Republican Bank para salvarlo, las malas noticias llegaron del otro lado del Atlántico. 
 Se trataba del Credit Suisse, el segundo banco más importante de Suiza, cuya insolvencia venía siendo un secreto a voces y cuya credibilidad caía al ritmo de sus acciones. El Banco Central Suizo y el gobierno de ese país intentaron llevar tranquilidad con anuncios que no causaron el menor efecto. Finalmente, terminó siendo absorbido por el principal banco de Suiza, el UBS, sin que esta medida sirviera para calmar a los mercados que castigaron severamente la operación. 
 La situación de los bancos a nivel internacional es una enorme ruleta rusa, en la cual todos los test de estrés se han quedado cortos a la hora de recrear una situación como la que se vive en la realidad. La pregunta, en la actualidad, pasa más por ver quién será el próximo, antes que si habrá más quiebras o no. Es que el manejo de la inflación por parte de los bancos centrales ha expuesto buena parte de la fragilidad que se ocultaba detrás del dinero barato y las bajas tasas de interés. Además, es sabido que no se trata solamente de los bancos, sino que son miles las empresas zombis que sobrevivieron exclusivamente gracias a esa liquidez extrema y que, al terminarse esa política, están al borde de la quiebra. 
 En estas horas, el principal candidato a sumarse a la lista de quebrantos es nada menos que el Deutsche Bank, el banco más grande de la primera potencia europea. Sus acciones cayeron un 13% en las primeras horas del viernes, mientras que lo hacen en un 24% durante marzo. Los principales bancos centrales (y Estados) del mundo discuten qué hacer frente a esta situación porque si bien es un banco too big to fall (demasiado grande para caer) también es too big to save (demasiado grande para ser salvado). Los seguros contra default del banco se han disparado a niveles inéditos, mostrando la necesidad de cobertura frente a lo que podría ser la quiebra bancaria más grande de la historia moderna, no solo por su capital, sino por su importancia política. 
 El pánico en los mercados ha llevado a un retiro masivo de depósitos, sometiendo a los bancos a graves problemas para responder a esa demanda. Para tomar dimensión de este fenómeno alcanza con repasar dos datos de lo que está ocurriendo en Estados Unidos. Por un lado, la caída del valor de las acciones de los bancos, que en lo que va del mes supera los 229.000 millones de dólares, por el otro, más grave aún, la cantidad de dólares extraído de las cuentas en las últimas dos semanas alcanzó la suma de 5,13 billones de dólares, el más elevado desde abril de 2020, el momento más incierto de la pandemia.
 Cuando los ahorristas consideran que el banco no es lo suficientemente confiable para dejar su dinero ahí y se lo llevan de manera generalizada, se habla de una corrida bancaria y muchas veces esa desconfianza es la que termina produciendo la quiebra. En este caso, por la dimensión de las instituciones en jaque, está seriamente comprometido el presente y el futuro del sistema financiero mundial. 
 Es fundamental, en estas instancias, no analizar los hechos aislados como hacen los economistas vulgares o la izquierda con una comprensión superficial de la crisis mundial. Por el contrario, se trata de ver la película, la sucesión y concatenación de hechos que nos permiten comprender la continuidad de la crisis, la etapa histórica en que se desarrolla y cómo la euforia bursátil que precedió a este quebranto era una parte necesaria de él. Es la dinámica de la crisis capitalista, algo que los impresionistas de siempre son incapaces de incorporar en su análisis. 

 La moneda en el aire de la FED 

En medio de este cataclismo, el último miércoles todos los focos del mundo financiero se encontraban en el anuncio de la Reserva Federal norteamericana (el banco central de Estados Unidos) sobre cómo continuaría su política de tasas de interés. La decisión no era en absoluto sencilla, ya que ese dato tiene una influencia a escala planetaria y la expectativa estaba en si daría por concluida la fase de subas para dar lugar a algunas flexibilizaciones en materia monetaria en medio del tembladeral financiero de las últimas semanas.
 Si bien Jerome Powell (titular de la entidad) había ratificado hace pocos días frente al congreso que la hoja de ruta trazada seguiría su camino, en el medio “pasaron cosas”. 
 Continuar con la suba de tasas como se hizo durante las ocho reuniones anteriores implicaba prácticamente condenar a la quiebra a muchos de quienes coquetean con el abismo; comenzar ahora la reversión de esa política era dar por perdida la batalla contra la inflación cuando aún es elevada.
 Finalmente se optó por un punto intermedio entre el 0,5% que supuestamente aumentaría y la pausa a las subas que muchos reclamaban, aumentando 0,25%. Una medida para ganar un poco de tiempo y “desensillar hasta que aclare”. El gran problema es que tan solo 48 horas después de anunciada la medida, lejos de aclarar, parece estar armándose un verdadero tornado.
 Al mismo tiempo que subía la tasa, la FED amplió en las últimas semanas su hoja de balance (emitir dólares) a una velocidad récord que, como ya hemos visto, no sirvió para tranquilizar la estampida financiera. Una política contradictoria producto de un escenario por demás intrincado en donde cualquier movimiento puede hacer explotar todo por los aires. 
 El Banco Central Europeo, por su parte, también decidió la semana anterior seguir subiendo la tasa, prefiriendo la recesión y la desinflación antes que la estabilidad financiera. Muchos advierten que las medidas de ambas instituciones son erróneas y que rápidamente tendrán que revertirlas, devolviendo liquidez al mundo a costa de convivir con la inflación más alta en décadas por bastante tiempo. 
 Es que, más allá de una determinada política monetaria o de estímulos financieros, lo que ha salido a la luz -una vez más- es la incapacidad del capital para recuperarse de la crisis. Un régimen social caduco no se repone con un alza de los índices bursátiles ni con el crecimiento del nivel de actividad. 
 No alcanza con los ataques a la clase trabajadora (que los resiste a lo largo y ancho del planeta) para recomponer la tasa de ganancia genuina, no ficticia. La destrucción de capitales a gran escala, necesaria para esa recomposición, ha sido esquivado de manera sistemáticamente por la burguesía, debido a las consecuencias absolutamente gigantescas y explosivas que significaría. 

 Gastón Fux

A veinte años de la invasión yanqui de Irak


Tony Blair, George Bush y José María Aznar, tres de los presidentes que lideraron la invasión 

Las "armas de destrucción masiva" que nunca existieron y la devastación del país por parte del imperialismo.

 Hace veinte años, un 19 de marzo de 2003, una coalición encabezada por Estados Unidos lanzaba la invasión de Irak, dando paso a una guerra que dejó más de medio millón de iraquíes muertos, en su mayoría civiles, y millones de desplazados. 
 El pretexto fueron las “armas de destrucción masiva” que supuestamente poseía el régimen de Saddam Hussein, lo que ameritaba, según el presidente norteamericano George Bush jr., un ataque “preventivo”. El 5 de febrero de 2003, el secretario de Estado, Colin Powell, expuso la acusación ante la asamblea de Naciones Unidas, cuando el operativo ya estaba en marcha.
 El objetivo real era el petróleo iraquí y, más en general, el control político y económico de Medio Oriente. Para despejar toda duda al respecto, vale decir que las famosas armas de destrucción masiva no se encontraron jamás.
 Las tropas yanquis y británicas, que ingresaron desde Kuwait, pudieron avanzar con bastante velocidad y para el 9 de abril, los primeros tanques llegaron a Bagdad. 
El gobierno de Saddam Hussein (quien sería ejecutado en 2006) se desplomó, y en su lugar se colocó una administración fantoche de los Estados Unidos. Sin embargo, el conflicto no se terminó. La coalición imperialista no pudo estabilizar el territorio, donde estalló una resistencia a los ocupantes, y debió mantener sus tropas hasta 2011. Ese año, el presidente Barack Obama anunció el fin de la “Operación Libertad”, pero apenas tres años más tarde tuvo que volver a enviar soldados (que se mantienen hasta hoy), cuando a todos los dolores de cabeza del imperialismo en la región se sumó el desarrollo del Estado Islámico. 
 A diferencia de la guerra anterior con Irak, en 1991, cuando Washington pudo alinear fácilmente a los países europeos, la segunda vez se topó con mayores dificultades. Sumó el apoyo del Reino Unido (gobernado entonces por el laborista Tony Blair) y de España (bajo el mando del derechista José María Aznar), pero no de Francia y Alemania, que sí se habían plegado a la invasión de Afganistán en 2001.
 El ataque desató grandes movilizaciones populares de repudio en todo el mundo, incluyendo Argentina, donde participaron el movimiento piquetero, las asambleas populares y la izquierda. Las luctuosas fotos de los prisioneros apilados y desnudos en las celdas de Abu Ghraib, que dieron la vuelta al mundo en los primeros años de la guerra, desplomaron la imagen de Estados Unidos, en especial en el mundo árabe. 
 El empantanamiento en Afganistán y el pandemónium iraquí marcaron un debilitamiento de la hegemonía yanqui en el mundo. Junto a Corea del Norte, eran los dos países que la Casa Blanca había calificado en 2001, en términos maniqueos, como el “eje del mal”. Un intento de justificar no solo la devastación bélica, sino también el cercenamiento de las libertades democráticas en los propios Estados Unidos, bajo el argumento de protegerse del “terrorismo”.

 Régimen político 

Para tratar de ordenar Irak, donde el ejército de Hussein había sido disuelto y pululaban milicias de todo tipo, se estableció una nueva Constitución (2005) y un reparto del poder entre los distintos clanes. Tomando como base el modelo libanés, el cargo de primer ministro recayó en un chiíta, la jefatura del parlamento en un sunita, y la presidencia en un kurdo. 
 Este esquema de reparto de poder, al igual que el del Líbano, entró en crisis como fruto de las luchas faccionales y del creciente repudio de la población, hastiada de la corrupción, el empobrecimiento y el derrumbe de los servicios (apagones energéticos, falta de agua potable). En 2019, un levantamiento popular volteó al gobierno de Adel Abdul Mahdi. 
 En octubre de 2022, después de una atribulada lucha faccional, el parlamento votó como primer ministro a Mohammed Shia al Sudani, del chiíta Marco de Coordinación, con el apoyo del resto del establishment político. Pero el grupo de Muqtada al-Sadr, un clérigo del mismo origen que tomó el hemiciclo en el curso de la crisis política, boicoteó la sesión y se mantiene en la oposición al nuevo gobierno. 

 Consecuencias

 Los ajetreos de las guerras de Afganistán e Irak le costaron la reelección a Bush hijo, pero también complicaron a sus sucesores en el cargo -Obama y Donald Trump. El financiamiento de la invasión iraquí (en 2007 llegó a haber 170 mil soldados apostados) contribuyó a un salto de la deuda pública norteamericana como proporción del PBI, según el proyecto Costs of War (El País, 20/3), agravando el problema del endeudamiento de la principal potencia mundial. Solo se vio favorecido un puñado de compañías que lucraron con los hidrocarburos y la reconstrucción del país, azotado por los bombardeos.
 Irak, en tanto, quedó destruido por la guerra y nunca se recuperó. Y, si bien Washington mantiene tropas en la zona e influye sobre el gobierno, Irán ha ganado posiciones, e incluso operan en la región milicias que responden a Teherán. 
 La expulsión del imperialismo de Medio Oriente y una federación socialista de pueblos de la región son consignas vigentes frente a esta situación. 

 Gustavo Montenegro

sábado, marzo 25, 2023

El estado sionista atraviesa algo más que una crisis política


Hace diez 10 semanas que se desarrolla, sin solución de continuidad, una movilización popular que no deja de crecer, pero por sobre todo una fractura en el aparato del estado, incluidas especialmente las Fuerzas Armadas y el aparato de Seguridad. Un oficial del ejército planteó, según el diario Haaretz, un dilema que no puede ser más fundamental: ¿a quién deben obediencia los militares, al gobierno o a la Corte de Justicia?
 Con la formación de un gobierno de coalición ultraderechista del fundamentalismo religioso, encabezado por Benjamín Netanyahu, fue puesto a consideración del Congreso un proyecto de ley que no es nuevo. Se trata de otorgar al Parlamento la facultad de anular las resoluciones de inconstitucional que dicte la Corte Suprema. Para los críticos, el Estado enfrenta la posibilidad de convertirse en una dictadura parlamentaria.
 Detrás del biombo jurídico, lo que está en juego es la decisión de la derecha de imponer una serie de privilegios para la camarilla gobernante y para el fundamentalismo religioso ultraderechista que no serían aceptados en ningún otro lugar del mundo. La Knesset tendría la facultad de anular una resolución judicial que acabe condenando a prisión al mismo Netanyahu, por la comisión de actos de corrupción harto comprobados en todas las instancias judiciales. Más severamente, sin embargo, los fundamentalistas reclaman un cupo de poder en todas las esferas del estado, con independencia de que reúnan las condiciones para ello. Esto ha levantado la oposición de todos los sectores del capital tecnológico, que no conciben la contratación de personal carente de conocimientos en la materia; en ingeniería o en ciencias biológicas. Se ha formado un lobby de la gran empresa para impedir que se prive a la Corte de declarar la ilegalidad o inconstitucionalidad de semejantes anormalidades, que el sector rabinítico defiende como “una discriminación positiva”. 
 La abolición de lo que se ha denominado “la división de poderes”, ha llegado al rojo extremo en las Fuerzas Armadas. En este caso, tiene lugar una anormalidad singular, porque los rabinos y los estudiantes para rabinato se encuentran exentos del servicio militar o de cualquier otra actividad productiva. Es realmente una casta que vive del estado. Pero ahora pretende algo más: la prioridad para incorporar a las fuerzas armadas al sector religioso de la población o apadrinado por el rabinato, en tareas no militares, por ejemplo, administrativas. Esto ha provocado acciones de fuerza de parte de la reserva militar, en las tres ramas de las Fuerzas Armadas. En Israel, la reserva desarrolla actividad periódica de entrenamiento militar y es personal de reemplazo inmediato. Según informaciones, serían inminentes las protestas del personal conscripto – en definitiva, un cuadro de insubordinación abierto. Biden y las grandes corporaciones internacionales han reclamado a Netanyahu que descarte esas iniciativas. Ayer, sin embargo, el proyecto de ley que convierte a la Corte en figura decorativa, fue aprobado en primera lectura por una diferencia de seis votos.
 Los protagonistas en presencia son todos de filiación sionista, o sea defensores de un Estado que se basa en la expulsión, confiscación y hasta limpieza étnica de la población árabe-palestina. La Corte victimizada por Netanyahu ha avalado miles de confiscaciones y hoy mismo prohíbe la construcción de viviendas por parte de palestinos en Jerusalén Este, un territorio ocupado por el estado sionista. Ha admitido el avance de la colonización sionista, fundamentalmente de colonos fundamentalistas y ultraderechistas. Para la derecha, sin embargo, es decisivo abolir el control de constitucionalidad de la Corte, porque ésta actúa condicionada a tratados o resoluciones internacionales que limitan la confiscación de tierras ocupadas por palestinos. Los ministros de Netanyahu se han prodigado en reclamar la extensión del sionismo a toda la Cisjordania y al actual reino de Jordania. Las Fuerzas Armadas y de Seguridad se verían obligadas a acatar órdenes que van más allá de de sus propios diseños estratégicos, que están concentrados en la lucha contra Hezbollah y las milicias iraníes en Líbano y Siria, y en defender las alianzas con los estados y monarquías árabes. La agenda sionista del estamento militar no coincide con la del fundamentalismo.
 El fundamentalismo ha planteado también revisar la condición judía del Estado sionista, en el cual viven árabes israelíes y judíos de matrimonios mixtos. El fundamentalismo reclama que se reconozca la ciudadanía sólo a judíos ‘puros’ o con elevado grado de ‘pureza’. El fundamentalismo recurre para definir la ciudadanía israelí el mismo método que utilizó el nazismo para quitarle la ciudadanía alemana a los judíos, años antes de la masacre directa y las cámaras de gas. Este punto, en apariencia aberrante, es sin embargo sustancial, porque defiende un estado de base racial. En lugar de pueblo portador de un mensaje universal, de acuerdo al relato bíblico, el sionismo convierte al judaísmo en un nacionalismo racista. No solamente esto: el fundamentalismo sionista recibe apoyo del fundamentalismo evangélico norteamericano, de raigambre antisemita, como ocurre también con todo el círculo áulico de Donald Trump. 
 La crisis ‘constitucional’ en Israel es sobre otra cosa. 

 Jorge Altamira 
 24/03/2023