miércoles, junio 28, 2006

22 de junio de 1941: el ejército nazi invade la Unión Soviética.

MENSAJE DE LA 36

Cuando el fascismo se había apoderado de casi toda Europa, contaban con todos los recursos económicos y el desarrollo técnico de las naciones dominadas dieron inicio en la madrugada de junio de 1941 el traicionero ataque contra la ex Unión Soviética.
Los ejércitos fascistas se habían acostumbrado a derrotar a ortos ejércitos burgueses pertenecientes a regímenes capitalistas.
Por eso cuando Hitler atacó cobardemente al país de los Soviets los alemanes se encontraron por primera vez con un ejército de hombres conscientes, con un pueblo movilizado y desde un primer momento con una resistencia tenaz de todo el pueblo.
Los imperialistas y la reacción mundial intentaron frenar la marcha de la humanidad hacia el bienestar y el progreso, y el precio terrible que le impusieron al pueblo soviético fue la perdida de 20 millones de sus mejores hijos durante la gran Guerra Patria.
También ayer al igual que hoy los imperialistas creyeron que su imperio duraría por siempre sobre la faz de la tierra, y sin embargo a los pocos años serían derrotados totalmente por el glorioso Ejército Rojo.
En honor a quienes como dijera el líder británico Winston Churchil que, “Jamás tantos, le debieron tanto a tan pocos”, hoy trataremos humildemente de recordar el inicio de aquella cobarde agresión en honor a los 20 millones de soviéticos asesinados por el imperialismo fascista alemán.
El 22 de junio de 941 se desplomó sobre la ex Unión Soviética una guerra dura y cruenta.
La situación existente en el año 1941 se iniciaba con la irrupción por sorpresa de los tanques fascistas sobre la retaguardia profunda soviética. La situación en algunos lugares del frente cambiaba rápidamente como en un caleidoscopio. Inmediatamente en el extenso frente de batalla tenían lugar enconadas batallas contra las fuerzas alemanas numéricamente superiores.
En estos duros combates nacieron las batallas históricas el Ejército Rojo que después triunfarían a los muros de Moscú, de Leningrado, de Stalingrado.
Los combates que tuvieron lugar en el frente soviético alemán nunca habían tenido precedentes por su envergadura, por la continuidad y el encarnizamiento. En ellos participaron millones de hombres. Los enormes cambios súbitos y bruscos eran inevitables el nuevo material de guerra moderno podía facilitar una gran movilidad facilitando incluso que algunas de las victorias tácticas se convirtieran en operaciones sumamente importantes.
Surge la cuestión en esa oportunidad de cómo es posible dirigir de un modo regular estos combates cuando se producen estos cambios en algunos sectores.
El proceso de la Segunda Guerra en la ex Unión Soviética responde a esta pregunta dónde se manifestó el papel dirigente y organizador del Alto mando del Ejército Rojo.
La estrategia hitleriana fue aventurera, pero esto no evitó que el mando alemán también comprendiera la importancia de la dirección única y centralizada de las operaciones. Por el contrario los alemanes basaban sus cálculos en desorganizar el sistema de dirección de las Fuerzas Armadas soviéticas como había conseguido hacerlo en los países capitalistas de occidente en el año 1940, utilizando para ello fuertes golpes de los ejércitos motorizados y aéreos.
En aquellos momentos críticos de la historia de la guerra se puso de manifiesto toda la fuerza de la estrategia del mando soviético. Los generales, oficiales y los soldados actuaron bajo la bandera de la unidad del Alto Mando del Ejercito Rojo.
Aquella fuerza de la estrategia del Ejército Rojo residió en su acierto, en su penetración, en su tendencia a su fin y en el aseguramiento por todos los medios necesarios de los planes de guerra. Esa fue la poderosa voluntad de vencer armada de todo el arsenal de la ciencia militar, dirigida por un mismo pensamiento austero y claro.
El arte militar es el arte de vencer decían los soldados del Ejército Rojo. En el año 1941 el ejército, sus jefes, sus soldados habían pasado por la escuela de la maestría militar en el frente de las batallas. Los alemanes tenían a su favor muchas ventajas muy serias. Los propios soviéticos reconocían que los alemanes habían logrado llegar a los accesos de Leningrado, de Moscú, de Rostov. Por ello la victoria en Moscú de los soviéticos es una gran obra destacada del arte de vencer en una guerra en una situación crítica.
Ya en el año 1942 el enemigo alemán consiguió serios éxitos tácticos. Los fascistas alemanes llegaron hasta el bajo Volga y surgió una situación extremadamente peligrosa nuevamente se decidía la suerte de la guerra. Por eso es mucho más inmortal y digna la victoria del Ejército Rojo en Stalingrado, obra maestra del arte de vencer en las circunstancias más difíciles.
Moscú en 1941 y Stalingrado en 1942 son en primer lugar las victorias de la estrategia comunista.
Estas victorias fueron el resultado de una clara apreciación de la situación y de la correlación de fuerzas de una acertada comprensión de las particularidades de la guerra moderna, de la habilidad de prever el proceso de desarrollo de los acontecimientos.
Los elementos de la guerra están también sujetos a determinadas leyes. Dicen los viejos marinos que en el mar embravecido de la tormenta, en medio del caos de las olas desencadenas la más peligrosa es la novena.
Este es el limite después la tempestad amaina.
Fue en el límite de sus fuerzas que los alemanes llegaron a Moscú en 1941 y a Stalingrado en 1942.
Este fue el momento de las más grandes decisiones dictadas por el Alto Mando del Ejército Rojo.
En el aspecto operativo táctico esto fue la justa apreciación del limite de las acciones de los ejércitos de tanques y de aviación de los alemanes, en los cuales Hitler confiaba por completo. La fuerza de la máquina militar alemana se estrelló contra la potencia de la resistencia soviética de la defensa activa, construida a base de la acción de conjunto de todas las armas.
Los combatientes soviéticos luchaban inspirados por la defensa de la patria con un gran tesón y valentía insuperables.
Todo el país de los soviets se levantó en ayuda del Ejército Rojo. Las tropas soviéticas provistas ininterrumpidamente con el material de guerra de mejor calidad. En nombre de la victoria los trabajadores de la retaguardia soviética realizaron milagros que asombraron al mundo.
En la experiencia de los combates, el Ejército Rojo estudiaba el arte militar, perfeccionándose en él. Se formaron cuadros de generales y oficiales inteligentes, capaces de realizar las indicaciones del Alto Mando Militar de la táctica pensada y decisiva. Los millones de combatientes del Ejército Rojo se convirtieron en maestros de las armas.
Los terribles elementos de la guerra cayeron sobre los ejércitos alemanes destruyendo sus divisiones y cuerpos de ejército, sus tanques sus aviones, y sus autotransportados.
El mando alemán construyó con apresuramiento fabril un dique gigantesco que debía según sus cálculos detener el empuje poderoso del Ejército Rojo. Los alemanes soñaban con la tranquilidad de la guerra de posiciones tras murallas y líneas fortificadas inexpugnables.
Estos cálculos de los alemanes tenían cierta base. El enemigo pensaba: ¿Si los tanques alemanes fueron detenidos por la fuerza de fuego, no se pude deducir de ello que la misma fuerza detendrá a los soviéticos?.
Sin el empleo de fuerzas móviles, la guerra se transforma inevitablemente en guerra de posiciones. ¿No se había ya conseguido hacer inmóvil la guerra en Leningrado donde las fortificaciones alemanas eclipsaban la fama de la línea Maginot y en otros sectores del enorme frente?
Así planeaba el desarrollo ulterior de la guerra el mando alemán, que había cambiado la brillante armadura de la guerra relámpago por la ropa caqui de la guerra de posiciones.
Entonces se desencadenó como un huracán, la ofensiva del Ejército Rojo, ofensiva desde el Dónetz del Norte a los Cárpatos. Después de derrotar la última esperanza de los alemanes los tanques “Tigres” y “Ferdinands” utilizados en la batalla de Kursk las tropas soviéticas tomaron por asalto las plazas de armas de Orel y de Járkov Bélgorid y como un torrente incontenible avanzaron hacia el este.
Después la acción de la artillería soviética desmintió todas las normas de consistencia de los fortines de hormigón de los alemanes, la infantería soviética superó los límites establecidos para la resistencia y la rapidez de movimiento del hombre. Los tanques soviéticos se introducían raudos en la retaguardia profunda, haciendo renacer en la guerra de posiciones la brillantez de la maniobra. Fueron superados los límites de los posible al pasar el Diéneper, al rechazar el potente contragolpe de tanques contra la plaza de armas de Kiev, en el salto por sorpresa de las unidades del frente de Ucrania al sector Rovno Lutsk al cerrar el anillo del cerco en el sector Korsun. Al derrotar a los alemanes en Smolensk, al romper el cinturón de fortificaciones enemigas en Leningrado y asaltar la fortaleza de Sevastopol.
Los alemanes esperaban que el deshielo de primavera detendría la ola terrible de la ofensiva soviética, soñaban con la tregua y fueron a parar a los Cárpatos.
Durante esa ofensiva las tropas soviéticas reconquistaron cerca de un millón y medio de kilómetros cuadrados de tierra soviética ocupada por el enemigo, avanzaron hacia el oeste casi dos mil kilómetros, llegaron en una gran extensión del frente a las fronteras estatales y liberaron del yugo fascista a millones de ciudadanos soviéticos.
Las bajas de los alemanes comenzaban a ser en hombres y materiales colosales e irreparables.
La histórica marcha maniobra del Ejército Rojo a través de las fortificaciones según todas las reglas de la ingeniería moderna teniendo enfrente a un enemigo aún fuerte y bien armado parecía un verdadero milagro inexplicable.
En realidad la ofensiva del Ejército Rojo se llevó a cabo según los planes elaborados y bien preparados por el Alto Mando.
Si en verdad es un milagro la ofensiva relámpago del Ejército Rojo en las campañas de invierno y de verano en los años 1943 y 1944 es entonces es el resultado de un excelente plan militar y de su brillante realización por las tropas soviéticas.
Según el análisis del propio mando soviético solamente la historia podrá apreciar con profundidad las dificultades de la solución de esta tarea titánica. La estrategia alemana fracasó en la cuestión radical, la habilidad de concentrar fuerzas en la dirección principal, poner en acción, cada vez que era necesario enormes masas de tropas en el inmenso teatro de la guerra. La estrategia de los soviéticos demostró en las campañas de los años 1943 y 1944 toda su tendencia encaminada a su fin. En estas operaciones extraordinariamente complejas y numerosas, se ve con claridad una dirección principal, la suroeste del sector Kursk Orel a Kiev, hacia los Cárpatos.
Los alemanes naturalmente comprendían que los soviéticos aspiraban a liberar la capital de Ucrania y después salir a la retaguardia de la agrupación de tropas alemanas en el bajo Dniéper. Y comprendiendo esto fueron a pesar de todo engañados y desorientados por los golpes propinados por el Ejército Rojo en distintas direcciones.
Bajo esta granizada de golpes demoledores los alemanes a pesar de ello perdieron de vista el avance impetuoso de los soviéticos hacia la región de Kiev que fue ocupado el 6 de noviembre. Cubriendo después la dirección sur no vieron la maniobra imprevista del Ejército Rojo. Los soviéticos se adelantaron operativamente a los alemanes en dirección de los Cárpatos.
En una vieja nota del Buró Soviético de Información publicado con motivo del tercer aniversario de la Segunda Guerra Mundial de donde obtuvimos esta información dice textualmente sobre estas destacadas conquistas del arte militar del Ejército Rojo.
“Por la hábil estrategia del Alto Mando, por la táctica reflexiva y decidida de los generales y oficiales soviéticos, por el heroísmo y la maestría militar de sus combatientes y por último por su potente material de guerra el Ejército Rojo ha infligido muchas derrotas serias a los ejércitos unidos y seleccionados de alemanes, italianos, rumanos y finlandeses”.
“Nuestras tropas obtuvieron grandes victorias que quedarán impresas para siempre en el libro de la historia”.
“Así el Ejército Rojo después de frustrar en el primer periodo de la Guerra patria los planes hitlerianos de guerra relámpago desbarató y enterró en el periodo siguiente la estrategia defensiva del enemigo y sus cálculos de consolidarse en los territorios soviéticos ocupados. El ejército fascista alemán ha sido abatido y se halla ahora ante su derrota total”.
Al mismo tiempo el periódico alemán Danzinger Vorposte queriendo explicar las derrotas del ejército alemán escribía “Los rusos nos aplastan con su superioridad material y en fuerza viva”. Rusia es un país de población excesivamente numerosa y de inusitada potencia industrial”.
Los alemanes ante la inminente derrota intentaban demostrar vergüenza. Hoy leyendo aquel artículo del Danzinger Vorposte cualquiera podría pensar hoy que los alemanes eran un pueblo pequeño, que sus ciudadanos eran pastores armados de horquillas de madera. Pero la verdad que Alemania era un país imperialista que poseía una gran industria de primera calidad. Las fábricas del Reich también estaban en Francia, Bélgica, Checoslovaquia, Holanda que también suministraban armas excelentes al ejercito alemán. Los alemanes habían arrancado a la ex Unión Soviética Ucrania, Bielorrusia, el Norte del Cáucaso, y diversas regiones rusas. La población rusa no era mayor que la de Alemania y sus vasallos.
Los alemanes habían importado además más de diez millones de esclavos extranjeros.
Los alemanes mentían recurriendo a las matemáticas los soviéticos los habían derrotado no porque tuvieran más fábricas y más hombres sino porque su pueblo era superior espiritualmente al alemán, en los niveles de conciencia y el objetivo de su guerra justa.
La guerra depende de los planes tácticos, la estrategia, los equipos materiales, los oficiales, las tropas y su disposición de combate. Aunque no lo parezca también en la guerra existen los seres humanos.
Por eso en medio de tantos elementos técnicos y militares de la experiencia del Ejército Rojo en su confrontación armada con él ejercito alemán fascista aliado a otras fuerzas europeas capitalistas cerramos estas páginas con algunas reflexiones más sencillas y humanas.
Se trata de la correspondencia de un joven periodista y soldado que escribe a su esposa en junio de 1941, desde la retaguardia profunda de esta manera.

“Querida mía”

“Estamos otra vez a retaguardia. Sólo raramente gruñen con su zumbido los aparatos enemigos y truenan nuestros narigudos antiaéreos. Ayer salieron para la primera línea nuestros camaradas. Por ahora todos los nuestros están vivos, e incluso no hay ningún herido. ¡Toca madera, fuera gafes! Nuestro espíritu es tan elevado y combativo como lo sería en general no existieran las privaciones y como si atacáramos en lugar de defendernos.
¿Cómo describirte a nuestros camaradas? En una carta es difícil escribir sobre ellos. He aquí ante mí, en este momento al instructor político Alexei Tsaruk, tanquista. Es un joven sano, de anchas espaldas, perpetuamente ceñudo y un tanto sombrío. Pero esto es tan sólo en apariencia. Es un gran animador y sus bromas son tales que en ellas se percibe siempre cierta especial y animosa seriedad.
Y aquí tienes a otro, el instructor político superior Poliakov. Lleva lentes y de uniforme hasta recuerda siempre a un profesor. Habla rápidamente con el hablar ininteligible de la región de Ivánovo. No hace mucho el profesor entró en combate con nuestra brigada. Lanzó bastante bien granadas a los alemanes. Algunas veces fue cubierto por la tierra de las explosiones de las minas. Su cara fea estaba negra y afilada, pero de todos modos conservaba algo profesoral. Gracias a su serenidad, la brigada no perdió gente. Dos veces perdieron el contacto, pero se incorporaron sanos y salvos. Uno de los que perdieron el contacto ahora está sentado frente a mí en la jata. Es el instructor político Denísov, buena persona, excelente muchacho de ojos castaños. Le gusta extraordinariamente reír a carcajadas. Al menor éxito en el frente, su espíritu se alegra sin límites. Muchos de los compañeros nada saben de sus familias. Y hay que pensar que en los últimos tiempos se vieron con sus mujeres y niños en una situación difícil, en Sambor. Bajo un terrible bombardeo salieron en camiones sus allegados más próximos. ¿Dónde están? ¿Qué les pasó? Pero los muchachos no se descorazonaron. Es este un estado de ánimo completamente excepcional que se alcanza como resultado de continuos encuentros con la muerte. Este es el desprecio a la muerte que yo veo a cada paso.
Un ruego para ti: haz propaganda entre las muchachas. Que escriban cartas al instructor político Aliosha Tsaruk Alexei Ivanovich y a su ayudante Anatoli Schelókov.
Ellos no han recibido cartas de parte alguna y puede ser que no las reciban.
Hace mucho tiempo que yo no había estado en un colectivo como éste, donde sintiera la completa unión y solidaridad con los camaradas, a pesar de todas sus diferencias. Ellos no son, en modo alguno unos ángeles, pero son mis auténticos compañeros de guerra. Nuestro destino es común. Esto significa mucho.
Y yo también cambio mucho, Me es difícil decirte en lo que consiste esta transformación. Me he hecho, por así decirlo más recto, más honrado; esto por una parte y por otra, más firme y tosco y, quizás más insensible. He ganado mucho en decisión.
Yo por ejemplo no puedo comprender cómo antes me intranquilizaban tanto todas las futilezas de escritor, cómo sufría los pinchazos del amor propio y todo los demás. Todo eso es ya un mundo pasado que no existe para mí. Y vivir ahora es inconmensurablemente más interesante. No experimentó vacilaciones de espíritu. Mi espíritu está siempre sereno. Sólo la muerte de Pastushenko produjo sobre mi una fuerte impresión. Pero existieron en ella circunstancias de las que hablaré alguna vez.
Recibí tu carta por Gaidar. ¡Qué cartas más inteligentes, buenas y leales escribes! Yo también estoy orgulloso de ti. Eres una auténtica mujer, como pocas, tu espíritu es de oro, leal y valiente. Se siempre así, en cuantas circunstancias puedan presentársenos.
Mira a la vida fijamente en sus ojos. Todo esto es necesario ahora. Sigues en los cursos de enfermera. Eso está bien. Sólo temo perder el enlace contigo. Tu restablecimiento me alegra enormemente y comprendo por que ocurrió eso. Temo que no puedas soportar a la vista el dolor ajeno. Confío sólo en tu corazón de oro, él te servirá de apoyo. En lo que se refiere a la evacuación de mamá me parece que sería prematura. Desconozco vuestra situación, pero me parece que Moscú está aún en la retaguardia profunda. Puede ser que me equivoque, pero así me lo contaron.
Esto estudiadlo vosotros mismos, podéis verlo más claramente. Bésales en mi nombre y léeles esta carta; no puedo escribir mucho. Ayer recibimos unos regalos de unas desconocidas mujeres de Ashjabad. La carta adjunta en el envío que yo recibí comienza así.
¡Querido combatiente o jefe. Valiente hijo de nuestra patria!
¡Que extraño y emocionante resulta leer estas líneas dirigidas a uno!
Y en el envío han sido reunidos con gran cariño cigarrillos, una toalla, calcetines y toda clase de cosas, compradas probablemente con el último dinero que tenían. A cada paso encuentra uno atenciones, amor y cierta emocionante relación contigo de toda la gente, sobre todo las mujeres, niños y ancianos. Salimos para un nuevo punto y las gentes que en total sólo nos han conocido durante una semana, acompañan nuestros automóviles con lagrimas en los ojos.
Bueno ha llegado Rudakov y debemos marcharnos. Rudakov te envía saludos. Apenas me separo de él. Saludos para ti de Tsaruk, Sechelókov y Denísov.
Te beso fuertemente querida mía y Besos a mamá.”

Esta carta fue la última recibida por A. Krimova directamente del marido. Después, hasta abril de 1942 no hubo noticias de Yuri Krimov.
El 27 de abril A. Krimova recibió la carta siguiente firmada por el redactor jefe del periódico “El patriota soviético” donde el escritor trabajaba.

“Estimada camarada Krimóva:
Las circunstancias se presentaron en forma tal que hasta ahora es desconocida la suerte de su esposo. La última vez que lo vimos fue el 21 de setiembre en territorio ocupado por el enemigo. Nuestro colectivo, luchando independientemente, se abrió paso a través de las guarniciones alemanas.
Yuri estuvo con nosotros hasta el momento en que nos vimos obligados a desperdigarnos en pequeños grupos Se sabe de un modo exacto que del combate salió sano y salvo. Es difícil decir lo que luego pudo haberle ocurrido. Sólo una cosa es clara; que tanto él como los otros camaradas tenían que atravesar la línea del frente. Asunto, claro está, no fácil.
De la antigua plantilla de la redacción hasta ahora no han vuelto muchos. Sin embargo, no perdemos las esperanzas de que vuelvan. Por ejemplo, aún no hace mucho ha vuelto uno de nuestros trabajadores.
A Yuri le esperamos con impaciencia. Yo lo quiero personalmente, no sólo como a un excelente trabajador, sino como a un amigo verdadero de guerra, junto con el cual ha trabajado y se ha disparado contra los fascistas.
Esperamos que vuelva.
El redactor jefe del periódico El Patriota soviético Comisario Superior de batallón.
Ribin”

Después de esta carta a medidos de noviembre del año 1943 la Unión de escritores Soviéticos recibió la siguiente carta oficial del Comandante Militar del Distrito de Chernobáevsk Poltava.
“A la Unión de Escritores Moscú.
En el Comisariado militar del distrito de Chernobáevsk Poltava se ha recibido un escrito del ciudadano del pueblo de Bogodújovka región de Poltava, Alexei Iákovlevich y unidos a aquel tres documentos traspasados por disparos de balas y bayonetas, con huellas de sangre seca, un carnet militar una carta del muerto sin terminar a una conocida suya llamada Anka y una tarjeta postal recibida por aquel de la citada Anka.
Al juzgar por las declaraciones del ciudadano Kovalenko y por los citados documentos, no es difícil establecer que estos pertenecen al escritor condecorado Krímov, Yuri Salomónovich natural de Leningrado muerto en combate contra los invasores alemanes en 20 de setiembre de 1941 cerca del pueblo de Bododújovka.
Junto con los documentos se ha entregado al Comisariado un libro hallado en el cadáver que tiene un titular “Tanker Derben” autor del cual es el difunto escritor Krimóv. Se deduce de las declaraciones del ciudadano Kovalenko que el escritor Krimóv fue enterrado en el pueblo Bogodújovka región de Poltava. El lugar exacto de la tumba del escritor lo conoce bien el ciudadano Kovalenko habitante del pueblo que enterró al muerto.
Al enviarles esta declaración del ciudadano Kovalenko y los documentos del difunto, les ruego los estudien detalladamente, ya que tienen gran interés y que tomen por su parte las medidas pertinentes y sobre todo la de avisar a la familia del difunto. Nosotros, por nuestra parte no podemos hacerlos por desconocer la dirección de los parientes.
Distrito militar de Chernobáevsk.
Primer teniente Shmakov.”

Declaración del ciudadano Kovalenko.

“El héroe Yuri Salomónovich Krimóv muerto el 20 de setiembre de 1941 fue enterrado el 22 por mí, Oliksi Iákolovich Kovalenko. Todas sus condecoraciones están con él enterradas. Si tiene padres comuníqueseles que su tumba está en el distrito de Chernobáevsk en la región de Poltava en el pueblo de Bogodújovka .
Dirigiéndose a estas señas hallarán su tumba.
El héroe luchó contra ellos hasta la última gota de su sangre, hasta que el salvaje enemigo con su aguda bayoneta traspasó su pecho y le hizo siete heridas y el héroe fue muerto por estas manos criminales.
Si tiene padres ruego dar respuesta.”
La carta que el héroe Krimov no terminó fue desenterrada de su tumba cuando el Ejército Rojo recuperó en 1943 la región. Pudo ser reconstruida solo en parte por estar atravesada por una bayoneta y manchas de sangre.
En ella el periodista y soldado del Ejército Rojo describía su campamento durante la noche y señalaba su preocupación por estar cercados por él ejercito fascista alemán.
“Hacia donde quiera que se avance nos encontramos con tanques y batallones de alemanes con ametralladoras y armas automáticas”.
Cuando escuchamos comentarios sobre el fracasó del socialismo en la Unión Soviética muy pocas veces oímos o vemos que se tenga en cuenta la traicionera agresión fascista y la pérdida de veinte millones de los mejores hijos de la primer patria socialista del mundo.
Posiblemente dentro de esos veinte millones de asesinados por los nazis estaban los héroes de la construcción del socialismo, los más decididos, los más valientes, los más inteligentes, los más capaces, los más conscientes.
De hecho puede verse en un simple relato de una carta cuantos comisarios políticos, cuantos instructores, cuantos cuadros políticos estaban combatiendo en la retaguardia profunda del enemigo fascista.

EN EL RECUERDO DEL HÉROE Y CAMARADA KRIMOV.
TODO NUESTRO RECONOCIMIENTO AL SISTEMA SOCIALISTA EL ÚNICO EN EL MUNDO QUE PUDO DERROTAR AL FASCISMO MUNDIAL.

22 de junio de 2006

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