viernes, abril 25, 2025

¿Salmoneras inglesas en las Malvinas? Saqueo y destrucción ambiental


La explotación imperialista del territorio argentino. 

 El gobierno ocupante inglés de las Islas Malvinas busca impulsar la producción de salmón en el Atlántico Sur, de la mano de una empresa británico-danesa llamada Unity Marine. La industria salmonera es repudiada en varios lugares del mundo por las consecuencias gravosas que su actividad tiene para el medio ambiente. En Argentina, una lucha popular impuso la prohibición de las salmoneras en Tierra del Fuego, y en Chile se han abierto paso importantes peleas. De concretarse la movida, ingresaríamos en un nuevo capítulo de la expoliación imperialista del territorio argentino. 
 La empresa, una alianza entre la pesquera local Fortuna y la consultora danesa F-Land ApS, presentó un proyecto para avanzar en la producción de hasta 50.000 toneladas de salmón cultivado. Se pretende construir ocho centros de producción en la isla principal del archipiélago, con infraestructuras similares a las que se utilizan en países como Noruega y Escocia. Solo resta que el elenco pirata dé luz verde a la iniciativa. 
 Las salmoneras son repudiadas por pueblos, comunidades originarias y organizaciones ambientales debido a sus graves impactos ecológicos, sociales y sanitarios. La industria introduce en el fondo del mar grandes cantidades de heces de peces, alimentos no consumidos, antibióticos y pesticidas, desquiciando el ecosistema. Así, por ejemplo, genera condiciones para el desarrollo de marea roja. El salmón es una especie exótica y agresiva que amenaza la existencia de otros peces, y transmite patógenos como el virus ISA o el piojo de mar, que afectan a poblaciones silvestres. 
 El Mar Patagónico en Chile es contaminado por las empresas salmoneras –más de la mitad son extranjeras, mayormente noruegas–, que liberan antibióticos y salmones que depredan especies locales, afectando el equilibrio marino, y llenan la región de basura. Los capitalistas operan violando la ley bajo la mirada cómplice del gobierno de Gabriel Boric. En este contexto, la industria sigue expandiéndose, cada vez más hacia el sur. Además, está afectando la vida de los pueblos indígenas y las comunidades locales al perjudicar la actividad pesquera. 
 La industria recibió denuncias en Chile por someter a sus trabajadores al pago de salarios bajos, a ritmos extenuantes y a la precarización laboral –el 40% de los trabajadores, según el diario chileno Interferencia, labora a través de subcontratistas–, y por exponerlos a químicos tóxicos. Los buzos suelen sufrir el mal de presión, provocado por descensos y ascensos sin la descompresión necesaria. Entre 2013 y los primeros meses de 2024 se registraron 80 muertes de trabajadores.
 Argentina también ha sido testigo de un importante repudio a los capitalistas salmoneros y a sus defensores en el poder político. En Tierra del Fuego, una enorme lucha popular de la que participaron organizaciones ambientales, comunidades locales, ONGs y otros sectores terminó por imponer la suspensión absoluta de la instalación de salmoneras promovida por los partidos capitalistas, fundamentalmente por el PJ. 
 La zona del Mar Argentino, en la que están ubicadas las Islas Malvinas, está disputada por distintas potencias capitalistas, entre ellas Estados Unidos, China y el propio Reino Unido. Además de la pesca, la explotación de hidrocarburos es otro negocio muy codiciado. La empresa israelí Navitas Petroleum y la británica Rockhopper Exploration lideran el proyecto de explotación petrolera Sea Lion, que alcanzará un pico de producción de 150.000 barriles diarios. 
 La instalación de las salmoneras en las Malvinas implicaría un reforzamiento de la explotación imperialista del territorio argentino. El gobierno de Javier Milei es cómplice del saqueo y de la usurpación británica de las Islas, como dejó bien claro en el acto que encabezó el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra.
Abajo las salmoneras. Fuera los británicos de Malvinas.

 Nazareno Suozzi

Milei, 500 días de robarle a los trabajadores para engordar a los capitalistas


Los ingresos populares caen mientras las principales empresas mejoraron su rentabilidad.
 Un gobierno patronal y antiobrero. 

A contramano del relato oficial, las estadísticas revelan que los ingresos populares cayeron en lo que va del gobierno libertario. En contraste, las principales empresas mejoraron su rentabilidad, mostrando una enorme vocación por parte de Milei en transferir recursos desde el bolsillo de los trabajadores hacia el de los capitalistas. 
 Algunos datos publicados por la Celag ilustran la pérdida de poder adquisitivo de salarios durante los primeros 500 días de gobierno de Milei. Por ejemplo, al inicio de su mandato, el consumo de leche per cápita equivalía a 192,8 litros anuales, y, en la actualidad, se redujo a 171 litros. Asimismo, el consumo de carne bovina descendió de 53,3 kg anuales por habitante a 44,8 kg. Por otro lado, en diciembre 2023, el salario mínimo alcanzaba para costear 2.757 boletos de colectivos del Amba, ahora apenas cubre 696. A su vez, el pago de tarifas pasó de representar el 5,9% del salario promedio registrado al 10,3%. 
 En ese sentido, según un informe de la consultora Macro View, entre diciembre 2023 y febrero 2025 (no incluye la disparada inflacionaria de marzo), se produjeron aumentos del 467% en las tarifas de gas y electricidad, del 360% en el alquiler, del 358% en el transporte público, del 265% en combustibles y del 257% en telefonía. En el mismo período, los ingresos populares evolucionaron por detrás de esos aumentos: 168% el salario formal, 176% la jubilación mínima con bono y 238% la jubilación promedio. 
 Por otra parte, los cálculos de Cifra arrojan que, entre noviembre 2023 y enero 2025, el salario del sector privado registrado y el del sector público perdieron 3 puntos y 19,5 puntos, respectivamente, en comparación al índice de inflación reponderado, es decir, aquel que utiliza la canasta de consumos más representativa en la actualidad, donde los servicios tienen un peso mayor. 
 Finalmente, la devaluación primordial de la gestión libertaria y los tarifazos subsiguientes, combinados con los techos salariales a la baja -promovidos por el gobierno y acatados por las burocracias sindicales-, erosionaron los ingresos de la población trabajadora. A su turno, el cambio de fórmula de cálculo para la movilidad previsional, que impide recuperar lo perdido, provocó un derrumbe en las jubilaciones. 
 La caída salarial, junto con la pérdida de puestos de trabajo -hay 100 mil trabajadores asalariados registrados menos que cuando asumió Milei, según la Celag-, dio lugar a que la participación de los asalariados en el PBI cayera 1,5 puntos en los primeros tres trimestres del 2024, en comparación interanual. Como contrapartida, la utilidad neta sobre las ventas de las principales 12 empresas que cotizan en la Bolsa mejoró 19,4% el año pasado, según los datos de Cifra.
 Estas patronales se beneficiaron de la desvalorización del salario y el aumento de los ritmos de trabajo y contrataciones precarias que siguieron a los despidos. También amasaron fortunas con los tarifazos y naftazos que habilitó el gobierno, como es el caso de Pampa Energía (cuya rentabilidad aumentó 34,4%), Transportadora de Gas del Sur (+30,5%), Telecom (+25%) y Tecpetrol (+23,9%). Incluso, los pulpos alimenticios compensaron la caída del consumo con rendimientos extraordinarios en la bicicleta financiera montada por Caputo; por eso crecieron un 21,0% las utilidades de Arcor y 4% las de Mastellone. 
 La pauta salarial del 1% cuando la inflación se recalienta; los nuevos tarifazos y ataques a las jubilaciones inmanentes al plan fondomonetarista; y el horizonte de despidos fruto del agravamiento de la recesión industrial (por el atraso cambiario y la apertura importadora) prefiguran un sendero de más penurias para las mayorías. Por lo tanto, la lucha por paritarias libres y aumento de emergencia de salarios y jubilaciones está a la orden del día. 
 No obstante, la CGT y las CTA ahogan la iniciativa de los trabajadores en medidas aisladas y sin continuidad como parte de su pacto colaboracionista con el gobierno. Corresponde, entonces, construir desde las bases el camino hacia la huelga general para derrotar la ofensiva antiobrera de Milei y los capitalistas. Es la perspectiva que va a plantear el sindicalismo combativo en la movilización del 30 de abril, en una columna independiente de la burocracia sindical. Luego, colmar la Plaza de Mayo en el Día Internacional de los Trabajadores nos refuerza como clase para llevar adelante esas tareas. Fuera Milei y el FMI. 

 Sofía Hart

Consejo del salario mínimo: que nadie cobre por debajo de $1.800.000


Es lo que se necesita para vivir, luchemos por eso.
 El próximo 29 de abril se reunirá el Consejo del Salario. 

El gobierno de Javier Milei convocó a las centrales sindicales a participar de una reunión el próximo martes 29 de abril para discutir la actualización del Salario Mínimo, Vital y Móvil, el cual actualmente es deunos miserables $296.832 mensuales. 
 Este monto equivale a la quinta parte de una Canasta Básica, la cual se ubica en los $1.768.976 para el mes de marzo del corriente año, según la Junta Interna de ATE Indec. Este valor se compone de $613.191, necesarios para adquirir una Canasta Alimentaria Mínima y de $1.155.785 para acceder a otros bienes y servicios básicos, lo que significa que nadie debería cobrar menos de eso para poder vivir. Sin embargo, el salario promedio de un trabajador formal fue de $1.310.357,80 a febrero 2025, según el Ripte. 
 Esto es consecuencia de la licuación salarial sistemática aplicada por las patronales y el gobierno, en complicidad con la burocracia sindical, mediante los incrementos paritarios a la baja, una herramienta de la que el oficialismo se valió para mantener anclada la inflación y que pulverizó los ingresos de la población. 
 Es en este cuadro caótico que la burocracia de UPCN firmó con el gobierno nacional una paritaria mensual del 1,3% y un bono ridículo de $45.000. Como antecedente cercano tuvo el cierre de la dirección de Camioneros, que se ajustó a un promedio de aumento mensual del 1%, como lo hicieron otras direcciones burocráticas antes. Luego de entregar a los trabajadores frente a una realidad económica insoportable, el descontento de las bases es lo que obligó a las centrales sindicales a tener que convocar un paro general. 
 Sin embargo, el ministro de Economía, Luis Caputo, celebró una supuesta recuperación del salario privado formal, pero en realidad los trabajadores no ganan mejor, sino que trabajan más horas. Los salarios negociados en paritarias aumentaron 1% entre septiembre de 2024 y febrero de 2025 (el periodo de menor inflación del gobierno) y volvieron a caer en marzo, con el IPC de 3,7%. Pero los salarios efectivamente cobrados treparon 9%, indicó el el Centro de Capacitación y Estudios sobre el Trabajo y el Desarrollo. En ese mismo período no creció el empleo, sino las horas trabajadas por cada trabajador, que aumentaron en un 5%. 
 Esto significa que, producto de la licuación salarial, los trabajadores tienen que trabajar cada vez más para sostener el mismo poder adquisitivo. Con los anuncios económicos del gobierno hacia un nuevo endeudamiento con el FMI, las presiones devaluatorias y la inflación en alza, un nuevo golpe al bolsillo popular está a la vuelta de la esquina. 
 A este cuadro se suma la dramática situación de millones de jubilados, condenados a una jubilación mínima de extrema indigencia que se actualiza por IPC, con un atraso de dos meses, y que también es ajustada todos los meses con el congelamiento del bono miserable de $70.000. 
 Es fundamental luchar por un salario mínimo de $1.800.000 que iguale la canasta básica, por la reapertura generalizada de las paritarias y una recomposición general de los salarios, que debe partir por superar dicho monto y garantizar las condiciones de vida de los trabajadores. Para lograrlo es menester superar el bloqueo de la burocracia sindical y organizarse en cada lugar de trabajo contra el plan de hambre y miseria oficial. Este es otro de los reclamos que va a plantear la Coordinadora Sindical Clasista en la columna independiente de la movilización del 30.

 Camila García

jueves, abril 24, 2025

El “legado” de Bergoglio


Pocos personajes en la historia suelen despertar la opinión unánime de los gobiernos del mundo. El recientemente fallecido “Papa Francisco”, nombre pontificio elegido por Jorge Bergoglio en marzo de 2013, lo ha logrado con creces. En medio de una escalada histórica de la guerra mundial y de enfrentamiento entre Estados a nivel militar y comercial, han lamentado al unísono la muerte de Bergoglio, tanto Zelenski y Putin, Maduro y Milei, Pedro Sánchez y Meloni, Trump y Sheinbaum, Erdogan y Pezeshkian, Ursula von der Leyen y Carlos III de Inglaterra. Todos han unido sus oraciones para despedir del obispo de Roma. 
 Su pontificado es destacado en todos los medios del mundo por sus políticas de reformas y trasformaciones dentro y fuera de la Iglesia Católica. Al cabo de los once años que duró su papado, sin embargo, la institución no ha salido de la crisis que llevó a la renuncia del predecesor de Bergoglio.
 La intempestiva salida de Joseph Ratzinger (Benedicto XVI) fue catalizada por una gigantesca crisis que atravesaba la Iglesia a raíz de la creciente denuncia de abusos sexuales y sus consecuentes encubrimientos, escándalos de corrupción y desfalcos de las finanzas del Banco del Vaticano; y una merma persistente de los fieles y de las vocaciones sacerdotales en todo el mundo. El diario The Independent sostuvo entonces que la renuncia de Benedicto XVI “fue meramente oportunista; ya no puede afrontar la situación. Habría sido sorprendente y valiente, hace unos años, si se hubiera ofrecido como expiación por la atrocidad ante la que había hecho la vista gorda durante 30 años: la violación, la sodomía y el abuso sexual de decenas de miles de niños pequeños bajo la tutela sacerdotal”. 
 El día de la asunción de Jorge Bergoglio como Papa, el diario El País titulaba: “La Iglesia, en espera de una revolución tranquila. Reformar el Gobierno vaticano y recuperar el prestigio, desafíos del nuevo papa”. Es que en 2012 había estallado el escándalo de los Vatileaks, a partir de la filtración de una serie de documentos secretos de la Santa Sede que involucraban al Vaticano en casos de corrupción y lavado de dinero. El alemán Ratzinger, representante del ala derechista del clero, fracasó en el intento de superar la crisis de la iglesia. Bergoglio, llegado desde “el fin del mundo”, fue ungido para cambiar el rostro, convirtiéndose en el primer papa jesuita y no europeo de su historia. Se presentó, entre otras cosas, como un cruzado contra la corrupción. Para El País, iba a ser “algo así como una revolución moderada, sin sangre ni levantamientos violentos, que salve a esta institución de la actual postración”. El fracaso del recientemente fallecido Papa Francisco es notorio en todos los ámbitos. 
Algunos han destacado como su mayor mérito detener el derrumbe de la Iglesia, aunque no revertirlo. Diversos analistas han señalado que el Papa de la “paz” y del “diálogo”, que supo sentarse a conversar con todos los jefes de Estado y con las principales figuras de otras religiones del mundo, encontró a sus principales enemigos adentro del Vaticano.
 Por caso, los escándalos financieros no tardaron en volver a aparecer bajo su pontificado. El periodista Gianluigi Nuzzi reveló, en 2019, que la mayor parte del Óbolo de San Pedro, las donaciones de fieles de todo el mundo al Papa para los pobres, era usado en operaciones financieras secretas, especialmente inmobiliarias, en lugar de ir a parar a los parias de la Tierra. Nuzzi era un defensor de Bergoglio y aseguraba que el Papa “quiere invertir la tendencia actual, que no es una herida sino una hemorragia”. Sin embargo, aseguró que “los instrumentos que tiene a disposición son insuficientes”. La conclusión de este defensor de Bergoglio, que denunciaba “un sabotaje continuo de la acción del Papa para cambiar las cosas”, era que luego de seis años de papado de Bergoglio, “la situación vaticana ha empeorado respecto de cuando Ratzinger decidió dar un paso atrás y renunciar, en febrero de 2013”. 
 Otra cruz con la que carga la Iglesia es el encubrimiento de una extensa red de pedofilia en todo el mundo, con miles de denuncias sobre clérigos y sobre aquellos que los han encubierto. Bergoglio, tras asumir el pontificado, anunció una política de “tolerancia cero” con la pedofilia y los abusos sexuales en la Iglesia. Pero la Comisión Pontificia para la Protección de Menores que creó un año después de asumir el cargo de Sumo Pontífice aseguró, en octubre el año pasado, que la Iglesia siguen sin garantizar que los abusos sexuales cometidos por clérigos se denuncien adecuadamente, a partir de un examen de protocolos en 17 partes del mundo, asegurando que encontró “una preocupante falta de estructuras de denuncia y de servicios de acompañamiento a víctimas y supervivientes” y una falta de transparencia “en los procedimientos y procesos jurídicos de la Curia Romana”. Es decir, toda la estructura sigue intacta y la impunidad sigue garantizada.
 Un tercer pilar de la crisis del catolicismo se centra en la tendencia persistentemente decreciente de la cantidad de fieles, que cae un nuevo escalón año a año. El principal declive se produjo en Europa. El cardenal Christoph Schönborn aseguró que allí “la Iglesia es vista casi como un cuerpo extraño”. En América viene perdiendo terreno con las religiones evangélicas. Bergoglio tenía intenciones de “modernizar” la Iglesia con diferentes reformas de sus tradiciones más conservadoras para que las puertas de la institución se abrieran a más fieles, sobre todo entre la juventud. Así, en los sínodos de 2023 y 2024 en Roma se otorgó el derecho a voto a las delegadas por primera vez y luego autorizó el bautismo de personas transgénero. Pero las reformas no fueron más allá. Bergoglio le negó a los obispos la posibilidad de nombrar diaconisas, no pudo avanzar en una reforma para facilitar la comunión a los divorciados vueltos a casar, ni permitir que hubiera sacerdotes casados y mantuvo la oposición de la Iglesia al matrimonio igualitario. 
 Durante su pontificado, Bergoglio trató de mostrar a la Iglesia por encima de la crisis mundial y las guerras, y aparecer como mediadora entre los diferentes bandos de cada foco de conflicto. Así lo hizo entre Cuba y Estados Unidos, entre Israel y Palestina, entre el Estado colombiano y la guerrilla del país, entre las dos Coreas, etc. Incluso llegó a forjar un acuerdo “histórico” con Pekín para nombrar conjuntamente obispos en China. Hasta hace algunos años, ciertos analistas creían que este rol de mediación y de tender puentes con Estados y religiones no occidentales era un éxito que dejaría como legado Bergoglio para las generaciones siguientes. Al momento de su muerte, sin embargo, era claro para todos que la Iglesia Católica no sólo no logró resolver ninguno de los grandes conflictos mundiales. La propia “casa de Dios” no se encuentra por encima de la crisis, sino que estaba atravesada por ella. 
 La Santa Sede es el escenario de choques entre diferentes camarillas y grupos que se disputan el poder y las finanzas, en una crisis estructural que parece no tener fin. Esas camarillas representan diferentes actores de la guerra mundial, que tiene su expresión dentro del Vaticano. Bergoglio llamó a combatir el cambio climático y a hablar en favor de los migrantes y refugiados del mundo, pero sin ir más allá de declamaciones. Eso no impidió que el papa Francisco fuera catalogado como “woke”, cuando no como “rojo” o “comunista”, por los representantes de las tendencias fascistizantes que tienen expresión dentro de la Iglesia Católica. 
 El “legado” de Bergoglio será motivo de discusiones y disputas. Entre aquellos que más han combatido su papado (y, según algunos opinadores, los que impidieron que el Papa realizara cualquier reforma real y profunda), hoy se encuentran entre los favoritos para sucederlo, como el alemán ultraconservador Gerhard Müller y el norteamericano trumpista Raymond Burke, a pesar de que Francisco nombró a la mayoría de los obispos que integran el cónclave electoral. El nombre de Burke es el que suena con más fuerza. Es decir, la próxima etapa podría encontrarnos con Trump poniendo un pie en el Vaticano. Otra ala de la Santa Sede, en cambio, se inclina por buscar al sucesor entre los aspirantes africanos y asiáticos. La estrategia de este sector para salir de la crisis seguiría siendo buscar un pontífice “en el fin del mundo”. 

 El Be 
 22/04/2025

Ataque fascista contra el periodista Roberto Navarro


El periodista Roberto Navarro, dueño del medio El Destape y de pública filiación kirchnerista, fue víctima recientemente de un cobarde ataque por la espalda. El atacante aún no fue identificado. 
 Según el relato de sus colaboradores, Navarro se encontraba en un hotel de la Ciudad de Buenos Aires manteniendo una reunión laboral cuando un desconocido comenzó a increparlo e insultarlo, mientras otro apareció por la espalda y le descargó un fuerte golpe en la nuca. 
 Ariel Lijalad, integrante del staff de El Destape, relató que el primer agresor “le empezó a repetir las cosas que dicen de Navarro en tuits, en los canales de televisión... y Roberto finalmente se paró para pedirle que deje de insultarlo. El hombre lo siguió insultando y se empezó a poner más violento, y mientras Roberto intentaba pedir que pare y le decía a la gente que estaba ahí para que interviniera, vino otro hombre y le pegó por detrás un fuerte golpe en la cabeza”. Navarro llegó por sus propios medios al hospital, con la cara hinchada. Los médicos confirmaron la existencia de un hematoma en su cabeza. “En el hospital le hicieron estudios y se tiene que quedar por lo menos 48 horas porque es una persona anticoagulada. Y al haber un hematoma muy grande del lado de afuera de la cabeza, tienen que estudiar si no hay lo mismo dentro de la cabeza. Y por la edad de Roberto, eso puede suceder en las primeras 48 horas. No está fuera de peligro y estamos pendientes de su evolución clínica”, preciso el periodista al aire durante el programa radial que conduce. 
 El ataque contra Navarro es inseparable de los agravios que diariamente reparte Milei contra cualquier voz opositora o crítica de su gestión, sin importar de qué expresión política provenga. Días atrás, había doblado la apuesta con un tuit donde expresaba que “la gente no odia lo suficiente a estos sicarios con credencial de supuestos periodistas”. No se trata de un exabrupto, sino de una política. En el mismo sentido, su gobierno viene amenazando con desplazar al periodismo ´tradicional´ con medios e influencers adictos, en una réplica de la regimentación que impulsan Donald Trump y sus colaboradores, especialmente Elon Musk, dueño de la red social X, quien postuló que ciertos periodistas eran merecedores de “largos años de cárcel”. La aspiración de todos los gobiernos, con mayor o menor resultado, por ´modelar´ a los medios de comunicación de acuerdo a sus intereses ha escalado a un nuevo nivel, debido a la violencia promovida por los agentes de la reacción como Milei y el convicto norteamericano. La regimentación de los medios de comunicación es el correlato de la represión a la protesta, del ´protocolo antipiquete´ y los intentos por desterrar el derecho a la huelga y a la lucha.
 Una verdadera respuesta a estos agravios debe ser la movilización política democrática contra el intento de establecimiento de un estado policial a expensas de las libertades democráticas vigentes.
 Nuestra solidaridad con Navarro y deseos de pronta recuperación. 

 Jacyn 
 23/04/2025

El atentado contra CFK y nuevas manipulaciones


El diario Clarín ha difundido por primera vez los videos que muestran que la Policía Federal dejó salir de su domicilio a Brenda Uliarte, acusada de haber sido la autora ideológica del atentado que sufrió Cristina Kirchner el 1 de septiembre de 2022. 
 El video describe un hecho conocido: el 4 de septiembre de 2022, efectivos de la Dirección General de Inteligencia de la Policía Federal dejaron escapar a Brenda Uliarte de la casa donde se ocultaba, en Barracas, dos días después de que su pareja, Fernando Sabag Montiel, intentara asesinar a la expresidenta. En esa casa tenían su ´base´ “los copitos”, es decir, el grupo de jóvenes al que pertencecían Uliarte y Sabag Montiel, dedicada aparentemente a la venta de copos de azúcar. Uliarte fue detenida el mismo día, pero poco después, en la estación Palermo, cuando se encontraba a bordo del ferrocarril San Martín. Los dos consignas fueron sancionados con cuatro días de arresto. 
 ¿Esto fue parte una conspiración que involucra a la Federal en el atentado o simplemente un acto de negligencia? 
 La participación de la PFA en la causa judicial que investiga el atentado encadena varios episodios llamativos, como el hecho de que un perito de la Federal bloqueó el celular de Sabag Montiel sin poder extraerle los mensajes que almacenaba. Después de esto, supuestos especialistas de las Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) resetearon el dispositivo en “estado de fábrica”, borrando todo su contenido. También se indica que, al día siguiente del frustrado magnicidio, un vecino del edificio de Barracas donde se reunían “Los Copitos” llamó al 911 tras haberlos reconocido en la televisión y policías de civil se presentaron en su domicilio para que se quedara “tranquilo” y no se metiera “en estas cosas”. 
 El artículo publicado en Clarín (19/4) señala: “En los tribunales de Comodoro Py también llama la atención las hipótesis de conspiraciones políticas sin fundamento que, hasta ahora, lanzó la defensa de la ex presidenta: el diputado del PRO Gerardo Milman, la conexión Panamá o el grupo de ultraderecha ´Revolución Federal´, sin pedir -hasta ahora- investigar estas irregularidades de la Federal y la PSA, que estaban en ese momento bajo las órdenes de Aníbal Fernández”. Bordea la hipótesis del autoatentado, expresada por Gerardo Milman, exmano derecha de Patricia Bullrich, una de las pocas dirigentes de peso que no se expresó en su momento sobre el intento de magnicidio. Milman había quedado asociado a la causa luego de que un testigo declarara que lo escuchó decir, poco antes del ataque, “cuando la maten yo voy a estar camino a la costa”. La causa que se había formado a raíz de sus dichos se acumuló con la que investiga el papel de la policía. Por decisión de la jueza Capuchetti, el nombre de Milman ya no figura en la carátula. En una entrevista brindada el pasado 5 de abril al medio www.mdzol.com, luego de un largo silencio, Milman auguró que “pronto se sabrá quién le puso la pistola en la mano a Sabag Montiel”. 
 Del otro lado, en Página/12 (23/4), se afirma que lo que califica como “volantazo” de Capuchetti se debería a que “en el juicio oral quedaron al desnudo situaciones anómalas comprometedoras para la jueza, en especial algunas vinculadas a la pérdida de información del celular del principal acusado, Fernando Sabag Montiel”. Según el mismo artículo, “la fiscalía ya investigó y analizó las llamadas de toda la custodia de la expresidenta, a cuyos integrantes también les intervino las comunicaciones y descartó connivencia o relación con el intento de asesinato”. En este caso, el diario de Víctor Santa María abreva en la tesis de la negligencia policial, con la pretensión de sobreseer a Aníbal Fernández y a toda la conducción política de la fuerza. Sería un caso de torpeza extrema: el atacante sorteó a la custodia de CFK y le gatilló a la cabeza; no fue detenido por ninguna fuerza de seguridad, sino por militantes de La Cámpora; el teléfono del principal acusado, señalamos antes, fue inutilizado por los mismos responsables de su cadena de custodia. Por otra parte, la Policía, como todo el aparato represivo estatal, tiene sus propios intereses creados y por lo tanto está capacitado para participar de conspiraciones a varias bandas. Uno y otro bando de la ´grieta´ política pretende instrumentar el atentado en función de su propio provecho político. Para los K, el papel de la jueza Capuchetti forma parte del ´lawfare´ que amenaza con llevar a CFK a la cárcel por corrupción en la obra pública. Para sus contendientes, se fraguó un autoatentado con el propósito de revitalizar su relevancia política y generar una ola de solidaridad, justamente, frente al asedio judicial. 
 En el medio, está involucrada toda la inmundicia del aparato judicial, policial y de los servicios de inteligencia, todos duchos en materia de encubrimiento. 

 Jacyn 
 23/04/2025

miércoles, abril 23, 2025

Eduardo Galeano: diez años sin el amigo de la Revolución cubana

FLOTA el DÓLAR y nos hundimos en el FMI ¿Cómo enfrentar a MILEI?

Socialismo o Barbarie Ep 13

De la guerra arancelaria a la crisis monetaria y financiera


Trump y el jefe de la Reserva Federal, Jerome Powell, enfrentados
 La caída del dólar en el ojo de la tormenta. 

 Si hay algo que ha despertado especial preocupación en los círculos de negocios y de poder mundiales, mayor incluso que el derrumbe bursátil, es la depreciación que han sufrido los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Normalmente, cuando se produce un cataclismo como el actual, los inversores se deprenden de sus acciones e invierten en bonos. El título de renta fija aparece como una alternativa más estable frente a la elevada volatilidad que se produce en los mercados. En este contexto, las letras del Tesoro norteamericanas históricamente han sido la opción preferida entre los inversores, considerado el refugio más seguro para atravesar las tormentas financieras. Pero esta vez, no ha ocurrido lo mismo. El desplome accionario ha ido unido a una caída del valor de los bonos y en la volteada ni siquiera han escapado los bonos del Tesoro de Estados Unidos. 
 La guerra comercial ha terminado por agudizar algo que ya estaba latente y es el declive de la divisa norteamericana como medio de pago y moneda de reserva internacional. La economía mundial, el comercio y el sistema monetario internacional desde la posguerra, o sea desde hace ochenta años, ha girado en torno a la confianza y dependencia global del dólar. La primacía del dólar le otorga a Estados Unidos un sitial privilegiado para ejercer un dominio del mercado mundial, presionar al resto de las naciones del planeta y financiar a un costo menor su propia actividad económica y productiva. 
 Desde mediados de enero, o sea, incluso antes de los anuncios del magnate, el dólar ha caído un 9% frente a una canasta de divisas, una caída inusual y pronunciada, hasta su nivel más bajo en tres años.

 Crisis de la deuda 

Como telón de fondo de esta caída del dólar está el declive de Estados Unidos, que ha pasado de representar casi la mitad del PBI mundial en los años dorados posteriores a la segunda guerra al 25 del PBI mundial en la actualidad, lo que ha ido de la mano de un creciente proceso de desindustrialización. Estados Unidos consume mucho más de lo que produce y este desfasaje se cubre con importaciones, lo que ha llevado a un déficit comercial cada vez mayor que asciende en el presente a 1 billón de dólares y que coexiste con un déficit fiscal en ascenso. Estos déficits gemelos son financiados a través de un endeudamiento que ha ido creciendo como una bola de nieve. La deuda representa un 120% del PBI y su ritmo de crecimiento se viene acelerando. Esta situación ha puesto en duda la capacidad de pago de la deuda norteamericana y explica que las principales consultoras internacionales hayan bajado su calificación de triple A que históricamente ostentaban los bonos del Tesoro estadounidense. No debe sorprender que, en este contexto, haya una tendencia de los tenedores locales, pero por sobre todo internacionales de los bonos, a desprenderse de los activos en dólares y a comprar oro, que ha superado sus máximos históricos y ya supera la barrera de los 3.400 dólares. Entretanto, han ido creciendo las transacciones comerciales que sortean al dólar como medio de pago. 
 China lleva años negociando acuerdos comerciales exclusivamente en yuanes con Brasil para productos agrícolas, Rusia para petróleo y Corea del Sur para otros bienes. También ha otorgado préstamos en yuanes a bancos centrales necesitados de liquidez en Argentina, Pakistán y otros países, reemplazando al dólar como fuente de financiación de emergencia. 
 “Las propiedades de refugio seguro del dólar se están erosionando”, declaró el Deutsche Bank en una nota a sus clientes a principios de este mes, advirtiendo sobre una “crisis de confianza”. Un informe más cauto de Capital Economices añadió: “Ya no es exagerado decir que el estatus de reserva del dólar y su rol dominante en general están, al menos en cierta medida, en tela de juicio”. 
 Un dólar más débil está llamado a echar más leña al fuego a las tendencias inflacionarias que se han avivado a partir de los anuncios de Trump. Los productos que se comercializan en Estados Unidos podrían encarecerse, no solo por los aranceles, sino también por la depreciación de la moneda. Esto representa un coctel explosivo. 
 La desconfianza en el dólar afecta, asimismo, a la población norteamericana como consecuencia de tasas más altas para hipotecas y financiación de automóviles, ya que los prestamistas exigen más intereses para compensar el auge del riesgo país. Ni qué hablar del impacto que esto provoca en la deuda norteamericana, cuya formación extra está llamada a encarecerse como resultado de una suba de las tasas de interés. Por lo pronto, los anuncios de Trump redundaron en un aumento de la tasa de interés implícita de los bonos del Tesoro como consecuencia del bajón registrado en sus cotizaciones.
 Es necesario no olvidarse que una parte de los títulos de la deuda pública (no solo en Estados Unidos sino en las principales economías capitalistas) está en poder de los bancos. Una desvalorización de los mismos puede terminar provocando una crisis de liquidez en el caso de que los ahorristas pretendan retirar los fondos que tenían depositados en sus cuentas. Un registro de ello lo tenemos en la crisis bancaria del 2023 del Silicon Valley y el Signature Bank que obligó al socorro de la Reserva Federal. Al mismo tiempo, los activos públicos ofician como garantía de los préstamos. Esto va vale especialmente en la llamada banca en la sombra que alimenta un circuito altamente especulativo, cuyas transacciones reposan en un gran apalancamiento. El activo público más importante que actúa como garantía son los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Al producirse un descenso de su cotización, quienes pidieron prestado (fondos de cobertura, de inversión, capital privado, etc.) están obligados a cubrir con efectivo la desvalorización que se registra en esos títulos y ello opera forzando a deshacerse de más letras del Tesoro en el mercado de bonos, acelerando más su caída. 
 Hay quienes señalan que es la propia Casa Blanca la que alienta un debilitamiento del dólar. El magnate republicano, asistido por sus principales colaboradores, sostiene que eso permitirá abaratar los productos norteamericanos frente a los productos extranjeros y mejorar la competitividad estadounidense. Este recurso junto con los aranceles permitiría, según sus defensores, reducir el rojo de la balanza comercial. Pero contradictoriamente, haría más oneroso y pesado financiar la deuda pública. Los ahorros, por un lado, se verían contrarrestados por una erogación mayor de intereses. Basta señalar que hoy en día el déficit fiscal llega al 7% del PBI y que solamente por intereses de la deuda pública el Estado abona 2 billones de dólares, una cifra superior al presupuesto que se destina a cualquier otra partida del mismo.
 Aquí se constata la contradicción entre el rol del dólar como moneda nacional y el dólar como moneda mundial. “Es que, en tanto moneda nacional, y según los patrones clásicos del comercio internacional, debería depreciarse, dado el déficit en la cuenta corriente. Pero en su rol de dinero mundial, es imprescindible que encarne valor y sea medio de atesoramiento. Agregando que ese rol explica la entrada de capitales y el consiguiente financiamiento del déficit” (Dólar, déficit y crisis, Rolando Astarita, Sin Permiso, 15/4). Para que la divisa norteamericana funcione como medio de pago y reserva de valor internacional requiere una estabilidad que resulta incompatible con los desequilibrios cada vez más pronunciados de la economía norteamericana. Esta inestabilidad que se viene profundizando y la acumulación de deudas cada vez más insostenibles están en la base de la desconfianza de los inversores. No obstante, no se nos escapa que el dólar, a pesar de su declinación, aún sigue siendo dominante en las transacciones internacionales. Ninguna moneda ha podido rivalizar cumpliendo este rol en el pasado y tampoco en el presente. Pero, precisamente, el hecho de que no haya sustituto hace más dramática la crisis capitalista en curso. Y potencia los riegos de un descalabro a nivel global.
 Este escenario convulsivo es el que explica los choques que están escalando entre Trump y la Reserva Federal (FED). El magnate está presionando, y más ahora luego del tsunami que ha desatado el alza de los aranceles, para que la FED reduzca la tasa de interés y flexibilice las restricciones monetarias que hoy están en vigencia. La Reserva Federal ha ido en una dirección contraria a ese rumbo y ha tomado la decisión de postergar por ahora las sucesivas bajas de la tasa de interés que tenía prevista en su esquema de este año, en tanto la amenaza de un repunte de la inflación asoma con más fuerza. Viene al caso señalar que el 77% de la deuda total está en manos de residentes de Estados Unidos (la Reserva Federal es el mayor tenedor, U$S5,2 billones, el 15% del total). El 23% es deuda externa (los acreedores son bancos centrales y otras entidades estatales, inversores y empresas extranjeros). 
 La política monetaria expansiva por la que aboga Trump permitiría que la FED compre más bonos del Tesoro y amplíe sus tenencias, y por esta vía neutralizar su caída en momentos en que se refuerzan la salida de capitales invertidos en dólares y hay una tendencia ascendente a desprenderse de los títulos de la deuda norteamericana. Importa señalar que en lugar de comprar la FED, en la actualidad, se está deshaciendo de los bonos. Trump exige un volantazo antes de que la sangre llegue al río frente al temor, por cierto fundado, de que esta tendencia se generalice y el contagio se traslade a los residentes locales. Las autoridades de la FED se encuentran cada vez más ante el dilema de ceder y rebajar la tasa de interés, aunque esto provoque un rebrote inflacionario, o persistir con la política actual, con lo que se corre el riesgo de que se pueda desatar una crisis financiera y potenciarse los aprietos financieros (no solo tropieza el sector público sino las corporaciones y la propia población, en la que también se registra un elevado endeudamiento). Una elevada tasa de interés, por otra parte, alimenta las tendencias recesivas que ya se están abriendo paso. El caos y la dislocación de la economía y el comercio mundial creados por la guerra arancelaria y la retracción del consumo de la población norteamericana (que se vaticina como resultado del encarecimiento de los bienes y servicios a partir de los aranceles) están provocando un freno de la economía de modo tal que los analistas coinciden en pronosticar un decrecimiento de la economía norteamericana, que hasta ahora había escapado al estancamiento que se venía registrando en las principales economías capitalistas. 

 La etapa que se abre 

La tensión entre el presidente republicano y la FED ha llegado a punto tal de que Trump pretende remover de su cargo al presidente de la FED y, como parte de ello, está reclamando que la Corte Suprema avale esa decisión. En caso de que esto se produzca, se afianzarían las tendencias a un régimen de excepción. Asistimos a la tentativa de imponer un régimen de poder personal, por encima de las instituciones republicanas. Estos giros de la política norteamericana se compadecen con la ofensiva en curso del imperialismo norteamericano dirigida a revertir su declinación histórica, lo que plantea rediseñar el planeta a medida de sus necesidades e intereses. A esto se resume el Maga, que es la bandera que preside la cruzada del magnate. 
 La declaración de guerra lanzada por Trump contra el mundo, incluidos sus históricos aliados occidentales -que alimenta los choques interimperialistas y por lo tanto las tendencia a una guerra mundial-, solo se puede abrir paso a través de un régimen interno de reacción y regimentación política, de disciplinamiento de todas las clases sociales. Al servicio de esto está la ola de deportaciones masivas y el reforzamiento de un Estado policial. Pero este ensayo bonapartista con características fascistoides está obligado a demostrar que puede pilotear los profundas desequilibrios provocados por la bancarrota capitalista .Por lo pronto, los anuncios tropezaron con obstáculos, incluida la amenaza de una crisis financiera que no estaba prevista en los cálculos de la Casa Blanca, y el magnate tuvo que dar marcha atrás parcialmente con los anuncios. 
 Los primeros pasos de Trump han despertado una fricción y choques no solo con sus enemigos sino hasta en las filas del campo republicano, en la propia clase capitalista que salió a apoyarlo, incluidos los referentes de las empresas líderes de Estados Unidos. Estamos en presencia de un conflicto de poderes desde el momento en que vienen creciendo las voces en el Congreso, incluido dentro de la bancada republicana, que plantean apartar a Trump del manejo de los aranceles y devolverle esa facultad al parlamento. Esto pone de relieve que las contradicciones han llegado a un punto muy agudo que excede holgadamente la capacidad de arbitraje del Estado capitalista. De todos modos, aunque se le haga cuesta arriba, el imperialismo yanqui no tiene más remedio que insistir en su escalada porque está en juego su hegemonía y, en esa medida, su propia sobrevivencia.
 Dicho esto, la prueba fundamental que deberá pasar Trump y su ensayo es la propia lucha de clases nacional e internacional. El descontento se está apoderando de la población norteamericana, incluso de aquella que lo votó, que explica la caída de los índices de popularidad con que arrancó su mandato -mientras se están extendiendo las protestas populares. El recrudecimiento de la inflación y la incertidumbre económica están provocando disconformidad en los hogares estadounidenses y el rechazo también aumenta frente a las deportaciones masivas. Hasta la Corte Suprema, en su mayoría conservadora, se ha visto obligada a desautorizar algunos de los operativos realizados por el gobierno. Una reacción popular más generalizada, reeditando la rebelión popular que se desató en 2020, representaría un golpe muy fuerte al gobierno de Trump y en esa medida un golpe al auge internacional de la derecha que tiene al magnate como su principal referente. Estados Unidos y el mundo ingresan una etapa más convulsiva. 

 Pablo Heller

¿Qué festeja el gobierno?


Editorial de Gabriel Solano en 14 Toneladas T2E11. 

 En los últimos días, en Argentina, ocurrió un hecho extraño porque veníamos de una crisis muy clara del gobierno de Javier Milei: teníamos una crisis económica, con una caída de las reservas del Banco Central, un crecimiento de la inflación y un incremento de la brecha cambiaria, y se había creado en el país la convicción de que el gobierno no lograba llegar a octubre con este plan económico. 
 Y ese hecho es importante porque el gobierno se había jugado a llegar a octubre y la evidencia de que no iba a poder hacerlo lo obligaba a maniobrar contra su voluntad en el medio de un proceso electoral. Y se llega al acuerdo con el Fondo Monetario e inmediatamente el gobierno se proclama triunfador y aparece en general un clima exitista en el país, como si todos los problemas que venían desarrollándose y todos los elementos de crisis que el gobierno venía manifestando fueron, por el acuerdo con el FMI, dejados de lado y superados, y como si tuviéramos por delante un futuro próspero, por un lado, de la economía argentina, y, por otro, del propio gobierno. 
 ¿Esto es así? Hay un clima de euforia, que no solo está en la camarilla de gobierno sino también en los llamados mercados; en los últimos días subieron las acciones argentinas tanto en la Bolsa argentina como en la de Nueva York, se redujo bastante el riesgo país -la cotización de los títulos de deuda- y finalmente no se dio que el precio del dólar llegara a 1.400 a 1.500 pesos como muchos auspiciaban. Incluso habrá que ver qué pasa con la inflación, que llegó a un 3,7% en el mes de marzo colocando un piso muy fuerte, ya que los supermercados están anunciando que no va a haber aumentos. Es decir, se ha creado un clima transitorio de cierta normalidad que le permite al gobierno aparecer con un festejo muy llamativo después de haber tenido un principio de año muy negativo.
 ¿Qué es lo que hay detrás de todo esto? ¿Ha cambiado realmente la situación de fondo? ¿O lo que tenemos es una escenificación de corto plazo y veremos rápida y nuevamente los elementos de crisis sobre la mesa? Acá es importante ver lo siguiente: lo del FMI es un acuerdo muy precario por el cual el gobierno recibe reservas prestadas, no son reservas para el Banco Central genuinas, no han sido logradas o por un ingreso de capitales que viene a hacer inversiones en el país o por un incremento del comercio exterior -es decir, exportamos mucho más que lo que importamos. Si se han incrementado las reservas del Banco Central fue especialmente porque entra el préstamo del Fondo Monetario; ya ingresaron más o menos 12.500 millones de dólares. 
 El gobierno está jugado a bajar el precio del dólar y para hacerlo ha tomado medidas adicionales; no solo pedirle plata al FMI, sino también al Banco Mundial, al Banco Interamericano de Desarrollo, y acaba de tomar una medida que hay que seguirla con mucha atención, a saber, autorizar a que ingrese capital de corto plazo al país y que luego pueda retirarse accediendo al mercado único de cambios especulando con las diferenciales de tasas de interés que existen -lo que se suele llamar el carry trade. Es decir, ha modificado las normas del Banco Central autorizando el ingreso de corto plazo y el egreso sin cepo. ¿Qué hay detrás de esto? Estamos en abril, si sumamos seis meses tenemos mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre. En octubre... ¿Qué hay? Elecciones. Es decir que el gobierno se da como política el ingreso de capital internacional de corto plazo convocándolo al país a hacer negocios con la tasa de interés alta que está pagando ahora el sistema financiero argentino para bajar el dólar y llegar a las elecciones de octubre con una inflación relativamente en calma y un tipo de cambio controlado. El gobierno tiene la expectativa de poder ganar las elecciones. 
 Han aparecido ahora informes de bancos internacionales muy importantes, como la banca Morgan, que dicen "no se pierdan el negocio que va a tener Argentina en los próximos meses" y llaman al capital financiero internacional a venir al país no a producir, no a invertir, sino a aprovechar este diferencial de tasa de interés. Se estima que en seis meses la ganancia que podría tener el capital financiero en dólares sería de entre el 26 y el 30%. Tengamos en cuenta que la tasa de interés anual de Estados Unidos está entre el 3 y el 4%; se trata de una diferencia enorme porque solamente en seis meses se podrían obtener beneficios en dólares del 30%. Y la banca Morgan dice “hay que ir a Argentina, aprovechemos esto que no va a durar toda la vida, llegan el mes de octubre las elecciones y ahora tenemos que ingresar”. 
 Es un tema interesante ver lo que pasó bajo el gobierno de Macri, porque esto marca una alerta sobre lo que puede venir en Argentina. Bajo Macri, cuando fue la corrida del año 2018, se habían invertido en diferentes instrumentos, la deuda y activos en pesos, unos 25 mil millones de dólares del exterior. Cuando cambia la situación y empieza la fuga de capitales -uno de sus principales promotores fue la propia banca Morgan, que ahora llama a venir a la Argentina- se van estos 25 mil millones de dólares, llega la devaluación monetaria y se arma un proceso inflacionario mucho más alto; y Macri, a pesar de haber ganado las elecciones de 2017, termina perdiendo las presidenciales por amplia diferencia. Ahora estamos en una situación distinta a la del 2018, cuando la mayor parte de las inversiones que había en activos en pesos no era de capital internacional, era de inversiones más locales, lo cual no quiere decir que no se puedan ir, también se pueden ir. Pero sobre el llamado al ingreso de capital internacional modificando normas del Banco Central para que puedan irse accediendo al mercado único de cambios muchos dicen “che, cuidado que esto le pasó a Macri, vinieron 25 mil millones de dólares y luego se fueron”. Y el cepo, que no se levantó para una cantidad importante de cuestiones, se levanta para el especulador internacional de corto plazo.
 ¿Y esto a qué va a llevar si sale bien? Acá hay dos variantes: que salga mal o que salga bien. Si sale mal, tendremos una devaluación en algunas semanas y el proceso inflacionario se va a descarrilar. Si sale bien, tendríamos un dólar a $1.000, porque Milei dijo “yo solamente voy a comprar cuando toque la parte de abajo de estas bandas”; un dólar a $1.000 significa que, con una inflación del 3,7% en el mes de marzo, que probablemente sea de más del 4% en abril y parecida en el mes de mayo, el atraso cambiario que existía se va a profundizar. Y tenemos una gran caída en los últimos meses del superávit comercial. En marzo del año 2024, el superávit comercial fue de 2.144 millones de dólares, y en marzo 2025 fue solo de 323 millones. Es decir que hay una caída brutal del superávit comercial y con un atraso cambiario mucho más fuerte podemos ir a un déficit comercial. Es decir que tendríamos ahora todas las cuentas externas del país prácticamente en rojo, con la única salvedad de que ingresa capital del exterior a aprovecharse de esta tasa de interés diferencial. Ahora, ese atraso cambiario va a llevar a una mayor cantidad de despidos, va a llevar a una destrucción de las fuerzas productivas, al reemplazo por importaciones de manufactura terminada; y esto vendrá de la mano de un choque contra los salarios, y generando una crisis al interior de una base social capitalista del gobierno, especialmente en el agro. ¿Qué dice el agro? "Yo antes tenía el dólar blend". El dólar blend significaba liquidar el 80% de la cosecha al oficial y un 20% a los dólares alternativos -que cotizaban un poco más alto. Si el dólar baja a mil va a estar por debajo del blend, con insumos que se han dolarizado y han aumentado. Entonces Milei les dice “rindan, vengan ahora a hacer su liquidación al Banco Central, porque en junio-julio volvemos a subir las retenciones del 26 al 33%”. Va a generar un choque con el capital agrario. Veremos cómo se procesa este choque; también puede haber un choque con sectores de la burguesía argentina, que vean cómo son golpeadas por las importaciones. 
 El gobierno le dice a los capitalistas agrarios “no sean tontos, liquiden ahora y hagan carry trade, como hace la banca Morgan”. No ganarían por la exportación, pero sí por la especulación financiera. Y le ofrece a un sector de las clases medias más pudientes del país engancharse en un proceso especulativo, diciendo “metete en un plazo fijo y lo que perdés por el salario lo recuperas, aunque sea parcialmente". 
 Es un proceso especulativo de muy corto plazo, que seguramente termine en una crisis poselectoral, si es que sale bien, es decir, si esto le da llegada a las elecciones; porque estructuralmente el país va ir para atrás: menos exportaciones, déficit comercial, destrucción de las fuerzas productivas, mayor desocupación y más caída del salario. 
 Lo que se suele llamar una readecuación de los precios relativos no es otra cosa que ese proceso donde cae el precio de la fuerza (salario) y se incrementan otros precios (en relación al salario) como el de los servicios o distintos bienes. Es clave la lucha por la reapertura de paritarias, que tiene que ser hoy el punto número uno en los reclamos del movimiento obrero. La burocracia sindical es muy pusilánime; por ejemplo, UPCN acaba de firmar un 1,5% de aumento de salario, y pide reapertura de paritarias después de haberla firmado. Y otros sindicatos están en la misma tónica. 
 Ya hemos visto este tipo de festejos anticipados en Argentina; lo más probable es que lo del gobierno termine con una crisis de muy corto plazo que puede dar lugar incluso a un choque interno con sectores de la clase capitalista, pero especialmente con el pueblo que va a ver cómo tiene que soportar cumplir esta promesa de grandes ganancias para el capital financiero. Este 26-30% de ganancia que va a tener el capital financiero con el carry trade va a ser a costa de los salarios que no se paguen, porque el pago de la deuda que tiene que hacer el gobierno se hará solamente con un superávit fiscal logrado a costa de menos presupuesto para salud y educación, y menos salarios. Entonces, la única respuesta a estas contradicciones que tiene el gobierno es ir contra los trabajadores, prometiéndole a los capitalistas que va a reducir el salario, a aplicar la reforma laboral, a aplicar la reforma previsional. 
Entonces viene una pulseada fundamental y tenemos por delante el 1 de mayo, una fecha muy importante para nosotros. La burocracia sindical acaba de convocar una marcha el 30 de abril. Y nosotros pensamos que esa marcha, que hasta donde tenemos información no va a ser con paro -por lo menos no lo han dicho ellos públicamente hasta el momento; eso no va a ser suficiente de ningún modo para enfrentar este plan de guerra contra el pueblo y de entrega al capital financiero internacional. Nosotros tenemos que participar de esa marcha, por supuesto, no le vamos a dar la espalda, pero tenemos que hacerlo con una columna independiente que proclame la necesidad de desarrollar todas las luchas que están en curso y generar las condiciones para una huelga general, el único medio para derrotar el gobierno. 
 Y el 1 de mayo, desde el Partido Obrero, estamos planteando a todos los partidos del Frente de Izquierda levantar una tribuna independiente en Plaza de Mayo. No puede ser que el Frente de Izquierda renuncie el 1 de mayo a hacer un acto en la Plaza; ha sido una conquista histórica de la izquierda argentina estar presente los 1 de Mayo allí, porque el peronismo desertó hace muchísimo tiempo de los actos. Así que llamamos a los partidos del Frente de Izquierda a tomar esa bandera, a continuar lo que ha sido una conquista política y a que este 1 de mayo estemos en la Plaza con un acto del Frente de Izquierda.

La Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina denunció el encubrimiento de Bergoglio a los curas pedófilos


"Francisco continuó con el mismo modus operandi que sus predecesores". 
 Se refirió al Papa Francisco como el máximo encubridor de curas pedófilos.

 En medio de obituarios que le adjudican a la figura de Jorge Bergoglio una vocación reformista al interior de la Iglesia Católica, el comunicado emitido por la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos en Argentina viene a dar un baño de realidad frente a tanto relato indulgente sobre la trayectoria del pontífice fallecido respecto al tema. El colectivo mencionado se refirió al Papa Francisco como el máximo encubridor de curas pedófilos y catalogó "su promocionada política de 'Tolerancia 0' ante los abusos" como una "hipócrita propaganda". 
 En ese sentido, los integrantes de la red fueron categóricos al afirmar que, a pesar de su discurso condenatorio hacia los abusos eclesiásticos, Bergoglio "continuó con el mismo modus operandi de sus predecesores, trasladando curas abusadores y callando a les sobrevivientes con denuncias canónicas revictimizantes que nunca llegaban a ningún tipo de reparación". 
 En los homenajes se presenta a Bergoglio como un abanderado de la lucha contra la pedofilia al interior de la Iglesia. Pero no es así. Sin ir más lejos, uno de los cuatro cardenales argentinos designados por Francisco para elegir al nuevo Papa es Víctor Manuel “Tucho” Fernández, quien, desde su lugar como Arzobispo de La Plata (puesto para el cual también fue promovido por el Papa), jugó un rol activo en el encubrimiento de los curas abusadores Eduardo Lorenzo y Raúl Sidders. En el primer caso, interfirió en la investigación penal intentando disuadir a los denunciantes y, tras el suicidio de Lorenzo ante su inminente detención -luego de diez años de impunidad-, Fernández organizó una misa de réquiem en señal de respaldo. También defendió abiertamente a Sidders frente a los numerosos testimonios que daban cuenta de los abusos perpetrados por el sacerdote en el colegio San Vicente de Paul de La Plata. Cabe recordar que en 2020 el Arzobispado de La Plata con la firma de “Tucho” quiso aplicar censura a Prensa Obrera cuando dio traslado a las denuncias de las víctimas de Sidders. 
 Como vemos, el Papa de la supuesta "tolerancia cero" con los abusos eclesiásticos eligió a aquel con el prontuario más reprobable en la materia para que ocupara el cargo de Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano y lo encumbró como miembro del Colegio Cardenalicio. Afortunadamente, los sobrevivientes de crímenes sexuales a manos del clero no se dejaron obnubilar por los discursos demagógicos del máximo pontífice y continuaron su lucha contra la impunidad. 
 Bergoglio le brindó protección personal al exobispo de Orán, Gustavo Oscar Zanchetta, ofreciéndole asilo en el Vaticano para que pudiera escapar de las denuncias de abuso sexual que pesaban en su contra; allí se desempeñó como asesor de la Administración de la Sede Apostólica entre 2017 y 2019, organismo encargado de administrar las propiedades de la Iglesia. Incluso, una vez condenado por esos delitos, gracias a la lucha por justicia, el clérigo interrumpió su prisión domiciliaria para viajar a Roma en noviembre del año pasado, a instancias del Papa. 
 Estando al frente del Episcopado en 2008, Bergoglio le encomendó al jurista Marcelo Sancinetti la redacción de un libro que condensase la defensa jurídica del cura pedófilo Julio César Grassi, con el objetivo de que la Corte Suprema fallara en su favor luego de la condena en primera instancia. De hecho, la contratapa de uno de sus tomos dice explícitamente que dicho dictamen fue realizado bajo la recomendación de la Conferencia Episcopal Argentina, en aquel momento presidida por Bergoglio. 
 Estos son solo algunos ejemplos que demuestran que el líder religioso no renovó la Iglesia ni puso fin a sus prácticas anquilosadas. Se vestía de un ropaje progresista en el afán de revertir la crisis del catolicismo pero el encubrimiento a la curia pedófila pone de manifiesto una impostura papal.
 La expectativa de que es posible reformar positivamente a la iglesia mediante la intervención de un Papa "aliado" constituye una utopía reaccionaria y un impedimento para desenvolver a fondo la lucha contra todos los atropellos cometidos por dicha institución. Contrariamente a quienes someten al papado de Bergoglio a un revisionismo elogioso, se alzan las conclusiones vertidas por la Red de sobrevivientes que desenmascaran la trama siniestra del abuso eclesiástico. 

 Sofía Hart

Viviana Canosa, Tim Ballard, el ataque a las diversidades y el encubrimiento a los tratantes


Viviana Canosa y Lizy Tagliani. 

Viviana Canosa acusó a Lizy Tagliani, mujer trans, y otras personalidades trans u homosexuales, de estar ligadas a una red de trata de menores digitada por personas afamadas del mundo del espectáculo, aunque sin aportar prueba alguna. El contenido de sus acusaciones es coincidente con el discurso de Milei o Trump vinculando la diversidad sexual con la pedofilia y la "degeneración". Estos ataques derechistas, en general, aportan al encubrimiento de los verdaderos tratantes, como sugiere que Canosa alegara trabajar con el republicano yanqui Timothy Ballard. 
 La conductora vinculó a Tagliani con “fiestas de famosos” en las que habrían participado menores de edad y dio a entender que podría estar ligada a Marcelo Corazza, el exganador de Gran Hermano acusado de integrar una banda que reclutaba jóvenes para su explotación sexual. Canosa también cruzó a Florencia de la V y a Florencia Peña. Finalmente se desdijo en una entrevista que dio a TN junto a su abogado, Juan Manuel Dragani. 
 Canosa afirmó también que estaría trabajando junto a Timothy Ballard, un exponente de la derecha "antiwoke" en el Partido Republicano norteamericano e integrante de una fundación que recauda millonadas para una supuesta lucha contra la pedofilia y la trata de niños, pero que enfrenta más de 20 acusaciones por abuso sexual, trata y fraude. La conductora asegura que Ballard tiene información valiosa para esclarecer el caso Loan Peña, cuando uno de los integrantes de su fundación se hizo pasar por agente de la CIA, Interpol y la DEA entorpeciendo el proceso judicial, el cual como sabemos concluyó con un completo encubrimiento.
 El sitio Data Clave publicó un perfil de Ballard donde relata que durante la campaña electoral de 2023 Javier Milei y Victoria Villarruel se reunieron en Miami con José Eduardo Verástegui, productor de la película "Sonido de libertad" que es una publicidad cinematográfica del propio Ballard. Firmaron con él un acuerdo de compromiso entre la fundación y La Libertad Avanza en nombre de la lucha contra la trata infantil. Como presidente, Milei insiste en vincular maliciosamente a la pedofilia con personas LGBT. Fue lo que hizo ante el Foro Económico de Davos en enero, y tuvo como respuesta una multitudinaria Marcha del Orgullo Federal Antifascista. 
 Todo este cruce mediático se desarrolló en paralelo al juicio contra los hermanos Kiczka, funcionarios públicos de Misiones condenados por el delito de tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil, y en el caso de uno de ellos también por abuso sexual. Es la misma provincia donde se lleva adelante la causa contra Corazza, lo que habla de un encubrimiento sistemático por parte del Estado nacional y provincial. Es lo que quedó demostrado también con el caso Loan, con comisarios detenidos y el apoyo de Bullrich a las versiones falsas para desviar la investigación. Como frutilla del postre, el gobierno ofrendó un blanqueo de capitales que permitió a los tratantes lavar dinero. 
 El crecimiento de la explotación sexual de las infancias ha venido de la mano del aumento de otras formas de explotación, como el trabajo forzoso. Es un correlato de la ofensiva capitalista que pretende descargar la crisis sobre los trabajadores, y en ese cuadro promueve la división de los explotados, con el odio a la diversidad sexual, la misoginia, la xenofobia. Su brutalidad oscurantista es proporcional a su terror al odio de clase.

 Prensa Obrera

martes, abril 22, 2025

Lenin y el Socialismo

Acerca del macaneo del “peso fuerte”


Las consecuencias del acuerdo con el FMI son explosivas. 

 El ‘tema’ económico de la semana ha sido la pendiente hacia abajo que ha recorrido el dólar, cuando los mentideros de la prensa habían anunciado una suba rápida de la divisa hacia el tope de 1.400 pesos pactado en el acuerdo con el FMI. La paradoja de este relato es, sin embargo, para qué quería el gobierno un acuerdo con el Fondo si, tal como venía ocurriendo, el dólar reptaba en torno a los 1.000/1.100 pesos con el esquema anterior. Este esquema, no obstante, no había podido parar un ascenso de la suba de precios en el semestre, hasta llegar al 3,7% mensual en marzo, ni lograba frenar una salida persistente de divisas que profundizaba el saldo negativo de reservas del Banco Central. 
 Pero entre los 1.100 pesos por dólar de antes y los mismos 1.100 pesos de ahora “pasaron cosas”. El FMI acompañó al Gobierno en una de las mayores estafas financieras que se conozca, aunque los medios de comunicación apenas la notaron o eligieron ocultarla. Se trata de un préstamo de 20 mil millones de dólares al Tesoro nacional, que fue transferido al Banco Central en calidad de pago de una deuda inexistente. De este modo, las reservas internacionales netas del Central se convirtieron en holgadamente ‘positivas’, y en un arsenal para intervenir en el mercado de cambios, luego de largos años de registros negativos, o sea cuando el disponible en el Central era holgadamente inferior a sus deudas o pasivos. El ‘muerto’ cargado al Tesoro, un 5% nada menos del PBI, será pagado por los contribuyentes, de un lado, y por un mayor ‘ajuste’, del otro. La insistencia de la camarilla oficial en que no ha aumentado la carga impositiva es redondamente falsa, porque cada punto de suba de la inflación representa otro tanto en el pago del IVA, en Ingresos Brutos y hasta los impuestos municipales e inmobiliarios. Como han escrito algunos boletines económicos, el excedente de reservas netas del Banco Central para que los especuladores no salgan a comprar dólares con la intención de provocar una devaluación del peso. La estafa operada contra el Tesoro es la causa fundamental de la inversión de tendencia, a muy corto plazo, en el mercado de cambios. 
 La política financiera oficial adolece de una ‘dólar-dependencia’ negativa. Para cumplir con el cronograma de pagos de intereses y vencimientos de la deuda externa necesita de un superávit fiscal creciente medido en dólares. Cuanto más se deprecia el dólar, mayor es el valor de ese superávit que se recauda en pesos. Una devaluación tiene el efecto contrario; obliga al Gobierno a pagar la deuda externa por medio de un mayor ajuste fiscal – algo que tiene un límite económico y político insuperable. El planteo de los críticos -‘devaluemos para que ingresen más dólares de exportación para pagar deuda externa’- es rechazada por el oficialismo como “inflacionaria”. La deflación, por otro lado, rinde enormes beneficios a los tenedores de deuda interna o local, que se encuentra nominada en pesos. El monto de la deuda en pesos no es moco de pavo, pues representa el equivalente a 250 mil millones de dólares. Aunque se encuentra indexada, sería perjudicada por una devaluación del peso y, no menos importante, aumentaría enormemente la deuda en pesos de la Tesorería con sus acreedores. 
 El muro levantado por los 20 mil millones de dólares que han sido entregados en forma gratuita al Banco Central, opera como un seguro de cambio gratuito. Se esperan otros 4 mil millones de organismos internacionales, que irán al Central vía endeudamiento del Tesoro. Los especuladores dejan de endeudarse con los bancos para comprar ese seguro en el mercado de futuros; el seguro del Central lo paga ahora el Tesoro nacional, o sea, el ciudadano de a pie. Este muro se refuerza porque no ha sido levantado el cepo cambiario para los grandes operadores, o porque se les ha impuesto un bono en lugar de dinero, con el consiguiente aumento de la deuda pública. Los bancos, por su lado, han aumentado la tasa de interés, que en algunos casos llega al 50/55% anual. Han respondido, con esos aumentos, a la fuerte disminución del crédito de reposición por parte del Banco Central. Todo esto tiene un efecto económico depresivo y monetariamente deflacionario, pero ha permitido renovar con creces la deuda pública doméstica a cambio de mayores tasas de interés. Si los intereses que se refinancian por medio de este endeudamiento, fueran incluidos en una hoja amplia de balance del Tesoro, Argentina se convertiría en uno de los países con mayor déficit fiscal en el mundo. El elogiado “Masterclass” ha armado una bomba varias veces más potente que la que puso como ministro en el gobierno de Macri.
 El Gobierno ha pedido desesperado la ‘asistencia’ del FMI porque enfrentaba un escenario mutuamente alimentado entre default e hiperinflación. Contra todo el relato oficial, “La oferta de dinero en la economía sigue subiendo rápido”, dice el Financial Times (16/4). Un gurú del ‘libertarianismo’, el norteamericano Steve Hanke advirtió acerca de la “rápida expansión monetaria”; se refieren a la expansión secundaria del sistema bancario y de las operaciones con garantía de la deuda pública. De aquí desprenden las consultoras que el aumento del costo de vida seguirá a una tasa creciente. El resultado es un aumento de la mora en el pago de deuda corporativa – por ejemplo, Celulosa (Infobae, 16/4). Todo este esquema favorece, naturalmente, el negocio de vender dólares y poner los pesos a cambio de un interés (carry trade), acumulando más presión en el mercado de cambios a corto plazo. Pero los márgenes operativos no son los de antaño, porque la venta de dólares a mil pesos es equivalente a rifarlos. 
 El Gobierno ha comprado muy poco tiempo, a cambio de una presión explosiva más intensa que la prevaleciente hasta ahora. Los más blindados del oficialismo esperan que las exportaciones del agro y la energía permita continuar con el pago de intereses y vencimientos a corto plazo de la deuda externa, y por este medio obtener acceso financiero en los mercados internacionales. Pero justamente ahora se desarrolla un derrumbe, tanto del comercio como del financiamiento internacional. Al fin de cuentas, toda crisis de envergadura en un país es una refracción, con características propias, de una crisis internacional. Ahora mismo, quienes tienen una crisis de deuda ‘à la Argentina’, son Donald Trump y el Tesoro norteamericano. 
 El Gobierno tiene toda la intención de convertir su relato acerca de “la lucha contra la inflación” en una bandera para reforzar el congelamiento de las paritarias en torno a aumentos del 1-1,5% mensual. La burocracia de la CGT, encantada. Los activistas de la clase obrera, por el contrario, deben rechazar este verso como una extorsión, y agruparse para dar una respuesta de conjunto. 

 Jorge Altamira 
 22/04/2025

Quitan de la Asignación Familiar por Hijo a un millón de niños


 Sigue cayendo a paso firme la cantidad de chicos menores de edad cuyos padres dejan de cobrar la Asignación Familiar por Hijo (SUAF). Según lo informado en la Cámara de Diputados por el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos en el periodo de noviembre del 2023 a marzo del 2025 -es decir, durante el mandato de Milei- suman 994.817 quienes perdieron esta asistencia. 
 “El Ministerio de Capital Humano informa que la cantidad de beneficiarios de la Asignación por Hijo (incluye Asignación por Hijo con Discapacidad) correspondiente a los subsistemas de asalariados formales, monotributistas, titulares de beneficios previsionales y de la prestación por desempleo, abonada en diciembre de 2023 fue de 5.520.650 mientras que marzo de 2025 fue de 4.525.833”, dijo Francos sin mayores explicaciones.
 La Asignación Familiar por Hijo se encuentra atacada a dos bandas. Por un lado, por la reducción del tope de ingresos para poder percibirla por otro por los despidos y suspensiones masivas entre los trabajadores de la industria. La caída principal se dio en el periodo de noviembre 2023 a noviembre del 2024 donde 870.981 menores de 18 años quedaron fuera de esta ayuda. 
 El hachazo principal viene por el lado del tope de ingresos implementado. En donde en diciembre del 2023 ambos padres no debían superar los $3.960.000, con ninguno de los dos por encima del monto de $1.980.000. Para marzo del 2024 la cifra tope fue modificada a $2.154.806 y $1.077.403 por padre. Estas cifras recortadas luego fueron mensualmente actualizadas según la movilidad previsional. Hoy el tope es de unos 2.105.438 por padre, un aumento que queda muy atrás de la inflación de estos 15 meses que estuvo por encima del 140%. 
 Por el lado de la pérdida de puestos de trabajo la caída no fue menor, en noviembre del 2023 eran 9.870.069 los trabajadores registrados que pasaron a ser en enero del 2025 unos 9.685.908, una reducción de 184.161 trabajadores que impacta en un número aún mayor de niños menores de edad. 
 Así cientos de miles de niños quedaron automáticamente fuera de la asignación, con el agravante de que con la liquidación de planes sociales y de cualquier seguro al desocupado pasan a quedar sin ningún tipo de cobertura social de emergencia. Como aliciente en estos casos los padres pueden pasar a tramitar la AUH (Asignación Universal por Hijo) habilitada para desocupados, informales, trabajadores de casas particulares e inscriptos en el monotributo social. 
 Para los trabajadores que superan el piso del impuesto a las ganancias pueden deducir la AUH de parte del pago del impuesto, con la salvedad de que pagan más, ya que se redujo el mínimo no imponible de ganancias. Otro aspecto a tener en cuenta es que la escala salarial impacta en el monto de la Asignación por Hijo, para salarios de menos de $795.000 es de $51.535, para salarios de $1.166.207 es de $20.949 y para los que están por encima de $1.346.428 es de $10.807 un número negligible. 
 La dispara inflacionaria de los últimos meses, sumado a un nuevo ciclo de bicicleta financiera, impacta sobre los salarios e impulsa a la destrucción de más puestos de trabajo. Es lo que pidió el FMI, una reforma previsional, otra tanda de despidos en el Estado y como se ve más recortes de gastos sociales. 

 Leonardo Perna 
 22/04/2025

Jorge Bergoglio: el Vaticano en la crisis y la guerra mundial


Los diarios de todo el mundo han despedido a Jorge Bergoglio como un “reformador” e incluso como un “revolucionario” dentro de la Iglesia. Su papado estuvo precedido por la aguda crisis del clero católico, atravesado por denuncias de brutales de abusos sexuales y paidofilia en todo el mundo, escándalos financieros y de corrupción y una sensible disminución de su feligresía .
Bergoglio se vio encumbrado al frente del Vaticano luego de la inédita renuncia de su antecesor, el alemán Joseph Ratzinger (Benedicto XVI). Eligió su nombre, Francisco, en homenaje a San Francisco de Asís, para resumir sus pretensiones de inaugurar una nueva etapa de ´austeridad´ y cercanía con los pobres. Desde los primeros meses de su papado, Bergoglio/Francisco debió arbitrar en el ´saneamiento´ de las financas vaticanas, caracterizadas como “una selva” por periodistas especializados, para dar cuenta del descontrol y la corruptela reinantes.
 Jesuita y peronista, cercano a la ´ortodoxa´ Guardia de Hierro, Bergoglio se ordenó sacerdote en 1969. En 1973, a los 36 años, fue designado al frente de la orden jesuítica. En los años 90 fue promovido por el entonces arzobispo de Buenos Aires, cardenal Antonio Quarracino, caracterizado por su complicidad con la dictadura militar y enemigo recalcitrante de los homosexuales. 
Bergoglio lo reemplazaría al frente de la diócesis porteña en 1998 y continuaría en esa misma veta ideológica. Enemigo del derecho al aborto y al matrimonio igualitario, protagonizó un incidente destacado, en 2004, cuando despotricó contra una muestra del artista León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta, a la que tachó de ´blasfema´, agitó contra ella. Algunos de sus seguidores irrumpieron en la exhibición y atacaron las obras. Entre otras piezas, se exhibía la icónica “La civilización occidental y cristiana” (1965), que representa a Cristo crucificado en una réplica de avión bombardero norteamericano. Bergoglio asumió al frente de la Iglesia católica con la misión de recomponer su acusada despomposición. Su nombramiento fue inesperado -nunca antes un latinoamericano había llegado al cargo-, aunque su potencia ´renovadora´ no pasó de las palabras. Más que a un revolucionario, el papado de Francisco se asimiló al “gatopardismo”, resumido por el escritor italiano Giuseppe Tomasi di Lampedusa en la máxima “cambiar todo para que nada cambie”. 
 Al poco tiempo de asumir como Papa, Bergoglio desplazó al entonces secretario de Estado, Tarcisio Bertone, para reponer a los hombres de Ángelo Sodano, cuyo nombre está inevitablemente asociado a los desmanejos y enjuagues del Instituto para las Obras de Religión, IOR, llamado el “banco del Vaticano”. El IOR fue objeto de numerosas denuncias por lavado de dinero proveniente de la mafia y el narcotráfico. El cambio de nombres al frente del banco fue una exigencia del JP Morgan y el Deutsche Bank, como condición para su rescate. 
 En 2019, Bergoglio-Francisco convocó a un ´histórico´ coloquio para tratar la cuestión de los abusos de menores. Sin embargo, las conclusiones de aquella cumbre apuntaron a sellar su tratamiento interno en la Iglesia, basándose en el derecho canónico. Pidió “perdón” a todas las víctimas, pero Bergoglio estuvo personalmente involucrado en el encubrimiento de varios curas acusados de pedófilos, aunque el caso más resonante fue su apoyo a Julio César Grassi, el monstruo que habitaba la fundación “Felices los niños”. En este caso, promovió la distribución de un pseudoinforme sobre Grassi que repetía las mismas mentiras de sus defensores. Grassi fue condenado finalmente por la justicia penal argentina. 
 Bergoglio también promovió a los llamados ´curas villeros´ y a los movimientos sociales referenciados en Juan Grabois; el frente entre la UTEP de Grabois, el Movimiento Evita y la CCC era conocido como “los vaticanos”. En el escenario de la crisis capitalista mundial, su ´opción por los pobres´ era enteramente conservadora. Promovía ´la inclusión´ a través de las cooperativas truchas y la socialización de la miseria. Un referente del movimiento de los ´curas villeros´, el padre Pepe, fue un destacado expositor en el Congreso contra el derecho al aborto. Bergoglio se mostró coherente, nuevamente, con su denodada oposición a la Teología de la Liberación en los años 60 y 70 del siglo pasado. 
 Su estilo demagógico y el desplazamiento de ciertas camarillas le granjearon enemigos ´unltraconservadores´ dentro de la Iglesia. Fuera de esta, algunos ´progres´ se manifestaron ´deslumbrados´ por la inclusión de mujeres en ciertos cargos religiosos, la ´comprensión´ hacia los homosexuales y la aceptación de ´algunos´ divorciados, en el marco de una institución completamente reaccionaria, como si esto pudiera ser considerado seriamente un ´progreso´. El papado de Francisco se caracterizó por abrazar la agenda ´woke´, hoy en crisis frente al ascenso de gobiernos de ultraderecha del tipo Trump y Milei. 
 Jorge Bergoglio, el papa Francisco, fue un dirigente políticamente hábil y, por lo tanto, un conservador adaptado a los tiempos que corren, al cual se le asignó la misión imposible de recomponer a la Iglesia de su irrecuperable decadencia. 

 Jacyn 
 21/04/2025

lunes, abril 21, 2025

Milei y Francisco


Las coincidencias entre ambos no son pocas. 

“A pesar de las diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí”, dijo Javier Milei refiriéndose a la muerte de Francisco. El presidente tiene previsto partir hacia el Vaticano para participar de la despedida final de quien ocupara, hasta hace muy poco, el trono de San Pedro. 
 Las relaciones entre Milei y Francisco han ido mutando con el tiempo. El presidente argentino ha llegado a decir que Bergoglio era un “zurdo hijo de puta que pregona el comunismo”. Pero, tras asumir la presidencia, tuvo que bajar varios cambios y ser “pragmático”. Milei se reunió con el entonces Papa en febrero de 2024, en medio de una gira internacional que incluyó una parada en Israel en tiempos de guerra de exterminio contra el pueblo palestino. Algunos medios señalaron que ese encuentro constituyó una vía hacia el “deshielo”. Milei necesitaba la contención social de la Iglesia para implementar su plan de guerra contra las masas trabajadoras sin que todo estallara por abajo. 
 En lo esencial, las coincidencias entre Milei y el Papa no son pocas. Comparten desde la defensa de la propiedad privada -base de la explotación capitalista-, es decir la defensa de un régimen social basado en la explotación y opresión de una mayoría por parte de una minoría, hasta una política frente a los derechos de las mujeres y las diversidades sexuales. 
 Ambos son opuestos a la interrupción legal del embarazo; Francisco se oponía incluso en casos de violación, al igual que Milei. Es conocido que el presidente argentino quiere volver la rueda de la historia hacia atrás, y condenar a las mujeres al aborto clandestino con sus secuelas físicas y psicológicas e incluso con el peligro de muerte. Detrás de mantener el aborto en la ilegalidad se esconde tanto el intento por reforzar la regimentación estatal sobre las mujeres y los cuerpos gestantes como el de mantener los negocios de las clínicas privadas en las que se practican abortos a precios altísimos. 
 Se ha intentado construir una imagen del Papa en la que este aparece como un defensor de los derechos LGBT. Francisco autorizó la bendición de parejas homosexuales, a la par que se mostró abierto a la unión civil entre personas del mismo sexo. Pero, en los hechos, la Iglesia sigue operando como un factor de impulso a la discriminación y a la violencia contra las diversidades sexuales. La Iglesia también se opone a la ESI, que no instrumenta en los numerosos colegios que dirige, mientras en su seno se extiende la pedofilia; el propio Francisco intervino personalmente para defender curas abusadores. Milei ha llegado a emparentar la homosexualidad con la pedofilia, y se opone a la ESI, una herramienta para detectar abusos. 
 Curiosamente, tanto Francisco como Milei, sin tener hijos ni parejas, hacen campaña a favor de formar familias, obviamente bajo la heteronorma. Con la defensa de la familia, bajo el capitalismo, se busca garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo y el sostenimiento de la división de la sociedad en clases. En ella se reproduce el funcionamiento de la sociedad burguesa, con sus estructuras jerárquicas, sus funciones regimentadoras y su carácter opresivo; en general, las mujeres desempeñan un papel subordinado, y los niños son el eslabón más débil. Para los capitalistas es clave mantener sumisas a las masas e imponer entre ellas vínculos opresivos para dividirlas. Así, refuerza su poderío social. Mientras tanto, las familias trabajadoras son sometidas a la pobreza, la escasez y la descomposición social como consecuencia del "ajuste más grande de la historia".
 Francisco asumió su lugar como Papa prometiendo un mayor acercamiento de la Iglesia a los pobres, como parte de un intento por rescatar una institución que es sostén de gobiernos capitalistas que empobrecen a los trabajadores. En el marco del brutal ataque del gobierno de Milei contra los sectores más explotados y oprimidos de Argentina (que incluyó razzias en comedores populares y persecución judicial), la Iglesia colabora "espiritualmente" promoviendo la resignación frente a la realidad actual, es decir, frente a la miseria, la desposesión y el sometimiento.

 Nazareno Suozzi

El papado de Francisco


Un repaso a través de una selección de notas de Prensa Obrera. 

 La muerte de Jorge Bergoglio, poniendo fin a casi 13 años de papado de Francisco, reavivó la atención sobre la crisis de la Iglesia Católica y las feroces disputas en el Vaticano, tanto como los debates sobre los abusos eclesiásticos, el oscurantismo y el poder económico del clero. Compilamos acá una selección de notas de Prensa Obrera que recorren este intento frustrado por revertir la descomposición de una institución reaccionaria y sostén de un régimen social que se derrumba.
 La renuncia de Ratzinger y la elección pontificia de Bergoglio fueron analizadas entonces por Pablo Rieznik, en artículos que caracterizan la profunda crisis al interior de la curia, incluidos carpetazos y tramas oscuras, con un escándalo financiero del Banco Vaticano que concluyó casualmente en la elevación papal del "austero" jesuita argentino. 
 A despecho de la prédica de una imagen renovadora de la Iglesia Católica, el papado de Francisco siguió caracterizado por la cruzada contra la lucha por la legalización del aborto, por el intento de ocultar el encubrimiento de los abusos sexuales eclesiásticos y la corrupción vaticana revelada particularmente en los Vatileaks. 
 Bergoglio fue también parte de los promotores de la impunidad a los genocidas condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Antes que Milei y Villarruel fueran diputados respaldaba las operaciones del vicario castrense Santiago Olivera por la absolución de los represores, y recibió en el Vaticano a los promotores de la consideración de los militares como víctimas del terrorismo subversivo. 
 Como se evidenció en la misa que celebró una década de su papado, y vuelve a evidenciarse hoy, todos los gobiernos y políticos capitalistas que hundieron a la Argentina coinciden en bendecirlo. Las necesidades sociales de los trabajadores son antagónicas con el sostén de este pilar de la reacción y el orden capitalista.

Murió Francisco, un intento fallido de rescatar a una Iglesia Católica reaccionaria y en descomposición


Siguen los abusos y pederastas en las iglesias, los negocios y negociados clericales y crecen el hambre y la miseria en el mundo.

 Jorge Mario Bergoglio: Papa Francisco. A sus 88 años, según confirmó el Vaticano, en horas de la mañana de este lunes 21 falleció Jorge Mario Bergoglio, conocido en la última década como Papa Francisco: máximo líder de la Iglesia Católica. Francisco prometió una renovación que no fue tal, en una institución atravesada por las violaciones y abusos contra menores, y la opulencia y el enriquecimiento espurio en un mundo dominado por el hambre y la pobreza. Su pose “progresista” al interior de la Iglesia tampoco sirvió para una apertura de una institución anquilosada, conservadora y reaccionaria, y su intervención política estuvo al servicio de conciliar y contener los procesos de lucha de los pueblos contra los gobiernos capitalistas.
 La noticia fue dada a conocer por las autoridades del Vaticano luego de que el Papa transitara una prolongada hospitalización debido a un caso grave de neumonía, obteniendo el alta médica el pasado 23 de marzo, pero conservando un estado de salud delicado.
 Francisco asumió al frente de la Iglesia Católica como Papa el 13 de marzo de 2013, hace 12 años, con el compromiso de renovar una institución desprestigiada a nivel mundial y en franco retroceso respecto al avance de otros credos, como los evangelistas, particularmente en Latinoamérica y entre la población pobre donde se encontró históricamente su fuerte. 

 Una cueva de pedófilos 

El ascenso de Francisco fue considerado como una oportunidad para avanzar contra los curas pedófilos y terminar con los delitos sexuales contra menores que afectan a la Iglesia Católica en todo el mundo. El propio Vaticano reconoció en un informe del 2018 que la institución recibía alrededor de 600 denuncian anuales por abusos. Pese a sus promesas, y más allá de algunos encuentros y medidas superficiales, Francisco mantuvo la línea de encubrimiento de los abusadores.
 Según investigaciones recientes del diario italiano Domani (2022) la línea del vaticano siguió siendo la de encubrir los escándalos por pedofilia eclesiástica, trasladando a los curas abusadores a otras diócesis o parroquias para “evitar” denunciarlos, y presionando a las víctimas para que no hagan públicos los abusos. Esta fue la conclusión a la que llevó la cumbre sobre los abusos realizada en el Vaticano, que resolvió que los casos no trasciendan los umbrales de la Iglesia Católica. 
 Francisco, además, promovió a agentes directos de la impunidad de los abusadores, como el arzobispo platense Víctor Manuel “Tucho” Fernández, que fue designado en un puesto del Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano. Bergoglio también encubrió al exobispo de Orán, Gustavo Zanchetta, denunciado por abusar de seminaristas; protegió al cura paranaense José Francisco Decuyper, denunciado por su sobrino por el delito de abuso sexual, incluso contra la recomendación del Papa de mantener todo bajo la alfombra; y recluyó en el Monasterio de San Isidro de Dueñas de Palencia (España) al cura abusador Carlos Miguel Buela, de la ciudad de San Rafael (Mendoza) Carlos Miguel Buela, entre algunos casos que trascendieron. 

 La Iglesia de la opulencia y los negocios 

Si Bergoglio no saneó a la Iglesia Católica de los pederastas, tampoco limpió a la Santa Sede de los negocios turbios y la opulencia. Jesuita, proveniente de la Compañía de Jesús, Bergoglio ascendió a Francisco bajo la promesa de impulsar “una Iglesia pobre para los pobres”, en medio de la crisis de su predecesor, Benedicto XVI (Ratzinger), en cuyo gobierno salió a la luz el escándalo del lavado de dinero y negocios espurios con la mafia italiana. 
 Francisco no alteró en nada la estructura financiera ni la lógica mercantil del Vaticano salvo en la retórica, haciendo demagogia con la pobreza y el derecho a la vivienda mientras el Vaticano concentra un patrimonio inmobiliario de medio millón de metros cuadrados, que equivale a casi tres mil millones de dólares y alrededor de 4.421 inmuebles, con beneficios impositivos extraordinarios y un uso dedicado a negocios y favores clericales. 
 En 2019, salió a la luz el escándalo del destino de los fondos del Obolo de San Pedro (fondo de donaciones para los pobres) que fue utilizado para operaciones financieras en lugar de ir a parar a los “necesitados”. La Santa Sede utilizaba el dinero de la caridad para negocios inmobiliarios millonarios, adquiriendo mansiones en los mejores barrios de Europa. 

 Cambiar para que nada cambie 

Francisco fue presentado como la “renovación” en la Iglesia Católica, quizás para marcar algún punto de inflexión con su predecesor de tinte claramente conservador, pero su lógica fue la de la preservación del orden fundamental y desigual del régimen capitalista y sus penurias, una característica a que lo acompañó durante toda su trayectoria bajo una institución comprometida con los peores crímenes contra la humanidad, incluido el terrorismo de Estado en la Argentina y Latinoamérica. 
 Cuando Bergoglio, Francisco se opuso a la teología de la liberación, y su responsabilidad bajo la última dictadura cívica militar en la Argentina lo ubica al menos en el bando de las complicidades silenciosas y el abandono a su suerte de sus pares combativos, cuando la estructura eclesiástica colaboraba con los genocidas. 
 A nivel internacional, Francisco optó por una orientación conciliadora y de contención, articulando incluso en la relación entre los Estados Unidos de Barack Obama y Raúl Castro para el avance de la restauración capitalista en Cuba y poniendo paños fríos en todos y cada uno de los levantamientos populares contra los gobiernos capitalistas en todo el mundo. 
 Que nada ha cambiado para bien lo demuestra el hecho de que la población católica mundial se encuentre en franco retroceso, particularmente en América Latina y en Argentina, aun con Papa local. La Iglesia Católica no da respuestas a las necesidades de la población explotada y se ha presentado como un obstáculo y enemiga de las principales aspiraciones y luchas populares. 
 La muerte de Francisco, Bergoglio, da fin a un intento tímido por revertir una tendencia inevitable: el hundimiento de la Iglesia Católica de la mano de la descomposición capitalista y el avance de una conciencia de clase contra quienes profesan una ideología reaccionaria, conservadora y contrarrevolucionaria. 

Marcelo Mache