Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
sábado, abril 05, 2025
El paro del 10, con Milei y Caputo en la picota
A diferencia de los dos paros anteriores, el convocado para el jueves 10 por la CGT y las CTAs -con las concentraciones junto a los jubilados el miércoles 9 después del mediodía- encuentra a Milei en el peor momento de sus 16 meses de gobierno.
Es claro que la política económica del gobierno está tocando fondo. Según el tándem Milei-Toto Caputo el ajuste infernal -que aún no termina- era la base para una estabilidad “macro” y un curso de recomposición de la economía y el acceso de la Argentina -sus capitalistas- al mercado externo de capitales. Sin embargo, a pesar del costo brutal en las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población -sobre todo de la clase trabajadora-, el fracaso es total.
La crisis está concentrada en la falta de reservas en el Banco Central y las medidas para recuperarlas, entre ellas la exigencia del FMI de realizar un cambio en la política cambiaria, es decir, proceder a una devaluación, lo que cada vez junta más adeptos. La burguesía se anota en este reclamo, y ya no solo Kicillof o el peronismo, el mismo Macri y también Cavallo salieron a hablar abiertamente de la necesidad de devaluar. El FMI quiere el levantamiento del cepo lo cual puede terminar de ser un cóctel explosivo. Hay una fuerte tendencia a la dolarización cuando para más el gobierno va dilapidando reservas para mantener el dólar oficial subvaluado es decir un círculo vicioso, porque quienes tienen dólares no los liquidan -exportadores- ante la evidencia que la “salida” a la falta de reservas es una devaluación, a la cual Caputo y Milei se resisten y niegan pero no los especuladores, exportadores, etc. que son conscientes de la inviabilidad de sostener un dólar barato: no hay con qué frenar su suba.
Milei y Caputo han quedado sometidos a un acuerdo con el FMI que no termina de concretarse y que en el mejor de los casos otorgaría una cifra que tampoco resuelve la crisis: 20.000 millones. Para más sería en cuotas y descontando los pagos adeudados al Fondo, o sea, dejan chirolitas para sostener el dólar con el crawling peg del 1% mensual.
Milei es consciente que la salida de la devaluación es un golpe político a su gobierno y que va provocar una crisis de gabinete, con el rockstar Caputo fuera, y que la repercusión sobre precios, tarifas traería un rebrote inflacionario que puede terminar con su principal “crédito”, cuando este ya empezaba a mostrar que lejos de seguir bajando empezaba a subir -en marzo se espera más del 2,7% de inflación.
La profundidad de la crisis de la política de Milei tiene varias manifestaciones. Una central es la recesión, que está provocando despidos y suspensiones, y que combina el cierre de empresas y la ida del país de varias -automotrices, petroleras- ante la caída de la rentabilidad por la apreciación del peso, con la caída del consumo como consecuencia del derrumbe los salarios y jubilaciones, que una devaluación agravaría aun más. Como se ve, supera lo coyuntural de una “corrida desestabilizante” como acusa Milei.
Crisis por acá, crisis por allá
Mientras Milei le reza al FMI se recuesta aun más en Donald Trump, en el mismo momento que éste lanzó los condimentos de su guerra arancelaria que está abriendo frentes de tormentas en todo el planeta, y que tendrá a Argentina como una de las víctimas. Para que no queden dudas de su sometimiento está su discurso de este miércoles 2 en el acto por el Día de los Veteranos y los Caídos en la Guerra de Malvinas, donde impidió a los veteranos rendir un homenaje a los caídos y adoptó la posición del imperialismo inglés y yanqui reconociendo a los kelpers como legítimos habitantes, algo a lo cual no se animó ni siquiera la ONU.
La precariedad del gobierno de Milei ha quedado al desnudo. Al fracaso de su política económica hay que sumar otros fracasos, como el intento de ganar la “batalla cultural” que fue golpeada en las calles: el 1F frente a su discurso en Davos, las denuncias de corrupción de su entorno más cercano -su hermana y él mismo- con el Libragate; la respuesta frente a la represión de Bullrich el 12 y 19 de marzo, el propio 24 contra el negacionismo. Lo que Milei pudo avanzar contra los trabajadores, contra las mujeres, contra los derechos, se debió fundamentalmente a la colaboración y complicidad de la oposición y sobre todo del peronismo con la burocracia sindical en lugar destacado, que confirmaron para muchos trabajadores que son los responsables del hundimiento del país y el deterioro de sus condiciones de vida.
El gobierno pretende hacerse fuerte electoralmente justamente sobre la base de la desintegración y fragmentación de los partidos tradicionales, entre otras cosas como resultado de que se “mileizaron”. Pero en las elecciones provinciales en curso no parece que aún pueda hacer la diferencia, su apuesta más fuerte es ganarle a Macri en CABA donde la fragmentación del PRO muestras las consecuencias de haber sostenido al gobierno a cambio de nada.
Las elecciones en curso y las que vienen hasta octubre se desenvuelven en este cuadro de crisis del gobierno y de la oposición. Y también cuando está quedando al desnudo que los sacrificios que Milei impuso como condición para recuperar los ingresos han sido totalmente inútiles y que el gobierno buscará nuevos ajustes y ataques a las condiciones de vida como salida al derrumbe de su política. Por otro lado, están las presiones por una devaluación que será presentada como una salida frente a la recesión y los despidos pero que golpeará enormemente el bolsillo de los trabajadores, aumentando los ya elevados índices de pobreza.
¡Fuera Milei y Bullrich!
Es en este marco que se han dado las importantes movilizaciones populares que citamos más arriba como el 1F o el acompañamiento a los jubilados víctimas de la miseria y la represión. Y también luchas muy importantes como la de los docentes de Santa Cruz que con su sindicato recuperado -Adosac- y un fuerte plan de lucha, con paros y movilizaciones, doblegaron los despidos y lograron la indexación salarial más un adicional de más de diez puntos sobre el costo de vida, derrotando además el intento de presentismo que se ha impuesto en otras provincias. Así como el paro de los trabajadores de Fate por despidos y la convocatoria a un paro general de todo el neumático por parte del Sutna de 36 horas el 9 y 10, o el mes de ocupación de la gráfica Morvillo por parte de sus trabajadores frente a su cierre, por citar algunas luchas. El 9 y 10 habrá paro de 48 horas de AGD-UBA y Ademys y en Foetra el plenario de delegados arrancó un paro activo de 36 horas. Se trata de expresiones de un giro en el humor de los trabajadores, donde la bronca crece.
El paro que convocan la CGT y la CTAs para el jueves 10, según declaró la burocracia, pretende “descomprimir” esa bronca, no busca abrir una intervención de los trabajadores en función de sus propias reivindicaciones, ni tampoco poner en peligro la continuidad del gobierno. El paro no tiene un programa, cuando el tema salarial y el reclamo de su indexación mensual está más que vigente la burocracia sigue firmando acuerdos a la baja; tampoco tiene como centro frenar los despidos o imponer la recomposición de las jubilaciones. Mucho menos plantea la ruptura con el Fondo y el desconocimiento de la deuda usuraria, o la nacionalización de la banca para impedir la fuga de capitales. Un programa que establece una salida favorable a la inmensa mayoría del pueblo argentino. La burocracia no levanta un programa obrero sino que busca orientar a los trabajadores al voto al peronismo en las legislativas.
Pero el paro se desarrolla con Milei envuelto en una crisis profunda, con la oposición fragmentada y con una andanada de movilizaciones masivas y luchas que quebraron un reflujo previo. Es una oportunidad para intervenir, para que los trabajadores no acepten un sacrificio más, coloquen en el centro sus propias necesidades y se organicen para ello. Para que lejos de descomprimir sea un impulso para organizar una gran resistencia de los trabajadores por el salario, por las jubilaciones, contra los despidos, por la defensa de la salud y la educación vapuleadas por Milei y los gobernadores.
Sindicatos combativos, comisiones internas de lucha, organizaciones de jubilados y piqueteras han convocado a un plenario abierto este sábado 5 en las puertas de "Morvillo ocupada" para organizar una intervención independiente el 9 y 10, para impulsar que el paro sea de 36 horas y un plan de lucha. Es un paso adelante para que el paro tenga una expresión independiente de la burocracia tributaria del peronismo y los capitalistas.
Lo que necesitamos los trabajadores no es un paro para descomprimir y que el gobierno llegue al 2027, como declaró la cúpula de la CGT, lo que necesitamos es organizarnos y luchar para que se vaya Milei, porque su permanencia es incompatible con los intereses de los trabajadores; para que se vaya Bullrich y su represión que pretende impedir la lucha a costa incluso de la vida de los que salen a reclamar. Se trata de preparar la huelga general que termine con el gobierno del hambre, la represión, agente del imperialismo.
Con ese objetivo encaramos el paro del 10 y las movilizaciones y paros del día anterior.
Eduardo Salas
Milei pone a la Argentina como rehén de la ofensiva comercial de Trump
Crecen las exigencias del Washington para aprobar el acuerdo del FMI.
La ofensiva comercial lanzada por Trump mediante la suba de aranceles sigue sumando efectos negativos para Argentina, entre ellos, más daños a la balanza comercial del país y a la industria, junto a nuevos condicionamientos por parte de Estados Unidos para conceder el préstamo del FMI que con tanta urgencia necesita Milei.
Ya hemos mencionado que el incremento arancelario anunciado en la Casa Blanca se traducirá en una merma de las exportaciones locales hacia el país norteamericano, disminuyendo el ingreso de divisas. A su vez, el giro proteccionista de Trump también impactó en las commodities: cayó el precio internacional de los granos, como la soja, y el del petróleo. Una muy mala noticia para Argentina, donde los productos provenientes del agro representaron el 60% de las ventas al exterior durante el primer bimestre del año, y, las hidrocarburíferas, un 14,6%. Además, el saldo comercial favorable obtenido en ese período se debió exclusivamente al superávit energético, apalancado por las exportaciones de Vaca Muerta.
Por otro lado, las barreras arancelarias de Trump, combinado con la política aperturista de Milei, podría provocar una avalancha importadora en Argentina, ya que otros países, impedidos de ubicar sus productos en Estados Unidos, intentarán buscar nuevos mercados. Esta variante no solo afectaría a la balanza comercial de nuestro país -agravando la crisis de reservas-, sino también a los puestos de trabajo de la industria nacional. La UIA ya advirtió esta situación y volvió a la carga con el reclamo de rebajas impositivas, reforma laboral flexibilizadora y devaluación; un paquete antiobrero que da cuenta de que somos los trabajadores los primeros en pagar los platos rotos de esta escalada en la guerra comercial.
La postración de Milei ante el imperialismo estadounidense lo llevó a festejar la medida de Trump. Suscribe al argumento esgrimido por el presidente yanqui de que se tratarían de "aranceles recíprocos", cuando esa supuesta equiparación en las tarifas profundiza las desventajas estructurales de Argentina en el comercio bilateral, en tanto país subdesarrollado. Además, según la interpretación de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (Cera), los aranceles que pasará a cobrar Estados Unidos podrían incluso ser más altos que los que rigen en nuestro país para la mayoría de los rubros, dado que el gravamen del 10% sería adicional al impuesto ya existente.
Como fuere, si el gobierno de Milei llegase a avanzar las negociaciones emprendidas para reducir aranceles en ambos países, tampoco estaríamos en presencia de un "trato recíproco", ya que se profundizaría la matriz primarizante de la economía argentina. No olvidemos que, entre las importaciones provenientes de Estados Unidos, tienen mayor peso los bienes de capital, como la maquinaria para la industria del petróleo y el gas y aquella utilizada en el sector metalmecánico, mientras que nuestro país le exporta fundamentalmente materias primas (como carne vacuna, limón, miel y petróleo) o bienes con poco valor agregado (vino, aceite de oliva, aluminio, etc.)
El propio Claver Carone, enviado del Departamento de Estado para Latinoamérica, se encargó de recordar el carácter semicolonial de nuestro país exigiendo que, para destrabar el acuerdo con el FMI, Milei debe cortar la línea de financiamiento con China y comprometerse a no utilizar los dólares del Fondo para afrontar el próximo vencimiento del Swap por U$S 4 mil millones a fines de junio. Así las cosas, Argentina aparece como rehén de Trump en la ofensiva económica que está librando el mandatario contra el gigante asiático.
Esto pone en apuros al gobierno libertario, que necesita desesperadamente del desembolso del FMI para intentar "llegar a octubre", pero carece de otras vías de financiamiento que le permitan afrontar los vencimientos de deuda externa que se avecinan. Sobre todo ahora, que el anuncio de Trump hizo saltar el riesgo país a casi 900 puntos. Sin mencionar lo inviable de que Argentina acate el pedido de Trump de romper relaciones con China, siendo uno de sus principales socios comerciales.
De esta encerrona se sale luchando por un gobierno de trabajadores, que saque al país de su dependencia y atienda las necesidades sociales. En ese camino, toca echar al cipayo de Milei con la movilización callejera porque su permanencia en el gobierno significa más entrega nacional y penurias para las mayorías populares.
Sofía Hart
jueves, abril 03, 2025
La mega arancelización de Trump es una declaración oficial de guerra en todos los planos
Donald Trump anunció el martes 3 abril la prometida ronda de aranceles a las importaciones, que ha venido agitando desde la campaña electoral que culminó en noviembre pasado y con inusitado descaro desde que asumió la presidencia de Estados Unidos por segunda vez. La dosis de las medidas es caballar, además de manifiestamente arbitraria e indiscriminada. La reacción de las Bolsas y de los mercados monetarios fue contundentemente a la baja. Una mayoría abrumadora de analistas pronostica un aumento de la inflación y una recesión económica.
Los criterios aplicados para determinar el monto de los aranceles son, a todas luces, desatinados – un cuchillo de asador en una sala de cirugía. A cada país le fue asignado un índice, difícilmente ponderado, que combina el monto del déficit comercial que produce a Estados Unidos con el nivel de las importaciones provenientes de ese país. A la Unión Europea le aplica un arancel general del 20% por encima del vigente; a China, que ya está afectada por un impuesto a las importaciones del 20%, le añade un 34%, lo que resulta en un gravamen absurdo del 54%. Estados Unidos ha registrado, en 2024, un déficit comercial total de 920 mil millones de dólares, y con China, la UE y Vietnam, respectivamente, de 292 mil millones, 241 mil millones y 123 mil millones. A Suiza, que apenas ha logrado un excedente comercial de 39 mil millones de dólares, la ha castigado con una tarifa extraordinaria del 32 por ciento. Estos aranceles generales no discriminan entre productos importados, de modo que las bananas, que EEUU no produce, son penadas con el nuevo gravamen aplicado a los países que las exportan. Estos dislates, muy mal comprendidos por los adversarios del magnate, ha hecho las delicias de los opositores internacionales
La arbitrariedad aparente del método tiene, sin embargo, su lógica. Trump quiere negociar los términos del comercio internacional desde una posición de súper fuerza. Todo dependerá, de ahora en más, de la respuesta que reciba. Si, como anuncian la UE y China, habrá represalias, la guerra comercial ya desatada ingresará en una fase explosiva. Trump ha denominado a esta catarata de aranceles “tarifas recíprocas”, pero que apuntan contra el régimen económico del resto de los países. Es así que reclama la eliminación del IVA para las mercancías que exporta Estados Unidos y el acceso irrestricto al mercado de obras públicas del resto de los países, a los que califica como aranceles a la importación extranjera. Trump quiere hacer valer la diferencia entre el IVA que cobran sus competidores y el impuesto a las ventas, menos oneroso, que cobra Estados Unidos. Pero exige que se elimine el “compre nacional” en el exterior, lo mantiene en EEU, donde es monopolizado por los locales. Trump finge ignorar que Estados Unidos ha sido, hasta el momento, el principal proveedor de material bélico a la Unión Europea o a Japón. Las llamadas “tarifas recíprocas” son una reivindicación de las grandes tecnológicas norteamericanas. Durante años han recurrido a la evasión en gran escala de impuestos en Europa, para reclamar su abolición. En estos días, por ejemplo, se ha anunciado que la recaudación impositiva de Irlanda pegó un gran salto, como consecuencia de que pudo cobrar impuestos en litigio a Apple y que ha incorporado a todas las tecnológicas estadounidenses a su sistema impositivo. Milei dijo alguna vez, recientemente, que su ejemplo a seguir era Irlanda, que no aplicaba impuestos a esos pulpos, pero ya no más.
Esta mega arancelización del comercio internacional ha sido justificada por Trump por la necesidad de reindustrializar Estados Unidos, mediante la protección de la competencia extranjera y la repatriación de capitales y la convocatoria a invertir en Estados Unidos, para quien quiera acceder a su mercado interno. Es lo que había impulsado Biden con el Tax Reduction Act, una suerte de RIGI norteamericano, al que se podían acoger los capitales extranjeros sólo si invertían en Estados Unidos. Esto quiere decir que estamos en lo que se llama “una política de estado”, o sea compartido entre republicanos y demócratas, y no ante “un loco suelto en Washington”. Pero Trump es perfectamente consciente que, si levanta un muro comercial contra China y penaliza su economía, China puede replicar mediante la venta en masa de los títulos de la deuda pública norteamericana – y fundir el dólar. La política del capitalismo ha entrado en modo guerra, en todos los sentidos de la palabra. Estados Unidos tiene una elasticidad superior al resto de los países para sustituir importaciones, de modo que la guerra arancelaria apunta a la quiebra de los competidores internacionales que tienen menos posibilidades de sustitución. Incluso China tiene una elasticidad de sustitución inferior a Estados Unidos, debido que la productividad del trabajo es un tercio de la norteamericana. China y la asociación del BRICS deberán librar una guerra comercial contra EEUU en todas las áreas del comercio mundial, para replicar a esta arancelización sin límites de Trump – con una intensidad sin precedentes. Para ello exprimirá, como nunca antes, mediante ajustes fiscales y mayor precariedad laboral, la energía de la fuerza de trabajo. La guerra comercial agudizará los antagonismos de clase frente a un capital acicateado a ‘bajar costos’.
Trump no se ha achicado en lo más mínimo en cuanto a expresar con crudeza sus intenciones. Le dio la bienvenida a una recesión en Estados Unidos y en el resto del mundo, porque ofrecería la oportunidad de deshacerse de las empresas tecnológicamente retrasadas o vetustas, y dar paso a una automatización masiva de la economía – el negocio que abre la Inteligencia Artificial. Se trata de aumentar la tasa de explotación para elevar la tasa de ganancia. De nuevo, en esta política hay un método; la barbarie social no es un accidente ni una consecuencia no querida del capital: es la expansión final de su código genético.
La economía mundial ha entrado, hace tiempo en una fase de desequilibrios crecientes. Representa una agudización sin precedentes de la contradicción entre el desarrollo de las fuerzas productivas, que es de carácter internacional, y los estados nacionales, que se resuelve, una y otra vez, aunque con dimensión histórica mayor, con crisis económicas en gran escala y con la guerra militar. El des-balance macroeconómico es enorme: déficits comerciales y fiscales nunca vistos en el pasado. Estados Unidos no solamente registra un déficit comercial próximo al billón de dólares al año – su déficit fiscal, 1,8 billones, es igualmente enorme, ni hablar de una deuda pública de 34 billones de dólares, el 120% de su PBI, y en ascenso. La economía académica ha venido discutiendo el asunto desde hace al menos una década, como un desequilibrio del ahorro mundial, que pone a China como un ahorrista serial, con elevados superávits comerciales, y a Estados Unidos como un des-ahorrador crónico y elevados déficits. La solución preconizada era simple: aumentar el consumo personal y el gasto social en China y proceder a un ajuste fiscal y social en Estados Unidos. Los anuncios de Trump demuestran que esos desequilibrios no se eliminarán sino mediante métodos excepcionales – la guerra económica y la guerra ‘tout court’. Pero el debate académico es engañoso, fundamentalmente, porque nadie objetó la tendencia a este desequilibrio cuando la restauración capitalista en China elevó fuertemente la tasa de ganancia capitalista, naturalmente en China, hacia donde los capitales fueron en masa, y, de un modo no uniforme, a nivel mundial. La academia descubre el desequilibrio macroeconómico cuando el crecimiento de China se convierte en estancamiento y la rentabilidad capitalista decrece en forma manifiesta. Se desarrolla manifiestamente una crisis de sobreproducción. El costo del rescate de la bancarrota mundial de 2007/8, ha hecho una irrupción final en estos días, cuando la guerra comercial resulta menos costosa que los subsidios y rescates estatales. El imperialismo norteamericano ha tomado la batuta, en estas condiciones, no sin un gran conflicto interno, para reorganizar la economía y la política mundiales, mediante métodos políticamente violentos.
La mega guerra arancelaria anunciada por Trump pone al dólar ante un desafío ‘existencial’. La cotización del oro, activo de refugio, ha alcanzado los 1.300 dólares. Pero gran parte de las inversiones en oro son ficticias, porque consisten en papeles nominados en oro en los fondos financieros. Es una falsa salida a la desvalorización del dólar, ni qué decir si pierde su primacía como divisa de reserva bancaria. Trunp ha advertido que esa eventualidad desataría un causal de guerra (´casus belli¨) para Estados Unidos. Pero esa eventualidad está menos distante desde el anuncio arancelario del martes 3.
Jorge Altamira
03/04/2025
Motín en la cárcel de Devoto contra la inhabilitación de los centros de estudiantes en las unidades penitenciarias
El hecho ocurrió una semana después de que el gobierno nacional, a través de Patricia Bullrich, diera a conocer la resolución 372/2025, que habilita al Servicio Penitenciario Federal (SPF) a disolver los centros de estudiantes que operan dentro de las cárceles y a prohibir la presencia de los presos en los centros educativos fuera del horario de clases asignado a cada uno de ellos. Para la ministra de Seguridad, “la asistencia y permanencia de internos en los centros educativos durante toda la jornada impide que realicen las tareas obligatorias a los fines de la reinserción social, en particular, tareas laborales”. Se esperan para la noche de hoy nuevas manifestaciones de los presos.
En Devoto opera actualmente uno de los 27 centros educativos en funcionamiento dentro de las cárceles argentinas. Es el Centro Universitario Devoto (CUD), en donde se dictan, entre otras, materias de las facultades de Derecho y Filosofía y Letras de la UBA. También talleres de formación profesional y oficios, y actividades culturales organizadas por los presos. Este año cumple su aniversario número 40 desde su fundación en 1985.
El centro de estudiantes de esta última tiene una presencia de décadas en el CUD. Ha sido, en varias oportunidades, un canal de denuncia del clima de brutalidad que el aparato del Estado impone en los pabellones de la cárcel. Días atrás, el Centro de estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL) denunció públicamente que se le impidió el ingreso de representantes estudiantiles a las instalaciones.
Para la Red Universitaria de Educación Superior en Contextos de Encierro (Redunece), la “medida restringe seriamente el derecho a la educación superior y apunta al corazón de los centros y programas universitarios en contextos de encierro, en el marco del desfinanciamiento y ataque a las universidades públicas”. En su comunicado, denuncian que la gestión y limpieza de los espacios donde se realizan las actividades educativas corre por cuenta de los mismos presidiarios, debido al vaciamiento del presupuesto educativo.
Bullrich propone otorgarle al Servicio Penitenciario la potestad de suprimir los centros de estudiantes bajo el planteo de que “tergiversa(n) la finalidad de readaptación social de los internos”. El Servicio Penitenciario carga con un extenso prontuario de violaciones a los derechos humanos, y todo tipo de actividades delictivas, dentro y fuera de las cárceles.
La medida refuerza su poder despótico sobre los presos.
La medida del gobierno nacional tiene como finalidad inmediata la regimentación política dentro de las cárceles. Es parte de la política represiva de Milei.
Centros de estudiantes y sindicatos deben acompañar la lucha por la restitución del derecho a organizarse en las cárceles con pronunciamientos y un reforzamiento de la movilización política. Derrotar ésta avanzada contra la clase obrera en general es parte de una lucha de conjunto por derrotar a un gobierno comprometido a fondo un programa antiobrero y antieducativo.
Nicolás Morel
03/04/2025
Cultura: despiden al fotógrafo que identificó al gendarme que le disparó a Pablo Grillo
Kaloian Santos Cabrera es un trabajador de la Secretaría de Cultura Nacional con 13 años de antigüedad, trabaja en el área de prensa como monotributista porque ninguna gestión le dio la posibilidad de pasar a convenio, menos aún concursar la planta permanente. Kaloian además trabaja en algunos medios en coberturas porque los salarios del Estado Nacional no llegan a cubrir la mitad de la canasta familiar en la Ciudad de Buenos Aires.
Kaloian aportó las fotografías del gendarme cabo Guerrero quien disparo el proyectil de gas lacrimógeno que le rompió la cabeza a Pablo Grillo, otro fotógrafo. Estaba colaborando para el Destape.com durante la movilización de los jubilados el 12 de marzo. Esa jornada fue brutalmente reprimida por Patricia Bullrich. Al otro día desde ARGRA, SiPreBA, ATE y otros sindicatos se pidió que la ministra de seguridad renuncie al cargo.
Los aportes de Kalo a la investigación del crimen contra Pablo Grillo tiene antecedentes en la historia de nuestro país. Por caso, fue un fotógrafo, Pepe Mateo, quien aportó las pruebas que confirmaron la autoría del comisario Alfredo Fanchiotti en el asesinato de Maxi Kosteki y Darío Santillán en Avellaneda. El papel de los fotoperiodistas es fundamental para dejar en evidencia el accionar represivo, eso explica la saña de parte de las fuerzas de seguridad contra la prensa.
Al inicio de la semana Kalo había sido felicitado por sus superiores por una cobertura de la propia secretaría, a nadie se le escapa la calidad de su trabajo. Tampoco que fue él quien aportó las fotos del gendarme. En diciembre había rendido y aprobado el examen filtro de Sturzenegger, debían hacerle contrato anual y por un error se lo hicieron trimestral con el compromiso de extenderlo hasta diciembre. El lunes su jefa, María José Peréz Insúa, le comunica que vio su nombre en una lista de despidos.
En las cinco tandas de despidos previas Kalo no había estado mencionado, sí otros compañeros del área. El pedido de despido llegó desde arriba, que no era por su trabajo sino por reducción de personal. Pero el total de despidos en el mes de marzo 2025 no supera los 15 trabajadores totales y es una lista aún no definitiva. Ante el pedido de explicaciones por parte de la asamblea de prensa y de ATE la funcionaria dijo que era “irreversible”. A Clarín le confirmaron el despido de Kaloian el propio 3 de abril, aunque los funcionarios pidieron un cuarto intermedio de 24hs para ver si eran posibles de revertir los despidos.
Buscan amedrentar al conjunto de los trabajadores, en particular a los de área de prensa que, en su mayoría trabajan en medios o portales periodísticos y muchos hacen coberturas de movilizaciones o escriben al respecto. En segundo lugar, es una señal al conjunto de los estatales sobre hacer públicas sus posiciones políticas o respecto de los ataques que el gobierno lleva adelante contra las y los trabajadores, estudiantes, jubilados, etc.
Desde la Junta Interna de ATE Cultura convocan una conferencia de prensa para el lunes 7 de abril a las 11hs en la Explanada del CCK con la presencia de ARGRA, SiPreBA, FATPren entre otros.
Valentina Viglieca
03/04/2025
miércoles, abril 02, 2025
Escala la crisis sanitaria en EEUU y a nivel mundial
La comunidad médica y científica de Estados Unidos está sacudida por la renuncia de Peter Marks, quien desde 2016 se desempeñaba como director del Centro de Evaluación e Investigación Biológica de la FDA (Food and Drug Administration), la agencia estatal que regula la producción de alimentos y medicamentos. Como máximo responsable, Marks había jugado un rol clave en la administración de vacunas durante la pandemia de Covid-19. Ahora, fue obligado a dimitir luego de que un funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) le diera la opción de renunciar o ser despedido, según informó esta semana el New York Times.
En una carta pública, Marks apuntó directamente al Secretario de Salud de Trump, Robert F. Kennedy Jr., reconocido por sus teorías antivacunas. Afirmó que su campaña para socavar la confianza en las vacunas es “irresponsable, perjudicial para la salud pública y un claro peligro (…) ha quedado claro que el secretario no desea la verdad ni la transparencia, sino más bien una confirmación servil de su desinformación y sus mentiras”. “Espero que en los próximos años termine el ataque a la verdad científica que ha afectado la salud pública en nuestro país, para que los ciudadanos puedan beneficiarse de los avances médicos", escribió Marks.
La renuncia de Marks se produce en medio de un brote de sarampión en EEUU, que registró 378 casos confirmados entre el 1 de enero de 2025 y el 20 de marzo. “El brote actual de sarampión en varios estados, que es particularmente grave en Texas, nos recuerda lo que sucede cuando se socava la confianza en la ciencia”, expresó el científico al renunciar. “El sarampión, que mató a más de 100 mil niños no vacunados el año pasado en África y Asia debido a la neumonitis y la encefalitis causadas por el virus, había sido eliminado de nuestras costas”, sentenció Marks.
Kennedy, que durante la pandemia exigió a la FDA que revocara la autorización de las vacunas contra el Covid-19, había afirmado recientemente que la decisión de vacunar a los niños contra el sarampión “es personal”. En una entrevista en la cadena Fox News, el secretario de Trump argumentó que la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) “causa muertes todos los años”. La Sociedad Estadounidense de Enfermedades Infecciosas (IDSA) salió al cruce del funcionario asegurando que “no se han relacionado muertes con la vacuna triple viral en personas sanas”, al tiempo que desestimó su conexión con el autismo, otra de las mentiras vertidas por Kennedy.
El desplazamiento del principal científico norteamericano vinculado a la prevención de enfermedades tiene lugar cuando EEUU y el mundo asiste a la proliferación de todas ellas. Tras la pandemia de Covid-19, se produjeron a nivel mundial a una serie de convulsiones epidemiológicas en simultáneo a la bancarrota de los sistemas encargados de proteger a la salud humana, como consecuencia de las crisis financieras de los Estados, del lucro capitalista sobre la industria médica y farmacéutica, el agravamiento de las guerras, el derrumbe de las condiciones sociales de vida de las masas, la anarquía de producción y la alteración radical de los ecosistemas naturales.
Un reciente estudio realizado por Phinance Technologies, una firma cofundada por un ex gestor del grupo BlackRock, dio cuenta de la magnitud de esta crisis en EEUU. Comparando cifras de morbimortalidad, la investigación concluyó que los EEUU tuvieron “310 mil muertes en exceso” durante la pandemia de Covid-19, mientras que alrededor de 1,36 millones de estadounidenses adicionales en edad laboral contrajeron discapacidades (https://www.zerohedge.com/medical/existential-billionaire-cancer-researcher-says-covid-vaccine-likely-causing-surge). Este es el contexto en el que Elon Musk se propone recortar 700 mil millones de dólares del Seguro Social y de los programas públicos de salud “Medicare” y “Medicaid”, que brindan asistencia a la población más vulnerable.
Otra amenaza a la salud proviene de la creciente resistencia a los antibióticos (RAM), fenómeno que está escalando a niveles alarmantes en todo el mundo. IDSA informó 100 mil muertes asociadas a este motivo por infecciones adquiridas en los hospitales estadounidenses. Para la revista británica The Lancet, “casi 5 millones de muertes al año se asocian con bacterias resistentes a los medicamentos” y pronosticó que la mortalidad atribuida al RAM aumentará un 67,5 % en los próximos 25 años.
La RAM se debe al uso desmedido de antibióticos en la agricultura, que consume el 70% de la producción mundial para prevenir infecciones en animales sanos, con el objetivo de reproducirlos en condiciones de hacinamiento e insalubridad y así maximizar las ganancias del sector. La consecuencia es la proliferación de las llamadas “superbacterias”, resistentes a los antimicrobianos, que luego penetran en las vías fluviales. Otros factores son la sobremedicación (cuando se recetan para tratar enfermedades virales), la falta de tratamiento de las aguas hospitalarias y el déficit de investigación en una rama considerada poco lucrativa por los laboratorios (https://www.wsws.org/en/articles/2025/03/28/xgzg-m28.html?pk_campaign=wsws-newsletter&pk_kwd=wsws-daily-newsletter).
El descabezamiento de la FDA es un grito de guerra contra la investigación científica al servicio de las necesidades sociales y contra los deficitarios sistemas, aún vigentes, de protección de la salud humana. La incompatibilidad absoluta que se revela entre la defensa de la vida y la salud, de un lado, y los gobiernos reaccionarios que engendra el capitalismo en su fase de decadencia histórica, del otro, representa un llamado urgente a la acción revolucionaria de la clase obrera.
Julián Asiner
01/04/2025
Milei es un kelper, fuera el imperialismo de las Malvinas
Javier Milei encabezará un acto en el cenotafio de Plaza San Martín, en la Ciudad de Buenos Aires, que contará con la participación de autoridades militares y sectores de excombatientes. El presidente será el protagonista de un gran show de demagogia. Esto se debe a que, por su condición de títere del imperialismo, su gobierno es incompatible con la lucha por la recuperación de las islas y con cualquier tipo de reclamo que implique la defensa de la soberanía nacional.
La política del mileísmo con respecto a las Malvinas es tributaria de los intereses del imperialismo inglés. El presidente es partidario de que cualquier acuerdo sobre las islas contemple la posición de los kelpers (ocupantes). Y la posición de estos, como es harto sabido, es que las islas queden en manos del Reino Unido. En una ocasión, Milei propuso ir hacia un acuerdo de tipo proimperialista como el que realizaron los ingleses y China en 1997 con el traspaso de la soberanía de Hong Kong. Por otro lado, reivindicó la visita del canciller inglés David Cameron a las islas en febrero del año pasado.
En esta línea, Milei ha permitido que el Reino Unido –que hace enormes negocios en la región– extienda su control sobre el Mar Argentino. Se trata de una zona disputada por China y distintas potencias capitalistas, en un cuadro de recrudecimiento de las tensiones comerciales y bélicas. En las Islas Malvinas, la pesca y la explotación de hidrocarburos constituyen fuentes de negocios codiciadas por las potencias. La empresa israelí Navitas Petroleum y la británica Rockhopper Exploration lideran el proyecto de explotación petrolera Sea Lion, que alcanzará un pico de producción de 150.000 barriles diarios. En este contexto, el gobierno laborista de Keir Starmer ordenó reforzar los ejercicios militares en las islas.
Milei es un defensor de la Otan, que en su momento se alineó con los ingleses en la guerra y ahora está en crisis por los choques entre el gobierno norteamericano de Trump y la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea. Las Islas Malvinas son una plaza militar de la Otan, en momentos en que los Estados capitalistas más poderosos del mundo van hacia un rearme y se preparan para ir a la guerra con todo tipo de pertrechos, incluidos los nucleares. Milei es un peón de Trump, quien no tiene ninguna intención de que las islas pertenezcan a sus verdaderos dueños.
El gobierno nacional, por otro lado, está llevando adelante una política de entrega en toda la línea de las riquezas de la Argentina. El Rigi, que fue votado en el Congreso por todos los partidos capitalistas, es uno de los tantos instrumentos que desplegaron los libertarios para que los capitalistas extranjeros saqueen los recursos, pagando impuestos irrisorios y beneficiándose con facilidades cambiarias y fiscales. Milei también defiende el pago de la deuda externa a los acreedores capitalistas ingleses y al FMI, una política expoliatoria cuya aplicación tiene como contracara la desindustrialización, el sometimiento y el reforzamiento de la opresión sobre la Argentina.
Asimismo, Milei es fanático de Margaret Thatcher, quien ordenó el hundimiento fuera del área de exclusión del crucero General Belgrano y fue la verduga de más de trescientos jóvenes argentinos. También fue la impulsora de la feroz represión contra la huelga minera de 1984, de un plan de guerra contra los trabajadores ingleses en general y de una política económica que produjo un retroceso muy importante del Reino Unido como potencia. Milei ha elogiado en reiteradas ocasiones el programa económico de Thatcher.
La obsesión de Milei por la dictadura genocida también es ilustrativa de su política entreguista y cipaya. La dictadura traicionó la causa de Malvinas: la ocupó para evitar su caída en el marco de una agudización de la lucha de clases y de una crisis económica galopante. Galtieri y su banda aplicaron los métodos del terrorismo de Estado contra los soldados argentinos. Nunca tuvieron como propósito recuperar las Malvinas; buscaban un pacto para darle primacía política y económica a Estados Unidos.
Fuera los ingleses de Malvinas. Fuera el imperialismo de Argentina y América Latina.
Nazareno Suozzi
Manuel Adorni: la reacción como utopía
“Bienvenido a Momia BBS. Este mensaje ha sido creado automáticamente luego de completar el alta en la cuenta usuario. Gracias por ser parte de esta comunidad. Saludos. Manuel Adorni”. El mensaje es de una empresa dedicada al “sistema de tablón de anuncios” (BBS, por sus siglas en inglés), uno de los primeros servicios de mensajería informático, con algo de fama en los años 90. El encargado de la cuenta no es otro que el actual vocero oficial del gobierno de Javier Milei.
Según la periodista Victoria De Masi (Gelatina/julio 2024), que habitualmente escribe sobre los avatares de La Libertad Avanza y de sus personajes, el sistema recreaba una suerte de “utopía libertaria” de poder comunicarse e intercambiar sin Estado. Lejos de equivocarse, en las comunidades de este tipo encontraron lugar varios de los sueños de los ultraderechistas. Pero a Adorni el Estado no es lo que le molesta.
“Sindicalista”, bufón y ñoqui
Manuel Adorni, nacido el 28 de febrero de 1980 en La Plata y contador público recibido en la UADE, fue alguna vez sindicalista. Por supuesto no se conoce públicamente la empresa, aunque es sabido que estaba vinculada al delivery y al reparto. La patronal le pidió que firmara un documento para armar un gremio acorde a los servicios prestados por los empresarios. Un auténtico bufón.
Antes de llegar a la radio Rivadavia y al portal de Infobae, Adorni pasó por los sótanos de la comunicación, del mencionado Momias a la red social Taringa, convertida con los años en un centro de contacto digital de jóvenes derechistas. Un blog de economía política y su impronta tuitera y reaccionaria lo acercaron a la política, cuya primera experiencia oficial lo vio en 2019 armando el partido que conduce Ricardo López Murphy (hoy Republicanos Unidos) y apoyando la candidatura de Espert en 2019 (estuvo cerca de encabezar la boleta en CABA de Despertar) y de Milei en 2021.
Lejos de la simpleza, en 2023, la Asociación de Periodistas de la Televisión y la Radiofonía Argentinas (APTRA) y el grupo Clarín lo premiaron como “mejor Twittero” en los Martín Fierro Digitales, a diez días de consagrarse como vocero presidencial, mostrando que no por hablar en pocos caracteres uno se aleja de las esferas clásicas del poder de turno.
Su perfil como vocero toma forma en la arrogancia del impune. Adorni casi que sonríe cuando dice, en plena conferencia de prensa, que el 85% de los trabajadores estatales de la cartera del Ministerio de Mujeres fue “eliminado”, como si los empleados fueran cosas a borrar. Se cree gracioso en la confrontación con los periodistas opositores. Uno de los hechos más significativos de esta política son las risas frente a los despidos estatales, la calificación de Milei a Fabián Waldman como “señor domado” por cómo Adorni lo atacó por sus informes con videos en Casa Rosada frente al cierre del viejo “salón de las mujeres”, utilizado el año pasado para oficinas de comunicación de cuentas oficiales (“Peluca Milei”).
Adorni forma parte hoy del núcleo duro o “mesa chica” de Javier Milei, del riñón de su hermana Karina, a tal punto de que fue la persona que dijo “es un error de Santiago”, al referirse a la interrupción de Santiago Caputo a la entrevista de Milei con Jonathan Viale.
Pero, sobre todo fuera de cámara, Adorni se consagró como un señor de Estado: lejos de cualquier crítica genuina a la casta, se encargó de ubicar a sus familiares en lugares de poder y enriquecimiento. Su hermano Francisco fue contratado por el Ministerio de Defensa y tuvo un incremento del 420% del salario en seis meses. Pasó de cobrar a principios de 2024 unos 820 mil pesos a casi cuatro millones de enero 2024 a julio 2024. Fue por iniciativa del jefe de su sector Luis Petri.
Pero no se quedó ahí el vocero: contrató 100 personas de forma personal entre el inicio de su gestión y septiembre del 2024. Para ser más precisos: 101 contratos nuevos, de los cuales 29 son asesores y, el resto, directores y coordinadores. Además de su hermano, Adorni metió a su madre y a su tía a trabajar.
Hay ñoquis y no es 29.
Fin
En una reciente entrevista en La Nación+, Adorni dijo que su proyecto político para la ciudad es que “deje de oler a comunismo”.
Si bien pedir coherencia, precisiones programáticas y otras yerbas pueda sonar ambicioso, lo que el vocero (que hará campaña teniendo la ventaja de hablar con los medios todas las mañanas y ya hizo saber que no renunciará) debería explicar es la cantidad de integrantes de su lista que integraron el gobierno que él critica.
Para empezar, el tercero en su lista, Nicolás Pakgojz, fue funcionario de Horacio Rodríguez Larreta. Fue jefe de Gabinete de la Secretaría de Desarrollo Urbano. Esa Secretaría es estratégica: pasan todos los pedidos de rezonificación y convenios urbanísticos. Allí Pakgojz realizó la presentación ante los legisladores porteños de Costa Urbana, la “Dubai” que se quiere construir en la zona de Puerto Madero. Quien está detrás es el okupa más grande de CABA: Eduardo Elsztain, que había intentado conseguir para sí de la ex ciudad deportiva de Boca durante décadas, pero lo logró durante la tertulia de Rodríguez Larreta. No casualmente hoy Pakgojz dirige la Agencia de Bienes del Estado.
Lo mismo vale para Andrea Freguia (4ta en la lista), que responde a los intereses de Cristian “373 propiedades” Ritondo, con una perlita: en 2023 era asesora en el senado de María Laura Leguizamón, del PJ kirchnerista. Hoy trabaja con Pilar Ramírez, ex Cámpora. También se podría decir lo mismo de Juan Pablo Arenaza, alfil de Bullrich, ex legislador del PRO.
La lista la completan personajes de esta raigambre reaccionaria: Solana Pelayo, directora del Banco Nación, del estudio jurídico Bruchou & Funes de Rioja, vinculado a la famosa familia de la burguesía; Lucía Montenegro, ultraderechista, famosa el año pasado por desviar una donación de leche para un comedor de la Villa 31 que no recibió la dosis completa de lo que se había donado, entre otros.
El objetivo de la candidatura es disputar poder político y caja al PRO para comerse un armado propio del macrismo con mayor facilidad. Eso explica la imposibilidad de diferenciarse con argumentos políticos de peso más que “olor a comunismo”. El tren fantasma de su lista no es más que un resumen de esa utopía reaccionaria. La que terminará cuando el pueblo argentino le aplique a él y a toda su banda su propia frase preferida de Twitter. “Fin”.
Santi Nuñez
La guerra arancelaria hace tambalear la economía mundial
La guerra arancelaria es una expresión de la envergadura de la crisis capitalista
Las nuevas tarifas comerciales aplicadas por Donald Trump entran en vigencia el 2 de abril, que ha sido autodenominado por el magnate como el “Día de la liberación”, asimilándolo a un día de fiesta patria para Estados Unidos. Wall Street ha recibido, sin embargo, la noticia con amplias pérdidas ante la inminente aplicación de la nueva normativa. La onda expansiva se hizo sentir en todo el globo, con derrumbes bursátiles en la Unión Europea (UE) y particularmente en Japón.
La política de Trump, quien ya ha entrado en su tercer mes de mandato, ha provocado un caos e incertidumbre en el mercado y esto es lo que explica que antes de este nuevo colapso, la bolsa ya fuera afectada por sucesivas sacudidas y que las acciones sufrieran un 10 por ciento de desvalorización en sus cotizaciones.
Industria automotriz
Uno de los sectores más afectados es la industria automotriz mundial. El anuncio de Trump de consagrar un 25 por ciento de impuesto a los automóviles supuestamente “fabricados en el extranjero”, significa un cimbronazo, empezando por las propias corporaciones estadounidenses, cuyas cadenas de producción y suministro están altamente integradas, en primer lugar con los países vecinos (México en especial), pero también con otros países del mundo. El producto final de los autos norteamericanos es el resultado de un complejo proceso de armado y ensamblaje que circula entrando y saliendo por las fronteras. Se calcula que las interrupciones en las cadenas de suministro que cruzan EE.UU., Canadá y México podrían reducir para mediados de abril la producción en las fábricas estadounidenses en 20.000 vehículos diarios, una caída del 30 por ciento. Estaría unido a un encarecimiento de los costos internos desde el momento que un 60% de los componentes provienen del exterior. Esto ya ha provocado un descenso de las acciones de Ford y GM en Wall Street, esta última con una caída superior al 8 por ciento. Ambas empresas esperan una reducción del 30 por ciento en sus niveles de rentabilidad.
Las autoridades norteamericanas han dado marcha atrás con los componentes provenientes de Canadá y México que seguirán libre de aranceles, pero la situación sigue siendo incierta, teniendo en cuenta los permanentes bandazos que viene dando Washington sobre la materia.
En ese escenario la situación más delicada es la que atraviesa Tesla, que ya venía experimentando un retroceso como resultado de haber quedado rezagada en la carrera con modelos anticuados y la creciente competencia china. La integración de Elon Musk, el dueño y CEO de la compañía, al gobierno de Trump, y su nombramiento al frente del polémico Departamento de Eficiencia gubernamental (Doge, según sus iniciales en inglés), una entidad que está impulsando la eliminación de agencias federales y el despido de miles de empleados públicos ha despertado una corriente creciente de rechazo en la opinión pública y esto ha incidido en el propio mercado norteamericano, en el que el número de propietarios que reemplazan vehículos de esa marca ha llegado a máximos históricos.
Estos factores combinados están en la base del severo desplome que han sufrido las acciones de Tesla. Lejos de ser una fuente de recomposición de sus negocios, la asociación de Musk con Trump se ha convertido en un bumerán. Importa señalar que Tesla no es inmune a los nuevos aranceles, pues depende ella misma de los insumos importados. Por otra parte, las posibles represalias chinas podrían afectar sus negocios en el país asiático, donde, pese al desplazamiento que viene sufriendo por parte de la empresa china BYD, que ha convertido en su rival número 1, mantiene una importante presencia.
En este marco, no debe sorprender que Musk no vea con entusiasmo el aumento de aranceles, lo cual puede ser una fuente de cortocircuitos con el magnate republicano, que podrían sumarse a otras tensiones ya reinantes, en especial por la injerencia y recortes que Musk está realizando en las dependencias públicas, que ya ha provocado choques en el gabinete. No hay que descartar que el romance entre Musk y Trump culmine en un divorcio, si la situación se sigue desmadrando.
El impacto de los aranceles será igual de severo para las empresas japonesas, coreanas y alemanas que exportan vehículos a EE.UU. Casi la mitad de los automóviles de pasajeros vendidos en Estados Unidos en 2024 fueron ensamblados fuera del país. Toyota vendió el año pasado 2,3 millones de vehículos en EE.UU., de los cuales, la mitad provenía del exterior.
El impacto en la UE podría ser aún mayor. La industria automotriz representa el 7 por ciento de su producción total. En Alemania, donde el sector automotor es la columna vertebral de su base industrial, las exportaciones de vehículos a EE.UU. representan alrededor de medio punto porcentual del valor agregado anual de su economía. Una de las principales automotrices alemanas, BMW, ha declarado que espera perder 1.000 millones de euros por el efecto combinado de los aranceles estadounidenses a México, los aranceles al acero en EE.UU. y las tarifas impuestas por la UE a los vehículos eléctricos chinos. Se calcula que el impacto global sobre la industria automotriz podría ascender a la friolera de 110.000 millones de dólares.
Durante la campaña electoral, Trump prometió repetidamente introducir un arancel universal del 10% o el 20% sobre todas las importaciones. Poco después de asumir el cargo, esa idea fue suplantada por la promesa de aranceles "recíprocos", con gravámenes que igualarían las barreras que supuestamente otros países imponen a los productos estadounidenses.
El resultado probablemente será un universo de diferentes niveles arancelarios, aplicados a cada país. Scott Besen, secretario del Tesoro, está concentrado en el 15% de los países que, según el secretario del Tesoro estadounidense mantienen grandes superávits con EEUU, lo que incluye a las principales potencias capitalistas, sus históricos aliados. Una diversificación de esa naturaleza (que según algunos cálculos podría llegar a 2,6 millones de tasas distintas), dependiendo del producto y el país, está llamada a crear una confusión y un caos en las relaciones comerciales y aumenta notoriamente los márgenes de incertidumbre y discrecionalidad. Si se aplicara este criterio, India estaría sometida a aranceles promedio del 28 por ciento mientras que los de Alemania treparían al 20%.
Recesión e inflación
El impacto de la guerra arancelaria se empieza a sentir en el nivel el de actividad. La incertidumbre ya está provocando una retracción en los planes de inversión de las empresas y también un freno en el consumo de los hogares. Entre las consultoras hay una certeza de que vamos a una desaceleración de la economía, llamada a terminar con el “excepcionalismo norteamericano” por el cual EEUU había tenido la capacidad para escapar a un parate de su economía como el que viene ocurriendo en las otras grandes economías occidentales. Hasta el propio Trump abrió el paraguas y señaló que no había que descartar una recesión, aunque plantea que esta retracción tendría un carácter pasajero y que hay luz al final del túnel.
Las supuestas ventajas y méritos de la nueva política arancelaria quedarían corroborados, según el presidente republicano, en los anuncios que han realizado un conjunto de empresas líderes sobre una expansión y relocalización de su actividad fabril dentro de EEUU. Estas van desde Apple, un gigante tecnológico estadounidense, hasta TSMC, el mayor fabricante de chips del mundo. La última fue Hyundai, un fabricante de automóviles surcoreano, que anunció el 24 de marzo que invertiría 21.000 millones de dólares en sus operaciones estadounidenses y crearía 14.000 empleos para 2028. “El dinero está llegando a raudales y queremos que siga así”, declaró Trump en un evento en la Casa Blanca junto a ejecutivos de Hyundai. La propia Nvidia, la empresa número uno en el ranking de capitalización bursátil, habla de una inversión de 500.000 millones de dólares. Pero atención que estos anuncios pueden resultar engañosos. “Las empresas saben cómo halagar al presidente. Muchos de sus anuncios se refieren a planes de gasto que ya estaban en marcha antes de que asumiera el cargo. Además, por cada acuerdo anunciado, otros se estancan. Encuestas recientes de las oficinas de la Reserva Federal en Nueva York y Filadelfia registran fuertes caídas en las perspectivas de los fabricantes para la economía durante los próximos seis meses” (The Economist, 30/3).
No hay que olvidar además que la imposición de más aranceles puede provocar represalias de los países afectados, lo cual puede terminar minando las exportaciones yanquis y echar leña al fuego a las tendencias depresivas.
Más allá de la euforia que pretenda transmitir Trump, lo cierto aquí es que lo que avanzan son los nubarrones que van cubriendo el escenario económico y social estadounidense.
La inflación está llamada a aumentar. Deutsche Bank estima que, si Trump opta por imponer impuestos máximos, podría añadir 1,2 puntos porcentuales a la tasa de inflación, elevándola por encima del 3% interanual. El aumento de los costos de importación complicará la situación tanto de bienes finales extranjeros como de los insumos importados, provocando un salto en el nivel de precios. El Laboratorio de Presupuesto de Yale, un grupo de investigación, estima que los hogares en la parte inferior de la escala de ingresos verán una caída de sus ingresos disponibles de aproximadamente un 2,5% debido a la primera ola de aranceles sobre China, México y Canadá, en comparación con una disminución del 0,9% para los hogares más adinerados. A medida que Trump aumenta los aranceles, el impacto se agravará aún más (WSWS, 30/3).
Deuda y bolsa
El avivamiento de la tendencia inflacionaria ha redundado en que la Fed haya decidido postergar sus planes de recortar la tasa de interés, a pesar de la desaceleración económica. Pero la persistencia de una tasa de interés elevada potencia las tendencias recesivas. Al mismo tiempo, aumenta la carga de la deuda que ha ido creciendo como bola de nieve. Nos referimos no a la deuda pública que supera el PBI norteamericano (36 billones dólares) sino a la deuda corporativa y de los particulares. La morosidad e impagos de las deudas de los hogares con tarjeta de crédito y por préstamos por vivienda se han ampliado notablemente en la última etapa.
Lo mismo vale para la bolsa, en la que se ha generado una burbuja sin precedentes, sostenida a través de un gran apalancamiento. Las altas tasas de interés amenazan con desatar un colapso, que puede provocar un derrumbe histórico de la bolsa dado la valorización ficticia que tienen las cotizaciones accionarias de las empresas, que no se compadecen con su desempeño en la economía real. Por lo pronto ya tenemos algún aviso en los temblores que se vienen sucediendo en la última etapa.
Hay que tener presente que los hogares norteamericanos aumentaron sus ahorros en acciones, muy superiores a su promedio histórico. Una caída del mercado bursátil, más en la actual condición, tiene profundas implicaciones en los consumos de los hogares. A través del llamado “efecto riqueza” tienden a variar sus gastos. Los dos últimos meses, la pérdida accionaria ascendió a 4 billones y medio de dólares y eso redunda en un recorte en el consumo popular de varios miles de millones de dólares, lo cual echa más leña al fuego en el parate de la actividad económica.
Ante la huida de los inversores de la renta variable, suben los activos considerados refugio como el oro, que alcanzó nuevos máximos, el último, por encima de los USD 3.100 por onza. A su turno, en el mercado de deuda, la rentabilidad de los bonos cae.
En ese contexto, Trump viene presionando por un descenso de la tasa de interés y eso explica las crecientes tensiones que lo enfrentan con las autoridades de la Reserva Federal que ha metido en el freezer su plan de recortes de los tipos de interés. Aunque viene al caso señalar que se ha reservado una carta flexibilizando la política restrictiva que venía sosteniendo, al contraer el ritmo de ventas de los bonos que tiene en su poder, resolviendo desprenderse de 5.000 millones de dólares en lugar de 25.000 millones como lo hacía hasta ahora. Hay un temor fundado que pueda precipitarse una crisis de liquidez que pueda afectar el conjunto del sistema bancario.
Comentario final
Como se puede apreciar, son demasiados los frentes de tormenta, en tanto los márgenes de maniobra para pilotear la crisis resultan cada vez más endebles y precarios.
La guerra arancelaria es una expresión de la envergadura de la crisis capitalista, de contradicciones irreprimibles y explosivas en la economía mundial que no encuentran una vía de salida y que se agravan. Esto intensifica los enfrentamientos entre los Estados y las corporaciones que buscan escapar del impasse a expensas de sus rivales. Viene al caso señalar que el uso de aranceles por parte de todas las principales economías ha aumentado rápidamente desde la crisis financiera mundial de 2008. Según Global Trade Alerta, con sede en Suiza, que rastrea las políticas comerciales, existen actualmente 4.650 restricciones a la importación —incluyendo aranceles, cuotas, medidas antidumping y otras limitaciones— en vigor dentro del G20. Esto representa un aumento del 75 por ciento desde que Trump ganó las elecciones en 2016 y casi 10 veces más que las restricciones vigentes al final de 2008. Ahora, con el segundo mandato de Trump, esta tendencia va a potenciarse sensiblemente.
Lo que quedaba del orden mundial de posguerra se ha definitivamente derrumbado. El sistema financiero y monetario establecido en Breton Woods, así como las relaciones comerciales que tenían a la OMC como marco regulatorio, han estallado por los aires. El libre comercio y la cooperación entre las naciones ha sido sepultado. La guerra arancelaria representa un salto en la guerra comercial y los choques ente los Estados y pavimenta las tendencias que se vienen configurando progresivamente hacia una guerra mundial.
Pablo Heller
“No hay otra tierra”, el documental que retrata la barbarie sionista en Cisjordania
“Cuando era un niño, yo pensaba que mi padre era invencible”, sonríe Basel Adra. Ahora sabe que, para echar a la ocupación, hay que tener paciencia y aprender a fracasar las veces que sea necesario. Es hijo, dice, de una familia de activistas, y es uno de los directores palestinos de “No hay otra tierra”, el documental sobre cómo Israel destruye a fuerza de milicos, topadoras y patotas las aldeas milenarias de la Cisjordania. Un niño al que le parecía normal que el papá durmiera con las zapatillas puestas por si se tenía que escapar por la noche.
La película ganó el Oscar la semana pasada y antes la Berlinale, el prestigioso festival de cine de Berlín. La tierra de la que habla es Masafer Yatta, 20 aldeas de montaña en Hebrón, en el extremo sur de Cisjordania, justo en el borde palestino de la llamada Línea Verde de 1948, la frontera legal de lo que hoy son los territorios ocupados.
Basel y otros tres directores (dos palestinos, dos israelíes) relevaron una década de agresiones de la ocupación israelí y sus colonos a una comunidad de aproximadamente 4.000 personas que vive allí desde los tiempos bíblicos, y que por los desalojos han tenido en muchos casos que volver, como en los tiempos bíblicos, a vivir en las cuevas de las montañas.
En la década del 70, Israel declaró la zona “campo de tiro” y les confiscaron 10 km2 de los 36 que tenían. En 1999, el ejército expulsó a unos 700 palestinos de 12 aldeas, territorio donde los colonos fueron construyendo asentamientos. Hace poco trascendió un documento militar secreto que dice que el campo de tiro fue una excusa para montar los asentamientos.
Desde ese entonces, filman con lo que pueden los atropellos. Basel, el pastorcito, aprendió primero a hablar ante la cámara que ahora maneja con maestría y lo llevó a la alfombra roja.
El documental se pasea por un paisaje árido, reseco, montañoso, atravesado por camiones del ejército y topadoras que derriban casas construidas hace siglos, piedra sobre piedra, en la boca de las cuevas. Entre risotadas, los soldados sionistas destruyen las torres de electricidad, los pozos de agua, los paneles solares, los corrales de cabras, los paneles de la escuela que las mujeres construyeron de día y los hombres de noche, en secreto, para eludir al ejército.
En esa escuela, inaugurada hace muchos años por Tony Blair, la noche de los Oscar se transmitió la película ante un auditorio de residentes y activistas internacionales. En represalia, hubo redadas del ejército.
Basel filma a los colonos, brutales, que en el nombre de dios queman cultivos, roban ganado, incendian casas. Los escoltan soldados del ejército israelí, seguidos e insultados por las mujeres.
“Empecé a grabar cuando llegó nuestro fin”, dice Basel. Fue en el verano de 2019, cuando después de 20 años sin pronunciarse el Tribunal Supremo avaló la destrucción de la mayoría de las aldeas y la expulsión de sus habitantes.
Los palestinos tienen prohibido reconstruir viviendas o servirse de la red de agua que Israel construyó para los asentamientos. Tampoco pueden usar los dos pozos subterráneos que los proveyeron de agua desde hace siglos. “¿Cómo esperan que olvidemos el lugar donde hemos nacido?”, pregunta mansamente el abuelo de Basel a otro de los directores, el periodista israelí Yuval Abraham. Y le pregunta de dónde es. “De Ber Sheeva”, contesta el joven. “Ah, ¡es palestino!”, retruca socarrón el abuelo y repregunta: “¿Ustedes cuándo llegaron?”.
En esos diálogos precisos, el film despliega ante el espectador la barbarie de una fuerza de ocupación embrutecida, cuyo norte histórico es la limpieza étnica. También la determinación absoluta de los palestinos a permanecer en su tierra, una resistencia que atraviesa las generaciones.
“No hay otra tierra” muestra la complejidad del vínculo entre israelíes y palestinos, aunque Yuval sea, como dice el padre de Basel, “un israelí de los de derechos humanos”. “Vos te vas pero yo no puedo salir de aquí” le espeta una noche Basel a Yuval. Socios, amigos, cómplices. Pero uno puede manejar hasta su casa y el otro tiene prohibido desplazarse más allá de la línea de check points.
El apartheid no es solo una palabra. Dos días después del 7 de octubre, en una de esas aldeas, Umm al Khair, “la mitad de la comunidad fue atacada, les vendaron los ojos en mitad de la noche y les obligaron a jurar lealtad a Israel", explica Sam Stein, un activista judío de Nueva York que lleva años viviendo en la zona.
En 2024, a las topadoras y los camiones se sumaron los tanques y un tal Ilan, encapuchado pero de uniforme. Está encargado de las demoliciones. “¿Por qué pierdes el tiempo? No nos iremos”, le gritan: “Nací aquí hace 70 años. No nos iremos”.
Ladrón, ladrón, no nos iremos, le gritan mientras un hombre seca con el dorso de la mano la cara empapada de lágrimas de una muchacha. Los soldados y las topadoras avanzan hacia la placita con juegos que donó Noruega. No más placita. Enseguida, destrozan los tanques de agua, las cisternas, las cañerías, el baño químico.
“Si no se van los detengo”, grita Ilan pero nadie se va. Una niña recupera entre los escombros las pinzas de su padre, una mujer recupera una bolsa de pan. Dentro de unas horas, cuando termina de ordenar la cueva, abraza entre risas a los niños: “Vengan, vengan, vamos a comer rico pan”. La emocionante capacidad de resistencia del pueblo palestino.
Esa noche, en la cueva, una nena juega con un trompo: “Giro y giro así nadie me atrapa”. Afuera, un camión baja clandestinamente materiales de (re)construcción. Los hombres levantan una pared nueva. Basel se pagó como albañil sus estudios de Derecho en Beer Sheva: “Siempre soy la mano de obra barata”, le dice a Yuval.
A la mañana, el ejército vuelve a destruir todo, confisca las herramientas de construcción. Cuando intentan llevarse el generador de electricidad, hay un forcejeo desesperado. Se zanja con un disparo, certero, en la columna vertebral del palestino. Harun es albañil, en las herramientas se le iba la vida. Y casi: la puntería implacable de la única democracia de Medio Oriente lo deja paralizado, para siempre, de los hombros para abajo.
En el escenario de la Berlinale, el palestino fue el primero en hablar: “Es muy, muy difícil para mí celebrar algo mientras decenas de miles de mi gente están siendo masacradas en Gaza en este momento. Como estoy aquí en Berlín, me gustaría pedirle a Alemania que respete los llamamientos de la ONU y dejar de enviar armas a Israel”.
Luego habló Yuval. “Yo vivo en un régimen civil y Basel bajo un régimen militar. Vivimos a 30 minutos el uno del otro, pero yo tengo derecho a voto y Basel no. Yo puedo moverme libremente por el país, pero Basel, como millones de palestinos, está atrapado en Cisjordania. Esta situación de apartheid entre los dos, esta desigualdad, tiene que terminar”, señaló. La sala de la Berlinale estalló en un intenso aplauso que significó que arreciaran pedido de renuncia a la ministra de Cultura, Claudia Roth. El lunes, un twit del ministerio reinterpretó el aplauso “que iba dirigido al periodista y cineasta judío-israelí”, no al palestino” (sic).
En Los Angeles, a la hora de recibir el Oscar, Basel insistió: “Hace dos meses me convertí en padre. Mi esperanza para mi hija es que no tenga que vivir la misma vida que estoy viviendo yo: siempre temiendo la violencia, las demoliciones de nuestros hogares y los desplazamientos forzados que enfrentamos cada día bajo la ocupación''. Y llamó al mundo “a detener la limpieza étnica del pueblo palestino''. Lo aplaudieron de pie.
El ministro de Cultura israelí Miki Zohar, describió los premios como “un momento triste para el mundo del cine” y llamó a no exhibir la película. El filme carece de distribuidor en Estados Unidos y no se proyectó ni proyectará en salas comerciales de Israel.
Las amenazas, públicas y anónimas, tomaron tal dimensión que ambos directores suspendieron todas las entrevistas y el israelí postergó su regreso. “He recibido cientos de mensajes anónimos avisando que me van a matar, que me esperan en el aeropuerto”, le contó a Haaretz.
Una multitud fue a su casa en Beer Sheva y amenazó a familiares directos, que tuvieron que huir a otra ciudad durante la noche.
Los ataques son fogoneados por el gobierno: la misma noche de la Berlinale, la televisión pública israelí tituló: “El discurso antisemita del creador israelí”.
En Masafer Yatta los premios se entendieron como “una victoria para toda Palestina y para todo Masafer Yatta”. Pero un hermano de Basel contó que desde el estreno las amenazas contra su familia han aumentado, los colonos apedrearon su coche y los militares requisaron una y otra vez a la familia.
Más de 40 cineastas israelíes, entre ellos Ari Folman (Vals con Bashir, El congreso, Dónde está Anne Frank…) y Guy Nattiv (Oscar al mejor cortometraje en 2019 por Skin y reciente autor de Golda), se solidarizaron con el dúo. Acusaron a la televisión pública de “populismo barato e incitación en el discurso público” y subrayaron que nada en el discurso de Abraham era antisemita, sino una “descripción factual de la realidad en Cisjordania”.
Ya en octubre unos 700 cineastas israelíes decidieron boicotear y repudiaron la creación de tres fondos estatales que financiarán exclusivamente “a creadores fieles al estado judío”. Uno de ellos es para Cisjordanía y excluye a los cineastas palestinos, cuando los palestinos son el 80 % de la población. Además, las ayudas al desarrollo del proyecto tras el guión son solo para residentes de asentamientos.
Con subtítulos en español, el documental se puede ver acá:
https://ok.ru/video/8836492954209
Olga Cristóbal
09/03/2025
El peor terremoto en un siglo expone la crisis humanitaria en Myanmar, arrasada por la guerra civil
Un sismo de 7,7 grados en la escala Richter sacudió por completo a Myanmar (ex Birmania) el pasado viernes 28 de marzo. Según las agencias especializadas, este terremoto ha sido uno de los más violentos registrados en 100 años en el continente asiático, lo cual es mucho decir debido a las actividades sísmicas recurrentes tanto en tierra como bajo el océano. El epicentro del fue ubicado en el centro norte del país, en la región central de Sagaing, cerca de Mandalay, la antigua capital real, con una población de alrededor de 1,5 millones de personas. Los efectos del sismo pudieron sentirse hasta en Bangkok, a más de 1000 km, donde se registraron 18 muertes como consecuencia del derrumbe de un edificio en construcción y otras estructuras menores. En Myanmar, el gobierno de facto que dirige el país desde 2021 ha reconocido 2065 muertes y 300 desaparecidos al 1 de abril, pero la Cruz Roja estipula que la cantidad real de muertes asciende a 10 mil, cuando se logre llegar a las zonas más anegadas.
Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) el sismo, que tuvo su origen a solo 10 km de la superficie, generó un efecto devastador de alto alcance, que se combina con el deterioro generalizado de las condiciones de infraestructura crítica (rutas, puentes, autopistas) y las improvisadas construcciones de la población, sumida en la pobreza extrema. La geóloga Jess Phoenix, consultada por la CNN (31/03) asegura que la energía descargada en 1 minuto de movimientos tuvo el equivalente a 334 bombas atómicas.
Durante el fin de semana, los habitantes atravesaron una situación de completa desesperación, sin acceso en múltiples ocasiones a ayuda externa o con la maquinaria necesaria, la ciudad de Mandalay se movilizó para rescatar con sus propias manos a las miles de personas bajo los escombros. Los relatos de familias enteras devastadas por la caída abrupta de edificios y casas son moneda corriente en los periódicos internacionales. Se calcula que más de 600 mezquitas/monasterios se derrumbaron mientras diversos fieles se encontraban dentro rezando, las organizaciones eclesiásticas han notificado la muerte de más de 270 monjes que se encontraban rindiendo un examen al momento del desastre. En la capital Naypyidaw, ubicada a 270 km, un hospital se vino abajo por completo junto a cientos de viviendas y otros monasterios, aunque el impacto en víctimas ha sido ampliamente menor.
Los propios operativos de rescate se encuentran atravesados por la guerra civil, las zonas bajo influencia de los militares fueron las más devastadas. El gobierno de la Unidad Nacional - conformado por los partidos pro democráticos y diversos grupos de guerrilla - han convocado a un cese al fuego ofensivo de 2 semanas, aunque advirtieron que se defenderán en caso de incursiones a sus territorios. Las diversas rutas controladas por uno u otro bando, dificultan la acción centralizada y la ayuda humanitaria. Los informes de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) sugieren una inversión inmediata de 100 millones de dólares para atender las necesidades urgentes de los damnificados. La Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha anunciado una ayuda inmediata por 5 millones de dólares, mientras que países cercanos como China, India, Pakistán han enviado ayuda humanitaria calculada en 30 millones de dólares. Reino Unido, Irlanda y Australia han ofrecido otros 20 millones al igual que Donald Trump desde la Casa Blanca. El problema fundamental es que toda esta ayuda llegará muy posteriormente a las 72 horas de “ventana” que se estipula ante cualquier catástrofe para hallar a una persona atrapada bajo escombros con vida. El olor a muerte se respira en las calles, miles de cuerpos se encuentran bajo escombros que llevará semanas remover; los cuerpos rescatados no pudieron ser enterrados lo que agrava la situación sanitaria en todo el territorio afectado.
Todas las organizaciones de ayuda humanitaria reflejan las dificultades de trabajar en zonas con escasez de alimentos y los materiales necesarios para desarrollar sus tareas. Los informes se centran en la gravedad del sismo para ocultar las responsabilidades políticas de un gobierno de facto que ha entablado una persecución y matanza de opositores políticos. El daño en las estructuras más elementales y los reportes sobre viviendas realizadas con barro y madera exponen una crisis humanitaria muy profunda.
Se calcula que desde el año 2021, más de 3 millones de personas fueron desplazadas de sus hogares. Ahora se calcula que cerca del 60% de las viviendas en Mandalay quedaron derrumbadas, lo que anticipa una crisis superior. En las calles de la vieja capital se han arropado los sobrevivientes que han perdido sus hogares o temen despertarse bajo los escombros si retornan. El desastre de Myanmar ofrece una nueva imagen de la barbarie a la que empuja a la humanidad toda el Capital y sus gobiernos.
Joaquín Antúnez
01/04/2025
La baja de la pobreza, otro embuste de Milei
Cifras mentirosas
Lo que explica esta caída de los porcentajes es la desaceleración de la inflación que, como ya explicamos desde estas páginas, responde a mediciones del INDEC que están distorsionadas por estar basadas en una canasta desactualizada que no contempla ni los consumos actuales ni el aumento del peso de los tarifazos en el total de la torta del consumo de cada hogar.
Además, las cifras con las que se comparan fueron afectadas por el Rodrigazo de Milei- Caputo no bien asumieron.
El elefante en el baño que pone de evidencia que estas cifras son mentirosas es la medición del consumo que lleva una caída de 14 meses ininterrumpida.
Los consumos que más caen son los de bienes esenciales como la leche y en supermercados y almacenes, lo que demuestra que la caída del consumo no responde a una oleada distributiva en la que los hogares de mayores ingresos se estén absteniendo de consumos suntuarios en pos de mejorar la situación de las familias más pobres, sino que, por el contrario, las mismas cifras del INDEC delatan que entre los menores de 15 años la pobreza escala a más del 51% de la población.
El aumento del uso de la tarjeta de crédito para la compra de alimentos denuncia la misma realidad.
Por su parte, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) realiza un estudio que compara la pobreza multidimensional, la cual es medida por el mismo Ministerio de Capital Humano de Milei y que tiene en cuenta diferentes cuestiones que hacen a la calidad de vida como el acceso a bienes y servicios básicos. Ese tipo de pobreza registró un aumento interanual al pasar del 39,8% en 2023 al 41,6% en el tercer trimestre de 2024. Además, ese porcentaje crece sostenido desde 2017 (La Nación 31/03).
Esta diferencia se explica por la motosierra que el gobierno de Milei pasó sobre programas de salud, medicamentos y servicios sociales que antes eran brindados por el estado y ahora, habiendo sido recortados, sólo se puede acceder a ellos pagando, lo que afecta directamente a los ingresos sin estar registrados en las mediciones del INDEC.
La política recesiva de Milei no produjo un desastre humanitario mayor sólo porque el liberticida tuvo los reflejos para aumentar los planes sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y Tarjeta Alimentar por encima de la inflación. Esto lo hizo con el doble propósito de frenar una reacción popular a la motosierra y la licuadora y facilitar el terreno para el ataque a las organizaciones piqueteras.
Los anuncios del INDEC pronto se van a sumar a la lista de cosas que los liberticidas van a dejar de festejar –como los logros de su política macroeconómica– cuando ya empezó la cuenta regresiva de la devaluación más pronosticada de la historia y cuando día a día queman dólares de las reservas en los mercados paralelos para frenar el precio a pesar del tantas veces anunciado nuevo acuerdo con el FMI.
Tanto la devaluación como las nuevas medidas de ajuste -todas requeridas por el FMI– van a empujar a la miseria a un extremo insoportable –imposible de disimular incluso para las mediciones del INDEC– al que los trabajadores ya vienen respondiendo con grandes movilizaciones. Las consignas de huelga general y fuera el FMI- No al pago de la deuda están a la orden del día.
Aldana González
01/04/2025
Obras Sociales: privatizan la atención médica
Uno de los cambios principales es que, desde el inicio de un empleo, los trabajadores puedan optar por una obra social (ya sea la de su actividad laboral u otra) o por un servicio de medicina prepaga.
La normativa establece que las contribuciones al Fondo Solidario de Redistribución (administrado por el estado ) serán de una tasa fija del 15% para todos, para las obras sociales sindicales, de dirección y también para las prepagas. Anteriormente, este aporte era del 10% para los trabajadores de menos sueldos y del 15 % a la de los sueldos mayores. Con lo que el estado “liberal” mete mano directa en la recaudación de las obras sociales y también de las prepagas, pero no pone límite alguno a lo que cobra una prepaga para “garantizar la libre competencia en el mercado” (Infobae).
Un combo explosivo
La asfixia de las Obras Sociales es total en tres aspectos: 1) deben contribuir con el 15% de la recaudación al Fondo Solidario de Reparación; 2) tienen una sangría con la libre elección de la obra social por parte del trabajador. En la inmensa mayoría de los sindicatos hay una pérdida sustancial de aportes por los despidos masivos y la caída de la industria.
Un gremio pequeño no puede sostener una atención que requiera estudios importantes y medicamentos caros; al apelar al “Fondo de Reparación”, entra en la cola interminable de reclamos pendientes con el atraso de la atención médica
Un trabajador no puede emigrar a la Obra Social de otro sindicato si el sueldo que recibe es inferior al del gremio al que quiere afiliarse, por una cuestión de desfinanciamiento. Si recurre a la prepaga, ésta ya no tiene control alguno en la cuota. La intención del gobierno es forzar al trabajador a que pase a la salud privada y además que las obras sociales de los sindicatos se asocien a las prepagas.
Como el pasaje a las prepagas está casi vedado por la caída del empleo y de los sueldos, el gobierno “liberal” ha comenzado con las intervenciones de las obras sociales de los sindicatos para forzarlo. Ha implementado auditorías, ocho obras sociales sindicales han sido intervenidas por 180 días. La Obra Social del Personal de la Industria del Chacinado y Afines (OSPICHA), la Obra Social de los Trabajadores Rurales y Estibadores de la República Argentina (OSPRERA), la Obra Social del Personal Mosaista (OSPM), la Obra Social de Fotógrafos (OSFOT) la Obra Social de Vareadores (OSV), la Obra Social del Personal Ladrillero (OSPL), la del Personal de la Industria Ladrillera a Máquina (OSPILM) y la Obra Social de la Industria del Fósforo (OSPIF).
El gobierno de Milei, así como le copió a Gerardo Martínez la idea de la disminución de las indemnizaciones, le copió a Barrionuevo el armado de un pool de sindicatos chicos que gozan de la Obra Social de los gastronómicos, que además es un armado en asociación con la medicina privada que nuclea a casi 20 sindicatos menores.
Para que no se arrebaten derechos de salud, es necesaria una campaña por: “Fuera las manos del gobierno sobre las obras sociales” y terminar con el desguace y el vaciamiento orquestado en todos estos años por la burocracia y el Estado.
Está claramente planteada la pelea por la apertura de los libros y por directorios electos por los afiliados: la cobertura plena de un PMO universal e integral que se cubra con el aumento de los aportes patronales; el pase a planta de todos los precarizados con el mejor convenio de la actividad y el blanqueo de todas las sumas en negro, para recomponer los ingresos de las obras sociales. La triplicación del presupuesto de salud y reforzamiento del sistema sanitario bajo control de los trabajadores.
Juan Ferro
01/04/2025
Un nuevo episodio de entrelazamiento del delito con el Estado y los capitalistas
Sucede que el exdirector de AFIP Santa Fe y Rosario, Carlos Vaudagna, se encuentra siendo investigado por una decena de delitos vinculados al ejercicio de ese cargo público. Trafico de influencias, incumplimiento de los deberes de funcionario público, cohecho, entre otros delitos que se repiten en más de una oportunidad. “Acorralado” en la instancia judicial en que se encuentra, Vaudagna decidió declarar y acogerse a la figura de “imputado-colaborador” para verse beneficiado por una condena menor a la que pedirían los fiscales. A partir de su declaración se conoce cuál era su rol, quiénes los beneficiarios y perjudicados de una trama que usaba al Estado, incluyendo al Poder Judicial.
Desde el mismo asesoraba a capitalistas de renombre para consumar evasión de impuestos: aquí aparece el nombre de Nahuel Caputto, socio mayoritario del diario santafesino “El Litoral”, además de estar involucrado en un fallido de compras de islas para la reubicación del puerto santafesino. A partir de estas maniobras, se esperaba que luego el Estado Provincial tenga que expropiárselas para dicha construcción y así hacerse de una cuantiosa indemnización. A su vez, este directivo se encargaba de impulsar investigaciones por incumplimientos fiscales que no llegaban a resolución, ya que en el ínterin se arreglaban sobornos que llegaban a sus bolsillos. Lo mismo con respecto a hacer la “vista gorda” respecto a empresarios sin los estados contables en regla.
Incluso está involucrado uno de los exdirectivos de Vicentin SAIC, Omar Scarell, quien a partir de lo recolectado fue asesorado por Vaudagna para apropiarse de reintegros de IVA durante más cuatro años, cuya cifra alcanza los nueve dígitos. Asimismo, el asesoramiento con respecto al blanqueo de los créditos que fue tomando la cerealera previo a su desfalco, con las intenciones de que no recaigan denuncias penales en su contra a raíz de la administración fraudulenta.
Lo dicho solo es un botón de muestra que lejos está de despejar el camino. Pero él no estuvo solo en esta serie de maniobras, ya que para desenvolverlas sobre un manto de legalidad tuvo el concurso de un juez federal con nombre y apellido. Es el caso de Marcelo Bailaque, titular del Juzgado Federal Nº 2 de la ciudad de Rosario, que se encuentra investigado por el Consejo de la Magistratura y las fiscalías federales por, básicamente, utilizar sus facultades judiciales a conveniencia. Resuena el caso en el que este ordenó un allanamiento contra un candidato a hacerse de la dirección de una aseguradora y que este, a petición de parte, sin delegar en terceros este trabajo, allanó el domicilio del mencionado para ensuciarlo públicamente.
Pero esto no es lo único que vincula al juez Bailaque. También se le reprocha no haber llevado adelante los procesos judiciales contra capos narcos de la provincia. Tal es el caso de Esteban Alvarado, hoy condenado a perpetua por la justicia provincial, ya que tuvo una de sus causas por narcotráfico en su juzgado y su conducta fue la inactividad y la inexistente diligencia en la investigación. Al tiempo se conoció públicamente que incluso compartía contador con Alvarado. Pero al igual que Vaudagna, no es la única de sus fechorías. Se lo acusa también de haber beneficiado a empresarios para hacerse con la concesión de los puertos de Rosario, que en su momento estuvieron intervenidos y cuya cooperativa pretendía quedársela este financista de apellido Whpei. En ese trajín, se benefició a una mutual de su propiedad que recibió fondos retenidos ya que ofrecían una mejor tasa de interés que los bancos. Al juez se lo vincula, dentro de la organización judicial, a Ricardo Lorenzetti, ministro de la Corte Suprema, y según las fuentes al momento de su designación fue impulsado por el kirchnerismo.
Este capítulo de entrelazamiento entre el crimen organizado, capitalistas de renombre y el Estado todavía no se ha agotado. Que todo esto explote en medio de contiendas electorales y políticas expresa la crisis que tenemos en ciernes.
Agustín Fernández
31/03/2025
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