En cuanto a las elecciones del domingo próximo en la provincia de Buenos Aires, las firmas de sondeos entregan las siguientes conclusiones: un ausentismo electoral elevado, que vendría acompañado de una derrota de dos dígitos del oficialismo en la tercera sección electoral y de alrededor de cinco puntos en todo el territorio. Las elecciones generales de Octubre arrancarían muy mal, entonces, para la alianza LLA-Pro; aunque aumentaría el número de representantes para los ‘libertarios’, desde su bajísima presencia actual en el Congreso, una derrota de cierta magnitud sería interpretada como un límite final para poder continuar con el plan ‘motosierra’ y para imponer las llamadas ‘reformas de estructura’, como se designa mentirosamente a la destrucción legal del derecho laboral y a la liquidación del sistema jubilatorio. Los medios advierten, en Córdoba, un desplome del voto ‘libertario’ y una victoria de Schiaretti. En Santa Fe, los liberticidas podrían pasar del tercer lugar que obtuvieron en las elecciones provinciales recientes, a un cómodo quinto puesto. Si el ausentismo que se pronostica para el domingo que viene se reitera en octubre, posiblemente con yapa, la crisis abarcaría a todo el régimen político, porque incluso los rivales electorales del gobierno habrían recibido también su porción de “voto castigo”.
El revés de los pretendientes al fascismo se daría en un marco de crisis excepcional de la economía.
Los movimientos del ministerio de Economía y del Banco Central anticipan una devaluación fenomenal del peso, que se augura para después de los comicios, pero que podría adelantarse en función de otras variables de la crisis. Sería el caso si las corruptelas con la Agencia de Discapacidad o la estafa Libra estallan en el rostro de la camarilla ‘íntima’ de la Rosada –Karina, los Menem, Santiaguito Caputo-. La adulteración del fentanilo todavía no ha sido clarificada, ni la proporción de fallecimientos ocasionados por el estupefaciente. Javier Milei, sin embargo, se vuelve a embarcar con destino a Washington, sin saber a qué conclusiones han arribado los servicios norteamericanos sobre el destino de su gobierno.
El extremo alcanzado por la crisis económica se manifiesta en el terreno de la actividad industrial, y mucho más en la financiera. Acerca de lo primero, Argentina desafiará los pronósticos positivos de principios de año, validados por el FMI y el Banco Mundial; el PBI medido de punta a punta del año dará abajo de cero. Desde el centro norte de la provincia de Buenos Aires hasta la provincia de Santa Fe, han comenzado manifestaciones obreras que, probablemente, crecerán aun en período electoral. Desde el lado financiero, el ‘Toto’ Caputo y sus compinches de la banca Morgan se encuentran empeñados, a través de una seguidilla de medidas explosivas, en convertir la corrida al dólar en una corrida bancaria. El BCRA ha pagado las apuestas al dólar futuro en agosto y se dispone a hacerlo en septiembre, pero quiere patear hacia adelante las que vencen a partir de octubre, lo que podría concluir en un fiasco. El mercado de futuro del dólar es una deuda que contrae el Banco Central, para que no se dispare el dólar inmediato, pero a un costo potencial elevado. Para conseguir que los bancos renueven los vencimientos de deuda pública en pesos, por ejemplo, y para evitar una corrida de los depósitos bancarios hacia el dólar, ha establecido tasas superusurarias y procedido a garantizar el pago de los depósitos por medio de encajes bancarios muy elevados –superiores al 50 por ciento-, que se pueden formar con títulos públicos, cuya cotización tiende a la baja. Las altas tasas de interés para nuevas emisiones de bonos producen la desvalorización de los bonos que se encuentran en circulación –de emisiones anteriores-.
Al mismo tiempo, el gobierno ha impuesto ‘un cepo’ a la compra de dólares por parte de los bancos mismos. El gobierno ‘libertario’ ha procedido a la estatización parcial, pero muy costosa para el Tesoro, del sistema bancario, como lo hemos señalado desde un comienzo. Ha pasado del santísimo sacramento a la propiedad privada a su no menos santa violación, aunque comprometiendo las finanzas estatales con jugosos intereses a los bancos. Mayores “degenerados fiscales” no se consiguen. Así lo advierten los mercados internacionales que han disparado el ‘riesgo’ de default de Argentina a los 900 puntos por encima de la tasa de referencia internacional, que es del 4.25 por ciento.
Si los grandes capitales ya tienen mucha cancha para lidiar con gobiernos corruptos que ellos mismos corrompen, la cosa cambia cuando el gobierno en cuestión se encamina a desatar una crisis financiera. Es así que se ha registrado, desde julio, una salida de dólares por unos 5500 millones, que llega a 14 mil millones desde principios de año. En consecuencia, hay un reclamo para saber si el ‘Toto” y sus socios no están rifando los dólares que entregó el FMI en el último acuerdo, lo cual constituiría una violación del acuerdo y de los estatutos del Fondo –como el mismo Caputo procedió a hacer en 2018, bajo el gobierno de Macri-. Milei y compañía pretenden que el electorado avale con el voto este latrocinio social, es decir, contra los trabajadores.
El tema fundamental es, ahora, si las elecciones irán acompañadas por huelgas generales, como las que han comenzado en cinco contratistas de Ternium, dentro de la planta de Siderar, y rebeliones, como se manifestó en Vassalli (Firmat). Los Rocca se acaban de reunir con Brunelli y Furlán, a quienes exigieron el acatamiento a la conciliación obligatoria, sin comprometerse a permitir el ingreso de 1200 trabajadores a la planta, donde cumplían una “retención de tareas” desde hace once días. Los conflictos se extienden a las principales empresas de San Juan, Tucumán y Misiones. Don Paolo recurrirá, si ya no lo hizo, al auxilio de Kicillof y del kirchnerismo y de la “dinastía’ de los Passaglia de San Nicolás, por lo que puedan servir. Kicillof ya demostró desde qué campo pelea cuando declaró ilegal la huelga docente, que Baradel repudió, pero que convocaron otros sindicatos bonaerenses autoconvocados. Desde nuestro partido, Política Obrera, impulsamos una huelga general en la cuenca del Paraná, en función de las luchas de Acindar y Siderca y de los cierres de Celulosa en Zárate y el departamento santafesino de San Lorenzo.
Veinte años después del 2001, se está forjando, a través de la experiencia extraordinaria de una crisis de régimen político y de luchas que comienzan a tomar envergadura, una nueva generación obrera y trabajadora. Lo mismo se manifiesta en la docencia y en la salud. Las nuevas generaciones reabren la puerta de la lucha a los grandes contingentes de las precedentes. La compresión de la crisis de conjunto puede acelerar los tiempos de este desarrollo, mientras el horizonte va tomando forma: la lucha por un gobierno de trabajadores y el socialismo de alcance internacional.
Jorge Altamira
31/08/2025
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