martes, junio 05, 2007

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVOS CUMPLEN EL MANDATO IMPERIALISTA Y DEL GRAN CAPITAL

LA OLIGARQUÍA VENEZOLANA RECURRE AL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO Y AL RESTO DE LAS OLIGARQUÍAS LATINOAMERICANAS EN DEFENSA DE SU RCTV
LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVOS CUMPLEN EL MANDATO IMPERIALISTA Y DEL GRAN CAPITAL
¿libertad de prensa o libertad de empresa?


Medios de Comunicación


Introducción

El filósofo norteamericano Dunham Barrows, en su panfleto “Pensadores y Tesoreros”, pensadores dedicados a “producir ideas”, y tesoreros los que concentran fuerza económica y poder político, relata la siguiente alegoría.
En tiempos muy lejanos y en cierto reino una mujer se presentó al “tesorero” encargado de recaudar los tributos.

Me ha venido a la cabeza, dijo la mujer, que yo podría encontrar mejor aplicación a este dinero que entregártelo a ti. Mi familia necesita mucho el dinero.

El tesorero no supo que contestar a la mujer. Asombrado, se dio cuenta que requería los servicios de un “pensador” que pudiera convencer a la mujer y a otra gente igual de la necesidad de someterse a privaciones voluntarias.

Sale el tesorero a buscar a un pensador y lo encuentra en la plaza del mercado como a Sócrates o en la montaña como a Moisés y le habla de su conversación con la mujer.

Como es natural el pensador reflexiona y dice después.
Esa mujer tiene razón. Para ella es realmente más importante vestir a los hijos y comprar una pala a su marido que entregarte a ti los impuestos.

¿Qué me dirías, dijo el tesorero sin apurarse, si te asignase a ti, digamos una décima parte del dinero que paga esa mujer?
¿Sabrías tú en ese caso explicarle por qué está obligada a pagar?
El pensador quedó meditabundo.

Tal vez aparezcan otros, continuó el tesorero que se pongan a discutir en lugar de pagar los impuestos. ¿Qué te parece si el dinero que paguen ésos te propongo también el diez por ciento?
El pensador quedó asombrado, pues percibe que su talento puede rendirle beneficios. La propuesta del tesorero le parece totalmente inocente o, por lo menos beneficiosa. La Acepta.
Debemos decir que ni Sócrates ni Moisés siguieron ese camino.

Supongamos que el pensador se atiene al primer punto de vista y va en busca de la mujer no para explicarle por qué debe pagar impuestos, sino para argumentarle convincentemente por qué no debe hacerlo.

En ese caso el pensador liga su suerte a la de quienes no le proporcionaran dinero alguno. Sin embargo, tendrá la satisfacción de haber ayudado a las personas a comprender que tienen razón frente a los “tesoreros”.
¿Qué les resta hacer a estos últimos? Al ver en el pensador un enemigo serio, el tesorero decide romper la relación establecida entre el pensador y el resto de la sociedad. Eso puede lograrse de distintas maneras; no reconocer al pensador como sucedió con Moisés o aniquilarlo como le pasó a Sócrates. En todo caso el tesorero se preocupará de oponerle otros pensadores reclutados especialmente para ese fin. Al pensador que persiste se lo declara hereje y se le rodea de desconfianza.

Claro que en la alegoría y las reflexiones de Dunham hay un elemento simplista. No son tan inútiles los “contribuyentes”. En todas las épocas y tiempos se alzaron contra los que creaban y perfeccionaban la máquina opresora. Incluso las relaciones entre la clase explotadora y los ideólogos de esta clase son mucho más complejas y no se encuentran al sólo nivel de consumo.

Pero esta situación no siempre existió. Pasaron muchos milenios desde el momento en que nuestros antepasados sintieron por primera vez, como dijera Federico Engels que “...llegaron a un punto en que tuvieron la necesidad de decirse algo los unos a los otros”.
Bajo la incidencia de las leyes objetivas de la evolución humana fueron perfeccionándose constantemente los medios de comunicación , como proceso de intercambio de información interpretada, se iba convirtiendo en un elemento cada vez más necesario de la existencia social del hombre, de la vida social.
La aparición y el desarrollo de los medios de transmisión de información constituyen una de las páginas más emocionantes en la historia de la humanidad. Este camino, al principio, fue extraordinariamente difícil y lento. Durante muchos milenios las personas no disponían de posibilidades algunas de comunicarse al margen de pequeños grupos, no contaban con medios algunos de transmisión y acopio de información. Varios milenios más duró el periodo en que la escritura, la instrucción y la información era privilegio de una parte muy reducida de la sociedad. Unicamente en el siglo XIX comienza y en el siglo XX adquiere proporciones gigantescas, el proceso de instauración de la comunicación masiva.

Según el libro “Future Shock” del sociólogo norteamericano Alvin Toffler los ritmos del progreso técnico en la esfera de la comunicación entre las muchas generaciones que vivieron en la Tierra solamente las últimas 70 conocieron la escritura, y durante la vida de las seis generaciones últimas las masas se familiarizaron con la palabra impresa, sólo en la vida de cuatro generaciones últimas las personas aprendieron a medir el tiempo con más o menos exactitud, solamente las dos generaciones ultimas emplean la electricidad y sólo la última generación goza a escala masiva del privilegio de oír radio y ver la televisión.
La gran mayoría de los valores materiales en el Planeta han sido creados en la vida de la actual generación. También le pertenecen la mayoría de los descubrimientos científicos en toda la historia de la civilización. Es, asimismo, la que dispone y utiliza un volumen de información mayor que cientos de generaciones anteriores juntas.

A veces esas mismas estadísticas se citan, para mayor evidencia de la forma siguiente: la lengua humana surgió hace 500 mil años, la escritura aproximadamente 5 a 6 mil años, la primera imprenta sólo hace 500 años, el telégrafo hace 150, el teléfono hace poco más de 100 años, la radio fue inventada hace 90 años, la televisión masiva apareció aproximadamente hace 35 años, los satélites de comunicación hace 25 años, etc.

El escritor Yuri Kashlev escribió a fines de los años ochenta un libro al que llamó “El imperialismo de la Información” el cual contiene una serie de informaciones y datos que nos parece interesante mostrar. Pese que no corresponde que nosotros intentemos siquiera encarar el tema de las comunicaciones desde un punto de vista global e internacional y más bien buscaremos humildemente brindar algunos pocos datos nacionales y locales de nuestro país Uruguay.

El vertiginoso progreso tecnocientífico en la esfera de las comunicaciones masivas ha servido de fundamento a algunos científicos burgueses para considerar el papel de los medios de comunicación masiva el factor más importante de desarrollo de la sociedad humana.

La derecha empresarial defiende con uñas y dientes la Televisión. Veamos la contradicción entre las posibilidades potenciales de esta canal masivo de información y cómo esas posibilidades son aprovechadas en el mundo capitalista. En algunos países en desarrollo con gobiernos progresistas o socialistas el objetivo de aumentar el volumen de programas de TV se debe al deseo de elevar el grado de información de la población en cuanto a problemas de la vida interna y la política internacional, la familiarización del pueblo con la cultura nacional y mundial y el enriquecimiento cultural del individuo.

En los países capitalistas según reconocen algunos ideólogos, el desarrollo de la televisión se produce mayormente a causa de aumento del volumen de los anuncios comerciales, de programas de diversión primitivos que ensalzan la violencia, el lucro, la “espiomanía”. En lugar de la información objetiva aparece la “propaganda orientada”, la manipulación de la conciencia de los espectadores.
La preocupación de las personas sensatas en relación a la televisión es el aumento de la delincuencia juvenil, pues no es de extrañar por ejemplo que un adolescente norteamericano de 14 años ha tenido la oportunidad de ver en la pantalla cerca de 11 mil asesinatos.

Esto confirma la idea que la “explosión informativa” siendo en general un proceso objetivamente inevitable y positivo en el desarrollo de la humanidad, en las condiciones del capitalismo es obviamente nocivo, por cuanto ayuda a las clases gobernantes a manipular la conciencia social y a efectuar el tratamiento ideológico de millones de personas en el espíritu burgués, que contradice los intereses cardinales de la inmensa mayoría de las personas.

Por eso vale la pena analizar a quienes pertenecen los medios de comunicación en los países capitalistas los medios de comunicación masiva, ese gran invento, con que fines se usan de los Estados Unidos y en la plano internacional.

El hecho de que en el siglo XX varios Estados capitalistas pusieran bajo control del gobierno nuevas ramas de la comunicación masiva como algunos servicios de radio y televisión por ejemplo, igualmente no altera para nada la situación general, puesto que la gran mayoría de los canales de información masiva se encuentran en manos del capital monopolista privado y los propios gobierno expresan al fin de cuentas, los intereses de ese capital.
En nuestros países la “industria de la información” moderna contiene todos los atributos de la economía imperialista, el alto nivel de concentración de la propiedad, excelentes beneficios, superexplotación de los trabajadores, modernas tecnologías, enormes inversiones. Se ha hecho famosa la declaración del propietario de uno de los mayores “imperios de la información” internacional Roy Thompson, de que en nuestra época ser propietario de una emisora de TV es estar en posesión de una licencia para imprimir billetes de banco.

La principal fuente de ganancias en el terreno de la información masiva en el capitalismo son los ingresos por la publicidad.
La “industria de la información” es inseparable del gran negocio, con inversiones de muchos miles de millones de dólares, con intereses y leyes de desarrollo propio.
En la relación de las 500 mayores compañías industriales de los Estados Unidos, publicadas por las revistas norteamericanas, figuran muchas firmas cinematográficas, de radio y TV como por ejemplo la Columbia Brodcasting System, la American Brodcasting Company, la Radio Corporation of America, la Columbia Pictures Industries. Tras estas últimas se encuentran gigantes todavía más potentes, las corporaciones electrónicas de los Estados Unidos, que monopolizan la producción de la tecnología de comunicaciones y la electrónica y, a través del sistema de resortes invisibles controlan las actividades de las compañías de radio y televisión, la industria cinematográfica, las agencias de noticias y la prensa.

Como en cualquier otro sector de la economía capitalista, los adelantos del progreso tecnocientífico son utilizados por esas corporaciones y compañías principalmente para aumentar sus ganancias. El uso y el desarrollo de los satélites de comunicación, de la televisión por medio de videocasetes y videotécnica, todo está pensado en las condiciones del capitalismo para asegurar, en primer lugar, superbeneficios a los dueños de la industria aerocósmica, electrónica, electroquímica y de otras ramas así como de los consorcios de radio y TV que controlan ese mercado. En la carrera en pos de las ganancias a los patrones que dominan en esos sectores, lo que menos les preocupa es la calidad la objetividad o el aspecto moral de la información divulgada.

Sin embargo, la creciente atención que dedica la burguesía a la esfera de la información no se debe solamente a las grandes ganancias que proporciona. Ella comprende perfectamente el papel que desempeñan los medios de comunicación masiva como importantísima arma ideológica, como principal elemento de mentalización de las masas. Por eso, la clase gobernante de occidente está interesada en reunir al máximo los medios de información masiva y de propaganda.
Así pues, la carrera en pos de las ganancias y el empeño por tener el control político de la sociedad son los dos resortes principales de desarrollo de la información en las condiciones del capitalismo.
“El magnate de la prensa y la televisión defiende celosamente los interese del capital, porque él mismo es un capitalista”.
Escribe en su libro “Monopolio de la palabra” el periodista ruso Spartak Beglov. Puesto que su mercancía que le proporciona beneficios, es además un instrumento de influencia sobre las mentes de las persona, él naturalmente, está interesado no menos que otros monopolistas en emplear ese instrumento contra las fuerzas del progreso que le son hostiles, al objeto de preservar el orden capitalista.

La inmensa mayoría de los periodistas del mundo capitalista trabajan al servicio de los “monopolios de la palabra” y en la esfera de la información siguen la línea política de sus dueños. No podemos dejar de destacar aquí la definición que hizo Vladimir Lenin ya en 1919, de la prensa burguesa y de la "libertad de prensa" de lo que tanto gusta hablar a los capitalistas.
“Esta libertad es un engaño mientras las mejores imprentas y las mejores existencias de papel están acaparadas por los capitalistas y mientras subsista el poder del capital sobre la prensa, poder que en todo el mundo es tanto más evidente, violento y cínico cuanto más desarrollados estén la democracia y el régimen republicano, como ocurre, por ejemplo en Norteamérica. Los capitalistas denominan libertad de prensa a la libertad de soborno de la prensa por los ricos, a la libertad de utilizar la riqueza para fabricar y falsear la llamada opinión pública”.

Afirma el escritor norteamericano Alfred Lilienthal que si el aparato estadounidense de comunicación masiva domina en el coro propagandístico del imperialismo, dentro de ese aparato es enorme la influencia del sionismo y de sus agentes. Según el periódico norteamericano Jewish Chronicle los sionistas controlan la gran mayoría de las revistas que salen en los Estados Unidos, así como las emisoras de radio y las corresponsalías extranjeras de los periódicos, revistas y agencias de prensa norteamericano.
Por regla general casi todos los periódicos, la radio y la televisión de los Estados Unidos hacen publicidad del punto de vista sionista y pro israelí.
También tienen posiciones fuertes los sionistas en los órganos de propaganda de muchos otros países. Las organizaciones sionistas poseían 1036 ediciones periódicas en 67 países.
El rasgo característico de la propaganda israelí en su carácter invariablemente racista y militarista, su tono despectivo respecto a los países árabes, la descarada injerencia en los asuntos internos de otros países especialmente los que tienen gobiernos progresistas o socialistas.

Hay que decir que la propaganda imperialista se realiza no sólo por medio de los órganos de información controlados por los monopolios occidentales, sino también en forma de publicaciones, películas, etc, producidas por departamentos gubernamentales, militares, de inteligencia y propaganda.
En el Ministerio de Defensa de los Estados Unidos trabajan mil doscientos especialistas en propaganda: En una año el Pentágono produce 1.141 películas, 3.560 filmes de televisión, y 3.142 programas audiovisuales.
También ese organismo castrense cuenta con un elevado número de publicaciones y emisoras de radio y televisión en el extranjero.

OBJETIVOS Y MEDIOS DEL IMPERIALISMO DE LA INFORMACIÓN


El objetivo fundamentalmente es la lucha desenfrenada contra los países socialistas como Cuba, y los que están en vías al socialismo como Venezuela, el empeño de socavar la ideología y el sistema de gobierno de estos estados por medio de la “guerra sicológica” y la subversión ideológica y propagandística y restaurar en ellos el régimen capitalista.
Otro objetivo estratégico de la propaganda imperialista es evitar los cambios revolucionarios progresistas en los países en desarrollo, mantener Asia, Africa y América Latina en la esfera del dominio imperialista y asegurar las condiciones para la explotación de los pueblos de esos contingentes por parte del capital monopolista.

Por eso en este momento reaccionan tan violentamente los círculos políticos, sociales de derecha y las transnacionales en Venezuela ante la no renovación del permiso de transmisión del Canal de televisión RCTV. Todo intento de los países en desarrollo por cambiar el status quo en la actual estructura internacional de intercambio de información, tendrá como respuesta del imperialismo norteamericano y las grandes transnacionales la reacción más iracunda.
Los países capitalistas y el imperialismo norteamericano y sus corporaciones transnacionales disponen de miles de filiales, compañías y empresas en los países de Asia, Africa y América Latina por medio de los cuales obtienen decenas de miles de millones de dólares de beneficios al año. Debido a la ínfima remuneración que se paga a la mano de obra y por la materia prima. Mientras que en las filiales extranjeras de las compañías norteamericanas se fabrican mercancías por valor de cientos de miles de millones de dólares, las cuales en grado considerable se venden en los países en desarrollo, mientras que los beneficios fluyen a torrentes a las cajas fuertes de las corporaciones y los bancos norteamericanos.

Podrán preguntarnos ¿qué tienen que ver todas estas estadísticas económicas con el tema de la comunicación masiva?. En nuestra opinión, tiene relación directa. El llamado “imperialismo de la información” o la expansión ideológica y propagandística de los países imperialistas, tiene como objetivo principal detener los grandes beneficios del capital y las transnacionales. Comprender esta realidad vierte luz sobre el tema, al igual que las perspectivas de la lucha de los países en desarrollo por su independencia en el ámbito de la información; está claro tiene un enemigo fuerte, y la lucha será larga y difícil.

Otra razón por la que los datos arriba expuestos sobre las corporaciones transnacionales y los monopolios occidentales tienen en general relación directa con el tema “imperialismo de la información”.
No solo a actividades puramente industriales y comerciales se dedican los monopolios, sino también a funciones de información por monopolizar la fabricación y venta de bienes de equipo de comunicaciones por controlar en muchos países la prensa escrita, la radio, y la televisión.

LAS AGENCIAS DE PUBLICIDAD


Un enorme papel en la vida económica y cultural de los países “tercermundistas” juegan las agencias de publicidad capitalistas y eso también está en relación directa con la actividad de los medios de comunicación masiva, con el “imperialismo de la información”. Hace unos años una investigación internacional demostró que en 46 países todas las agencias de publicidad eran de procedencia extranjera, y en su mayoría norteamericanas.
Interesa destacar que solo cinco consorcios de publicidad de los Estados Unidos controlaban dos tercios de 135 agencias de publicidad estudiadas, que operaban en esos 46 países.

Decenas de miles de empleados de la publicidad de los Estados Unidos en el extranjero no sólo se dedican a la producción y distribución de anuncios de publicitarios. Imponen a los países en desarrollo un amplio abanico de “servicios”; estudian el estado de la opinión pública por medio de cuestionarios y forman corrientes de opinión a través de la prensa local y los numerosos servicios para “contactos” con la opinión pública, consultan a los empresarios locales y los órganos estatales de planificación, cumplen encargos de procesamiento por computadoras de datos sobre el desarrollo de la economía nacional, etc.

El capital extranjero toma bajo su tutela los sistemas nacionales de radio y televisión en los países en desarrollo, facilitándoles anuncios publicitarios bien pagados. De este modo la radio, y la TV se convierten en empresas rentables, pero al mismo tiempo, pierden las funciones de servicios nacionales por verse sometidos a una dependencia comercial y política de los monopolios extranjeros.

Los gastos del capital extranjero para medidas tendientes a la correspondiente “mentalización” ya que ese es el propósito de la publicidad, en los países en desarrollo se puede comparar con los presupuestos del Estado para la Instrucción.

VALORES DE LA SOCIEDAD DE CONSUMO

Los valores y las ideas de la “sociedad de consumo”, plasmadas en los programas de información, publicidad y distracción del capitalismo contradicen los intereses y objetivos básicos de los países en desarrollo. Mientras que los países “tercermundistas” deberían movilizar todos sus recursos y llevar a cabo una eficaz política nacional para desarrollar los valores que constituyen la condición del progreso en la actualidad, para divulgar la experiencia nacional, elevar el papel de las fuerzas productivas y conformar una atmósfera de entusiasmo laboral y solidaridad, los medios de comunicación capitalistas proponen programas tendientes a ampliar el consumo de mercancías de los países capitalistas, atizar el egoísmo y el individualismo, la apología del dinero y de la “vida dulce”.
El potencial económico de las multinacionales, que operan en los países en desarrollo, contribuye, en fin de cuentas a la rápida propagación de un mal social muy peligroso: la enfermedad del consumismo que proviene de la sed de adquisición.
El “imperialismo de la información” lleva ese nombre porque el contenido de la información y de la cultura propagada por esos monopolios encierra un carácter imperialista, está orientado a preservar las posiciones políticas, económicas y culturales del imperialismo en el mundo contemporáneo. Ese contenido se reduce, dicho en pocas palabras, al propósito de imponer a otros pueblos el régimen capitalista y la ideología burguesa de calumniar al socialismo, a la teoría marxista leninista y al movimiento revolucionario en el mundo entero, a los intentos de arrastrar a los pueblos y Estados al cauce de la política exterior imperialista.

AMERICA LATINA LA GRAN DESCONOCIDA


Los países en desarrollo afloran en el torrente de informaciones de las grandes agencias de noticias capitalistas sólo cuando se trata de catástrofes o siniestros, de la agudización de la situación política interna o de sucesos que ofrezcan la posibilidad de burlarse de ellos o presentarlos como bárbaros.
De este modo crean la imagen de los países en vía de desarrollo que, presuntamente, son incapaces de poder existir independientemente. El escritor Mankekar escribe que esta información lesiona directamente el prestigio de los países en desarrollo. Al mismo tiempo casi no aparecen materiales sobre la lucha de liberación nacional de los pueblos de Asia, Africa y América Latina, sobre sus transformaciones socioeconómicas y culturales.

Un cuadro similar se observa en la mayoría de los países en desarrollo. Los mismos periódicos latinoamericanos silencian los acontecimientos realmente importantes acaecidos en la vida del continente y publican en su lugar reportajes sobre la inauguración de la exposición de fotografías de las reinas y primeras damas de los países capitalistas. Los habitantes colombianos conocen los sangrientos asesinatos de los “paramilitares” en Colombia, pero las agencias de noticias internacionales los silencian y solo hablan acusando a los insurgentes de crueles asesinatos.

Es grande el daño al público que saborea la violencia y los crímenes comunes. Se ha calculado que entre los cinco temas principales de las informaciones de la UPI, se encuentran en primer lugar las relativas a crímenes 9,5% del total de la información, frente al 10 por ciento dedicadas a problemas internacionales, la agencia Reuter dedica a este tema 14% del espacio y la France Presse el 8.8%.

Donde más abiertamente se revela el carácter imperialista y reaccionario de la propaganda burguesa capitalista es cuando hablan de los movimientos de liberación nacional y de los procesos revolucionarios de los países en Asia, Africa y América Latina.
Verdaderos “modelos” de falsificación, bajeza, hipocresía ha montado la propaganda imperialista en los últimos tiempos sobre los sucesos de Irak, Afganistán, Cuba y Venezuela.

“El ladrón prefiere un mercado bullicioso” dice un proverbio iraní. Y creemos que expresa con bastante exactitud la política norteamericana con relación a Irak, bajo la cortina de humo de la intencionada bulla propagandística privar al pueblo iraquí de su derecho a la soberanía y a un futuro mejor.

LA HERENCIA DEL IMPERIALISMO


Según datos de la UNESCO, los países de Asia, Africa y América Latina cuentan solamente con un 25 por ciento de todas las emisoras de radio que hay en el mundo y aproximadamente el cinco por ciento de estudios de televisión.
Menos del 25% de los libros editados y menos del 18 por ciento de salas de cine. Una gran cantidad de países en desarrollo carecen de agencias informativas y de emisoras de televisión propias.
El conocido investigador latinoamericano Juan Somavia publicó hace varios años el siguiente análisis de la proporción de las informaciones recibidas de las distintas regiones del mundo dentro del torrente de noticias de una de las mayores agencias la United Press Internacional, las informaciones de América del Norte totalizaban el 71 por ciento, de Europa el 9,6 por ciento, de Asia el 5,9 por ciento, de América Latina el 3,2 por ciento, del Cercano Oriente el 3 por ciento, de África el 1,8 por ciento. Es una radiografía bastante elocuente de lo que llamamos “imperialismo de la información” relativa a los Estados Unidos en el volumen de noticias de la UPI supera 40 veces las informaciones sobre todo el continente africano que cuenta con cerca de medio centenar de Estados.

LOS PAÍSES EN DESARROLLO Y EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL DE LA INFROMACIÓN

La Liberación y el desarrollo de los medios nacionales de comunicación, señalaba la Declaración política de la UNESCO de finales de los años sesenta, constituye un componente de la lucha general por la independencia política, económica y social para la mayoría de los pueblos del mundo que no deben verse privados del derecho a informar y ser informados objetiva y correctamente.
El nuevo orden internacional de la información y de los medios de comunicación masiva tiene una importancia tan vital como el nuevo orden internacional económico.
Esta posición fue corroborada nuevamente en la VI Conferencia de Jefes de Estados y Gobiernos de los países No Alineados celebrada en La Habana en 1979.
La concepción del nuevo orden de la información tal como se va perfilando en los diversos documentos de los No Alineados iba ligada estrechamente a dos otras concepciones claves, la descolonización y el desarrollo.

El término “nuevo orden internacional de la información” requiere una explicación. Porque no se trata simplemente de cambiar el orden internacional existente en el terreno de la información por uno nuevo. El sistema internacional de información y comunicación sigue estando en proceso de formación, pero ya hoy mucho de lo que existe en esa esfera es reconocido de antemano como inservible por frenar el desarrollo democrático de las relaciones internacionales. En la nueva dirección del orden internacional de la Información se reconoce el enorme esfuerzo que se viene realizando desde el Gobierno bolivariano de Venezuela.
Si técnicamente es posible realizar la transmisión simultánea de la información para todo el mundo y la creación de un sistema mundial de comunicaciones es algo muy real, la distribución de los torrentes de información entre grupos de países y regiones y la utilización práctica del potencial de la comunicación distan mucho de la posibilidad de hablar de que existe un orden elemental en el sentido positivo y constructivo de la palabra.

LA RUIDOSA CAMPAÑA DE LA DERECHA


La campaña propagandística de la derecha ya ha sido desplegada en todo el mundo en torno a la discusión sobre un nuevo orden de la información internacional. En particular se afirma nuevamente que presuntamente se persigue el objetivo por parte del gobierno venezolano de someter a los órganos de información a “control” por parte de los gobiernos de establecer la censura y coartar la libertad de prensa.
Nada de lo que se haga por parte del gobierno venezolano del Presidente Hugo Chavez complacerá a los “monopolios de la prensa”.
El llamamiento que hace TELESUR o ahora Radio SUR para aprovechar el potencial de los medios de comunicación con fines de la paz, la condena al guerrerismo, la necesidad de unificar a los países en desarrollo para crear sus propios sistemas de comunicación, la concepción de responsabilidad de los Estados, órganos de información y periodistas por las informaciones difundidas etc.

Por estas razones, los problemas de ayuda práctica, material y financiera a los países en desarrollo estuvieron invariablemente en el centro de atención de los anteriores intentos por crear un “nuevo orden internacional de la información”.
Entre los años 1981 y 1982 Después de tres secciones el centro de atención del Consejo Intergubernamental del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación PIDC se obtuvieron las donaciones de los Estados miembros para el fondo del PIDC que fueron más de 4 millones de dólares.
En esa oportunidad fueron seleccionados y aprobados los proyectos de creación de agencias telegráficas nacionales de escuelas de periodismo, etc a las que el PIDC proporcionó ayuda financiera.
La ex Unión Soviética respaldó los objetivos y al actividad del Programa Internacional para el Desarrollo de la Comunicación y también donó fondos de alrededor de 670 mil dólares y concedió 50 becas al año para preparar periodistas y otros especialistas de comunicaciones masivas de los países en desarrollo.
¿Pero que ha quedado de todo aquel esfuerzo?, posiblemente lo mismo de lo que podamos saber en la actualidad.

Hace falta a nuestro modesto entender volver a estudiar profundamente la financiación y ayuda para seguir impulsando “la creación de un nuevo orden de la información internacional”.
Tanto proyectos personales como muchas veces los de los gobiernos de los países en vías de desarrollo parten de buenas intenciones, pero generalmente terminan en la nada una vez que se han gastado los recursos producto de la ayuda exterior.

Sin que signifique una garantía de éxito futuro igualmente valdría tener en cuenta las experiencias acumuladas y cierto grado de presencia en la actividad de la comunicación.
Muchas veces se parte de una idea adecuada a las necesidades del contribuyente, pero no existe ninguna base real, material y espiritual que permita prever de un rumbo más o menos objetivamente con posibilidades de desarrollo propio futuro.

Un proyecto relacionado con los medios de comunicación pensado desde cero supone grandes inversiones de recursos y parte del beneficio de otros esfuerzos externos.
Más vale un comienzo de la nada a lo poco y de lo poco a lo mucho y esta experiencia es la que existe en muchos emprendimientos que subsisten en la actualidad a duras penas pero con recursos propios.

LOS QUE SE OPONEN
A CUALQUIER PROYECTO INDEPENDIENTE

Los capitalistas y las grandes transnacionales declaran su disposición de apoyar la concepción de la derecha de “torrente libre de información” y se esfuerzan al buen tratamiento de periodistas de países en desarrollo al estilo norteamericano europeo invitándolos por decenas a los Estados Unidos y Europa a toda suerte de cursos y reuniones.

Al nuevo orden internacional de la información se le opuso desde un primer momento el “orden global de la información”, no es la actitud de Venezuela en relación a intentar un nuevo orden de la información el problema, pues el problema se refleja de hecho en un hondo sentido político.
La palabra “nuevo” demuestra que los apologistas del imperialismo de la información no desean en absoluto abandonar sus posiciones de renunciar al “orden” que han creado, que no responde a la situación y necesidades reales en el mundo.
Ellos suelen sustituir la palabra “internacional” por la voz “global” que es la que significa ese orden imperialista.

Un orden que concede a los monopolios de la información de las potencias capitalistas el derecho a divulgar su producción a escala global, sin contar con las fronteras ni con los interese de otros países.
La base de la opinión de los burgueses cuando hablan de “libertad de prensa” de la información se asienta en el “pluralismo” esto es en la existencia de numerosos medios de información masiva que presuntamente, reflejen diversos puntos de vista y cuenten con el derecho de encontrarse en la oposición de sus gobiernos, en segundo lugar en la independencia financiera de esos medios, la cual supuestamente será cubierta con los beneficios de los anuncios publicitarios, en tercer lugar en el deber profesional del periodista de “buscar la verdad”.

Estas son las piedras angulares de esa concepción del “orden informativo” que son la repetición del ABC del viejo programa imperialista de establecer su dominio sobre los canales internacionales de información bajo las falsas consignas de “libertad”, “pluralismo” etc.
De modo que contra la idea del “nuevo orden internacional de la información” se llevó a cabo desde un comienzo una amplia y activa lucha, tanto en el terreno práctico como en el teórico. Esa lucha será larga y tenaz. Y si somos conscientes de las enormes fuerzas que lanza el imperialismo a ese frente de las comunicaciones y la información ¿significa que debemos ser pesimistas en cuanto a los resultados de la lucha?
En nuestra experiencia propia nos basamos para afirmar que sigue siendo valido el proyecto de crear un nuevo orden internacional de la información, partiendo de muchas experiencias por separado, alternativas al ordenamiento global de los estados capitalistas.

En estos momentos debemos ser conscientes que en nuestro continente contra ningún país, con la excepción de Cuba funciona un aparato tan enorme del “imperialismo de la información” como contra Venezuela.
Centenares de organizaciones propagandísticas y subversivas operan contra Cuba y Venezuela, emisoras de radio como la mal llamada Radio Martí hostiles a la revolución cubana y anticomunista y también televisión Martí.
El imperialismo lleva a cabo contra Cuba y Venezuela una gran “guerra sicológica” que no cesa y por el contrario aumenta constantemente.

Este aspecto del imperialismo de la información no se puede olvidar, pese a que no existan más la ex Unión Soviética y el campo socialista.
Sería una ilusión considerar que se podría vencer la expansión informativa del imperialismo en América Latina, mientras perdure la “guerra sicológica” del imperialismo contra los países socialistas.
Cada vez más son las personas que comprenden que el empeño de la propaganda reaccionaria e imperialista de frenar y hacer fracasar el proceso de paz e impulsar la carrera armamentista golpea directamente a los países en desarrollo.

Ahora se desprende la conclusión de que la lucha contra la propaganda imperialista reaccionaria, la teoría y la práctica del imperialismo de la información por la reestructuración de los intercambios informativos sobre los principios de coexistencia pacífica, el reconocimiento de la soberanía y la igualdad de los Estados, es una lucha que los grupos sociales y políticos en los países en desarrollo deben librar en común y coordinadamente.

Lo cierto es que opinamos que en los países en desarrollo muchos de los elementos del nuevo orden de la información por lo cual debemos luchar hoy los pueblos en América Latina ya existen en parte y en la práctica funcionan con determinado éxito. Pero muchas veces por separado su impacto social es muy limitado y poco exitoso.

NUESTRA EXPERIENCIA DURANTE EL GOLPE DE ESTADO MEDIATICO EN VENEZUELA

Cuando los sectores empresariales con apoyo exterior dieron el golpe de Estado contra el Gobierno de Hugo Chavez en Venezuela nos sorprendió el hecho en un momento que no estabamos siguiendo los acontecimientos del proceso venezolano de cerca.
Por lo que debimos intentar todas las formas de comunicación posibles como manera de mantener a la audiencia informada y denunciar la presencia de la mano imperialista en los acontecimientos.
Nuestra estrategia consistió en aquellos días en sacar de la escasa información y abundante desinformación, los elementos que considerábamos de interés para mantener la audiencia relativamente informada eso desde el punto de vista de la agitación, y en cuanto a la información pusimos el énfasis en el análisis político partiendo de la base de los elementos ideológicos antiimperialistas.
Transmitimos durante dos días seguidos con sus respectivas noches hasta que el Presidente Chavez fue liberado.
Demás está decir que el resto de la gran prensa nacional silenció los hechos dándole destaque el comienzo y el final solamente.

LAS ESCUELAS DE PERIODISMO ACTUALES

Los periodistas son formados masivamente en la actualidad a través de tres Universidades una pública y dos privadas. La Universidad de la República, la ORT vinculada a intereses Israelitas y la Católica de influencia de la familia Peirano, del Opus Dei. Muchos de sus integrantes detenidos en la actualidad bajo la acusación de delitos económicos.
Todas estas escuelas se esfuerzan en formar periodistas bajos las mismas reglas capitalistas del apoliticismo, la imparcialidad, y objetividad periodística.
Muchos de estos jóvenes periodistas egresados de la las Universidades uruguayas de periodismo, son tomados por los grandes medios de comunicación con salarios varias veces menores que los de los periodistas con experiencia.

En Nuestro país no quedan prácticamente periodistas formados en la practica vocacional.
También han desaparecido poco a poco los periodistas formados en la militancia de los medios de comunicación partidarios de las fuerzas de izquierda.

La mayoría de las fuerzas políticas de izquierda han perdido sus medios de comunicación diarios, semanarios y radios.
Nos referimos al MLN y el Partido Comunista, el Partido Socialista por su parte siempre sostuvo la tesis de que no era necesario poseer medios de comunicación propios y que era mejor utilizar los de la burguesía en los cuales se debían conseguir espacios.

NUESTRA EXPERIENCIA EN CUANTO A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Nuestra prensa es partidaria, no lo oculta ni intenta aparecer como otra cosa.
Surge desde la cárcel y se amplifica en el exilio y luego a la vuelta a la democracia.
Hemos tratado de completar todo él circulo informativo a partir de los medios propios.
Desde la formación de los periodistas partiendo de la experiencia de tres o cuatro personas formadas en medios que pertenecieron anteriormente a los órganos de izquierda cerrados y mayoritariamente en militantes jóvenes de nuestra organización.
En el momento actual poseemos nuestra propia rotativa, una imprenta, un diario, una radio AM que llega hasta la mitad del territorio y a unas tres cuartas partes de la población del país.
Contribuimos con nuestro compromiso y tarea comunicativa al triunfo del Gobierno Progresista del Frente Amplio.
De todas maneras nuestra independencia económica nos ha permitido mantener nuestra independencia política y al no compartir los plazos y tiempos así como el rumbo con que el gobierno se ha desempeñado hasta ahora, en la actualidad mantenemos una actitud crítica de su gestión.

ASPECTOS Y DIFICULTADES ECONOMICAS

En nuestro caso al tener que pagar salarios, impuestos y aportes al gobierno además de los gastos de tarifas y de funcionamiento atravesamos en la actualidad una serie de dificultades graves en materia financiera.
Por eso nos hemos visto en la necesidad de inventar otras formas de financiamiento de la gestión de los medios de comunicación.
Hace un año inauguramos una Fonoplatea donde se exhiben películas y se llevan cantores populares.
También se requiere a la audiencia colaboraciones puntuales para el pago de la electricidad y el teléfono.

LA EXPERIENCIA DE ALGUNSO ESFUERZOS POR DIFUNDIR OTRAS EXPERIENCIAS (TELESUR)

Lamentablemente TELESUR prácticamente no es vista en nuestro país a pesar de existir un convenio con la Televisión Nacional, Canal 5. La derecha política protesto airadamente en el parlamento por la supuesta intromisión ideológica de la Revolución Bolivariana en nuestro país y para ello inclusive utilizaron la primer propaganda donde aparecía Manuel Marulanda el líder de las FARC y una canción brasileña de titulo “Tieta” aduciendo que hacía propaganda a la ETA.
Por lo que el perfil de TELESUR es nuestro país es muy limitado a aspectos culturales, y a otros históricos como la “entrada de Fidel y los barbudos a La habana”. Sin embargo no se transmiten los procesos de liberación actuales, nada que tenga que ver con la guerra en Irak, los discursos de los principales líderes latinoamericanos como Evo Morales, o Correa tampoco un solo Aló Presidente.
Por esta razón nos hemos visto en la obligación de transmitir cada dos o tres días cada “Aló Presidente” a veces íntegro cuando accedemos a la totalidad de la intervención en otras la media hora que se sintetiza en Radio Nacional de Venezuela.

SE NECESITA UN PROYECTO QUE REFLEJE EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL DE LA COMUNICACIÓN.

Un proyecto ajeno a los intereses económicos de las grandes transnacionales, de los acuerdos de los gobiernos de América Latina que ponen límites a posterior sobre los aspectos de la información y la comunicación. Un proyecto libre de presiones políticas e ideológicas que provengan del poder industrial, la socialdemocracia, la internacional democristiana, o los intereses económicos de determinados sectores.
Ya no quedan espacios para quienes aplauden el rumbo socialista de Venezuela y someten a sus pueblos al neoliberalismo, el capital financiero y las grandes transnacionales.
No es prudente a nuestro entender seguir volcando esfuerzos, recursos y sobre todo esperanzas en proyectos que a la larga o a la corta terminan sirviendo a la derecha y al imperialismo.

No somos nadie ni hemos construido nada por el momento, veremos cuando tengamos la oportunidad si es que llega algún día.
Pero no por ello nos quita el derecho a opinar sobre quienes si tienen en Uruguay todo el poder político para llevar a cabo una obra igual o parecida a la del Presidente Hugo Chavez y su gobierno de liberación nacional y hacia el socialismo.
Se nos dice que Venezuela tiene petróleo y nosotros no.
Sin embargo esta declarado y publicado por este gobierno que se han pagado al Fondo Monetario Internacional más de tres mil millones de dólares y que nos hemos endeudado en otros seis millones.
Mientras los salarios de los obreros que tienen la suerte de conseguir trabajo rinde cada día menos, la fortuna del Presidente Tabaré Vázquez y del Vicepresidente Nin Novoa se incremento al doble y al triple según sus propias declaraciones juradas.

Debemos impulsar a nuestro humilde entender un Proyecto Informativo que vaya desde el Río de la Plata hasta el Río Bravo en serio, no para complacer proyectos individuales y compromisos de Cumbres de mandatarios sino para satisfacción de las necesidades de nuestros pueblos en materia de alimento espiritual.
Un Proyecto cuyos resultados ya estén a la vista y no haga falta esperar resultados futuros a largo plazo y donde los recursos no sean dilapidados inutilmente.

Lo decimos con todo respeto pero con enorme sinceridad, en por lo menos treinta y cinco años de experiencia en la búsqueda de sostener estos medios de comunicación alternativos hemos visto mucha cosa y a muchos comunicadores que hoy los vemos en los grandes medios de comunicación burguesa.
Hemos visto demasiados hombres, ahora convertidos en “pensadores” al servicio de los “tesoreros”.

De cualquier manera el desafío sigue siendo válido y hermoso cada uno tendrá su posición al respecto y contará con su propia idea hacia el futuro, sobre el cual nosotros adelantamos nuestro deseo y compromiso de participar como lo hemos hecho siempre.
Tomado de CX36

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