Axel Kicillof presentó esta semana el libro “El Maestro, el humanismo del Papa Francisco”. En palabras del gobernador bonaerense, el texto no se trata solamente de un homenaje, “sino de la decisión de una política educativa”. Presentó el libro como un rechazo al ajuste educativo –que él mismo ejecuta en Buenos Aires– y utilizó palabras de Bergoglio para hacer demagogia electoral en la crítica a Milei sobre su ataque en regla que destruye a la educación pública. El material fue elaborado por la Dirección General de Cultura y Educación, el cura José Pepe di Paola y Adriana Puigróss, exministra bonaerense.
Kicillof se jacta de que, en materia de educación en la provincia de Buenos Aires, la ESI se encuentra establecida como un derecho, aunque no existen materialmente los recursos para que esto se traslade a la realidad. Los docentes bonaerenses venimos desarrollando una sistemática lucha en defensa de nuestros salarios y por el presupuesto educativo frente a la crisis edilicia, la falta de alimentos, nuestras condiciones de trabajo y herramientas pedagógicas en el marco de una crisis social y económica que se recrudece todos los días.
Solo para colocar un ejemplo, según el Anuario 2024 de gestión de la Provincia de Buenos Aires, en los últimos cinco años se construyeron apenas 2 escuelas promedio por distrito. En lo que respecta a nuestros salarios, luego de la última paritaria, con el sueldo de agosto un maestro de grado sin antigüedad cobrará $670 mil, cuando la línea de pobreza supera el $1.200.000. El ajuste de Milei se aplica perfectamente de la mano gobernador peronista en la provincia.
Pero puntualmente y a lo que esta presentación se refiere, tiene que ver con una política de carácter reaccionaria. Es el peronismo el que sostiene las relaciones entre las Iglesias y el Estado y por lo tanto el que bloquea la implementación de la ESI laica. Son conocidos y sólidos los lazos del peronismo con las iglesias, al punto que donde mientras promulgan ser la provincia que ejecuta la llamada “semana de la ESI” en las escuelas, contienen en el calendario escolar del portal ABC días religiosos, como el de la Virgen de Luján, o implementan Secretarías de Culto a las iglesias evangélicas (como hizo Magario en La Matanza). Las capacitaciones en ESI para los docentes son casi nulas, sin obligatoriedad y de carácter reducido.
La presentación de un libro promovido por el Estado y la Iglesia católica en un contexto nacional donde el gobierno de Milei se identifica de manera directa con los sectores más reaccionarios de la sociedad, coloca al gobernador Axel Kicillof en el terreno de los liberfachos y atacando deliberadamente a la ESI usando como fachada el humanismo clerical, mientras pasa el ajuste. El progresismo bonaerense promulga homenajes a Bergoglio para distribuir en las escuelas como material de enseñanza, de quien fuera en vida uno de los máximos encubridores de curas pedófilos y acallador de las víctimas sobrevivientes que hasta el día de hoy no encuentran reparación alguna. El papel del Arzobispado platense cuenta con larga trayectoria en materia de abusos eclesiásticos, los más conocidos: Eduardo Lorenzo y Raúl Sidders.
La pelea contra el oscurantismo clerical y por la separación definitiva de la Iglesia y el Estado continúa vigente no solo por el cuadro de descomposición social y la política reaccionaria que defienden quienes se postulan como salida a la crisis. La defensa de la educación pública y la ESI pasa por enfrentar a los responsables de la debacle educativa y a quienes buscan destruir la educación pública. Todas las avanzadas reaccionarias vienen prosperando tras años de ajuste y ataques sobre las espaldas de los laburantes por parte de los que nos gobernaron todas estas décadas.
Entre esas peleas, tenemos una oportunidad frente a las elecciones provinciales del 7 de octubre, reforzando la pelea en defensa de la educación pública, los salarios y la ESI laica y científica con el voto al Frente de Izquierda Unidad.
Rocío García
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