Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
miércoles, noviembre 07, 2012
La Revolución de Octubre y el fin de la Bipolaridad
Ni la conquista del Cosmos pudo evitar la reconstrucción de la esclavitud del Capital.
El Hambre, la Miseria y el Desempleo que alientan el descontento mundial, evoca-demandan su presencia en este 95 Aniversario del gran acontecimiento en Rusia
Por estos días está cumpliendo su 95 Aniversario la Gran Revolución Socialista de Octubre, trascendental acontecimiento —fue el 25 de octubre o el 7 de noviembre de 1917, según el calendario de referencia— devenido Poder Político de las masas populares de Rusia con el liderazgo de Vladimir Ilich Lenin al frente del Partido Bolchevique.
Bien se conoce que se trata del suceso que llevó al pueblo en el antiguo imperio zarista a iniciar la edificación de una sociedad carente de la explotación al género humano; al tiempo que paulatinamente se empeñaban en construir la dignidad, la equidad, la fraternidad y la felicidad de las personas.
Nunca me cansaré de resaltar cómo cada vez más fruto de la Revolución de Octubre se satisfizo más-menos racionalmente las necesidades materiales y espirituales de los pueblos que conformaron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS, 1922).
Tampoco, cómo ella fue capaz de desplazar a Estados Unidos y colocar al primer hombre en el espacio cósmico; mientras que extendió la mano internacionalistas a múltiples desposeídos de diversas latitudes —aspecto que muy bien sabemos en Cuba.
Especialmente, recuerdo cómo producto de su obra las pretensiones fascistas no se hicieran realidad con la Segunda Guerra Mundial (1939 a 1945); sin descartar toda una hazaña, muy a pesar de obstáculos: la paridad militar Moscú-Washington que provocó que la correlación mundial de fuerzas llegaría a inclinarse a favor del progreso, evitando así el desencadenamiento de efectos trágicos e incalculables para la Humanidad.
A mi remembranza también llega cómo el destacado economista inglés John M. Keynes se sintió atraído por las profundas transformaciones que se realizaban en la URSS en la década del 30 de la pasada centuria, aspecto sobre el que existe constancia en su “Alocución sobre el libro Soviet Communism” (ver: Ralph Raico. Keynes y los rojos. www.liberalismo.org).
Sin embargo, la traición a los postulados fundamentales del marxismo-leninismo en última instancia provocó el derrumbe de lo iniciado por Lenin.
¿Acaso es incierto que en la URSS y “anexos” se edificaba la vuelta a la esclavitud del Capital, a partir del desmontaje de los valores que hasta allí se habían enarbolados, de la apología a las cosas buenas que pudiera exhibir el capitalismo —incluido la crítica desmedida a los errores cometidos en el socialismo— y de la Perestroika y la Glasnost?
Así terminó la denominada Bipolaridad en las Relaciones Políticas Internacionales y, en su lugar, se impuso una Unipolaridad Made in USA, desmedidamente aplaudida en prácticamente todas las casas de la mayoría de los terrícolas. Mas, la realidad siempre revela dónde está la razón.
Por obra y gracias a los vientos que soplaron luego que Moscú creyó en lágrimas, la tragedia ha quedado representada por una suerte de Caballo a galope.
A esta altura, comparto la siguiente idea expresada por Susana Hernández en Hambre, miseria y desempleo alientan el descontento mundial, a saber:
Las voces de la desesperación no se acallan. “No es una crisis, es una estafa”; “Si no hay solución, habrá revolución”; “El próximo desempleado que sea un diputado”; “Menos policía, más educación“; “El pueblo unido jamás será vencido”, son las consignas que, a una sola voz, millones de personas exclaman ante los recortes de empleos, las alza de impuestos y la falta de recursos que les permita afrontar la actual crisis económica mundial, la cual, esencialmente, ha favorecido el poder financiero y especulativo de los bancos.
Ante las lacerantes medidas de austeridad que proponen los gobernantes, personas de todas las edades, sexo y clases sociales, con empleo o sin él; profesores, estudiantes, padres de familia, intelectuales, periodistas, actores y jubilados —unidos por pagar las consecuencias del voraz poder político y financiero— toman las calles en reclamo de un urgente cambio político, económico y social.
En pleno siglo XXI, la realidad indiscutiblemente ha sobrepasado cualquier teoría y paliativo económicos. El mundo se enfrenta a la amenaza de un terrible escenario de hambre masiva. Los precios de los alimentos básicos, como el maíz, el arroz y el trigo, se han cuadruplicado en la última década.
Apenas deseo agregar que en ocasión del Día Mundial de Rechazo a la Miseria, el Comité internacional 17 de Octubre emitió un Mensaje que manifiesta:
Cada día a lo largo de sus vidas, muchas personas que viven la pobreza extrema se ven confrontadas y amenazadas por la falta de comida, la falta de vivienda o por no tener acceso a los servicios de base. La mayor parte de las veces viven en ambientes precarios, degradados y sin seguridad. Y cuando tienen la suerte de encontrar un empleo, tienen que soportar muchas horas al día realizando trabajos mal pagados, precarios, muchas veces en condiciones laborales peligrosas.
¿Acaso es incierto que estas citas reflejan las consecuencias de las Relaciones de Producción donde predomina el Capitalismo, tal como es hoy día?
Por tanto, la ecuación está muy clara: el fin de la Bipolaridad evoca/demanda la presencia de la Gran Revolución Socialista de Octubre en su 95 Aniversario.
Noel Manzanares Blanco
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