Carta 77
Un manifiesto escrito en Checoslovaquia que bajo un sentido cívico, escondía una declaración pro capitalista y del que era portavoz el futuro presidente de la Republica Checa, Vaclav Havel, neoliberal práctico y amigo entre otros de José María Aznar o del opositor ultraderechista cubano Carlos Alberto Montaner, referencia de la fundación derechista FAES o de la Internacional Liberal.
Havel cuando fue máxima autoridad política en Praga jamás defendió los derechos de los trabajadores, privatizo servicios públicos y encuadro a su país en la Otan, jamás salió en protección del movimiento anti-globalización al que persiguió y reprimió en la capital Checa en el año 2000.
El 22 de Octubre de 1979, el PCE emitía condena contra el estado Checoslovaco, por el juicio que tramitaba contra los redactores de la Carta77, mediante la comisión permanente del comité ejecutivo y en voz del histórico Santiago Álvarez. Resolución parecida cursaba el sindicato UGT.
Tal apoyo por parte del Partido Comunista no tuvo el filosofo Wolfang Harich, teórico del decrecimiento económico, precursor del ecosocialismo y que pretendía con sus escritos abrir una reflexión dentro de la Republica Democracita Alemana sobre una democratización de la misma desde el socialismo. Sancionado a cárcel y apartado de la vida académica, tras 1989 se incorporaría al Partido del Socialismo Democrático organizado de los restos del Partido Socialista Unificado de Alemania.
El 25 de Octubre persistiendo en el error, se presentaron en la embajada de Checoslovaquia, para ayudar al futuro halcón pro atlantista, dirigentes del PCE, junto con un antiguo ex Fernando Claudín, los militantes del PSOE, Ignacio Sotelo y José María Maravall, el miembro del PTE, Ricardo Guelvenzu y Jaime Pastor de la Liga Comunista Revolucionaria. Que acompañaban a la historiadora María Ruiperez en ese momento representante de la Plataforma española de apoyo a la Carta77, el embajador Checo no les recibió. La justicia de ese estado centroeuropeo fallo contra los seis firmantes de la misiva por actividades contra el gobierno socialista.
En Septiembre del 2000 dos militantes de Izquierda Unida, junto a otros 500 del movimiento altermundista fueron detenidos en Praga en las manifestaciones contra el Fondo Monetario Internacional en esa ciudad. El señor Vaclav Havel entonces no amparo el derecho a opinar, ni el de discrepancia, envió a la policía antidisturbios y lleno las cárceles de activistas que se adelantaban en su análisis a lo que iba a ser la actual crisis social y económica y sus consecuencias para la ecología del planeta y los trabajadores.
Elecciones de 1977
Tras conseguir su legalización y admitir la ley electoral de D´Hont, concurrió a esas elecciones, percatado que partidos como Izquierda Republicana, Acción Republicana Democrática de España o el Partido del Trabajo de España, estaban fuera de la ley.
El hecho más bochornoso de ello, es el día de la sesión inaugural de la legislatura, en donde a las puertas del congreso de los diputados se concentran un centenar de militantes de partidos ilegalizados que son rodeados por antidisturbios. Protestaban por la medida de ilegalización todavía de ciertos partidos de la izquierda (Ninguno de derechas) En ella un grupo de militantes del PSOE intentaron hacer acto de presencia y sacar banderas de su organización que la policía impidió, pero ningún miembro del PCE se persono a dar aval político a la petición. En la reunión fue detenido el dirigente de la Liga Comunista Revolucionaria, Jaime Pastor y enviado a la Dirección General de Seguridad. La LCR si respaldo la legalidad de por ejemplo partidos de la izquierda republicana como el citado Acción Republicana Democrática de España, divulgado campaña propia a favor de esta “amnistía” legal para estas organizaciones anticapitalistas o por la III Republica.
Abandono de la Republica
Un rápido y personalista Comité Central del PCE, un 14 de Abril de 1977, hace propia la bandera Borbónica con solo 11 abstenciones de los asistentes y ningún voto en contra.
Durante la campaña electoral siguiente, la bicolor monárquica y Franquista ondea junto a la del Partido Comunista de España en los mítines. La ORT bajo las siglas sufragistas que le deja que use el ministro Martin Villa de (y no las suyas), Agrupación Electoral de Trabajadores, habla en sus actos para la urna de la Republica democrática, lo mismo que hace el Frente por la Unidad de los Trabajadores compuesto por la LCR, la OIC y el POUM. Oportunistamente como se verá años posteriores el PSOE de Felipe González también usara y hará reseña a la República.
El Antifascismo
El caso del asesinato del trabajador de CASA y miembro del movimiento vecinal de Orcasitas Arturo Parejo en Mayo de 1980, asesinado por esbirros próximos a Fuerza Nueva, que dejo dos heridos más por parte del terrorismo ultraderechista, es uno de entre muchos de la violencia Franco-Nazi. Por estos sucesos el Movimiento Comunista de Euskadi, encadeno a doce de sus militantes en la Plaza del Arenal de Bilbao en muestra de solidaridad. La más activa fue la Liga Comunista Revolucionaria, que inicio unas jornadas de lucha antifascista y pidió unidad de las fuerzas de izquierda en un Comité Central Antifascista en Madrid. Propuesta que fue seguida por alguna movilización como una manifestación de duelo por la victima en donde se integro Ignacio Gallego por el PCE o Alonso Puerta por el PSOE y muy secundada, mediante un cortejo numeroso por las Juventudes Comunistas.
Tanto las direcciones del PCE y del PSOE fueron adormeciendo las movilizaciones y solo militantes del Partido Comunista de España de algunas agrupaciones como la de Carabanchel o unos pocos afiliados al sindicato anarcosindicalista CNT, asistieron a esas “Jornadas de lucha” lanzadas por la LCR.
Solo la UJCE mantendría un trabajo en ese campo político y uno de sus afiliados Andrés García en 1979 murió a manos de un grupo del Frente de la Juventud, escisión de las juventudes de Fuerza Nueva.
La mayor parte de la dirección del PCE quiso institucionalizar la lucha contra el terrorismo fascista y lo logro hasta adentrados los años noventa.
La liquidación de una generación de la Juventud Comunista
La UJCE había sido reconstituida en 1961 y elogio para su secretaria General a Agustín Gómez Huerta, que se posiciono contra la condena por parte del PCE de censurar la invasión del Pacto de Varsovia de Checoslovaquia en 1968 y fundaría el PCE (VIII-IX Congreso). Sustituyéndole años más tarde una responsable más dócil, Pilar Brabo, que en 1986 se integraría en el PSOE. Tras ella se darían de alta en el partido de Felipe González otros cuadros destacados de esta organización como Josep María Riera (Catalunya), Francisco Garrido (Andalucía),) Josep Palau o en la Red Verde de Ángel Requena, como Jesús Montero.
Algunos de sus dirigentes Madrileños, tomaron diferentes trayectorias, los principales Paco Arnau hoy todavía en el PCE, Julio Novillo CCOO o Carlos Sánchez Magallares en Izquierda Ecologista.
Ningún secretario General de la UJCE ocupo después responsabilidades en la Dirección del PCE a nivel estatal exceptuando muy coyunturalmente Enrique de Santiago que procedía de la CJC del PCPE. La mayoría busco refugio en la administración de los gobiernos del Partido Socialista Obrero Español (Carlos Carnero) y otros se encaminaron al sindicalismo (CCOO) o los movimientos sociales.
Santiago Carrillo se instalo en la Secretaria General del PCE desde 1960 a 1982, Gerardo Iglesias (Nacido en 1945) de 1982-88, Julio Anguita (Nacido en 1941) de 1988-98, Francisco Frutos (Nacido en 1939) de 1998 al 2008 y José Luis Centella en la actualidad, nacido en 1958. Con lo que la generación de jóvenes comunistas nacidas a partir del año 1960 (Y de eso hace ya 52 años) no han conseguido alcanzar ninguno de ellos la punta máxima del comité central del Partido Comunista y tampoco en IU, Cayo Lara es del año 1952.
La generación de jóvenes comunistas de los setenta fue taponada por sus camaradas mayores procedentes de la dos primeras décadas de la posguerra y no se produjo un relevo, sino un enquiste generacional en puestos de dirección.
Centrar su acción política en el PSOE
En las elecciones de 1979, Santiago Carrillo llamaba al PSOE a unirse al PCE por el bien de España, anticipándose a lo que será el debate dentro del Partido Comunista y de IU después, la relación electoral e institucional con el Partido Socialista.
En cambio, la LCR a través de Jaime Pastor defendía un “Gobierno socialista apoyado por los sindicatos obreros”, el PTE con Eladio García Castro manifestaba que el PSOE y la UCD eran la misma coherencia política y Álvarez Dorronsoro del MC-OIC titulaba de organizaciones contrarrevolucionarias al PCE-PSOE.
Los pactos de la Moncloa y la posterior estrategia de confluencia desde los Ayuntamientos con el PSOE por parte del PCE que muchos de sus dirigentes quisieron extender al estado y más tardíamente propusieron la unidad orgánica en la casa o causa común. Arrastraría al Partido Comunista de España a un desgaste entre bases y dirección por el asunto y la absorción y coaptación por el Felipismo de la totalidad de los cuadros de dirigentes de la ORT (Paca Sauquillo, San Román) el PTE (Pina López Gay) o la OIC (Didac Fábrega, Cándida Martínez) y la desaparición de la Izquierda Anticapitalista. Excepciones son las de Diego Cañamero (PTE), Jesús Albarracín y Jaime Pastor (LCR) o José Antonio Barroso (PTE).
La política de alianzas del PCE centrada en el PSOE a partir de 1979, le negó en un futuro poder mirar a su izquierda o a su espacio político y encontrarse con otras fuerzas y construir una alternativa socialista para el estado español, porque se había quedado prácticamente solo con la singularidad vasca para ello. Tesis que comprendieron en la década de los noventa dirigentes como Ángeles Maestro.
Eduardo Andradas
Investigador Histórico e poeta
http://elleteoenverso.blogspot.com.es/
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