Las dos centrales sindicales portuguesas (CGTP y UGT) convocaron a un paro general de 24 horas para el próximo jueves 11 de diciembre en rechazo a un proyecto de reforma laboral del gobierno de Luis Montenegro, que entre otros puntos, facilita y extiende la contratación precaria, establece un banco de horas individuales y habilita jornadas de hasta 10 horas sin pago de horas extra, y restringe el derecho a huelga.
El proyecto lleva por nombre “Trabajo XXI”, lo que muestra que el gobierno portugués apela al mismo discurso que Milei y la clase capitalista argentina: presentar como “modernización” lo que no es más que un brutal ataque sobre los derechos laborales.
Decenas de sindicatos del transporte, los servicios y la industria emitieron comunicados de adhesión a la medida de fuerza, lo que prefigura un importante paro general.
Para imponer su proyecto en el parlamento, Montenegro (de la derechista Alianza Democrática) aspira a reunir una mayoría junto a los fascistas de Chega!, que quedaron en segundo puesto en las elecciones de mayo.
A pesar del paro del 11, el secretario general de la UGT (central sindical históricamente ligada al Partido Socialista), Mario Mourao, aclaró que se mantiene abierto desde julio un canal de negociación con el gobierno portugués. En una entrevista con Jornal do Noticias (30/11), señaló que “las negociaciones deben acercar posiciones y debe haber concesiones por ambas partes (…) UGT no se rendirá y seguirá luchando para garantizar que el documento que llegue a la Asamblea de la República sea mucho mejor que el que está sobre la mesa hoy”. Esta línea de contemporización no debilita los propósitos del gobierno, sino que los favorece.
El paro en Portugal viene precedido por tres días consecutivos de paros en Bélgica, el último de ellos –miércoles 26- de carácter general, que habría contado con los niveles de adhesión más altos desde los años ’80. El movimiento obrero belga enfrenta una ofensiva ajustadora del gobierno derechista de Bart de Weber (miembro del N-VA, un partido derechista flamenco), que, mientras recorta el gasto social, aumenta el presupuesto militar, en sintonía con la resolución de la última cumbre de la Otan. Al igual que Milei-Sturzenegger, el gobierno belga impulsa su propia agenda de “reformas estructurales” que atacan derechos históricos de la población trabajadora.
También en Italia, los sindicatos combativos (como SI Cobas y la USB) pararon este 28 de noviembre y se movilizaron masivamente contra un presupuesto 2026 de rearme imperialista, y en apoyo al pueblo palestino.
El ajuste, la represión, la flexibilización laboral y el militarismo de los gobiernos capitalistas, se topan con la lucha de los trabajadores.
Gustavo Montenegro

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