martes, enero 24, 2012

El libro del Partido del Trabajo de España


Noticia de la obra coordinada por José Luís Martín Ramos, Pan, Trabajo y Libertad. Historia del Partido del Trabajo de España (El Viejo topo, Barcelona, 2011)

El PTE fue el partido de la izquierda radical más extenso e implantado en el estado Español. Se puede decir que, al igual que el PCE-PSUC ganaron la batalla de la recomposición de una base social militante (algo que no pudieron hacer ni CNT, ni el PSOE ni el POUM, por motivos diversos, pero sobre todo porque no llegaron a conectar con las nuevas generaciones de oposición antifranquista), el PTE, al tiempo que representó el sentir de izquierda de estas generaciones defraudadas ante la evolución política, de lo que se ha llamado con justicia “carrillismo”, y llegó a tener una fuerza social superior a los demás grupos radicales, inluyendo el más cercano, la ORT, el siguiente en importancia, y con el que acabó unificándose justo un momento histórico antes de desaparecer.
Dicha desaparición reflejó en un acto final la naturaleza de un partido que por abajo –por la militancia-, conoció un protagonismo y una expansión que le habría gustado al PSOE de 1975-1976, pero que por arriba estaba gobernando por un grupo que tenía todos los defectos de una casta dirigente inherente a la tradición comunista de filiación estaliniana que no permitió la menor discusión el as grandes decisiones…Su ascenso y su declive marcan dos tiempos muy diferentes en el orden nacional e internacional. En el primero, el PTE surge como una expresión destacada de la radicalización de la juventud a escala internacional, y desaparece después de ver pasar todos los trenes para lograr un espacio en el parlamento. Internacionalmente, su ascenso coincide con la mitificación de la “gran revolución cultural” en China, y su final, con la caída y deshonor de la llamada “banda de los cuatro”.
Para tratar del PE pues, hay que hacerlo tanto por arriba como por abajo, tanto a escala local como a nivel global….Hasta ahora se puede hablar de un gran boquete, parecía como sí nadie quisiera hablar del asunto, y un pasos muy importante para empezar a hacerlo fue la creación de la Asociación por la Memoria Histórica del Partido del Trabajo y de la joven Guyaqrdia Roja (www.pte-jgre.com), que está detrás de varias ediciones, y también de este libro que significa un salto cualitativo por su amplitud, su enfoque apoyado en la documentación y en las fuentes orales, es la obra coordinada por José Luís Martín Ramos, Pan, Trabajo y Libertad. Historia del Partido del Trabajo de España (El Viejo topo, Barcelona, 2011), y que incluye trabajos de otros autores como Marta Campoy, Manel Gracia y Ramón Franqueza, todos ellos estudiosos y antiguos militantes del partido. El libro ofrece una visión de conjunto sobre una experiencia que todavía resulta cercana, y que se desarrolla en un tiempo largo y agitado, y en una organización que conoce diversas etapas, y sobre la cual queda casi todo por hacer, desde tal o cual capítulo nacional, regional o local hasta los puramente personal, lo biográfico, un terreno en el que nos retrotrae al tardofranquismo…
. Des finales de los cincuenta hasta finales de los 68, tuvo la competencia del FLP (las “organización frente”: FLP, ESBA y FOC), situado en lo que entonces se llamaba la “nueva izquierda”, con una puesta al día de los debates que preocupan a la izquierda cultural. En la segunda mitad de la década comienza una radicalización de signo paralelo la conocida en Francia o Italia. Por entonces surgen la versiones hispanas muy paralelas a lo que pudo ser el “gauchisme” francés: maoístas, trotskistas y anarquistas con sus propias (y a veces mareantes) facciones y subfacciones en las que se reflejaba claramente el desconcierto de una generación Entre toda estas fracciones, la más influyente fue el PCE(i), luego PTE, vértice a su vez de una extensa red organizativa que comprendía también un sindicato (CSUT), las juventudes (JGR).
Con ocasión de las elecciones de junio de 1977, la capacidad de convocatoria del PTE ese mostró impresionante. Por ejemplo, se habla de un acto en Barcelona con una apreciación a la baja de un cuarto de millón de asistentes. El PTE fue pues el partido más perjudicado por la nefasta Ley d´Hont, pero aunque no llegó a tener ningún diputado propio, llegó contar con 889 cargos municipales y con 71 alcaldes, sobre todo en Andalucía donde le sobrevivió el SOC. Surgido en la primavera de 1967 como un cisma de izquierda en el “provincial” del PSUC (en un principio fue conocido como los del “Provincial”), permaneció vigente hasta principios de los años ochenta, cuando se puede decir que su líderes hicieron un harakiri que dejó hipotecada y desarmada a una militancia entregada que –sin el menor lugar a dudas- fue en todo ese tiempo, el capital más valioso de una organización enmarcada en la tradición comunista con todo lo que eso significa. Dicho harakiri fue simultáneo a la siguiente organización más importante, la ORT, con la que había logrado una unificación (partidaria y sindical) que no cumplió nada de lo que prometía.
Una vez desaparecido el PTE, y con él, casi toda la corriente que había descubierto la Biblia con el pensamiento Mao Tse-Tung, apenas si quedaron vestigios. La gente interesada tenía que buscar entre las librerías de segunda mano títulos como el inexcusable opúsculo de Carlos Trías Sagnier, ¿Qué son las organizaciones marxistas-leninistas? (La Gaya Ciencia, Barcelona, 1977), así como el estudio de José Manuel Roca, El proyecto radical. Auge y declive de la izquierda revolucionaria en España (1964-1992), pero sobre todo la investigación de Consuelo Laíz, La lucha final (ambos en Libros de la Catarata, Madrid, 1995). A título de curiosidad anotemos la existencia de una valiosa película Entre rojas (1995), dirigida por Azucena Rodríguez y protagonizada por Penélope Cruz, pero sobre todo las que encarnan Cristiana Marcos y María Pujalte.
En fechas más recientes, el que escribe ha podido tener en las manos trabajos como el artículo de José Antonio Errejón, El PTE, incluido en el “dossier” sobre “La izquierda contra el franquismo” de la revista Viento Sur 115/marzo 2011…La avocación por la memoria del partido ha publicado La lucha por la ruptura democrática en la Transición que reúne documentos, fotografías, y una serie de artículos: Transición y transiciones permanentes, por Ramón Adell Argilés; Los movimientos sociales, por Manel Gracia Luño ; El Partido del Trabajo de España, por Amador Rivera Pavón; La prensa del partido, por Antonio Bocanegra Martínez; La represión en la transición, por Alfredo Grimaldos Feito…Aquí habría que citar también el valioso trabajo de dos periodistas, Fernando Ruiz y Joaquín Romero que publicaron Los partidos marxistas. Sus dirigentes, sus programas (Anagrama, Barcelona, 1977), y que desde el presente adquiere una significación singular, por ejemplo leyendo lo que decía entonces Felipe González. Este libro contiene una entrevista a su principal dirigente Eladio García Castro, también conocido como Ramón Lobato y ofrece una buena muestra de unos fundamentos teóricos tan combativos como pobres, muy pobres, como correspondía a las corrientes que no habían roto con la tradición comunista estaliniana.
Lo he escaneado como una contribución a una historia que sin ser parte de ella, conocí y traté de una manera casi familiar.

Anexo extraído de Los partidos marxistas. Sus dirigentes, sus programas (Anagrama, Barcelona, 1977, páginas 150-165),

Eladio García Castro, más conocido como Ramón Lobato, nacía en Sevilla el 29 de marzo de 1944. Aparejador de profesión, i soltero, ha estado cinco años en la clandestinidad sin documentación personal, durante los cuales ha salido del país en dos ocasiones. Militante del PCE hasta 1969, participó en una escisión de la que nacería el PCE(i). Más tarde, y encabezando una de las subfracciones, contribuyó decisivamente en la funda¬ción del Partido del Trabajo de España (1973). Eladio García también usó durante algún tiempo el seu¬dónimo de Tomás, siendo presentado como secretario gene¬ral del PTE a los medios de comunicación en el mes de sep¬tiembre pasado. Fue detenido en una ocasión, pasando algún tiempo en la cárcel.

--1. ¿Cuál es tu concepto acerca de la familia y los hijos? ¿Qué papel le ha tocado desempeñar a la -familia dentro de nuestra sociedad y cuál crees que debería ser éste? En principio, la familia es un ente acorde con la actual sociedad, con el grado actual de desarrollo de las fuerzas productivas. La familia es una institución necesaria; otra cosa es que haya de permanecer invariable y que no tenga que desaparecer en un momento dado. En función de mis ideas marxistas-leninistas, estimo que llegará un momento de desarrollo de la humanidad en que la familia no existirá. La sociedad no estará organizada en base a ia familia, ésta no será su célula básica; ahora bien, hoy, su existencia es objetivamente necesaria y durante un largo período de edi¬ficación del socialismo tendrá que seguir existiendo, aunque las relaciones familiares y la importancia relativa de la fa¬milia en la organización social tienen que disminuir.
--2. ¿Crees en Dios? ¿Hasta qué punto influye la creencia en un militante marxista? No, no creo en Dios. Y además, yo diría que es imposi¬ble ser creyente y ser marxista. El marxismo entraña una concepción del mundo que excluye la creencia en la exis¬tencia de Dios; el materialismo, que es la base filosófica del marxismo, elimina toda posibilidad de existencia de Dios: el idealismo y el materialismo son incompatibles y antagó¬nicos como ideología. Creo que hoy se llama marxistas a aquellos que defienden, o toman, parte de las ideas expues¬tas por Marx; pero el marxismo, como conjunto integral de ideas, incluye la no creencia en Dios, el convencimiento ba¬sado en la ciencia de que es imposible la existencia de un ser sobrenatural. .
--3. ¿Es compatible la inspiración cristiana con un cargo en la dirección de un partido marxista? Se desprende de lo anterior que no.
--4. ¿La religión es el opio de los pueblos? Creo que esta frase tiene pleno rigor teórico y científico. La religión, la creencia en razones sobrenaturales de los distintos fenómenos que se operan en la sociedad, induce a las masas a conformarse con su futuro. Y, en cualquier caso, aunque masas de creyentes se planteen la transformación del mundo, nunca comprenderán, mientras sean creyentes, las razones profundas de su estado de explotación y opre¬sión, ni la forma en que ésta puede acabarse. Esto no quie¬re decir que los creyentes y los no creyentes sean irreconci¬liables para acometer muchas tareas de las que hoy hay que resolver en España, e, incluso, para colaborar estrechamen¬te en la edificación del socialismo.
--5. La religión, entendida en el sentido de aparato ideoló¬gico e institucionalizable, ¿ha sido un problema para la cap¬tación de militantes? ¿Lo es más en un momento electoral? Que es un problema, no cabe duda. Creo que lo que pre¬tende la pregunta no es tanto si es o no un problema, sino cuál es la importancia de éste. Claro, las creencias religio¬sas disminuyen las posibilidades de afiliación de militantes, porque la religión influye contra el comunismo en general y contra las corrientes revolucionarias en particular. Ahora, éste no es el problema fundamental, puesto que en España se han dado casos de gentes, que perteneciendo a movi¬mientos católicos, han llegado a transformarse y a adoptar una visión del mundo materialista-marxista-leninista. Esto es posible, pero no cabe duda de que la religión es un freno ideológico.
--6. ¿Se reflejaría de algún modo la religiosidad popular en el sistema político y en el modo de producción de una sociedad socialista? No puede establecerse una correlación directa entre re¬ligión y modo de producción socialista. Este es uno clara¬mente definido sin que la religiosidad pueda influir en él di¬rectamente. Pero ocurre que la religiosidad, en la medida en que influye en la consciencia de grandes sectores del grandes realizaciones socialistas.
pueblo trabajador, puede dificultar, retrasar, obstruir las (obvia errata de la edición, p.153)
--7. En el supuesto de una futura España socialista, ¿crees que la mayoría de los españoles continuaría creyendo en Dios? Yo, como marxista, tengo que afirmar que no. Es decir, estimo que la creencia en Dios es una ideología anacrónica fruto de una sociedad dividida en clases, basada en la explo¬tación de unos hombres sobre otros y, por tanto, desde el punto de vista histórico, la religión será erradicada de la consciencia de los hombres. Lo que habría que precisar es si esta erradicación es factible en un primer período de edi¬ficación del socialismo: esto no es posible, porque los pro¬blemas ideológicos en la construcción del socialismo son muy complejos. Uno puede, en un Estado en manos de la clase obrera, reprimir a los que se oponen a la edificación del socialismo, pero no puede someter a las masas trabaja¬doras, y éstas son en parte creyentes. Durante ese período, la libertad de creencias debe existir. Que el materialismo venza al idealismo mediante la discusión y la educación de las masas.
--8. En la coyuntura política española, ¿qué importancia tiene para ti la movilización de masas? Una importancia trascendental. No siempre se compren¬de cuan trascendente es esta movilización de masas: hay hombres que, comprendiendo la necesidad de la moviliza¬ción, no llegan a entender en su plenitud cuántos efectos son capaces de producir. La necesidad de la movilización de ma¬sas viene dada por el inexcusable aplastamiento de la resis¬tencia de aquellos que se oponen a la conquista de la demo¬cracia. Pero además de estas razones que podríamos consi¬derar universales, aun cuando la movilización no tiene toda¬vía fuerza para constreñir a todos los enemigos de la libertad, también se alcanzan resultados secundarios y acceso-os. Por ejemplo, la movilización de masas ayuda a cohesionar la unidad de las fuerzas democráticas y neutraliza las elaciones de los partidos burgueses que tienden continuame¬nte a la conciliación con el gobierno.
--9. ¿Qué hechos más destacados de la vida política del país —en estos últimos años— consideras que han sido más importantes? Creo que fue muy importante la ofensiva obrera que hubo en el 66-67, que marcó una época de nuevo auge del movi¬miento obrero después de Franco, y sirvió de precedente a todas las realizaciones posteriores. Fueron trascendentales" las movilizaciones políticas ocurridas con motivo del con¬sejo de guerra de Burgos, estableciendo antecedentes a la unidad de acción de los partidos democráticos, con un mo¬vimiento de masas de una envergadura desconocida hasta el momento. Fue notable la creación de la Junta Democrática de España. Entiendo que tanto su nacimiento como su acti¬vidad lograron acelerar la unidad de toda la oposición espa¬ñola, elevaron la consciencia política y sirvieron como ele¬mento político de atracción de masas. Y aquí hay que considerar el efecto que causó la Assemblea de Catalunya, pre¬via a la Junta, y que sirvió como ejemplo de unidad de to¬dos los partidos democráticos. Ha sido relevante la gran ofensiva por la amnistía recientemente habida, que ha en¬globado a millones de seres y ha ampliado enormemente la participación de las grandes masas a la actividad política.
--10. ¿En cuáles de estos hechos piensas que la moviliza¬ción de masas ha sido determinante? Yo creo que la movilización de masas ha determinado muchos de los acontecimientos importantes habidos en los últimos años. Por ejemplo: ha sido la movilización de masas la que ha hecho pasar a organizaciones políticas involucra¬das en el pasado con el Régimen al terreno de la oposición política. Las movilizaciones han obligado a esos partidos a pasar al campo democrático porque han demostrado píen*' mente la caducidad y la necesidad histórica de desaparición del Régimen fascista. Las movilizaciones fueron fundamentales para la fundación de Coordinación Democrática. Yo recordaría que sólo unos días antes había la negativa de muchos partidos: fue la explosión de Vitoria, la huelga general del País Vasco y todos los movimientos generales de so unidad que se dieron los que precipitaron esta unidad. Todos los grandes acontecimientos que se han producido y los que se producirán a la fuerza serán determinados por las mo¬vilizaciones de masas.
--11. ¿Cómo entiendes el período de transición que va la sociedad actual a la socialista? Tanto en España como en cualquier país del mundo —no¬sotros estimamos que éste es un factor universal—, para rea¬lizar la transformación de la sociedad capitalista en socia¬lista hace falta un período que teóricamente el marxismo denomina dictadura del proletariado, que significa un po¬der revolucionario dirigido por la clase obrera y que tiene como misión reprimir a los explotadores para que no pue¬dan restaurar el capitalismo, a la vez que pretende organizar la nueva sociedad socialista.
Claro, esto es algo general; en cada país la revolución tiene que pasar por distintas fases y existe un período de ma¬duración. En concreto, en España, entendemos que en este momento la conquista de la democracia política es un obje¬tivo imprescindible para acercar la realización del socia¬lismo, para hacer madurar las condiciones subjetivas para el socialismo. Una vez nos hallemos en la democracia polí¬tica pasará a primer plano la formación de un amplio frente que comprenda desde la clase obrera a todas las clases tra¬bajadoras, incluso sectores de la burguesía no monopolista que sean susceptibles de atraer amplios frente dirigidos con¬tra el capital monopolista y el imperialismo norteamericano. Que se proponga la instauración de un poder democrático revolucionario que haga transformaciones radicales, en el Plano económico en detrimento de la propiedad monopolista, y una serie de transformaciones políticas: democratización a fondo de toda la vida del país, de la estructura del poder mediante la amplia participación de las masas y asegurar independencia nacional, es decir, librarse plenamente de la dependencia de los Estados Unidos.
--12. ¿Se puede hablar —en la actualidad—, de algún modelo de vía que lleve al socialismo y que sea aplicable a España? Esto de los modelos es un falso señuelo tendido por los han abandonado la posición del marxismo y del leninismo queriendo ofrecer una alternativa completa y una ima¬gen de partido muy documentado que dibuja perfectamente la situación. Pero, en realidad, junto a la descripción de | muchos detalles accesorios se encubre el abandono de todas las realizaciones primordiales que pueden conducir ala socialismo. No creo que pueda haber modelos de revolución socialista; existen principios fundamentales y universales que sirven para la revolución socialista en todos los países, y existen formas concretas diferentes para cada lugar; son específicas y genuinas de cada país y se generan en el trans¬curso de la revolución práctica.
--13. ¿Es posible una revolución socialista exclusivamente de partidos? No, jamás ha sido posible, no lo es ahora y no lo será nunca. La revolución no es cuestión de minorías, ni de gru¬pos exaltados; la revolución socialista — no cualquier revo¬lución — sólo puede ser obra de grandes masas. Es falsa la idea que hoy se está difundiendo que en el pasado hubo revoluciones de minorías. De ninguna manera, lo que hubo fue minorías dirigentes. En el presente hay minorías diri¬gentes y, mientras no se eliminen las clases, habrá gentes se¬leccionadas, capacitadas, que se ratifican por las masas en cada momento.
Ningún maestro del marxismo ha propuesto jamás la uto¬pía histórica de una revolución de minorías, porque, por esencia, la revolución socialista es de la gran mayoría y a diferencia, además, del resto de las revoluciones en que es la gran mayoría la que ejerce el poder en detrimento y contra una minoría de explotadores.
--14. ¿Qué aportaciones ha supuesto, para tu forma entender, la revolución china respecto a la soviética? Creo que ha supuesto aportaciones importantes derivan de las experiencias históricas que se han sucedido tras la revolución soviética y de la de otros países. ES DEcir, la construcción del socialismo en China se da después de haber tenido toda una serie de ejemplos positivos y negativos.
Entiendo, por ejemplo, que todas las enseñanzas que se derivan de la gran revolución cultural proletaria china son de trascendental importancia. Aquí se plantea la magnitud que la transformación en el terreno ideológico, cultural, tie¬ne para la edificación socialista. En definitiva, unos aleccionamientos que, previo análisis de los factores positivos y negativos de las otras revoluciones, incluida la degeneración del sistema soviético, y basándose en la capacidad creadora del PC chino y de la clase trabajadora, han hecho aporta¬ciones trascendentales para la edificación del socialismo, que han de ser tenidas en cuenta por todos los marxistas-leninistas.
--15. ¿Qué opinión te merecen las figuras políticas de Trotsky, Stalin y Mao? En mi opinión, Trotsky ha sido un elemento negativo para el movimiento obrero y comunista internacional y para la causa socialista. La política defendida por Trotsky se opo¬nía directamente al triunfo del socialismo en la Unión So¬viética, a su éxito en un solo país. La política inspirada por los partidos trotskistas fue nefasta en la lucha contra el fas¬cismo adoptando puntos de vista, a veces, de cómplice de ese fascismo; el trotskismo ha sido, y es, manipulado por el imperialismo y lo considero una tendencia perjudicial para la lucha obrera, aunque ya históricamente superada.
Stalin hizo aportaciones positivas: impulsó la edificación socialista en unos momentos muy difíciles para la Unión Soviética, estuvo a la cabeza de su pueblo cuando la invasión y agresión de los nazis alemanes y mantuvo la bandera de la lucha contra el trotskismo; sintetizó bien las enseñanzas del leninismo. A la vez, Stalin cometió errores teóricos de cierta envergadura. Yo no me encuentro capaz en este momento para hacer una valoración rigurosa de un balance total de lo positivo y lo negativo, aunque estimo que lo primero es superior a lo segundo y que precisamente no es por casualidad que la implantación del revisionismo moderno tuvo que venir aparejada de un ataque a Stalin y que la lucha contra él fuera la bandera induce a pensar más todavía en el factor mayoritariamente positivo que supuso la obra teórica y práctica de Stalin. ,
Mao Tse-tung es un gran revolucionario mundial, que ha II hecho aportaciones importantes a la teoría del marxismo % leninismo y que ha conducido en la práctica la revolución í: china. Hay que destacar la contribución enriquecedora que " ha hecho sobre el estudio de los problemas que se derivan de la revolución en los países feudales y coloniales. Contri¬buciones de ensanchamiento de lo tratado por Lenin, en cuanto a teoría de la guerra popular, y ha ayudado al incre¬mento de todo el bagaje teórico, de investigación y práctica sobre las contrariedades de la edificación del socialismo, de la continuación de la revolución después de la toma del poder.
--16. ¿Cuál es el régimen socialista más progresista que existe- en nuestros días? ¿Por qué? Yo no creo que existan regímenes socialistas más progre¬sistas que otros; me niego a admitir esta distinción esquemá¬tica. En todo caso, lo que cabría dilucidar es dónde el socia¬lismo ha logrado un estado más avanzado de desarrollo, cosa que depende de la correlación de fuerzas de clase que exista en un momento dado en un país, de forma externa e interna, y de todos los condicionantes, incluso históricos. El socialismo es un régimen universalmente progresista, pero se debe tener presente que hay ciertos países disfraza¬dos de socialistas que, en el fondo, son capitalistas, en los que se ha restaurado el capitalismo y las relaciones de producción imperantes son ya capitalistas y donde las forma5 de política interna son una dictadura de una burguesía buro¬crática sobre la mayoría del pueblo.
--17. ¿Qué juicio te merece la situación en que se encuentran ciertos ciudadanos soviéticos, trabajadores e intelectuales, recluidos en sanatorios psiquiátricos y prisiones que, embargo, se reclamen del bolchevismo? La presión sobre un pueblo siempre me parece detestable; no creo que a ningún revolucionario la opresión le pueda parecerle agradable, ni siquiera justificable ante una situación concreta. Esto revela, si acaso, el grado tan avan¬zado en que se encuentra la restauración del capitalismo en la URSS.
Yo creo que esta situación es perfectamente compatible con que algunos de esos hombres reclamen para sí el carác¬ter de bolchevique, porque el bolchevismo, es decir, el leni¬nismo, es radicalmente opuesto a lo que hoy ocurre en la Unión Soviética y, precisamente, no hay manera de enfren¬tarse a la Rusia actual si no es desde el punto de vista de la clase obrera. Obligatoriamente esto sólo puede hacerlo el bolchevismo auténtico: un partido que basa su pensamiento y su actuación en una ideología como la que enarbolaba el partido bolchevique de la URSS en tiempos de Lenin.
--18. ¿Crees que Fidel Castro es un auténtico líder socia¬lista? Fidel Castro fue un conductor de la revolución democrá¬tica y antiimperialista, pero no es un marxista-leninista. En Cuba se operó la revolución democrática y antiimperialista, pero, sin embargo, el régimen existente en Cuba no es de dictadura del proletariado.
--19. ¿Cuál es tu parecer ante la independencia que ha tomado la revolución vietnamita respecto a Moscú y Pekín? Yo sólo puedo tener frases de alabanza que reflejen exactamente mi pensamiento sobre la revolución vietnamita, que se ha mantenido independiente del control de cualquier país extranjero. Yo diría que las relaciones existentes entre las fuerzas revolucionarias vietnamitas y la ayuda material que han tenido del exterior no han sido de dependencia; esta colaboración no ha originado ninguna subordinación de los vietnamitas con respecto a otras naciones, sino previa salvaguarda de esta independencia.
--20. ¿Cómo caracterizarías el mayo francés? ¿Como una explosión revolucionaria en forma de huelga general o como una algarabía estudiantil con capacidad de arrastrar, hasta punto, a la clase trabajadora? Cuando un fenómeno se manifiesta con la amplitud del mayo francés, cuando en unos hechos como los que ocurrieron en mayo del 68 en Francia se movilizan centenares de miles de personas, no puede dársele la denominación de algarada, no sería serio desde ningún punto de vista. Con esos hechos se pusieron de manifiesto varias cosas: la cadu¬cidad del capitalismo y una serie de advertencias e índices de las crisis que han de venir a esos países aparentemente estables. Fue ante todo una explosión revolucionaria que denunció que sin un partido revolucionario y sin que la clase obrera asuma plenamente su función histórica de van¬guardia de los acontecimientos es imposible que ninguna explosión revolucionaria pueda generar un éxito y consta¬tarlo en un cambio de sociedad.
--21. ¿Crees que la juventud debe integrarse en partidos políticos, o bien ha de formar parte de organizaciones espe¬cíficamente juveniles de iniciación a la lucha? Querer colocar a la juventud por encima de los partidos políticos es casi como quererla colocar por encima de las clases. Los partidos políticos representan intereses de clases y la adscripción de la juventud a éstos es una necesidad. Puede ser, claro está, que las exigencias de los partidos no hagan posible la inclusión como militantes de ciertos jóve¬nes porque no reúnan las características necesarias: edad, maduración, etc. Pero no sólo creo conveniente, sino que será inevitable que la juventud se agrupe en torno a tal o cual partido y esto no sólo es compatible, sino complemen¬tario, con la formación de grandes agrupaciones de la juven¬tud destinadas a alcanzar objetivos políticos progresistas inmediatos.
--22. ¿La juventud es la vanguardia de la lucha de cías?5- La vanguardia de la sociedad actual es, y tiene que ser la clase trabajadora; lo que ocurre es que la juventud es un destacamento de choque revolucionario de su clase porque está abierta a las ideas nuevas y menos condición por las caducas.
Ahora bien, entre destacamento de choque y fuerzas dirigentes hay una diferencia: estas últimas han de ser de toda una clase. Entiendo que haya quien quiera defender que sea una clase u otra, pero en la sociedad, siempre que hablemos con un poco de rigor teórico, tendremos que establecer corno factores dirigentes a las clases. En nuestra opinión, la única clase que puede ser el factor dirigente que conduzca el curso de la revolución es la obrera y su juventud es la fuerza más resuelta con que cuenta.
--23. En este sentido, ¿qué representa el movimiento uni¬versitario? El movimiento universitario ha representado hasta hoy un factor progresista, revolucionario. Es cierto que la juven¬tud universitaria no es esencialmente obrera, pero tampoco es esencialmente juventud del gran capital: pertenece sobre todo a las capas intermedias, pequeñoburguesas, que son fuerzas revolucionarias. Además, en todos los países los universitarios han sido elementos de gran movilidad polí¬tica porque la propia vida intelectual impulsa a ello. Han sido incluso el factor detonante de diversas explosiones revolucionarias; aquí han sido piezas altamente progresis¬tas en la lucha contra el fascismo. La mayoría de las masas universitarias, en causas futuras, en la lucha contra el gran capital y en la construcción del socialismo, desempeñarán un papel progresista, serán la reserva de la clase obrera no exenta de determinadas vacilaciones, pero fundamentalmente aliadas para las etapas sucesivas después del fascismo.
--24. ¿Los movimientos feministas deben ser independientes de los partidos políticos? Sí, claro que sí. Respecto al movimiento de la mujer cabe hacer extensivos algunos razonamientos hechos para la juventud. Por un lado, estimo que las mujeres se agrupen en torno a los partidos políticos, bien mediante afiliación directa o sólo por simpatía a la política de unos u otros que, en definitiva, serán los que enarbolarán las distintas alternativas en relación al problema femenino. Ahora bien, también en el terreno de la mujer —esto no es incompatible- se creará una asociación autónoma, un frente común de asociaciones feministas de defensa de los derechos mujer. Es totalmente necesario y puede englobar a la gran masa de mujeres que, sin estar afiliadas a partido político alguno, pueden, en un momento dado, proporcionar, apoyo a la causa del movimiento femenino.
--25. ¿Cuál crees que es la raíz de la opresión de la mujer? Como marxista no puedo pensar de otra manera: la raíz ' está en la división en clases de la sociedad y en la explota¬ción del hombre por el hombre.
--26. ¿Es imprescindible un marco social determinado para que se solucionen los problemas que origina la discri¬minación de la mujer? Ese marco, hoy, no puede ser otro que el socialismo. Jamás el capitalismo podrá solucionar plenamente los pro¬blemas de la mujer; el capitalismo crea obligatoriamente las condiciones objetivas para la marginación de la mujer. Creo que es muy ilustrativo el caso de los Estados Unidos donde la mujer, a pesar del gran progreso industrial, ocupa cada vez más un lugar marginado, como un objeto de adorno, muy contrariamente a lo que prometían algunos ideólogos de la burguesía.
--27. Se dan muchos casos de militantes de partidos revo¬lucionarios que mantienen una actitud machista con su compañera. ¿A qué crees que responde esta contradicción y cómo piensas que se podría solucionar? Esta contradicción se debe a que ni siquiera los partidos proletarios podemos estar al margen de la influencia bur¬guesa. La clase obrera no está separada de la burguesía por una muralla china: la ideología machista tiene que influir por fuerza en los militantes revolucionarios. Sí se me apura mucho, aún diría que raro es el militante revolucionario que no incurre en machismo.
Dentro del partido proletario, un factor importante para la resolución de este problema sería la plena incorporación de la mujer a la actividad política y económica. La militancia plena de la mujer en el partido, en la vida económica y actividad política es lo que podría crear las bases más sóli¬das que permitan el cese del machismo no sólo por la volun¬tad revolucionaria del hombre, sino también por la defensa que la propia compañera haga de sus derechos.
--28. ¿Por qué hay un número tan escaso de mujeres en los órganos de dirección de los partidos? Pienso que la situación del capitalismo, que discrimina profundamente a la mujer, hace que sean pocas las que estén incorporadas a la acción política. En consecuencia, su reflejo en los órganos dirigentes de los partidos tiene que ser menor. En nuestro caso estamos haciendo esfuerzos importantes para que las mujeres tengan un peso específico superior en los distintos órganos del partido y próximamente vamos a tomar resoluciones en el sentido de vigilar, con¬trolar e impulsar una participación superior de las mu¬jeres.
--29. ¿Cómo entiendes las relaciones hombre-mujer en una sociedad socialista? Yo estimo que la relación hombre-mujer, como todas las relaciones, tienen que sufrir unas profundas transforma¬ciones durante el proceso de la edificación socialista. No entiendo que se pueda precisar un tipo de relaciones entre el hombre y la mujer para el socialismo, porque ésta no es una cuestión estanca, es toda una fase de transición entre el capitalismo y el comunismo. Lo que es probable es que encontremos una referencia a la cual mirar en cada etapa de la edificación del socialismo. Durante un primer período, aún sufriendo importantes transformaciones, no van a diferenciarse esencialmente de las existentes: habrá que conseguir primero la incorporación plena de la mujer al proceso de la producción, a la política, y en la medida en que esto se vaya cumpliendo se irán modificando sus relaciones con el hombre. El socialismo tiene que pretender la igualdad total de los hombres y las mujeres: ante la ley, en la vida entre ellos, en la producción y en la dirección del Estado.
--30. ¿Qué opinión te merece la homosexualidad? En primer lugar tengo que admitir que no estoy prepa¬rado para abordar con rigor este tema. En principio, diría que en la sociedad actual la homosexualidad no viene moti¬vada por unos defectos físicos, sino ante todo por una degeneración en la vida. En este sentido, la homosexualidad ha de ser condenada, pero como marxista-leninista no puedo pararme en la condena de un hombre, sino que debo ir a las" condiciones que hacen posible la extensión de la homosexua¬lidad. De todas maneras, éstas son apreciaciones que no tienen mucha autoridad porque no estoy preparado para el tema.
--31. ¿Estás de acuerdo con la creación de frentes que luchen en defensa de los derechos de los homosexuales? Creo que mi reconocida incapacidad para analizar a fondo y con base científica este problema, podría conducir a que al responder a estas preguntas pecara de unilateralidad, cayera en extremos de los que podría arrepentirme, aun¬que personalmente no me explico la razón de ser de estos frentes. Yo no iría tanto a reivindicar derechos de homo¬sexuales como a acabar con todas las causas que provocan la homosexualidad: razones económicas, capitalistas, en cuan¬to a degeneración y a los motivos que pueden originar tam¬bién que un hombre, por defectos físicos congénitos, sea asexual, marginado, y no se le adapte para vivir perfecta¬mente en la sociedad.
--32. ¿Aceptarías que tu compañera mantuviera relacione» con personas de ambos sexos? Ni con personas de ambos sexos ni con personas de u sexo. Si decidimos ser compañeros es porque sentimos e. afecto mutuo que nos mantiene unidos, que hace innecesario otro tipo de relaciones. Si la convivencia entre compañero y compañera se deteriorara, lo que se plantearía» ^ todo caso, sería la necesidad del divorcio, pero no el que uno u otro tenga relaciones con otras personas.
--33. En una escala de valores marxista, ¿cuáles antepon¬drías a la libertad personal? Primero evaluaría o definiría la libertad. Desde un punto de vista marxista, la libertad es el conocimiento de la nece¬sidad. Un hombre es plenamente libre cuando, conociendo una necesidad, se decide a hacer labores por sacrificios que éstas impliquen respecto a lo que vulgarmente se considera libertad personal. En consecuencia, yo antepondría la dedi¬cación al partido, a la causa revolucionaria y, por tanto, a todo aquello que sea necesario en pro del triunfo de la causa de la clase obrera y en beneficio del partido de esa clase, a lo que se llama libertad personal, pero que en el sentido marxista eso sería alcanzar la verdadera libertad personal.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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