Cada vez son más evidentes los efectos de la crisis en el mundo y en nuestro país...
Una de las características del capitalismo son sus crisis cíclicas de sobreproducción, pero hoy en día el imperialismo sufre una de sus crisis estructurales más agudas, y según los economistas burgueses esta es comparable a ―la larga depresión‖ de 1873, en parte, debido a la gran burbuja financiera generada por la especulación que se uso para cubrir la crisis de sobreproducción de 1973, retardando sus efectos hasta el 2008. Dicho esto, ahora es necesario aclarar que para los capitalistas solo existe una ―solución‖ para ―superar‖ dicha crisis “¿Cómo se sobrepone a las crisis la burguesía? De dos maneras: destruyendo violentamente una gran masa de fuerzas productivas y conquistándose nuevos mercados, a la par que procurando explotar más concienzudamente los mercados antiguos. Es decir, que remedia unas crisis preparando otras más extensas e imponentes y mutilando los medios de que dispone para precaverlas.”(1) Y lo cual puede traducirse en desempleo masivo, abaratamiento del costo de la fuerza de trabajo y en última instancia la guerra.
Cada vez son más evidentes los efectos de la crisis en el mundo y en nuestro país. Una de las tácticas de la burguesía para este efecto es: mediante las diversas formas de subempleo, por ejemplo, dentro de las zonas francas existen lo que los capitalistas denominan como ―trabajadores a domicilio; dichos proletarios carecen de un contrato directo con la empresa, y de esto se desprende que tampoco gocen de seguro social ni prestaciones laborales (las cuales por cierto, están siendo pisoteadas con impunidad), incluso la mayoría de estos ganan un salario inferior al mínimo establecido por la legislación burguesa.
Otra de las tácticas de la burguesía para este fin es: la creciente proliferación del denominado ―trabajo flexible, es decir, que la empresa hoy en día ofrece puestos de trabajo en los cuales no existe un horario determinado, y el proletario recibe un salario equivalente a las horas de trabajo efectuadas. Esta modalidad de trabajo es un claro ejemplo de la precariedad laboral y la sobreexplotación del proletariado, pues en jornadas de 4 horas, se intensifica la productividad del trabajo, y para este fin se establecen metas de producción o de ventas. Otra modalidad del subempleo son los denominados ―trabajos por comisión‖, es decir que el trabajador no posee un salario definido, ni siquiera una remuneración por horas de trabajo, sin más bien, este percibe una comisión por las ventas efectuadas.
Pero el ejemplo más indignante y digno de repudio, es la semi-esclavitud que CALLEJA S.A. DE C.V. ha generado para con los empleados de Super Selectos. Nos referimos aquí a los conocidos como empacadores. Es de poco conocimiento para la población las condiciones de esclavitud de estos. Para poder acceder a este “puesto de trabajo2 es necesario presentar curriculum vitae, constancia de la policía, antecedentes penales y al menos 3 recomendaciones, para posteriormente someterse a una entrevista. Hasta aquí todo pareciese normal, pero en realidad este es solo el comienzo, pues en esta plaza la empresa exige 7 horas de trabajo diario por 6 días a la semana. Las 7 horas se subdividen en: 1 hora de atención al cliente en ―paquetes y 1 hora de ―cestas y coches, mientras las 5 horas restantes son para empacar los productos de los clientes en caja, y de esta forma poder recibir PROPINAS, ya que la empresa se abstiene de brindar un salario. Se ha llegado a tal punto, que la burguesía establece únicamente deberes y ya ni siquiera otorga los irrisorios derechos con los cuales engañaba al proletariado, se ha llegado a un punto tan critico que la esclavitud es casi un hecho, y es bien sabido que esta misma empresa de la cual hacemos mención, es una de las empresas pertenecientes a la ANEP, y una de las cuales incide directamente en la vida económica de nuestro país.
Según un estudio divulgado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, la tasa de desempleo en el salvador para el año 2011 era de un 7%, pero 43 de cada 100 personas trabajan en condiciones de subempleo, con bajos ingresos y sin prestaciones sociales. Y aun de estos datos podemos dudar, pues no es ningún secreto que la ONU trata de maquillar los datos para no evidenciar la creciente miseria a la que someten a las clases trabajadoras.
Como decía Marx:
“La situación del obrero moderno es muy distinta, pues lejos de mejorar conforme progresa la industria, decae y empeora por debajo del nivel de su propia clase. El obrero se depaupera, y el pauperismo se desarrolla en proporciones mucho mayores que la población y la riqueza. He ahí una prueba palmaria de la incapacidad de la burguesía para seguir gobernando la sociedad e imponiendo a ésta por norma las condiciones de su vida como clase. Es incapaz de gobernar, porque es incapaz de garantizar a sus esclavos la existencia ni aun dentro de su esclavitud, porque se ve forzada a dejarlos llegar hasta una situación de desamparo en que no tiene más remedio que mantenerles, cuando son ellos quienes debieran mantenerla a ella. La sociedad no puede seguir viviendo bajo el imperio de esa clase; la vida de la burguesía se ha hecho incompatible con la sociedad.”(2)
Es por esto necesario que el proletariado se organice y defienda sus intereses como clase, para superar la miseria y la putrefacción que emana de este sistema explotador, no importa los ropajes de ―democracia‖ con que se le quiera pintar, esta es la cruda dictadura del capital, y una dictadura decorada continua siendo una dictadura contra las grandes masas de trabajadores manuales e intelectuales, del campo y la ciudad.
El proletariado es la única clase capaz de llevar a esta sociedad hacia un estadio mas alto con el fin de erradicar la explotación del hombre por el hombre, y la cual solo podrá ser llevada a cabo mediante la dictadura revolucionaria del proletariado, es decir la forma mas alta de la democracia, la democracia obrera, junto a las masas oprimidas por este sistema genocida.
¡OSAR LUCHAR, OSAR VENCER!
¡EL CAPITALISMO NO CAERA POR SU PROPIO PESO,
HAY QUE HACERLE CAER!
REFERENCIAS:
(1)K. Marx & F. Engels, Manifiesto del partido comunista: proletarios y burgueses
(2) K. Marx & F. Engels, Manifiesto del partido comunista: proletarios y burgueses
La Mancha Obrera
http://www.lamanchaobrera.es/?p=9492
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