Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
sábado, enero 21, 2012
La Paz de Brest
La Primera Guerra Mundial supuso la bancarrota internacional de la socialdemocracia. Hasta entonces, el movimiento obrero se agrupaba en todos los países bajo esas siglas, ya sea el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, el Partido Socialista Obrero Español, o el buque insignia de la Seguna Internacional por su tamaño, poder y organización, el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD).
Fue precisamente dentro de ese poderoso partido donde empezó la degeneración de ésta.
En 1914 estallaba un conflicto bélico de proporciones nunca vistas hasta entonces. Fuera de las valoraciones sobre los detonantes del mismo, las causas, aunque pueda sonar simplista, son claras, el capitalismo. La guerra es consecuencia de una fuerte crisis económica que empezaba con un crack bursátil (1907), las potencias económicas luchaban por salir de ésta y afianzar sus posiciones imperialistas en África y ganar mercados, desde la pujante Alemania hasta el decadente Imperio Ruso. Y es que la guerra siempre ha sido una buena forma de salir de las crisis para la burguesía, se destruyen medios de producción, desaparece el excedente de mano de obra y el ejército tira de todas las ramas de la industria, y por supuesto, los que mueren no son sus hijos, son los de los trabajadores. A modo de apunte, las dos primeras crisis del siglo XX acabaron en carnicerías mundiales.
Teniendo claro esto, parece inexplicable que la socialdemocracia alemana votara a favor de los créditos de guerra (deuda pública para financiar el conflicto) en el Parlamento. Esto es, se puso del lado de su burguesía nacional contra las burguesías de otros países y contra el proletariado del mundo, incluido el alemán.
La guerra revolucionaria y el "defensismo revolucionario"
“La revolución es guerra, la única en verdad legítima,
justa y grande, entre cuantas ha conocido la historia”
La postura de Lenin y del Partido Bolchevique se resume muy bien en el siguiente párrafo, extracto del artículo titulado Algunas Tesis, publicado en el periódico SotsialDemokrat en 1915:
“A la pregunta de qué haría el partido del proletariado si la revolución llegara al poder en medio de la guerra actual, debemos responder: propondríamos la paz para todos los beligerantes a condición de la liberación de las colonias, de todos los pueblos dependientes y oprimidos que no disfrutan de plenos derechos. Los actuales gobiernos de Alemania, Inglaterra o Francia no aceptarían esta condición. Entonces deberíamos estar preparados para librar una guerra revolucionaria, es decir, no sólo llevar hasta el final íntegramente las medidas más importantes de nuestro programa mínimo, sino que incitaríamos a la insurrección a todos los pueblos ahora oprimidos por la Gran Rusia, todas las colonias y países dependientes de Asia (India, China, Persia, etc.,) y, ante todo, a la insurrección del proletariado europeo contra sus gobiernos y en contra de sus socialchovinistas" [i]
La postura proletaria ante la guerra es la siguiente, ofrecer una paz justa, pero si esta no se da, lo más probable ya que depende de los imperialistas aceptarla, lanzarse a la guerra en defensa de la revolución. Esto es, luchar en el frente de batalla, pero a la vez hacer propaganda en la retaguardia del enemigo, explicando a los trabajadores, a los alemanes en este caso, la naturaleza de la guerra, para quién luchan y por qué, llamando a la insurrección abierta. La guerra revolucionaria tiene dos partes, la lucha militar en el frente, donde se trata de ganar tiempo para la segunda, la agitación y la extensión de la revolución.
Condición indispensable para esto es que el poder lo ostente la clase obrera, no hay guerra revolucionaria posible si no hay revolución, e intentar movilizar a los trabajadores para la guerra bajo cualquier otra bandera que no sea la roja, es precisamente lo que hicieron los socialdemócratas en Alemania o los mencheviques en Rusia (aunque con sus peculiaridades) y equivale a la traición. Del caso de la socialdemocracia alemana hemos tratado brevemente antes, ahora nos fijaremos en el "defensismo revolucionario" ruso.
Éste venía a decir, "estamos en una guerra que no queremos, pero es preferible defender lo que tenemos que perderlo todo bajo la bota del imperialismo alemán, aunque creemos que el gobierno debería cambiar algunas cosas le apoyamos". Algo bastante similar a lo defendido desde Moscú durante la guerra civil española.
En las Tesis de Abril de Lenin, escritas en 1917, en plena guerra mundial y poco después de la marcha del zar en febrero de ese mismo año, el autor expresa lo siguiente respecto a este tema:
"En nuestra actitud ante la guerra, que por parte de Rusia sigue siendo indiscutiblemente una guerra imperialista, de rapiña, también bajo el nuevo gobierno de Lvov y Cía., en virtud del carácter capitalista de este gobierno, es intolerable la más pequeña concesión al "defensismo revolucionario.
“El proletariado consciente sólo puede dar su asentimiento a una guerra revolucionaria, que justifique verdaderamente el defensismo revolucionario, bajo las siguientes condiciones:
a) paso del poder a manos del proletariado y de los sectores más pobres del campesinado a él adheridos;
b) renuncia de hecho y no de palabra, a todas las anexiones;
c) ruptura completa de hecho con todos los intereses del capital.
“Dada la indudable buena fe de grandes sectores de defensistas revolucionarios de filas, que admiten la guerra sólo como una necesidad y no para fines de conquista, y dado su engaño por la burguesía, es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante, explicarles la ligazón indisoluble del capital con la guerra imperialista y demostrarles que sin derrocar el capital es imposible poner fin a la guerra con una paz verdaderamente democrática y no con una paz impuesta por la violencia.
“Organizar la propaganda más amplia de este punto de vista en el ejército de operaciones. Confraternización en el frente."
Esta es la verdadera postura comunista, ante todo hay que mantener la independecia política, aun admitiendo que sería preferible un tipo de dominio capitalista que otro.
Las negociaciones
Se preguntará el lector, si esa estrategia que se desgrana anteriormente no fue la que finalmente se puso en práctica. Efectivamente, después de la toma del poder, de la revolución de Octubre, el viejo ejército zarista había dejado de ser una unidad efectiva de lucha; unidades desmovilizadas, nula disciplina, oficiales del lado de la reacción... Ese ejército era incapaz de sostener un frente, como se vió durante las negociaciones.
Ésto fue lo que condicionó la realidad, los debates en torno a qué hacer no fueron de calado teórico, ahí no había diferencias, sino tácticos, cómo afrontar dicha situación. Si el ejército rojo hubiera estado ya organizado las cosas habrían sido muy diferentes.
Las conversaciones con Alemania empezaron el 3 de diciembre de 1917 entre los representantes del gobierno alemán y la delegación bolchevique, encabezada por Trotsky. La primera idea de los bolcheviques era prolongar las negociaciones tanto como fuera posible, ya que dadas las condiciones objetivas y la organización del proletariado en Alemania esperaban que pudieran alzarse contra su propio gobierno, ahí el por qué de la propaganda revolucionaria. Pero esta no era una postura homogénea, y cuando las negociaciones fueron avanzando y enrocándose las diferencias fueron haciéndose más notorias.
Las posturas del Comité Central bolchevique se pueden dividir en tres, aunque cada una tenga internamente sus matizaciones y peculiaridades. La primera, la de Bujarin y su grupo, que apostaban por lanzarse a la guerra contra Alemania. No era una postura descabellada, ya que era lo que defendían los bolcheviques antes de Octubre, la necesidad de la guerra revolucionaria, sólo había un problema, la realidad, que hacía imposible esta opción.
Luego estaba Lenin, apoyaba la necesidad de firmar la paz de inmediato, aunque reconocía también la importancia de la propaganda revolucionaria, y por eso, al principio de las negociaciones estuvo de acuerdo en dar largas y ganar tiempo mientras se azuzaba al movimiento obrero alemán. Sólo cuando se ve claro que el movimiento obrero alemán no acaba de entrar en escena y que la situación se vuelve desesperada para la rusia bolchevique se habla de la firma inmediata de la paz, y ahí es donde vienen las principales discusiones, en el cómo.
La tercera postura sería la de Trotsky, que, aunque muy similar a la de Lenin, apostaba por no acabar de firmar la paz. Aunque al final tuvo que dar la mayoría a éste en el CC, pese a que creyera que, aún capitulando, los imperialistas alemanes no se conformarían y seguirían la guerra.
La primera vez que se enfrentan estas tesis de modo abierto es en una Conferencia organizada por el partido el 8 de enero, que contaría con aproximadamente sesenta asistentes, entre ellos todo el Comité Central. El resultado fue contundente, pese a que Lenin había dirigido fuertes críticas a la guerra revolucionaria, esta postura ganaba con 32 votos favorables, por 16 que obtuvieron las tesis de Trotsky y 15 las de Lenin. Éste resultado no era definitivo, ya que la línea política general la tenía que dictaminar el Comité Central. Aún así, el sentir mayoritario no era el de apoyar la paz, ni en el partido ni entre el pueblo. El CC sólo apoyaría la firma de la paz después de tres meses de negociaciones y en unas condiciones muy adversas, hasta entonces se manifestaba en contra, y de entre los principales soviets del país, sólo dos votaron a favor de la paz, Petrogrado y Sebastopol (el último, de una manera poco clara). A favor del cese de las negociaciones se manifestaron entre otros Moscú, Ekaterinburgo, Jarkov, Ekaterinoslav, Ivanovo-Vozuesensk y Kronstadt.
El CC se vuelve a reunir el 24 de Enero. Antes de la reunión, Lenin y Trotsky mantuvieron un encuentro, en él se manifestaron de acuerdo en detener la guerra y no firmar el tratado, pero en caso de un nuevo avance alemán se firmaría la paz de inmediato. En esa reunión, Lenin presentó una moción, que fue aprobada, en la que se pedía a la delegación que alargara las negociaciones tanto como fuera posible, otra moción presentada a iniciativa de Trotsky, que hablaba de detener la guerra sin firmar el tratado, también fue aprobada. [ii]
Esta situación duró hasta el 16 de Febrero, cuando el mando alemán informó al mando ruso de que las hostilidades se reanudarían el 18 al mediodía. El CC bolchevique decidió esperar a ver que ocurría y si finalmente los alemanes cumplían sus amenazas. Cuando llego la hora, los alemanes iniciaron la ofensiva, las tropas rusas se retiraban sin orden alguno, abandonando material de todo tipo. Era la hora de firmar la paz.
Ante esta situación se vuelve a reunir el Comité Central del partido, y abordan la cuestión. Deciden aceptar las condiciones humillantes de Alemania. La votación por la paz gana por 7 votos contra 6, al votar Trotsky a favor de ésta. A partir de éste momento no se pierde más tiempo, Lenin y Trotsky pasan inmediatamente a redactar el texto que sería enviado a los alemanes.
"El Consejo de los Comisarios del Pueblo protesta contra el avance del ejército alemán... Se ve obligado, por la situación que ello ha creado, a declarar que está dispuesto a firmar la paz en las condiciones puestas por el Gobierno alemán en Brest-Litovsk. Se declara dispuesto a examinar las nuevas proposiciones formuladas por el Gobierno alemán y a dar su respuesta en un plazo de doce horas."
Hasta el 23 no se obtuvo respuesta, esos 5 días fueron críticos, los alemanes avanzaban sin encontrar oposición alguna. Las nuevas condiciones era mucho más duras que las anteriores, Polonia y Lituania pasarían a control germano, Ucrania, Finlandia y los Países Bálticos deberían formar países independientes y los bolcheviques retirar sus tropas, cesar también la propaganda contra Alemania... y tenían 48 horas para contestar, no se admitía discusión.
Se reune el Comité Central donde, nada más empezar, Lenin amenaza con dimitir si no se firma la paz, ante las críticas respondía así:
"Se me reprocha presentar un ultimátum. Si lo he hecho ha sido únicamente porque me hallo en el límite extremo. Los que hablan de la guerra civil inminente en Europa se burlan del mundo... Stalin se equivoca al decir que podemos no firmar. Hay que firmar. Si no firmáis, pronunciáis una condena de muerte para la República de los Soviets de aquí a tres semanas. Las condiciones alemanas no afectan a la existencia del Gobierno obrero y campesino... Por lo tanto, hay que aceptarlas. Si más tarde hubiera un nuevo ultimátum, la situación no sería ya la misma."
Llegado el momento de votar, el CC actuó así:
Contestaron sí a aceptar inmediatamente las condiciones alemanas: Lenin, Sverdlov, Stalin, Zinoviev, Stasova, Sokolnikov, Smilga.
Contestaron no: Bujarin, Lomov, Uritski, Bubnov.
Se abstuvieron de participar en la votación: Trotski, Dzerjinski, Yoffé, Krestinski.
Posteriormente, en esa misma reunión, Trotsky explicó su voto:
“Creo que debo dar los motivos de mi abstención. Veo con escepticismo la posibilidad de lograr la paz, ni siquiera por medio de la capitulación. Pero no quise impedir la formación de una mayoría para lograr una línea única.”
Pero la paz todavía no había triunfado, no podían hablar en nombre del CC bolchevique, todavía faltaba la aprobación del CECTR (Comité Ejecutivo Central de Toda Rusia), el máximo órgano de decisión. Ahí los representantes del Partido Bolchevique fueron sin libertad de voto, ya que el margen con otras fuerzas políticas era muy ajustado, aun así, los bolcheviques opuestos a la paz se reservaron el derecho de hacer propaganda en contra del tratado tanto dentro como fuera del partido, cosa con la que Lenin estuvo de acuerdo.
El resultado en el CECTR fue de 116 votos a favor de la paz, 85 en contra y 26 abstenciones. El tratado finalmente lo firmó el 3 de marzo de 1918 Chicherin, un desconocido hasta entonces, recién llegado del exilio.
Este tratado estuvo vigente hasta el 13 noviembre de 1918 cuando, tras la revolución alemana, el gobierno soviético lo anula.
Reflexión a compartir
La paz se firmó bajo unas condiciones deshonrosas, si las primeras ya lo eran, qué decir de la segunda oferta. Aun así la cosa no fue tan fácil, la oposición al tratado fue grande tanto dentro como fuera del partido bolchevique. Antes de la revolución acusaban a los revolucionarios rusos de ser agentes de Alemania, ¿Qué habría pasado si nada más llegar al poder hubieran firmado la paz entregando grandes extensiones al imperialismo alemán?, ¿Habría sido bien aceptado?. Salió la paz hacia delante en unas condiciones claramente desesperadas, si el pueblo ruso lo hubiera aceptado en otras condiciones es algo que nunca sabremos.
Bibliografía utilizada:
- La paz de Brest - Mijaìl Shatrov - Revista Novi Mir nº 4, 1987.
- Lenin y Trotsky, ¿Qué defendieron realmente? - Alan Woods.
- Lenin – Gerard Walter
[i] Socialchovinistas- socialistas de palabra y nacionalistas de hecho, utilizado para referirse a los que en nombre del socialismo, apoyaron la guerra y se pusieron del lado de su burguesía nacional.
[ii] Se puede encontrar una referencia a lo anterior en las Obras Escogidas de Lenin. (Collected Works, vol.27, p.113)
Mikel Liñares
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