Los partidos comunista y socialista argentinos en nuestra historia
Algunos apuntes sobre la historia de la izquierda argentina, socialista y comunista. Luces y sombras de sus respectivas historias.
Eramos más de cien mil manifestantes que avanzábamos por la Avenida de Mayo. De casi todos los balcones colgaban banderas de la República española, argentinas y rojas. El socialismo recordaba multitudinariamente el Primero de Mayo. Corría el año 1956.
El palco se encontraba levantado en la esquina de Florida y Diagonal Norte. El acto fue cerrado por Américo Ghioldi. Fue un discurso antiobrero, soberbio, ferozmente gorila. El socialismo inició ese día su carrera definitiva hacia la extinción. De allí en adelante fue 'Norteamérico' Ghioldi y se sucederían luego, una tras otra, las expresiones 'se acabó la leche de la clemencia': su aplauso al fusilamiento del General Valle y sus compañeros.
En su alocada carrera hacia la ultraderecha, Ghioldi terminó como embajador en Portugal de la dictadura genocida. Mientras tanto, en Buenos Aires tenía la apoyatura política de 'La Vanguardia' bajo la dirección de Norberto Laporta, quien el 5 de febrero de 1981 escribe un editorial referido al dictador Viola que titula 'Una esperanza y un programa de acción y superación'.
Hoy, el órgano de prensa de Ibarra, propiedad del grupo Clarín, denominado 'Página /12' define al acuerdo entre Izquierda Unida y el Socialismo amarillo como 'histórica unidad de la izquierda' (palabras de Jorge Rivas). En realidad, este acercamiento de los comunistas con los ghioldistas más que un frente político parece un acuerdo esotérico y de alguna manera coinciden los tres Ghioldi en un error histórico.
El socialismo amarillo no pagará jamás su participación en la Unión Democrática como tampoco lo podrá hacer el Partido Comunista que reincide en sus viejas equivocaciones.
En mi paso por la Legislatura porteña pretendí otra cosa, la unidad de la izquierda más combativa, pero ni siquiera obtuve la conformación de un interbloque de izquierda. Lo que ha dado a luz la provincia de Buenos Aires me duele. Es difícil entenderlo pero es imposible compartirlo.
Abel Alexis Latendorf
Hacia 1913 se formó el Centro de Estudios Carlos Marx dentro de las filas del Partido Socialista, que reunía a un grupo mayoritariamente obrero integrado entre otros por José Fernando Penelón, Emilio González Mellen y el chileno Luis Emilio Recabarren. En el Comité Ejecutivo del Partido, la minoría marxista elegida por los afiliados eran Penelón y Juan Ferlini. Esto sucedía mucho antes de la revolución rusa del '17. Cuando se realiza un Congreso en el teatro Verdi de La Boca y el ala izquierda triunfa sobre las posiciones del fundador del Partido, Juan B. Justo, y del ala derecha que dirigía Antonio di Tomasso. En ese momento Penelón y Ferlini decían que la Primera Guerra Mundial era interimperialista y, si bien no eran neutralistas como Yrigoyen y otros, defendían la tesis internacionalista, es decir se pronunciaban por la paz y la no participación en la contienda.
Luego del triunfo de esta posición dentro del PS, el ala derecha llamó a la renovación de los cargos del Comité y la ratificación o no, de los cargos legisladores. Ante esa disyuntiva, la mayoría de los afiliados votaron por ratificar a los legisladores y al Comité. Las resoluciones de ese Congreso Extraordinario no llegaron a cumplirse porque expulsaron a los internacionalistas, que conforman en enero de 1918 el Partido Socialista Internacional, primer nombre del PC. En ese marco, se dirigen a la Internacional Socialista aunque hubiera caído con la Guerra Mundial.
Luego, el Partido Socialista Internacional se presenta a elecciones y logra la primera concejalía comunista: Juan Ferlini, quien se retira del Partido Comunista (así llamado en 1920) por no aceptar las 21 condiciones. Este no fue el primer desprendimiento.
En el PS, en 1905, la Corriente Sindicalista Revolucionaria con nombres como el de Sebastián Marotta, Luis Bernard, Emilio Troise, inspirados en Sorel, planteaba la huelga general revolucionaria como estrategia para la toma del poder y el antipartidismo político. El sindicalismo estaba dirigido por una mujer: Gabriela Laperrière de Coni.
El destino del Sindicalismo Revolucionario fue bastante problemático. Con los años se transformó en una corriente burocrática muy compacta, antipartidista, logró victorias sindicales y se acercó a Yrigoyen y a los distintos gobiernos de turno.
En Europa, algunos sindicalistas revolucionarios se hicieron comunistas, pero la mayoría se hizo fascista.
Un año después de las 21 condiciones de Moscú de 1920, ingresan al PC los 'terceristas'. Los 'terceristas' habían perdido el congreso, a pesar del apoyo del senador Enrique del Valle Iberlucea, Enrique Mouchet, Miguel Briolo, Juan Nigro, José P. Barreiro, entre otros, porque, ante una pregunta del ala derecha (Antonio Di Tomasso), el miembro informante de la minoría tercerista García, respondió que las condiciones debían ser aceptadas a libro cerrado sin plantear la cuestión de los 'permisos especiales'.
De todos modos, se fortaleció al PC a nivel latinoamericano, y en 1922 se produce la primera discusión sobre la táctica política que inicia Ida Bondareff de Kantor, una odontóloga que había participado en la Semana Trágica. Era amiga íntima de Lenin, le enviaba documentos sobre el Río de la Plata -que no pasaban por la dirección del flamante PC ni por Codovilla, que se había iniciado como tesorero y se consolidaba en el aparato administrativo aunque no tenía mayoría en el aparato político-. Por entonces, el PC seguía en manos de la extrema izquierda dirigido por Angélica Mendoza y por Rafael Greco.
Mientras el grupo de Kantor responde afirmativamente al llamado de Lenin sobre la necesidad del Frente Unico, y se realiza la alianza entre el PC y el PS contra la burguesía. Rafael Greco, Alberto Palcos y Luis Koifman -que dirigió años después Argentina Libre y era uno de los ideólogos de 'los frentistas'- están con ella. Penelón sostiene que aliarse con el PS de Juan B. Justo era volver atrás, volver al reformismo. Por lo tanto, en 1922 se produce la exclusión de los frentistas.
En los años siguientes la futura burocracia, frente al predominio del ala izquierda dentro del PC, adopta demagógicamente posturas ultraizquierdistas. Hay enfrentamientos muy duros; en un Congreso le dan un balazo a Codovilla, pero no aciertan, y resulta muerto un joven comunista. La lucha se hace encarnizada, sacan el periódico 'La Chispa' y encarnan el ala más extrema.
Penelón estaba por la reivindicaciones inmediatas, el aumento salarial, mientras los chispistas decían: 'revolución o nada'. Al final fue nada.
En 1926, Stalin comienza a consolidarse en la Unión Soviética. En 1920, ya Rodolfo Ghioldi había estado en Moscú, lo sigue Penelón, que es nombrado miembro del Ejército Rojo.
Cuando, en 1925, expulsan a los chispistas (la extrema izquierda), éstos forman -hasta el golpe del '30- el Partido Comunista Obrero.
Lo más dramático en la historia del PC de esa época es que se opone a la ley de las jubilaciones, porque dicen que por ella los obreros ferroviarios se volvieron yrigoyenistas, se aburguesaban. Como en 1944, cuando los socialistas rechazamos el aguinaldo por contrarrevolucionario.
En 1928 se produce otra escisión de los penelonistas que están en contra del poder absorbente de Rodolfo Ghioldi y Victorio Codovilla, se llamarán Partido Concentración Obrera. Una de las causas de la fractura es que se juzga como fascista al gobierno de Yrigoyen, que si bien no era un gobierno revolucionario, apenas tibiamente reformista, tampoco era fascista. Esto significó privarse de tener relación con amplios sectores populares que los seguían. Los comunistas se enterarían con Uriburu, en 1930, que el fascismo había llegado.
En el '29, Orestes Ghioldi -que llamó años después 'pobre jorobadito' a Antonio Gramsci- condena la propuesta de la delegación comunista peruana y sostiene que no se pueden formar en Perú comités de soldados, marinos, obreros y campesinos, es decir soviets, porque son todos indios y el sistema es casi feudal.
Pero José Carlos Mariátegui supo releer el marxismo y adaptarlo a Latinoamérica y su obra, a pesar de su temprana muerte, en 1930, tiene hoy plena vigencia.
Stalinización
En la llamada stalinización del PC se tienen dos posiciones. Desde 1929 hasta 1934, siguiendo a Stalin, se está en contra de los 'perros trotskistas' y el PC crece sin la presencia de Rodolfo Ghioldi, preso en Brasil, y de Codovilla, que está en España. Hasta 1935 hay un folleto terrible de Ghioldi que se llama '¿A dónde va el PS?', donde acusa de fascistas y semifascistas a los socialistas de la Casa del Pueblo. Sin embargo, ese año se da un giro, después de un discurso de unl delegado búlgaro, Jorge Dimitrov, que habla de la necesidad de hacer el Frente Popular con las burguesías para enfrentar al fascismo.
Pero el frente popular, aplicado mecánicamente en nuestros países coloniales y semicoloniales, fue desastroso. Se aplicaba lo que se promulgaba en Europa y se producían cosas como la alianza del PC con Batista, y Carlos Rafael Rodríguez terminaba como ministro. Acá se da la alianza con la derecha radical alvearista en la Unión Democrática.
Aunque el PC sigue creciendo y participa con los anarquistas de la famosa huelga de '36. Codovilla y Ghioldi regresan y retoman la dirección. Mientras Codovilla escribe 'Batir al nazi peronismo...' y Perón gana las elecciones, algunos comunistas se unen al peronismo, como Rodolfo Puiggros.
El PC no apoya directamente el golpe militar del '55, pero lo mira con simpatía. Apoya a Frondizi, que después lo proscribe, y sufre vicisitudes relacionadas con los vaivenes de la URSS y el mundo comunista de la época.
Respecto del PS, después de la muerte de Juan B. Justo predomina el ala derecha del partido encabezada primero por Nicolás Repetto y después por Américo Ghioldi.
A partir del informe político de 1943 y otros tres libros Ghioldi (Argentina tiene miedo, Palabras a la Nación y Historia crítica de la revolución del 43), se delinea una posición de seguimiento de la 'burguesía democrática'.
Durante el peronismo, en 1950, se realiza un Congreso del PS en Mar del Plata, donde Américo Ghioldi acusa a Julio V. González porque consideraba que el peronismo estaba expresando a la clase obrera y para que el PS recuperara protagonismo había que reconocerlo. Ghioldi le contesta que González hacía 'Peronismo + 1' y consideraba que el peronismo es fascismo y por lo tanto debe combatirse. Todo esto llevó al rompimiento entre el Partido Socialista Argentino y Partido Socialista Democrático, en 1958.
Unos últimos comentarios sobre el PC. En los años 53 /54, una parte se hace pro peronista y se une en el ambiente estudiantil con la Confederación General Universitaria. Pero la dirección sigue siendo gorila y Juan José Real es expulsado, aunque en el campo sindical la creación de las 62 Organizaciones, después de 1955, incluye a miembros del PC y a trotskistas.
Después viene la ilegalidad y en el '62 el secretario de Codovilla, Enrique Israel, impulsa una nueva interpretación, la del giro a la izquierda del peronismo, para acordar con sectores del peronismo y después retroceder.
En el '67 se produce la escisión del Comité Pro-recuperación del movimiento comunista (o Recuperación Revolucionaria) Esta gran esperanza más tarde terminaría en el PCR.
Después se produce la convergencia cívico-militar: contra lo que el PC denomina 'los militares pinochetistas', y considerando buenos a Videla y Viola y malos a Pajarito Suárez Mason, entre otros.
En ese marco de 'diferenciación' impulsado por la Junta Militar encabezada por Videla, Massera y Agosti, se organizó y ejecutó el terrorismo de estado, el plan de Martínez de Hoz que afectó al aparato productivo y los centros de estudio e investigación y la trágica desaparición de 30.000 personas.
Emilio J. Corbière
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