miércoles, febrero 07, 2018

Causas inmediatas que explican la caída de Wall Street



La bolsa de Wall Street se desplomó ayer y el Dow Jones cerraba con la mayor caída en puntos de su historia. Entre los factores desencadenantes: la asunción de Powell, el aumento de las tasas de los bonos a 10 años y el incremento de la tasa de empleo.

La bolsa de Wall Street se desplomó ayer y el índice Dow Jones cerraba con la mayor caída en puntos de su historia, cuestión relacionada al hecho de que durante enero había alcanzado su nivel más alto pasando los 26.000 puntos. En términos porcentuales el descenso equivale al 4,6% que junto con el descenso de 2,54 del viernes, representa la mayor baja desde el convulsivo febrero de 2016 cuando terminó acumulando una caída del 14%.
En términos acumulados la caída arrasa con todo lo que había subido la bolsa desde comienzos del año y la coloca un 1,5% por debajo de su performance de fines de 2017. También el índice S&P 500 perdió un 4,1% y el índice tecnológico Nasdaq un 3,8%.
Por su parte y como efecto colateral, caía fuerte (2,5%) el índice Nikei de Japón y las principales bolsas europeas. En América Latina el descenso más abrupto se vivió en Buenos Aires donde el Merval cayó un 4,5% acumulando una baja de alrededor del 11% en las últimas 3 ruedas.

Causas inmediatas

Los factores inmediatos que explican la caída de Wall Street son varios.
El hecho “original” estaría ligado a que la semana pasada se dieron a conocer los datos del crecimiento de la tasa de empleo –parece extraño pero es real, a la bolsa esto le cae mal…- y un paupérrimo incremento de los salarios en Estados Unidos. Esta circunstancia asociada al incremento del déficit fiscal previsto por la rebaja impositiva de Trump y a la política de normalizar las tasas de interés (subirlas), generó aparentemente temor entre los inversores de que la inflación crezca más de lo esperado, que Estados Unidos necesite una mayor atracción de capitales y que por lo tanto, la Reserva Federal (Fed) se vea en la necesidad de incrementar más las tasas de corto plazo de lo que estaba planeado.
Esta circunstancia contribuyó a producir una aumento mayor –ya venía subiendo- de la tasa de interés de los bonos del Tesoro a diez años que superó el 2,8 % en lo que representa su valor más alto desde 2014. A su vez y como una suerte de profecía autocumplida, si el aumento de la tasa prosiguiera podría atraer más fondos y retirar capitales de la bolsa, cuestión que haría caer las acciones y que aparece como alerta para los accionistas.
Además justo ayer a la mañana se produjo el cambio de mando en la Fed. El reemplazante de Janet Yellen, Jerome Powell, juraba como decimosexto presidente del Banco Central de Estados Unidos. Es cierto que Powell fue presentado como continuista de las políticas de Yellen, pero en una economía cuyos fundamentos permanecen débiles, con un déficit fiscal que va a incrementarse de manera abrupta y con Trump en la Casa Blanca, nunca se sabe.
Por último y como siempre, la caída del Dow Jones responde también a una toma de ganancias para una bolsa que sólo en enero acumuló ganancias históricas de un 6,5% representando la mejor performance de un enero desde 1959.
Estos factores que por supuesto están lejos de agotar la lista, son algunos de los desencadenantes de una caída bursátil que es muy probable que continúe en los próximos días y que en el marco de una economía débil, con activos financieros superinflados y bajo la conducción de Donald Trump, es muy difícil imaginar donde puede terminar.

La Izquierda Diario

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