La vicepresidenta Victoria Villarruel aprovechó el 17 de octubre para reunirse en Madrid con la exmandataria Estela Martínez de Perón, conocida como “Isabelita”, y compartió las fotos del encuentro en sus redes sociales donde aseguró: “En un día como hoy, en donde se habla de lealtad, quiero reivindicar su figura”. La figura de quien debería estar presa por el asesinato de miles de luchadores obreros y estudiantiles durante el tercer gobierno peronista.
El objetivo de la vice es comulgar con el peronismo de derecha que dejó el propio Perón y que fue encarnado durante el gobierno de Isabelita. Estamos hablando del gobierno de la Triple A (la Alianza Anticomunista Argentina), un organismo del propio Estado armado desde el despacho del general Perón para exterminar físicamente estudiantes, obreros y opositores, lo que luego profundizaría la dictadura.
Es el gobierno del Operativo Independencia, lo que marcó el inicio de la represión que se llevaría adelante de manera sistemática en la Argentina a partir del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. María Estela Martínez de Perón ordenó al Ejército Argentino y la Fuerza Aérea Argentina “neutralizar y/o aniquilar” a todo aquello que considerasen “elementos subversivos” en la Provincia de Tucumán. En su transcurso, las Fuerzas Armadas instalaron en la provincia un régimen de estado de sitio, con aplicación de técnicas sistemáticas de terrorismo de Estado, que incluyeron gran cantidad de desapariciones forzadas y el establecimiento de centros clandestinos de detención, con permanentes violaciones de derechos humanos.
Sin ir más lejos, este año se cumplen 50 años del asesinato de Jorge Fischer y Miguel Bufano, delegado general y obrero de la fábrica Miluz respectivamente y ambos militantes del grupo trotskista Política Obrera (antecesor del Partido Obrero).
Es también el gobierno del Rodrigazo, un plan económico de brutal ajuste aplicado por el ministro Celestino Rodrigo que implicaba además una fuerte devaluación, boletazos de hasta 180%, tarifazos y tope a los incrementos salariales, muy similar al esquema económico actual. Las medidas dispararon la inflación, que pasó del 24% en 1974 al 182% en 1975, dando inicio a una década y media de tasas de inflación superiores al 100 % anual. Esto dio lugar a la primera huelga general durante un gobierno peronista, impuesta por la clase obrera contra la burocracia de los sindicatos, organizada por los coordinadores interfabriles de las comisiones internas, cuerpos de delegados y seccionales recuperadas por el sindicalismo combativo y clasista, la que fue acompañada de grandes movilizaciones populares.
Con este método, la lucha del movimiento obrero echó al ministro Rodrigo y a José López Rega, ministro de Bienestar Social, y rompieron la capacidad de represión del gobierno peronista, por lo que no les quedó más carta a la burguesía que el genocidio liso y llano de la dictadura.
Es claro que el peronismo, en su esencia, defiende los mismos intereses que el gobierno actual, por eso Villarruel busca reivindicar la figura de Isabel Perón. Sin embargo, tanto la vicepresidenta como Milei se van a ir derrotados por la clase obrera, la misma que volteó el rodrigazo, que echó a la dictadura y que metió presos a los genocidas. El camino para eso es el mismo: la huelga general. Con ese método tenemos que derrotar a este gobierno y a todos los progenocidas y prorepresores.
Camila García
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