En el listado de programas afectados están los vinculados al equipamiento e infraestructura del sistema científico y tecnológico, a la repatriación de científicos argentinos que viven en el extranjero, al repositorio de datos genéticos con amplias aplicaciones en salud, al trabajo en redes sobre temas estratégicos, a la formación de jóvenes en investigación, a proyectos de vinculación tecnológica con instituciones estatales y organizaciones de la comunidad, entre otros. Muchos ya habían entrado en ´zona roja´ en 2024 debido a los recortes y despidos.
La resolución 19/25 plantea, asimismo, un mayor ataque a las investigaciones científicas relacionadas con las ciencias sociales en tanto las prioridades del gobierno serían las orientadas a la agroindustria, la energía y minería, la economía del conocimiento y la innovación y salud. La cruzada del gobierno libertario contra los estudios que denuncian y reflejan las catástrofes vinculadas a la destrucción medioambiental, al calentamiento global y las cuestiones de género plantea estas investigaciones serán las primeras en la lista.
Este nuevo ajustazo del gobierno significa una aceleración sin retorno del proceso de vaciamiento y privatización del sistema científico-tecnológico de las últimas décadas a lo que se suma el oscurantismo y carácter reaccionario que se le pretende imprimir. Sectores sindicales como ATE y las federaciones universitarias han sacado comunicados de repudio, pero nada dicen de cómo tirar abajo esta resolución y la política nefasta del gobierno.
Frente al colaboracionismo con el gobierno de las burocracias sindicales tenemos que preparar desde las bases una respuesta acorde a la dimensión de este ataque: la huelga científica y educativa. Las tomas estudiantiles autoconvocadas de Facultades y Escuelas Preuniversitarias, en octubre de 2024, y las asambleas interclaustros e interFacultades, en las que se estableció la coordinación, marcan el camino.
Alejandra del Castillo
11/01/2025
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