Blog marxista destinado a la lucha por una nueva sociedad fraterna y solidaria, sin ningún tipo de opresión social o nacional. Integrante del Colectivo Avanzar por la Unidad del Pueblo de Argentina.
lunes, octubre 10, 2011
Ernesto Che Guevara (14 de junio 1928 – 8 de Octubre 1967)
Todas las causas que lo motivaran a rebelarse siguen aún vigentes, su ejemplo y sus palabras también.
Quién fue el Che?
En 1955 Ernesto Guevara se une a Fidel Castro en el Movimiento 26 de Julio y un año más tarde parten hacia Cuba. Allí realizan el proyecto de liberación nacional y social más emblemático de los últimos 50 años: la Revolución Cubana.
Durante los años siguientes ocupó diversas tareas importantes dentro y fuera de Cuba, convirtiéndose ya en un referente a escala mundial de las luchas de los pueblos por su independencia.
En 1966 partió hacia Bolivia. Frente a la Dictadura de René Barrientos, luchó en el incipiente ‘Ejercito de Liberación Nacional’ junto a bolivianos, peruanos y cubanos durante 1967. Después de 11 meses de batallar en la selva Boliviana, el 8 de Octubre cae herido y prisionero. Es asesinado al día siguiente por órdenes de Barrientos y sus asesores de la CIA.
Los pueblos oprimidos del mundo entero sufrieron su pérdida. Sus compañeros que seguían en la selva boliviana sellaron su compromiso: “Che: tus ideas no han muerto, nosotros los que combatimos a tu lado, juramos continuar la lucha hasta la muerte o la victoria final.”
Pero, más que saber quién fue, nos preguntamos: ¿Qué era el Che?
¿Solidario? ¿Honesto? ¿Intelectual? ¿Trabajador? ¿Coherente? ¿Humanista? ¿Rebelde?… Si pensamos al Che como solamente la suma de todas estas cualidades, todavía está faltando responder: ¿Por qué era así?… ¿Por qué tomaba el camino de la lucha por la liberación de los pueblos oprimidos de otros países? ¿Por qué el Che se sumaba todos los domingos, además de cumplir sus tareas como Ministro de la Revolución Cubana, al trabajo voluntario junto a miles de obreros? ¿O con la misma convicción y fortaleza también tomaba lecciones intensivas de economía durante la madrugada cuando era necesario que sea Presidente del Banco Nación de Cuba o Ministro de Industrias? ¿Por qué sin dudar iba al frente tanto en el trabajo cotidiano, como en la Asamblea de las Naciones Unidas?
Porque esencialmente era un revolucionario, eso era el Che.
Un revolucionario es quien quiere cambiar la realidad de una manera íntegra, completa. Y lo pone en práctica de manera intransigente y decidida. En ese objetivo se hace primordial y necesario transitar un cambio sobre uno mismo, poniendo en práctica los valores con los que soñamos para la nueva sociedad por la que luchamos.
El Hombre Nuevo y el Internacionalismo
De la experiencia de construcción del socialismo en Cuba, el Che advertía que es imposible construir una nueva sociedad, verdaderamente libre, atendiendo solamente a lo material, a mejorar la producción y redistribución de la riqueza. Había que tomar enérgicamente una tarea: a la conciencia individualista que nos inculcara el capitalismo hay que transformarla en una conciencia solidaria y socialista, ya que sería una ilusión realizar la nueva sociedad con las herramientas que nos legara la vieja sociedad.
Resumió todo esto en la idea del Hombre Nuevo: “Haremos el hombre del siglo XXI: nosotros mismos”. La fraternidad, la entrega a la causa, van adelantando la creación de personas nuevas a través de las prácticas, la organización, la creatividad y el internacionalismo. Por esto en Argelia dijo: “No puede existir socialismo si en las conciencias no se opera un cambio que provoque una nueva actitud fraternal frente a la humanidad, tanto de índole individual, en la sociedad en que se construye o está construido el socialismo, como de índole mundial en relación a todos los pueblos que sufren la opresión imperialista”. Así el Che resumía también su llamado a la acción revolucionaria a escala internacional. Así lo llevó a cabo en sus incursiones en África y Sudamérica.
¿Por qué el Che fue a Bolivia?
Como para él y los verdaderos revolucionarios las cosas no terminan en el mero análisis sino que allí recién comienzan, le puso el cuerpo a sus ideas, las llevó adelante. En su despedida a Fidel y al pueblo de Cuba ya enunciaba sus próximos pasos: “Otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos”. Primero el Congo y luego Bolivia. Él tenía claro que la lucha que libraban los pueblos del tercer mundo tenía un denominador común: la opresión del imperialismo norteamericano. Por ello como todo revolucionario, él sabía que debía “cumplir con el más sagrado de los deberes; luchar contra el imperialismo dondequiera que esté”. Como parte de su idea estratégica, llevó adelante un proyecto de liberación continental.
Y el lugar elegido fue Bolivia, decisión tomada por dos razones. Primero, el pueblo boliviano ya había atravesado una experiencia de lucha revolucionaria en 1952-53. Segundo, la zona geográfica elegida correspondía a la más estricta y tradicional doctrina militar. Al igual que José de San Martín, quien montó su cuartel general en Plumerillo (Cuyo), el punto más alejado del poder español, el Che eligió Ñancahuazú en Bolivia, el eslabón más débil de la dominación imperialista. Desde aquí el Che tenía previsto desarrollar y desplegar la lucha revolucionaria hacia todo el continente sudamericano.
Retomar las banderas, continuar su lucha
Cuarenta años después, el Che sigue señalando el camino. Estamos convencidos de que los actuales procesos que están viviendo nuestros pueblos de América, como Venezuela, Bolivia, Ecuador, son clara consecuencia de aquellas enseñanzas. La unidad latinoamericana no puede pensarse sin los aportes que él hizo, sin su entrega y el legado de su ideario.
El heroico ejemplo de Ernesto Che Guevara, lejos de sumirnos en la contemplación, en la admiración de su enorme entrega revolucionaria, en la simple observación de lo que fue su vida y obra, nos motiva día a día a recoger sus banderas, a tomar su ejemplo y sus ideales. La calidad de hombre excepcional del Comandante Guevara no nos debe encandilar de modo que nos paralice. Por el contrario, debemos saber que él es la guía, que él trazó la senda, pero aún queda mucho por andar. Todas las causas que lo motivaran a rebelarse siguen aún vigentes, su ejemplo y sus palabras también. Esas causas son las nuestras, la opresión sigue presente y está en nuestras manos ser cada día más humanos, más militantes, más entregados, buscando en el día a día, alcanzar a los hombres y mujeres nuevos que hagamos de éste, un mundo mejor para todos y todas.
Juventud Guevarista
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