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lunes, febrero 05, 2018
Arafat: el controvertido líder de la Organización para la liberación de Palestina (OLP)
Hace 49 años, a principios de febrero de 1969, Yasser Arafat era elegido líder de la OLP, un frente de organizaciones palestinas que actuaban combatiendo y oponiéndose al Estado de Israel. El partido de Arafat, Fatah, era uno de sus principales miembros.
Había pasado poco más de 1 año y medio de la Guerra de los 6 días (1967) donde el Estado de Israel salió victorioso del enfrentamiento con Egipto, Jordania y Siria, se apropió de territorios como la península del Sinaí (Egipto), Cisjordania y Jerusalén este (perteneciente hasta entonces a Jordania) y los Altos del Golàn a Siria. Como es sabido, luego por diversos acuerdos tuvo que devolver esos territorios, salvo Jerusalén este –donde Trump lanzó la provocación de que mudará la embajada de EEUU allí.
Esta derrota a los países del Medio Oriente pertenecientes a la Liga Árabe (que sostenía en su carta fundacional la intención de que en el territorio del Mandato Británico la minoría judía no estableciera un Estado), los dejó en crisis y entre los diversos movimientos palestinos que componían la OLP comenzaba a cundir la desesperación y alas cada vez más radicales en sus métodos, sobre todo entre los jóvenes, comenzaban a emerger.
Esta organización fue creada en 1964 precisamente con el objetivo de centralizar todas las facciones y partidos que habían constituido un frente político – militar para enfrentar a Israel y su colonialismo. Fatah o Al Fatah (victoria en árabe) -Movimiento Palestino de Liberación Nacional-, como dijimos es el principal de los partidos que integran OLP. También son parte el Frente Popular para la Liberación de Palestina (PFLP); Frente Democrático por la Liberación de Palestina (FDLP), la Unión Palestina Democrática (UPD) y el Partido Popular Palestino (PPP).
Fatah, fue fundada en 1957/58 en Kuwait por Yasser Arafat (Mohammed Yasir Abdel Rahman Abdel Raouf Arafat al-Qudwa al-Husseini, su nombre verdadero).
De padres palestinos, nació en El Cairo – Egipto- en 1929, en el seno de una familia acomodada, de linaje, musulmana sunita. A la salida de la II Guerra Mundial ya estaba participando de lo que era entonces un incipiente movimiento palestino que luchaba por instaurar un Estado árabe independiente, enfrentándose así al mandato británico de aquel entonces y a las aspiraciones sionistas que pocos años más tarde, en 1948 con la constitución de Israel, gracias al acuerdo de las Naciones Unidas, con Gran Bretaña y Estados Unidos a la cabeza, se verían concretadas.
Arafat contaba con entrenamiento militar desde joven, militando en las filas de Los Hermanos musulmanes, combatió al Estado de Israel en 1948/49 revistiendo en las filas del Ejército egipcio. Más tarde crearía, una vez recibido de ingeniero la Unión de graduados palestinos que le serviría para adquirir experiencia política con viajes a Checoslovaquia y Alemania, mientras continuaba sus lazos con el ejército egipcio (bajo las órdenes de Nasser) y sus servicios de inteligencia.
Para cuando funda Al Fatah, ya se había convertido así, en un militar nacionalista árabe, con una vasta experiencia política. Llega a la conformación de este partido, al convencerse de que el enfrentamiento con el Estado de Israel tenía que ser llevado adelante con una organización que plantee y defienda la especificidad palestina, sin esperar la unificación del mundo árabe. La represión de Nasser contra los Hermanos Musulmanes, también fue alejándolo de aquel y reforzando su nueva visión.
La OLP se convierte en un actor clave en la geopolítica de Medio Oriente
Ya en 1964 se realiza en Jerusalén oriental una reunión del primer Consejo Nacional Palestino, esta reunión estuvo dirigida por seguidores de Nasser, por miembros de Partidos Comunistas que respondían a Moscú y por militantes cuyo proyecto era el panarabismo. De allí surge una plataforma común de palestinos que estaban dispersos por el cercano oriente y Magreb, la Organización para la Liberación de Palestina.
Ahí surge la plataforma de esta organización que rechaza la existencia del Estado de Israel y considera palestinos a todos los habitantes árabes de Palestina hasta 1947 y a todos los descendientes de padres palestinos, posteriores a ese año, tanto dentro como fuera de ese territorio. Años después, con los acuerdos de Oslo -1993- sería el mismo Arafat quien va a reconocer al Estado Sionista, rompiendo ese punto de la “carta de intenciones”.
En septiembre de ese año una reunión de líderes árabes realizada en Alejandría, norte de Egipto, reconoce a la OLP como “depositaria de la voluntad del pueblo palestino” posteriormente crea su brazo armado: el Ejército de Liberación Palestina (ELP), cuyo reclutamiento quedó en manos de Siria.
El líder palestino consideraba hasta ese momento a la OLP como un instrumento político de Nasser, lo cual no distaba de ser verdad. Pero la guerra de los 6 días cambia el tablero político y Arafat aprovecha ese cambio. Recordemos que como consecuencia de esa guerra, más de un tercio de la población de Jerusalén este, Cisjordania y Gaza tienen que huir a países a los campos de refugiados de los países vecinos como Jordania, Siria y Líbano. Es precisamente en los campos de refugiados donde Arafat tenía una fuerte preeminencia y de donde reclutaba fedayines (combatientes) para su partido.
En marzo de 1968 se produce la “batalla de Al Karameh”, en la ciudad jordana del mismo nombre. Allí se enfrentan las fuerzas de defensa israelíes (FDI) y casi 300 fedayines al mando de Arafat, que contaron con la ayuda de la artillería jordana.
La batalla fue encarnizada y murieron más de 60 jordanos, un centenar de combatientes de Fatah y casi 30 soldados israelíes. Si bien las instalaciones de Al Fatah fueron destruidas, sobrevivieron una parte importante de las columnas de fedayines y esa batalla cuestionó la invencibilidad de las FDI. Esto hizo ganar mucho prestigio a Arafat y los palestinos comenzaban a ser vistos como una fuerza guerrillera autónoma y ya no tan dependiente de los ejércitos árabes.
Ese año viaja a Moscú, como parte de una delegación egipcia y logra que la ex Unión Soviética (desde varias décadas atrás burocratizada), le dé a sus soldados entrenamiento militar en tácticas de comando. La KGB es la encargada de esta tarea.
Así es como Arafat que ya se había convertido en un líder que contaba con una organización política militar de masas (su organización crece de a miles, son jóvenes palestinos con ansias de enfrentarse a Israel y liberar a su tierra de la colonización), adquiere preeminencia entre los líderes árabes y estos comienzan a entender que el líder palestino podía dirigir las distintas alas comprendidas en la OLP y contener y controlar posibles desbordes de una extendida vanguardia palestina, que provocara la solidaridad y acciones independientes de las masas árabes de sus propios países.
Luego de Al Karameh, el Consejo Nacional Palestino permite la entrada a la OLP de Fatah y cambia su carta orgánica proclamando la lucha armada como “única vía de liberar Palestina” y declara “la identidad separada del pueblo palestino”.
Un año más tarde, el ya hombre fuerte de la OLP, el 3 de febrero del 69, es formalmente declarado presidente del Consejo Ejecutivo de dicha organización.
Acuerdos de Oslo: papel mojado para palestinos
Más de 20 años pasaron hasta la firma de los “acuerdos de Oslo”, bajo la supervisión de Bill Clinton, por aquél entonces presidente de EEUU. Que en realidad fueron un intento de respuesta, por parte del imperialismo norteamericano y el Estado de Israel a la profundidad del movimiento que había generado la primera intifada, incluso a pesar de su posterior bestial represión. Arafat se prestó a eso, para desviar ese proceso de lucha masiva de los palestinos.
En esos acuerdos se establecía que los palestinos, vía la formación de una “Autoridad Nacional Palestina” se harían cargo de partes de Cisjordania (realizando una partición entre zonas A, B y C (A: control civil y de Policía por parte de la Autoridad Palestina, 18%. B: control civil a cargo de palestinos, control militar de la A.N.P. e Israel, 21%. C: Control civil y militar de Israel, 60% del territorio).
A demás de esto que significaba dejar a Cisjordania y la Franja de Gaza como bantustanes, no se trataba en estos acuerdos el derecho a retorno de los 7 millones de refugiados, ni la situación de Jerusalén este. Por más que los países imperialistas festejaran este acuerdo dándoles el Premio Nobel de la Paz a Rabin, Perez (una burla macabra pues se trata de quienes fueron a lo largo de su carrera militar, quienes perpetraron asesinatos de pobladores palestinos) y a Arafat. Para los palestinos significaron solo papel mojado.
Yasser Arafat, un líder que aún hoy es recordado por muchos palestinos como un héroe nacional, murió en Paris en 2004, luego de sufrir un confinamiento por 3 años en Ramalah, con la prohibición del Estado de Israel de que saliera de allí.
Su sucesor es Mahmud Abbas, quien actualmente está al frente de la A.N.P. y es una mala fotocopia del líder palestino.
Mirta Pacheco
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