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miércoles, enero 02, 2019
Ocupación israelí, más de lo mismo en 2019
Gráfico: Cisjordania, ¿quién controla qué?
El 13 de diciembre, poco después de que dos soldados israelíes murieran a consecuencia de un tiro fuera de una ilegal colonia israelí en la ocupada Cisjordania, Yaakov Katz, director de The Jerusalem Post tuiteaba lo siguiente: “Ellos celebran la muerte y nosotros celebramos la vida. Esa es la clave de este conflicto”. El tweet de Katz sintetizaba la deshumanización de los palestinos y la rotunda negación de la realidad de la ocupación y el colonialismo que, por desgracia, es demasiado común entre los judíos israelíes. Las personas ocupadas y la ocupación
“Incitación”, “lavado de cerebro”, “fervor religioso”, “extremismo”, “redes sociales”, “problemas familiares”: estas variaciones de conocidos estribillos se sacan a relucir una y otra vez, lo que sea para evitar afrontar una ecuación conocida por todas las potencias coloniales a lo largo de la historia: la persona ocupada siempre rechaza la ocupación.
Dudo que Katz o cualquiera de los demás defensores del apartheid imaginen siquiera lo que debe de suponer ser una persona palestina en Cisjordania, el hecho de que gran parte de tu vida esté controlada por el capricho de un soldado y una decisión de un general. ¿Tu casa? Demolida ¿Tu hijo? Muerto de un disparo ¿Tu colega? En la cárcel.
Los políticos y los altos cargos encargados de la “seguridad” israelíes nos dicen que la juventud palestina se alimenta de una dieta de odio e incitación en las escuelas, las mezquitas e internet. Pero los niños palestinos no necesitan que se les enseñe a odiar cuando los colonos los atacan en el camino a la escuela o cuando los soldados israelíes disparan contra sus compañeros de clase o cuando los jueces militares encarcelan a sus padres. Vivir bajo la ocupación es su propia educación y dura toda la vida.
Resulta difícil exagerar hasta qué punto la ocupación colonial de Israel degrada y brutaliza a los palestinos. Les pueden quitar sus hogares y propiedades. Les pueden torturar sus cuerpos. Les pueden quitar la vida. Y todo ello con impunidad total.
En sus actividades cotidianas las “Fuerzas de Defensa Israelíes*” son ante todo y por encima de cualquier otra cosa un ejército colonial.
Un régimen militar
Según varios exoficiales, “la cantidad de soldados que necesita el ejército para mantenerse en Cisjordania equivale a más de la mitad, y en ocasiones dos terceras partes, de sus fuerzas regulares que realizan tareas operativas”. Y un 80 % de esas fuerzas “se dedican a la protección directa de las colonias”.
De los 14 israelíes asesinados por palestinos este año siete eran soldados y siete colonos, todos ellos murieron en territorio palestino ocupado. Según las propias cifras de las autoridades israelíes, de los 330 “atentados terroristas” de octubre (una categoría en la que se incluye arrojar cócteles Molotov a las fuerzas de ocupación) ni uno de ellos se “ejecutó dentro de la Línea Verde”. Sin embargo, en vez de sacar las conclusiones obvias de estos datos (es decir, que un régimen militar dedicado a proteger a una población colona y a un sistema de apartheid engendrará necesariamente una dinámica de revuelta y represión), lo único que sabe Israel es cómo redoblar la ocupación.
En la segunda semana de diciembre, por ejemplo, muchos israelíes se han quejado de que “se ha perdido la disuasión” del ejército, y tanto políticos como colonos han pedido nuevas políticas de castigo colectivo. Estas políticas incluyen limitar aún más la libertad de movimiento de los palestinos, la demolición de sus casas, imponer sanciones a la Autoridad Palestina e incrementar, además, la colonización de tierra palestina por medio de la expansión de las colonias y la autorización de puestos avanzados.
La única preocupación de las autoridades israelíes que sopesan estas opciones, especialmente el ejército y organismos como el Shin Bet [Agencia de Seguridad Israelí], es la de no alterar el “equilibrio” al que se dedican tantos recursos: una represión suficiente para someter la resistencia pero no la suficiente para provocar un levantamiento más amplio.
2019: una revuelta más amplia
Aunque los analistas israelíes se preocupan por un “pico” de la violencia en Cisjordania, actualmente las posibilidades en contra de una Intifada son mayores. Como escribió Mouin Rabbani ya en 2015, “las observaciones de que los palestinos no lo han tenido tan mal desde 1948 deberían referirse no sólo a los diferentes indicadores que llevarían a sugerir que es inminentes otro levantamiento, sino también a aquellos factores que unidos conspiran contra una nueva rebelión”. Según Rabbani, sigue faltando “una estructura organizativa que pueda canalizar una vez más la furia popular y movilizar, organizar y mantener una nueva Intifada palestina”.
Por lo que se refiere a 2019, el nuevo año promete más de lo mismo. En abril habrá elecciones en Israel y el primer ministro Benjamin Netanyahu no querrá que el partido Hogar Judío le adelante por la derecha; puede que se satisfaga el deseo de los colonos que urgen a tomar medidas enérgicas contra los palestinos. Por otra parte, en su deseo de evitar un periodo electoral dominado por una oleada de bajas israelíes en Cisjordania, Netanyahu también se inclinará a hacer caso de las advertencias de los oficiales del ejército y de los servicios de inteligencia respecto a fomentar una revuelta más amplia.
Por consiguiente, es probable que, salvo acontecimientos inesperados, el status quo prevalezca, lo que significa más ocupación y unas escaladas periódicas aunque limitadas. Y mientras tanto e l gobierno israelí nos asegurará que no hay interlocutor para la paz, que los palestinos enseñan a odiar a sus hijos y que incluso osar susurrar la palabra “apartheid” no es más que una mentira antisemita.
Ben White
Middle East Eye
Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
* Es el nombre oficial con el que se autodenomina el ejército israelí (N. de la t.).
Ben White es autor del libro Israeli Apartheid: A Beginner's Guide and Palestinians in Israel: Segregation, Discrimination and Democracy. Es colaborador de Middle East Monitor y Al Jazeera , al-Araby , Huffington Post , The Electronic Intifada , la sección de The Guardian “Comment is Free” y otros medios publican sus artículos.
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