La crisis política se da por la impotencia de Petro para implementar las reformas limitadas que se propuso, debido a la falta de apoyo, no sólo por parte de la oposición, sino de la propia coalición que le hizo ganar las elecciones.
El Congreso de Colombia rechazó en diciembre una propuesta de aumento de impuestos, dejando al gobierno con poco margen fiscal después de registrar un déficit el año pasado del 6,8 por ciento del PIB, muy por encima de su meta del 5,6 por ciento, y menores ingresos que los proyectados (Financial Times, 19/03).
Diego Guevara, el ministro saliente -tras acusaciones de corrupción-, era partidario de efectuar recortes en gastos sociales a los que Petro se niega y a los que pretendía cubrir con la reforma tributaria.
Esta situación está generando una devaluación del peso y la agencia calificadora Fitch rebajó la perspectiva crediticia de Colombia de "estable" a "negativa", alegando preocupación por el deterioro fiscal y la incertidumbre sobre las medidas. La deuda pública equivale al 60% del PIB y a eso hay que sumarle la deuda flotante por los compromisos de pago no ejecutados que en 2024 ascendió a 61 billones, casi el doble de 2023.
La otra gran reforma que Petro quiere implementar es sobre el sistema de salud. Actualmente está privatizado y la cobertura a la población sin recursos se hace por medio de un sistema de subsidios. Pero además, entre la recaudación de los recursos (tarifas y subsidios) y los servicios de salud, existen unas intermediarias –que pueden ser públicas o privadas– las Entidades Promotoras de Salud (EPS), las cuales dan lugar a corrupción y generan un sobrecosto parasitario.
El presidente pretende aumentar el control estatal y reducir el papel de las EPS. Como esto fue rechazado por el congreso, Petro pretende ejecutar las reformas directamente, pero no cuenta con el apoyo de la coalición de gobierno.
El mero intento de reforma produjo la reacción de las empresas de la salud que están acaparando medicamentos –generando desabastecimiento– y obstruyendo la atención médica, dilatando los turnos, generando una crisis sanitaria de magnitud.
Esto llevó a Petro a declarar que era un “presidente revolucionario en un gobierno que no lo es” y que se equivocó en creer que se “podía hacer una revolución desde el gobierno”.
Para conseguir apoyo el presidente convocó a la movilización popular protagonizada principalmente por los sindicatos.
Crisis general
En enero, Petro declaró el estado de conmoción interior y emergencia económica debido a los hechos de violencia protagonizados por el ELN y desprendimientos de las FARC que se disputan el control de los recursos y las rutas del narcotráfico en la región del Catatumbo. Los enfrentamientos dejaron unos 80 muertos, más de 20 heridos y más de 11.000 personas desplazadas.
Esto al mismo tiempo que se lleva a cabo el juicio por los falsos positivos -la masacre de más de 6.000 campesinos que los militares llevaron adelante para hacerlos pasar por guerrilleros y hacer carrera en el ejército-. Los responsables políticos como el ex presidente Uribe, y decenas de jerarcas militares implicados están quedando exentos de presentarse ante la justicia.
Además, el Consejo de Estado tumbó la personería jurídica del partido político de la vicepresidenta Francia Márquez, después de que ella lanzara críticas sobre corrupción de un sector del gobierno y renunciara a dirigir un ministerio.
Petro mismo se puso entre la espada y la pared. De un lado, la burguesía no está dispuesta a ceder ni el más mínimo privilegio. Del otro, las reformas de Petro son tan limitadas que no son capaces de despertar el fervor popular que pueda obligar a llevarlas adelante. No tiene a su favor ni una renta de hidrocarburos extraordinaria ni el boom de la soja, ni ningún otro escenario internacional favorable, como sí tuvieron otros gobiernos nacionales y populares cercanos en el tiempo, los cuales tuvieron margen para hacer reformas menores y beneficiar a amplios sectores de la burguesía al mismo tiempo.
Muy por el contrario, como paso previo de una guerra mundial, la guerra comercial amenaza con llevarse puestos economías y gobiernos sin distinciones ideológicas.
Aldana González
25/03/2025
No hay comentarios.:
Publicar un comentario