The New York Times ha publicado un artículo muy detallado que refiere una propuesta secreta que el gobierno de Maduro habría presentado a Donald Trump, para alcanzar un acuerdo estratégico con Estados Unidos.
Según los informes recogidos por el diario neoyorquino, funcionarios venezolanos habrían ofrecido a Trump una participación dominante en el petróleo y otras riquezas minerales del país, como el oro, entre proyectos existentes y a futuro, a cambio de que cesaran las hostilidades de Estados Unidos hacia Venezuela en el marco del despliegue del Comando Sur en el mar Caribe.
La oferta habría permanecido en la mesa y el acuerdo se habría discutido durante algún tiempo, según fuentes citadas por el diario.
El gobierno venezolano habría ofrecido reducir los contratos de energía y minería del país con empresas de China, Irán y Rusia, y la posibilidad de “revertir” el flujo de exportaciones de petróleo venezolano de China -destino del 85% del petróleo del país - a Estados Unidos.
Según la publicación, el gobierno de Trump rechazó la oferta de Maduro e interrumpió el intercambio diplomático la semana pasada. El motivo de la ruptura de las negociaciones habría sido la oposición del ala de Miami del gobierno norteamericano (en alusión a Marco Rubio), que reclama el derrocamiento de Nicolás Maduro y su elenco de gobierno civil y militar. El desenlace de esta negociación pone de manifiesto que el gobierno Trump está embarcado en un ataque armado contra Venezuela
En función de esta perspectiva ha desplegado al Comando Sur por el Caribe, hundido cuatro barcazas y asesinado a 21 personas con la coartada inverosímil de la lucha contra el narcotráfico. El gobierno venezolano no ha comentado la publicación del NYT, en lo que podría constituir una admisión de esas negociaciones y del giro internacional que implica o, por el contrario, desarmar una provocación política destinada a que Maduro confirme o desmienta esas versiones, haciendo pública una crisis de extrema gravedad. Es en este marco que el comité de Suecia ha otorgado el “premio Nobel de la Paz”, María Corina Machado, que aboga por una intervención militar yanqui en Venezuela. A favor de la veracidad del artículo del NYT están las varias negociaciones en torno a la entrega de los recursos mineros de Venezuela que Maduro ha entablado en la anterior gestión de Trump y luego con Biden. Es el caso de Chevron, que se ha quedado como única operadora en su participación en la cuenca del Orinoco, incluida una cuota de exportación a las refinerías del sur de Estados Unidos. En otros medios internacionales se añade la disposición de Putin de distanciar el apoyo de Rusia a Venezuela.
En la presión política y militar contra el gobierno de Maduro pesa la determinación ‘geopolítica’, o sea imperialista de revertir la penetración de China en América Latina, como lo repite cada vez puede el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Trump no tiene condiciones de invadir a la ciudadela bolivariana, pero sí se aprestaría, “à la Iran” o “à lo Gaza”, a bombardear puntos vitales de la geografía venezolana, para provocar un colapso político interno.
El tema está en la agenda subterránea de las negociaciones de Trump con Lula, acerca de los aranceles a las exportaciones de Brasil. Brasil acaba de concluir un importante ejercicio militar en la frontera con Venezuela, que podría ser entendido como un intento de confinar un conflicto de Estados Unidos contra el país caribeño. Brasil mantiene militarizada la frontera preventivamente desde que recomenzó la disputa territorial entre Venezuela y Guyana por la región de Esequibo (las Malvinas de Venezuela). El ‘gusano’ Marco Rubio, designado negociador con Brasil, acaba de invitar a Vieira, el canciller de Lula, a Washington.
El lunes 6 tuvieron una conversación en línea Trump y Lula. El presidente brasileño mantiene el cuestionamiento la legitimidad de Maduro, en las pasadas elecciones, y ha bloqueado el ingreso de Venezuela a los BRICS. La cuestión de Venezuela ha convertido al Mar Caribe y a América Latina en el cuarto frente de la guerra mundial. Una incursión bélica contra Venezuela sería el puntapié para ir contra Cuba y Nicaragua.
Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una reunión de emergencia en Nueva York a solicitud de Venezuela, que denuncia una “escalada de agresiones” por el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe. El pedido de Caracas fue apoyado por China y Rusia, pero está claro que es una gestión inocua. El conflicto bélico performático le sirve a Trump para acomodar las piezas y preparar la escena contra Venezuela y, por encima de esto, contra China. El intento de atenuar este choque con concesiones estratégicas al imperialismo norteamericano está condenado al fracaso.
Aldana González
14/10/2025
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