sábado, abril 16, 2011

Chernishevsky (y Lenin). Con un texto de N. Krupskaya.


Chernishevsky fue un destaca­do filósofo y militante revolucionario ruso. Era hijo de un pope, sacerdote ortodoxo pobre. Estudió durante cier­to tiempo en un seminario de teología, pero se convirtió al ateísmo ya las ideas socialistas. Muy influenciado por Fourier primero y por Feuerbach después, escribió una no­vela ¿Qué hacer? (existe una lejana traducción al castellano de la editorial Progreso, Moscú), en la que condensa sus ideales sobre el hombre nuevo», la liberación de la mujer y la nueva so­ciedad por la que luchó. La novela fue el éxito literario más extraordinario de su tiempo e influyó poderosamente en las nuevas generaciones, fueron multitud los revolucionarios jóvenes que se sintieron «tocados» por esta obra que por lo demás no resuma calidad literaria. Para estas nuevas genera­ciones fue además la imagen viva del revolucionario inco­rruptible, heroico y consecuente.
Escritor, crítico literario y social, economista y principal animador de El contempo­ráneo, el periódico más radical publicado legalmente en Ru­sia, Chernishevsky, pasó gran parte de su vida en la cárcel y el destierro siberiano sin que la tentativa del Zar de conseguir su arrepentimiento tuviera éxito. Casado con una mujer bella, rica y no enteramente persuadida por sus convicciones, Chernishevsky supo aplicar sus ideas sobre la necesidad de conce­der una total libertad a la mujer, de facilitarle incluso una superioridad como paso previo a la igualdad. Vera, la prota­gonista de ¿Qué hacer? resume muy claramente estas con­cepciones tomadas de Fourier. Su período de mayor actividad transcurre en los últi­mos años del reinado de Nicolás II y durante los primeros del «reformador» Alejandro II.
Después de abandonar el seminario y de pasar brevemente por la Universidad de San Petersburgo, se dedicó a la lucha política sin hacer concesiones a las ilusiones de los liberales y semisocialistas --como Herzen con el que rompió por su moderación y defendió las libertades democráticas y una reforma agraria apoyada sobre las comunas agrarias como primer paso hacia el socialismo. Su materialismo y cientifismo de origen feuerbachiano lo aplicó sobre todo al arte, así como a esquema sobre el «hombre nuevo».
Este hombre era un verdadero «profesional» de la revolución, alguien que vivía para ésta y capaz de los mayores sacrificios. Era partidario del «amor libre» y adversario del idealismo y el liberalismo. Mantenía un «sabio egoísmo» y preparaba la insurrección. Tenía al de mesiánico: «No veíamos a estos hombres, escribe, hace seis anos... pero esto apenas Importa y tampoco Importa lo que de ellos pensemos ahora. Dentro de poco dentro de muy pocos años, les llamaremos. Les diremos "salvadnos" y, digan lo que digan entonces, lo que se deba hacer se hará". Aunque estuvo muy lejos de ser un marxista, es indiscutible que Chernishevsky tuvo una influencia decisiva sobre Lenin que tituló también ¿Qué hacer? una de sus obras más famosas. En su juventud «leía cada palabra de Chernishevsky, de sus magníficos comentarios sobre esté­tica, arte y literatura... Me entusiasmaban sus conocimientos enciclopédicos, la claridad de sus puntos de vista revolucionarios y su admirable talento de polemista». A los 18 años, Lenin le escribió una larga carta que el ya viejo revolucionario no recibió en su exilio de Saratov. Otras obras suyas fueron: Relaciones estéticas entre el arte y la realidad (1855), Ensayo sobre el período hegeliano de la literatura rusa (1855-56).

APENDICE III (*)
LENIN Y CHERNICHEVSKI

Quiero decir algunas palabras a propósito de la influencia ejercida por Chernichevski sobre Lenin. En sus artículos y en sus libros Vladimir Ilich no habla nunca de un modo directa de dicha influencia, pero cada vez que se refería a Chernichevski su verbo tomaba un acento apasionado. Si dais una ojeada a las obras de Lenin veréis que los pasajes en que habla de Chernichevski están escritos de un modo particularmente caluroso. En el libro ¿Qué hacer? figura una alusión indirecta a la influencia de Chernichevski. Hablando del período que precedió a la fundación del partido, del período comprendido entre 1894 y 1898, durante el cual el movimiento obrero empezaba a desarrollarse rápidamente tomando un carácter de masa, Lenin indica que la juventud adherida a dicho movimiento se había desarrollado y educado gracias a la atracción ejercida por la actuación revolucionaria de los militantes precedentes, y que había costado una gran lucha ideológica interior libras-se de su influencia y seguir otra Senda la senda del marxismo. En esta característica hay elementos de autobiografía
Como personalidad Chernichevski ejerció su influencia sobre Vladimir Ilich con su intransigencia, su firmeza, con el orgullo que soportó su doloroso destino. Y todo lo dicho Vladimir Ilich a propósito de Chernichevski respira un respeto particular por su memoria. Cuando en la labor del partido había que pasar momentos difíciles, Vladimir Ilich se complacía en repetir la frase de Chernichevski de que la lucha revolucionaria no es la acera del “prospect” de (la Avenida) Nevski». Sobre esto escribía Vladimir Ilich en 1917, cuando la reacción se dejaba sentir de un modo particular y el partido se veía obligado a retroceder. Lo mismo en 1918, cuando se manifestaron con una fuerza singular las dificultades con que tropezaba el poder de los Soviets, cuando fue necesario firmar la paz de Brest-Litovsk, sostener la guerra civil, Lenin recuerda estas palabras de Chernichevski. El ejemplo de éste era para él un manantial de energía, y repetía a menudo que el marxista revolucionario debía estar siempre preparado para todo.
Pero Chernichevski ejerció su influencia sobre Lenin no sólo como personalidad. Si hojeamos la primera obra ilegal de Vladimir Ilich, Quiénes son los Amigos del Pueblo, veremos con un relieve particular la influencia ejercida por Chernichevski sobre él. La generación de que hablaba Vladimir Ilich, aquella juventud que se había adherido a la social- democracia revolucionaria en 1894, creció en una época en que la literatura y por doquier no se manifestaban más que expansiones verbales hueras sobre la reforma campesina. Chernichevski —como lo ha hecho observar Mijhail Nikolaievich (Pokrovski), supo apreciarla en su justo valor. Y Vladimir Ilich dice: era necesario poseer el genio de Chernichevski para exponer, en la época misa de las reformas campesinas, un juicio sobre el liberalismo como el que expuso él, poner al desnudo el papel de traición desempeñado por dicho liberalismo, su esencia de clase.
Si consideramos la actuación posterior de Lenin, veremos que Chernichevski le contagió su intransigencia con respecto a los liberales. La desconfianza por las frases liberales, por toda la posición del liberalismo inspira toda la actuación de Lenin. Si nos fijamos en el período de la deportación siberiana, en la protesta contra el “Credo”, en la ruptura con Struve, en la posición irreconciliable que Lenin adopté con respecto a los cadetes, con respecto a los liquidadores —mencheviques— vemos que éste mantenía la misma orientación intransigente de Chernichevski frente a los liberales, que traicionaron a los campesinos durante la reforma de 1861. Si hacemos ahora un resumen de esa actuación de Lenin, de esa posición irreconciliable, veremos que fue gracias a esa intransigencia, sostenida asimismo por el partido, que éste consigue triunfar. La cuestión de la actitud frente a la burguesía liberal se halla íntimamente relacionada on la cuestión de la democracia. En Quiénes son los Amigos del Pueblo, Lenin decía: “En la época de Chernichevski la lucha por el democratismo y la lucha por el socialismo se fundían en un todo único». Lenin, al emitir su juicio sobre el liberalismo democrático-burgués y el democratismo del populismo aburguesado de 1880-90, que se había reconciliado con el zarismo, oponía a dicho democratismo el del marxismo revolucionario. Chernichevski había dado el ejemplo de la lucha contra el régimen existente, lucha en la cual el democratismo se halla íntimamente unido con la lucha por el socialismo.
Lenin apreciaba en mucho la actuación de Chernichevski, su democratismo auténtico, pues veía que dicho democratismo concordaba con la posición del marxismo con respecto a las masas. La doctrina del marxismo ha explicado no sólo la lucha en el terreno económico desarrollada entre la clase obrera y los capitalistas, sino que ha tomado todos los fenómenos en su conjunto, explicando todo el sistema, analizándolo y al mismo tiempo indicando cómo ha que fundir en un todo único la lucha por el democratismo y la lucha por el Socialismo. Si nos fijamos en la lucha de Marx con Lassalle, en el terreno en que se apoyaba dicha Iucha, en la indignación de Marx ante la incomprensión, por parte de Lassalle, de la importancia de la acción revolucionaria independiente de las masas, comprenderemos la sustancia socialista del marxismo revolucionario. Esta sustancia no la comprendían en lo más mínimo, por ejemplo, los llamados «marxistas legales)), los cuales perdían siempre de vista que Marx se orientaba constantemente hacia la clase obrera, hacia las masas. En el marxismo, el democratismo verdadero y la lucha por el socialismo se funden en un todo único e indivisible. Y no es casual que cuando Vladimir Ilich hablaba de cuestiones de democratismo recordara siempre a Chernichevski, el cual había sido el primero en enseñarle a fundir la lucha por la democracia con la lucha por el socialismo. Si nos fijamos en lo que representa en sí la doctrina de los soviets, del poder soviético, veremos que en ella se realiza esa lucha unida por el democratismo y por el socialismo, que en ella dicha lucha se halla reflejada de un modo completo. Recuerdo que cuando en 1918 me disponía a escribir un folleto popular sobre los soviets, Vladimir Ilich me trajo un recorte de L’ Humanité en el cual un compañero cuyo nombre he olvidado decía que el poder de los soviets era el poder más profunda y consecuentemente democrático. Vladimir Ilich, al entregarme dicho recorte, me dijo que era precisamente hacia este lado que había que atraer la atención, que era necesario mostrar el democratismo auténtico que se halla contenido en la estructura misma del poder soviético, en el cual el proletariado se eleva hacia un democratismo nuevo, más amplio
Marx fue traducido al ruso ya en 1860-70. Pero era necesario todavía traducir a Marx al lenguaje de los hechos. Es lo que hizo Lenin en su libro El desarrollo del capitalismo en Rusia. Si pudo hacer esto fue gracias a la influencia de Chernichevski. Vladimir Ilich recordó varias veces lo bien que aquél conocía la realidad rusa, lo bien que conocía los hechos relacionados con el rescate de los campesinos, etc.
En el primer período de su actuación revolucionaria Vladimir Ilich en lo que menos fijó su atención fue en las opiniones filosóficas de Chernichevski, aunque conocía el libro de Plejanov sobre Chernichevski en el cual se concede una particular atención a las mismas; pera en aquella época esta cuestión era la que menos interesaba a Vladimir Ilich. Sólo en 1908, cuando en el frente filosófico se desarrolló una vasta lucha, sólo entonces releyó a Chernichevski y habló de él como de un gran hegeliano ruso, de un gran materialista. Más tarde, cuando en 1914 se declaró la guerra y la cuestión nacional adquirió un carácter de notable actualidad, Vladimir Ilich, en su artículo sobre “La autodeterminación nacional», subrayó que Chernichevskj, lo mismo que Marx, había comprendido toda la importancia de la insurrección polaca.
Si nos fijamos en todo esto veremos la profunda influencia que ejerció Chernichevski sobre Lenin, sobre toda su actuación revolucionaria. Esto explica la consideración en que Ilich tenía a Chernichevski. En Siberia Lenin tenía un álbum con los retratos de los escritores que habían ejercido una particular influencia sobre él. Al lado de Marx y Engels, de Herzen y Pisarev figuraban dos retratos de Chernichevski, así como el de Michkin, el revolucionario que había intentado libertar a aquél. Mucho más tarde, ya en el Kremlin, en el gabinete de Vladimir Ilich, entre los autores que quería tener constantemente a mano, al lado de Marx, Engels y Plejanov, figuraban las obras completas de Chernichevski, que Vladimir Ilich releía en los momentos que tenía libres.
Quisiera detenerme todavía en un pequeño detalle. En el libro Quiénes son los Amigos del Pueblo, Vladimir Ilich indica que tenía razón Kautsky cuando decía que en la época en que vivió Chernichevski cada socialista era poeta y cada Poeta era socialista. Cuando uno de los compañeros de mi círculo me habló por primera vez del nuevo militante llegado del Volga, de Vladimir Ilich, me lo caracterizó del modo siguiente: «Es muy sabio, no ha leído nunca ni una novela ni una poesía”. He de reconocer que me asombré mucho de que existieran gentes así. Pero en el calor del trabajo, durante el primer año y medio, no tuve ocasión de preguntar a Vladimir Ilicth leía novel y poesías, etc, Y sólo en la deportación me di cuenta con asombro de que Vladimir Ilich sólo leía la literatura de aquel entonces, sino que la conocía muy bien. Me acuerdo de la admiración que me produjo el conocimiento que Ilich tenía de Nekrásov, de Chernichevski. Conocía el ¿Qué hacer? de este último hasta en los detalles más insignificantes, con tanta sutilidad, que, naturalmente, vi que todas esas habladurías a propósito de que Vladimir Ilich era un hombre que no había leído nunca una novela eran un mito. Vladimir Ilich leía la literatura, la estudiaba, la amaba. Pero en él se fundían en un todo único lo social con la expresión artística de la realidad. Estas dos cosas eran para él inseparables, y del mismo modo que en Chernichevski sus ideas se reflejan íntegramente en sus obras artísticas, Vladimir Ilich al escoger los libros amaba particularmente aquellos en que se reflejaban artísticamente tales o cuales ideas sociales.
He aquí lo que quería decir. Lo que he dicho no tiene el carácter de recuerdos personales. De las conversaciones sostenidas sobre este tema no me acuerdo. En el transcurso de los años muchas cosas se olvidan, pues todos los días sucede algo nuevo y no cada palabra se queda en la memoria: en ella quedan únicamente algunos recuerdos vagos. Pero me parece que en los libros, en los artículos y en los folletos de Vladimir Ilich se refleja de un modo suficiente la inmensa influencia que sobre él ejerció Chernichevski.
(*) Texto tomado de la edición de Recuerdo de Lenin (Fontamara, que partía de la edición de 1930), edición que sí bien sólo alcanza hasta fines de 1907, pero que contiene los siguientes trabajos de la autora: I. Sobre el método científico del trabajo de Lenin; II. Lenin y el arte de escribir para las masas obreras y campesinas; III. Lenin y Chernishevski; IV Cuál era la literatura que le gustaba a Vladimir Ilich. También contenía un índice biográfico, y otro de nombres propios.

Pepe Gutiérrez-Álvarez

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