Cuba y la solidaridad internacional
La colaboración cubana en tierras haitianas data de 1998 y antes del fatal terremoto que azotó a esa isla caribeña, el 12 de enero de 2010, los galenos cubanos habían realizado14 millones de consultas y 307.000 cirugías, entre otras tantas acciones relacionadas con la salud pública.
Desde hace un poco más de un año, alrededor de 150 países se comprometieron, en la mismísima sede de Naciones Unidas (ONU), a colaborar para la recuperación y reconstrucción de Haití. Alrededor de nueve mil millones de dólares fueron prometidos, de los cuales cinco mil ingresarían en los dos primeros años, originalmente brindados al gobierno haitiano, para fortalecerse como Estado.
Lamentablemente, la ayuda financiera y material prometida nunca se desembolsó y tampoco nunca se respetó las prioridades más urgentes en ese país. La reconstrucción haitiana es una meta irresuelta.
Las grandes potencias del mundo desarrollado y rico distribuían sus limosnas sin ningún respeto ni consentimiento con el gobierno caribeño, mientras que la prometida “ayuda” financiera brilla por su ausencia.
Pero este no es el caso de todos los gobiernos que se comprometieron de una u otra manera con el pueblo haitiano. El acuerdo tripartito entre Cuba, Venezuela y Brasil han sido esenciales en la ayuda para diferentes áreas, como construcción, educación, y salud.
Por su parte, el Programa de Cooperación impulsado por La Habana cuenta con 1.117 colaboradores de salud cubanos y de otros países formados en Cuba, los que desde el día del sismo hasta la actualidad han atendido a 2 millones de pacientes, realizando 36.000 operaciones quirúrgicas y 9.000 partos.
También se presta atención en esta materia en 23 hospitales, 13 centros de salud, 30 salas de rehabilitación y dos salas oftalmológicas.
En la sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Haití, realizado el pasado 6 de abril, el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez Padilla, afirmó: “Cuba ha recibido también el respaldo de varios países para la ejecución de este programa de salud. Namibia, Noruega, Sudáfrica, Australia y España han aportado, junto a grupos de donantes individuales, algo más de 3,5 millones de dólares”. “Estamos dispuestos a trabajar con todo país u organización que, de manera estrictamente humanitaria, con respeto y en plena coordinación con el gobierno haitiano, tenga la voluntad de participar en la reconstrucción y desarrollo de su sistema de salud”, añadió el funcionario.
Para el ministro de Relaciones Exteriores cubano, el papel de las Naciones Unidas debe consistir en apoyar al gobierno y al pueblo haitiano, para poder fortalecer su soberanía y autodeterminación, y volvió a expresar que “Cuba tiene el firme convencimiento de que la situación humanitaria de Haití no es un tema que competa al Consejo de Seguridad sino a la Asamblea General. No es esta una cuestión que amenace la paz y la seguridad internacionales, ni que se resuelva con fuerzas militares concebidas para operaciones de mantenimiento de la paz. Son conocidas también las serias consecuencias de las omisiones, los excesos, los dobles raseros y los procedimientos antidemocráticos que padece este Consejo”.
Haití necesita recursos para su desarrollo y no injerencia y manipulación política de los poderosos, que derrochan recursos y se emborrachan en aventuras militares en distintos puntos del orbe, gastando fortunas en nombre de la paz, mientras lo prometido sigue siendo deuda.
Desde el 12 de enero de 2010 hasta hoy, la cooperación cubana atendió casi 2 millones de pacientes, realizó más de 36.000 intervenciones quirúrgicas y casi 8.500 partos. Más de 465.000 pacientes han recibido tratamientos de rehabilitación. En los 10 Departamentos del país, se desarrolla un Programa Integral de Higiene y Epidemiología.
Santiago Masetti
APM
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