sábado, junio 30, 2012

¿Quién teme a Ida Garberi?



No es simple poder quedarse a vivir en Cuba sin estar casada con un ciudadano cubano. Cuando no se ha nacido en la Mayor de las Antillas. Estoy de acuerdo con que los controles sean rígidos y severos: no tenemos que olvidar que el Caimán Verde está continuamente bajo presión debido a un enemigo muy poderoso, a solo 90 millas, y que no pierde la ocasión de atacar la patria de José Martí, por todos los medios, más o menos solapados, violentos o casi “pacíficos”.

“Cuando la hipocresía comienza a ser una mala realidad, es hora de comenzar a decir la verdad”.

Bertolt Brecht

El miércoles 25 de enero de 2012, mientras mi hermano de luchas cubano Manuel David Orrio y yo salíamos tranquilos de la Oficina de Inmigración en La Habana, situada en Calle Factor y Final, no pude imaginar que estaba empezando una pesadilla tan larga, que acabaría sólo el 16 de mayo de 2012. Ciertamente, no tuve muchos indicios. En efecto, la funcionaria que registró mi solicitud de cambio de residencia se portó muy cordialmente, admitiendo acordarse de una conferencia de Manuel David - ex agente de la seguridad del Estado- un jueves por la tarde, en el Ministerio del Interior, para adiestrar a las jóvenes reclutas del mismo.
Tengo que aclarar que yo poseo una residencia permanente en la República de Cuba, renovable cada 5 años, por tener una plaza laboral en Prensa Latina y ser voluntaria en Cubadebate: en los dos sitios web en italiano desarrollo el papel de jefa editora, y son ambos del Estado cubano.
No es simple poder quedarse a vivir en Cuba sin estar casada con un ciudadano cubano. Cuando no se ha nacido en la Mayor de las Antillas. Estoy de acuerdo con que los controles sean rígidos y severos: no tenemos que olvidar que el Caimán Verde está continuamente bajo presión debido a un enemigo muy poderoso, a solo 90 millas, y que no pierde la ocasión de atacar la patria de José Martí, por todos los medios, más o menos solapados, violentos o casi “pacíficos”.
El problema de deber cambiar residencia se debe al hecho de que Prensa Latina no tiene ninguna vivienda disponible para prestarme desde hace al menos 10 años; así que viví gracias a la ayuda de atentos amigos como Manuel David, quien me está prestando la casa de sus difuntos padres, mientras busco mi pequeño rincón, ahora que es legal para los residentes permanentes poder comprar una casa.
Quedé muy sorprendida cuando a la semana siguiente de la entrega de los documentos, me llamó a mi despacho la funcionaria de Inmigración. Con voz algo titubeante, me explicó que sería un poco difícil concederme el carné con la nueva residencia, porque no estaba casada con Manuel David. Quedé asombrada, al teléfono, y le pregunté si no se acordaba que le había explicado que estaba trabajando para el Estado cubano, que la otra residencia que tuve era en casa de una amiga (con la cual claramente no me casé, puesto que no me parece que en Cuba sean admitidos los matrimonios homosexuales, además soy una heterosexual convencida) y nadie tuvo inconvenientes.
¿Qué estaba sucediendo? ¿Acaso que mi sinceridad periodística está molestando a algunos burócratas corruptos?
Que se cuide el culpable, real y presunto. El presidente Raúl Castro advirtió a esos personajes de "cuellos blancos", en su discurso al final del año 2011, que “Puedo asegurarles que esta vez sí se acabarán los cuatreros en el país, como se acabaron los traficantes de droga, y no resurgirán, porque estamos decididos a hacer cumplir las instrucciones impartidas por el Gobierno y los acuerdos del Congreso del Partido. Lo mismo les digo respecto a aquellos burócratas corrompidos, con cargos obtenidos a golpe de simulación y oportunismo que utilizan las posiciones que todavía ocupan para acumular fortunas, apostando a una eventual derrota de la Revolución”.
Mi pesadilla continuó. Sin hacer caso a las insinuaciones de la funcionaria seguí “el papeleo”, pero cuando llegué al despacho de Inmigración me dijeron que la fotocopia de la propiedad de la casa, la cual reconoce a Manuel como propietario legal del inmueble, no es suficiente para poder permitirme vivir en la casa de Plaza de la Revolución: supuestamente, él tenía que hacer una declaración notarial para aceptarme en la casa; responsabilizándose por mí, desde todos los puntos de vista legales.
Una vez más, muy sorprendida. Sé que este documento ha de presentarse sólo en el momento de la solicitud de residencia en Cuba, lo cual hice al final del 2001. De la sorpresa, pasé al furor de la impotencia, cuando un reconocido notario confirmó que tengo todas las razones.
Volví al despacho de Inmigración y traté de explicar con toda calma que quizás había un error: por toda respuesta, fui práctica y verbalmente agredida por otra funcionaria, con un grado mayor, como si yo pudiera ser un elemento sospechoso. Quedé en silencio, con una gran rabia por dentro. Pero no quise perjudicar mi situación, sé que a veces la impulsividad es mala consejera.
En este punto tengo que explicarles a los lectores que la única acusación que pueden hacerme es la de ser una revolucionaria necia, dispuesta a todo para conseguir un mundo anti-imperialista honesto. ¿O quizás mi voluntariado en Honduras después del golpe de Estado no es una suficiente demostración de una entrega concreta?
¿La persona peligrosa sería, quizás, Manuel? Un hombre que estuvo infiltrado 11 años entre las filas de la prensa contra-revolucionaria, arriesgando todo, no sólo la vida física, también las amistades, los familiares, sus recuerdos, su pasado...... ..por cambiarse la piel, y meterse en aquella de un hombre egoísta, lacayo del materialismo mas perverso y que pareció terriblemente convencido que el capitalismo era la única solución por la isla antillana.
O mejor, como él mismo afirma sobre por qué decidió infiltrarse... “lo que aquí se discute no es un tema de ideologías, ni de socialismos o capitalismos. Lo que aquí se está discutiendo es nuestro derecho como pueblo a decidir sobre nuestros destinos, errores incluidos, sin injerencias de gobiernos extranjeros. Ése fue el sentido de mi lucha, y lo será durante toda mi vida”.
Fue tan convincente como contra-revolucionario que los servicios ocultos de los prepotentes, de los yanquis, no fueron capaces de detectarlo y su trabajo permitió que Cuba celebrara uno de los juicios más importantes de la llamada Primavera Negra de marzo-abril del 2003. Como cuenta el mismo Manuel, “allí se juzgaron 75 encartados como agentes al servicio de Washington. Negra, negra de verdad esa primavera...para los servicios especiales estadounidenses. De un golpe perdieron a toda una generación de “líderes disidentes”.
Después de meditar sobre el asunto, decidí componer el documento requerido, además de que Manuel David estuvo también convencido de que era mejor tratar de entender lo que estaba sucediendo, siguiendo la corriente.
Después de haber entregado el acta notarial, con enorme sorpresa (de sorpresa en sorpresa…¡puede ser que me quede para siempre con la boca abierta!) me localizó el mismo jefe del despacho de Inmigración, dos días después, porque él mismo quería explicarme el procedimiento que a su presunto juicio yo no había entendido todavía.
Otra vez hube de soportar una filosofía que no tiene sentido de existir si no es en la burocracia más ciega. Ahora el problema “era” que el módulo para el cambio de residencia que yo rellené no era suficiente. Debía escribir una carta dónde solicitara este cambio, explicar detalladamente los motivos de la misma y fotocopiar todo mi pasaporte para permitir al despacho de Inmigración conocer mis desplazamientos fuera del país en los últimos cinco años.
¡Quedé de veras atónita...como si cuando yo estuve en Italia por la muerte de mis padres o en Honduras para hacer voluntariado no hubiese tenido todos los permisos necesarios!
A la salida del despacho de Inmigración supe que mi paciencia había alcanzado el límite permitido.
Así, decidí pedir ayuda a un reconocido Diputado a la Asamblea Nacional cubana, para saber qué se esconde detrás de estas oscuras tramas de poder.
Casi por hechizo, después de un día y medio, me llamaron del despacho de Inmigración para avisarme que mi carné “ya” estaba listo ¿Coincidencia, o “rayo del Olimpo” que cayó sobre burócratas?
Justo después de 4 meses de lucha sin cuartel.
La enseñanza que aprendí es que siempre es necesario denunciar los abusos, porque solo con la verdad frente al mundo podemos vencer la batalla contra los corruptos y los oportunistas.
Primero que todo, no sé cómo agradecer a Manuel David por apoyarme y al Diputado por creer en mí y en mi conciencia revolucionaria…será que nací en el mismo año en que el Che Guevara escribió su ensayo "El socialismo y el hombre en Cuba"; será por este motivo que pienso que el Che tuvo y tiene todas las razones cuando afirmó sobre los intelectuales……“No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial ni «becarios» que vivan al amparo del presupuesto, ejerciendo una libertad entre comillas. Ya vendrán los revolucionarios que entonen el canto del hombre nuevo con la auténtica voz del pueblo”.
Esos revolucionarios, los seguidores del Che, son aquéllos que nuestro Presidente Raúl Castro describió cuando dijo al pueblo, al final de la Conferencia del Partido…. “Es preciso acostumbrarnos todos a decirnos las verdades de frente, mirándonos a los ojos, discrepar y discutir, discrepar incluso de lo que digan los jefes, cuando consideramos que nos asiste la razón, como es lógico, en el lugar adecuado, en el momento oportuno y de forma correcta, o sea, en las reuniones, no en los pasillos. Hay que estar dispuestos a buscarnos problemas defendiendo nuestras ideas y enfrentando con firmeza lo mal hecho”.
Por esto, estoy aquí: ¡Presidente, ordene!

Ida Garberi

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