Mucho se habla de los costos laborales; los empresarios suelen dar grandes cátedras de cómo son flagelados por la suba de estos y que las subas de salarios son un factor que corroe permanentemente sus ganancias. Vemos un ejemplo en un artículo de La Nación (18/05) que habla de que el costo de la industria subió un 57%, es necesario enmarcar estos costos en una baja que se dio en la ultima década.
La Argentina tiene la particularidad de que los costos laborales, desde el momento de la desregulación, es cuatro veces más” barato”, sobre todo para capitales extranjeros, es el único país del mundo donde los costo laborales bajaron. Basándose en el análisis de los salarios de la industria, sector estratégico para cualquier economía regional, y que a su vez son los que tiende a ser los mejor de la escala. Se comprueba que el costo laboral real unitario industrial en moneda extranjera tuvo un descenso promedio entre 2001 y el 2011 del 39 por ciento. La razón es que el tipo de cambio multilateral es un 70 por ciento más competitivo que a finales de la convertibilidad.
Según datos de la OCDE, el costo laboral real en la Unión Europea en 2001 era de 22,50 dólares y en 2011 subió a 40,70 dólares; en Estados Unidos, en el mismo período, creció de 25,90 a 30,56 dólares; en el Este europeo se disparó de 3,83 a 9,01; en el sudeste asiático, de 8,31 a 13,12, y en Brasil, de 3,60 a 7,98. En la Argentina, por el contrario, cayó de 8,15 dólares en 2001 a 7,98 en la actualidad. (Norberto Navarro, “Paritarias, la puja distributiva”, Debate, 2/3/2012)
Enmarcado en este análisis, vemos por la supuesta pérdida de Repsol, promediando los números de los distintos análisis, y el ejemplo de costo en el origen del proceso.
En los primero años del 2000 el valor de mercado de YPF era de 19.000 millones de dólares, en los últimos 13 años se estiman ganancias de 16.000 millones de dólares, entre 1.200 millones y 1.300 millones al año, y giraron a su casa matriz 13.000 millones de dólares. Pero a mediados del 2000, bajo el criterio de minimizar el riesgo Argentino, comienza a vender acciones, tanto a la bolsa como a Esquenazi, el grupo Repsol pasó de tener el 97,26% de las acciones a solo 40,26% aproximadamente.
Repsol vendió aproximadamente el 40% de acciones, o de YPF por decirlo de otra forma, a una sima aproximada de 6.000 millones de dólares. Y hoy el valor del mercado es de 5.300 millones. Siguiendo sólo los números oficiales, Repsol salió “más que echo”.
Ahora veamos la ecuación de rentabilidad desde el origen de la cadena de producción del petróleo. Se estima que el costo de extracción del barril del petróleo ronda los 18 dólares, para un barril que no se vende debajo de los 50 dólares. Ergo, mucha ganancia desde el poso de extracción.
En las últimas décadas, y sobre todo desde la oleada privatizadora, las distintas políticas de los gobiernos de turno han asegurado esta ecuación de rentabilidad. Por ejemplo, mientras en febrero del 2011 el INDEC registraba una venta total de petróleo al exterior por una suma de 203 millones de dólares, Panameria Energy, la principal extractora del país, renovaba por 10 años más (y por anticipado) la concesión de sus pozos, pagando una suma de $121 millones de pesos. A esto se suma que las pocas inversiones son sólo para reforzar las zonas que les son rentables en el corto plazo. Mientras que estas sumas engordan cuentas en el exterior, nosotros nos quedamos con el tendal de escases, pueblos pobres y contaminados.
Los gobiernos nacionales y populares sólo aseguraron las ganancias, leyes y subsidios, y la mano de obra. Todos los convenios que tenían las conquistas de los ‘70, de una clase obrera mas organizada, fueron renegociados a la baja entre el 1989 y 2006, y no han sido renovados a la fecha.
No hay otra forma de recuperar las conquista, e ir pos más, que con una clase obrera organizada, clasista, uniendo todos los trabajadores y construyendo una dirección política que enfrente al capitalismo cara a cara, y todos los aspectos. Que nacionalice los recursos bajo control de los trabajadores.
Se torna cada día más necesario construir un partido que pueda conducir a millones de trabajadores y dar muerte al capitalismo y acabar con la explotación del hombre por el hombre.
Jean Luk, trabajador petrolero
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