sábado, junio 16, 2012

Un estudiantazo en Canadá




La huelga del movimiento estudiantil de Quebec contra el aumento en las matrículas de la educación superior (preuniversitaria y universitaria) alcanzó una proyección mundial con el reciente cacerolazo y movilización que opacaron el desarrollo del Gran Premio de la Fórmula 1 en Montreal.
A mediados de febrero pasado, el gobierno provincial de Quebec (en manos del Partido Liberal) anunció un aumento del 75% en las matrículas de los preuniversitarios y universitarios, alegando un retraso de estas últimas respecto de la inflación acumulada… ¡de los últimos 50 años! Desde entonces, las cuatro federaciones estudiantiles ingresaron en huelga, en un proceso que ya ha derribado a dos ministros provinciales (Educación y jefe de Gabinete). El movimiento huelguístico ha incluido asambleas masivas, piquetes en puertas de aulas y colegios, y más de cuarenta movilizaciones en Montreal, algunas de ellas con 200 mil personas. Los estudiantes han ganado el respaldo de docentes, numerosos sindicatos y de la mayoría de la población. En Chicago y otras ciudades de Estados Unidos hubo movilizaciones de apoyo.
Ante la insuficiencia de la represión, el gobierno apeló a una supresión parcial de derechos constitucionales, obligando a los profesores a dar clases en nombre del derecho a estudiar, y a los manifestantes a anticipar a la policía el itinerario de las marchas con ocho horas de anticipación, con la potestad de esta última para modificarlo. Lo que es más grave: establece una virtual intervención (cierre de locales, retención de cotizaciones, multas a los dirigentes de hasta 125 mil dólares) sobre las organizaciones estudiantiles que violen la norma de excepción, que pretende estar vigente hasta julio de 2013.
Pese a todo, las movilizaciones se sostienen, e incluso sectores ecologistas han salido también a las calles de la radicalizada Montreal.
La lucha de los estudiantes canadienses se encuentra precedida y acompañada por movimientos similares en todo el mundo: Chile, Colombia (donde una movilización de 200 mil estudiantes en Bogotá sepultó el año pasado un proyecto privatista), España, Gran Bretaña y hasta Australia. Por un lado, la crisis capitalista ha reforzado la asfixia presupuestaria de la universidad pública. Por el otro, los mecanismos de la privatización son una carga cada vez más pesada para los estudiantes y sus familias, en el marco de la crisis capitalista. Con alcance mundial, la juventud se incorpora masivamente a la lucha de los explotados.

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