jueves, noviembre 21, 2013

Nos quedamos en Afganistán nomás



Estados Unidos y Afganistán llegaron a un acuerdo para que permanezca un contingente de tropas norteamericanas luego de que, a fines de 2014, las fuerzas de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se retiren definitivamente del país luego de la guerra y ocupación en 2001.

El gobierno estadounidense había anunciado hace varios meses que a fines de 2014 se retiraría la misión de la OTAN que se encuentra en Afganistán luego de la ocupación militar efectuada en 2001. Desde entonces la coalición que invadió el país asiático se ha mantenido para “garantizar la seguridad” y combatir contra la guerrilla talibán que sigue actuando en el país.
Sin embargo, durante el mes de octubre se dieron a conocer las negociaciones que funcionarios afganos y estadounidenses venían llevando adelante con el objetivo de mantener durante más tiempo a las tropas norteamericanas. Así, el “Acuerdo de Cooperación de Seguridad y Defensa entre Estados Unidos de América y la República Islámica de Afganistán”, de 25 páginas, -que aún no ha sido firmado- muestra la voluntad de EE.UU. de mantener sus puestos militares durante varios años, por lo menos hasta 2024.
"Las partes reconocen que la continuación de las operaciones militares de Estados Unidos para derrotar a Al Qaeda y sus afiliados puede ser apropiada y se comprometen a continuar su estrecha cooperación y coordinación con ese fin", señaló el documento, que fue publicado para consulta pública por NBC News.
Un eje central de las negociaciones entre Washington y Kabul, ha sido la posibilidad que tendrán los militares estadounidenses de operar en el terreno. Según el Washington Post, pese a que el acuerdo no contempla un rol de combate para las tropas de Estados Unidos en Afganistán, estas sí podrían utilizar algunas bases militares afganas y, en casos muy excepcionales, registrar viviendas en busca de personas sindicadas por Washington como "sospechosos de terrorismo".
En el mismo borrador del documento que difundió originalmente el gobierno afgano se pudieron ver algunos de los puntos centrales del mismo. Entre ellos se destaca que los soldados estadounidenses gozarían de inmunidad ante la Justicia local y sólo podrían ser juzgados en los tribunales norteamericanos.
Este había sido uno de los principales choques en las negociaciones que comenzaron en octubre. El presidente afgano Hamid Karzai había dicho que no avalaría esto a menos que lo apruebe la Loya Jirga. Esta reunión de líderes tradicionales y ancianos de tribus, comunidades religiosas y políticas de todo el territorio afgano es la que toma las decisiones cruciales para el país. De hecho este jueves se reunirá en Kabul donde verán si aprueban o no el acuerdo con los EE.UU.
Los esfuerzos para concluir el pacto parecían haberse estancado el martes en medio de una discordia sobre si el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, enviaría una carta aceptando los errores cometidos durante los 12 años de la guerra en Afganistán. Sólo desde 2007, seis años después de la invasión norteamericana, la ONU registró cerca de 12.000 muertes de civiles afganos por ataques, combates y atentados.
John Kerry, secretario de Estado de EE.UU., negó que haya habido discusiones sobre la posibilidad de que su país se disculpe con Afganistán por sus errores o las víctimas civiles afganas causadas por sustropas. “Una disculpa de ese tipo generaría un enojo generalizado en Estados Unidos”, sostuvo.
"Lo importante para que la gente entienda es que nunca hubo una discusión sobre, ni se usó la palabra 'disculpa' en nuestras discusiones", remarcó Kerry, agregando que el presidente afgano, Hamid Karzai, tampoco exigió una disculpa.
Más allá de la lucha contra el terrorismo y la “estabilidad” del país asiático, los medios de comunicación estadounidense barajaron otros motivos para la estadía de las tropas. Según The Wall Street Journal se trata, en pocas palabras, de su resistencia a volver a casa sin una victoria. Los militares de EE.UU. quieren que sus pérdidas en Afganistán se vean justificadas.
2.150 militares del Pentágono han muerto hasta la fecha en Afganistán como consecuencia de la invasión a esa nación a finales de 2001. De ese total, 1.782 fallecieron debido a las denominadas “acciones hostiles”. El Departamento de Defensa estadounidense señaló, además, que 19.436 de sus soldados fueron heridos en el frente bélico.
Por otra parte, el periódico The Washington Post, destacó que existe un trasfondo material. Después de la retirada EE.UU. perdería el acceso a los proyectos de reconstrucción afgana de miles de millones de dólares y una posición militar estratégica entre Rusia y Medio Oriente.

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